Capítulo XLVIII
Al llegar a su torre Harry fue recibido por la profesora MacGonagall.
–Potter tengo una noticia...
Harry escuchó y no pudo evitar celebrar. La maestra sonrió y dejó que el chico entrara por fin a la sala.
Allí ya se hallaban los niños de primer año. Lucian y Clare corrieron en busca de Harry y este los abrazó y dio la noticia a todos los presentes:
–Seré el capitán del equipo de Quidditch.
Se escucharon ovaciones. Ron se le acercó y lo felicitó, agregando:
–Seré un buen Guardián, bueno si soy elegido en el equipo.
El moreno palmeó el hombro de su amigo sin dejar de sonreír. Luego de que las cosas se calmaron, Harry guió a sus primos hasta sus habitaciones, los otros niños de primero ya estaban en ellas.
Los dos niños de once años de inmediato se presentaron y comenzaron a hacer amigos, definitivamente eran Gryffindor.
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En la casa Sly. Teresa fue conducida por Draco y puesta al tanto de todo lo necesario como líder que esperaba que fuera.
–Este será mi último año y serás mi sucesora ¿estás de acuerdo?
–Será un honor primo.
La leve sonrisa de la niña, provocó suspiros entre los otros estudiantes y Draco bromeó.
–Oh vemos que allí está Teresa la sonriente.
Teresa hizo una reverencia con la cabeza y el rubio respondió del mismo modo.
A petición de Draco y su grupo de amigos, hubo una recepción con golosinas y conversación con los niños de primer año. Draco sentó a Teresa a su lado y al verlos juntos se notaba el contraste del cabello rubio platinado y el fuego rojo, era una imagen hermosa y elegante.
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Luego de enviar las notas, Severus fue a revisar a sus sobrinos, para ir a la torre de los leones le informó a Minerva, a quien encontró en el pasillo cerca del comedor, más ella comentó:
–Claro, entiendo ahora son tres que debes vigilar y con los dos que ya tenías son cinco, estás muy ocupado ¿ahora no tendrás ayuda?
–...
–No me mires así, Sirius fue mi alumno al igual que tú y ese can es muy distinguible.
–Ya veo. Gracias por nunca decir nada. Voy a ver a mis niños.
–Buenas noches Severus.
Snape sonrió y regresó sobre sus pasos para ir con los leones. No tardó mucho y es que deseaba encontrar a estos antes de que se durmieran. Al llegar La Dama Gorda lo dejó pasar y recibió miradas impactadas, pero solo de los estudiantes más jóvenes, pues los de sexto ya sabían de la relación que compartía con Harry.
El moreno bajó de la habitación, seguido por Lucian y enseguida por Clare.
Los niños de once años abrazaron al mayor, ajenos a la etiqueta del colegio. Harry se encogió de hombros y los imitó uniéndose en el abrazo grupal.
Después de separarse Severus los vio y les guiñó un ojo...
–Se nota que se han acomodado sin problemas.
–Si tío Sev, todos son amables. –aseguró el rubio color trigo.
–Eso se escucha bien, y espero que sea siempre de ese modo. –comentó el profesor dando una mirada a los otros leones que supieron comprender la advertencia.
Neville sonrió, pues ya no le temía tanto al profesor de verlo en el hospital o esa primera vez en su casa, además Severus Snape iba a revisar los avances de sus padres ¿cómo iba a temerle? Claramente lo respetaba muchísimo y por eso cuidaría de sus niños.
–Descansen y nos vemos en su primera clase de DCAO.
Severus se fue caminado veloz para llegar con sus Sly. Allí todos los recibieron como su jefe de casa y felicitándolo por ser profesor de DCAO.
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Albus recibió la nota de Alexander informándole sobre la decisión que tomaron y se sentó en su sillón bebiendo su té, en cuanto se lo acabara se iría a descansar, y sonrió, pues desde que ese grupo de magos e inmortales lo recibieron en su círculo, verdaderamente dormía sin estar pensando en que el mundo mágico estaba en peligro y no podría hacer mucho. Fawkes trinó y el mago dijo:
–Estamos bien amigo mío, en verdad creo que habrá un futuro brillante para las nuevas generaciones.
El fénix voló desde su percha y se posó sobre el hombro de Dumbledore como aceptación de lo que este proyectaba.
