CAPITULO 22 LA DECISION DE CANDY Y TERRENCE


A veces los padres hacen sacrificios o juegan un juego que no les gusta, con tal de defender lo más preciado que ellos tienen que son los hijos, a veces deben arriesgar todo lo que tienen o lo que han logrado hasta ahora solo por defender sus tesoros o tan solo por mantener a los hijos bien y a salvo.

Ellos a veces deben jugar un ajedrez en la vida donde moverán peones y torres para simplemente evadir que algo nos pueda llegar a lastimar, muchas veces nosotros como hijos no nos damos cuenta de lo difícil que es ser un padre y juzgamos a la ligera y cuando nos damos cuenta de lo que en verdad está pasando…tal vez ya es demasiado tarde.

No solo con la muerte se terminan las oportunidades o el tiempo para compartir con tus seres amados los momentos más preciados que serán en tu vida, si no también se terminan al momento en que la vida nos juega una mala jugada para darnos un jaque mate.

C.B. Y T.B.B


Eleonor se encontraba en aquella hermosa mansión esperando poder esta vez sí ver a su pequeña hija, llevaba días tratando de verle pero siempre se le negaba aquello le dolía y le dolía demasiado, el saber que su propia hija no la soportaba ni la deseaba o necesitaba en verdad como para dejar que ella entrara en su vida.

-Señora Baker –Anthony se encontraba frente a ella sonriéndole amablemente –Candy…me pide que la pase al salón por favor por aquí –Dijo indicándole hacia donde se encontraba la pequeña sala de estar de los Ardley

El corazón le brinco de emoción realmente no estaba soñando ¿O sí? En verdad la vería nuevamente aquello debía ser un hermoso sueño, del cual deseaba nunca despertar.

-Hola mama –Dijo la joven sonriéndole radiante

Eleonor ya estaba llorando para ese momento y feliz se trató de acercar pero…

-Te dije que te los quitaría Eleonor –Murmuro el duque tomando a Candy de la mano y esta le sonrió maliciosamente a su padre

-Solo quería humillarte y decirte que he decidido irme con el duque, con mi padre –Dijo sonriéndole más, aquella imagen de la dulce Candy que conocía le ocasionaba realmente terror.

-Candy…

-Hasta nunca Eleonor

-¡No! ¡Candy!

De pronto la imagen se borró y grito fuertemente hasta que logro despertar.

Su respiración agitada y sudor en su frente, había sido tan solo una horrible pesadilla, se encontraba en su cama aun, aquella gripa le había tumbado hace días y no pudo seguir buscando a la joven a la mansión de los Ardley, pero no desistiría, debía buscarla, seguir insistiendo.

-No dejare que me los quiten –Susurro nerviosa pero segura de que haría lo que fuera con tal de que sus hijos se quedaran con ella.

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Una joven rubia iba caminando por las calles de New York, después de mucho pensar y de muchas platicas con Anthony y Albert había decidido darle una oportunidad a Eleonor Baker finalmente…era su madre, pero…

-¿Candy?

La rubia dio media vuelta para encontrarse con aquel hombre ya algo canoso quien le sonreía, tenía la misma sonrisa que Terrence.

-¿Qué desea? –Pregunto fríamente, ya sabía que el duque no tardaría en buscarla, Terrence se lo había advertido pero no estaba lista, aquel hombre había sido quien tomó la decisión de dejarla huérfana los primeros años de su vida, no quiso llevarla con él y eso le hacía guardarle un gran rencor que no debería.

-Quiero que sepas que a partir de hoy eres una Grandchester –Dijo mostrándole el documento que la hacía oficialmente hija del duque de Grandchester –Fui a la mansión pero me indicaron que no te encontrabas y pensé que andarías cerca de la casa de Eleonor

Candy le devolvió el papel –No lo seré jamás, aunque ese papel diga lo contrario –Dio media vuelta

-Espera –La tomo de la muñeca –Eres mi hija y como tal te comportaras, volveremos a Inglaterra y te convertirás un día en duquesa y…

-Jamás ¿No entiende? ¡No me importa ni su título de nobleza ni el dinero! ¡Usted no es nada mío y no quiero nada de usted, porque simplemente para mí es un completo desconocido que no merece nada de mí! ¡Así como yo no quiero nada de usted! –Se soltó bruscamente –Déjeme en paz y a Terrence también

-Ese hermano es una mala influencia para ti, pero me encargare de que…

-¿Candy? ¿Estás bien?

Eleonor estaba ahí…lo único que le faltaba a la rubia, quien comenzaba a arrepentirse de ir ese día.

