Capítulo XXI
Sirius fijó su vista en el pelirrojo y William le devolvió el gesto. Gris y azul se encontraron y el Black fue el primero en esquivarla, no se le podía culpar si era el receptor de la mirada de un peligroso depredador.
Remus se acercó e hizo mirar a su amigo en su dirección.
–Por favor Paddy no cierres tu mente a las cosas.
El mencionado se removió inquieto:
–No puedes pedirme algo como eso. No luego de todo lo que he pasado por culpa del líder de este tipo y sus amigos. –aseguró mirando con rencor a Severus.
William decidió intervenir para que el tiempo no se les fuera encima e igualmente porque ya se había hartado de estar en ese lugar, con el olfato tan sensible que poseía. Caminó hasta el mago y este se pegó a la pared por instinto.
–Mira Black, en verdad ellos me han pedido que los trajera para darte una oportunidad.
–¡¿A mí?!
–Lo quieras o no todas las pruebas te condenan y aun con eso Remus vino a verte y buscar tu versión de lo sucedido y Severus... –se escuchó un gruñido por parte del animago– Si, dije Severus, también él te dio el beneficio de la duda.
–¡Él es un mortífago! ¡¿Cómo se atreve a juzgarme?! –profirió Sirius.
Snape se tensó y los guardias llamaron desde el pasillo.
–Señor Snape ya casi se cumple su tiempo ¿todo bien?
Severus se mordió los labios para no gritar que el reo se estaba volviendo violento para que Sirius fuera castigado, más Remus lo aferró del brazo y lo miró suplicante. El profesor exhaló y enseguida respondió.
–Sí, soy consciente del tiempo y no hay ningún problema. –gritó hacia los guardias.
William volvió a mirar al Black y se acercó a este, muy, muy cerca gruñendo...
–Dije que te dieron una oportunidad no la desperdicies o no me molestaría no tener parientes políticos. –El de ojos azules se alejó y fue hasta la pared de la ventana. Sirius no comprendió, pero tampoco quiso preguntar –Mira que esos Dementores podrían venir a succionarte si los azuzo un poco, ¿o no estás agradecido de que no se te acerquen?
El animago se quedó callado. Lupin se acercó al Corvinus y desde allí juro:
–Volveremos Sirius, no desesperes. Hay muchas cosas que debes saber.
Los lobos salieron. Remus aferrado por William. Snape se volteó en dirección de la puerta, más antes de abrir miró de reojo al animago.
–Remus y alguien muy importantes para él y para mí me convencieron de ayudarte a salir de aquí... Dices que yo no tengo derecho a juzgarte, pues considero que tú tampoco a mí. Ambos cometimos errores y por eso personas importantes murieron ¿Quién más que yo para saber que la culpa es una capa muy pesada?
Sirius miró al profesor que tocó y salió de la celda sin despedirse. Esas últimas palabras le darían mucho que pensar al igual que lo sucedido desde que esos gemelos lo visitaron.
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Posteriormente del paseo, los menores apenas si alcanzaron a cenar y cayeron rendidos al sueño. La pareja decidió retirarse a descansar un rato en lo que los viajeros regresaba. Lucius optó por revisar algunos documentos que el Ministerio le había enviado o lo que es lo mismo pedir donaciones. Algo que debía revisar exhaustivamente y elegir bien para conseguir la próxima visita de Severus, u otra opción era ir de polizontes con William; si este aun no se iba.
El tiempo pasó veloz para beneplácito de Lucius; o eso consideró cuando escuchó que Remus y William llegaron. El rubio los recibió y William le informó.
–Yo me voy a dar un baño que dure mucho, no soporto el olor.
Lucius asintió, pero luego se giró a ver a Remus para que este le explicara.
–¿De qué habla? Yo no huelo nada.
Remus lo agarró de la mano y lo guió hasta una de las pequeñas salitas. Allí se sentó y buscó el calor de su pareja. El Malfoy no tuvo que preguntar, supo que su amante lo requería en ese instante y lo abrazó. Luego de un par de minutos de silencio Lupin inició:
–Está muy mal, Lucius muy demacrado y delgado...
–Me temo que eso es lo que se esperaría de estar recluido, cariño
–Si. Lleno de odio y rencor, me dijo traidor...
Lucius besó la mejilla de su pareja y le susurró.
–Sabes que no lo eres, verdad. Todo lo que has hecho ha sido por sobrevivir y por Harry.
–Claro; eso no quita que haya dolido, pero no me hará sentir culpable; todos decidimos nuestro camino y yo lo seguí. Ahora no lo cambiaría por nada.
