Capítulo XVIII


Dolores sonreía y al sentarse y acomodar su pergaminos, miró a los otros jefes.

Los reunidos le devolvieron la mirada con mucho fastidio a la bruja, que en cuanto llegó se sentó muy ufana, rodaron los ojos. Más rara vez sus ideas eran buenas, ya que decir de algo legales. Más ignorarla sería recibir infinidad de memorándum y nadie deseaba pasar por eso, por tercera vez.

Uno de los presentes fue el que preguntó para salir pronto del lugar.

–¿Y bien Dolores? Todos deseamos saber tu idea.

–Oh, pues que bueno; porque de verdad ha sido muy genial. He requerido la presencia de uno de los magos que posee una Surtidora de carne...

Los presentes de verdad estaban perdidos ante lo que esa mujer diría ¡¿para qué quería ver a un carnicero?!

–Pues señores, posiblemente no lo comprenden, pero mis pesquisas dieron fruto. –Los presentes continuaron con cara de incredulidad. – Pero necesitaré que confíen en mí, sobre todo los del Departamento de Aurores.

Ella notó la desconfianza en los gestos de sus colegas, más no se amilanó y pidió:

–Requeriré una orden de Registro para una de las mansiones y puede que otra de aprensión para un licántropo no registrado...

000

En sus habitaciones; Severus colocó uno de los libros que consultó, para investigar más sobre el ritual que mencionó William. No encontró, más que alguna mención muy ligera, pero solo como que era prohibida e imposible. El pocionista se sentó a desayunar y tuvo que calentar su té –que después de haberse tardado pensando– se enfrió.

¿Podría preguntarle a Albus y fingir que solo era para una investigación? Sería poco probable; más si daba algo de sus secretos al viejo a cambio, puede que lo convenciera, se dijo Snape.

El profesor desayunó ya con gran apetito y se alistó para ir a ver a su viejo mentor. No perdió tiempo y luego de un baño rápido, el profesor se puso ropa sencilla y subió hasta el ala donde Dumbledore habitaba.

El anciano lo recibió con una gran sonrisa.

–Severus hijo, que bueno que viniste, deseaba dar una vuelta por el castillo y revisar una última vez; espero que no te moleste que Minnie se nos una luego.

–Oh está bien, pero antes de ello, deseaba preguntarle...

Continuó Severus yendo al punto de conversación, deseaba obtener sus respuestas antes de que Minerva se les uniera.

–Hay un producto muy nuevo y exclusivo del que nuestra empresa, se apoderó bajo condiciones legales, pero muy especiales y eso me hizo cuestionarme acerca de una de las cosas que descubrí en ese tiempo colaborando con Él.

–¿Sobre...?

–Los rumores terroríficos de sus experimentos sobre la inmortalidad... ¿Recuerdas?

Dumbledore se quedó un momento en silencio, más sin dejar de caminar por el pasillo y para bajar al piso de las aulas.

–¿Qué clase de cosa obtuvieron en tu negocio? Espero que no sea nada malo hijo.

Snape, casi rodó los ojos, pero se dijo que el anciano era un manipulador, pero no un bocazas, por lo que creyó pertinente responder.

–Me creerías si te dijera que conseguimos sangre de un ser Inmortal.

Dumbledore sonrió un poco considerando que Severus podría estar errado y no tener más que algún engaño, porque la otra posibilidad ni Tom la pudo conseguir.

–No existen seres inmortales, Severus. Hay criaturas oscuras, pero no le llamaría vida lo que llevan.

–Los inferí sí, pero y... ¿Los vampiros?

–Ciertamente criaturas oscuras y viviendo en el mundo muggles. No conozco muchos que vivan en el mágico. Pero su sangre da inmortalidad a cambio de esclavitud y atada a una sed insaciable.

–Totalmente cierto.

–Demostrado está Severus ¿Qué podría ser ese producto que dices y que no sea el veneno que hemos mencionado?

Severus sonrió levemente, pero ese gesto no pasó desapercibido para Dumbledore que de verdad se sintió curioso por lo obtenido en esa empresa, que no podía olvidar igualmente pertenecía a Lucius Malfoy.

