Capítulo XLV


La lista de útiles llegó a Malfoy Manior junto con una carta para Draco con la insignia de prefecto.

Con la familia Malfoy sentada en la sala; el rubio recibió la insignia con gran sorpresa y perplejidad.

–¡¿Por qué me elegiría a mí?!

Inquirió viendo la plaquita. Remus sonrió y orgulloso respondió...

–Yo fui prefecto.

Draco vio al hombre lobo y luego a su padre quien también asintió.

–Sí, igual yo.

–Pero... ¿el cargo se hereda? –preguntó Lucian muy interesado en la insignia, la cual le prestó Draco.

Los adultos rieron divertidos.

–Definitivamente no. Yo considero que tiene que ver tus calificaciones y conducta. –explicó Remus.

–Oh se le ocurrió a Dumbledore. –dijo Lucius encogiéndose de hombros.

Draco rio y Remus rodó los ojos agregando:

–Pues como sea, esto merece una celebración.

Moony se levantó y llamó a Tiny. Lucius vio a sus hijos y murmuró:

–Solo quiere hacer una fiesta.

Los dos menores asintieron, pero si Remus deseaba hacer una celebración y era feliz con ello, solo cooperarían.

Draco se levantó y fue a su habitación para enviarle una nota a Harry.

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La nota llegó y Harry la leyó, luego buscó a Severus. Sirius había salido a Gringotts para actualizar el inventario de sus cámaras.

El profesor vio a su hijo y lo llamó.

–Iba por ti, vamos a mi laboratorio.

El de ojos verdes se preguntó el motivo de la ansiedad y emoción de Sev, ya que cuando eso sucedía era por un gran descubrimiento. Así que se apresuró a seguir al pocionista e investigador.

Al entrar al laboratorio, algo muy moderno y parecido al que tenía Severus con los muggles. Harry vio a este y como lo llamaba con la mano.

–¡Ven, ven Harry!– El chico obedeció– ¡Mira!

Severus le mostró algo en una redoma y bajó un hechizo microscopio. Harry observó...

–¿Qué debo ver papá?

–¡Oh Harry estás viendo una célula de William domada por una de Moony, o sea una hibrida!

–Como las que Remus tiene en su sangre.

–Sí, pero estás están compartiendo su fuerza y salud con... una enferma y si bien no la curan del todo le dan una pequeña posibilidad.

Harry comprendió, no en vano Severus era parte de su vida desde que tenía uso de razón, por lo que aprendió mucho de las pláticas con este.

–¡Es increíble!

–Si... Si esto funciona otro poco, y ayudado por la medicina muggle… Debo hacer más pruebas, pero te imaginas las posibilidades; ahora no solo los hechizos o medicina estarían solos en contra de las enfermedades, si no las células cultivadas serían sus aliadas.

El menor asintió y recordó algo...

–¿Podrían ser ayudados los padres de Neville?

Severus volteó a ver a Harry y luego de algunos minutos en silencio expuso:

–Si sus neuronas fueron las afectadas..., podríamos intentarlo.

El de ojos verdes observó al profesor y suspiró:

–Eres un genio.

–No lo creo, solo me agrada investigar y ver que encuentro.

–Lo eres y yo... Draco será prefecto, yo no.

–Estamos felices por él.

–¡Por supuesto!

–¿Pero...?

–¿Los escogen por sus calificaciones?

–No hay exactamente un protocolo en cuanto a eso, puede ser por calificaciones o porque Albus vio algo en ellos. Harry eres inteligente y te hemos enseñado mucho, sin embargo tienes muchas cosas que si bien no pediste vinieron solas... deja que alguien más brille por una vez.

–Porque presiento que no hablas de Draco.

–Porque efectivamente no lo hago. Draco también tiene muchas cosas.

–Si.

–Piensa un poco hijo.

–... Oh, ya sé quién será prefecto.

–Lo ves, eres de pensamiento ágil. Yo fui prefecto, y si bien me agradó, no te veo vigilando a los otros alumnos y diciéndoles que se porten bien, yo lo ataño a que te diviertes más como Sirius y los Corvinus.

Harry rio, porque era cierto; adoraba pasar tiempo con ese trio de desastrosos y Draco era más inclinado a pensar las cosas antes de actuar.

–Creo que van a hacer una fiesta.

–Me lo imagino. Está bien, solo espero que no sea de días porque debemos ir por tus útiles.

–¿Puedo ir a Malfoy Manior?

–Ve; que Naly...

–Claro, ella va conmigo y me llevo a Muffin.

Severus negó sin dejar de sonreír, luego de unos minutos escuchó pasos apresurados y sintió un abrazo.

–Aunque no lo quieras reconocer o aceptar; para mí eres un genio. Y estoy orgulloso de ti.

Severus vio al adolescente correr fuera de nuevo y suspiró; tantas burlas y desprecios en Hogwarts –por su inclinación a investigar e inventar–, de parte del padre de ese chico, y ahora este le daba el mejor reconocimiento al estar orgulloso de él.

Severus dejó su gran investigación debidamente guardada y documentada para subir a darse un baño relajante y esperar a su esposo, debían aprovechar que tenían la casa para ellos solos.

Además podrían actualizar y perfeccionar el encantamiento de protección que le pondrían a Harry, más no consideró que eso les llevaría mucho tiempo y el resto, lo aprovecharían.

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Harry llegó a la mansión Malfoy y buscó a Lucius y Remus para saludar; luego estos le indicaron que Draco estaba en la biblioteca y el moreno se dirigió a ese lugar. Naly se dispuso a dejar las cosas de su amito en la habitación que siempre le dejaban.

El moreno llegó con Draco y como este temió las bromas y burlas no se hicieron esperar, pero después de todo, solo Harry para decirle las cosas claras a Draco y viceversa.

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La celebración fue una comida donde se reunieron con los otros y todo fue tranquilo. Y en esta, Draco recibió algunos consejos de... los que no fueron prefectos y eso para aprovechar las ventajas de su cargo, y si bien hubo algunas resoplidos de Severus, Remus y Cissy. Draco guardó todo en sus memoria.

...

El ciclo escolar inició y como Harry lo supuso el prefecto de Gryffindor era Ron, y claro Hermione del mismo modo.

Draco dejó al moreno y se reunió con los otros prefectos, por lo que Harry buscó un vagón y de ese modo conoció a Luna Lovegood, una alumna del mismo grado que Ginny Weasley, a su vagón llegó Neville y al verlo Harry recordó y sonrió; confiaba totalmente en Sev, sabía que en algún momento encontraría como ayudar a los Longbottom.

Llegaron a los carruajes y Harry vio con asombro a los Thestrals, lo que significaba que ver morir a Voldemort significó algo.

