Soma se incorporó con dificultad, sintiendo un agudo dolor en el costado. Tomó a Danielle en sus brazos y la revisó para comprobar que no tenía heridas. "Por lo visto solo ha sufrido una fuerte conmoción" pensó aliviado. Soma retiró algunos cabellos que se habían pegado a su frente húmeda y observó su rostro sereno.
-Pareciera esta durmiendo… - Soma se incorporó, y el dolor del costado casi lo hace derrumbarse, más el aguantó para no dañar su preciosa carga - No te preocupes, yo cuidare de ti, como hiciste tú conmigo.
Soma salió de la habitación, llevándosela hacia al parte inferior de la casa y la dejó sobre el sofá, delante del fuego. Para evitar que esa cosa o cualquier otra los perturbaran de nuevo, tapió la ventana de la habitación lo más rápido que pudo, para volver con ella. En cuanto hubo terminado, Soma bajo rápidamente las escaleras, que emitieron algunos crujidos. El dolor del costado no disminuía y solo cuando estuvo con Danielle, Soma se dio cuenta que el dolor se debía a una costilla rota. Se quitó la playera negra, revelando un abdomen plano y atlético que procedió a vendar para inmovilizar la fractura. Esto ayudo a paliar el dolor por el momento. Levantó la vista y observó como el fuego jugaba con las sombras de la habitación e iluminaban el rostro de Danielle, dejándola en un perfecto claroscuro. Se acercó a ella y se quedo mirándola, arrodillado al lado del sofá, hasta quedarse dormido.
Danielle despertó al día siguiente. El fuego se había extinguido y las ventanas mostraban el lugar cubierto de niebla. Se incorporó suavemente y notó a Soma durmiendo cerca de ella. Ella alargó su mano para despertarle, pero decidió no hacerlo. Se escabulló de las mantas para no despertarlo y tomando una manta, le cubrió con ella. Buscó su abrigo para salir a continuar con su búsqueda en cuanto Soma despertara. Encontró una lata con café instantáneo y encendió el fuego de la chimenea. Se dirigió a la cocina y empezó a preparar el desayuno. Soma despertó y al no ver a Danielle se sobresaltó. Escucho un ruido en la cocina y preguntó:
-Danielle?
-Si…disculpa no te avisara antes, ya estoy mejor. Espera un poco – Se escucho el ruido de loza – ya traigo el desayuno.
-Hiciste de desayunar?
-Claro...no iba a dejar te murieras de hambre después de haberme cuidado en la noche. – Danielle salió con una bandeja en la que llevaba dos tazas de café y huevos revueltos. – Aunque si te llegas a morir, seguro será por el desayuno.
-No lo creo…se ve bien – Soma despejó la mesita delante del sofá para que Danielle pudiera poner la bandeja cómodamente.
-Gracias – Danielle colocó la bandeja y alcanzó a Soma su taza de café y los huevos revueltos.
-Tu no comerás? –Dijo Soma al ver que Danielle solo tomaba café.
-Solo había un par de huevos. Prefiero te los comas tú.
-Las cosas saben mejor si se las comparte...si tú no comes, yo no comeré. Quizás no sean seguros.
-Acaso piensas que les puse veneno?
Soma le metió un poco de huevos revueltos a Danielle a la boca.
-Hasta no ver, no creer – dijo Soma con una sonrisita.
-Bien, allí tienes – dijo Danielle tragando el huevo – sigo viva, ahora te los comes- dijo mirándolo con reproche.
-Si te comes la mitad. – Dijo el guiñándole el ojo.
-De acuerdo, de acuerdo…pero – Danielle agarró el plato que le alcanzaba Soma – nunca más te cocinare nada.
-Tomaré ese riesgo – Dijo Soma antes de beber un poco de café.
En otro momento…esta situación hubiese sido muy divertida –
pensó Danielle - es casi como si fuéramos una pareja de enamorados… - Al pensar
en esto último Danielle se sonrojó un poco ya que el recordó algo que no estaba
segura de haber soñado – ¿será que eso fue verdad? - Se preguntó al recordar
el cálido beso que creía haber soñado.
Soma observó el rubor en las mejillas de Danielle y temió le
estuviese dando fiebre.
-Te sientes bien? – dijo él – tienes las mejillas rojas.
-eh.. –Danielle salió de sus pensamientos y se encontró con el rostro preocupado de Soma – no! No tengo nada! – dijo alzando la voz mas de lo que hubiese deseado – eh…que haremos? – dijo tratando de desviar el tema.
-Bien…iremos a buscar a tus hermanos y a tu padre. – Y observando el rostro afligido que Danielle puso en ese instante añadió – No te preocupes, deben estar bien.
-Si..Los encontraré.
-Los encontraremos pequeña…- Soma le dirigió una mirada paternal. Después de todo lo que había pasado, seguía con la misma resolución que observó en su rostro cuando la encontró. – Obstinada y resuelta…no muchos mantendrían ese coraje después de haber sido atacados por criaturas salidas de la misma boca del infierno. – Pensó para sí, tomando un largo sorbo de café. Danielle tomo el suyo rápidamente y lo dejo sobre la mesa, dando las gracias.
- De que agradeces, si fuiste tu quien preparo el desayuno? – Dijo Soma extrañado -
-No se…costumbre supongo – Dijo Danielle encogiéndose de hombros.