Y a pesar de sus años Albus estaba muy curioso y emocionado de conocer a alguien con más años que los suyos y con asombrosas anécdotas que contar y conocimientos que compartir. Afortunadamente Alexander Corvinus no era egoísta sobre su saber.
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Las clases comenzaron y los tres niños de la familia pronto se colocaron entre los más destacados, sin embargo las travesuras de Clare y Lucian les restaban puntos.
Severus quiso intervenir y al investigar se desencantó al comprobar que su mascota regularmente acompañaba a ese dúo en dichas travesuras y al saberlo optó por dejarle la responsabilidad a Minerva de castigar a esos... tres.
Para diversión de Severus, del otro lado, Teresa heredó los negocios de Draco y es que esta le pedía regularmente dulces muggles a su abuelo y delicias cocinadas a Remus para venderlas a buen precio.
Conclusión, sus tres sobrinos estarían bien en Hogwarts aunque él no estuviera para cuidarlos. Lo que le divirtió fue que esos diablillos no sabían que las conversaciones para que Regulus diera clases de pociones en su lugar el año siguiente estaban ya avanzadas.
En su primera clase, Snape entró al aula y los alumnos se acomodaron en su lugar. Alzó su varita y sin previo aviso lanzó...
–¡Specto Patronum!
El gran perro brincaba de un lado a otro por el aula y la voz de Severus se escuchó:
–Algunos tuvieron clases particulares el año pasado sobre este hechizo y otros lo intentaron para pasar los TIMOS. ¿Alguien ya convoca un Patronus corpóreo? – Las manos se alzaron y Severus presionó– Los que no, no se intimiden, para eso se los enseñaré yo; también como enviarlos de mensajeros.
Los suspiros se escucharon, esa lección les dijo que Severus sería un gran profesor de Defensa como lo era de pociones.
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Las pruebas para elegir al equipo de Quidditch, llamaron la atención de muchos alumnos, algunas de las chicas del público para ver a Harry y coquetearle un poco.
Otros como los niños de primero para ver la elección.
Draco y Teresa llegaron para ver a los futuros rivales, también para a ver como fungía Harry de capitán, por eso la niña al ver a Mclaggen fallar preguntó:
–¿No notaron el hechizo?
–No. Fué muy sutil. Pero me imagino quien lo lanzó.
–¿Quién?
–La buena amiga de Pottercito.
–Oh y ¿por qué?
–Para que el pelirrojo tuviera el lugar de guardián.
–...
–Cosas de amor.
–Oh ya veo. Que tonto.
Draco sonrió, Teresa era muy joven para pensar en el amor.
–Vamos con Harry.
Draco bajó de las gradas, seguido de su prima, que al encontrarse con Clare y Lucian se fue con ellos.
El rubio llegó con Harry y lo agarró del brazo, alejándolo del grupo de leones.
–Sabes que tu amiga hizo trampa verdad.
–... Es el último año de Ron y de verdad le gusta el Quidditch.
–Potter eres un blando.
–Lo sé.
Draco negó y le susurró:
–Te ganaremos, si la comadreja no entrena.
Harry asintió derrotado y prometió que haría entrenar más a Ron.
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Remus volteó varias veces el pergamino sin creer que fuera real. Lucius entró en ese instante a la salita de lectura donde el lobo se hallaba y al verlo, le preguntó:
–¿Algo peligroso en ese pergamino?
–No, pero si algo que no puedo creer.
–¿Y eso sería?
–Una invitación a la boda de Bill Weasley.
–No lo creo.
Comentó el rubio color platino dejándose caer en el sillón doble frente al individual donde estaba Moony. El lobo le entregó la invitación a su esposo para que el mismo comprobara que era real.
–No entiendo por qué nos invitaron.
–Ni yo. No olvido que Arthur y Molly no han sido muy cercanos a nosotros.
–Dirás a ti desde que te casaste conmigo.
–Cierto. Lo único que me pasa por la cabeza es que de algún modo Arthur se enteró de que su nuevo puesto se lo debe a Sirius y a ti.
–A todas nuestras donaciones querrás decir y la verdad es que no hicimos nada para que eso se supiera.
–El caso es que, quiero que vayamos, aunque solo hagamos acto de presencia, si ellos ofrecieron la rama de Olivo podemos tomarla ¿no?
–Puede ser.