–Huy que raro, si ni siquiera era algo humano...

–¿Qué Harry? –preguntó Hermione.

–Oh nada, nada. Vamos.

El moreno caminó rumbo a los carruajes y en el camino se topó con Cedric que miraba del mismo modo a los corceles oscuros.

Harry pasó junto al Hufflepuff* y lo apresuró.

–Avancemos Cedric si no, no alcanzaremos lugar.

El mayor asintió reaccionando y solo le dio una mirada fugaz y nerviosa a Harry. Lovegood se reunió con Harry y le comentó que ella igualmente podía ver a los Thestrals.

Hagrid no estuvo para darles la bienvenida, sin embargo no hubo preocupación, pues el guardabosques bien podía estar cuidando algún animal raro o preparando las cosas para sus clases

La llegada al castillo y ceremonia de recién ingresados pasó normalmente y fue el turno de que Albus anunciara quién sería el profesor de DCAO que envió el Ministro.

Una mujer vestida con chaqueta de punto en color rosa chillón y con una diadema a juego se levantó desde la mesa de los profesores y comenzó su discurso. Severus vio de reojo a la bruja y su ceño estaba totalmente fruncido.

Harry pareció confundido y curioso por la reacción de su padre, no obstante en las palabras de la nueva maestra tuvo su respuesta.

–... Por eso es prioridad del Ministerio que las nuevas generaciones aprendan la diferencia entre los magos, las brujas y los híbridos, ya ni mencionar a las criaturas oscuras que no deberían ni de existir y...

Harry dejó de escuchar las tonterías de esa mujer y buscó con la mirada a Draco. Al verlo se dio cuenta que este parecía furioso y con ganas de hechizar a Umbridge, y vaya que él compartía el sentimiento, porque claramente ella hablaba de los hombres lobo o semigigantes y otros más.

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Severus fue a recibir a los de Slytherin de primer año, y es que confiaba en Draco para esa tarea, en esas ocasiones agradecía la educación de Remus y su amabilidad, que de la misma manera contagió a Lucius y Cissy.

No obstante en Pansy no confiaba para que no asustara a los nuevos Sly; por lo que debía hacer acto de presencia en la sala común.

Cuando los cansados alumnos Slytherin se retiraron a descansar, el rubio lo llamó antes de que se fuera.

–Padrino...

Severus salió al pasillo y esperó al adolescente, quien de inmediato abordó el tema.

–¿Sabes quién esa tal Umbridge?

–Por desgracia.

–Ese discurso fue especialmente guiado hacia las criaturas mágicas.

–Exactamente. Ella es La directora del departamento de Control de Criaturas mágicas. Y fue la que intentó cazar a Lupin hace años, cuando los gemelos tenían unos días de estar en la Mansión. De hecho...

–¡Oh ya recuerdo! Ella es la que secuestró al carnicero que nos abastecía.

–Esa es Umbridge.

–Entonces no solo viene de cacería por Harry verdad.

–Me temo que no. En esa ocasión todos sus intentos nos parecieron graciosos y es que no pasaron de ser una nimiedad. Aquí y ahora tiene poder o por lo menos eso es lo que ella cree y a veces la creencia es solo lo que se necesita para abusar. No lo olvides y trata de no retarla.

–No lo haré, pero...

–Me imagino lo que dirás y no te estoy pidiendo que te inclines ante ella; solo búscame por cualquier cosa.

Draco asintió y se giró para regresar a su sala común.

–Buenas noches padrino y creo que Harry también debe saber esto.

–Oh definitivamente le diré mañana. Antes debo avisarles a los otros.

El profesor se retiró en cuanto el rubio estuvo dentro de su sala común. Al llegar a sus habitaciones abrió y sintió a alguien cerca; rodó los ojos y dejó unos segundos abierta la puerta. Sin preguntar se quitó la túnica y se quedó en camisa y pantalón, yendo a servirse una copa.

–Si la conozco ella es...

Y es que Harry ya había dejado su capa invisible sobre uno de los sillones y se sentó esperando por lo que le diría su padre.

–Oh si, Sirius y Moony se burlan de ello cada vez que Lucian pide un segundo plato de carne, solo que...

–Pero ni Draco ni tú, unieron la información porque ese par le dicen la cara de sapo y nunca por su nombre.

Harry rio divertido. Y se levantó de un brinco.

–En ese caso no hay mucho por lo que preocuparse.

–Simplemente no la provoques, Harry.

–Nooooo.

Esa entonación no dejó mínimamente tranquilo a Severus.

–Oh mejor asegúrate de pasar los TIMOS y deja a Umbridge en paz.

Harry rodó los ojos, pero asintió y agarró su capa para salir. Severus se acercó a su chimenea y llamó a la Mansión Malfoy; luego de algunos minutos un elfo respondió y llamó a uno de sus amos. Lucius apareció.

–Sobre la nueva profesora de DCAO...

El patriarca Malfoy escuchó y al concluir con las noticias Severus prometió que estaría al pendiente.

Severus vio desaparecer la cabeza de su rubio amigo y se dispuso a llamar a su esposo, más hacerlo Naly le informó que este no se encontraba en la casa.

El pocionista se extrañó, más consideró que el animago se encontraría en Grimmauld Place si Regulus estaba allí, aunque hasta donde él sabía los Corvinus habían regresado a Escocia.

Snape escuchó uno golpes en su puerta que lo sacaron de sus cavilaciones. Fue a abrir y Albus saludó.

–Severus hijo; creo que se te olvidóntu mascota en mi oficina.

Paddy en forma de can entró corriendo feliz y haciendo cabriolas. Severus bufó y vio a Dumbledore que se encogió de hombros.

–Con Dolores aquí no podemos estar en todos lados para vigilarla y que no abuse.

–Entiendo y por eso mi mascota tiene de nuevo permiso de estar en Hogwarts.

–Exactamente hijo.

El viejo Director se giró y silbando se perdió en el pasillo.

Severus cerró la puerta y Sirius cambió.

–Mi amor... –canturreó.

–No abuses, esta vez no vienes a descansar, debemos estar alertas.

¡Alerta permanente! –Se burló Sirius, más luego acotó– Esa cara de sapo no olvida y busca como atrapar a Remus por medio de Draco o Harry.

–Y eso que no sabe de Lucian. Aunque no solo va por Remus.

–Me imagino que Fudge no puede atacarnos directamente y busca como hallar un cargo, a pesar de que perdería galeones, los que donamos.

–Come sea, ya veremos como actúa. Vamos a descansar.

Sirius siguió a su esposo a la recamara; estaba feliz de estar con su esposo e hijo, sin embargo el cansancio también era mucho.