-Si

La mujer la tomo del brazo para halarla hacia ella, la joven solo dejo que lo hiciera de Eleonor al duque prefería a la mujer que por lo menos se quería tomar el tiempo de conocerla y remediar el error, la que por lo menos no la abandono, si no que había sido arrebatada de sus manos cruelmente, mil veces prefería a su madre que a su padre.

-Candy ya es oficialmente una Grandchester

-Acabo de enterarme –Dijo la mujer molesta –Pero también lleva mi apellido –Menciono

-Si al igual que Terrence, es inevitable –Dijo molesto también –Pero me darán la patria potestad de los dos a mí, porque este no es un ambiente agradable para dos jóvenes

-Mi profesión no tiene nada que ver…

-Eres una actriz de cuarta y que todo lo ha conseguido a base de "favores inadecuados" –Dijo el hombre sonriendo

-Eso no… ¡No es verdad!

-Puedo hacer que sea verdad y lo sabes Eli, ¿por qué no dejas que me los lleve? Además son un estorbo para ti, mira lo que has hecho gracias a que te los quite

La mujer no pudo evitarlo y le dio una fuerte abofeteada, provocando la furia del duque quien le golpeó fuertemente provocando que se golpeara la cabeza, Candy miro con horror la escena y vio como el duque iba a golpearla nuevamente, así que se interpuso.

-¡No!

El duque se detuvo a tiempo antes de patear a su propia hija quien protegía el cuerpo de su madre con el suyo –Eleonor –Murmuraba mientras la movía pero ella no se movía -¡Eleonor! ¡La mataste! –Grito a su padre en su desesperación provocando que el duque se asustara y comenzara a pedir ayuda a sus acompañantes.

-Tranquila Candy la llevaremos a…

-¡Déjeme! –Dijo la joven alterada mientras corría hacia la mansión de la actriz para buscar a su hermano.

El duque no deseaba aquello, ordeno que la llevaran al hospital de New York, mientras ingresaba a la mansión para avisar a sus hijos quienes obviamente lo rechazaron y fueron sin más preámbulos al lado de su madre.

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El duque se encontraba en las afueras del hospital, al pendiente de la salud de Eleonor Baker, quien estaba delicada por el golpe pero le habían indicado que no era nada de gravedad.

-¿Qué debo hacer Jacob?

El hombre miraba al hombre con pena por no saber qué era lo que es ser padre y sabia tal vez que lo que diría cambiaría la vida de unos jóvenes pero no podía perder esa oportunidad el duque, debía aprender y enseñar también al ser humano que tenia dentro y ser por una vez un padre.

-El juez ya fallo a favor de uno de ustedes –Menciono observando la reacción del duque

-¿Cuál fue?

El abogado respiro profundamente antes de indicarle la respuesta que habían dado.

-Eleonor tiene la patria potestad de ambos, pero –El duque miraba molesto al abogado –Dado que ambos ya son mayores y ya no son niños pueden decidir con quién irse, si con usted o con Eleonor, por ahora tiene permiso de estar con ellos 60 días, mientras la madre se recupera –Entrego los documentos –Piénselo, mi consejo como su abogado y amigo –El hombre no negó ni aprobó nada por lo que el continuo –Le aconsejo que se acerque a sus hijos, que vea estos sesenta días como una oportunidad para hacerlos cambiar la opinión respecto a usted, que puede ser un padre realmente y no solo ser el duque que todos deben temer y respetar.

-Gracias Jacob

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-¿Mama?

-Terry…

La rubia miraba desde lejos la escena había tenido un gran miedo y terror al pensar que algo le pudo pasar a aquella mujer que le había dado la vida y que…por azares del destino ahora tenía en su vida nuevamente, algo que debía agradecer y no maldecir.

-¿Candy?

La joven se acercó –Aquí estoy

-Gracias –Dijo con lágrimas en los ojos, la rubia le miro también con los ojos verdes cristalinos y se dejó vencer por esa mujer, recargo su mejilla en el antebrazo de su madre y dejo caer unas pequeñas lágrimas

-Mama –Susurro tratando de expresar así que intentaría dejar atrás su pasado, el pasado de su familia, de su madre y hermano quienes no eran culpables del todo y que también fueron víctimas del destino y de la crueldad del duque.

Eleonor lloro aún más por la felicidad que sentía en aquel momento, ahora si hecho realidad pero su felicidad duro poco, en aquel momento ingreso Richard, quien miraba la escena fríamente.

