Capítulo XVI


Cuando los hermanos Corvinus les contaron a los otros sus planes para salir esa noche. Snape los vio con inquisición, más que nada por la importancia que le daban a un tipo como el Black, sin embargo como buen investigador que era, igualmente deseaba saber cómo reaccionarían los Dementores ante los Corvinus, incluso deseó fervientemente estar allí, más sabía que eso no era posible, porque siendo magos ellos sí que serían afectados por esos seres.

Lucius no se quedó con la curiosidad y cuestionó:

–¿Cómo llegarán a la isleta?

Marcus se acomodó el suéter y sonrió.

–Fue difícil traer a Willi desde Escocia, pero porque no se encontraba en sus cinco sentidos; ahora sí lo está y lo llevaré. Volaremos.

William suspiró, eso de volar no era una las actividades que disfrutara; a pesar de confiar plenamente en su hermano.

–Por eso esperamos la noche. Será rápido o puede que no, todo depende. De mi curiosidad. Deseo conocer a los otros parientes de Cissy.

La rubia se acercó a Marcus y lo besó; luego al separarse le dijo con serenidad:

–Ellos no son buenos magos o brujas. No hay necesidad de que te conozcan.

Marcus la miró con amor y la serenó:

–No te puedo dar detalles, pero no hay nada de qué preocuparse, solo verán nuestras formas cambiadas y lo achacaran a pesadillas.

William sonrió divertido; él más que todo, deseaba enfrentar a un Dementor.

Los Corvinus salieron al jardín del lado de su zona de la residencia; Marcus cambió y William caminó hasta que este le dio una mano; de ese modo alzaron el vuelo.

Los niños de la familia se hallaban ya durmiendo, así que no hubo necesidad de que los gemelos se alejaran mucho ara elevarse.

Por su parte los adultos entraron a tomar una taza de té, dudaban descansar si se iban a acostar.

Severus revisó algunos de los libros que vio en un escritorio y al leer el tituló, se sombró:

–¡¿Quién estaba leyendo esto?!

Lucius miró en su dirección y señaló a su pareja que degustaba una galleta de chocolate.

–Rem.

Severus se sentó y vio con curiosidad al de ojos color miel.

–¿Sospechas...? –por fin cuestionó el profesor.

Remus se pasó el último trozo de galleta y se aclaró la garganta, para responder.

–La verdad es que es extraño que Albus nos haya puesto tantas trabas. Y conseguí esos libros hace poco... costaron una fortuna, pues ni siquiera deberían de existir, pero creo que a pesar de tener una idea remota. Me han abierto la mente a ciertas posibilidades; por esa vez que mencionaste que los experimentos de Voldemort eran tan atroces que incluso usó almas humanas.

–Bueno eso escuché... –aceptó Severus.

–Nosotros igualmente escuchamos, sin embargo no éramos tan cercanos, verdad Cissy.

La rubia se quedó con la taza a mitad de ponerla en sus labios. Su silenció no fue interrumpido por los hombres; sabían que ella pensaba en algo importante, ella era así. Cissy dejó la taza sobre la mesita de centro y habló:

–Bella, ella debe saber sobre lo que Él realmente estaba haciendo. Espero que Marcus si la visite ¡Dementores debí decirle que si fuera con ella!

–Tranquilízate Cissy. Si no lo hace, esperemos que nos haga el favor de ir de nuevo. Más puedo contarles lo que descubrí, aunque es muy vaga la idea; varios autores la mencionan. Hablan de una macabra forma de tomar el alma como si fuera sólida y sacarla del cuerpo... –El grupo de adultos se quedaron mudos, pensando en la posibilidad de que Voldemort si hubiera hecho eso o incluso experimentado– como ven es terrible y prácticamente imposible.

Concluyó Remus. Severus dejó el libro y vio al grupo.

–Hablamos de un mago con años de investigación, que no tiene corazón que lo detenga para usar seres vivos, muggles o magos para usar de cobayas.

–Nosotros lo hicimos, pero por una buena razón. –agregó Lucius.

–Oh, es diametralmente diferente, me pagaron muy bien; incluso me han dado parte de las acciones de su empresa y por si fuera poco me dieron una familia, además yo no estaría en peligro. Si no fuera por ustedes seguiría en una buhardilla buscando adormecer con un placebo mi alma y mi cuerpo. – recitó el licántropo.

Lucius abrazó al rubio arena. Narcissa comentó.

–Ciertamente son situaciones totalmente diferentes. Pero si Él consiguió su objetivo o era ese que sospechas Rem... me temo que ninguno de nosotros estaría a salvo; sería terrible que volviera como sea, usando a otros o en su forma, de cualquier modo no me imagino el daño que haría. Pues si bien muchos hemos ocultado lo que fuimos; no creo que se nos perdone el querer sobrevivir como pudiéramos.

–Nos trataría como traidores... y Harry... –Lucius vio al licántropo y notó el terror de eso color miel– Como sea, averiguaremos todo y la verdad; espero que estés equivocado Rem...

