Hola¿Como están? Aca vine con el 2do capítulo y espero que les guste! Muchas gracias por sus reviews! :-D Espero encontrarme con más ... :-) Acá les dejo el capítulo...

Capítulo 2.

Hermione caminaba por la estación Kin Cross, ya se había despedido de sus padres hacía un par de minutos y ahora se disponía a pasar la barrera 9 ¾, se encontraba ansiosa por encontrarse con sus amigos. Se encontró frente a frente con el Expreso de Howgarts... no pudo evitar sonreír. Al fin volvería a ese lugar lleno de magia (jeje) en el cual había pasado sus mejores momentos.

Buscó con la mirada a sus amigos pero no los vió en ninguna parte, así que se dispuso a buscarlos en el tren. Estaba por subir, cuando sintió que alguien la llamaba a lo lejos. La castaña volteó y sus ojos se iluminaron al ver una cabeza pelirroja y otra de color negro azabache corriendo hacia ella.

¡Harry, Ron- dijo ella sonriendo mientras corría donde ellos y los abrazaba¿Cómo han estado?

- Muy bien- dijo Ron, Harry simplemente le sonrió. Hermione correspondió a ese gesto.

- ¿Dónde está Ginny? - preguntó ella, ya que la pelirroja se había convertido en su mejor amiga.

- Creo que fue a buscar un compartimento- explicó Harry¿Subimos?

Ron y Hermione asintieron, ambos subieron detrás del muchacho al Expreso de Howgarts. Caminaron unos momentos por el tren en busca de algún compartimento vacío, pero no fue necesario buscar por mucho tiempo, ya que luego de unos minutos se vieron frente a uno en el cual había una pelirroja sentada. Hermione fue la primera en entrar. Ginny, quien estaba mirando por la ventana, se sobresaltó un poco ante percatarse que tenía compañía pero luego sonrió y se abrazó con su amiga.

- ¡Pero que cambiada estás!- le dijo la pelirroja a Hermione

- No es para tanto- contestó la castaña mientras sus mejillas comenzaban a encenderse lentamente de un leve tono rojizo, pero la verdad era que si había cambiado mucho.

Se había hecho un tratamiento en el pelo, y ahora no era enmarañado como siempre, ahora tenía unos preciosos rizos castaños. Sus ojos marrones desprendían un brillo que casi nadie poseía y su sonrisa era risueña, como la de una niña; lo que le daba un toque de inocencia pero a la vez era muy seductora. A pesar de llevar uniforme, las curvas de mujer comenzaban a notársele. Era muy linda. Aunque la castaña no era la única que había cambiado... Ginny tampoco se quedaba atrás, tenía unos ojos hermosos, una cabellera envidiable y un muy buen cuerpo. Además de que era de carácter fuerte, lo que despertaba la atención de muchos chicos. Harry y Ron estaban más altos y tenían músculos bien desarrollados por el Quiditch, muchas chicas suspiraban al verlos pasar. Eran muy cotizados.

Hermione se sentó junto a Ginny, Harry y Ron estaban por comenzar una partida de ajedrez. La castaña abrió un pequeño libro y se puso a leer. Ginny rió.

- ¿Qué te sucede? - preguntó Hermione sorprendida por la risa repentina de su amiga.

- Puedes haber cambiado mucho físicamente, Herm- le dijo Ginny- Pero tu forma de ser sigue igual. Me alegra que no hayas cambiado.

Hermione le sonrió y se adentró en la lectura de su libro. Estaba leyendo una historia sobre las guerras que habían sucedido entre los magos; por poder, orgullo o territorio.


Cuando llevaban como una hora de viaje, la puerta del compartimento se abrió. Hermione levantó la miraba con curiosidad, le hubiera encantado que por esa puerta hubiera entrado cierto rubio que no salía de sus pensamientos en ningún momento, pero se desilusionó al encontrarse con la señora del carrito, quien les ofrecía dulces.

Harry compró pasteles, ranas de chocolate, grageas de todos los sabores, entre muchos otros dulces. Disfrutaron bastante de los dulces, ya que los cuatro amigos eran muy golosos.

Luego de varios minutos de haber terminado de comer, Ginny se levantó:

- Voy a dar una vuelta por el tren- dijo la pelirroja¿Vienes Herm?

- No, yo me quedo ací le dijo la castaña. Ginny asintió y salió del compartimento.

De ahí en adelante, la puerta no volvió a abrirse en todo el viaje. Hermione se sentía algo aburrida o mejor dicho decepcionada, tenía muchas ganas de ver a Draco nuevamente, pero ¿porque diablos el chico no aparecía?. El tren se detuvo, Ginny no había vuelto por lo que los tres amigos se dispusieron a bajar.

