CAPITULO 24 LA CRUELDAD DE MICHELLE GRANDCHESTER II


A veces las cosas no salen como uno lo desea, muchas veces aprendemos de nuestros errores y de lo erróneo que estamos en nuestra miserable vida, pero entonces si nos damos cuenta ¿porque no cambiamos? ¿Porque nos aferramos a seguir engañados y vivir engañados por el resto de nuestras vidas?

El orgullo, esa es la respuesta, nuestro orgullo como padres no nos permite admitir en muchas ocasiones los errores que hemos cometido y menos ante nuestros hijos, si es difícil admitirlo con gente adulta, nuestras mismas amistades o con la persona que se supone compartirías tu vida por siempre hasta que la muerte nos separara.

A veces el orgullo solo es un mal consejero como una mala mujer que no nos ama, entonces ¿Cómo remediar errores sin aceptar tu derrota?...simplemente como seres humanos se supone que somos pensantes pero…cuando el orgullo puede más que la razón, entonces la inteligencia desaparece y por consecuencia no cambiamos.

R.G.


Era una nueva mañana, los pajarillos comenzaron su cantar en aquella húmeda mañana, el sol ya comenzaba a brillar anunciando una nueva oportunidad, un nuevo día y un nuevo comienzo para muchos.

Los rayos de sol ingresaron a la habitación de la joven rubia quien ya no se encontraba en su cama, la joven estaba mirando por la ventana pensando en lo preocupados que estarían por ellos la familia Ardley, no había enviado ni un mensaje, nada con tantas cosas, se le había olvidado.

"Terry dijo que él se encargaría" pensó tratando de tranquilizarse a sí misma cuando tocaron la puerta

-¿Quién es?

-Michelle querida

La rubia se tensó y lentamente comenzó a remover sus ropas para poder cambiarse pronto –Lo siento, señora pero estoy cambiándome

-Por favor querida, serás como mi hija ¿No?

-Pero no lo soy –Murmuro la joven pero la duquesa alcanzo a escuchar.

-Mira Candice debemos llevarnos bien ¿No te parece? No deberías seguir los mismos pasos de tu hermano mayor, además el en cualquier momento desaparecerá

-¿Cómo?

-Es común en él, siempre lo hace y dudo que deje de hacerlo aun contigo aquí

La rubia no dijo nada y se metió al cuarto del baño sin responderle a la duquesa quien escucho cerrarse la puerta y solo sonrió, al menos había logrado arruinarle un poco la imagen que tenia de Terrence.

"Atacarla hasta que ella misma decida irse, es la mejor idea" pensó feliz mientras iba a ver a su hijo "Terrence no es competencia ni peligro, nunca le ha interesado el titulo de los Grandchester pero esta chiquilla, ella sí que lo representa porque Richard no se encapricho con ella solo porque…seguramente esta arpía es una interesada"

-¡Michael! –Grito colérica al ver a su hijo jugando con Terrence, ambos se sobresaltaron y miraron a la mujer quien enrojecida del coraje se acercó a su hijo de 14 años de edad para halarlo hacia el -¿Cuántas veces te he dicho Terrence que no te le acerques?

-Michael nos vemos luego –Comento el joven sin alterarse y mirándole al pequeño con una sonrisa –Con permiso

-¡Bastardo! –Grito Michelle molesta mientras tomaba a su hijo bruscamente –Te he dicho miles de veces que no te le acerques, él es un bastardo que quiere quitarte lo que por derecho te toca a ti –Exclamo -¡No debes olvidarlo, Michael!

-Pero mama….

-Nada de peros, vamos

El joven no dijo nada solo molesto siguió a su madre.

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-Buenos días Anthony

-Buen día Albert ¿supiste algo?

-Vaya sobrino tal parece que te importa más Candy que tu propio tío –Dijo bromeando –Pude morir de neumonía y no te importa al parecer, sabes anoche hacia mucho frio

-Lo siento Albert pero…

-Te comprendo, pequeño y si…El duque de Grandchester se llevó a Terrence y Candy mientras su madre se recupera…la patria potestad fue dada a Eleonor.

El joven suspiro de alivio –Menos mal

-¿Porque lo dices sobrino?

