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-¿Qué hacías abrazándola?

-Tony…

-Dime, Terry, ella te gusta ¿no?

-Vamos estaba triste, tú mismo viste como lloraba o peor aún sabes perfectamente bien porque lloraba ¿O me equivoco?

-Pero… ¿ella te gusta?

Terrence se levantó de su cama para acercarse al joven rubio que durante toda su infancia compartió con el felicidad, tristeza, molestia y diversiones al hacer travesuras juntos, no podía, ni debía fijar sus ojos en Candy, pero lamentablemente en el corazón no se manda.

-Si…me gusta un poco –Susurro avergonzado, no sabía porque pero Candy llamaba tanto su atención, no entendía a que se debía pero sabía que la chica le gustaba, le gustaba molestarla y que ella también le molestara, que le prestara atención pese a que no hubieran estado tanto tiempo juntos.

Anthony no supo que decir pero molesto se acercó a su hermano –No te le acerques

-Anthony…

-¡¿porque tuviste que fijarte en ella?!

-¡No es algo que yo haya decidido!

-¡Por favor eres mi hermano no quiero que te vuelvas mi enemigo!

-¡¿Quieres calmarte?! Además ella decidirá al final.

-No quiero que andes por ahí molestándola, por favor –Anthony ya no gritaba pero su voz salió fríamente, algo que sorprendió a Terry, pues el joven nunca le había hablado tan enserio.

-No puede ser que estemos peleando por una mujer.

-Pues créelo, ya me voy, pero por favor –Anthony le miro suplicante –La amo

Terrence quedo inmóvil pensando en esas últimas palabras de su hermano y repitiéndose una y otra vez que no debía, que su hermano era primero que cualquier mujer del mundo, por más hermosa que fuera.

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En América, en un hermoso teatro de Broadway, Peter Britter se encontraba esperando a que la señora Baker saliera de su función, en cuanto la vio se acercó a ella, temblando un poco al saber cuál sería la respuesta de la rubia.

-Buenas noches, Señora Baker

-Buenas noches ¿Quién es usted?

-Soy Peter Britter…

La mujer palideció un poco, pues con el nombre supo de inmediato a que se debía la visita del hombre –No puedo atenderlo aquí, por favor vayamos a mi casa

-Bien

Ambos se encaminaron al automóvil que estaba enfrente del teatro, una vez que estuvieron a salvo en el automóvil, ella comenzó a hablar –Bien, ¿A qué se debe su urgencia de conocerme?

-Por supuesto a que quiero saber qué clase de persona es usted, ya que desea conocer a mi hija.

-Querrá decir mi hija…

-Ella es una Britter legalmente

-Más vale que la traiga de regreso a América, Sr. Britter, es ilegal sacar a una menor de edad que ni siquiera es su hija.

-Pero usted…

-Por favor, se perfectamente bien de lo que hablo, ya se comprobó que la chica es mi hija y todo está a mi favor para que ella pueda pasar legalmente a ser mi hija, así que no lo haga más complicado y deje de impedir mi encuentro con ella –La señora Baker estaba harta de tantos abogados y demás, solo porque la familia Britter no quería entregarles a su hija –Iré a un viaje a Londres y deseo verla, así que en unos días espero poder contar con la presencia de la niña en mi mansión de Londres ¿De acuerdo?

-Pero…

-Bien no se hable más, estoy cansada, Sr. Britter, nos vemos –Dijo mientras el automóvil se paraba, por lo que Peter bajo de este molesto y un tanto fastidiado por el tono de hablar de la señora, era bastante fastidiosa.

El automóvil arranco dejándolo en aquel lugar, solo podía pensar en ¿Cómo se lo diría a su hija?

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Candy estaba sentada en la colina de aquel hermoso jardín, pensando en lo que había pasado días atrás, Anthony le había dicho mil veces ya que Annie había sido la que lo beso, pero aun así no podía evitar pensar lo que su hermana dijo "Me gustas…" aquello no se lo esperaba, su hermana gustaba de la compañía del rubio tanto como ella lo disfrutaba y…le gustaba.