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En la sala común con los compañeros de Harry, estos intentaban saber más de los sucedido esa noche en el tiempo que Harry y Cedric desaparecieron, más el moreno se limitó a repetir lo del ataque de Peter y la huida de este.

–Se han escuchado rumores de que otro mortífagos han sido vistos... –murmuró Seamus.

–Si también los he escuchado. –comentó Neville.

–Bueno si Pettigrew escapó la posibilidad de que otros lo hayan lograda del mismo modo no es tan descabellada.

Mencionó Harry sin darle mucha importancia al asunto, pues si bien Bellatrix, esposo y cuñado de esta, de igual forma estaban prófugos; no era algo que le preocupara.

Más lo que Harry buscaba es que sus palabras alentaran los murmuraciones entre sus compañeros y luego entre el alumnado en general. Después de todo le parecía injusto que la comunidad no supiera que había mortífagos peligrosos sueltos y que el Ministerio los quisiera en la inopia.

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Las clases iniciaron y para los de quinto, el recordatorio de los TIMOS y las clases que los prepararían para ellos. Severus fue especialmente estricto y amenazador buscando que en las cabecitas de sus alumnos no hubiera ni el pensamiento de no aprobar. Su mascota recorrió las filas de las mesas siguiendo a Severus mientras daba el discurso, pues temía que si no iba con su pareja, uno que otro estudiante tendría un ataque de pánico, por eso movía la cola o se acercaba a los que notaba particularmente nerviosos, Neville fue uno de ellos.

Harry escuchó atentamente, pero del mismo modo que Draco no en vano crecieron con Severus y las cosas que aprendieron con este y lo que aprendían cada día les tenía confiados de pasar esos TIMOS de Pociones y obviamente seguirían estudiando esa materia el año siguiente.

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Para la clase de DCAO hubo reacciones sorprendidos de los Gryffindor al escuchar que Umbridge no usaría los libros recomendados para esa materia, si no uno nuevo hecho por el Ministerio que solo mostraba la teoría de la defensa y ataque, lo que asombró y molestó a los alumnos; pues eso los dejaría en clara desventaja no solo para los exámenes que venían si no para la vida misma.

Dentro del aula surgieron murmullos que mencionaron los rumores de los prófugos y que no solo era Peter Pettigrew.

–Esos son solo rumores o mentiras malintencionadas que los alumnos no deberían de repetir si no quieren verse castigados. –amenazó Dolores, mirando con fijeza a Harry...

El moreno le sostuvo la mirada a la bruja y esta pareció enrojecer de la furia.

–Me atrevo a asegurar que solo un loco y mentiroso esparciría tales falacias ¿no lo crees señor Potter?

–De locuras usted debe estar mejor informada. Porque eso de que algunos arresten carniceros por pura diversión si es insano.

Dolores se puso lívida y chilló indignada.

–¡Está castigado!

–¿Y cuál sería el motivo? –cuestionó sereno el de ojos verdes.

Dolores lo vio con odio y se aclaró la voz.

–Por incitar a la desobediencia a sus compañeros.

Harry bufó, sin embargo se levantó de su pupitre y agarró el pergamino que Umbridge le dio, con su castigo escrito para llevárselo a su jefa de casa.

MacGonagall no evitó que cumpliera su castigo y le pidió que tratara de no repetir sus acciones, pues temía que la nueva maestra buscara un motivo para que el Ministerio pudiera intervenir más en Hogwarts.

Severus y Sirius se enteraron de la situación y no hubo poder mágico que detuviera al animago. Así que la tarde del primer día de castigo de Harry, este llegó a la oficina de Umbridge escoltado por el gran can.

–¿Esto que significa Potter?

–Él es la mascota de...

–Sé a quién pertenece, pero no puede entrar en mi oficina, lo prohíbo.

–Ya..., pues no me obedece mucho, así que si quiere que se vaya tendrá que correrlo usted.

Dolores sacó su varita y Paddy comenzó a gruñir.

–Yo no haría eso, a Sev no le gustara que lastime a su mascota.

La bruja se quedó uno segundo dudando y es que si bien Severus Snape no parecía una amenaza real a ella que era una dirigente del Ministerio, tampoco olvidaba que la influencia de ese profesor y el esposo de este no era poca, debido a su gran fortuna y fama. La mujer sonrió...

–En ese caso pasen los dos.

El chico sospechó de la sonrisa de Umbridge y no estaba errado, pues esta consideró que el castigo que tenía listo para el arrogante muchacho no podría ser ni detenido ni informado por un simple perro. Dolores entregó el pergamino y una pluma que sacó de su escritorio a Harry pidiéndole que repitiera la frase "No debo decir mentiras".

El adolescente suspiró, pero agarró los útiles y se dispuso a comenzar su castigo. Al instante en que sintió el dolor se levantó de un salto y vio su brazo goteando de sangre; Paddy gruñó y se giró para atacar a la bruja, ella alzó su varita y respondió con un...

–¡Cruc...!

–¡Expelliarmus!

Harry se colocó delante del Can y Dolores comenzó a gritar.

–¡Me atacan! ¡Me atacan!

Sus gritos alertaron a algunos alumnos y a dos profesores, uno porque el encantamiento de protección que tenía sobre su hijo se activó hacia unos minutos o eso fue lo que le llevó llegar al lugar.

La puerta de la oficina de Dolores Umbridge se abrió de golpe y esta salió caminado de espaldas aun gritando y señalando a Harry que traía la varita de la bruja.

Minerva se acercó a la bruja y le exigió que se calmara, luego se giró en el pasillo ordenándole a los curiosos que se retiraran.

Dumbledore arribó en ese instante y afortunadamente alcanzó a detener a Severus que ya apuntaba con su varita a Dolores.

–¡¿Te atreviste a herir a mi hijo?!

La furia de profesor se notaba en su magia bailando frenética a su alrededor.

–¡Severus, baja la varita! Arreglaremos esto en mi despacho. –calmó el Director.

Dolores estaba por volver a exclamar, pero Minerva la detuvo:

–Será mejor que no hable o Snape no se detendrá.

El rojo tiñó el rostro rechoncho de Umbridge, no obstante se quedó callada.

Por su parte Severus corrió a revisar al moreno y este le mostró el brazo, el color –el poco que poseía– se perdió del rostro de Snape.

El grupo avanzó hasta las habitaciones de Dumbledore y allí, el pocionista alzó el suéter del jovencito y mostró.

–¡Ella lo torturó Albus! ¡Esto es magia negra!

Albus abrió los ojos sorprendido por la herida de Harry.

Dolores se adelantó y balbuceó algunas excusas, sin embargo Dumbledore le ordenó que se callara.

–¿Que quieren hacer Severus? Después de todo Harry es su hijo.

Snape vio de reojo al can y se irguió cual alto era.

