Capítulo XXX


Los niños –luego de la merienda–, se fueron a dormir y Harry se despidió de todos, incluido un emocionado Sirius quien igual recibió el beso del morenito y del rubito a quien le explicaron que Sirius al igual que Regulus, era su tío.

Los adultos tenían muchas cosas que contarle a Sirius, más antes de irse. Severus les hizo prometer que lo enviarían a descansar temprano pues las costillas de este aun no sanaban del todo. El pocionista se retiró, no sin antes pedirle a Alexander que le permitiera conversar con él, más detenidamente. El inmortal sonrió y estuvo de acuerdo, pues sabía que el profesor tenía sed de conocimientos.

El grupo se separó para ir a uno de los lugares de la gran mansión. Sirius fue llamado por Regulus y este con algo de vergüenza le informó:

–Yo voy con Willi.

–Entiendo que ya no eres un niño y que te casaras con él; sin embargo me agradaría que arregláramos juntos Grimmauld Place. No importa que no vayas a vivir allí con William, me gustaría que fuera algo como un nuevo inicio para la familia Black.

Regulus vio al mayor y sonrió.

–También me gustaría hacer de esa casona algo más bonito para poder vivir. Y no lo he hablado con él, pero definitivamente guárdanos un lugar para cuando estemos en Londres mágico.

Sirius abrazó a su hermano y lo dejó ir; sintió nostalgia al saber que pronto lo perdería por un matrimonio, sin embargo era cien veces mejor verlo feliz aunque lejos de él a no verlo con vida.

Remus miró la interacción de los dos hermanos desde el pasillo y luego llamó al Black.

–Vamos, te mostraré tu habitación.

En cuanto mencionó eso; notó que el moreno se puso algo inquieto y preguntó:

–¿Qué sucede?

–Si... bueno... ¿sería... extraño que pudiera dormir cerca de ti?

El licántropo suspiró y negó aferrando el hombro del antiguo auror.

–No. Podemos compartir como en los viejos tiempos y ya que lo haremos tendré ocasión para contarte más acerca de mi vida y con quien la comparto...

–Oh eso puede ser algo... obvio. Vi como Cissy y Marcus estaban juntos. Lucius se notaba... ¡¿Es en serio Moony?!

–Ha sido un tiempo y como te puedes imaginar ellos no son tan malos. Él me acompañó en todos los trámites y negociaciones que hicimos para obtener a Harry.

–Moony no soy nadie para juzgar, pero me pregunto si él estaba casado...

–Lo estaban, Cissy y él, como debes saber bien eran más socios que marido y mujer; no me justifico, sin embargo Cissy cayó rendida por Marcus antes de que Lucius y yo nos relacionáramos.

–Comprendo. Cuéntame que pasó luego de mi juicio. Esa noche solo vi que Albus se llevó a Harry y me desaparecí a buscar a Peter ¡Maldita rata!

–Serénate hasta que entremos. Ya hemos llegado; esta es mi habitación, pondrán otra cama en ella. La habitación de enfrente es la de Harry; Naly, su nana elfina, duerme allí igualmente.

–¿Nana elfina? Como todo un niño mago de alcurnia.

–Afortunadamente Harry no recuerda el año que pasó con los Dursley. Severus les enviaba dinero para Harry, pero obviamente no lo usaban en él...

–¡Que desgraciados!

Lupin abrió la recamara e invitó a su amigo, esperaba que Lucius no se pusiera celoso, luego de analizarlo se convenció de que no; el Malfoy sabía cuánto lo amaba.

Los magos se alistaron y decidieron sentarse un rato en la salita de la habitación con wiski caliente para beber. Remus le relató a grandes rasgos como el pequeño Potter llegó con sus parientes y él quedó varado en el mundo muggles con solo unos muffin de cannabis, como placebos para soportar su trasformación.

Luego de un par de horas los dos amigos terminaron su conversación o la dejaron para después, ya que Sirius se notaba cansado.

Cada uno en una cama muy cómoda, se dejaron llevar por el sueño.

