Hermione se despertó sobresaltada y miró instintivamente hacia la cama de Draco. El no estaba. Así se dispuso a buscar al arrogante de Malfoy.
Sintió unos ruidos, como de agua que caía, entonces cayó en al cuenta de que Malfoy se debía estar bañando.
Hermione fue a su dormitorio en la casa de Draco y se estaba cambiando de ropa cuando tocaron la puerta.
-Granger, soy yo.
-Oh, Malfoy, me estoy cambiando, ya salgo, ¿te sientes bien?-preguntó ella mientras se ponía un lindo vestido azul oscuro, con unos zapatos negros de punta que combinaban muy bien. El vestido tenía un escote no muy pronunciado ya que no era de esas chicas que les gustaba mostrar mucho.
-¿Te falta mucho?-preguntó Draco, detrás de la puerta.
-Ya...ya salgo, listo-dijo abriendo la puerta.
Malfoy la quedó mirando atónico, a Hermione ese vestido azul le quedaba muy bien. Su cabello normalmente con rulitos no muy definidos, era totalmente lacio. Con una live inclinación hacia la izquierda que le ocultaba la frente.
-Te ves bien-dijo Malfoy sin poder contenerlo.
-Gracias, tengo que ir al Sanatorio de acá de Londres, en el mundo muggle, tengo algunos pacientes que atender, ya que al parecer tu estas bien.
-Bueno, no muy bien, pero...-mintió Malfoy. Mientras bajaba las escaleras con Hermione.
-¿Qué te duele?-preguntó Hermione algo desconfiada.
-No, no es nada.
-Bueno, en primer lugar tu no deberías andar para arriba y para abajo, deberías estar acostado mirando tele o algo por el estilo, Draco.
-¿Draco? ¿Me llamaste Draco?-preguntó Malfoy incrédulo.
-Si, si no molestes-dijo Hermione algo molesta.
-¿Puedo ir contigo?
Hermione levantó las cejas y lo miró sorprendida.
-Tu definitivamente no estás bien. ¿Qué te tomaste, Malfoy?
-Nada, yo sería incapaz. No me tomé nada, Granger, no molestes.-replicó el rubio-Solo quiero ir contigo.
-¿A qué?
-Bueno, es que necesito hacer unas compras en Londres para olvidarme de todo lo que me duele-dijo Draco mostrándole a Hermione su tarjeta de crédito.
-Bueno, haz lo que quieras. Tienes suerte de que hoy este soleado, Malfoy, por que sino no ibas a ninguna parte.
-¿Qué? ¿A caso ahora eres mi madre?
-No, por suerte. Tengo que cuidarte para que no sufras otra recaída como ayer.
-Esta bien, esta bien. Bueno, ¿nos vamos?
-No, tienes que desayunar, Malfoy!
-Pero,-dijo Malfoy mirando la puerta principal y luego mirando el comedor principal-No puede ser, Granger. No puedo comer, no me molestes.
-¿Por qué no puedes comer?-dijo Hermione parada en al mitad de la gran sala principal de Draco
-Por que...¿qué diablos te puede llegar a importar a ti?-dijo dirigiéndose a la puerta.
-No vas a ninguna parte, Malfoy-dijo reteniendo por el brazo-Vas a comer, y me importa por que soy tu doctora. Fin del asunto.
-Basta! Tú no eres nadie para ordenarme nada, ni mis padres lo hacen, no voy a permitir que una sangre sucia como tu lo haga.
-No me llegan tus ofensas, Malfoy. Nunca me han llegado, así que me vas a hacer caso, por que sino...
-Sino, ¿qué?-preguntó Draco con malicia.
-Sino, no sales de la casa. Hasta que yo lo ordene. Y no creas que no puedo hacerlo.
-Esta bien-Malfoy no la miró, simplemente se dirigió al comedor, y se sentó en una silla-Amelia, quiero que me traigas algo de sushi. Y algunos vegetales.
-Enseguida, señor Malfoy.-contestó Amelia, mientras se dirigía a la cocina.