–Llamaré a la firma de abogados de mi compañía, demandaré a esta bruja y al Ministerio. Mi hijo ha sido herido, ¡No! Torturado por una supuesta maestra, alguien que debió cuidarlo y no abusar de él.

–¡Pero su mascota me atacó! –insistió Umbridge.

–¡¿Que Dementores esperaba si lastimó a Harry!? –vociferó el pocionista.

–Es lógico que defendería a Harry. –opinó Minerva que lucía igual de enojada de Severus.

–Dolores en Hogwarts no estamos a favor de los castigos físicos a los estudiantes, mucho menos algo tan espantoso como lo que hiciste. –Dumbledore caminó hasta a la chimenea y la conectó llamando de urgencia a Fudge.

Severus se dirigió a Minerva y le pidió que cuidara de Harry, pues iría por una poción para la herida, aparte de llamar a su esposo y a sus abogados.

–No te preocupes, no habrá cicatriz, buscaré un hechizo para borrar la magia negra ¿puedes soportarlo?

–Si padre. Igual quiero que el Ministro vea lo que ella me hizo.

Los ojos verdes taladraron a Dolores y por fin esta comprendió que cometió un gran error al creer que Harry Potter era un niño héroe buenito que se guardaría todo con tal de no causar problemas, craso error Harry Potter era hijo único de magos poderosos e influyentes que no permitiría que nadie lo tocara sin sufrir las consecuencias.

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Severus corrió acompañado por Paddy que en cuanto cruzaron la puerta de la oficina de Severus cambió y gritó.

–¡Pensaba usar la piel de mi Prongsy como pergamino y su sangre como tinta y me quiso cruciar! ¡Yo la mato Sev!

–Y yo te ayudaré, pero hay que hacer todo legal y luego... que La magia la esconda porque juro que la desapareceré.

Los dos magos empezaron a hacer las llamadas. Sirius se cambió la túnica por algo elegante, pero sobrio.

Los dos salieron y caminaron de regreso a la torre de Albus, iban con paso tranquilo, porque lo que seguía requería de su sangre fría.

Al entrar, luego de decir la contraseña, el matrimonio vio que Cornelius Fudge ya se encontraba en el lugar. El Ministro vio entrar a los pelinegros y esperó las recriminaciones, más no la fría reacción de estos.

–Nuestros abogados no tardan. –fue lo único que dijo el Black.

–Sin embargo te puedo adelantar que no quiero ni ver a esta bruja cerca de mi familia. –concluyó Severus.

Como advirtió el de ojos grises; los abogados arribaron con permiso de Albus. Fudge al ver al equipo de cuatro leguleyos; sintió que su carrera política se encontraba en peligro y todo por culpa de la ineptitud de Dolores, creyó erróneamente que esta podría con la misión que le encomendó, más no solo no fue así, si no que incluso ella podría hasta ser encerrada.

Harry fue revisado por los abogados que incluso tomaron fotos y Fudge también vio la herida. Cuando creyeron que tenían todo. Severus limpio y curó la herida dándole una poción al moreno. Luego puso la varita sobre el brazo y recitó...

Madre magia, muta la intención de esta herida y que no sea eterna tu huella en mi hijo... –Severus dejó el brazo del morenito en paz y luego se giró en dirección de los presentes. – Como ven este hechizo es una súplica que no funcionaría si la magia usada no fuera oscura. Así que como tutor de Harry exijo que esta mujer sea retirada de la escuela y la docencia, al igual que de su puesto. Y la demandaremos por tortura a nuestro hijo. **

–¡No puede pedir eso! –chillo indignada Dolores.

–Puede y lo hizo. Como sus representantes le entregaremos la petición en breve al Wizengamot. –intervino el jefe de abogados.

Fudge apretó los labios con enojo, no obstante asintió sin poder hacer más.

–Dolores deja Hogwarts a la brevedad. Albus enviaré otro...

–Considera bien tu decisión Cornelius, no quiero que un incidente como este se repita. –advirtió el Director. – Minerva por favor acompaña a la señora Umbridge para que recoja sus pertenencias, por favor.

Todos se retiraron y a solas; Albus vio a la pequeña familia y negó.

–Siento lo que sucedió.

–No fue tu culpa Albus. –Aceptó Severus. – Fue esa mujer y su locura por el poder y el abuso de este.

–Ahora nos encargaremos de que no tenga ni acceso a él. La alejaremos del Ministerio, muchos lo agradecerán.

–Lo harán sin lugar a dudas Sirius. Y Fudge pensará mejor su elección de espía.

–Nos retiramos Albus. Debo revisar a fondo la herida de Harry y que descanse. –expuso Severus y los tres pelinegros salieron de la oficina.

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Con el buffet de los Corvinus movilizado, los otros se enteraron del ataque por lo que al llegar a sus habitaciones Sirius tuvo que dar explicaciones detalladas por chimenea y asegurar que Harry se encontraba bien.

Si Dolores Umbridge hubiera sabido que su divertido castigo iba resultar en su contra lo hubiera pensado mejor.

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Draco caminó veloz hasta la torres de los leones. Llegó al retrato de la Dama gorda, ella lo miró y el rubio sonrió resplandeciente...

–¿Podría llamar a Harry Potter por favor, bella dama?

La Dama gorda sonrió y obedeció rápidamente. Harry salió luego de unos minutos y se asombró de ver al rubio.

–Draco...

–¡Oh por Merlin, me enteré por Sirius! ¡¿Cómo estás?!

El de ojos verdes caminó por el pasillo y guió a su amigo a las cocinas, para calmarlo.

–Lo estoy, gracias a padre ya no tengo ni marca...

–¡Maldita bruja hija de su...!

Harry escuchó a su amigo y sonrió a reconocer las palabras que este aprendió de los gemelos.

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La casona se notaba abandonada y lleva de polvo y telarañas, pero perfecta para su escondite. Bella miraba desde una de las grandes ventanas sucias y rotas. Se pegaba con la varita en la barbilla pensando en lo que sus hermanas habían hecho durante eso años que ella se pudrió en Azkaban. A Andy la dejó de ver hacía años, pero la traidora de Narcissa, aun estuvo con ella y en cuanto pudo le dio la espalda, y no solo a ella si no a su Lord igualmente. Bella sonrió al considerar que era hora de recordarles a Lucius y a Cissy sobre sus lealtades y a quien se la debían. Atraerlos a un encuentro era la mejor opción y no podrían negarse, no si no deseaban que Draco y el otro bastardo sufrieran.

...

Las felicitaciones a Harry de parte de los otros estudiantes no se hicieron esperar en cuanto la noticia se supo.

Cedric se le acercó en uno de los pasillos saliendo de clases de Aritmencia.