Los sueños de Sirius comenzaron con algo de lo vivido ese día, más pasó poco tiempo para que se convirtieran en pesadillas plagadas de miedo, Dementores y muerte.
Remus se dio cuenta de cómo se quejaba y se removía en su cama y se levantó de su lecho para despertarlo, agradecido de haberle advertido a Naly que colocara un encantamiento anti-ruido en el cuarto de Harry y en el suyo por igual.

Remus sacudió al moreno y lo llamó con voz queda:

–Despierta Paddy, todo está bien.

El mencionado despertó sudando y respirando entrecortadamente. Sus ojos se abrieron asustados, y le llevó algunos segundos ubicar donde estaba. Moony le susurró palabras calmantes hasta que lo vio mejor, y enseguida acercó un vaso con agua.

–Puedo ponerle, algo de pócima para dormir sin sueños...

–... Si... creo que eso estaría bien.

El rubio trigo apareció una botella y puso algunas gotas en el vaso; también decidió usar solo una gota de filtro de paz, enseguida se lo entregó a Sirius que lo bebió sin dudar.

Remus se sentó en la orilla de la cama de su amigo y vio con alivio que este se dejó caer entre las mantas y almohada quedándose dormido casi de inmediato. De regreso a su propio lecho el lobo deseó que su pareja lo abrazara para consolarlo, se sentía muy triste, pues Sirius Black siempre fue el epitome de la valentía y el arrojo, más todo lo que este vivió lo tenía en mal estado y con mucho miedo.

Como si lo hubiera invocado la puerta se abrió con sigilo y una cabeza platino se asomó. Lucius vio a su pareja y este le devolvió la vista, pero con los ojos llorosos, por lo que entró y velozmente fue hasta el tálamo de Moony para abrazarlo.

–¿Qué pasa cariño?

–Ha sufrido mucho.

–Ese lugar vuelve loca a la gente o los destruye, agradezcamos que salvamos a tu amigo a tiempo. Lapso de sanar con tu ayuda y la de su hermano, es lo que sobra.

–Si...

Los rubios se abrazaron y acomodaron para dormir, confiados en que Sirius no notaría al polizonte Malfoy.

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Iluminados por la tenue luz de la luna menguante la pareja se movió a un ritmo sereno, ambos deseaban alargar ese momento donde estaban unidos y deleitándose con el placer ajeno y propio.

William gruñó satisfecho al besar la boca de Regulus y ser plenamente correspondido. El vaivén de las caderas se aceleró, ya que la pareja saboreaba casi el orgasmo.

Con un gemido gutural William llegó y ayudó a que su pareja lo imitara luego, acariciando el miembro de este.

Saciados y amándose en cada beso compartido, la pareja se abrazó.

Regulus suspiró y habló...

–Sirius quiere que arreglemos nuestra Mansión, bueno la de los Black...

–La antigua y ancestral casa de los Black, Siempre puros.

Reggy rió divertido.

–Se nota que fue Cissy quien te enseñó acerca de las familias sangre pura.

–Si. Incluso sé de los Doce. Lucius investigó a estos cuando pensaban pelear la custodia de Harry.

–¿Y eso?

–Porque Cissy y Draco lo reclamaron por ser sus únicos parientes. Eso me dijo Marcus, yo no sabía que eras Black y que te encontrabas con mi padre, bueno ahora que lo pienso en mi forma de lobo no hubiera sido de gran ayuda.

–Afortunadamente lograron quitárselo a esos muggles.

–Sí, hasta donde sé, Severus les dio una gran cantidad de efectivo, pero creo que fue lo que menos le importó. Severus ama a ese niño... ¿Será por Lily Potter?

–Si mayormente; ella fue el amor imposible de Severus y su mejor amiga, hasta que...

–Si lo vimos en las memorias de tu hermano.

–Creo que la época del colegio puede ser la mejor o tu peor pesadilla.

William abrazó a su pareja y besó su frente.

–Descansemos. Ya veremos que nos trae el mañana.

La pareja se acomodó en el lecho y se dejaron llevar por el sueño.

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En sus habitaciones, Severus le dio un rápido vistazo a sus apuntes del día siguiente y se fue a descansar, optó por beber un poco de poción sin sueños, pues su cansancio no impediría que la ansiedad que vivió ese día se pudiera colar en estos.

