Capítulo 3: El baile de Navidad
Ya era de día. James se revolvía en sus sabanas al sentir aquellos cegadores rayos de sol entrar por la ventana y bañarlos en la claridad del día. El chico se estiró como acostumbraba a hacer, se incorporó, se frotó los ojos y buscó las gafas en la mesita de noche, pensando en lo ocurrido el día anterior. Fue increible.
Comenzaban las vísperas de Navidad, y James, junto con sus tres amigos, las pasaría en el colegio una vez más. Pero lo más interesante de aquellos días era el baile de Navidad, en el cual cada chico de 4º curso para arriba debía de buscar su pareja para asistir al baile, y al ser esa misma noche el evento, James comenzaba a preocuparse de que no tuviera pareja de baile. Y no fue porque le faltaran.
Él quería ir con ella. Lily Evans, una chica de su misma edad que residia en Gryffindor como él y con la cual compartía casi todas las clases. Sirius ya tenía de pareja de baile a una chica de Hufflepuff, la más guapa de aquella casa; Remus iria con una chica morena de aspecto vivo llamada Nymphadora, además de ser también muy guapa y simpática, y hasta Petter había conseguido una pareja. Pero él ya había rechazado a la decenas de chicas hiper-hormonadas que se morían por el joven Potter, ya que en esos momentos solo tenía ojos para Lily Evans. Nadie pensaría eso del mujeriego James Potter, pero al parecer aquellas fechas tan señaladas habían reblandecido el corazón del desarmado adolescente.
El dia anterior, una vez vestido con sus vestimentas de mago, el chico bajaba escaleras abajo hacia la sala común, donde encontró a los tres merodeadores restantes sentados en los sofas de al lado de la chimenea: Remus estaba hablando sobre una jugada de Quidditch, algo muy peculiar, ya que Lunático no era muy aficcionado a este juego; Petter se encargaba de escucharlo embobado, sin pronunciar una palabra; y Sirius estaba sentado con una chica sobre sus piernas, escuchando lo que Lupin decía y al mismo tiempo tonteando con aquella chica que parecía que había pasado la noche con él.
"Buenos días a todos, chicos; buenos días, Emily"
"¡¡¡Buenos días Potter!" -Contestaron todos al unísono con una sonrisa. -"¿Como va esa búsqueda de la "pareja ideal" para el baile, Corna?"
"Ni me hables..." -James tenía el pelo más desordenado que de costumbre, y su cara de recién despertado a nadie le sugeriría que se encontraba ante uno de los "sex-symbol" de Hogwarts.
"¿Y a que estas esperando, James?" -Petter señalaba con la mirada a aquella chica pelirroja de unos ojos verdes resplandecientes que hacían enloquecer hasta a las esfingues, y aquella chica de seductoras pecas alejó la cara de ellos. Por alguna razon, sabían que la chica no los aguantaba.
"Estoy seguro de que es imposible..." -James se entristecía un poco más, pero sintió el codazo de Sirius en busca de animo. -"Esta bien, lo haré. Ahora vengo."
James levantó la cabeza, se amasó un poco el pelo y su cara convirtió su aspecto de "tengo un sueño tremendo" a "me voy a comer el mundo". Echó a andar hacia la chica, que se encontraba de espaldas, con paso decidido; y cuando llegó a ella carraspeó un poco para ver si le prestaba algo de atención. Fue inutil.
"Estoooo... Hola Lily, soy James Potter" -La chica se giró y miró de arriba a abajo a James, sin pronunciar palabra ni expresión en su rostro. -"¿Podría robarte un minuto?"
"Esta bien." -Lily asintió con la cabeza y se fué con James hasta la esquina. -"Y dime Potter, ¿que deseas de mí?"
"Pues estaba aqui con mis amigos y... "-Vió como el rostro de Lily se compuso de una mueca al escuchar la palabra "amigos", pero ignorándolo siguió con la conversación. -"Bueno... yo nunca he echo esto... pero... me preguntaba si... tenías pareja para el baile."
"Oh, si, si que tengo." -Lily se sentía triunfadora, y tenía una sonrisa tierna en los labios -"¿Acaso querías ir conmigo, James?"
"No, no, que va." -Mintió James totalmente avergonzado. -"Era solo por casualidad, los chicos y yo estamos haciendo una especie de lista con las parejas para el baile, con el fin de crear una lista de "solterones y solteronas de oro". Me alegro de que no seas una de ellas." (Ya se ha hablado antes de la incrible facilidad de James para mentir).