–¡Harry! –El castaño llegó y sin dejar de sonreír le agradeció– No estoy feliz de que resultaras herido, pero es genial que Umbridge se haya ido. Te lo agradezco y es que ya no sabía cómo quitármela de encima.

–¿Te molestó?

–No me dejaba en paz con preguntas y preguntas sobre esa noche y me amenazó con hacer que me expulsaran si decía alguna mentira sobre mortífagos prófugos.

–Vaya, sí que era un incordio. Bueno, pues de nada, pero el mayor trabajo lo hicieron mis padres y sus abogados. De hecho Dolores ha sido removida de su cargo.

–Créeme el maestro que envió el Ministerio es como otro Binns, pero es preferible a tener de nuevo a esa bruja.

–Eso es cierto. –aceptó Harry. Cedric se despidió y siguió su camino.

Hermione y Ron se acercaron al moreno para ir al comedor.

–Dicen que Cho y él terminaron. –comentó la castaña.

–¿Y eso como lo sabes? –indagó el pelirrojo.

Ella se encogió de hombros, más el moreno sospechó que Hermione notó las sonrisas que la oriental le mandaba a él y de ahí su investigación. Le agradeció en el pensamiento. Luego de sus noviecitas en Magia y Humanidades no había tenido más; así que salir con Cho no parecía tan mala idea.

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Teresa saltó sobre sus talones el año que venía cumpliría once años y podría ir a Hogwarts, pero la emoción que siempre sentía, al ir de cacería con su padre y su tío nunca sería remplazada en su actividades favoritas.

Su papá nunca estaba muy contento porque su padre las llevara con ellos, por eso se sorprendió cuando esa noche no se negó y en cambio pidió que pusieran atención y no se alejaran de los mayores. Y es que los Corvinus llevaban también a Lucian y eso si era raro, pues Remus siempre se opuso a eso. En conclusión la presa de esa noche era un incordió para todos.

Marcus vio a los menores y seriamente explicó:

–Deben ser muy obedientes a nuestras órdenes, no por mera arrogancia si no porque somos los que tenemos más experiencia y aparte William es su Alfa ¿comprenden?

El trio de niños asintió solemnemente.

–Sé que nuestros instintos están a flor de piel con la emoción de perseguir una presa y somos propensos a dejarnos llevar por ellos, más como su Alfa podré detenerlos si no obedecen, no obstante el dolor que sentirán será grande y lo que menos quiero es que lo sufran. Por eso mantenga su mente humana en sintonía con la lupina y dobleguen el instinto a su beneficio.

El grupo miró la oscuridad que reinaba en la calle y Marcus cambió.

–Voy a sacarla de su casa...

Esa fue la señal y William tomó su forma Lupina imitado por los tres lobitos.

Marcus voló buscando por las ventanas a la presa y en cuanto la halló, entró rompiendo en pedazos los cristales, la varita para defenderse salió veloz –eso tenía que reconocerlo–, sin embargo nada surtió efecto y como predijeron la presa salió huyendo del lugar rumbó a las calles. Sus gritos se cortaron abruptamente al instante en que fue alzada en el aire por el vampiro que salió volando seguido por tierra por los lobos; habían elegido anteriormente que su meta sería el bosque más cercano para que los pequeños utilizaran el lugar como entrenamiento.

Marcus soltó a su presa cerca del suelo para que no se lastimara e hiciera lenta o corta la cacería. Los aullidos se oyeron y aun en el aire Marcus gruñó:

–Corre... corre por tu vida...

No hubo dilación y la liebre salió corriendo con trabajo y sin dejar de gritar. Marcus alzó el vuelo para seguir la caza desde el cielo. Así vio con orgullo como los lobitos corrían aullando y gruñendo, pero en formación flecha como siempre atacaban. Teresa al frente Lucian a la derecha y Clare a la izquierda. William iba detrás de ellos, pero dejando distancia para que los menores condujeran la persecución.

Una caída y sintió ya los colmillos de esas asquerosas criaturas, sin embargo solo fue su miedo, ya que el grupo de hombre lobo se detuvo a un par de metros de su ubicación. Se notaba que los más pequeños les costaba trabajo no abalanzarse, pero así era y cuando vio aparecer al enorme jefe, su esfínter se aflojó.

Marcus tuvo que cubrirse la boca al ver las reacciones de eso fieros cazadores. Clare oteó y sin detenerse corrió –incluso hasta en cuatro patas– a unos arbustos cercanos y vomitó. Lucian hizo unos gestos que en el rostro de un lobo se veían muy graciosos. Teresa permaneció firme o lo intentó, pues con su patas se cubrió la nariz. William comenzó con sus intentos de detener sus arcadas. Porque una cosa era devorar a un cristiano*** y otra era oler los fluidos y más, de ese humano.

–Willy, háganlo ya. Que aun debo llevarla de regalo.

William avanzó a regañadientes y se alzó en toda su altura para descargar una de sus garras dejando sin brazo a la presa.

–Ofensa cobrada del mismo modo que fue hecha.

Teresa se unió a su padre y arañó una pierna de la histérica víctima.

–No se dicen mentiras... –gruñó la lobita.

–No se dicen mentiras... –arañó Lucian el otro brazo.

Aun jadeando Clare aulló y arañó el rostro de la presa...

–Él es familia...

Marcus aferró de los hombros a la ya inconsciente caza y salió volando. La manada de lobos corrió alejándose de ese hedor de sangre y desechos.

William decidió que una carrera por el lugar les haría bien a los chicos y así estarían cansados para dormir bien. Marcus se le unió luego y para media noche regresaron a Wiltshire.

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Bella aun veía con asco y curiosidad a esa cosa que había aparecido en el patio de la casona abandonada en la que se escondían.

–La recuerdo o creo que es ella... La jefa del Departamento de control de criaturas mágicas. –Informó Rookwood que se encontraba de visita. – Parece que a una de esas criaturas no le agradó que la molestara.

–¡¿Cómo Dementores llegó y quien la trajo?! –inquirió Rabastan.

Bella no dijo nada, pero nunca olvidaría a esos seres que vio en Azkaban una o dos veces y que plagaron sus pesadillas, uno de ellos volaba, como olvidarlo, la cuestión era ¿Por qué ese regalo? Aunque era mejor aprovecharlo.

–La usaremos como advertencia para Cornelius. Debe aceptar que no pudo detener nuestra fuga. –sentenció Bella.

–Pero no fuimos nosotros y ella... –murmuraba Rodolphus, pero guardó silencio al ver a su cuñada fruncir el ceño.

–Al fin y al cabo ya se ha desangrado. –revisó Rookwood.

