Capítulo IX
Esa conversación con Marcus no tardó y es que este llegó al otro día llevando a Narcissa. Por lo que en ese momento se encontraban los tres en una de las salas de Malfoy Manior. Lucius viendo con curiosidad y algo de orgullo el rostro perplejo del vampiro.
El Malfoy decidió dar toda la explicación desde cómo fue la transformación de Remus y el motivo de ello, hasta lo que Severus descubrió sobre las emociones del ex león, directamente conectadas con los avances.
Cuando el primer vampiro reaccionó gritó:
–¡¿Pero Lucius que puedo darle a Remus?! ¡Qué demonios, le daré el mundo mágicos si eso lo hace feliz!
–Oh pues no creo que quiera eso... –comentó bromeando Lucius.
–¡Tengo que conocerlo! –profirió Marcus.
–Estamos de acuerdo en eso. –dijo Narcissa.
–Si. Ya es tiempo; más antes de ello. Deberás proporcionarnos más sangre de William.
–¡Lo que quieran! –aseguró el de ojos azul intenso. – Por cierto que igualmente quiero felicitar a ese portento de investigador que tienes por amigo.
–Severus. Por supuesto, es un genio.
–Desperdiciado hasta hace poco que Lucius lo convenció de vender sus avances en la medicina. –explicó Narcissa.
El vampiro bebió un poco de su copa y cuestionó:
–¿Y por qué estaba desperdiciado?
–Trabaja de profesor en Hogwarts; por pedido o más bien por chantaje de Dumbledore, que no digo que a Severus no le agrade la enseñanza, sin embargo no como para hacer solo eso. –explicó Lucius.
–Cuéntame más de este Dumbledore, algo me ha dicho Cissy, pero sospecho que detrás de la amabilidad de este, hay todo un arsenal de artimañas si no conoceré a los manipuladores. Alexander, mi padre era uno de ellos.*
Lucius le relató todo lo que conocía a Marcus, por medio de Severus y ahora lo que Remus decía, aunque el licántropo no culpaba... tanto a Dumbledore. Y al terminar Marcus, mencionó:
–Si bien no tengo la intención de inmiscuirme en el mundo mágico, por favor no olvidemos que cuando me case (pronto) con Cissy, seré parte de este, aunque casi nadie lo sepa. –sonrió Marcus mostrando sus colmillos.
Los rubios se miraron cómplices; eso significaba que en la familia habría un guardián feroz... o puede que dos.
Marcus se retiró no sin despedirse cariñosamente de la rubia Black. Lucius ya estaba en ropa de cama cuando Cissy tocó a su puerta y entró.
–Deseaba saber cómo les fue en su visita social, a Draco y a ti.
–Oh, pues no pensé que nuestro hijo fuera a aceptar a Harry, pero lo hizo y convivieron muy bien. Dejaron el departamento de Remus como si un grupo de Duendecillos de Cornualles hubieran hecho su hogar allí.
–Son bebés sanos y amados; eso es lo que deberían hacer. Por cierto no comprendo porque creías que Draco no aceptaría a Harry, nuestro hijo ha visto más niños...
–Oh sabes que no es muy amable con otros niños...
–No con los hijos de nuestros conocidos; todo ellos son criados por elfos y como pequeños amos y amitas. Harry no... ¿entiendes?
–La verdad no.
Narcissa sonrió, a veces olvidaba que Lucius igualmente fue criado de ese modo; ella probablemente también, más tuvo a sus hermanas para hacer travesuras, como esconderse de sus elfos o cosas así.
–Harry es bebé acostumbrado a jugar y actuar libremente, probablemente eso se pausó cuando vivió con eso muggles. Sin embargo sintiéndose confiado volvió a actuar de ese modo, sin depender para todo de un elfo. Se divierte solo y a Draco le debió intrigar y gustar eso de él.
–Oh, ya veo. –por fin comprendió Lucius.
–Me agrada que esa relación se diera. Después de todo ellos vivaran juntos más adelante ¿no Lucius? –El rubio se sonrojó un poco; más Narcissa continuó– No hay porque avergonzarse; ambos decidimos seguir con nuestra vida y es lo mejor que hicimos. Lupin parece buena persona; te hará bien y a nuestro hijo esa convivencia con Harry, le será beneficiosa.
–Puede ser.
–Confía en mí.
El Malfoy tuvo que ceder ante el razonamiento de su ex esposa, así mismo ella siempre fue una bruja muy inteligente y astuta.
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En la cárcel –que ahora permanecía abierta gracias a él– Marcus entró con lentitud. William permanecía atado con fuertes cadenas y eso le dolía mucho a Marcus, pero le dolía más que este no lo reconociera y todas las veces que lo visitaba tratara de atacarlo. En algunas ocasiones se decía que era por la frustración del licántropo por su estado cautivo, no obstante no podría arriesgarse a soltarlo y no ser capaz de detenerlo; recreando todo el caos que hizo cuando fue libre; no iba a mentir, su gemelo arrasó con aldeas enteras en días o bien dejó infinidad de sus creaciones y estas continuaron el trabajo.
