MILAGRO! EN TRES SEMANAS! SOLO TRES ME TARDÉ EN ACTUALIZAR! MILAGRO! ALELUYA!
Capitulo 17: "Una blanca navidad y un triste adios"
/Más detalladamente, la escena en que finalizó el cap anterior.../
Luego de que terminara de preparar la cena, Aya-chan me obligó a subir para que me maquillara un poco. Caso, por el cual, mostré una cara de horror.
-No sabes cuánto detesto esto.- dijo molesta mientras me aseguraba de haberme sombreado bien los ojos/De un color violeta o lila claro/... como me reusé a usar el labial, tuve que ponerme brillo violeta /en vez de ese color solido, ese el que tiene brillos y es transparente... no sé como se diferenciarlos u.uU/.
-No tienes de que preocuparte, además, quedarás mejor de lo que estas- sonrió
-¿Por qué? Si así como estaba, ANTES de pintarme, estaba bien.- repliqué. Debo admitir que parecía una niña pequeña que le rogaba a su madre no usar un feo vestido
-¿No quieres verte hermosa para mi hermano?- preguntó con picardía
-Para mí es suficiente con este vestido y el peinado- contesté con terquedad
-Por cierto… dijiste que no lo usarías...- recordó ella. Yo tampoco olvidaba mis palabras, pero- Acaso tú ya...-
-Eso no tiene importancia.- dije intentando alejar el tema- Si lo hice o no es mi sagrado problema y no te incumbe.-
-¡Soy su hermana!- exclamó
-Lo sé. Pero... sabes que no lo puedo decir porque las paredes pueden escuchar.- comenté mientras intentaba delinearme los ojos.
-¿Te da vergüenza?-preguntó curiosa
-No... solo que no soportaría las preguntas sofocantes de las cuatro coladas...-hice una mueca de "No quiero volver a vivir eso en mi vida"
-Supongo que no sería agradable...- dijo al ver mi rostro
-Has dado en el calvo.- dije sin dejar de pelearme con el delineador.
-Por cierto... ¿Qué opinas del vestido¿Me queda bien?-
Estaba usando un vestido verde esmeralda claro con brillos y de tira, unas sandalias verdes combinaban con su atuendo y sus ojos.
-Excelente- contesté-¿Yo?-
-Magnifica-
-Gracias-
-Condenado lapiz!- grité al tiempo que casi más lo arojaba al piso. LLevaba horas intentando delinearme los ojos, pero me era imposible.
-¿Cuantas veces te has maquillado?-preguntó ella contranquilidad mientras se ponía brillo labial
-Si ahora tengo 20... nunca.- admití
-O.O...u.u'... bien entonces dejamelo todo a mí-dijo ella acercandose con el delineador violeta en mano
-Esto no me va a gustar, nada.- murmuré
Ya a las nueve y cuarto, bajamos todas nosotras, los chicos y Yuka ya estaban abajo desde hace una hora y media/--U... a último segundo todas tuvieron que ayudar a Namy con la elección del vestido ¬¬/
-¡Ya era hora!- exclamó Yuka, quien como siempre, se había decido usar un kimono celeste con flores blancas.- Se estaban tardando mucho!-
- Es la segunda vez que pensé que no saldría de allí hasta el día siguiente.- comenté casi con resignación
- Y cabe decir que es la primera vez que te vistes así.- comentó Namy- ¿Por qué será¿Eh? ¬¬#-
- Callate señorita me-tardo-una-eternidad-para-elegir-un-vestido! ¬¬- dije yo molesta-
Namy, lucía un vestido color rojo, sin mangas, creo que no hacia falta mencionar que el vestido era muy ajustado y unos zapatos simples de color rojo fuego. Su melena la había dejado suelta para que volara con su caminar y, dándole así, un aspecto medio cautivador. Sus labios los tenía pintados con un lapiz labial rojo sangre y sus párpados, de color bermellón.
Yuriko llevaba un vestido rosado con tiras y acabado en escalera; sus sandalias de taco bajo rosas relucian como siempre. Su cabello rosado lo llevaba suelto, haciendo que sus rizos cayeran sobre sus hombros y su rostro. Tenía los parpados maquillados de un rosa crema y los labios pintados con brillo.