Los mortífagos levitaron el cuerpo y fue Rookwood quien lo llevó hasta el callejón Diagon con un cartel que advertía al Ministerio de no decir la verdad.

En Grimmauld Place y la Mansión Malfoy los responsables y verdugos de Dolores Umbridge dormían tranquilamente. Obviamente los niños no fueron los que dieron el golpe final. Marcus lo hizo y no tenía ninguna culpa o arrepentimiento. (1)

La noticia trató de esconderse, más los intentos fueron medianamente útiles, pues los magos madrugadores vieron el macabro espectáculo antes de que los aurores los levantaran o escondieran.

En Hogwarts la noticia fue comentada, más como algo que hicieron los mortífagos y dándole la razón a los que siempre creyeron en la fuga de varios de ellos.

Severus y Sirius esperaban esa visita. Draco y Harry llegaron al mismo tiempo un viernes por la noche con sendas preguntas tatuadas en el rostro.

–¡¿Lo hicieron?!

–¿Qué? ¿Y quién? –respondió Sirius sin dejar de leer El Quisquilloso.

Severus revisaba algunas tareas y de vez en cuando tomaba un sorbo de su té. El par de adolescentes rodaron los ojos y el rubio incluso zapateó exasperado. Severus le echó un vistazo y arqueó la ceja.

–Que son eso modales, Draco.

Amonestó el profesor con actitud seria... luego sonrió.

–¿Qué quieren saber? Obviamente ese regalo, los gemelos y hablo de los cuatro y cierto Malfoy, se lo dieron a los mortífagos. –expuso Sirius.

Harry se dejó caer en un sillón y no dijo palabra por unos minutos. Draco caminó por la salita y negó moviendo la cabeza, al comentar.

–Pues a pesar de que por educación o humanidad debería... no lamento lo que le pasó.

–Pues así es la familia, digamos que hace un año no hubo ese tipo de escarmiento para Barty Jr., pero en Azkaban no lleva una vida muy cómoda y eso por el incidente contigo. –Aclaró Severus. – Dolores claramente siempre ha incordiado a la familia y lo de Harry fue el acabose.

–Ahora regresen a sus salas comunes que según sé de buena fuente mañana alguien tiene una cita. –mencionó Sirius.

–Oh solo ir al Salón de Té de Madame Pudipié.

Esclareció el moreno y Draco se rió bajito.– Cho no pierde el tiempo.

Harry codeó a su amigo y entre risas y burlas el par de adolescentes salieron de las habitaciones de Profesor.

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La cita del moreno se llevó a cabo y entre las quejas sobre Cedric de la oriental y lo ridículo del salón no hubo un momento que disfrutara y más cuando vio por el ventanal Draco con sus amigos y Pansy, probablemente también en una cita, pero el rubio claramente se negó a entrar en el salón de té y en su lugar siguió con los otros a comer algo, llevando de la mano a la morena. Draco se estaba divirtiendo con una chica y él se hallaba con una banshee quejosa.

El día concluyó y el moreno se despidió de Cho, ella lo besó y Harry estaba por profundizar el gesto, más no tuvo oportunidad y se decidió que tal vez Cho no era material de novia, pero si de una amiga, como las que tuvo Sirius alguna vez. Tenía tiempo de experimentar como decían los adultos.

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Para el siguiente partido de Quidditch de Slytherin contra Gryffindor alguna de esas serpientes compuso una tonada para el nuevo guardián del equipo de leones, que no era otro que Ron. Entre todos los de la casa verde y plata cantándola no hubo poder mágico que hiciera que el pecosos la ignorara y por consiguiente le afectara. Draco no se abstuvo de cantarla y molestar al Weasley y es que al perder el juego porque Harry atrapó la Snitch con alguien se debía desquitar, la cuestión es que a los gemelos Weasley no les pareció gracioso ni tolerables, esas burlas y se fueron a los golpes con los Sly entre ellos el rubio Malfoy.

–¡No chicos, no lo ataquen! –gritó Harry y los que los escucharon consideraron que de ese modo defendió al rubio... Nada más lejos de la realidad, cuando Draco se movió veloz y le dio una patada en la pierna, y enseguida le soltó un golpe en el estómago de Fred y lo dejó en el césped sin aire. George se asombró, pero no se detuvo y alcanzó a rozar la mejilla del Malfoy antes de que este le agarrara la mano y con el mismo impulso lo jalara y conectara un golpe en la mandíbula de George...

Harry suspiró y se acercó a los tres, al mismo tiempo que Minerva, Severus y Paddy arribaban.

–¡Veinte puntos menos para Slytherin por golpear a sus compañeros! –sentenció Minerva.

–¡Veinte puntos menos para Gryffindor por iniciar una pelea que no podía ganar!

Paddy se sentó sobre sus cuartos trasero a para disfrutar del show que los jefes de casa mirándose con ojos asesinos y retadores.

Harry volvió a suspirar y se acercó a Draco, sacando un pañuelo limpió al de ojos grises.

–Te dejaron un rasguño en la mejilla.

El rubio se cruzó de brazos dándose media vuelta muy digno y se retiró del campo. El de ojos verdes junto con Dean y Lee Jordan ayudaron a los gemelos a levantarse.

–¡¿Qué Dementores fue eso?! –Exclamó Fred.

Dean se rascó la barbilla y mencionó. –Si no creyera que no es posible diría que so fue defensa personal... muggle.

–¿Harry? –los leones miraron al moreno y este se encogió de hombros:

–Nuestro abuelo y dos tíos son... medio muggles y tiene a su servicio gente experta en varias disciplinas de defensa personal, nos han enseñado algo. No digan que no se los advertí.

Y fue lo único que el de ojos verdes compartió, pues no iba a contar que en cuanto a defenderse físicamente y para asombro de toda la familia, Draco era muy bueno, incluso más que él; sus instructores lo atribuyeron a la complexión del rubio: menos musculosa que la de Harry y más ágil.

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Los alumnos agradecieron que Dolores Umbridge hubiera sido cambiada, no obstante el profesor que el Ministro envió, usó el mismo libro y guía que su antecesora por lo que en cuanto a conocimientos no hubo avance alguno. Hermione era de las más angustiada por los TIMOS que sabían de antemano serían teóricos, más asimismo prácticos. Así que cuando Harry y Ron jugaban ajedrez en la sala común un día lunes, ella se plantó frente a la mesa que el par de chicos usaban y pidió.

–Harry tu... familia te ha entrenado en Defensa ¿verdad?

El mencionado movió la cabeza sin despegar los ojos del tablero.

–Y... sabes hacer un Patronus corpóreo.

El moreno hizo su jugada y volteó a ver a la castaña.

–Si. Mis padres y familia en vacaciones nos hacen entrenar.

–¿Nos hacen? –cuestionó Ron.

