Capítulo IXV


Era ya casi de noche cuando los dos magos pelinegros y la elfina, arribaron a Wiltshire y a Malfoy Manior. El pequeño se bajó de inmediato de los brazos de Severus y corrió por los pasillos hasta donde sabía estarían a esa hora los Malfoy.

El pocionista avanzó veloz detrás del menor, para que no hubiera ningún incidente aunque lo dudaba con Naly siguiendo todos los movimientos de Harry. Severus vio como Harry a pesar de llevar mucha prisa y estar emocionado, tocó la puerta antes de entrar y dedujo que eso fue parte de la educación que Narcissa les daba a los dos niños.

Al entrar; los gritos de júbilo salieron del morenito, seguido por los de Draco:

–¡Reguese Daco! ¡Y mida lo que tengo!

El rubito dejó la merienda olvidada y se unió a su compañero de juegos, cuando este le dejó la escoba:

–¡Ohhh! –exclamó Draco.

Harry vio con curiosidad que su amigo agarró la escoba y se apeó en ella. Pero un chillido emocionado siguió de parte del niño de ojos verdes, al instante en que Draco se elevó un poco por sobre el suelo, aunque se tambaleó y tuvo que bajar.

Ante los aplausos animados de Harry; el rubito muy ufano mencionó:

–Segudo que puedo si pactico. Cuando me compen la mía.

Harry, por supuesto agitó su cabecita asintiendo y no solo eso, si no que agregó:

–Y me enseñas.

–¡Si!

Enseguida el rubito se giró en dirección de sus padres y estos le sostuvieron la mirada, antes de fulminar a cierto profesor.

–¿Pero hijo no crees que son muy pequeños para tener escobas? –trató de negociar Narcissa. Aunque supo que esa batalla no la ganaría si uno de ellos ya tenía una escoba.

–Hady ya tene... –dijo muy ufano Draco.

Lucius vio a Severus como esperando una explicación por el lio en el que los había metido y el pocionista tuvo que lidiar con ese par de niños.

–La tiene porque es un regalo... –Draco ya iba a discutir, pero Severus lo detuvo– Un regalo de un mago que... no conocen y bueno estamos pensando en que si se la dejamos o la guardamos hasta que se haga un poco mayor...

El rubito arqueó una ceja con incredulidad y los adultos vieron de reojo a Lucius que no se sintió aludido.

–Si es su degado, es de mala educason no usadlo. –respondió sabiamente Draco.

–Sí, sí y la quedo.

Agregó Harry. Narcissa dejó salir un suspiro, más si bien esa discusión ya tenía vencedores, no les sería fácil el triunfo.

–Bien. Eso es cierto. Ya que Draco no tiene una escoba y ambos quieren aprender a volar en ella; le compraremos una..., pero a cambio de que escucharan las instrucciones de su profesor o profesores de vuelo y para cualquier estropicio o accidente, las dos escobas serán recogidas y almacenadas hasta que nosotros lo decidamos.

–Por supuesto también contaran los berrinches... Draco. –advirtió Lucius.

El rubito asintió velozmente y es que todo lo que escuchó es que tendría una escoba y que Harry y él aprenderían a volar.

–Ahora termina la merienda. –Pidió Narcissa, luego vio a Harry– Harry siéntate también y nada de que ya cenaste.

El de ojos verdes se acomodó en la silla y enseguida le sirvieron la merienda.

No pasó mucho tiempo cuando el par de revoltosos concluyó y fueron guiados por las elfinas para alistarse para dormir; dejando a solas a los adultos. Severus bebía su té al instante en que sintió las miradas clavadas en él.

–Lo sé, lo sé; no debí dejarlo que la trajera, pero me pareció que no habría problema si no sabía para que servía.

–¿Cómo? –cuestionó Lucius.

–Si. Dumbledore...

El profesor relató los sucesos de esa tarde y lo rubios se rieron divertidos al saber que Harry creyó que el viejo mago deseaba que barriera.

–El caso es que si hay un culpable, como siempre es ese maniático de Black.

Narcissa sonrió discreta, no se ofendió por lo despectivo que sonó su apellido en la boca de Snape, todos sabían la animadversión que había entre Sirius y Severus. Era la representación perfecta de como Salazar Slytherin se llevaba con Godric Gryffindor... aunque se rumoraba que los fundadores eran amantes secretos, la rubia sonrió un poco más al considerar decírselo a Severus.

–Si me lo preguntas, el regalo sería una pobre compensación por traicionar a los Potter. –opinó el Malfoy.

–Exactamente. Espero que piense en ello en esa celda en la que se pudrirá. –concluyó Snape.