"Yo tambien me alegro, James... ya me extrañaba que un merodeador como tu con tanta "clase" fuera a pedirle salir a una chica." -Lily se dió la vuelta triunfante y, insinuándose, comenzó a andar moviendo sus caderas hasta salir por el retrato. Era totalmente preciosa.
"¿Conque solterones de oro, eh Corni?" -Los tres chicos se reían hasta el punto de comenzar a llorar y dolerle las costillas. -"¡¡¡Y quién diría que tu vas a estrenar esa lista!"
"Sereis cabr..." -James mataba con la mirada a sus amigos, los cuales no paraban de reir, excepto Remus que se daba cuenta de la gravedad de la situación.
"Bueno, siempre te quedará pedirselo a Myrtle... seguro que estará encantada de ir contigo, incluso seguro que se pondrá a llorar de emoción." -Petter había echo un comentario gracioso para variar, lo cual dejó sorprendido a sus amigos.
"Vaya, parece que estas de buen humor, ¿no Gusi? Estás hasta más inteligente. Que pena si Natalie se enterara que tu único hobby es comerte todo lo que te pongan por delante y que tu mayor logro ha sido ser una rata... ¡¡¡Seguro que entrarías también en solterones de oro!" -Siquiera Lupin podía aguantar la risa tras este comentario, aunque fuera algo cruel, pero Petter siempre terminaba comiendose todos los marrones.
La tarde pasó tranquila y cómodamente. Los chicos lo habían planeado todo, incluso aquella broma de manipular el champagne para que todo aquel que bebiera comenzaran a crecerle las orejas descomunalmente. James había conseguido una pareja, una chica bastante guapa de Ravenclaw se le acercó para pedirle que le acompañara y, James, sin más remedio, aceptó la invitación. Y en ese momento se encontraban los cuatro muchachos colocándose sus túnicas y trajes de gala para el baile, algunos desafiándose por el mérito de colocarse una vulgar corbata al estilo muggle.
"No sabía que esto fuera tan complicado.¿Acaso hace falta un manual de instrucciones para colocarse esto?" -Sirius solo conseguía apretársela tan fuerte que estuvo a punto de morir asfixiado cuatro veces seguidas.
"Yo diría que hace falta ser arquitecto." -Colagusano había conseguido atársela a duras penas, y cuando estaba satisfecho de haberlo conseguido, se dió cuenta de que estaba del reves.
"Bueno, todo esto merece la pena, no todos los días se ve un cerdo trajeado... "-Petter comenzó a ponerse como un tomate por el comentario de Canuto y los demás chicos se reían. -"¿Cómo creeis que irán las chicas?"
"Natalie seguro que llevará un bocadillo en la mano, para ganarse a su amado Gusi." -Parecía que Remus también estaba animado hoy, y se demostró en su característica forma de insultar a Pettigrew. -"Pero de todas formas seguro que irá radiante. Lo mismo que Carla y espero que Nymphadora también vaya muy guapa. ¿Y que me dices de Marta, James?"
"Sinceramente me da igual como vaya Marta." -James era el único amargado de la reunión; no podía quitarse a Lily de la cabeza.
"Vamos, no pienses más en Lily." -Le espetó Remus con un par de palmaditas en la espalda
"Además, seguro que irá feísima." -Sirius se puso vizco, se alborotó el pelo y sacó la lengua. Los chicos rieron, y una vez que consiguieron colocarse las corbatas, bajaron al gran comedor, sin olvidarse de pasar antes por las cocinas de Hogwarts, donde prepararon su maravillosa trampa.
El baile comenzó. Los cuatro chicos se dividieron por el gran comedor en busca de sus chicas, excepto James, que se quedó sentado al lado de los aperitivos, con Marta, la cual se aburría bastante y le suplicaba al chico que la sacara a bailar. En cambio, James no tenía ganas de bailar, solo pensaba en Lily una y otra vez, y la buscaba con la mirada. No la vió ni una sola vez, y James comenzó a pensar que quizás la hubieran dejado tirada y se hubiera quedado en la sala comun. Y no sabía si alegrarse por ello o entristecerse. Finalmente, Marta consiguió sacarlo a bailar.
Mientras que James y Marta bailaban, contemplaba como Sirius se besaba con Carla; como Petter y Natalie arrasaban con los aperitivos y como Remus y Nymphadora hablaban afectivamente sobre algun tema el cual Cornamenta no llegaba a adivinar. Tras esta imagen, finalmente James consiguió alegrarse un poco mientras bailaba con Marta, que le demostró que era muy simpática y cariñosa, y cuando todo comenzó a ir bien, apareció.