–A Draco y a mí, de acuerdo a nuestra edad. Mis primos también entrenan..., pero otras cosas ¿Por qué Mione?

–Es que... estaba pensando en que necesitamos a alguien que nos enseñe DCAO, pero en clases prácticas y el señor Galway no creo que lo haga.

–Por favor, si ni siquiera se puede mantener despierto cuando da clase. –Se burló Ron.

–Por eso deseaba pedirte que nos dieras algunas clases ¿podrías?

Hermione lo miró esperanzada y a ella se unió Ron.

–Yo no soy profesor.

–Puedes hacerlo, yo confío en ti.

–Yo igual amigo.

Harry dejó salir un suspiro resignado y aceptó.

–Si de algo les sirve lo poco que sé, se los mostraré. Buscaremos un lugar, un aula vacía o algo que sirva.

Para el viernes de esa semana, el Potter vio con incredulidad que hubo más alumnos que se unieron a la propuesta de Hermione y para colmo no eran solo de Gryffindor. Abrumado por esa reacción Harry fue a ver a sus padres. Severus lo vio entrar al aula y le indicó que cerrara la puerta. Con esa precaución tomada, Sirius cambio y sonriendo fue hasta el menor:

–Oh mi Prongsy todo un instructor de DCAO...

–Paddy. –se quejó el de ojos verdes– No te burles que pensé que solo serían Hermione y Ron, y ahora son varios estudiantes.

El pocionista acomodó los pergaminos y los guardó en el escritorio, comentando.

–Escuchamos rumores, pero Draco nos lo confirmó y aseguró que "él no sería tan amable de mostrarles a los otros lo que sabe, y quedar en igualdad de condiciones y no con ventajas".

Harry se dejó caer en un pupitre y bufó:

–En pocas palabras, soy un tonto.

–No Prongsy, eres amable. –consoló el Black al chico palmeándole la cabeza.

Severus conjuró un tempus para ver cuánto faltaba para su siguiente clase y después miró a Harry.

–Esa amabilidad es algo genético. Albus sabe lo que tu grupo de compinches y tú planean, está feliz con ello. En lo personal que algo se quede en las cabezas huecas de los estudiantes ya lo considero una hazaña. Así que hazlo y si necesitas ayuda no dudes... en pedírsela a Sirius.

El animago asintió a todo lo dicho por su esposo y se resignó a que este le dejaba todo lo referente a estar con los estudiantes fuera del horario de clases.

Harry vio con malicia a Severus y rogó...

–¿No me ayudaras? Si todo mundo dice que siempre has querido ser profesor de DCAO.

–Oh si y también quiero ser bailarín. –Se burló Snape. – Con trabajo acepté el cargo de maestro de pociones.

Sirius miró a su ahijado y se encogió de hombros y este lo imitó, de Sev no habría ayuda..., por el momento.

Harry se dirigió a la puerta y escuchó al profesor:

–Harry este martes será mi primera visita a San Mungo. A la sala de daños por hechizos...

–¡¿Lo lograste!?

–No sé porque te sorprende. Nuestro Sev es un genio. –opinó muy orgulloso el Black.

Harry sonrió y sin dejar de hacerlo rogó:

–Dime como va padre, quiero saber si...

–Yo haré la parte física, depende de ellos ayudarse ¿lo sabes?

–Eso es más que suficiente padre.

Harry salió y Sirius se acercó a su esposo para besarlo largamente antes de separarse y caer transformado en el can. El animago se quedó frente al escritorio de Severus y al iniciar las clases y verlo guiar a los estudiantes con firmeza, pero seguro de querer que estos aprendieran, se dejó llevar por sus pensamientos y recuerdos. James y él habían torturado a Severus y este se defendió igualmente, pero lo hizo solo sin un grupo que lo apoyara y aun de ese modo nunca se echó para atrás. Ciertamente la magia le pagó lo mucho que le debía al pocionista, pues si bien consideró que perdió a Lily a favor de James; estos le dejaron un regalo que ahora estaba muy orgulloso de él.

Sirius se echó y recargó su cabeza sobre sus patas delanteras, sintiéndose afortunado por haber sido no solo perdonado si no también amado por ese mago.

Sirius no cupo de orgullo, ese martes al acompañar a su esposo a esa primera prueba en San Mungo y es que en el hospital todo los médicos, saludaban admirados al pocionista.

Y tenían toda la razón, pues la primera inyección directa en la masa encefálica en Lockhart dio algunos resultados al día siguiente, con este recordando el año en el que estaban.

Severus no perdió el tiempo y solicitó al Director del Departamento de Daños Provocados por Hechizos que le enviara la solicitud –para atender al matrimonio Longbottom con ese tratamiento experimental– a la señora Augusta.

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Con ayuda de Sirius y Dumbledore el grupo o club estudiantil consiguió el lugar perfecto para sus prácticas. Y las clases comenzaron, dejando a Harry considerando que Sev siempre tuvo razón y muchos de los alumnos eran unos cabezas huecas. Con esa experiencia Harry reafirmó que su carrera no sería la de la docencia.

En una de las primeras clases Sirius llegó con su forma humana acompañado del rubio Malfoy. Harry vio que ese par cuchichiaba y llamó...

–A ver Draco, aquí hay muchas personas que no creen que puedas conjurar un Patronus corpóreo.

Sabiendo mover al rubio por medio del orgullo, Harry vio que este se irguió y avanzó para quedar al frente de los estudiantes reunidos:

–¡Expecto Patronus!

La gran serpiente fue apareciendo y cuando estuvo completa reptó por el lugar. Algunos murmuraron que era muy lógica la forma y otros que era interesante. El león de Harry se unió a ella poco después y Luna sonrió soñadora...

–No como enemigos, si no como compañeros... así debe ser.

Sirius se cruzó de brazos estando totalmente de acuerdo con la rubia Hufflepuff.

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El mensaje que dejaron en el callejón Diagon fue contundente y aun con eso Fudge continuaba negándose a decir la verdad.

La gente ya tenía más sospechas y Bella estuvo feliz de que ese regalo hubiera sido bien utilizado para recordarle al mundo mágico que los seguidores del Señor Tenebroso aun estaban vivos y activos.

Rabastan llegó hasta donde la bruja miraba hacia la Mansión...

–Estar tanto tiempo aquí es peligroso.

–No lo es. El Ministerio asegura que estamos aun en Azkaban.

–Ya. No creo que el niño salga solo.

–Quien sabe...

–¿Por qué lo dices?

–Ya nos ha visto.

–¡¿Qué?!

–Solo se asomó por la puerta principal y vio en nuestra dirección o algo así, tal vez nos olió si heredó la maldición de su padre.

