¡¡¡Moshi, moshi! Ya me tienen aquí con un nuevo capítulo de mi relato, espero que les guste, ya que a petición y consejo de algunos comentarios que ustedes me dejaron en varias de las paginas donde lo he colgado (el relato) dejaré a parte las escenas sexuales hasta al menos el capítulo 7, pero, los capítulos 5 y 6 les harán profundizar en el conocimiento de los personajes y en la trama que seguirá del relato, haciendo interactuar a los personajes entre ellos, no se pierdan el leerlos, si no lo hacen perderán la trama argumental. Ya saben es un Hombre x Hombre, con lemon por supuesto, así que homófonos, mentes sensibles y puritas F-U-E-R-A. Y otra advertencia para los que sigan leyendo, esta historia puede ofender a todos aquellos que sean profundos creyentes católicos. Que conste que no lo escribo para ofender a la iglesia, solo lo hago por diversión y para placer de los demás. Y no deseo ofender a nadie ni a ninguna creencia religiosa. Les informo que este es una adaptación de un relato mío original inconcluso y por lo tanto sufrirá ciertas modificaciones. Y dicho esto los que quieran seguir leyendo les dejo con mi humilde historia.
AVISO: Ha habido modificaciones en mi relato que afectan a datos biográficos de la vida de los personajes, así Shuichi pasa de medir 1,55 metros y tener 23 años, ha actualmente tras la reforma 16 años y medir 1,70 metros, la muerte de sus padres se modificó pasando de tener 15 años en ese momento, a 12 reciencumplidos hacía poco menos de un mes. Yuki pasa de medir 1,80 metros a 1,90 metros y bueno su edad aun no la decidí, pero rondará los veintipocos. Para ver las modificaciones relean los capítulos anteriores.
Los personajes pertenecen a la autora de Gravitation, por cierto un magnifico manga y anime. Si no lo han visto o leído se lo aconsejo. No me pertenecen, solo el argumento del relato, eso si es mío, no los personajes los cuales les tomo prestados.
P. S. Espero sus comentarios sean buenos o malos, opinen y aporten ideas siempre pueden ser útiles, ya saben de los comentarios que me dejen depende la continuidad de este relato, en caso de no recibir ninguno entenderé que no les gusta y cesaré en su producción dejándolo incluso.
EL PECADO DEL AMOR
BY Gabriellearcangel
Capítulo 5 : "Confesiones, sentimientos y cartas sin remitente"
18 de Abril de 1970:
Amanecer, cuanto temí el momento de levantarme y enfrentarme a las consecuencias de mi pecado.
Pero para mi sorpresa fue como otro día cualquiera: Ir a misa, desayunar, clases, misa, paja de la tarde, estudiar y cenar.
Nada, nada inusual, salvo que en todo el día no vi a Ryuichi.
Pregunté por él, pero según me dijeron le pidió a Thoma permiso para salir ha hacer unos días un retiro espiritual en un monasterio que nuestra diócesis tiene en San Juan del Naranco, muy cerca de aquí.
Eso me tranquilizó y a la vez me puso muy nervioso.
¿Por qué no me pedía una explicación?
¿Por qué no me delataba?
No sabía que pensar de él.
Tal vez fue al retiro para pensar que hacía, para decidirse, o lo que más le dolería a mi corazón, para alejarse de mi al descubrir que soy un pecador.
¡¡¡Oh, Yuki!
¿¿¿Por qué he de amarte?
¿¿¿Por qué he de ser torturado de este modo?
¡¡¡Si tú no te hubieses entrometido yo hubiese seguido en la inopia y no hubieses abierto ante mi un mundo infinito de posibilidades!
¡¡¡Te odio, te amo por eso, mi eterna tentación!
¡¡¡Mi tesoro secreto!
Tu nombre para mi
Pecado de mis labios
Impulsa a mi espíritu
A caer en el mayor pecado.
E ir contigo al infierno
Aunque si es contigo
Que me importa
Arderemos juntos eternamente
Como mi amor por ti.
28 de abril de 1970:
El ha regresado, he ido en su busca, y lo hallé sentado en un barco algo desgastado de piedra del jardín, junto a la fuente de aguas cristalinas con la representación de los cuatro evangelistas en el centro con los ángeles custodios.
En ese lugar idílico, de ensueño paradisíaco yo le dije justo las mismas últimas palabras que escuche de sus labios:
- ¿Por qué? - Le dije, él me miró triste, decepcionado.
- ¿Por qué que? - Me respondió con duda.
- ¿Por qué no me delataste? - Le contesté casi gritando histérico, pero no lo suficientemente alto como para que no saliera de allí.
- No le contaste a nadie como me encontraste - Le dije.
- ¿Por eso te fuiste? ¿Por qué te doy asco? ¿Por qué soy un ser indigno de tu respeto? - Le pregunté sollozando entre lágrimas, histérico.