Nao llevaba un vestido azul mar con acabado en forma escalera y un corte en la pierna izquierda. La mangas del vestido comenzaban debajo de los hombros y se ensanchaban a medida que llegaban a las manos. También tenía un corte desde los codos. Llevaba unos zapatos azules oscuros. Su cabellera azul lacia la llevaba suelta, con la tipica flor que le gustaba usar en las ocasiones especiales. Tenía los parpados pintados de azul claro y llevaba brillo labial azul.
- Creo que será mejor que dejen de pelar.- comentó Omi
- Es lo mejor para todos -.- - dijo Yuriko.
Minutos después estabamos brindando y hablando animadamente, mientras comiamos. Fue una de las pocas cenas que difruté en toda mi vida.
Horas luego, estabamos esperando a que dieran las cero. Cuando ese momento llegó, brindamos con alegría y felicidad.
Llegó el momento más esperado: el intercambio de regalos.
- Estaba esperando este momento!- anunció feliz Nao
- ¿Esperabas los regalos?- preguntó Yuka
- No, bueno, sí. Pero estoy ansiosa de ver que nos regalará Kumi, esta vez!-dijo apuntó de saltar de alegría.
- Es cierto, los regalos de Kumi son únicos!-dijo Namy apoyando a Nao
- Será la primera vez que veremos los regalos de Kumi-chan!- dijeron felices las hermanas Hira.
- ¿Es verdad, Kumi-chan¿Tu haces regalos inolvidables?- preguntó curiosa Aya-chan
- Ellas piensan eso. Yo solo pienso que son regalos comunes y corrientes.- dije sin importancia
- Tan amargada como siempre.-comentó Yuriko
- Nunca cambiaré.- dije con una sonrisa falsa.
- Mejor comenzamos con los regalos ¿Sí?- propuso Ken
Primero, fue Nao, quien, como todas las navidades que festejé con ella, me regaló un pañuelo violeta, esta vez, de seda y con pequeñas flores de cerezo blanco. Luego vino las hermanas Hira, quienes me regalaron una Lap Top de última generación (.U). Después, fue Namy, quien me dio un estuche de maquillaje (¬¬#). Omi-kun me regaló un libro de mitología japonesa, Ken, una raqueta de tenis (al parecer, Nao le dijo que me gusta el tenis. ), Yohji me dio un libro de artesanías japonesas. Aya-chan, un kimono violeta brillante con flores blancas. Y, Ran-kun, me obsequió un collar con de plata con la figura de un gato y un anillo que hacía juego con la figurita del mismo minino.
Cuando llegó mi turno...
- ¡Sí! Kumi nos dará los regalos! nOn- dijo llena de felicidad, Yuka
-Si sigues hablando, olvidate de mis regalos- amenacé, inmediatamente calló.- Aclaro: son muy fragiles, se rompen con facilidad-
De la bolsa que traía, saqué el primero. Un paquetito pequeño, envuelto en papel de madera con varios dibujos y una Fressia seca, en vez de una tarjeta.
- Omi.- dije entregandole dicho envoltorio.
Todos los regalos eran iguales, solo que variaban la flor /ya saben, para Ken fue una genancia, para Yohji, una cattyela-¿se escribe así?-, para Ran, fue una rosa roja, para Aya-chan, una Lila-me inventé yo la flor que le gusta-, para Yuka, Azucena; para Namy, Campánula; para Nao, Clavel Amarillo y para, Yuriko, Zinnia Magenta /
A Omi-kun, le había regalado el dragón rojo que pinté hace varios años /ver cap. 3 ó 4/; a Ken, le regalé un tigre de bengala que pinté con naranja metalizado y negro /Creó que no hace falta decir por qué --U... Para algunas cosas, no tengo mucha imaginación/; a Yohji le di a una muerte con alas de color plata /en este caso, mi imaginación, se tomó unas laaaargas vacaciones... ¬¬U/ en color negro y azul oscuro; a Ran le regalé un samurai sosteniendo una katana /creo que entendieron el caso de mi imaginación/; a Aya-chan, le obsequié una princesa japonesa que pinté con un traje imperial de color verde claro; a Nao, una mujer con un látigo; a Namy, una mujer a caballo, sosteniendo una espada; a Yuriko, un hada-hechizera y a Yuka, una ninfa del agua.
