Capítulo L
Como la mayoría de la familia gozaba la nieve en el jardín. Alexander decidió verlos por el ventanal, dentro y con la chimenea prendida.
El Inmortal bebía una taza de chocolate muy cremoso. Remus entró y vio al mayor, yendo a sentarse en uno de los sillones cercanos a este.
–Creo que calientito y tomando chocolate me agrada más que estar en el frio.
–Te convence más el chocolate.
–... Me descubriste.
Alexander sonrió y vio con agrado que el lobo se servía chocolate.
–Mira que me has dado la oportunidad de hablar con uno de ustedes, mago y muy cercano a Pottercito.
–Dime.
–He pensado en la posibilidad de que hagamos un intento de salvarlo. Y que no lo matemos al sacarle esa parte de Voldemort.
–Sí, eso es algo que ronda por nuestra cabeza.
–Bueno, Albus dice que el anillo posee una de las reliquias de la Muerte ¿así se llaman?
–Sí. Las considerábamos una leyenda antes de conocerlas.
–El caso es que la llaman la piedra de la resurrección, y él deseaba que la usáramos con Pottercito.
–Es una buena idea.
–Si no hubiera otra solución, pero no me voy a arriesgar. Le daré de mi sangre a Pottercito.
–¡¿Cómo?!
–Será un inmortal.
–Pero es muy joven.
–Oye Remus, yo no me volví inmortal siendo viejo. El crecerá y envejecerá muy lentamente.
–...
–De cierto modo, ustedes lo son ya, Regulus, Narcissa y tú. Y por ende sus hijos.
–Y los otros ya planean pedir lo mismo.
–Ves, prácticamente es adelantar las cosas. Solo hay un problema y es que por ningún motivo quiero que algo de mi toque a Voldemort.
–No lo hará, hablamos de un pedazo de alma y no el cuerpo físico que es lo que tocará y cambiará tu sangre. Aunque si necesitas confirmación y seguridad conocemos al mago indicado que hará las pruebas.
–Sí, eso quiero. Sin embargo, ya podemos decirles a los otros mi plan, no es justo que estemos con los nervios de punta por la suerte de Harry.
–Sí... y Alexander, muchas gracias, sé lo que significa este regalo.
–Harry sería el primero de los que yo convertiría.
Remus asintió sin decir palabra sin embargo, sabía perfectamente la importancia de lo que Alexander Corvinus estaba ofreciendo.
Fue una noche antes de que los estudiantes regresaran a clases la decisión del Corvinus se informó a los otros del grupo. Harry se quedó varios minutos en silencio y luego exhaló aire y miró con emoción al mayor.
–Yo... Gracias abuelo.
Alexander sonrió y atrajo al jovencito para abrazarlo.
–Serás el primero y hasta ahorita, único.
–Te prometo que seré un gran mago e Inmortal.
–Lo que me interesa es que seas feliz y aproveches ese regalo.
–Lo haré.
–Antes de hacer una fiesta, tu papá debe hacer estudios, pero en mi opinión, te unirás a ellos en su transformación en pascua.
Harry celebró y guiñó un ojo a sus padres.
Luego de la cena, los más jóvenes se fueron a dormir para no estar cansados en el viaje de regreso al colegio y para acomodar –junto con sus nanas– los regalos de Navidad para sus amigos. Lo
Los adultos les siguieron poco después, pero los pelinegros detuvieron al Inmortal...
–No tenemos manera de agradecerte –afirmó el animago.
–No tienen necesidad.
–Por supuesto que sí, nos has devuelto la esperanza y a nuestro hijo. –acotó Severus.
Alexander por fin aceptó el agradecimiento de los dos magos.
Al día siguiente los estudiantes fueron llevados al tren por Lucius y Remus, pues los Corvinus salieron rumbo a Escocia para destruir los Horrocruxes.
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El avión pasó por una bolsa de aire y Regulus clavó los dedos en el brazo de su esposo. William aguantó el dolor y en cambió calmó:
–Tranquilo cariño, es normal.
–Willy apenas es tu tercer vuelo, no me quieras engañar.
–Tengo dos de experiencia más que tú.
–Yo no sé cómo Cissy ni se inmuta.
–Ellos han viajado más seguido. Y todos deseábamos llegar rápido a casa.
–Cierto.
Se resignó Regulus y la calma llegó a él, pues el vuelo no tuvo más contratiempos. Llegaron a Escocia con tiempo suficiente.
Al llegar a su castillo los cinco habitantes optaron por descansar un par de días antes de enfrascarse en la destrucción de los Horrocruxes. Tarea nada agradable y por demás peligrosa.