La habitación se inundó de un resplandor verde. O al menos eso le parecio a James, ya que había encontrado entre la multitud la mirada de Lily. Iba con su precioso pelo rojizo recogido en un presuntuoso y glamuroso moño, adornado con una cinta purpura, a juego con su vestido. Era de un púrpura muy claro, tenía los hombros al aire y comenzaba justo por encima de sus pechos. Era de una tela muy fina, parecida a la seda, y terminaba al principio del muslo derecho, aunque en el izquierdo tenía un volante que le llegaba hasta la rodilla. Sus zapatos de tacón alto también eran púrpuras, y aquella combinación de púrpura, rojo, y blanco de su piel era el resultado de una explosiva chica y no la feísima Lily que decía Sirius.
James se quedó embobado al verla. Se acercaba hacia ellos, y el chico intentó evitar mirarla, para no estropear la noche; aunque para su sorpresa, todo fue mejor de lo que él planeaba.
"Perdona, ¿me lo prestas un momento?" -Marta, algo resentida, aceptó con la cabeza y Lily agarró del brazo a James, lo alejó algunos pasos y comenzó a bailar con él.
"Eeeeh... ¡Hola Lily!" -James estaba totalmente desconcertado. -"¿Qué tal la noche? ¿Lo estás pasando bien?"
"Pues la verdad es que me estoy aburriendo demasiado..." -Lily le sonreía a James, el cual no paraba de ver sus enormes y preciosos ojos. -"Pensé que podría bailar contigo, y he venido a buscarte a ver si querias... ¿Como va esa lista de solterones de oro?"
"Pues... bien.. jejeje..." -James estaba tan nervioso que no conseguía pensar antes de actuar. -"Al final los chicos y yo decidimos no hacerla..."
"Bueno, era una idea bastante estúpida. Algo propio de los merodeadores." -Lily ponía esa cara de desprecio cada vez que pronunciaba o escuchaba esa palabra. -"Como verás, el comportamiento de tus amigos no me gusta demasiado."
"Bueno, nosotros solo queremos divertirnos... y no le hacemos daño a nadie, ¿no crees?" -Potter intentó defender a sus amigos, y en cierta parte, a él mismo.
"A veces si que lo haceis, James. Os pensais que sois los únicos con derecho a estar por encima de todos, de utilizarlos a todos. Aunque veo que tu has cambiado..." -Lily le dedicó una sonrisa tierna a James, el cual estremeció su cuerpo y, poco a poco, fue relajándose y acomodándose a hablar con ella.
"Bueno, supongo que la navidad me ha echo madurar..." -Mientras que James pensaba en la enorme gilipoyez que acababa de soltar, comenzó una canción lenta y Lily se juntó más con James, y este le pasó la mano por la cintura para bailar mejor. En ese mismo momento, James vió que comenzaron a servir el champagne.
En pocos minutos, el baile se había convertido en un desfase. Varias chicas y chicos con orejas gigantes gritaban horrorizados por el gran comedor; Colagusano se había puesto a repartir grajeas que a quien las comiera les hacía imitar a un animal, con la escusa de que eran "caramelos para la tos"; Sirius había abandonado a Carla para hechizar a los alimentos para que cada vez que intentaran cogerlos huyeran y... de pronto el gran comedor se convirtió en un espectacular circo de orejones gritando, acompañado de una orquesta de gruñidos, ladridos, maullidos, etc; y una gran cantidad de personas corriendo detras de los aperitivos saltarines y juguetones por el gran comedor. James solo pudo reir ante esta reacción, junto con Lily, que aunque supo que esa situación fue propia de los merodeadores, le pareció divertida.
Los días posteriores a esos con Lily fueron espectaculares. James y Lily pasaban gran parte del día juntos, haciendo deberes, paseando por los jardines, incluso hablando de quidditch; pero al pasar las navidades, Lily se dió cuenta de que James no había cambiado, y en una de sus escapadas lo pilló obligando a Snape cantar una tuna a punta de varita, cosa que a la pelirroja le pareció despreciable. La chica se enfado con James, y desde ese entonces, James solo hacía meter la pata, lo que convirtió ese enfado en asco, y ese asco... en odio.
James se despertó sobresaltado. La noche anterior, despues de la pelea con Lily, no podía dormir; así que empleó su tiempo en pensar en el pasado. Y pensando, se había quedado dormido. Había soñado con ella, con aquel día en que los dos fueron "amigos". ¿Por qué se había tenido que enamorar de ella? Hoy era un día nuevo... sería mejor que se vistiera de inmediato, ya que los chicos lo estarían esperando en el gran comedor.