Aprovecharía el desayuno para poner al tanto a Dumbledore sobre la salida del Black, antes de que las noticias llegaran desde uno de los diarios mágicos.

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Desde su celda y sintiéndose muy débil, pero serena. Bella se juró que saldría de ese lugar y buscaría a esos monstruos que evitaron su escape, claramente lo primero sería ayudar a volver a su Lord y con eso la posibilidad de una mejor venganza.

...

Lucius bajó a desayunar y vio que casi todos ya estaban en el jardín, se le hizo tarde, porque tuvo que ir a su habitación y alistarse.

Remus se quedó despertando a Sirius y revisando que Harry estuviese listo para que Naly lo bañara y levantara y aun así el lobo ya se hallaba sentado, comiendo.

El mayor de los Black se notaba algo incómodo entre el grupo, más no tanto como una noche antes y eso era bueno.

–Después de desayunar; iremos a Grimmauld Place ¿No creo que haya problema porque Sirius salga verdad?

Cuestionó Regulus a Lucius, y este negó.

–No lo creo. Según leí ayer en su pergamino de exoneración, incluso habrá una nota de disculpa de parte del Ministerio.

Narcissa vio a sus primos y dijo con nostalgia.

–Hace mucho que no visito la casa...

–Estás cordialmente invitada a ir y si quieres ayudarnos a limpiarla. –Le guiñó un ojo Sirius.

–No la retes Black, que Cissy es una gran conocedora de métodos para echar a plagas mágicas.

Aseguró el Malfoy mayor. Marcus agarró la mano de su prometida y le sonrió:

– ¿Eso es cierto mi amor? –Ella sonrió sonrojándose, pero asintió. –Me encantaría verte en acción.

–Que se cuiden hasta las babosas carnívoras. –-expresó Lucius.

–O los boggart. –acotó Remus.

–Miren, yo lidió con casi todo, pero los Bundimun* no los tolero. –concluyó la rubia.

–¡Yo quedo ved esos! –exigió Draco.

William vio al rubito y movió la cabeza:

–Yo pienso igual que Draco.

–¡Pero si no son un bonito espectáculo! –exclamó Regulus.

William se encogió de hombros y Draco insistió:

–Yo voy con tío Willi.

Harry movió su cabecita afirmando, no habló porque estaba muy entretenido comiendo su bísquet con queso y mermelada.

Alexander vio la indecisión en el rostro de los adultos e intervino. –Considero que si podemos quedarnos donde sea seguro, podemos ir todos. A decir verdad de igual forma tengo curiosidad.

Y con eso no hubo quien se opusiera a que el grupo fuera. Era cierto que la limpieza de una casa era cosa seria, no obstante con tantos magos aptos y una bruja que se graduó en ello, no sería peligroso para los niños, que cosa aparte estarían con un inmortal, un vampiro y un hombre lobo.

Luego del desayuno y con los libros, pócimas y todo lo necesario, incluidos a dos niños con ropa muggle y bien protegidos en medio de todos los adultos; salieron rumbo a Grimmauld Place la gran casona apareció entre sus dos vecinas y el grupo entró.

Unos chillidos emocionados casi hicieron gritar de asombro a uno que otro entre los recién llegados. Más no era otra cosa que Kreacher recibiendo a su adorado amo Regulus.

El menor de los Black soportó las muestras cariñosas de su elfo, no olvidaba que gracias a él y por él había salido de las garras de Voldemort y fue rescatado por su prometido y por su suegro.

Sirius rodó los ojos y refunfuñó ante la cara de desagrado del elfo cuando notó que asimismo se encontraba allí.

–Yo tampoco te soporto. –gruñó Sirius.

El elfo al ver a Alexander se inclinó hasta que su nariz casi tocaba el suelo:

–Señor, este humilde elfo le agradece lo que hizo por mi señor, mi amito Regulus.

El inmortal sonrió y respondió:

–No lo soltaste a pesar del frio y miedo; eso fue primordial.

El mayor de los Black vio con otros ojos a la criatura y sonrió de lado:

–Ha sido un muy buen elfo hay que darle la prenda...

La reacción del elfo fue dramática y Regulus lo consoló viendo feo a su hermano mayor que sonreía traviesamente.

Los otros magos negaron al ver de primera mano la vena traviesa del animago.

