Disclaimer: Los personajes le pertenecen a sus respectivos dueños (J.K.Rowling y editoriales). Yo solo me permito tomarlos prestados para mi fic. (No creo que se quejen)

Advertencias: Spoilers del 6to libro (si no lo has leído detente aquí); Slash (homofobos¿que demonios hacen aquí?).

Esta historia está prácticamente terminada… en mi cabeza. Pasarlo a papel es difícil, lamento las demoras.


Redemption

Capitulo 3

La puerta permaneció abierta el tiempo suficiente para poder pasar sin tener que acercase mucho a ninguno de los aurores.

La habitación parecía una versión pequeña de la sala número 10, igual de oscura, húmeda y desagradable. Los aurores sentaron al ausente Draco Malfoy en un banco de hierro que estaba en el centro, debajo de una araña con velas. En cuanto tomó asiento unas cadenas se levantaron del piso y se enredaron en sus piernas, tal vez con demasiada fuerza juzgando por la expresión que Malfoy hizo. También a sus manos se adhirieron unas cadenas, que pese a todo, le dejaban cierto campo de movimiento.

Harry se fue a un rincón de la habitación para no estorbar a nadie y ocultarse en las sombras. Aunque fuera invisible, estaba seguro de que si alguien llegara a verle un tobillo los guardias dispararían antes de preguntar.

Los aurores salieron de la habitación y cerraron la pesada puerta de madera.

Harry se quedó inmóvil por unos minutos, mientras desaparecían todos los sonidos del exterior. Se limitó a mirar al ser sentado en el banco.

Estaba tan quieto que ni siquiera podía ver si su pecho se movía al respirar, o si parpadeaba. Si no supiera de ante mano lo contrario, hubiera dicho que ese ser no tenía vida.

Se acercó lo más lento y pausado que pudo para que sus pasos no se escucharan.

Cuando estaba a menos de un metro y apenas había entrado al área de luz, se detuvo y siguió mirándolo. En ocasiones anteriores había visto a Malfoy desanimado, apático, incluso derrotado, pero nunca de esta forma…

De pronto Draco miró directo hacía donde estaba él, mientras Harry ya tenía una mano en la boca. ¿De donde había salido ese estúpido suspiro? Y ¿Por qué seguía con la capa puesta? No tenía mucho tiempo…

Lentamente abrió la capa, ante la mirada ligeramente sorprendida de Malfoy. Pero cuando se la hubo quitado por completo, éste se volteó para otro lado, fastidiado.

-¿Es tu premio por ser el lame botas del ministro, Potter¿Te permiten venir a burlarte a gusto?

-No seas id… Nadie sabe que estoy aquí.- Harry no pensaba caer en ese juego.

-Si claro-murmuró Draco- ¿entonces vienes a burlarte pero sin permiso?- Lo miró directamente a los ojos con seriedad. Harry se preguntó cuando orgullo debió tener dentro cuando éste estaba intacto.

-Mal de nuevo -le respondió- aunque te parezca extraño, no vine a burlarme.

-Por supuesto- irónico- estoy aquí encerrado, como juraste que me verías y no vienes a jactarte ello.- intentó girarse un poco en el banco para no tener que ver directamente hacia Harry, pero las cadenas treparon más por sus piernas y se apretaron de nuevo.

-Sospecho que si te sigues moviendo se apretarán más.

-No me digas- sarcástico

-Malfoy¡En realidad no me estoy burlando!- Se puso en cuclillas junto al banco, buscando su mirada. Si quería hablar con él, tenía que dejar de estar a la defensiva. Draco pareció meditar un poco sus palabras.

-Tienes razón, no eres del tipo burlón o vengativo, sino el buen Gryffindor¿no es así?- Volvió a dirigirle la mirada

-Malfoy, no tengo tiempo que perder, si alguien me encuentra aquí, no sé que me harán.

-¿Y entonces para que entraste aquí en primer lugar?- Preguntó con fingida inocencia - ¿Qué haces aquí y que quieres?

"Buena pregunta¿Qué demonios hago aquí?"

-¿Es cierto que te entregaste? – le soltó para ganar tiempo.