Cedió Lucius y Remus sonrió satisfecho.
Y es que las conclusiones del matrimonio Malfoy no estaban muy erradas, pues Percy fue el que se enteró del favor a los sangre pura en beneficio de su padre y por desgracia ese Weasley no era muy discreto por lo que se lo dijo a su padre, pero Arthur dejó de lado sus suspicacias en favor de su amada familia y no solo aceptó el nuevo puesto si no se dispuso a ganárselo con arduo trabajo como siempre.
De ese modo el patriarca Weasley se replanteó que su opinión sobre Lucius Malfoy y los demás era muy sesgada y bien podía darles una oportunidad como lo hicieron sus hijos.
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La clase de pociones de nuevo fue compartida entre los leones y serpientes. Al mismo tiempo Draco y Harry sacaron el regalo de Severus y descubrieron que era un libro de pociones, pero no cualquier libro si no que era el mismo que Severus usó en sus años escolares, con anotaciones y consejos en cada una de sus hojas. Harry vio que el suyo era el original y supuso que el de Draco era una copia. El moreno sonrió al recorrer las hojas amarillentas con los dedos e incluso sonrió pues sintió algo de la magia de su padre en ellas.
El premio que ofreció Slughorn esa primera clase, casi tuvo que dividirse, pero Harry ganó por poco a Draco y el rubio lo aceptó.
Decir que con ese gran regalo de Severus las clases de pociones fueron muy fáciles sería una mentira, pero en el caso de Harry le atrajo la molestia de Hermione. La bruja dejó claro su sentir al terminar la clase.
–¿Tener ese libro no es como hacer trampa?
–¿Por qué? Es un libro de texto y nada más. –se defendió el moreno.
–Si Hermione no seas envidiosa, no todos son tan afortunados como para tener un padre experto en pociones, así que deja a Harry en paz.
La chica alzó la barbilla en gesto de indignación y salió antes del salón. Ron se encogió de hombros y acotó:
–Está molesta porque Draco también tiene uno igual ¿verdad?
–Sí, fue un regalo de mi padre para los dos. Puedo prestártelo si quieres.
–Oh sí, sería genial.
Harry le sonrió al pelirrojo y se dijo que tendría unas palabras con Hermione después.
...
El cuerpo del muggle cayó al piso cuando Voldemort cambio de recipiente. De ese modo viajó hasta donde los rumores lo guiaban para buscar a uno de esos hombres lobo o lycanos. Al hallar un nuevo vehículo sonrió satisfecho de tener el tiempo y medios para lograr su objetivo, ya casi saboreaba poseer uno de esos seres y ser inmune a la magia.
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El primer partido entre la casa verde contra la roja estaba muy cerca, pero el moreno se lamentó al saber que Ron no se hallaba muy concentrado en el entrenamiento y todo porque este se encontraba muy molesto con las acciones de su hermana menor o específicamente con las relaciones amorosas de esta.
Harry se vio tentado de darle unas gotas de Felix Felicis a su amigo para ese partido, pero de inmediato se arrepintió de ese pensamiento, pues no iba a hacerle trampa a Draco.
Esa noche del gran partido, Harry atrapó la snitch, pero los goles que metieron los sly les dieron la victoria.
Draco se reunió con el moreno bajando al campo.
–Te lo advertí.
–Ha entrenado, pero ha estado distraído por Ginny.
–...
–Que tiene novio y se besa frente a todos.
–Oh ya... Eso no es raro.
–Pues no, pero supongo que no lo entendemos porque no tenemos hermanas.
–Pero tenemos primas y...
Los dos chicos se quedaron callados un par de minutos y luego Harry habló:
–Ellas no harían eso.
–Nunca.
–Por cierto será la fiesta de Slughorn ¿vas a air?
–No tengo muchas ganas, pero si no hay de otra.
–Igual yo. ¿Vamos juntos?
–Porque no.
–Genial. De ese modo ya estaré tranquilo porque algunas chicas de menor grado me han estado viendo con ojos de borrego.
El rubio se rió divertido y luego cada uno se fue por su lado y con los de su casa.