Marcus trató de calmar al hombre lobo para sacarle sangre; consideró que fresca sería mucho mejor para esos últimos avances. Pensando en ello, le contó a William:
–Pronto hermano, estoy seguro que esta vez sí podrás salir de esa otra cárcel que es tu mente. Y si quieres desaparecer a quien te encerró aquí... no te detendré. El ingenuo de Viktor creyó que no hallaría la llave para liberarte y cambiarla por una falsa; no era tan difícil dar con ella, no si conoces la debilidad de Viktor. –Marcus contó con un par de tubos de ensayo y al terminar miró la gran cabeza de lobo, buscado los ojos en esta– Me despido; pero la próxima vez que venga será para traer la cura, te lo prometo William.
El vampiro salió del lugar y cerró a medias. Otra de las razones por las que se había mudado a Escocia fue para estar cerca de William, pues su celda se hallaba en unas ruinas cerca de su propio castillo, por supuesto esa posesión no la conocía Viktor.
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Naly sonrió ante la risa divertida de Harry que volaba en su hipogrifo, por obra de la magia de la elfina. Remus los veía desde el sillón donde leía las últimas noticas en el mundo mágico; el Profeta no era muy de su gusto, pero ya que el enviar el periódico era una tarea que Lucius se había autoimpuesto, tuvo que ceder a leer este periódico.
Remus escuchó unos pasos y supo que era Severus; Lucius le había dicho que iría tarde ese día, pues tenía algunas contratos que firmar.
La puerta estaba abierta, por lo que el pocionista pasó:
–Lupin...
–Buenas tardes Severus.
–Oh sí, buenas tardes.
–Trabajaste temprano y eso que es sábado.
–Los fines de semana son los días que tengo más tiempo libre.
–Oh sí, lo imagino ¿Qué sucede?
Snape se sentó en el sillón individual, sin dejar de ver al morenito que chillaba feliz cabalgando su muñeco.
–Solo venía a verlos y a decirte que el ensayo salió bien; la sangre se unió y la de William se calmó sin perder su fuerza
–Eso es maravilloso.
Dijo el licántropo dejando olvidado el periódico en sus piernas y concentrándose en el pocionista que seguía viendo al niño.
–Bueno lo es; solo espero que con la fresca suceda lo mismo.
–¿Podría ser diferente?
–Si. Ya que la que poseíamos es la que nos dio Marcus al principio de todo esto.
–Más de un año es mucho tiempo.
–Exactamente.
–Seamos optimistas Severus. No solo por nosotros si no por los patrocinadores.
Snape miró a Remus y acotó:
–Igualmente eso significaría que también la sangre de William podría ayudarte.
–Bueno, primero él y luego yo. Espero que todos ganemos.
Snape estuvo de acuerdo con Lupin, luego recordó.
–Por cierto te traje un paquete. Me lo envió Narcissa.
–¿Narcissa Malfoy?
–Ya no es Malfoy, Lupin.
–Oh, bueno es la costumbre.
–De hecho ya hay un nuevo señor Malfoy no...
Lupin se coloreó y bufó.
–Te diviertes mucho, verdad.
–Si. Y tú deberías de hacer lo mismo y no lo digo por el bien del experimento. Lucius no es mago que haga las cosas a la ligera, no siendo un sangre pura; aunque se haya relajado un poco y extendido sus miras.
–Lo sé, ha sido un gran paso que dejara un poco de lado sus prejuicios.
–¿Un poco? Eso es un eufemismo, se ha comprometido con un licántropo y ayudó al igual que aceptó a un niño mestizo. Eso es todo un cambio.
Lupin suspiró y se mesó el cabello:
–Por eso temo que sea demasiado y un día se diga que no vale la pena tanto esfuerzo.
–Ya trajo a Draco. ¿Sabes lo que eso significa no?
–Sé que Draco es muy importante para él.
–Para ellos, para ambos. Y que Lucius permitiera que lo conocieras y que interactuara con Harry es lo que representa que quiere las cosas muy formales contigo. ¿Y sabes que más Lupin? No puedo creer que yo tenga que decirte todo esto.
–Oh vamos, luego de convivir este tiempo, ya no somos extraños Severus.
–... Supongo que no.
Remus se decidió a agrandar el paquete que Severus le dio y vio dentro. Allí estaban todos los artículos que pidió del catálogo, incluido un Kneazle de felpa. Remus llamó al morenito...
–Harry, ven a ver lo que Severus trajo.
–Yo no...
Lupin se colocó un dedo en los labios, silenciando al profesor.