–No lo defiendo, de hecho si no fuera porque es tu deseo salvarlo te pediría que ya no fueras, no obstante imagino que su cerebro solo ha visto lo malo de los que se salvaron de caer en Azkaban.
–Seguramente. Con Severus fue peor. Se portó muy grosero y odioso...
–Eso no es extraño.
Remus sonrió un poco, y contestó:
–Sí; pero en nuestra juventud era su forma de molestar a un rival. Ahora fue hiriente, deseaba serlo.
–Esperemos que Severus no lo tome a mal. Porque si no...
Lucius no concluyó la frase, pero ambos sabían que si Severus lo pedía, los Corvinus retirarían su ayuda y no porque no estimaran a Remus, ya que ellos habían visto todo lo que Snape tuvo que lidiar en Hogwarts y las bromas –muy serias– de los merodeadores.
–Prometimos volver y espero que Sirius de verdad piense bien sobre todo lo que le dije y lo que William y Marcus hicieron... por cierto ¿Dónde están Marcus y Cissy?
El rubio platino atrajo más a Remus.
–Dijeron que descansarían en lo que ustedes llegaban, pero supongo que no consideraron que fuera tan rápido.
–Si. William casi nos trajo volando. Para quitarse el hedor de Azkaban.
–Pues conociéndolo que casi nunca se queja, si debe ser terrible.
Lupin se encogió de hombros al responder:
–Yo diría que fue más los recuerdos de una celda y estar más tiempo de lo que creyó. Si regresamos será con ayuda de Marcus, no considero que William deba seguir yendo.
Lucius asintió y ambos rubios se recostaron, Lucius notó que la luna menguante se asomaba y decidió enviar un mensaje –de irse ya a descansar y dejar todo para el día siguiente– a la pareja y a William –a él incluida la cena.
–Vayamos a reposar, tomarás algo en la habitación. Severus no vendrá, ya es para que hubiera llegado.
–Probablemente quiera estar solo y no lo culpo.
Terminó Remus sintiendo que su pareja lo levantaba y guiaba a su recamara.
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Lo que Remus consideró era la realidad. Snape luego de esa fatigosa y pesada visita al Black decidió pernoctar en el colegio; de ese modo se alistaría para las preguntas de los otros sin que su molestia culpa o desesperación lo alterara. Y asimismo deseaba poder recodar que si bien Lily estaba muerta y en parte lo consideraba su culpa, también trataba de hacer y darle un mundo mejor al hijo de ella y sin poder evitarlo de ese engreído de James Potter.
Severus buscó entre sus ingredientes un poco de pócima sin sueños y algo de filtros de paz. Se las bebió y se dispuso a descansar sin soñar nada que lo colocara en estrés.
Severus se preguntó si pasar por lo mismo en las visitas venideras ¿valía la pena?
Su cama lo recibió ya casi sin sentido y en el mundo de los sueños, su último pensamiento fue que, lo consultaría con Harry.
...
Al siguiente día la hora de reunión se dejó para la comida y es que los dos magos y William quedaron algo extenuados de su viaje y descansaron más de lo normal.
Las novedades se compartieron y para que los niños que andaban por allí no comprendieran, –pues ya no podían negar que estos eran muy buenos espías– hablaron del primo de Cissy que estaba enfermo.
La conversación no se puso álgida, ya que Severus no le dio importancia al odio visceral de Sirius. Remus por su parte tenía un poco de esperanza en que su amigo si bien no cambiara de opinión de inmediato, se permitiera pensar en que no todo era blanco o negro.
La conversación terminó con Severus y Lucius estando de acuerdo en que las visitas se detendrían el tiempo suficiente para que la Corvilobos hiciera efecto en Remus y esperaban que fuera positivo.
–En ese caso, aprovecharemos ese tiempo. –aseguró Marcus. –Mi hermano y yo debemos hacer una entrevista, pero no tardaremos.
William vio a su gemelo y abrió la boca, más no emitió sonido alguno.
Narcissa llamó a los niños para que entraran, pues ya llevaba mucho tiempo en el sol. Ellos obedecieron, más Severus detuvo a Harry y lo alzó en brazos, el morenito no se asombró, pues le agradaba recibir atención del adulto.
–¿Quieres caminar un momento conmigo?
–Ahm... tú me cadgas tío Shev.
Snape sonrió y caminó con Harry en lo que Draco iba con sus padres. Remus se quedó viendo a Severus y Harry, tenía mucha curiosidad por esa plática que tenía ese dúo.