-¿Eso que importa?- mirando hacía el techo

-Claro que importa. Si renunciaste te matarán. Así que… para asegurar tu sobrevivencia, te entregaste ¿no es eso?

Draco le lanzo una mueca.

-10 puntos para Gryffindor.- intentó de nuevo moverse, y consecuentemente las cadenas se apretaron dolorosamente.

-Deja de moverte.- le murmuró Harry, tratando de ignorar que Draco había cerrado los ojos con fuerza cuando las cadenas tintinearon.

Harry se levantó y se puso a caminar alrededor de Malfoy, lentamente. Se quedaron en silencio unos momentos, cada uno sumido en sus pensamientos.

-¿Qué pasó… cuando te fuiste?- le preguntó Harry aún caminando y tratando de ordenar sus pensamientos.

-¿A que te refieres?- sonaba cansado de nuevo.

-Te fuiste con Snape, y los otros… ¿a donde te llevaron¿Qué has estado haciendo desde entonces?

-Pensé que esto no era un interrogatorio- burlonamente.

-Esto no tiene gracia- volvió a detenerse delante de él, en donde a penas le llegaba la luz de las velas.

-¿Ah, no? -con una risa que se volvió amarga- ¿Entonces para que demonios quieres saber?- repentinamente serio.

-Quiero saber si vales la pena.- fueron las únicas palabras que se le ocurrieron para expresarse en ese momento. Malfoy se quedó perplejo por un momento. Y atropelladamente preguntó para qué debería valer la pena.

-Escucha, yo…. sé lo que pasó- confesó Harry rehuyendo su mirada- ¿Recuerdas que había dos escobas en la torre… esa noche?- se giró repentinamente nervioso. Y, cerrando los ojos esperó la exclamación que sabía, vendría. Pero como no escuchó nada, se dio la vuelta otra vez. Malfoy estaba mirando al piso, pensando a toda velocidad.

-Eras tú… - murmuró al fin- ¿tu estabas allí…?- le miró- ¿Tu estabas allí y no hiciste nada, idiota!- trato de incorporarse y las cadenas de las muñecas se acortaron rápidamente, obligándolo a sentarse de nuevo.

-No podía hacer nada- le respondió Harry y se dio cuenta de que era la primera vez que lo decía en voz alta.

-¡Me viste a mi entrar y no hiciste nada! Y luego viste a los otros, y luego a Snape… ¡y no hiciste nada!- lo último lo dijo gritando.

-¡Baja la voz! ; escucha, no estoy aquí para justificarme contigo. ¡No podía hacer nada, y se acabó!- inhaló profundamente para calmarse y continuó- lo que me importa en éste momento es… si tu… ¿consideraste la propuesta que Él te hizo?

-¿La propuesta?- fingió pensar arduamente -¿una que decía algo así como "ven con nosotros y resolveremos todos tus problemas"?- sarcástico de nuevo.

-Exactamente- ni siquiera trató de rebatir el sarcasmo. Al fin y al cabo, cuando la propuesta había sido hecha, por un momento, el mismo pensamiento había cruzado por su mente.

-Si estuviste allí viste claramente que no la acepté.

-Estaba allí y vi que, o se te acalambró la mano, o estabas por aceptar.-estaba perdiendo la paciencia. Miró su reloj y comenzó a ponerse nervioso. Ya deberían haberse dado cuenta de su desaparición.

-¿En serio crees que iba a aceptar?- arrastró las palabras como solo él sabía hacerlo, mientras negaba con la cabeza.

-En realidad, si. Eso pienso. Pero lo que importa ahora es si de verdad te merecías ese ofrecimiento o no. – Ignorando la risa despectiva de Malfoy, continuó- Sé que, aunque supuestamente lo intentaste, no habías matado a nadie hasta hace unas semanas.

-Me alegra ver que sigues al tanto de mis fracasos.- Respondió de nuevo, desanimado.

Harry pensó decirle que creía que el hecho de no haber matado a nadie todavía no era un fracaso, sino lo contrario, pero se ahorró el comentario. Quiso pensar que esa respuesta significaba que su historial de asesino, aún no se iniciaba.

