Lamió levemente la espalda de su novio, poniendo especial cuidado en el cuello su hombre.
Sonrió al verlo suspirar levemente, ese pequeño sonido, parecía invitarla a seguir torturándole con su lengua, adoraba verlo retorcerse ante sus avances, como una virgen el día de su boda.
Lo tumbó sobre el sillón, acariciando levemente su trasero, arrancándole pequeños gemidos de placer.
- - Eso es – susurró mientras le lamía su oreja derecha – sigue gimiendo para mami – dijo mientras aumentaba el castigo – mi pequeño dragón de ojos azules – empezó a mordisquear nuevamente el cuello de su novio, ocasionando un gemido a un más profundo de parte del chico.
Haciéndola sonreír en el proceso, castigaría un poco más a su pareja, por haber olvidado su última cita, por jugar ese juego de yugioh, pero bueno, sonrió al sentir la erección de su novio entre sus dedos.
ya era la hora del duelo, y esta vez ella tenía todas las cartas trampa en su mano.