-El duque no es exactamente la paternidad andante –Explico –Siempre dejaba solo a Terrence por eso él siempre se la pasaba conmigo

-Entiendo pero no tiene porque siempre ser así

-No hizo nada cuando fue el cumpleaños de Terrence, creo que desde antes de que yo lo conociera no tomaba en cuenta esa fecha –Dijo melancólico –El primer año que pase junto a él en su cumpleaños…él estaba muy feliz –Dijo sonriendo tiernamente recordando aquel pequeño, a su hermano –Pero…después me comento por qué y…decidí entonces hacer siempre una tradición en su cumpleaños

-Tal vez cambio

-Tal vez…si me gustaría creer en milagros Albert, pero sé que ese señor no ha cambiado ¿Qué lo haría cambiar ahora?

-Candy es una chica particular e interesante, además de ser extremadamente agradable ¿No?

-Si tal vez, pero hasta Candy puede perder las esperanzas y la paciencia, ya no es una niña después de todo es una adolescente –Comento Anthony

-Al igual que tu –Comento tranquilo su tío

-No eres mayor

-Quizás no física pero si mentalmente sobrino

El rubio le dio un puñetazo amistoso en el hombro mientras ambos reían.

-Perdón por interrumpir –Dijo George ingresando al estudio

-¿Qué ocurre George?

-Acaba de llegar este telegrama –Comento entregándoselo a Albert

Este al terminar de leerlo volteo a ver a Anthony preocupado -¿Crees poder aguantar a una indeseable visita?

-¿A qué te refieres?

-Annie viene para acá

El rubio quedo sin habla, no sabía cómo iba a reaccionar ante esto, solo sabía que en su interior un león rugió en señal de que no podría controlarse todo el tiempo después de todo lo que le hizo a su Candy.

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El pequeño jardín de aquella mansión de los Grandchester era realmente hermoso pese a lo estrecho que era, la joven miraba a su alrededor mientras caminaba por los linderos que daba hacia un pequeño bosque al parecer o al menos eso parecía pero tal vez solo era un pequeño parque.

-Candice –El duque estaba detrás de ella, la joven volteo a verlo con verdadero rencor en sus ojos

-No me mires así, querida

-¿Porque?

-¿Porque los tengo aquí?

-No… -Dudo un poco -¿Porque me abandono? ¿Porque hizo lo que hizo con Eleonor?

El semblante se endureció –No lo entenderías, eres aun una niña

-Cumpliré pronto quince años –Exclamo la joven

-Y Terrence cumplió los diecisiete, eso no quiere decir que sea más maduro que antes

-Terrence apenas los cumplirá ¿Ni siquiera sabe el cumpleaños de su propio hijo? –La mirada del hombre se oscureció –Entiendo que el mío no lo sepa pero…Terrence ha vivido con usted toda su vida

-No te confundas, pecosa –Intervino una voz proveniente de un árbol –Vivimos juntos pero estábamos más separados que los continentes –Exclamo sin una pizca de dolor –Siempre se olvida de los cumpleaños de su familia si es que alguna vez la tuvo pero deberías preguntarle el cumpleaños de sus allegados, e incluso creo que sabe el de la servidumbre –Reprocho sutilmente

-Eso es mentira Terrence –Vio a la joven –Vamos a sentarnos Candy –Comento mientras tomaba a la joven del brazo y la guiaba a la mesa que estaba en aquel jardín.

-¿Y bien? –Pregunto la joven no dejando el tema en el olvido, por lo que el duque suspiro pesadamente

-Tuve que irme

-¿Porque separarnos de nuestra madre?

-En un principio pensé llevarme a ambos a Inglaterra pero mi padre había planeado algo para ti y que yo no deseaba –Comento tranquilamente –Al darme cuenta de que de todas formas no te tendría conmigo, mi mejor idea fue dejarte en un lugar donde sabía que estarías bien

-¿Cómo lo sabias?

-Solo…digamos que pude enterarme de ese lugar por una persona que estuvo ahí y entonces por eso pensé que era lo mejor.

-Me abandonaste entonces

-Fue por tu bien

-¿Mi bien?

-Sé que no te parece así pero en realidad si lo fue, al menos por el momento lo fue

-Creo que tienes un modo de pensar del bien y el mal que esta erróneo, Richard –Dijo la joven sin molestarse y sin demostrar nada más que odio hacia su padre

-Quizás esa es tu opinión pero no eres quien para juzgarme, simplemente eso pensé y ya

-¿Y ya? Qué fácil es para usted ¿cierto? ¿Cree que eso es una disculpa o que debo disculparlo solo por eso, porque pensó que era lo mejor? Pues no señor, no le perdono ni tampoco lo puedo olvidar

-Lo haces complicado, te pareces a tu madre –Comento

-Qué pena para usted ¿no?