Para la fecha de la cena, los dos amigos se encontraron cerca del pasillo a rumbo a las habitaciones de Slughorn, ambos llevaban túnica de gala, la de Draco gris oscuro y la de Harry azul marino con adornos plateados. Al llegar juntos recibieron miradas curiosas, pero solo fueron de los que no los conocían bien, luego de sentarse, los dos chicos se concentraron en la comida, pues las conversaciones presuntuosas del maestro no les eran ni remotamente interesantes. Cuando sirvieron los postres, del que compartieron, por fin sintieron las miradas sobre ellos. Draco con la cucharilla en la boca codeó a Harry.
El moreno alzó la vista y notó la situación, sintiendo que sus mejillas se sonrojaban. Se aclaró la garganta volteó a ver al rubio y este le guiñó un ojo:
–Bueno, ¿que esperaban? Draco es mi cita de esta noche.
–Y de toda la vida si se lo preguntan. –terminó el rubio dejando callados a todos.
Harry sonrió y siguió comiendo, contaba con Draco para sacarlos de situaciones incomodas y lo corroboró cuando el rubio fingió un dolor de cabeza que les dio la excusa para dejar la fiesta.
De camino a sus salas comunes el moreno se detuvo y el rubio lo esperó.
–¿Qué sucede?
–Sabes, eso me gustó.
–¿Qué?
–Lo que dijiste. Juntos tú y yo.
–Lo será si lo quieres. Debemos estudiar nuestras profesiones, pero no significa que no podamos estar juntos.
Harry se acercó al rubio y agarró la mano de este.
–Creo que ya experimentamos los dos, ya estamos seguros que no es solo amistad y convivencia.
–Ciertamente, ahora veo que no fui el único que pensó de ese modo.
–Yo creo que no solo nosotros pensamos de ese modo. Todos en casa lo hacen ¿verdad?
–Sí, aunque no lo dijeran que nos separaran en vacaciones y por periodos, es una señal. Pues llegamos a la meta en mi opinión.
Draco se acercó al moreno y lo besó, Harry lo atrajo colocando los brazos en la cintura de este.
Esa era la historia, esos niños fueron muy unidos desde que se conocieron y solo el destino y los corazones de los dos decidieron que clase de lazo nacería de eso, el amor de pareja ganó la carrera y ambos se encontraban felices por ello.
Luego del beso, ambos se separaron y sin soltarse de la mano caminaron rumbo a Slytherin sin dejar de conversar y reír.
Harry dejó a Draco en la puerta de su sala no sin antes recibir otro beso. Y por primera vez supo que no importaba si lo veían sonreír como tonto, su novio lo valía.
Al día siguiente los dos jovencitos fueron llamados por Severus y al llegar a las habitaciones de este, viendo a Sirius en su forma humana y sonriendo como el gato de Cheshire supieron el motivo de la llamada.
Severus levitó una bandeja con servicio de té y pastas.
–Algunos de nosotros siempre pensamos que este día llegaría, otros estaban en negación. –contó Severus.
–¿Están molestos? –cuestiono Harry.
–¡Oh por Merlin no! estamos felices de saber que no se cegaron a ese sentimiento sino que experimentaron y tuvieron otras experiencias y llegaron a este resultado; eso los hace ser maduros. –expuso el animago.
–Ciertamente. Ahora que aun son jóvenes y si algo cambia no deben amargarse o preocuparse, la familia apoyara lo que decidan.
Harry agarró la mano de Draco y respondió:
–Yo dudo que algo cambie, han sido catorce años queriéndonos, verdad Draco.
–Bueno puede que los primeros dos no supiéramos que era, pero concuerdo con Harry.
–Eso es lo que deseábamos saber. –dijo Sirius
–Supongo que aún les falta otra conversación con tus padres, Draco, pero me alegro que ambos se apoyen sobre lo que de vedad sienten. Ya pueden irse.
Informó Severus y la pareja de jovencitos se retiraron muy tranquilos y felices.
La pareja mayor se alegró por los jóvenes y obviamente serían los portadores de las buenas nuevas al resto de la familia. Consideraron hacerlo en Navidad o un par de días antes.
–Oye Sev...
–¿Si?
–Recuerdo que sufrí en carne propia por los hechizos que creaste, dime que no anotaste ninguno en el libro que les diste.
–...
–Sev...
–Tengo hambre, pidamos la comida.
El animago dejó salir un suspiro resignado, su esposo era un estuche de monerías y una que otra travesura.