Ante esto el se acercó a mí, me hizo sentarme en el banco con él y me abrazó dejando que llorase todo cuanto quisiera.
Acariciándome el cabello y la espalda a modo de tranquilizarme, mientras me susurraba:
- Tranquilo, tranquilo, llora cuanto necesites, no temas - Me susurraba dulcemente.
Su voz era bondadosa, no guardaba ningún rencor.
Una vez estuve tranquilo, con aún alguna lágrima rebelde cayendo de mis cuencas y algún que otro hipido, el me preguntó:
- ¿Quieres que te explique?
Yo ante la imposibilidad de hablar, ya que debido a mis nervios sentía como si tuviese un nudo en la garganta, asentí y resguardé mi rostro en su cuello, entonces el empezó diciéndome:
- Bien, mi pequeño, no te guardo rencor, ni te considero indigno - Sonrió, y me hizo levantar el rostro para mirarlo a los ojos - Es solo que temo perderte, eres un tesoro para la gente como yo.
- ¿Gente como yo? - Pregunté bajito y confuso.
- Si gente sin hijos, que es lo que yo te considero, a pesar de que no seas de mi sangre - Me respondió abrazándome, arrullándome con su dulce voz, casi en un susurro.
- A veces deseaba que fuese siempre un niño, que nunca crecieras, que fueses el eterno adolescente, pero… - Dijo con algo de dolor en su rostro - No me di cuenta de que crecías, de que te estabas convirtiendo en un hermoso joven, que a pesar de tu vocación, tendrías debilidades y necesida… - Su voz se quebró en ese momento.
Al decir esto no pudo terminar y solo se quedó contemplándome con lágrimas empezando a correr por su rostro.
Volviéndome a mirar con esos ojos de enamorado, pero mezcladas con el dolor más profundo.
Yo no sabía que hacer, él estaba ante mí, casi confesándome su secreto y yo no hacía nada.
Tal vez me amase, tal vez no, pero lo cierto es que sentía algo por mí, ya fuese amor de padre o de amante.
Yo ante tal hecho no hize más que aproximarme a él y rodearle con mis brazos, al igual que antes el puso su hombro para que o llorase, yo ahora le cedía el mío.
- ¿Qué apenas tu corazón padre mío? Cuéntame tus cuitas, no tengas ningún temor - Le susurré al oído.
Y ahí estábamos los dos sentados en un cálido banco de piedra, iluminados por el sol de la tarde, abrazados como los más puros amantes, que cualquiera que nos hubiese visto pensaría que éramos.
Y así era, teníamos un espectador inesperado, Yuki, si, mi Yuki, en la distancia nos observaba con su rostro entre confuso y … esa expresión en él. ¿Era dolor?
Pero…
¡¡¡No era posible!
¿¿¿Por qué habría de estar molesto de verme abrazando a aquel que era como un padre para mí?
Aunque, claro, él no sabía quien era Ryuichi.
Tras observarme largo rato se retiró y juraría que vi una lágrima rodar por su rostro, aunque no podría asegurarlo.
El resto fue muy normal, Ryuichi se tranquilizó y intentando omitir o saltarse la conversación o parte de charla que aún teníamos pendiente, se alejó de mí con la promesa de volver mañana más tranquilo y charlar conmigo mañana en el mismo lugar, a la misma hora y así fue el día.
No hay mucho más que contar, seguí con mi rutina diaria: Comer, misas, rezos y el placer claro.
¿Por qué sentirme culpable cuando mi padre o al que consideraba así no me veía como tal?
Aunque, aún hay muchas palabras que tenemos que decirnos, bueno, ya nos las diremos mañana, no hay prisa, como hoy ya hemos aclarado parte, ya estoy más tranquilo.
Lo único que tal vez no me deje dormir o haga que me cueste algo conciliar el sueño, sea el rostro de Yuki, en el jardín contemplándome, sorprendido y dolido rostro, que por muchos años que pasen jamás olvidaré.
29 de Abril de 1970:
Esta noche he dormido intranquilo.
Mi corazón latía a mil por mis nervios causados por las dudas y mi temor, aunque este en menor medida.
Hoy he recibido una nota en un sobre rojo sellada, antes de yo abrirla, con un sello de cera negra en forma de trisquel, acompañada de una rosa de color rojo carmesí disecada , pero que el hecho de estuviese así tratada, para su mejor conservación, juraría que intensificaba su perfume.
No se de quien puede ser, ya que la nota está mecanografiada y no aparece nombre alguno.
Pero su contenido me causa desasosiego y temor grande, ya que en ella hay una confesión que tal vez yo ansíe.
Si es de la persona que deseo, la alegría de mi alma será infinita.