–Tenemos sangre de... Alexander Corvinus. Debo creer que sabes de quien hablo.

–De una leyenda, que nunca ha sido confirmada; más si es o fue una quimera para muchos magos investigadores, entre ellos Tom Riddle. ¿Hablas totalmente en serio?

–Lo hago.

–¿Cómo sabes que no es un engaño? –En esta parte de la conversación Albus se detuvo y cambió el rumbo para ir hacia el puente un lugar especialmente tranquilo y solo. Snape supo que el anzuelo había servido, pues el anciano, inició: – Severus, hijo. La inmortalidad y la búsqueda de ella fue la que llevó a que Tom se convirtiera en lo que fue; hizo hasta lo más aborrecible para obtenerla y llegas tú a decirme que la tienes en tu Empresa.

–No realmente. Digo se necesitan pruebas y mucha investigación, para saber si realmente es de alguna ayuda o simplemente un placebo para almas atormentadas; por ese motivo no planeamos usarla o venderla. Es un secreto muy importante.

–Y agradezco que me lo digas. ¿Imagino que te recordó a la búsqueda de Tom y sospechas que él también consiguió lo que ustedes tienen?

–Podría ser una posibilidad, pero me preocupa que los rumores nunca mencionaron esa opción.

Los dos magos se recargaron en una de las columnas de los lados del puente y ahí observaron el castillo.

–Severus... creí que no tendríamos esta conversación hasta dentro de mucho tiempo o nunca, sin embargo llegó sin que esté realmente listo, más debe ser así. No tengo pruebas suficientes, más si muchas sospechas y rumores... Severus, estoy casi seguro de que Tom consiguió su objetivo con un conjuro que es terrible y nunca antes visto...

Dumbledore le relató al pocionista sobre los Horrocruxes y eso solo confirmó lo que William les contó sobre lo que Bellatrix sabía. Definitivamente no había pruebas tangibles, pero todo resultaba muy real.

–Entonces su regreso si es una posibilidad.

–Me temo que no he encontrado nada escrito o algo parecido, pero así lo creo.

–Como bien mencionaste, que consiguiera sangre de Alexander Corvinus era imposible y si así fuera no hubiera muerto por un Avada. Debemos investigar, para evitar que vuelva; algo podremos hacer.

Albus estuvo de acuerdo. El anciano se guardó la curiosidad de saber cómo obtuvieron algo tan importante; más se contentaba con que Severus no se lo hubiera ocultado, eso decía que este confiaba en él. Por su parte Snape estuvo muy satisfecho de tener esa pieza que les faltaba para armar ese rompecabezas que ponía en peligro a su grupo... a su familia.

El par de magos siguió con su recorrido y es que el pocionista no cedió a tener más clases de las necesarias; ahora su atención y entusiasmo se centraba en sus investigaciones, y todo lo que estaban creciendo y vendiéndose. Igualmente la sangre del Corvinus mayor era otro reto para desentrañar. Ninguno de sus socios –Lucius y Remus– así mismo él, deseaban usarla como elixir de inmortalidad, los tres sabían lo terrible y devastador que era la ambición de vivir por siempre; por otro lado los gemelos Corvinus se sabían y decían inmortales, más igualmente no se les notaba que quisieran serlo para la eternidad. Snape tenía miras de hacer medicinas que ayudaran a muggles y magos; ese era su anhelo. Sus cámaras en Gringotts ya eran bastantes, sin embargo a Snape le tenían sin mucho cuidado, para él,...embotellar la vida... era su recompensa.

Luego de que MacGonagall se les unió y terminaron su recorrido, considerando listo el castillo para recibir a los alumnos un nuevo año.

Severus dejó a los dos maestros y se retiró para cambiarse y regresar a la mansión, tenía una idea y le esperaba otra conversación con Lupin.

000

Estar de ocioso no era algo que le molestará, más en esa ocasión William ya deseaba ver a su gemelo y apurarlo para salir de Wiltshire. Consideró que era hora de regresar a su castillo en Escocia y luego iniciar su viaje por el mundo muggle; aunque antes debía...

