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Hola queridos lectores

lamento mucho la demora pero aqui estoy y seguire con todos mis fics, espero que les guste este nuevo capitulo

tuve unos problemas de salud (mas especifico mi estomago y boca) pero ya estoy mejor jejeje

espero que les guste y no olviden dejar sus votaciones en sus hermosos reviews para saber que fic actualizare mañana jejeje :D

muchas gracias por sus hermosos reviews y sobretodo su paciencia y su apoyo que me alientan a seguir

no olviden seguirme en la pagina de Facebook Serenity Moon :D

saludos cordiales

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CAPITULO 52 ¿BLANCO O NEGRO? II

LA OBSCURIDAD EN TU AUSENCIA I


Mirando la luna recuerdo tu mirada y entonces con el dolor de mi corazón me doy cuenta que la noche es inmensamente eterna ante la ausencia de tu luz en mi mirada.

El dolor inmenso que puede destellar la luna ante la falta del manto de la noche puede ser eterno.

Pues si tú no estás en el cielo con tu dulce brillo estelar, la noche no existe, el día se extingue y la luna pierde el sentido de su luz en el manto eterno de la noche.

C.W.B


Candy sentía una grande opresión en el pecho, el sueño que estaba viviendo era terrible, veía a Anthony cada vez más lejos de él.

La oscuridad lo absorbía o quizás la oscuridad la absorbía a ella, era terrible sentir que la vida se le estaba yendo, eso sentía al ver que no podía alcanzar la mano del rubio mientras este se cubría de sombras.

Y entonces abrió los ojos, e inmediatamente una oleada de nauseas atacaron su garganta, se intentó poner de pie pero Grace la detuvo.

-No cariño, no puedes levantarte aun

-¿Qué…que me paso? –Dijo con dificultad mientras pasaba saliva e intentaba controlar las náuseas que sentía

-Te desmayaste –Dijo Annie mirándola con preocupación mientras le tomaba un trapo húmedo para hundirlo en alcohol nuevamente

-¿Y….Anthony? ¡¿Dónde está?! –Pregunto queriendo levantarse

-Candy –Grace la tomo de los hombros –Anthony termino yéndose con Elroy, ya que cuando te desvaneciste nos ocupamos de ti y ya no pudimos impedirlo

-No… -Susurro la rubia –Tengo que ir a la mansión Ardley y…

-No servirá de nada cariño, fue Peter inmediatamente cuando pudo y no están ahí

-¿Qué?

-Y además tenemos un problema mayor –Grace la miro con severidad

-¿De qué hablas mama? –Pregunto la rubia mirándola sin entender

-Candy…. –La miro con tristeza –Anthony y tu…quiero decir…. ¿Tuvieron intimidad?

La rubia se sonrojo fuertemente

-Yo… -Miro a Annie

-En realidad mama te esta preguntando para confirmar –Dijo la pelinegra mirándola con seriedad –El doctor dijo que estas embarazada

Candy sintió nuevamente una fuerte oleada de náuseas y mareos.

-¿Qué? –Susurro sin aliento mientras su mano se iba a su vientre –Pero…no…no

-Tenemos que encontrar a Anthony, mama –Dijo Annie

-En eso estamos pero no sabemos realmente donde esta

-Pospondremos la boda –Dijo Annie mirando a Candy con tranquilidad

-No…no Annie…. –Tomo la mano de la joven –Tu tienes que seguir con tus planes –Miro a Grace –Necesito estar sola…por favor

Grace la miro un momento con preocupación –Bien cariño pero por favor no hagas movimientos tan bruscos e intenta estar tranquila –Tomo la mano de la joven que tenía en su vientre –Por el bien de los dos

Candy dejo escapar las lágrimas en silencio y solamente asintió.

Annie le dio un beso en la coronilla para después salir con Grace.

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Anthony miraba con tristeza desde la ventana de una alcoba, lo tenían encerrado y ni siquiera sabía dónde estaba.

Su padre había sido parte de esto

Su padre había ayudado a encontrarlo y alejarlo de la persona que amaba

¿Cómo pudo hacerlo?

¿Cuánto amor decían tenerle los dos y no se daban cuenta de que su felicidad solamente seria completa si estaba con Candy?

Y ni siquiera podía salir de esa maldita alcoba, ni abrir la ventana pequeña por donde miraba, todo estaba cerrado.

Pero si de ese modo querían jugar, ya encontraría la manera de ganar en esto.

No dejaría a Candy

Jamás.

Tocaron en ese momento la puerta. –Anthony, te traigo la cena

-No tengo hambre

Entro alguien a la alcoba

-Perdone que se lo diga pero necesita comer, desde ayer que llegaron no ha querido comer nada

-Ni lo hare –Dijo firme el rubio –Hasta que mi padre hable conmigo

-El señor Brown no va a venir por ahora

-Entonces quiero hablar con Albert…con mi tío

-El no tiene autorización para venir

Anthony miro con enojo a la mucama

-Entonces dígale a la tía Elroy que no probare bocado mientras ella no me ayude con nada

Mary lo miro con tristeza –No creo que eso funcione

-Ya veremos

Mary lo miro con tristeza pero dejo sobre la mesa de noche una pieza de pan que había llevado en su mandil.