–Exactamente; nos estamos adelantando, pero la información nunca estuvo de más. Así que trataré de hacer hablar a Albus; él sabe más de lo que dice. –opinó Snape.

Narcissa asintió al agregar:

–Por supuesto; no es justo que tengamos de nuevo la horca en nuestros cuellos, solo porque erramos una vez. ¡No tiene derecho a regresar de la tumba y amenazar nuestro futuro!

Los magos estuvieron de acuerdo con la bruja.

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La noche no era diferente de las otras, vaya que ni siquiera de sus oscuros y tistes días; llenos de gritos y muerte, esas imágenes que lo atormentaba una y otra vez, que eran de lo que se alimentaba esos tirones de espanto.

Sirius se acurrucó en la esquina de su celda, su cabello enmarañado le servía como cortina para no ver la realidad, aunque a veces era peor la celda de su mente que la verdadera. Los temblores de su cuerpo nunca se iban, pues una u otra causa los hacían aparecer, si no el frio era el pavor, por lo que jamás desaparecían del todo.

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Marcus cambió y cayó sobre sus pies, en cuanto William saltó hacia tierra firme el momento en que arribaron a Azkaban. El vampiro rió divertido, pues el rictus nada contento de su gemelos era algo hilarante –en su opinión.

–Oh Willi, no fue mucho tiempo.

–¡¿Pero que necesidad de volar por encima de las nubes?! No es como si nos fuera a descubrir y si lo hacen... ¡¿A quién le importa?!

Marcus se cruzó de brazos y sonrió.

–Ya, ya. Vamos que no quiero cenarme a alguno de los guardias si nos descubren.

–Mira si no hay de otra, no me negaré. –se encogió de hombros el pelirrojo.

–Ya, porque creo que eres capaz de pavonearte por la entrada.

William sonrió al instante en que cambió y corrió en cuatro patas, dejando detrás a su gemelo. Marcus lo imitó y voló bajo, a la par del enorme hombre lobo; ambos siguieron el olor de la sangre de Cissy y supieron que el de en menor medida sería el primo de esta.

Dieron un recorrido, primero para observar el terreno y luego para encarar a los Dementores que al verlos merodeando fueron tras ellos. Marcus los enfrentó en el aire.

El vampiro sintió el frio, más no fue algo que le afectara; luego tres de las criaturas lo rodearon y comenzaron su danza macabra buscando los temores de Marcus; Más lo que hallaron fueron recuerdos de sangre y muerte..., pero el vampiro sonrió mostrando sus colmillos.

–Esas fueron mis acciones, no las de otros contra mí. –se burló.

Las criaturas no se dieron por vencidas y entre las tres hallaron algo más, algo tan antiguo como el mismo tiempo. Alexander con sus hijos, aun siendo niños, casi se relamieron al saborear el que creyeron sería su alimento, pero el Corvinus mayor no estaba triste..., estaba furioso y con sus garras hizo girones a los tres Dementores.

Por su parte, William al ver acercarse a las criaturas se emocionó, más estas lo ignoraron. William se irguió en dos pies y gruñó; eso atrajo la atención de los macabros guardianes, más solo fue por un instante en el que siguieron su camino. El hombre lobo se molestó y corrió tras los últimos de la formación y de un saltó los desgarró. Con esos desechos y por los que destruyó Marcus; los Dementores decidieron dejar en paz a ese extraño par. Marcus aterrizó junto a William y preguntó.

–¿Por qué te habrán ignorado?

El hombre lobo gruñó en respuesta, no sabía. Luego los hermanos siguieron su plan.

Fue William el que subió –ayudado por sus garras– por los grandes muros hasta la diminuta ventana con rejas. Allí, arrancó los barrotes, sin embargo ni su cabeza cabía por el hueco. Sin soltarse del muro, llamó a su hermano y este asintió y cambió, se aferró a William y entró por la ventana brincando esos metros que lo separaban del suelo de la celda.

–¿No nos equivocamos, Willi? Aquí solo hay un perro.

Se escuchó un gruñido proveniente de William, que se aferró de la ventana y al mismo instante que se transformó entró por esta y cayó junto a su hermano, viendo al can de tamaño mediano que temblaba en una esquina.

–Huele a perro, pero también a hombre.

–No quiero morder a un perro. –se quejó el castaño.

William se rascó la cabeza.

–Pues, tú eres el que saca las verdades de las almas... así que –extendió sus manos en dirección del can.

–Esto no me va a gustar... –El mayor de los gemelos caminó hasta el perro negro, más se giró veloz para ver a William– Espera si tú eres el primero del mismo modo puedes hacer lo que...

El pelirrojo sonrió de lado y se cruzó de brazos.

–Sip, prometo que el siguiente lo muerdo yo.

Marcus ya no quiso discutir con su hermano menor y se acercó al can y aun temblando de miedo, intentó morder al vampiro, sin embargo este lo agarró del cuello cual vil cachorrito y lo detuvo.

–Basta... Sirius.

El mencionado abrió los ojos asombrado y cambió ante los ojos de los gemelos. Marcus abrió la boca y con sus ojos azules brillado más que siempre mordió el cuello del hombre que al acercarlo, se dijo no olía mejor de hombre que como perro.