La incluiré (la nota) tal cual está, con el papel donde está escrita, en esta página, para preservarla como era originalmente.
Contenido de la nota
Mi amado ángel:
Desde la primera vez que posé mis ojos en ti, no he podido sacarte de mi mente.
El saber que tu corazón pertenece a otro ha roto mi alma en mil pedazos, que aunque pase el tiempo nunca lograré recomponer.
Desde que te conocí eres la luz que ilumina mi mundo de tinieblas.
Mi eterno amor hasta la muerte y más allá.
Si pudiese me reencarnaría una y otra vez solo para verte vida tras vida, e intentar tenerte en todas y cada una de ellas.
Mi resplandeciente sol, cuanto ansió poseer tu alma, tu cuerpo, ser por ti correspondido,…
Pero, por temor a tu reacción he escondido estos impuros sentimientos en lo más profundo de mi ser, donde yo los sufro como el más cruel veneno.
No hay lugar en que no piense en ti, mi adorado querubín.
Si tu me amases colmarías mi alma de bendiciones, que nunca abandonarían y llenarían mi triste corazón.
Ojala hubiese un modo de leerte los pensamientos, de saber que sientes, saberme si soy o no correspondido.
¡¡¡¿¿¿Por qué maldita suerte tuviste que escoger los hábitos!
¡¡¡Por ti dejaría todo, sería un proscrito, si así tu lo desearas y nos amaríamos en secreto!
Por favor, te ruego por todo lo que amas y has amado, rechaces tus lúgubres hábitos, tus tristes votos y vengas a mí, eterno ángel de amor.
Firmado:
Serafita
Fin de la carta
En la tarde me encontré con Ryuichi donde quedamos, y empezamos hablando de cosas banales, tales como el preguntando como iban mis estudios, si estaba nervioso por mi nombramiento en apenas un año y ese tipo de cosas.
Intentando omitir lo más posible el tema principal hasta que llegó la hora de la verdad.
- Shuichi, ayer mi estado no era el adecuado para hablarte, pero he rezado toda la noche y me siento preparado - Me dijo con seguridad, con su dulce voz.
- Si… Sería mejor aclarar las cosas… - Dije dubitativo, a mi pesar.
El me observó y continuó.
- Cuando ese día fui a verte y te encontré en "ese estado", me causó gran impresión - Dijo bajando la voz para que solo yo lo oyera - lo cierto es que sabía que estabas creciendo y eso, pero nunca imaginé que… - Dijo dubitativo - bueno… que hicieses ese tipo de cosas.
- A veces necesito hacerlas, no se por qué, pero me gusta - Le contesté con sinceridad y bastante sonrojado.
- Dime Shu, se que en tus confesiones me decías que tenias fantasías, yo pensé que eran solo eso, pero… ¿Hay algo aparte de eso que no me hayas contado? - Dijo a la vez que me tomaba las manos como muestra de apoyo.
- ¡¡¡No,… Bueno, sss… si - Al fin dije en un susurro casi inaudible.
- Entonces dime, no temas mal alguno - Dijo con firmeza y confianza.
- No sabía si lo entenderías Ryu, tal vez me tachas de cosas y no precisamente buenas - Le contesté con temor.
- Shu, ¿Desde cuando me conoces? - Me preguntó sonriendo abiertamente.
- Desde niño - Le contenté.
- ¿ Y te he juzgado de alguna forma o he intentado comprenderte? - Volvió a preguntarme.
- Has intentado comprenderme - Respondí.
- Bien, pues cuéntame, sincérate, no le diré a nadie - Dijo a la vez que una de sus manos me rozaba la mejilla izquierda suavemente.
- Hay,… hay alguien… que me gusta,… No,… más bien,… a quien amo con todo mi corazón - Le dije corrigiendo mis palabras.
- Pero tu bien sabes que si te consagras al señor nunca podrás estar con esa persona - Me recordó dolorosamente.
- Lo sé… más aún no se si soy por él correspondido - Le dije sin percatarme del "él".
- Tu tendrás que decid… un momento - Dijo con una especie de luz en los ojos, como si de una esperanza se tratase, además de la sorpresa inicial - ¿Él? ¿No habrás querido decir ella?
- Mmmmmmm… pues no, es un él, amo a un hombre, se que es pecado, pero pensé que si Dios es amor lo aceptaría igualmente - Le respondí como si estuviese reflexionando.
El solo permaneció silencioso contemplándome, sin mostrar expresión alguna.
- ¿No le dirás a Thoma lo que te cuente? - Le pregunte con ojitos de cordero degollado.
- No le diré, pues será secreto de confesión, y eso si que no puedo contarlo, ya sabes - Me guiñó un ojo - Podrían excomulgarme - Y dicho eso me sonrió con picardía.
- Vale, pero luego no te quejes si te causa un trauma - Le previne sin ningún tipo de rudeza en mi voz, si no de forma jocosa.