Al pasar el tiempo de calma que decidieron, Alexander sacó los dos artículos y los llevó hasta la sala acondicionada para esa tarea especial.
El domo con vidrios reforzados y cubiertos de hechizos de contención contaba con solo una salida. En una de las orillas se hallaba un incinerador de los más modernos, el Inmortal lo encendió, enseguida colocó la copa y el anillo sobre una superficie de acero salió y envió a uno de sus guardias a llamar a sus hijos y las parejas de estos.
El mensajero regresó poco después seguido por las dos parejas. William se reunió con su padre e hizo unos estiramientos comentando:
–Deberían de retirarse tus guardias.
Alexander dio la orden y así quedaron solo los cinco. Marcus avanzó y sonriendo informó:
–Cissy no se acerara mucho, se queda fuera del domo... está embarazada.
Los gritos de júbilo y felicitaciones para el matrimonio no se dejaron esperar y Regulus optó por quedarse con su prima y mirar desde fuera los que los tres Corvinus harían con esos Horrocruxes.
Marcus cambió con un grito de entusiasmo y al hacerlo sus alas se extendieron.
–Yo lo haré, los destruiré.
–Si eso es tu deseo, hazlo hijo.
William cambió, pero solo para proteger a su padre, más por costumbre que porque realmente corriera peligro.
El primer vampiro avanzó y sus ojos brillaron con deseo de destrucción. Marcus agarró la copa y de inmediato el objeto dejó salir horribles amenazas e ilusiones... que solo vieron desde lejos Regulus y Cissy, pues Marcus las ignoró y apretó el metal hasta hacerlo pedacitos que William recogió y echó en el incinerador.
Fue el turno del anillo y el vampiro lo estiró y deformó hasta romperlo, pero quitó la piedra y la mostró a su esposa. Narcissa movió la cabeza como respuesta. Así que el castaño apretó la joya hasta hacerla polvo. El metal del anillo o los pedazos de este corrieron la misma suerte de la copa.
Los Corvinus eligieron quedarse el tiempo suficiente dentro del domo sellado para que el mal se disipara, antes de salir y es que si bien ellos eran inmunes no querían correr riesgos con sus parejas y trabajadores mágicos.
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Lo sintió y su cuerpo cayó al suelo, su magia se disipó de pronto, debido a la destrucción de otros de sus Horrocruxes. Se quedó en el suelo dejando que la debilidad se disipara poco a poco, no debía permitir que nada lo detuviera de su nuevo plan.
Tom movió lentamente a su cuerpo huésped y reanudó su camino, ya estaba cerca del lugar donde los rumores sobre ataques de lobos lo llevaron, un par de días y llegaría. En cuanto se hiciera de un cuerpo de lobo no importaría que destruyeran todos sus Horrocruxes, incluso al maldito muchacho.
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Las clases continuaron con normalidad y llegaron a febrero. Harry invitó a Draco a un picnic en un lugar cerca del lago, pero lejos de las miradas curiosas y celosas. El rubio al terminar de comer sacó una cajita de terciopelo azul.
–Espero que te guste.
–Si es de tu parte, lo hará.
–Adulador.
El moreno le guiñó un ojo y abrió la caja, viendo un anillo elegante y varonil de oro blanco con un león rampante en el centro.
–Es hermoso Draco. –Dijo Harry sacando su propio regalo que era una cajita de palo de rosa– Ahora quiero que veas tu obsequio.
Draco agarró la caja y la abrió, los ojos grises brillaron al ver el broche de cabello que semejaba una serpiente emplumada.
–Es de piel esmeralda como mis ojos que te siguen a donde quiera, y las plumas son de plata con encantamientos de protección. Noté que tu cabello ya creció y creí que te vendría bien.
Draco sonrió y atrajo a Harry a sus brazos para besarlo.
Al separarse, Harry buscó recargarse y llamar a Draco para que se recostara sobre su pecho. El rubio obedeció y casi ronroneó al sentir los brazos de su novio rodearlo.
Pasaron el día del amor conversando, riendo y besándose, en su opinión fue memorable. Al caer la noche, regresaron al colegio y Harry acompañó a su novio hasta Slytherin donde se despidieron con un beso y una advertencia de parte del rubio.
–No quiero que abras ningún regalo, regrésalos.
–Lo haré y espero que tú también lo hagas.
–Claro.
Un beso fugaz en los labios del moreno y Draco se internó en su sala común.
Harry era un buen aprendiz de su padrino y los otros, de cómo debías actuar con tu pareja y obviamente juntó, los obsequios que recibió y los echó en una bolsa para dárselos a Dobby o a otro elfo para que los regresaran.