-Qué bueno que estés mejor –Susurro, Terrence y Candy le miraron molestos –No me vean así, Eleonor se hace la victima siempre para conseguir lo que desea, lástima que nunca puede ganar –Dijo sonriendo sombríamente

-¿Qué quiere decir? –Pregunto la rubia molesta

-Lo diré de esta forma el juez me ha otorgado los siguientes sesenta días para estar con ustedes, mientras el juicio continua y su madre se recupera, entonces no tienen opción, pero –Dijo al ver que Terrence iba a protestar –Si se niegan a venir conmigo, me encargare de que su madre y su patética carrera se destruyan, todo lo que tiene lo perderá y ustedes aun así terminaran conmigo, porque dudo que desde la prisión pueda hacer algo Eleonor.

-¡¿Cómo te atreves?!

-Así no ganaras nada, padre –Dijo Terrence molesto

-No me importa lo que digan –Eleonor sentía que su peor pesadilla se hacía realidad. -¿Entonces que deciden?

Candy miro a Eleonor, no podía permitir ese sufrimiento a su madre ni tampoco quería ser un estorbo para ella, respiro hondamente antes de tomar su decisión, el duque ya lo había hecho era jugar sucio, entonces ella también lo haría.

-Bien, me iré contigo

El duque sonrió triunfantemente, mientras Eleonor miraba con dolor la escena –Candy…no… -Susurro triste pero la joven se acercó a su padre.

-Debo ir por mis cosas…

-Mandare por ellas, nos quedaremos en el castillo que tenemos aquí –Sonrió, miro a Terrence pero el joven no se movió –Ya sabes donde esta Terrence, ve cuando haya llegado la persona encargada para cuidar a su madre.

Richard tomo de la mano a la rubia quien miro con tristeza a su madre y a su hermano, mientras salían de la habitación.

-Candy…

-No te preocupes mama, yo no iré con el –Dijo el joven tomando a la mujer de la mano y sonriéndole –Me quedare contigo

-Pero… ¿Y Candy?

Pudo notar que su madre estaba intranquila por su hija y no era para menos, el duque no era de fiar, debía tomar la decisión de si quedarse con su madre o irse con su hermana ¿Qué debía hacer? Ambas lo necesitaban.

-Cariño –Eleonor le miro con dulzura –Debes ir con ella, Candy no conoce al duque y no…no quiero que este sola con el…me da miedo que…le haga daño

Recordó aquellos años de dolor y soledad que paso junto a su padre, realmente no deseaba que eso mismo pasara con su hermana.

-Pero…no quiero dejarte sola

-Necesito que la protejas…ella es tu tesoro ¿No? –Pregunto con dificultad la mujer –Ella y tu son mis tesoros, Terry…no me importa si me quita todo…no me importa solo…no quiero que les haga daño…por favor júrame…que la protegerás de todo…júramelo…no la dejes sola como yo…los deje –Dijo con lágrimas en los ojos

-Shhh ya no importa eso mama, te lo juro

-Gracias

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Terrence se encontraba en aquel castillo que esperaba no volver a pisar, en aquel lugar había estado cuando su padre había decidido viajar por negocios aunque en realidad termino dejándolo encerrado mientras él se divertía según escucho a los sirvientes decir eso mientras sentían lastima por él.

Respiro hondo para ingresar, solo eran sesenta días, sesenta días de tormento pero debía soportarlos por Candy y por su madre, por ellas lo haría, pero cuando ingreso no pensó en encontrarse aquella escena que lo dejo helado.

-¡Candy! –La rubia estaba en el suelo, frente a ella se encontraba aquella mujer que tanto odio por toda su vida y ahora más. -¡Michelle! ¡¿Qué diablos haces aquí?! –Grito enloquecido mientras se acercaba a su hermana quien había estado discutiendo con ella antes de que el llegara.

-Dos bastardos son mucho en esta familia –Murmuro molesta

-¡No la vuelvas a tocar!

-Terry –Susurro Candy tocando su brazo para detenerlo

-Me asustas mucho Terrence –Dijo bostezando

-¡Ya basta! ¿Qué ocurre aquí?

Ambos jóvenes miraron molestos al hombre que acababa de ingresar, pero este miraba sonriente al joven, sabía que sería más difícil convencerlo pero Eleonor le había puesto todo en bandeja de plata y ahora debía aprovecharlo al máximo, pues deseaba volver a Inglaterra lo más rápido posible.

"Pobre ilusa, igual que sus hijos, se creen todo y son cobardes" pensó sonriendo triunfantemente.


Hola queridos lectores

bien aqui les dejo el capitulo de hoy :D jejeje espero que les guste recuerden que este fue el fic ganador en cuanto a reviews que recibio, por eso se esta actualizando diaramente pero pueden votar x mis otros fics

ahorita el que va ganando es en busqueda de la felicidad ;D anunciare el ganador el viernes

saludos y lindo martes