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Regulus guardo las cosas en su bandolera y se la colgó para salir de la habitación. William recibió las últimas instrucciones de su padre.
–Ya estamos listos.
El pelirrojo asintió agarrando de la mano a su esposo e informó:
–Nos vamos, esperamos no tardar.
–La casa de los parientes de Tom está relativamente cerca. –mencionó Regulus.
–¿Llevan el cofre con los hechizos que todos pusimos? –cuestionó Narcissa.
–Sí, pensé en dejarlo, pero mejor que Willy lo meta de una vez allá.
La rubia abrazó a ambos hombres y estos se despidieron de los otros.
Iban a la antigua casa de los Gaunt y Regulus le comunicó a su esposo.
–Será una casa a punto de caerse.
–Mientras no se caiga con nosotros en ella, todo está bien. Con lo malvado que es ese Tom a lo mejor considera que otro sacrificio para su Horrocrux no estaría mal.
–Y que lo digas, con Riddle no se sabe.
La pareja subió al auto y es que si eran sinceros, el viaje lo aprovecharían para tener un tiempo juntos y a solas.
Al acomodarse en el SVU, Regulus se acercó y recargó la cabeza sobre el hombro de su amado que sonrió satisfecho y feliz.
Podrían llegar a su destino en un solo día si William manejaba sin parar, pero optaron por quedarse desde la tarde en un pequeño hotel y pasar una velada romántica.
La pareja atraía miradas interesadas y por lo jóvenes que se veían nadie creería que ya eran padres de dos niñas de once años.
William le contaba una anécdota a su esposo y es que le encantaba la risa de este y por eso cada vez que podía lo hacía reír. El pelirrojo nunca olvidaba que su otra mitad no era algo que cualquiera aceptara ni mucho menos amara, siquiera que no temiera, pero la valentía y gran corazón de Regulus no solo lo aceptaba si no lo amaba incondicionalmente y tanto que le dio dos hermosas y maravillosas hijas.
Esa noche y arrullado por la respiración de su esposo, William dejó que el sueño lo llevara, agradecido de haber escuchado hace años las suplicas de Kreacher y seguir sus instintos y auxiliar a Regulus.
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Draco subió a su habitación a dejar sus útiles para luego ir al comedor, colocó su bolso sobre su escritorio y fue a abrir la puerta para salir del cuarto cuando se topó con su prima que lo esperaba con los brazos cruzados recargada en la pared.
–Ya son noticia
–¿Quienes?
–Harry y tú.
–Oh ya. Los estudiantes deben buscarse una vida.
–Dices eso porque ahora esos rumores y halbadurias te incluyen ¿no?
–Por supuesto, sabes que no me niego a un buen rumor jugoso.
Teresa sonrió levemente y se unió al rubio para ir al comedor. Cuando los primos de Slytherin arribaron al comedor muchas miradas se dirigieron a ellos, incluida la de Harry que agregó un guiño para el rubio que respondió del mismo modo, lo que acarreó grititos y suspiros de muchas féminas y varios chicos.
Sin embargo por desgracia la acción igualmente atrajo algunas envidias o ideas extrañas que ya se venían desarrollando desde que iniciaron los rumores de ese par siendo novios. Sobre todo entre el grupo de admiradoras que el moreno tenía en su casa, azuzadas por Romilda Vane.
Draco y Teresa llegaron a su mesa y Pansy comentó.
–Tienes un grupo de rivales.
–Niñas... –respondió desdeñoso Draco.
Teresa miró de reojo a la morena, y que no dijera algo en contra de la relación de sus primos, le ganó puntos en su opinión.
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La pareja pasaba fácilmente como turistas visitando el pueblo. Tomados de la mano, Regulus guiaba al lobo en dirección de la vieja casa.
Al momento que llegaron a la entrada, William habló:
–Hasta aquí Reggy. Solo indícame por donde buscar porque todo huele a moho y a viejo.
–En el piso, cariño, allí debes buscar.
–Bien, así tenga que arrancar todas las tablas lo hallaré. Dame el cofre.
Regulus sacó el cofre y se lo entregó a su esposo, William ya daba la vuelta cuando Regulus lo detuvo y con voz suplicante, preguntó:
–¿Estás totalmente seguro que agarrarlo no te lastimará?
William aferró con una mano el cofre y con la otra trajo a su esposo para besarlo en la frente.