-¿Por qué sos así con Amelia?-preguntó Hermione, mientras se sentaba a la mesa a acompañar a Malfoy.
-¿Por qué le pago y tengo derecho a hacerlo?-le dijo Draco mirando a Hermione con una ceja levantada.
-No, eso no puede ser así, Malfoy, por que ella es una persona como cualquier otra.
-Oh, vamos, Granger, no empieces con tus estupideces.
-No son estupideces, Malfoy. Eres un arrogante y un cretino.
-¿Por qué insultas? ¿Por qué? Una vez que no te insulto, me insultas.
-Basta, Malfoy deja el dramatismo y comete tu sushi.
-No es dramatismo y me como el sushi cuando quiera, no cuando tu me lo ordenes.
-Hay, Dios, eres un inmaduro.
-Piensa lo que quieras-dijo él, mientras comía el sushi.-Por cierto, ¿no comes nada?
-No tengo hambre.
-Ah, claro, pero a mi si me haces comer. Eso es tan injusto, que no tengo palabras para nombrarlo.
-Cada vez más dramático, Malfoy. Termínate eso, que me tengo que ir, ¿quieres? A demás espero que mañana ya me pueda ir de acá. Ya que tengo muchas cosas que hacer.
-Esta bien, estoy listo, vamonos.
Draco y Hermione salieron en busca de sus autos.
-No, Draco, vamos en el mío.-dijo Hermione viendo que Draco se dirigía hacia su Mercedes plateado descapotable. Igual al de Hermione, lo único que Hermione no le había sacado el techo al suyo.
-No, tu anda en el tuyo, yo voy en el mío-replicó.
-Dios, como quieras. Cualquier cosa me llamas al celular, ¿esta bien, Malfoy?
-Si, -Draco se subió al auto dando un salto por encima de la puerta, mientras que Hermione abría la puerta de su preciado auto-Nos vemos, sangre sucia.
-Ya cállate, Malfoy.-le gritó Hermione-No cambias más, eres y serás por siempre un engreído, lástima que no te dejé morir ayer, eso habría sido muy lindo-dijo pensativamente-pero, por desgracia eres un paciente-.
-Y bueno, Granger, pero estoy vivito y coleando gracias a ti-Malfoy la miró directamente a los ojos, y ella sintió algo raro en su estómago, mientras el le dirigía una última sonrisa, y pasaba enfrente de ella, que esperaba a que Malfoy pasara delante-
-Como sea-dijo ella, mientras seguía a Malfoy.
-Nos vemos-le gritó Malfoy, mientras los dos se dirigían a diferentes direcciones-Tal vez, te compre algo.
-No gracias, tengo dinero propio.
-Como quieras, yo hago lo que yo quiera.-dicho eso, le guiñó un ojo, y aceleró el coche.
Hermione hacia un movimiento negativo con al cabeza mientras iba en dirección hacia el sanatorio, iba retrasada cinco minutos.
-Todos los doctores se retrasan-pensó.-Oh, tengo que reunirme con Ron hoy.-se había olvidado completamente de Ron.-Me reuniré con él después de que termine la consulta.
-¿Qué me voy a comprar?-pensaba Malfoy, mientras se dirigía a quien sabe donde hasta que se decidiera-Bueno, veré, tal vez, me compre algunos pantalones y algunas camisas, si eso, hacia como tres días que no me compraba camisas, eso era demasiado tiempo, eso lo había producido su gripe. Maldita gripe!
Se dirigió a su tienda preferida, y paró el coche. Tres chicas que pasaron por al lado de él, le sonrieron, y le sonrió.
-No podía uno dejar insatisfecha a una mujer-pensó.-Las admiradoras son muy importantes en la vida.
Tenía tantos pacientes que las horas se le hacían años, la lista era enorme, nunca había tenido tanta gente para atender. Era horrible, agotador...