Narcissa no agregó nada y tampoco desmintió a los magos; pues ella no sabía que tanto cambió su primo o los motivos que lo llevarían a esas acciones; igualmente estando ellos con Voldemort tampoco eran trigo muy limpio.

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En sus habitaciones, esa noche Dumbledore bebió su té, pensando en "El niño-que-vivió"; no era tan necio como para no ver que estaba siendo bien cuidado y siendo receptor de cariño. Por su parte deseaba que este siguiera toda la vida de ese modo, más si Tom cumplía su amenaza y esas cosas que creó los devolvían a la vida; sería una terrible amenaza. Sobre todo si se encontraba con Harry y este cerca de los exmortífagos estaba más a la mano de Tom. No obstante Remus era serio, en cuanto su amenaza de irse con el niño si se oponía a que lo criaran ellos; definitivamente era una decisión muy difícil que por el momento no tomaría; era lo mejor.

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Lucius y Severus se despidieron de Narcissa comentándole que la mantendrían al tanto de noticias; sin embargo creían que pronto Marcus iría a verla y contarle todo. Ella estuvo de acuerdo y con eso los dos magos se retiraron.

–Y no se preocupen que esos niños estarán bien.

Severus agradeció y se unió a su amigo rubio que ya lo esperaba con los polvos flu. Esta vez regresarían en chimenea.

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En cuanto Severus y Harry se fueron a Wiltshire; Remus fue a la cocina y dejó las tazas en el lavaplatos; dejando que se limpiaran, luego fue a tomar un baño relajante esperando porque Lucius y Severus regresaran, luego decidió que iría antes a ver como estaban los hermanos Corvinus.

Después de disfrutar ese baño. El licántropo se arregló y salió rumbo a la habitación de William. Tocó con suavidad la puerta y escuchó el permiso de Marcus y entró:

Remus obedeció y al hacerlo, se sorprendió con la imagen de William parado cerca del gran ventanal; claro que se apoyaba de su gemelo, pero eso no lo hizo menos emocionante. Los rayos anaranjados del ocaso que tenía William a su espalda y lo iluminaban hacían parecer que su cabellera estaba en llamas de fuego crepitante.

Los ojos azules del primer hombre lobo se posaron en Remus y el rubio trigo se dio cuenta que igualmente oteó el aire en su dirección.

–Rem... –susurró Marcus sin borrar su sonrisa– Tengo el honor de presentarte a mi hermano gemelo William Corvinus.

Remus no dijo nada, pues no comprendió, hasta que escuchó;

–Un grato placer conocerte Remus o más correcto sería decir, hablar contigo.

Lupin sonrió radiantemente y avanzó veloz hacia donde la mano de William se había levantado para ofrecérsela.

–Tal vez le parezca extraño, pero estoy muy emocionado de verlo ya moviéndose y hablando y debo agregar con bastante fluidez.

William sonrió de lado y le guiñó un ojo al licántropo:

–Antes que nada, no me hables de usted. No cuando tu sangre está corriendo por mi cuerpo.

–Bueno algo así. –respondió nervioso el rubio trigo.

Marcus intervino y ofreció.

–Sentémonos, de ese modo será más amena la conversación.

–Apoyo el ofrecimiento de mi hermano; no es que no desee practicar la caminata, pero ya lo hice todo el día. –expresó el pelirrojo.

Remus se sentó en uno de los sillones dobles y los gemelos en el otro. Nulo apareció y colocó sobre la mesa el servicio de té. William le sonrió al elfo dejando salir un gruñido, más la criatura mágica se despidió sin decir nada.

–Lo siento Remus, a mi hermano le divierte molestar al elfo, pero no te preocupes; ya sabe que solo es un juego. –explicó Marcus.

–La primera vez que lo hice, brincó del susto, fue divertido. –se burló William.

El licántropo sonrió con melancolía al comentar:

–Me recuerda a un viejo amigo, le gustaba molestar a los elfos de su casa. Sirius Black.

Marcus frunció el ceño, William al notar las actitudes de los otros dos; se sintió muy curiosos:

–¿Quién es Sirius Black?

Remus agitó la mano:

–No importa...

–Lo hace si te pone triste. Puedo olerlo en ti. –aseguró el pelirrojo. – Cuéntame.

–Tendríamos que relatarte acerca de la guerra en el mundo mágico, por lo menos la última... –aseguraba Marcus y William se encogió de hombros.

–Tenemos tiempo y no planeó salir a pasear. –bromeó.

Remus comenzó la historia algo sintetizada e inclinada hacia como les afectó a sus amigos y a él, todo lo sucedido.