-Hola pecosa

La joven volteó y se encontró con el castaño quien le sonreía burlonamente, aquel había sido un encuentro inesperado pero no podía dejar de hablarle, no entendía porque pero aquella rubia le llamaba la atención, era como si algo le indicara que debía cuidarla y protegerla.

-Hola, Terry

-¿Sigues triste?

La joven miro hacia otro lado –No lo sé, es decir…no entiendo

-¿Qué no entiendes, Candy?

-¿Porque me importa tanto?

El castaño le miro entre burlón y molesto pues él sabía perfectamente, a la joven se le veía en los ojos, algo que realmente le molestaba -¿Te gusta?

La joven se sonrojo levemente, el castaño rio divertido –Ay, pecosa, es muy complicada tu vida

-Deja de decirme pecosa.

-Vamos no te enojes, si no se te verán mas

La joven molesta quiso golpearlo pero él la detuvo y entonces terminaron ambos en el pasto, el encima de ella y el encima, perdiéndose en los ojos de la joven, era algo extraño lo que sentía, pero a la vez le gustaba bastante lo que sentía, fue acercándose lentamente hacia ella dejándose llevar por el momento, la joven sonrojada comenzó a incomodarse por la situación sin saber que hacer, hasta que la salvaron.

-¡Candy!

Ambos jóvenes miraron en dirección de la voz y Anthony estaba ahí, mirando con odio a su hermano y con molestia a su amada, quien inmediatamente se levantó alejándose del castaño.

-Hola Tony –Dijo Terrence tratando de apaciguar un poco el momento incomodo

-¿Porque ibas a besarla?

Candy se sonrojo nuevamente

-Vamos…

-¡Te dije que no te acercaras a ella!

-¡Tú no eres quien para prohibirme nada, Anthony!

-¡Se supone que éramos hermanos, amigos!

-¡Eso no te da derecho a prohibirme amistades!

-¡No lo que te prohíbo es acercarte a la mujer que me gusta!

La aludida se sonrojo aún más pero molesta de que hablaran frente a ella sin prestarle la más mínima atención comenzaba a realmente enfurecerla

-¡Vamos Anthony Brown, realmente vamos a pelear!

-¡Si no mantienes tu distancia, si!

Terrence se acercó para tomarlo de los brazos y aplicarle una pequeña llave –Soy más fuerte que tú, ¡Ya deja de gritar como loca!

-¡Mira quién lo dice, Terrence!

Comenzaron a forcejear fuertemente, por lo que Candy trato de intervenir -¡Ya basta! ¡Anthony, Terry!

-No Candy, esto no se quedara así –Murmuro el rubio mientras la hacía a un lado suavemente

-¡Anthony!

-Déjalo le ganare, Candy

La rubia molesta los miro -¡Basta! –Ambos la vieron -¡Quiero aclararles algo a los dos, Terrence no vuelvas a tratar algo conmigo! –El castaño le miro sorprendido y molesto, hace rato no parecía molestarle -¡Y a ti Anthony Brown quiero que sepas al igual que tu Terrence que no soy una cosa para que se disputen por mí, soy una persona y Anthony se perfectamente bien a quien brindarle o no mi amistad, así que no eres nadie para prohibirme nada! ¡Y si aun así quieren comportarse como dos salvajes incivilizados, háganlo pero fuera de mi presencia!

La rubia dejo a ambos jóvenes sorprendidos y avergonzados por su comportamiento, ambos se encerraron en aquel momento en sus pensamientos mientras observaban a la rubia partir de aquel lugar, mientras la suave brisa soplaba en los rostros de los tres jóvenes, sin percatarse de que un rubio observaba toda la escena un tanto divertido e intrigado, deseaba ya conocer a la nueva amiguita de su sobrino.


Hola queridos lectores

primero que nada muchas gracias por leer mi fic, espero que le siga gustando :D

Stormaw muy cierto jejeej yo tampoco quiero hermanas como esas jejeje espero te siga gustando y lamento la tardanza estuve presionada aun lo estoy, estoy en examenes y el trabajo aaah pero aqui sigo ;D

Guest muchas gracias :D espero te siga gustando y lamento mucho la tardanza

Cinthya muchas gracias :D espero te siga gustando jejeje ;D

saludos