-Escucha Malfoy… sé que… no soy la persona que esperabas que…- pasó saliva, pesando si de verdad valía la pena arriesgarse por lo que estaba a punto de decir.

Ante su vacilación, Draco subió la mirada pero no la cabeza, lo que le daba un aire tremendamente inocente. Mismo que se acentuó por lo que, muy a su pesar, Harry terminó escuchando.

No hay segundas oportunidades. No tengo tan buena suerte.

-Creo que puedo sacarte de aquí- le dijo lo más seriamente que pudo.

¿Qué?

-Puedo sacarte de aquí si logro arreglar un asunto.- se dio la vuelta para romper el contacto visual, no quería seguir escuchando- Pero lo que realmente importa es si estás dispuesto a aceptar la oferta.

Malfoy estaba estupefacto cuando Harry lo vio de reojo, afortunadamente sin oír nada.

-Pero sin Dumbledore... ¿Cómo podrías tu sacarme?

-Eso es asunto mío- le respondió cortante- Te ofrezco el mismo trato, simplemente.

No quería pasarse otros veinte minutos allí solo para convencerlo de que podría sacarlo. A decir verdad, no quería pensarlo en ese momento… ¿Y si no resultaba?

Su turbación se frenó cuando Malfoy volvió a hablarle, con el sarcasmo de regreso.

-Y yo voy a deberte mi existencia entera por el resto de mi vida¿no? – rió sin gracia- Suponiendo que puedas… ¿Qué podría convencerme de que no vas a matarme tan solo cruce esa puerta¿O que te hace pensar que no voy a matarte yo a ti a la primera oportunidad?

-No seas idiota- con exasperación.

-Soy precavido- entrecerrando los ojos – aún no aprendes que no hay que confiar siempre en la gente, Potter?- hiriente.

Por unos segundos Harry no comprendió a que se refería, pero después…

"Dumbledore".

-Imbécil- le dijo con auténtico resentimiento. Se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la puerta con la clara intención de marcharse. Al demonio con hacer lo moralmente correcto… al demonio Malfoy. Estaba pasándose la capa invisible por la espalda cuando…

-Espera.- dijo Draco tras él en apenas un susurro. Pero lo que hizo que se diera vuelta y lo encarara de nuevo no fue la petición, sino el tono en que fue hecha.

-¿Para que crees que te ofrecería sacarte de aquí? – con repentina rabia- ¿Para humillarte¿O para vengarme por la estupidez que cometiste al dejarlos a ellos entrar? Bueno eso sin contar todas las que ya me habías hecho antes.- suspiró. – Pero yo no soy así, como tú dijiste. Él te hizo una propuesta y estoy respetándola, solo por que sé que estabas por aceptar- Draco subió una ceja- Sé que es así, no importa lo que digas.

Malfoy no respondió, pero Harry lo tomó como un silencio afirmativo.

-Y entonces… ¿después que? – Harry lo interrogó con la mirada- Suponiendo que acepto y que consigues sacarme de aquí¿que haré? Esconderme o huir por siempre para que no me maten no suena agradable, mucho menos si es con tu… variado microejército de perdedores.

-¿Estás aceptando?- Inquirió Harry sintiendo de pronto una especie de ligero alivio, por alguna extraña razón.

Malfoy pareció meditar unos segundos la pregunta, mientras miraba penetrantemente al piso.

-Pon las condiciones en claro y lo consideraré.-le dijo con cierto brillo maliciosos en los ojos. Harry estaba pasmado por el cómo, y a pesar de estar en semejantes condiciones, podía conservar esa extraña frialdad calculadora. Parecía que estaba cerrando cualquier trato, no un trato que decidiría su futuro a largo plazo.

Harry regresó sobre sus pasos hasta volver a estar muy cerca de la silla de cadenas, con la capa colgando de los hombros. Más seguro de lo que en realidad se sentía respondió a la pregunta.

-Primero, trataré de sacarte de aquí sin que nadie fuera de lo necesario lo sepa. Si se puede hacer pensar a todo el mundo que te enviaron a Azkaban de por vida, mejor. Después…eh…- de pronto se le ocurrió- hay un lugar en donde puedes quedarte, y donde nadie podría encontrarte.