-Ah...¡Estan todos hermosos, Kumi-chan!- exclamó Yuriko
-¡Tan magnifico como siempre!- comentó Nao
- ¡Unicos en su tipo!- dijo Namy con felicidad
- simplemente...preciosos!- comentó Yuka
- ¿Los pintastes tú?- preguntó Aya-chan
- Todos y cada uno de los detalles- contesté
- ¿No perdiste la paciencia?- preguntó Ken
- No...disfruto pintarlos.- contesté
- Realmente son únicos...- murmuró Yohji
- Pero...¿estas segura?- preguntó Omi-kun
- Yo solo los tengo para regalarlos a mis seres queridos y para mí.- contesté segura
- Es plomo.- afirmó Ran observando el material
- Así es.- aseguré yo.
- Siempre dando la nota, Kumi- comentó Yuka
-Es una lastima que mañana nos vayamos...- dijo Namy bajando la cabeza
-Así es el destino- comentó Yuriko alzando los hombros
- No te preocupes, volveremos... Yuri-chan y yo siempre lo hacemos.- sonrió Yuka- Es un Karma... volveremos las cinco, ya lo verán.-
-Lo malo de todo esto es que... por fin he encontrado una familia- murmuré- Sin duda aquí me he sentido mucho mejor que en mi casa...-
-En cualquier lugar te hubieses sentido mejor, Kumi.- sonrió Nao
-Lo dudo mucho.- dije
Nos hundimos en un silencio tenso...
-Pero no nos preocupemos por eso ahora.- dijo Ken
-Es cierto, mejor disfrutemos las horas que nos quedan- sonrió Omi
Y así fue... Disfrutamos aquella noche como si fuese la última de nuestras vidas.
Sin duda fue mi mejor Navidad de todos los tiempos.
La mañana siguiente todo me pareció lleno de tristeza. Aquel mismo día, a las 15:00 hs, nos iríamos de Japón y regresaríamos a Argentina. Con gratos recuerdos, pero con una tristeza enorme.
- Días, Kumi.- murmuró Nao preparando el desayuno
- Días, Aishida.- murmuré yo con gran pesar.
- Odió la vida!- exclamó Namy, cuando, ratos después, bajó.
- Te apoyamos...- dijimos Nao y yo a coro
- ¿Por qué, maldito mundo¿Por qué eres tan cruel conmigo?- preguntó histérica Namy
- La vida con nosotras.-dije tomando mi té.
- El sol brilla, los pájaros cantan y las Helles vuelven a Argentina.- dijo sin animos, Yuriko al bajar, media hora después.- ¿Los chicos, Aya-chan y Yuka siguen durmiendo?-
- Supongo.- contesté- O es eso, o están allá arriba pensando que esto es una maldita pesadilla de la cual despertaremos pronto.-
- Me inclinó por la segunda opción,-
- Aún así, prefiero vivir una triste verdad a vivir una feliz mentira.- comentó Nao
-... creo que no nos debimos levantar hoy.- comentó Yuriko desplomándose sobre la silla
- Idem.- dijimos las presentes.
- Al menos los recuerdos serán gratos.- comentó en un suspiro Namy.
- Idem.-dijimos todas las presentes
- en tanto, Kumi, entre tu y Aya-kun ¿Qué hay?- preguntó Namy intentando olvidar su tristeza
- Amistad.- contestó Aya bajando las escaleras.
El tiempo pasó volando. Cuando nos dimos cuenta, ya estabamos marchando lentamente hacia el aeropuerto.
-Por favor, quiero despertar!- gritó Yuka
- Esto tiene que ser una pesadilla!- gritó Namy
- Callense las dos o acelero.- amenacé con pesar. Hubo un silencio mortal
Namy, Yuka y yo estabamos en el auto de la primera. Yohji, Ran y Aya-chan, estaban en el auto del primero. Nao y Yuriko estaban disfrutando la velocidad en la motocicleta de la primera, al igual que Ken y Omi, en la motocicleta respectiva de c/u.
No hacia falta decir que a cada kilometro más cerca, nos sentíamos más desdichadas.
Al llegar, los diez, pasamos un momento muy triste a la hora de hacer los tramites de vuelo. Cuando dicho tramite terminó, hablamos de cosas sin sentido por mucho tiempo, yo ya estaba de vuelta con mi humor de hielo, al igual que Ran.
- Pasajeros del vuelo 1581, con destino a Argentina, por favor aborden el avion por el anden A1.- dijo la voz monotona de una chica.