Sin embargo, un glotón pelirrojo agarró una caja de chocolates abriéndolos y comiendo un par, resultado: Ron siendo envenenado con una poción de amor por Romilda Vane.
El pecoso fue llevado con Severus, pues Harry no quería escuchar la perorata de Slughorn. Severus lo curó de inmediato, pero lo envió con Pomfrey para que la infracción fuera anotada y que la culpable recibiera un castigo.
Minerva designó el castigo, no obstante Draco buscó a la chica de Gryffindor. Teresa iba con él y hallaron a la culpable en uno de los pasillos. El rubio se paró frente a Romilda y las amigas que la acompañaban.
–Escúchenme bien mocosas, si ponen aunque sea los ojos en mi novio, sabrán porque soy de los mejores alumnos de DCAO y si dicen algo de esto las haré presas de una cacería por parte de todos los Sly. ¿Entendieron?
Las chicas asintieron veloces y corrieron asustadas cuando el rubio hizo un amago de sacar su varita.
–Mocosas del demonio, cuando sea un vampiro me las comeré.
Teresa salió de un recoveco del pasillo aún riéndose.
–Pero si casi se hacen pipi del miedo, primo.
–Si verdad.
Se burló el de ojos grises. El par de primos regresó a su sala común todavía riéndose de su travesura.
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Algunos pensaron que fue una excusa, otros que mala suerte, pero coincidieron que no dejaran jugar a Ron el próximo partido de Quidditch era lamentable.
Macllagen jugó como guardián y Harry tuvo que esquivar por poco una Quaffle que casi le rompía la cabeza, lo malo es que su propio guardián fue el causante de eso.
El juego terminó y Potter se enfrascó en una pelea con su compañero de equipo dejando a este con varios golpes –incluida una mordida en la pantorrilla– que lo enviaron a la enfermería y al moreno con un castigo.
Severus regresó a sus habitaciones y en la puerta se encontró con Draco.
–¿Cómo está?
–¿Maclaggen o Harry?
–Harry, Maclaggen se merece la golpiza.
–Draco...
Severus abrió la puerta y dejó pasar al rubio. En la salita estaba Harry sentado y enfurruñado. Sirius bebía una copa, parado cerca de la chimenea. El profesor vio que Draco avanzó veloz hasta reunirse con su novio en el sillón.
–Sirius de Harry lo puedo entender, pero que tú atacaras al chico... –reprendió Severus.
–Sev ese truhan lo hizo a propósito, si nuestro chico no la hubiera esquivado esa Quafle le hubiera roto la cabeza.
–Lo sé. Y... ¡Dementores yo también desee cruciarlo! Que les dieran esas clases de defensa muggle ha sido una idea excelente de Alexander.
Reconoció el profesor, revisando los nudillos de Harry untándole un ungüento que lo dejó sin huellas de golpes.
El incidente no pasó a mayores y es que el moreno fue reconocido como un luchador de temer.
Entre clases y la búsqueda de alguna pista del objeto de Ravenclaw las vacaciones de pascua llegaron. Un gran acontecimiento planeado para los de la familia. Dos días, luego de su regreso a casa y en Escocia, una reunión a la luz de la luna se llevó a cabo en el jardín del castillo.
Ante la mirada emocionada de los otros, Marcus y William se colocaron frente a tres de los magos. Los gemelos se transformaron y fue el lobo que lanzó un largo y agudo aullido, enseguida con su gran garra derecha acercó a Sirius que no pudo evitar temblar un poco al ver la enorme cabeza y mandíbula llena de colmillos cerca de su rostro. William no tardó para no hacer sufrir al mago con la espera y dio la mordida en la unión del cuello y hombro de este. Hubo un chorro de sangre y eso preocupó a algunos, más cuando William soltó a Sirius este se tambaleó antes de comenzar a crecer para ir cambiando hasta alcanzar un poco menos de la altura del primer hombre lobo. Sirius era un poderoso lobo de color ébano que aulló en respuesta del gruñido de su creador.
Marcus movió la cabeza para que su cabello se acomodara y cambió a su forma vampírica. Sus alas se extendieron y con una de ellas atrajo a Severus para morderlo y a su vez darle su sangre, en seguida imitó la acción, pero para el turno de Lucius.
Aún con sangre en la boca Marcus se alejó un par de pasos de sus nuevos hijos y esperó. La apariencia de los magos se volvió más fina, pero se notaba la fuerza que manaba de ambos y para sorpresa de los jóvenes de la familia, tanto Lucius como Severus podían tomar una forma similar a la de Marcus –con alas incluidas.
–Con esto demuestran que, son línea directa de mi sangre. –expuso Marcus.