Los ojos verdes brillaron al ver el nuevo juguete y pidió que Naly lo bajara para correr hacia el rubio trigo y agarrar su regalo.
Snape no pudo evitar sonreír ante la felicidad del pequeño y se dijo que algún día le gustaría mostrarle a este, el mundo mágico y todo lo que en el lo sorprendería.
...
La sangre que se requería fue enviada por Marcus al siguiente día de la fecha que la solicitaron. Snape se puso a trabajar, incluso hasta altas horas de la noche; sin descuidar sus clases, pues no deseaba una confrontación con Albus y que este se inmiscuyera en su otra vida.
Fue una tarde de los primeros días de las vacaciones de fin de curso, en que Snape llegó al apartamento donde los Malfoy se encontraban de visita o lo que es lo mismo de nuevo estaban allí.
–Naly, puedes traerme un vaso de jugo de calabaza. –pidió el profesor.
La elfina obedeció, apareciendo un vaso sobre la mesa; Snape caminó hasta el sillón, pero...
En cuanto los niños escucharon la voz del pocionista, salieron del cuarto de Harry y corrieron hasta este, abalanzándose a sus piernas para que los alzara o eso gritaban; buscando la atención del pelinegro mayor.
Lucius y Remus vieron con tranquilidad el alboroto de ese par de inquietos; ya sabían que les gustaba el show.
Cuando los niños decidieron seguir su juego en la habitación del morenito. Snape se sentó finalmente. Vio a la pareja y se rió...
–Ustedes ya se ven como un viejo matrimonio.
–Ten a ese dúo un par de horas y acabaras peor. –dijo Lucius.
Remus se encogió de hombros:
–Lo gajes de ser padres.
–Oh por Merlín, si las elfinas son las que lidian con esos trollcitos. –Se burló Snape. – En fin. Les cuento que... ¡Lo logramos! La sangre de William fue domada sin perder ni un ápice de fuerza.
Los magos se felicitaron, pues cada uno cooperó a su manera, para que eso se llevara a cabo.
–Así que la cena de mañana, será la ocasión perfecta para decírselo a Marcus. –opinó el rubio platino.
Snape y Remus concordaron con la decisión del Malfoy. La cena era para que el vampiro conociera a Remus, más este no quiso ir solo y Severus también fue invitado; lo que fue perfecto para Marcus que igualmente deseaba conversar con el que ya consideraba el gran investigador que liberaría a su hermano William. Ambos magos se encontraban nerviosos, no obstante igualmente muy curiosos por ver al primer vampiro.
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Había pasado más de un año y le pareció que volver a enterarse de las novedades en el mundo mágico de primera mano, no era una mala idea. Después de todo su plan funcionó... en su mayoría. Ahora solo era cuestión de tener un poco de paciencia y esperar porque el niño Potter estuviera a su alcance y con eso darle el poder a su Señor para regresar. Peter dejó que su cambio fuera y la rata ocupo su lugar.
El roedor salió de su escondite y se internó entre los callejones, perdiéndose entre los edificios de Londres magico.
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Remus terminó de peinar a Harry y lo revisó de nuevo. El trajecito era de la más alta costura y la pequeña túnica le agradó lo suficiente al chiquillo como para dar vueltas con ella. El también se vio de nuevo en el espejo y exhalando aire, llamó:
–Vamos Naly; no debemos llegar tarde.
La elfina encogió el bolso con todo lo necesario para el niño y siguió al licántropo hasta el pequeño patio del apartamento donde un Traslador estaba configurado para no llamar mucho la atención y que Remus pudiera cruzar sin problemas y que Harry no fuera descubierto.
Malfoy Manior se alzaba sobre el terreno y se notaba esplendida desde fuera de las rejas; las luces brillaban dándole un toque elegante al lugar. Los dos magos y la elfina no tuvieron que llamar, pues otro elfo ya los esperaba para abrirles las rejas y guiarlos hasta el interior de la Mansión.
El grupo entró y en el recibidor, se encontraba Lucius.
–Bienvenidos, Severus también acaba de llegar. Naly lleva las cosas al cuarto de juegos. Draco está allí. Remus acompáñenme. Que elegantes se ven los dos.
–Gracias; yo creo que es porque tú elegiste las ropas. –Remus guiñó un ojo el rubio trigo.
Lucius besó la mejilla de Lupin y acarició el cabello de Harry; quien pidió que lo bajaran para caminar solo.
El trio caminó por un amplio pasillo rumbo a la sala principal de la Mansión. Al llegar, un elfo abrió las puertas.
...
*Yo no creo que sea malo Alexander Corvinus, pero sabemos que Marcus no lo quería mucho y eso de que no supo nada de la descendencia de su tercer hijo, pero en realidad si... bueno si es algo sospechoso.
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Muchísimas gracias sakura1402, AnaM1707, giulianacontesso y noona-kane.