-Oh, no, yo estoy acá, intentando curar todos los problemas de la gente, mientras Malfoy esta de compras, ¡con lo que me gusta salir de compras! Maldito Malfoy -ella tenía un gran guardarropas, quien sabe si no era tan grande como el de Malfoy- Bueno, no importa voy a comprarme algunas prendas luego del trabajo, me harán relajarme, es lo que acostumbro hacer cuando estoy estresada, así que es lo que voy a hacer.
Luego del trabajo se dispuso a ir a su tienda preferida. Estacionó el coche, justo delante de un coche igual al de ella, lo único que plateado.
-Igual al coche de idiota de Malfoy-pensó. Mientras se bajaba.
-Oh, Dios, que bien me queda esta camisa,-pensó Malfoy mirándose al espejo- Me la llevo, y estas otras cuatro también me quedan demasiado bien, ¡perfectas para mi!
Bueno, veamos algunos pantalones, estos jean que tengo me quedan bien-pensó contemplando su esbelta figura frente al espejo-Si, no lo voy a pensar mucho más, son míos, y de nadie más, me los voy a llevar.
Veamos algunos otros...
-Oh, Dios, lo mejor que hay, venir a mi tienda preferida a comprarme los vestidos que están al moda, algunos lindo y bueno, la mayoría caros, pero bueno, para que era doctora, para hacerse los gustos-pensó mientras entraba a la parte de ropa fina y cara.
Comenzó a mirar unos vestidos celestes muy lindos, aunque habían de todos los colores, pero los celeste eran definitivamente los más lindos.
-Tengo que probármelo-pensó, agarrando uno de los celestes. Lo agarró y siguió mirando algunos otros muy lindos, agarró todos los que le gustaban y los llevó al probador, en total deberían ser como unos diez no más, vestidos.-Uh, como me queda este,-pensó mientras se miraba en el espejo de arriba abajo,-Por donde me miren me veo bien. ¡Es mío!
Mientras tanto en el probador de al lado... (n/a: jaja)
-Genial, el mejor jean de la época, y ¿quién se lo lleva? Yo, por supuesto. Por supuesto. Bueno, veamos un regalito para la pobre de Granger, no debe tener ni para comprarse un par de zapatos de marca...
Salió del probador.
-Tal ves algún vestido negro le quedara bien-pensó Malfoy-Alguno con un lindo escote, jaja. ¿Cómo se le vería algo así en Granger?
-Genial!-pensó Hermione, mirando como el quedaba un lindo vestido rojo con unos zapatos negros, que combinaban perfectamente.-Es perfecto, tiene un buen escote, no muy extravagante, pero tampoco tímido. ¡Es simplemente perfecto para mí! Hecho a mi medida y todo...
Bueno, me tengo que ir voy a llevar estos vestidos: uno negro, uno azul, uno rojo, celeste y por último uno beige. Los zapatos, unos muy lindos de todos los colores, de punta fina, muy elegante como me gustan. Genial!
Voy a llevar todo esto-le dijo a la mujer que la estaba atendiendo.
-Bueno, ya se lo cobran y empaquetan en la caja, señorita Granger. Gracias nuevamente por su compra.-dijo la muchacha.
-Gracias, Clemence.
-Bueno, me llevo esta linda compra. Un lindo vestido para Granger, muy lindo vestido. Mi compra fue genial, muchos jean, y camisas, quien lo hubiera creído.
Bueno, me llevo todo esto, Armando-le dijo Draco al hombre que lo estaba atendiendo.
-Muy bien, señor Malfoy. Ya le cobran en la caja y le empaquetan sus cosas. Gracias por su compra.
-Siempre un placer-dijo Draco sonriendo, mientras se dirigía hacia la caja.
-Por suerte no había nadie para cobrar, bueno, casi nunca había mucha gente, por que era un lugar caro, y no mucha gente podía ir a hacerse los gustos a ese tipo de lugares. –pensó Hermione-Amo este lugar.
-Genial! No hay nadie para cobrar solo una muchacha, se veía muy bien de atrás...-pensó Malfoy- Amo este lugar, siempre tienen todo lo que me gusta. Mi marcas preferidas, mis líneas de ropa preferidas, nunca hay mucha gente, es simplemente el mejor lugar para hace comprar de todo Londres-Pero esperen un momento, el conocía a esa muchacha que estaba justo delante de él...