Apenas lo hicieron, escucharon una voz familiar:

¡LOS DE PRIMER AÑO, VENGAN CONMIGO!

Los tres se miraron y sonrieron, Hagrid debía de estar por ahí cerca. Efectivamente, lo vieron dirigiendo a un montón de pequeños hacia los botes que los llevarían a Howgarts. Hermione no podía creer que ella hubiera sido tan pequeña, recordaba lo nerviosa que se encontraba cuando se enteró que era una bruja, cuando llegó el momento de la selección... Harry, Ron y Hermione no creyeron que sería prudente saludar al profesor ahora, se veía muy ocupado. Se subieron a uno de los carruajes del colegio, el cual se encontraba vacío, comenzaron a andar.

En pocos minutos se encontraban subiendo la escalinata de piedra, entraron al vestíbulo y caminaron hacia el Gran Comedor. Entraron y se sentaron en la mesa de Gryffindor, cerca de Seamus Finigan y Dean Thomas.

- ¡Que comience ya! -- dijo Ron ansioso - ¡Me muero de hambre!

- No has cambiado nada- le dijo Hermione sonriendo. Ron se sonrojó un poco.

Harry no decía nada, sentía entre nostalgia y alegría a la vez. Alegría por volver a estar en Howgarts, su hogar, por estar con sus amigos nuevamente... y nostalgia porque se sentía triste de pensar que ese sería su último año en Howgarts.

Hermione miró de reojo a la mesa de Slytherin, allí estaba él...con algunos mechones rubios sobre su frente, con sus músculos bien formados y con Pansy. ¡Pansy! Hermione la odiaba, no entendía que veía él en ella, cuando para la castaña solo era una tonta.

"Le gusta porque es una de las más lindas del colegio, de buena familia y..." pensaba Hermione "sangre limpia" concluyó. Ella sabía que una de las razones por la que jamás Draco se fijaría en ella sería por no tener sangre limpia, eso la molestaba profundamente. Hermione no entendía porque él no podía verla a ella como algo más que una insignificante sangre sucia, muchos otros morían por estar con ella. La castaña se había dado cuenta que muchos chicos la miraban al verla pasar, y eso la ponía nerviosa pero le gustaba. ¿Por qué Draco no podía hacerlo?

"Ya no más, Hermione Granger, debes olvidarlo" pensaba mientras lo veía reír junto a un grupo de amigos que había a su alrededor. Volteó la vista rápidamente y la fijo en la entrada del Gran Comedor, la profesora Mcgonagall entraba seguida de varios alumnos de primer año.


Luego de que la selección y el banquete hubieran finalizado, el director se levantó.

- Espero que hayan disfrutado de esta deliciosa comida- les dijo con los brazos extendidos- Primero que nada les digo, que no pueden entrar al bosque prohibido bajo ninguna situación. Quiero que recuerden que debemos permanecer unidos, ahora que Voldermort ha vuelto y que los mortífagos han escapado de Azkaban.

Todos lo miraban expectantes, un escalofrío general había recorrido a varios alumnos al escuchar el nombre de Voldermort.

- Ahora quiero presentarle al nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras: Héctor Lupin

Un profesor alto y delgado se levantó con una amplia sonrisa. Los alumnos aplaudían algo sorprendidos¿Lupin¿Era acaso familiar de su antiguo profesor? El director, luego de que Héctor se hubiera sentado nuevamente, habló como respondiendo las preguntas de todos:

- El profesor Héctor es primo de su antiguo profesor, Remus Lupin- explicó, la mayoría de estudiantes sonrieron complacidos, a todos les parecía que el profesor Remus eran el mejor que habían tenido y seguro que su primo debía ser muy bueno también- Ahora quisiera felicitar a la señorita Hermione Granger de Gryffindor y al señor Draco Malfoy de Slytherin, ya que son nuestros nuevos premios anuales ¿Quieren acercarse?

Hermione estaba en shock, ella había olvidado completamente lo de los premios anuales. Todo el mundo la felicitaba, sin embargo ella no escuchaba nada estaba demasiado nerviosa.

- Hermione- sintió que le susurraba Harry- Ve!

La castaña no supo como, pero sus piernas se levantaron y caminaron hacia donde estaba el director, sentía todas las miradas sobre ella. Llegó donde Dumbleore, le pusieron la insignia de premio anual y ella sonrió muy nerviosa, Draco estaba cerca de ella, sus miradas se juntaron unos momentos. Hermione sintió como toda ella temblaba. Draco se mostraba sin sentimiento alguno, ni siquiera sonreía. La castaña no entendió como podía ser tan frío, y se sentía culpable, culpable de que aún así... le siguiera gustando de tal forma.

Fin del Capítulo

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