–Willi ¿ya almorzaste? –llegó Marcus sonriendo de oreja a oreja.

–Ya. –Respondió el pelirrojo levantándose de la otomana en la que se encontraba y se estiró– Pero puedo acompañarte con un par o más, de unos buenos cortes de carne.

–Algo crudos y sangrantes...

Saboreó Marcus. William estuvo de acuerdo.

–Quiero hablar contigo.

–Me imagino sobre qué.

–Oh, eres psíquico o nigromante.

–Willi...

El pelirrojo se rio. Los gemelos se acomodaron en la mesa y Nulo apareció con un servicio para ambos.

–Dime que sucede; mejor aún empieza por explicarme que tiene que ver con el primo de Cissy.

–Imaginas que es sobre ese hecho que te referí.

–Sí, lo supuse. No le he dicho nada a mi prometida, más ¿hay algo que no has expresado?

–... Demonios ¿Por qué siempre sabes cuándo miento? –chilló berrinchudo William.

–Porque soy tu hermano mayor. –se burló el castaño, más siguió– Supuse que es algo que me molestaría.

–Lo es. Bueno casi estoy seguro. –Marcus suspiró derrotado, agarró una servilleta y limpió la mancha en la mejilla de su gemelo. William continuó– Es sobre Alexander.

–...

–Pero debo empezar por lo importante. Esa noche sentí esa esencia como si fuera algo que se me escapaba de las manos, algo que era mío... algo que me arrebataban sin que me permitieran conocerlo... hermano, eso dolió muchísimo...

Marcus vio con miedo y furia como los hermosos ojos azules de su hermanito se llenaron de lágrimas y deseó destruir quien fuera la causa de ello, pero se contuvo, pues William se notaba necesitado de apoyo. William se recompuso para continuar su relato.

–Grité Marcus, todo lo que pude... te llamé...

–¡¿Cuándo fue Willi?! ¡¿Cómo no te sentí?!

–No te culpes, probablemente te hallabas en América.

–¡Debí estar contigo! –exclamó el castaño, jalando la servilleta hasta desgarrarla.

–No. Buscabas ayuda para mí y la conseguiste. Ahora estás aquí y eso es lo importante. Esa noche aullé mi dolor sin saber a qué se debía. No te enojes, más creo que Alexander estuvo allí, luego de que pedí auxilio, lo olí y lo escuché...

–¡¿Qué dijo?!

–Que no lo dejaría morir, que lo salvaría para su... –El pelirrojo no concluyó la frase, pues incluso a él le pareció imposible, más sucedió de ese modo... lo salvaré para ti bebé.

–Dime Willi... –presionó Marcus.

–Que lo salvaría para mí.

El menor de los gemelos narró todo, pero sus mejillas estaban coloreadas.

–Ahora dime ¿por qué diría eso el viejo? –mencionó el mayor, retomando su alimentación.

–Como hombre lobo puedo tener un compañero o compañera como mi lado lupino que son fieles a sus parejas... creo que ese mago era mi compañero.

–No era, es; si le creemos algo al viejo. –opinó Marcus. – ¿Y crees que...?

–Es el hermano de Sirius Black; el que dicen murió.

–Ya. Pues tendemos que ir a ver a Alexander...

–No tienes que forzarte...

–No te dejaré solo, iremos los dos. Cuando regresemos a casa.

–Ya lo haremos verdad. –dijo con anhelo William

–Sí; en un par de días.

Los hermanos tomaban las cosas como les llegaban, no se hacían líos de temores, planes, o culpas y rencores; obviamente Alexander Corvinus era otro tema, no obstante incluso su enojo contra este era porque sintieron que los dejó solos, más era claro que nada más lejos de la verdad; pues el patriarca Corvinus los vigilaba y contaba con una inmensa fortuna y gente para ese propósito, después de todo si incluso la muy diseminada línea humana de su hijo Michael estaba bajo su ala, que no lo estuvieran sus dos hijos vivos, sería imposible.

000

Remus entró y Harry bajó veloz de la cama y fue corriendo a su encuentro.

–¡Tío Dem! ¿Ya llegó tío Shev?