- Veras, hace apenas un mes empecé a sentir,… - Y ahí paré.
- ¿Sentir, qué? - No seas cobarde, es una confesión, no podría contárselo a nadie - Volvió a repetir.
- Vale, pero te previne, comencé a sentir algo que nunca había experimentado, un día iba por el pasillo a la biblioteca cuando… - Y así continué hasta el momento en que nos encontrábamos.
Durante todo el relato su rostro pasaba del mayor sonrojo a la cara más seria.
Escuchaba cada palabra con atención, sin expresar criterio o juicio alguno, salvo por las expresiones de su rostro, que pasaban de una emoción a otra según la parte en la que fuese esta.
Rojo y con la vista baja cuando le detallaba levemente mis sesiones de autoerotismo, claro omitiendo detalles, que a pesar de su edad era tan o más inocente que yo en el terreno del amor y el sexo, o al menos eso aparentaba a mis ojos.
Su rostro se volvió serio cuando le contaba mis dudas acerca de abandonar mi futuro sacerdocio y tal vez confesarle mi amor a Yuki, ocurriera lo que ocurriera, pero veía lástima en él cuando le contaba sobre mis remordimientos.
Sobre ese sentimiento de estar traicionando a mi Dios, a mi fe y a mi iglesia, de sentirme sucio por esos sentimientos y ansias que acongojaban mi corazón y hacían que mi dicha, antaño infinita se redujese a un montón de polvo.
Él escuchó mi relato atentamente y cuando al fin concluyó éste, se quedó pensativo, mirando hacia algún punto en el infinito, con el rostro inexpresivo, como si no desease que supiese que había en su cabeza, para que no leyese su expresión.
Finalmente, tras unos breves minutos, que para mí fueron horas, él con el rostro intentando expresar paz y calma, o a mi parecer fue así, me contestó.
- Te daré tiempo para pensar que es lo que deseas, decide, si quieres continuar con tu actual vida o si deseas rechazar esta segura vida en pro de un destino incierto en el que no sabes si triunfará el amor. Si llegase a ser así y el te corresponde - Ahora su rostro estaba triste y su voz sonaba dolida, como si le costase hablar - Yo… Yo antecedería por ti ante Thoma y nuestros superiores. Intentaré suavizar tu salida de aquí, y aunque me duela reconocerlo, si se diese el caso, tu siempre estarás en mi mente y mi corazón.
- Gracias - Le contesté abrazándolo fuertemente.
Acto que él rechazó apartándome con cuidado.
Como despedida me dijo a la vez que se alejaba poco a poco, no antes de darme un beso en la frente acariciando mis cabellos.
- Te daré un año, una semana antes de tu graduación, y si a partir de entonces no me dices lo que deseas, entenderé que has aceptado tu destino y te has resignado, o ante su rechazo (El de Yuki) has aceptado esta vida. No te juzgaré si decides irte y hasta te daré mi bendición.
Dicho esto se dirigió a la iglesia, pues le tocaba oficiar la misa de las seis de la tarde.
Y ahora me tienes aquí, mi querido guardián, la arena del reloj ha empezado a caer y el tiempo no corre en mi favor.
Señor, ayúdame a decidir, pues si tu así lo deseas rechazaré y mataré el amor de mi corazón, ocultándolo en donde ni yo lo encuentre, en lo más profundo de mi ser.
¡¡¡Ayuuuuudameeeeeeeee , mi buen señooooooooooooooooooooor!
CONTINUARÁ…
Bueno como va siendo costumbre en estos últimos capítulos les adelantaré parte del siguiente. Solo les diré que ocurrirá algo que muchos han querido el encuentro entre un personaje ya aparecido aquí antes, en anteriores capítulos, y shuichi, y ambos teniendo una interesante conversación. ¿¿¿O tal vez confesión? Ustedes verán, el encuentro que tanto me han pedido ocurrirá si dejan su opinión si quieren que continúe. Y los capítulos ya se que se cortos, pero es mi estilo, que le vamos ha hacer jejejejajaja.
Una curiosidad. ¿Sabían que las localizaciones geográfica de mi relato existen en la vida real? Pues si, salvo algunas modificaciones y algún que otro nombre modificado existen en mi tierra, en la provincia de Asturias de España, y se en encuentran entre Avilés y Oviedo. Por ejemplo, El Naranco, el Colegio San Fernando de Avilés,… Y así ocurrirá con muchos otros lugares o edificios que ponga más adelante. Y el "Trisquel" es un símbolo celta. Si tienen curiosidad busquen en Internet, Asturias puede ser una tierra muy hermosa y siempre está verde jejejejajaja.
Bueno hasta otra, ADIEU ET AUREVOIR PETTITS……………. MUCHOS KISS JANE-JANE