–Sé que s hechizos podrían matar a cualquiera mago y que Tom era muy poderoso, pero mi amor, yo soy más antiguo que Tom y que todos ustedes... la magia no me afecta.
Regulus asintió y dejó ir a su esposo sintiendo que su nerviosismo lo abandonaba al mirar el andar seguro de William.
El pelirrojo decidió cambiar para tranquilidad de su esposo, pues claramente su lobo poseía más fuerza que su forma humana, además de la inmortalidad de ambas formas.
La verdad sea dicha no hubo mucho trabajo ni destrozos por parte de William pues el anillo estaba bajó un tablón muy cerca de la superficie, el lobo consideró que Voldemort confiaba totalmente en las maldiciones que poseía el Horrocrux.
El lobo batalló un poco para sacar el anillo y ponerlo en el cofre protegido. Se sorprendió un poco por los aullidos que lanzó el objeto al ser guardado, pues los otros Horrocruxes no habían luchado tanto o no lo recordaba.
William salió de la casa desvencijada y estiró la mano hacia su pareja para que le diera el bolso –igualmente con protecciones. Echó el cofre, volvió a su forma humana y le sonrió a Regulus.
–Ya está Reggy.
–Lo escuché.
–Oh... no estabas cuando destruimos los otros, pero también se oyó algo como eso, aunque más leve.
–Este debió ser el más importante, pues está totalmente relacionado con su herencia familiar y la historia de su nacimiento.
–Esa sería una buena explicación. Vamos.
La pareja se retiró del lugar. Regulus nunca sostuvo la bolsa con el anillo, William confiaba en los hechizos que todos hicieron, pero no correría riesgo alguno con su amado.
Para no estar tanto tiempo cargando ese objeto tan peligroso la pareja decidió que viajarían directo y sin descansar, de ese modo llegaron a Grimmauld Place y la cámara acorazada donde reposaba la copa de Hufflepuff. En el instante en que William dejó el cofre y salió de lugar soltó un suspiro aliviado, sintiendo intensas ganas de ahorcar a Voldemort por hacer esas horribles cosas y cubrirlos con las peores maldiciones.
Regulus esperaba a su esposo fuera de la cámara y William sonrió.
–Descansemos, antes de que lleguen los otros.
La pareja subió a su habitación y tomaron un baño de tina antes de dormir hasta la hora de la cena, que fue cuando contaron su aventura a los otros, incluidos los Malfoy.
...
Para beneplácito de la mayoría de personas, la Navidad llegó y con eso el regreso de los estudiantes a sus casas. Como el expreso no iba lleno los chicos de la familia decidieron compartir vagón y contarse las cosas al mismo tiempo que reírse unos de otros.
El carrito de las golosinas sufrió un asalto en ese vagón y es que con metabolismo de lycanos, tres de ese grupo de estudiantes no comían si no devoraban y en el caso de Harry y Draco la etapa de crecimiento aun no terminaba.
–¿Y algo interesante que aprendieron de los libros de tío Sev? –preguntó Lucian devorando un pastel de caldero.
Harry y Draco se miraron y luego de unos segundos, sonrieron cómplices.
–Oh definitivamente, pero si se portan... no tan mal podemos heredárselos.
–¡Pero son solo dos!
–Clare, se puede hacer una copia.
–Así es Teresa, pero solo por su creador. Papá no lo dejaría desprotegido con todos esos secretos.
Draco asintió de acuerdo con Harry y es que las anotaciones en las recetas habían simplificado toda la clase de pociones y los hechizos eran geniales, aunque Severus les prohibió usar el Sectusempra y cuando les explicó el motivo, Draco respetó mucho más el talento del pocionista.
Los chicos y chicas fueron recibidos por William y Marcus, todos se emocionaron pues eso quería decir que viajarían en auto; a ellos les agradaba ir viendo el paisaje o parar en los restaurantes de comida rápida, secreto que guardaban para los otros padres y tíos.
El grupo llegó ya tarde a la mansión Malfoy –sede ese año para la fiesta navideña–, eso sí, sin mucha hambre.
Los niños y adolescentes fueron revisados, abrazados y apretujados por los demás y luego les permitieron ir a sus habitaciones.
Antes de que se perdieran en las escaleras para el piso superior, Lucius pidió.