Remus cargó al niño y lo besó en las mejillas, haciéndolo reír.

–No, no ha llegado, pero no tarda y podras ir a...

–¡Compas!

El licántropo acunó al morenito que tarareaba feliz.

–Ahora a almorzar y esperar a Severus.

–¿Daco?

–Debe estar ya en el comedor.

–Ben.

Lupin salió con el niño al pasillo y rumbo a las escaleras.

–Recuerdas que mañana no estaré contigo verdad.

–Shi, como otas veces.

–Exacto, Lucius me acompañara; pero los demás estarán contigo.

–Beno. Me podtade ben.

–Eso es maravilloso cachorro.

Harry se puso un dedito en la boca y preguntó:

–Si me podto ben ¿pode volar con tío Madcus?

–-¡¿Y cómo sabes tú que Marcus vuela?! –se asombró Remus.

Harry se rió travieso. Lupin suspiró y ellos que creían que ese par no conocía las formas originales de los Corvinus.

El dúo llegó al comedor y efectivamente el rubito y los padres de este ya se encontraban en la mesa. Los alimentos se sirvieron y para Remus un par de pedazos de carne muy parecidos a los que comían los Corvinus.

Snape llegó poco después de la hora de almuerzo y Harry lo recibió tan efusivamente como siempre, lo que hizo más firme la decisión que el pocionista tomó.

Esa tarde los gemelos y Narcissa deseaban comprar lo necesario para su viaje, Draco se iría con ellos un par de semanas y necesitaba ropa y artículos, lo que derivó en que Harry también ansiaba ir de compras, más que nada por ver todas las cosas en el Callejón Diagon y Severus lo llevaría. Lucius y Remus saldría a una cita por el mundo muggle para que Remus no tuviera que usar glamour.

En lo que Cissy y Draco se ponían bellos. Snape llamó.

–Lupin vamos, conversemos.

–¿Ahorita?

–Sí, será rápido.

Lucius asintió y se quedó con Harry para vigilarlo, aunque este jugaba con su elfina.

Remus se armó de valor, para aceptar y no molestarse si la respuesta de Severus sobre Sirius no era la que esperaba. El par de magos usó una de las salitas y entraron. Snape se sentó e invitó a Remus a imitarlo.

–He tomado mi decisión...

–Me imaginé. Antes de que me la digas debo decirte que sea la que sea, no cambiara nuestra amistad, porque yo te considero un amigo y el otro tutor de Harry.

–Gracias Lupin. En un principio ni yo me consideraba digno de criar al hijo de Lily, pero alguien tomo esa opción y me la aventó sobre el regazo y no sabes cómo lo agradezco; ese niño se ha convertido en lo más importante para mí.

–Lo sé. Y él te quiere mucho.

–Si. Y espero que no sea por los regalos. –bromeó Snape.

–Oh sabes que no, aun si no tuvieras ni un galeón, serías su tío Sev.

–Si. –sonrió levemente el moreno. –Y por eso creo que Harry tiene derecho a elegir sus ideas y conocer a Black, pero...

–¿Si? –preguntó anhelante Lupin.

–Quiero visitarlo o mejor aún que lo hagamos los dos; para convencerlo y que ate su lengua si quiere ver a Harry, asimismo aclararé que no me voy a separar de Harry; Black será el que llegue a nuestra familia, no al revés.

–Concuerdo. –dijo sin dudar el rubio trigo. Nunca olvidaría todo lo que Severus hizo por Harry y por él y lo que seguía haciendo.

–Bien. Puede ser legalmente o que los gemelos nos ayuden; más tampoco quiero molestarlos si ya se van ¿Qué opinas?

–Estoy contigo. Aunque tendrás que ir solo si es legalmente, pues en mi condición...

–Oh cierto, más a la par puede ser con ayuda de William, antes de que se vayan.

Aseguró Severus con un guiño de ojo. Se imaginaban que el lobo pelirrojo no requeriría mucho convencimiento de hacer algo ilegal.

...


Muchísimas gracias sakura1402, giulianacontesso, AnaM1707, noona-kane y Eimi Romane.