Los recuerdos pasaron como imágenes y sonidos, velozmente. No fue mucho tiempo y al concluir Marcus se obligó a soltar al Black, pues si no lo desangraría. Afortunadamente los dos cenaron antes de hacer ese viaje. Desmadejado el hombre fue dejado en el suelo. William esperó para que su hermano acomodara las vivencias del reo.

–Pues digamos, que no es culpable; de hecho me asqueó un poco su lealtad.

–Mar...

–Bueno, exagero. Pero si, quiere mucho a sus amigos y a alguien que conocemos... eso no importa porque es un idiota.

–Cuéntame. –rogó como niño el pelirrojo.

Marcus negó y relató al otro.

–Los prejuicios de los que nos han hablado, los magos y mi prometida; no se olvidan solo se transforman y como niños que molestamos a quien nos gusta es cómo reaccionan algunos.

–Ay sí que es un tonto. Bueno pero entonces no es culpable.

–No. Y para atar cabos; vamos de visita con mi cuñada y sus cercanos.

Las otras celdas ya no fueron tan difíciles de allanar y con eso; los Corvinus supieron más que incluso lo que se imaginaron.

William se limpió la boca y vio a su hermano.

–Tu cuñada sí que está un poco...

–Loca.

–Definitivamente. Digamos que si fuera convertida en lobo, ella sola desataría el caos sin ninguna ayuda. Por cierto debajo del olor del primo, hubo mucha coincidencia...

–¿Con qué?

–Con ese que sentí en mi celda.

–Mira... eso es intrigante.

–Si lo es.

Al llegar a la mansión ya era casi de día y a pesar de sus esfuerzos; los magos y bruja no pudieron esperar despiertos a los gemelos, por lo que estos los imitaron y se dispusieron a descansar ordenando que no se les molestara hasta después de medio día.

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Por La mañana y a la hora del desayuno; todo mundo se reunió para saber las novedades; no obstante Nulo informó que los invitados no podían ser molestados hasta medio día; hubo decepcionen entre los adultos; más igualmente creció la expectación.

Severus tomó el desayuno con los otros, pues Harry le platicaba acerca del futuro Kneazle que le compraría, pues el morenito ya sabía que no era un gato común, información amablemente proporcionada por Draco.

–Shi tío Shev, yo lo cuidale ben ¿podemos id mañana?

–...

Remus intervino antes de que cierto pocionista fuera convencido por un par de ojos grandes y verdes.

–Tenemos clases mañana y Severus debe de ir toda esta semana al laboratorio. Y recuerdo que prometimos que ese Kneazle llegaría si no haces travesuras, en por lo menos un mes.

Harry dejó salir un gran suspiro dramático, pero no hizo berrinches, a pesar de todo sabía que sus tíos le comprarían esa mascota, si cumplía su parte.

Draco solo vio la escena sin intervenir, a él no le interesaban mucho las mascotas.

Al término del desayuno.

Severus se despidió, pues las últimas pruebas que haría para mezclar la matalobos con proteínas de la sangre de William y que le darían más fuerza a Remus y le quitarían lo traumático de la transformación, estarían ese día. Esa poción sería un ganar, ganar para el licántropo.

–Regreso a tiempo para saber cómo les fue.

–Yo quedo id contigo tío Shev. –pidió Harry.

Y bueno en esa ocasión el rubito también se unió a la súplica. Snape cedió, pues los niños no eran tan inquietos, solo les agradaba jugar con los transportadores y camillas. Severus agarró a los niños de la mano y usaron la chimenea; las nanas elfinas iban con él.

Cuando el trio se fue; Narcissa sonrió condescendiente.

–No entiendo como Severus puede ser un terror como profesor y ser un consentidor con ese par. Hasta parece dos personas distintas.

–Tienes mucha razón. Antes de reencontrarnos en Londres muggle, nunca me imaginé que Snape podía tener ese lado tan cariñoso. Harry es muy afortunado de poder conocerlo y ser partícipe de ello. –opinó Remus.

–Ambos deben agradecer. Snape se ha volcado en el pequeño y con eso la penitencia que creer que merece hacer, aunque sospecho que desde el primer día la culpa se transformó en amor. –consideró Lucius.

Lupin y Cissy asintieron. Después de esa pequeña conversación, los tres se separaron rumbo a matar el tiempo en alguna actividad.

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Era de mañana y Sirius despertó por el grosero despertar de uno de los guardias, aventándole la bandeja de comida o la basura que le daban.

Al pelinegro de dolía todo el cuerpo y se preguntó si esas pesadillas fueron provocadas por los Dementores y no pudo dejar de preocuparse al considerar que si era cierto, su forma animaga ya no sería un escape. Sirius movió el cuello y gritó, pues el dolor no cesó. Por mera curiosidad vio hacia su ventana para corroborar su pesadilla, más... ¡Los barrotes no estaban!

...


Muchas gracias a guilianacontesso, sakura1402, AnaM1707, noona-kane, Eimi Romane y blackladymoon.