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Lucius y Severus al no hallar a Lupin en su casa fueron a la habitación de William. Al entrar, pues la puerta estaba entreabierta; los dos magos recién llegados, se sorprendieron al ver a William conversando hábilmente con Marcus y Lupin.

El hombre lobo miró a los exserpientes y saludó.

–Buenas noches magos... o debo decir salvadores.

Lucius agitó la mano de William con cortesía. Severus avanzó y saludó similarmente al pelirrojo.

-–Estoy impresionado y...

–Entiendo, orgulloso de que tu hechizo funcionara, ¿no sanador? –terminó la frase William por Snape.

Severus no pudo evitar sonreír; lo que fue una sorpresa para todos los presentes.

–A decir verdad, si es un gran triunfo y pienso en todo lo bueno que eso puede traer; sin embargo recuerdo que me contrataron para un trabajo y que pudiera lograrlo es mi victoria; lo demás es ganancia.

–Lo que me recuerda que William y yo les debemos nuestro total agradecimiento. –intervino Marcus.

Esta vez fue Lucius el que respondió:

–A ustedes por confiar en nosotros.

William vio como el rubio se sentó a lado y muy cerca de Remus y sonrió con picardía. Se acercó al licántropo y besó los nudillos de la mano derecha de este.

–Oye, pero si deseas cambiar de opinión Remus, será un placer ser tu... compañero. —Remus se coloreó, Lucius abrazó a su compañero y William... rió juguetón. – Oye Lucius, te lo debía; no creas que no me di cuenta que no dejas a solas a Remus cuando me visita.

Marcus negó y opinó:

–No te diviertas a costa de Lucius, pues es nuestro pariente y fue el que me presentó a Severus y luego a Remus.

–Lo sé, lo sé. El caso es que He conocido muchas cosas (contadas) de su mundo. Deseó conocerlo, pero primero quiero adaptarme al mío o como ustedes lo llaman el muggle. Igualmente sé que Severus no me dará de alta hasta que me mueva por mí mismo y pueda mostrarle mi forma lobuna sin que me quede atascado ¿me equivoco Severus?

–Definitivamente todavía falta para que pueda librarse de mí, pero todo esto ya podríamos investigarlo en su hogar...

–Eso sería de Escocia, pero si Lucius no está en desacuerdo... –Marcus dejó la frase sin terminar.

–Evidentemente Malfoy Manior está a su disposición. De hecho Narcissa estaría encantada de tenerlos hospedados ahí. –mencionó el Malfoy.

–En lo personal me facilitarían las cosas, porque así no tendría que estar pidiendo trasladores internacionales. De hecho todos nosotros, –dijo Snape viendo a Remus.

William observó al grupo y se dijo que su hermano mayor eligió bien y que no lo defraudaron, a ninguno de los dos.

–Y con todo resuelto y un futuro de cooperación; quiero saber los detalles de esos pequeños magos que deseo conocer. –aseveró William.

Lucius fue el que respondió.

–Mi hijo Draco y Harry te serían presentados, pero comprenderás que necesitabas un tiempo de serenidad.

–Oh no me ofendo; lo comprendo totalmente; no en vano causé la ruina de varios poblados. Pero si bien tengo aun el poder de hacerlo de nuevo; no así el ahínco o créanme no estaría aquí sentado tranquilamente y mi hermano se hallaría si no conmigo, detrás de mí ¿verdad Marcus?

–Así es. No somos héroes ni buenas personas; lo que si somos, son criaturas no humanas o mágicas y tenemos lealtad, agradecimiento y si nos divierte algo lo haremos aunque este fuera de cualquier ley.

–Y sin olvidar que si Marcus va a casarse con Narcissa, tu hijo Draco será nuestra familia. Y como habrán podido comprobar, mi hermano y yo amamos a nuestra familia; que hasta hace poco solo éramos los dos.

–Bueno Willi, de cierto modo todos los presentes serán parte de tu manada. Ya que Remus ya lo es y Lucius es su pareja; Harry viene siendo hijo adoptivo de Remus y Severus...

–Oh eso es tan enredado, que esperemos a que mi cerebro esté funcionado con todo para que me lo expliques. De igual modo quiero conocer a los dos cachorros.

La conversación fue más fluida y guiada por el primer hombre lobo y sus preguntas. El grupo se separó al momento en que Snape decidió que su paciente debía descansar.

Los avances de William no se vieron detenidos y velozmente –en comparación de cualquier mago o muggle– su recuperación se vio reflejada. Luego de una semana. El grupo de magos y los hermanos Corvinus pudieron visitar Malfoy Manior.

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Nada confirmado, esto es invento mío jejeje

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Muchísimas gracias AnaM1707, Sakura 1402 y giulianacontesso.