Con los que eran observados; Harry le contaba al profesor acerca de lo que Draco y él vieron en ese viaje con Marcus e incluso un par de veces Severus tuvo que aferrar con fuerza al morenito, pues este se emocionaba y daba brincos en sus brazos con peligro de caerse, no que Severus lo fuera a permitir, pero no estaba de más la precaución.
–O sea que fue muy divertido ¿no?
–¡Oh shi lo fue tío Shev!
–Me alegra que te haya gustado y que obedecieras todas las indicaciones de Marcus.
–Ship.
–Sabes me pregunto si ya podrás tomar esas clases para volar ¿tú que crees?
–¡Ya, ya tío Shev!
–Bueno, hablaré con Remus y podrás usar ese regalo... ¿recuerdas lo que Albus dijo cuando te lo dió?
–Dijo que era un degalo de mi panino ¿quen es?
–Oh, pues precisamente es el primo de Cissy.
–¿El enfemito?
Y Severus negó por dentro, definitivamente esos niños poseían oídos de elfos domésticos,* muy grandes y desarrollados.
–Sí, ese que se llama Sirius Black ¿quisieras conocerlo?
Harry se quedó unos instantes en silencio y Snape no lo presionó. Pronto los ojitos verdes miraron al pocionista y preguntó:
–¿No me llevada con él vedad?
–No.
–Beno, si quedo vedlo, cuando lo cudes.
–Ya veo. En ese caso haré todo lo posible por curarlo. –aseguró Snape.
Harry sonrió y se recargó en el hombro del mayor.
–Tío Shev, ¿cuanto debo podtadme ben para que me compes mi gato?
Snape sonrió de lado y regresó a la casa, mencionando...
–Ya falta menos.
Remus los vio entrar y a Severus llevar al cuarto de juegos al morenito. A su regreso Snape sacó otro lote de la Corvilobos y se la dio a Lupin.
–Este par son las últimas, pasado mañana es el día importante.
El licántropo bebió una y la otra la dejó en la mesita, llamando a Nulo para que la llevara a su habitación.
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Marcus esperó por William y este lo siguió hasta la biblioteca de su ala. El castaño se dejó caer en un sillón individual y al ver aparecer al pelirrojo por la puerta abierta, explicó enseguida...
–Mañana temprano salimos a Londres no mágico. Alexander se está hospedando allí.
–¿Cómo lo sabes?
–No solo él tiene sus informantes.
–Si me dices como llegar, yo iré solo.
–¡Ni de chiste!
–No quiero obligarte a verlo.
Marcus suspiró, mas contestó:
–Supongo que ya es hora de verlo, ambos nos lo debemos. Pero no te preocupes no haré nada que ponga en peligro de que no nos diga nada sobre tu amigo. Sin embargo si no lo hace; de su barco solo quedaran cenizas.
William sonrió mostrando sus colmillos.
–Lo imagino hermano.
Como ambos gemelos deseaban des estresarse un rato, esperaron la noche y bajo su cobijo cambiaron y pasearon incluso saliendo de la propiedad por un par de horas.
...
Esa mañana posteriormente del desayuno. Los Corvinus se despidieron e iniciaron su camino a Londres.
Los trabajadores del buque pensaron que no era común que los objetivos de vigilancia se acercaran tanto a ellos, pero al ir a avisarle al jefe este tranquilizó a su gente.
–Esperaba su visita. Permítanles pasar y por favor no muestren las armas, por ningún motivo deben sentirse amenazados; no quiero que se pierdan vidas sin necesidad.
Las órdenes fueron obedecidas y los gemelos subieron al buque con solo un saludo de bienvenida de parte de la tripulación, hasta que uno de ellos que parecía ser oficial los saludó cortés, pero igualmente los guió hasta el interior y a una sala bien iluminada. El sitio poseía algunos artículos antiguos dentro de vitrinas de exhibición.
–Esperen un momento, voy a informar de su llegada.
William vio al oficial salir y curioseó entre las vitrinas.
–Mira Marcus, una espada samurái... ¿crees que la pueda sacar sin que lo noten?
Marcus bufó y rió al mismo tiempo:
–Lo dudo, pero puedes pedírsela a Alexander como regalo de cumpleaños atrasado, nos debe algunos cientos.
William rodó los ojos, pero no discutió con su hermano mayor. Optó por seguir mirando y anotando mentalmente lo que quería.
...
*No sé si los elfos domésticos oyen muy bien, pero a mí me lo parece por sus grandes orejas jejeje
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Millones de gracias por todos sus comentarios, que adoro. Sakura1402, AnaM1707, giulianacontesso, Eimi Romane, noona-kane y a Zumekqi.