-Ajá, muy lindo.- sarcástico- Harías todo eso… ¿solo por que si?

-Supongo que si… por ahora. Aunque -cayendo de pronto a la realidad- puede que ellos (ya sabes: la Orden) quieran hacerte preguntas, o cosas así.

-Si, eso pensé. Después de todo… perdieron a su mejor espía

Harry estaba a punto de reclamarle que se la pasara diciendo sarcasmos sobre lo acontecido la noche en que Dumbledore murió, cuando se le ocurrió una posibilidad tan grande que la idea de sacar a Malfoy de allí le pareció aún más prioritaria: si Malfoy podía darles algo de información sobre el otro bando, también era muy probable que le pudiera dar indicios sobre el paradero de cierto ex-profesor de pociones y defensa, al cual ansiaba encontrar y no precisamente para tomar el té. Después de todo, se habían escapado juntos hacía tan solo unas semanas…

Se escucharon ruidos fuera de la habitación. Gente corriendo. Harry miró su reloj de nuevo y se dio cuenta de que llevaba tiempo suficiente allí metido como para que ya se estuviera haciendo una búsqueda masiva de él por parte de su guardia.

-Tengo que irme ya… Tienes 10 segundos para tomar una decisión -lo apremió cuando escuchó pesadas pisadas fuera, en el corredor.

-¿En serio podrás….?

-Si, haré lo que pueda. – susurró rápidamente, sintiendo ambos un escalofrío al escuchar el forcejeo de una llave en la cerradura de la puerta.

-De acuerdo, acepto- Alcanzó a decir Draco antes de que Harry se cubriera con la capa y la puerta se abriera.

Se trataba de un par de magos con aspecto de eruditos, acompañados de un auror que aún portaba esa extraña túnica similar a la de los dementores.

Harry fue testigo de cómo el rostro de Malfoy cambiaba de nuevo a esa extraña expresión de apatía, totalmente abstraída. Los magos esperaron junto a la puerta hasta que él auror volvió a cerrarla.

-¿Listo para hablar con nosotros, chico?- dijo el auror refiriéndose a Malfoy, quien ni siquiera lo miró.- No podrás seguir resistiéndote por mucho tiempo.

Como Malfoy seguía sin contestar, el auror le índico a los otros que se acercaran.

Harry le dio la vuelta al banco en el que estaba Malfoy justo a tiempo. Uno de los magos instaló, justo donde él había estado, una pequeña mesa plegable. Cuando le dio un toque con la varita, la mesa se abrió revelando un gran grupo de frasquitos de colores.

-Preparé ésta esta misma mañana- dijo el anciano mago enseñándole a su compañero una botellita de color verde asqueroso- dudo que pueda soportarla.

El otro mago se veía escéptico ante ésta afirmación. Simplemente se giró para hablar con el auror, que se había recargado cómodamente en la pared.

-Si quieres puedes regresar al cuartel. Si funciona- rodó los ojos- tardará un poco.

-¿Seguros que no quieren que me quede?

-Dudo mucho que pueda hacernos algo- respondió el mago que tenía la botellita en la mano y una cuchara en la otra. – él tiene razón, puedes irte.

Cuando el mago se incorporó pesadamente, Harry vio su oportunidad de salir, por fin de allí.

Se acercó al oído de Malfoy, aprovechando que los magos deliberaban la dosis necesaria de la poción.

-Aguanta, no tardaré mucho- le susurró

Lo más rápido que pudo se acercó a la puerta mientras el auror tiraba de ella, para abrirla.

-Volveré en un rato, para ver como va todo.

Cuando la puerta se cerró y el auror comenzó a alejarse, Harry se quitó la capa, y trató de calmar su respiración.


Aprovechando una racha de inspiración logré (por fin) terminar este capítulo.

Mis disculpas si quedo algo raro, (y por cierto, besos a mi Beta) y por tardar tanto.

Gracias por leer… y por tu Review, si dejas uno (que espero que si!)

Los siguientes capítulos están en proceso. Tengo ya varios terminados, aunque no sé muy bien en donde van a encajar…

Hasta Pronto.