-¿Granger?-preguntó en vos alta.
-¿Malfoy? ¿Qué haces aquí?-preguntó Hermione dándose vuelta.
-¿Me estas siguiendo?-preguntó Malfoy atónico.
-Eso quisieras-contestó ella sarcásticamente.-Vine a hacer unas pequeñas compras.
-No era necesario que mencionara "pequeñas compras" por que como el bien había pensado Granger no tenía nada más que una bolsa... Pero, ¿qué diablos?-pensó Malfoy, una muchacha había dejado, diez bolsas junto a la primera.
-¿Pequeña compra, eh?-se le escapó a Malfoy
-Si, es que me gusta salir a comprar ropa me distrae- dijo Hermione seriamente. –Bueno, Malfoy, yo ahora voy a encontrarme con Ron, y después voy a tú casa.
-¿Señorita, le ayudamos a poner sus cosas en el coche?-preguntó un muchacho que miraba muy fijamente a Hermione como bien notó Draco.
-S...-no alcanzó a decir Hermione.
-No! Yo la ayudo. Gracias igual-dijo Malfoy bruscamente.
-Gracias, Malfoy, pero no es necesario, tienes todas tus cosas aquí también.
-Puedo dejar las tuyas en tu auto y venir por las mías, es simple-le dijo Malfoy mientras pagaba sus cosas y otras diez bolsas aparecían sobre el mostrador.-Bueno, vamos a ver-dijo agarrando algunas bolsas junto con Hermione.
-Gracias-dijo Hermione, mientras Draco dejaba todas las bolsas en el auto de ella.
-No te acostumbre, Granger. Peor, ¿vas a ver a Weasley?-preguntó de repente.
-Si, quedé en encontrarme con él, tenemos cosas que hablas-dijo mientras subía a el auto.-Gracias, por ayudarme con las bolsas, Malfoy. Algún día espero poder no te devolverte el favor.
-Muy graciosa, Granger, pero ¿sales con Weasley?
-No...por ahora-dicho eso, arrancó el auto dejando a Malfoy parado como un estúpido.
Draco volvió a la tienda a buscar todas sus nuevas prendas, las puso en el auto y se dispuso en ir a su casa.
Cuando llegó vio que había un auto rojo parado junto a su hermoso Land Rogue( n/A: o como sea q se escribe) negro. Y lo reconoció enseguida.
Bajó del auto, dejando sus cosas en él. Ya que sus empleados lo harían por él.
A penas abrió la puerta una masa de pelo rubio lo invadió a besos.
-Pansy-a penas pudo pronunciar el.
-Hola, Draco, amor-dijo la muchacha mientras se separaba del desesperado Malfoy.-¿Cómo haz estado?
-Bien, gracias.-dijo alejándose considerablemente de la chica-¿Y tú?
-Mejor ahora-dijo mirándolo con picardía (n/a: q zorra!)
Draco sonrió, Pansy no le gustaba hacia mucho tiempo, pero ella se empeñaba a intentar demostrar lo contrario.
-Bueno, Pansy, sabes, ahora no tengo tiempo para ti, lo siento. Tengo que hacer algunas cosas.
-Bueno, es una lástima que esas cosas no me incluyan a mi, pero...
-Si, una lástima-dijo Draco intentando disimular sus enormes ganas de sacar a patadas a Pansy.-Bueno, nos vemos, Pansy.
-Eso espero, amor-le dijo Pansy, besándolo en la boca.
Draco cerró la puerta tras la muchacha.
-Por fin...-suspiró.-Amelia, necesito que le digas a Orlando que me baje las cosas del auto, si serías tan amable.
-Con mucho gusto, señor Malfoy.
-Gracias.
Hola! Aquí les dejo el segundo capítulo. Me he comenzado a entusiasmar con esta historia, me gusta mucho. Espero que a ustedes también les comience a gustar.
Dejen reviews, gracias
Chau