–... Lucius no se conformó con ser traidor si no rebajarse a unirse aun hibrido y reproducirse con él ¡Asqueroso!

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Desde la Mansión; Lucian se recargó en una de las columnas de la puerta principal y le preguntó a Nulo, su elfo.

–Nulo, ella huele algo parecido a tía Cissy y a la señora Tonks.

–Oh amito, eso es porque es la hermana de ellas, es la señora Bellatrix Lastrange.

–Oh...

–Y deberíamos avisar a los amos, ella y los otros son peligrosos, amito.

El niño se rascó la nuca y asintió, regresando a la casa. Donde buscó a su papi.

Remus acomodaba algunos libros nuevos en su biblioteca, cuando escuchó a su cachorro entrar...

–Papá, la señora Bellatrix está en la zona boscosa frente a la casa.

Lupin se giró veloz y vio cómo su hijo se acomodaba en uno de los sillones sin parecer ni remotamente preocupado.

Luego se fijó en el elfo y este asintió.

–Ve por mi esposo Nulo.

El elfo obedeció y poco después, Lucius entró a la biblioteca y se unió a su esposo buscando indicios de miedo en su hijo, pero fallando totalmente.

–Voy a revisar las defensas y a avisar a los otros; por si reciben también una visita.

Lucian se levantó y fue hasta donde su papá se encontraba.

–No es ella y sus amigos a los que mis tíos dejaron libres ¿Por qué debo temerles?

–Oh cariño, temerles es mejor que no tomarlos en serio; son magos y brujas que no se detiene ante nada para hacer pagar a su enemigos, no les importa si son muggles, niños o ancianos indefensos, son realmente malvados. Y tu padre para ellos es un traidor por dejar de ser mortífago y porque se casó conmigo y naciste tú.

–Oh... –Lucian comprendió, sin embargo del mismo modo caviló que si eran así de malos no deberían andar sueltos o... estar vivos.

–Ahora ve a jugar, te llamaré para la cena y si los ves o hueles de nuevo, no salgas, avísanos ¿sí?

El niño asintió y salió de la biblioteca. Tal vez había vivido muy protegidos y sin sentir la discriminación que su papá sufrió por ser hombre lobo y por eso se molestó mucho al comprender que esa mujer y sus compañeros lo veían como un ser inferior ¡¿Qué se creían?!

A la hora de la cena en la Mansión Malfoy los Corvinus se unieron a los Malfoy y Lucian pudo quejarse con sus mejores amigas y cómplices: las gemelas.

El niño les relató todo el episodio y con orgullo constató que su amigas estaban igual de indignadas que él.

Así que se pusieron de acuerdo y a la hora que se sirvió el té para la conversación luego de la cena. Los tres se plantaron frente a los adultos e informaron.

–Queremos realizar una cacería.

William miró a sus hijas y con tranquilidad cuestionó:

–¿De qué hablas querida Teresa?

–Lo acabo de decir padre, queremos salir de cacería. Esa bruja se atrevió a venir a vigilar a los Malfoy. No debería de andar paseando tan tranquilamente.

Regulus dejó salir un suspiró al mismo tiempo que dejaba su taza en la mesa de centro y volteó a ver a su esposo.

–Son tus hijas.

Y de ese modo con una sola frase se lavó las manos. El primer hombre lobo miró patidifuso a su esposo. Marcus escondió su risa detrás de un ataque de tos.

–Lo siento niños, pero no podemos atacarla si no se ha reunido con todos los que debe. Ahora ella es la principal guía de los mortífagos por no decir que la única. Sabemos que va actuar y es referente a algo que busca en el Ministerio. –expuso William. –Les prometo que en cuanto hagan su movimiento, la temporada de caza será abierta. Ahora tomen algo de chocolate caliente y vayan a jugar, solo un rato porque ya casi es hora de dormir.

Los niños se miraron, y asintieron resignados, yéndose mascullando acerca de ya querer ir a Hogwarts.

Lucius intervino, luego de que los niños se retiraran.

–¿Entonces el plan va bien?

–Han llegado Rookwood y Every, pero creemos que los otros no tardaran en buscar a sus aliados. –explicó Marcus.

Con esas noticias el nerviosismo y miedo desapareció de los corazones de los magos.

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Siguiendo con las clases llegó el tiempo de Orientacion Academica y cuando fue el turno de Harry hubo varias carreras que le recomendó Minerva, sin embargo la de auror fue a que ella consideró la más indicada para él, debido a sus habilidades.

–Tus padres fueron...

–Si, ellos fueron aurores, pero a mí no me interesa arriesgar mi vida por una paga, ni salvar gente, no soy un héroe. Además mi padre, Severus ha construido una gran empresa junto con Lucius Malfoy y mi padrino.

–¿Plenea ser un hombre de negocios Potter?

–Definitivamente. No trabajaron tanto para que yo no continúe con los negocios y ejerza una profesión donde arriesgue mi vida diariamente.

–Aunque debo creer que sus... padres lo entenderían si quisiera ser auror.

–Por supuesto. La cuestión es que no quiero serlo.

Minerva se quedó sin argumentos, el chico había sido tajante y eso que no dijo que deseaba trabajar con Draco, ellos serían socios como sus padres.

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Al escuchar sobre los del Escarbato en la oficina del profesor Galway; Harry buscó a Draco. Este al verlo se encogió de hombros.

–Me lo prestó Lucian, esperaba que nuestro profesor despertara con el alboroto, pero no funcionó.

–Ahora hasta los gemelos quieren saber quien fue el culpable.

Draco sonrió y le guiñó un ojo al moreno.

–Veré que otra mascota me presta mi hermanito.

Harry se rio viendo a su amigo regresar con sus amigos.

Los temidos TIMOS comenzaron y a Harry le tocó ser examinado varias veces por el profesor Tofty quien le pidió ver a su Patronus.

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La casona se notaba habitada por fin y la noticia fue dada a los jefes Corvinus; los mortífagos y estaban reunidos.

Dentro del lugar; Bella sonrió y comenzó a explicar como harían pagar a algunos traidores que serían el ejemplo para los otros, además de obtener los galeones necesarios para comenzar con su regreso victorioso.

...


*Perdón, siempre confundo Ravenclaw por Hufflepuff.

**Díganme exagerada, pero siempre me ha parecido muuuyyy mártir y tonto que Harry se callara sobre la tortura de Dolores, ¡¿es que quien en su sano juicio cree que eso puede ser un castigo válido a un estudiante?!

***Así decían coloquialmente por acá en México para referirse a cualquier ser humano.

(1)Hay que ser realistas, lo veamos como le veamos William y Marcus son depredadores y sus hijos o descendentes claramente también.

...


Muchísimas gracias Anam1707 y noona-kane.