Todos suspiramos con gran pesar, tristeza y más tristeza.
- Es... es hora de que nos vayamos, chicas... - murmuré por lo bajo.
- Sí... - dijieron ellas sin animo alguno.
- Vamonos... - dijo Nao.
Cada una se despidió del Weib, empezando por Yuka y terminando por Aya. Yo fui la última en saludar a todos.
- Creo que debo aclarar que para las despedidas, no soy buena.-comenté mientras me acercaba a los chicos- Asi que prefiero dejarlo como un "hasta luego"-Acercandome a Omi, le dije- Durante estos meses, he difrutado de tu compania y buen humor, Omi-kun.- dije
- Yo también Kumi-chan.- dijo sonriendo
- Si hay algo de lo cual no puedo dudar es de tu confianza, amabilidad y pasión por los deportes, Ken.-
- Creo que será dificil olvidar lo ariesgada que eres.- comentó él sonriendo.
- No creo que pueda olvidarme de ti, Yohji, a pesar de haber sido molesto conmigo, tienes capacidades de un buen asesino eso debo reconocerlo. - admití a duras penas, mientras me despedía de él
- ¿Sabes? Durante los últimos días, te comportaste de una manera muy contradictoria a lo que eres.- comentó él- Pero creo que ya estoy volviendome loco porque a cabas de elogiarme.-
- Hn... cuidate, porque puedo cambiar en cualquier momento.-dije molestandome
- Lo que digas, pero extrañare tu presencia, ya no tendré a alguien a quien decirle sus defectos como mujer.-
- Será mejor que te calles -.- - dije intentando mantener la calma.
Finalmente, me acerqué a Ran-kun. Realmente me sentía triste y no quería alejarme de él.
- Bien... eh... Como dije, nunca fui muy buena para las despedidas, Ran- dije mirando sus profundos ojos.
- Aunque esto no es, en cierto modo, una despedida.- dijo Ran me abrazó y durante ese abrazo, nos dijimos cosas al oido.
- Promete que cuidaras a mi hermana, Kumi-chan-
-Prometido- dije yo- Promete que no me olvidaras.-
- Solo si tu no me olvidas.-
- Hecho.- dije mientras lo besaba en la mejilla- Y no te preocupes, cuidaré a Aya-chan-
- Espero que así sea.-
- Hasta luego, entonces, Ran- dije separándome del abrazo y yendo hacia donde estaban las chicas. Tomé mis cosas, y las seis comenzamos a caminar en direccion a la puerta en donde esperaba una azafata.
No di más de diez pasos, cuando me di cuenta que aun no estaba satisfecha de haber despedido así a Ran. Me detuve en seco, dejé mis cosas en el lugar, me di vuelta y, sin recapasitar sobre lo que haría, corrí hacia a Ran-kun, quien me abrazó y luego nos despedimos, como dos enamorados que se encontraban después de mucho tiempo. Y no nos separamos hasta que nuestros pulmones nos reclamaron aire
-aishiteru, Ran.- dije con mis manos aún en su cuello
- Yo también te amo Kumi.- contestó él con sus manos aún en cintura.
Me separé y alejé de él y de unos tres chicos atonitos y con la boca abierta. Mis campañeras estaban igual, a excepción de Aya-chan, quien sonreía ampliamente.
- Ya podemos irnos.- murmuré
- Eh?...Ah!... sí, sí, vayamonos.-dijo Nao volviendo en sí.
Luego de ingresar al avión por una de las mangas y de que éste ya estuviera en el aire, fui bombardeada de un millón de preguntas.
-¿Qué fue lo que ocurrió?-
-¿Desde hace cuando que están juntos?-
- ¿Por qué nos lo ocultaste?
- ¿Ya son novios?-
- ¿Qué pasará cuando lleguemos a Argentina¿Qué le dirás al idiota al que tus padres le dice: "futuro esposo de mi hija"?-
Yo solo suspiré, dirigí mi mirada hacia la ventana, mientras tomábamos altura, mientras nos alejábamos del país de los cerezos, del país en el cual, conocí a mi eterno amor.
- Lo que se merece, por no decir otra cosa.- contesté mientras suspiraba
FIN
Ok, este fue el último capie… supuestamente iba a haber otro más… pero fue falla de calculos u.u
El próximo es el epilogo…