Anthony solo la observo salir de su alcoba.

Suspiro mientras volvía su mirada hacia la luna

-Candy

Se sentía desesperado por ella, sobretodo porque no sabía que había pasado, solo la vio caer al suelo desmayada, ni siquiera sabía si estaba bien o….

No.

Era mejor borrar esos pensamientos de su mente.

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Albert miraba con molestia a George -¿Y cómo es posible que lo tenga ahí mi tía Elroy?

-Ella cree que es lo mejor para él

-Anthony no puede vivir encerrado en una habitación de la casa como si fuera un delincuente

-Solo es de momento, la señora Elroy lo enviara de regreso a San pablo para que estudie una carrera

-Anthony lo que quiere es que lo dejen hacer su vida

-Aunque sea mayor de edad es un Ardley señor, la señora Elroy cree que su deber debe ayudarlo a ser un hombre de bien

-George, Anthony no es malo

-Por supuesto que no pero…

-George quiero ir a verlo, soy el patriarca de los Ardley

-Aún no termina de tomar el control de la familia, lo sabe y…

-Solo quiero que me dejen hablar con el

-No sé si la señora Elroy lo permita

-Tendrá que aceptarlo –Dijo Albert molesto

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Candy miraba con dolor el cielo, habían pasado ya varios días y no tenía ni una pista de donde podría estar Anthony.

Ya estaba desesperada

La boda de Annie seria ese fin de semana. Ella también debió casarse ese día pero…toco su vientre

-Lo lamento mi amor

-Candy –Grace la llamo desde la puerta que daba al jardín donde ella estaba sentada

-¿Qué pasa mama?

-Terrence está aquí

Candy se levantó inmediatamente al escuchar el nombre de su hermano pero no hubo necesidad de que ingresara a la casa, pues Terry ya estaba saliendo al jardín.

-¡Candy!

La rubia corrió hacia Terrence -¡Terry! –Lo abrazo fuertemente, sintiéndose por primera vez que podía dejar salir todo lo que sentía a flote, dejando de lado su fortaleza

La fortaleza que tuvo que tener para no arruinar la felicidad de su hermana.

-Candy…mi pecosa –Dijo abrazándola con fuerza

-Ay Terry –Susurro la rubia sollozando en el pecho del castaño -¿Dónde está…? ¿Dónde está Anthony?

El castaño la abrazo con fuerza –Lo encontraremos pequeña, yo te ayudare

-Ay Terry, es que… -Intento decirle pero el castaño la callo

-No importa nada, nada Candy –La abrazo –Eres mi hermana y conmigo contaras siempre, siempre

Candy lo abrazo nuevamente con fuerza

-Además puedo entenderte –Susurro el castaño

Candy lo miro algo confundida, Terry sonrió de lado mientras tomaba la mano de la rubia -¿Vamos? Tenemos mucho que hablar

La rubia asintió mientras ambos iban hacia la sala.

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-¿Entonces tía? ¿Aceptara?

-No puedo hacerlo ahorita Sarah ya te lo dije

-Pero Elisa está dispuesta a…

-Si pero entiende que Anthony no está bien ahorita

-Pues es cuando debe estar Elisa con el

-No creo que sea buena idea

-Señora Elroy, yo amo a Anthony y estaré con el siempre

Elisa sonrió de lado mientras esperaba la respuesta de Elroy

-Pues si pero…

-Piénselo es lo mejor y lo podemos llevar de nuevo a Londres

-Eso ya es un hecho Anthony se va mañana a primera hora a Londres

-¿A San Pablo?

-Por supuesto, estudiara negocios y se hará cargo de los negocios familiares de los Ardley y eso no esta a discusión

-Lamento interrumpir y contradecir tus deseos tía Elroy –Intervino Albert mirándola con molestia –Pero eso no es un hecho –Miro a Sarah y a Elisa –Y menos que tengamos un lazo con los Leagan

-Pero William…

-No voy a discutir, hoy mismo me llevo a Anthony a Chicago

-Pero por supuesto que no

-Claro que si –Dijo Albert mirando con desafío a Elroy –Yo soy el patriarca

-Aun no William y te recuerdo que tú no querías ese puesto, por eso Anthony lo haría

-Pues te informo que he cambiado de opinión tía y antes de seguir quiero hablar con Anthony

-El no recibe visitas ahorita

-Yo soy su tío también y merezco verlo

-Pero…

-¡Señora Elroy!

La anciana se puso de pie

-¡No esta!

-¿Qué? ¿De qué hablas?

-¡El joven Anthony no está…no está!

Albert miro a Elroy sorprendido y miro la mirada de confusión y preocupación de su tía, sintiendo temor por su sobrino.