Soma terminó y dio las gracias por el desayuno.
- Por mi parte, agradezco el hecho de tener algo que comer y tener alguien tan agradable con quien compartirlo. Estuvo delicioso, muchas gracias. – Dijo sonriéndole a Danielle. Esto provocó que un par de arreboles aparecieran en las mejillas de la muchacha.
-No fue nada… - Dijo ella apenada. Se sostenía las manos con cierto nerviosismo y tenia al cabeza gacha. No quería levantar la mirada para evitar sonrojarse mas.
-Danielle?
Danielle levantó la mirada sin pensar y se encontró mirando a Soma directamente a los ojos.
-Dime..
-Te ves muy linda cuando te sonrojas, pequeña.
-Eh…Gracias – Danielle no pudo reprimir una sonrisa, y Soma no pudo evitar la encontrarla verdaderamente adorable.
Danielle agarró su abrigo y se lo colocó, un poco bruscamente, y se dirigió hacia la puerta. El tono de sus mejillas bajó un poco, pero de todas formas seguían sonrosadas.
-Vamos? – Dijo casi tímidamente.
-Claro…solo deja que me encargue de algunas cosas.
Soma se dirigió un momento hacia una vieja alacena y de uno de los cajones extrajo algo parecido a una escopeta y un arma mas pequeña. Además saco unas cajitas que contenían cartuchos y balas para ambas armas. Cargó la escopeta y la pistola, guardando las balas restantes en un bolsillo interior de su gabardina.
-Listo, ya podemos irnos. – Dijo apoyando la escopeta contra su hombro.
-Vamos de caza o algo parecido?
-A menos de que la señorita quiera ser presa… - Soma se acercó a Danielle y le entregó la pistola – Por mi parte me siento mejor siendo cazador. Y ten cuidado con ella, esta cargada.
-Y déjame adivinar… - Danielle puso una expresión de pensar en algo – Y puede ser peligrosa.
-Así es señorita – Soma la miro con el rostro sereno, pero su voz sonaba severa al igual que su mirada – Así que no la uses a menos de ser necesario. Podrías lastimarte, es en serio.
Danielle no respondió, limitándose a mirarle con una mirada que parecía expresar tanto desconcierto como obediencia. Ambos salieron de la casa, recibiendo un viento gélido en el rostro en cuanto se encontraron en la calle. La neblina seguía tan densa como el día anterior y la visibilidad era casi igual de limitada. La única diferencia era que el ambiente parecía haberse enfriado aún más, de manera que sus respiraciones se elevaban como pequeños vahos en medio del aire frío. Soma se aseguró de cerrar bien la puerta para evitar la entrada de un eventual intruso, pero sin descuidar lo que sucedía a su alrededor.
-Soma… – Danielle se dirigió a el, con una voz calma y inquisitiva.
-Dime – respondió él al tiempo que volteaba a verla. Y se sobresaltó un poco al verla con el arma levantada apuntando en dirección a una casa vecina. – ¿Acaso viste algo? – Dijo en tono de preocupación.
-No…sólo quería mostrarte algo.
Un disparo resonó en el aire, sobresaltando a Soma, y casi al instante se escuchó un ruido de cristal roto. Algo de humo salía de la pistola de Danielle, quien la sostenía con ambas manos. Soma dirigió su mirada hacia la dirección en que esta apuntaba y vio una de las farolas de la casa contigua hecha pedazos y un pequeño orificio en su lugar. Se encontraban a una distancia de al menos 6 metros.
-Buena puntería… -Soma se sorprendió del hecho de que hubiera acertado al primer disparo.
-Gracias… - Danielle bajó el arma, sin amartillarla de nuevo – Supongo los videojuegos y el gotcha ayudan en esto – dijo tratando de quitarle importancia.
- Y luego dicen que ese tipo de entretenimiento no sirve para nada – Soma dio un suspiro – Pero no dispares sin ton ni son. A diferencia de los videojuegos y el gotcha, si matas a alguien aquí será en serio. Y no tienes municiones ilimitadas o nada por el estilo.
-Agradecería no me tratases como una niña Soma. – Danielle tenia el rostro serio – Supongo tener suficiente criterio para darme cuenta de eso. Y no hubiese disparado de no ser que necesitaba mostrarte que no soy la típica doncella en peligro. Y no me dejare matar tan fácilmente.
-¿Así que no puedo considerarme el caballero de brillante armadura de tan bella doncella? – Dijo Soma en son de broma – En este lugar habitan criaturas peligrosas con las cuales seria poco agradable encontrarse.
-No te preocupes – Dijo Danielle siguiéndole el juego – Estoy aquí y te protegeré – Dijo guiñándole el ojo.
-Creo eso es lo que más me preocupa.
-Se supone señor… – Danielle hizo un pequeño pucherito - que usted debe ser encantador.
- Se hace el esfuerzo Milady – Soma hizo una pequeña reverencia y tomándole de la mano, se la besó – Por lo cual usted debe fingir estar en peligro al menos.
- Entonces sugiero nos pongamos en marcha…o será un nuevo día para cuando nos dejemos de juegos.
-De acuerdo Lady Danielle. - Y sin decir más, le paso un brazo por el cuello y emprendieron la marcha.