Lucius se acercó a su pareja y le susurró:

–Ya no debes estar tan preocupado, ese Black sigue igual de bromista.

Remus sonrió sonrojándose. – Si verdad.

Los Corvinus preguntaron discretamente y Narcissa les explicó. William – que llevaba a Draco en brazos– se encogió de hombros: – Son raros, por no querer ser libres.

Alexander –llevando de la mano a un Harry muy intrigado– se unió a sus hijos que iban hacia lo que parecía el jardín, pues nadie de ellos lo dijo, pero ese lugar les pareció algo oscuro y claustrofóbico.

Narcissa dejó a los Corvinus y dándole un beso a Marcus le dijo:

–Veremos como está. Si hay algo interesante que encontremos, los llamamos. Kreacher –El elfo apareció– Sirve bocadillos y vino a los invitados.

–Si señora, ama Narcissa.

Los niños buscaron en que entretenerse y sacaron sus juguetes muy cerca del juego de jardín donde los Corvinus estaban.

William vio la gran casona y comentó:

–Yo tiraría este vejestorio y haría una nueva.

–Creo que los magos son muy apegados a sus casas heredadas; tiene que ver con el poder y protección que se agrega con cada generación que la habitó. –explicó Alexander.

Los gemelos miraron de nuevo la casa y... siguieron creyendo que preferían una construcción nueva.

–¡Joder, eso que vimos eran cabezas de elfos! Yo no querría eso cerca de los niños. –exclamó William.

Marcus vio a su gemelo y se carcajeó:

–¡Si fueran tus niños, y siendo hombres lobo seguro que verán más que cabezas!

–¡Marcus!

Los hermanos se golpearon en broma, hasta que Alexander les recordó que dos pares de ojos infantiles, los veían muy interesados, guardando la información para imitarlos en algún momento, eso era seguro.

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Severus se estiró y salió de la cama para arreglarse e ir a desayunar con los otros profesores, su rutina era la de hacerlo en sus habitaciones, pero ese día requería hablar con Albus.

Severus salió luego de veinte minutos, caminó por el pasillo, pensando en cómo abordaría el tema; pues el Director no tenía conocimiento de que estaban trabajando en la libertad del Black.

Severus llegó al comedor y buscó sentarse en la orilla de la mesa, pero a un lado de Albus. Este lo saludó:

–Buenos días Severus, espero que hayas tenido un buen descanso. Llegaste algo tarde ayer ¿todo bien en tu laboratorio?

–Si. La verdad después de ir a mi trabajo, visité en Azkaban a alguien más.

–¡¿Azkaban?!– se sorprendió el Director.

–Hace un tiempo Lupin y Narcissa decidieron investigar sobre la condena de Sirius Black y saber si había algo que se pudiera hacer. De hecho los que hicieron las indagaciones fueron unos buenos amigos.

–¿Amigos? –inquirió Albus.

–Eso no es importante, el caso es que hallaron a Peter y con eso se inició una apelación para liberar a Black. Lo que se logró… Y desde ayer es libre.

El Director abrió los ojos impresionado. Severus lo dejó que asimilara la información y él siguió comiendo.

...


*Los bundimuns se encuentran en todo el mundo. Dada su habilidad para escurrirse entre las tablas del suelo y por detrás de los zócalos, constituyen una plaga en las casas. La presencia de esta criaturas es habitualmente delatada por una emanación de olor a podrido. El bundimun exuda una secreción que pudre todos los cimientos de la vivienda en la que se encuentra.

Un bundimun en reposo se parece a un pedazo de hongo verdoso con ojos, aunque cuando se asusta se escabulle deprisa con sus numerosas patas larguiruchas. Se alimenta de la suciedad. Unos encantamientos limpiadores pueden erradicar una plaga de bundimuns de una casa; aunque, si se permite que se extienda más de la cuenta, hay que ponerse en contacto con el Departamento de la Regulación y Control de las Criaturas Mágicas (Subdivisión de Plagas) antes de que la casa se desplome. Las secreciones de bundimun se usan diluidas en ciertos fluidos mágicos de limpieza.

...


Gracias, gracias a giulianacontesso, AnaM1707 y Sakura 1402.