–Draco, Harry nos gustaría hablar con ustedes antes de la cena, por favor.
Draco rodó los ojos, pero Harry asintió. El rubio esperó a su novio en el pasillo del segundo piso y lo atrajo para darle un beso, al separarse le dijo:
–No te preocupes.
–No lo estoy, será como con mis padres.
Los jovencitos se alejaron y fueron a sus cuartos, era mejor descansar un rato y alistarse antes de esa conversación.
El trio de lobitos solo se cambió y salieron a correr en sus formas lupinas, pues en Hogwarts era algo difícil que lo pudieran hacer y si bien Lucian cumplió su promesa y era el mejor alumno de Hagrid como para que este le hiciera concesiones, no podía contarle su secreto.
Con los tres niños jugando vigilados por William y Regulus, la conversación comenzó en una de las salitas pequeñas y cómodas.
Lucius fue el que inició:
–Como ya deben imaginarlo, todos vimos ese lazo que los unió desde que se conocieron, por eso nuestra insistencia en que tuvieran su independencia que conocieran otras personas y que no se sintieran presionados porque somos familia o por obligación, sobre todo tu Harry.
–¡¿Yo?!
Narcissa tomó el turno de seguir:
–Harry te amamos por ser tú, creciste con nosotros, eres hijo de nuestros amigos y desde que Remus y tú llegaron, ya formas parte de la familia.
–Lo sé, por eso no entiendo ¿por qué me sentiría presionado?
–Bueno ellos lo dicen porque... –explicó Severus– a veces el deseo de pertenecer a un lugar o familia obliga a las personas a tomar decisiones sin que lo noten, decisiones que en otro contexto no tomarían.
–Nunca me he sentido un huérfano presionado por las circunstancias, ustedes son mis papás. –mencionó asombrado Harry.
Draco bufó enojado y acotó:
–Él no se siente obligado, ni yo me le eché a los brazos como si fuera su compromiso.
El grupo vio el enojo del rubio menor y la mirada estupefacta en Harry y Lucius concluyó:
–Lamentamos que todo esto se escuchara tan mal, pero se repetirá y de forma odiosa en boca de otras personas, por eso queremos que todo quede claro para nosotros, pero encima de todo, para ustedes.
–Ah en ese caso, pues no es algo por presión familiar, Draco y yo nos queremos y luego de dieciséis años ya estamos listos para ser conscientes y serios sobre ello.
Harry agarró la mano de Draco y este dejó de lado su enojo para corresponder el gesto.
–En ese caso, solo nos resta decirles que todo se disfruta con calma y sin prisas, es mejor de ese modo.
–Si Paddy.
El grupo se dispuso a conversar sobre las novedades y entre ellas la invitación a la boda Weasley y los Horrocruxes ya en custodia.
–Sobre eso, he conversado con Dumbledore...
–Papá ¡¿y eso?!
–No es tan borde si deja de lado su paranoia Marcus y su sed de conocimientos me agrada, puede ser un buen oyente. En fin el caso es que tomamos en cuenta todos los objetos y su origen para considerar que comparten algo en común y eso sería que son objetos unidos a los fundadores de Hogwarts.
El silencio reinó unos minutos y enseguida mencionó Narcissa...
–Nos faltaría algo de Rowena Ravenclaw.
–Exacto, es por esa pista por la que debemos buscar. –expuso Alexander.
–Pues yo creo que si aún existe Tom, debe saber que ya no le quedan Horrocruxes.
–Pues claramente debe sentirlo Sirius, son parte de su podrida alma. –comentó Severus.
–¡Papá yo tengo parte de esa podrida alma! –se quejó dramáticamente asqueado Harry.
–Tú no estás podrido Harry –consoló Draco al moreno. (1)
––Perdón por decirlo de ese modo, y concuerdo con Draco. –calmó Severus.
La reunión se disolvió, pero solo para ir a cenar.
Con los asuntos urgentes aclarados la celebración de navidad fue de lo más tranquila y divertida para a familia.
...
(1)Alusión a Love un one-shot Harco, especial para celebrar el día de muertos, las invito a leerlo.
...
Muchísimas gracias por leer y dejar sus comentarios. Espero que se entienda lo que escribo, mínimo para que se rían un rato.
Muchas gracias AnaM1707, giulianacontesso, blackladymoon y Xonyaa11.