-Todo lo contrario Candice, yo ame a Eleonor como nunca he amado ni amare a nadie

-Su forma de demostrar el amor a sus seres queridos es errónea

El duque se puso de pie –En la noche hay una obra de teatro y quiero que me acompañes, por favor

-No

-Si lo harás, es una orden Candy

La joven solo le miro molesta, después el duque se fue rápidamente del lugar, aquello de ser padre y sobretodo tratar con una mujer, niña, tan parecida a Eleonor, lo empeoraba todo.

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-Anthony no seas tan necio ¿A dónde iras?

-No me importa no quiero estar aquí cuando Annie venga –Volteo a ver a su tío quien estaba realmente preocupado –Perdóname pero es que no me puedo controlar…lo que esa…hizo no tiene perdón y…

-Te comprendo pero debes avisarme cuando llegues a Lakewood

-Por supuesto

-¿Visitaras a Candy?

-Si

-Bien pero no lo hagas ahora, no es prudente

-Bien pero iré –Prometió

-Lo sé, con cuidado Anthony

-Claro

El carruaje comenzó a moverse de manera rápida mientras el rubio miraba alejarse, sintiendo una terrible punzada como un mal presentimiento, esperaba que solo fuera eso y no fuera algo…no, no debía pensar cosas malas, Anthony y su familia estarían bien.

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Aquella mañana amaneció muy lúgubre, el mayordomo de los Ardley había ingresado corriendo a la mansión tratando de hallar a la persona indicada para avisarle del "accidente"

-¡Joven Albert! –Grito al entrar a su alcoba -¡Anthony! ¡Señor, Anthony!

-¡¿Qué es lo que ocurre con él, que pasa?!

-Tuvo…tuvo un accidente

El rubio quedo sin palabras, de inmediato se levantó para ir en su búsqueda rogando que su sobrino estuviera bien.

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En un pequeño lugar cerca de Lakewood se encontraba una joven sonriente, mientras aspiraba el aire de aquella mañana fresca mirando dentro de la cabaña y sonreía aún más.

-Bien Archie hiciste un gran trabajo –Comento al sentir los brazos masculinos a su alrededor de la cintura

-¿Obtendré mi premio?

-Claro que si –Dijo sonriéndole dulcemente –Pero no ahora –Comento tranquilamente

-En la noche

-Quizás

-Hice lo que me pediste

-Pero no fuiste muy precavido ni cuidadoso

-Estará bien

-Más te vale o pagaras con tu vida

El joven sintió su corazón detenerse –Yo…

-Sabes que no bromeo ¿Verdad? –El joven trago saliva trabajosamente mientras forzaba una sonrisa

-Si

-Bien

-Pero…

-Cállate ya, mejor vamos –Dijo la joven tomando su abrigo de la mano del joven –Debemos irnos a la ciudad para no levantar sospechas ¿Tienes los boletos?

-Si

-Bien vamos

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El rubio miraba por todas partes en el lugar de los hechos, esperando encontrar una pequeña pista tan solo una de donde estaría su sobrino pero no hallaba nada, solo encontraron su maletín y algunas partes del carruaje cuando este se volcó, los caballos se habían ido asustados, ¿Por qué demonios dejo que se fuera?

-Anthony –Susurro con lágrimas en los ojos, mientras la lluvia comenzaba a caer uniéndose al gran dolor que tenía en aquel momento por no hallar a su sobrino, aquella desaparición del rubio nunca se lo perdonaría.


Hola queridos lectores

bueno les dejo el capitulo de hoy, espero les guste mmm la verdad es que la historia tomo un rumbo diferente jejeje pero quede satisfecha con la idea jjijij ;D

no me culpen ellos me llevan :O soy inocente

jejeje

bueno espero que les guste ;D

por ahora van empatadas ami-enemigas y busqueda de la felicidad no olviden votar, mañana anunciare cual quedara ;D

tambien listen to heart esta pisandole los talones jejejej

espero que esten teniendo un lindo jueves jejejeje :D

saludos