El grupo regresó a su forma humana y William mencionó:
–Con este cambio la magia no tendrá el mismo efecto en ustedes, los límites de que ustedes la usen deberán investigarlos conforme lo requieran.
El grupo entró al castillo y las miradas hambrientas de Sirius a su esposo les dijeron que era mejor no molestarlos esa noche ni visitarlos en su habitación. Harry agradeció en silencio que los cuartos del castillo fueran grandes alejados y con paredes y puertas gruesas, definitivamente no quería saber si su hermanito, sería encargado esa noche.
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La pareja probó unos pocos bocados de la cena antes de retirarse presurosos a su cuarto. En cuanto cruzaron la puerta Sirius azotó al pocionista sobre la puerta para devorar su boca, las manos inquietas arrancaron la ropa del profesor. El animago ahora hombre lobo gruñó posesivamente y alzó a su pareja para llevarlo hasta el tálamo y retirar cualquier pedazo de tela que lo alejara de esa suave y pálida piel.
–Sev eres guapo, pero ahora eres simplemente perfecto.
–Y tú eres toda una bestia.
–Grrrr
Severus besó a su esposo y sonrió dentro del beso. Los cuerpos se unieron y sus criaturas se reconocieron como compañeros.
Sintiendo la semilla de Sirius en su interior, Severus le susurró a este que se encontraba sobre él...
–Espero que esa gran demostración de ferocidad haya dado fruto.
–... Y si no, podemos intentarlo muchas veces más.
–Eso sería perfecto.
La pareja se volvió a besar, después de todo, la noche era joven.
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En otra de las recamaras, Lucius era atendido por un feliz y emocionado Remus, quien luego de besar y lamer toda la piel de su esposo lo contempló a sus anchas.
–No creí que te pudieras ver más guapo.
–Oh Rem me halagas.
Remus sonrió y de un salto se trepó a horcajadas sobre el rubio color platino y se acomodó para cabalgar el miembro de este.
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Al siguiente día los recién convertidos se dispusieron a practicar sus cambios y nuevas habilidades. Harry y Draco decidieron ver el espectáculo desde la sombra de un árbol. Draco sintió el brazo del moreno sobre sus hombros y se recargó en él.
–Sabes que me siento muy afortunado.
–¿Sí?
–Oh sí. Nunca lo hago porque el hubiera no existe, sin embargo en esa ocasión que lo hice, fue... terrible. Si Remus no me hubiera sacado de la casa de mis parientes muggles ¿te imaginas cómo hubiera crecido entre gente que odia a los nuestros?
–Pero no pasó.
–Exactamente, mi familia, nuestra familia me ha protegido y amado tanto, que no puedo imaginar una vida sin ellos, sin ti.
–Y no tienes que hacerlo. Esta es nuestra realidad.
Harry asintió y apretó el abrazo sobre su novio, siguiendo con la vista el vuelo improvisado de Lucius y Severus junto con las carreras de Sirius correteando a los lobitos menores.
–Mis padres me dijeron sobre el plan del abuelo Alexander.
–Oh el de que te pongan su sangre.
–Sería algo así como Inmortal. ¿Qué opinas?
–Que lo que te mantenga a salvo y sin esa parte de Voldemort, es bienvenido.
–¿No te molesta o te parecerá raro?
–¿Por qué? Después de todo ya toda nuestra familia es de cierto modo. Y según entiendo crecerás y envejecerás como el abuelo, pero será muy lentamente. Y recuerda que te dije que yo estaría a tu lado no importa que. Y viendo a mi padre volar, ya decidí que quiero ser un vampiro para pasar nuestra inmortalidad, juntos.
–¿No te aburrirás de mí?
–¡Eres un pesado! Esa pregunta debería hacértela yo.
Harry negó y rozó su mejilla con el cabello rubio de Draco.
–Eso ni puedo imaginarlo.
Los dos jovencitos se levantaron de su posición cómoda cuando fueron llamados para comer. En la mesa que ocupaba una parte sombreada del jardín todos se acomodaron para que los elfos les sirvieran, Kreacher y Tiny eran los que organizaban todo, al gusto de cada uno de sus amos.
Marcus bebió un gran trago de vino tinto y miró a Severus.
–¿Y cómo funcionó ese tratamiento Sev? ¿Cómo reaccionó con mi sangre?
El profesor se limpió la boca y sin dejar de sonreír explicó:
–Se acopló como lo consideré y sin perder fuerza... de hecho espero que en poco tiempo tengamos buenas noticias que dar. –esto último lo dijo mirando con amor a su esposo.
El primer vampiro sonrió:
–Nunca dudé que lo lograrías. Te felicito.
Harry vio al profesor y agregó más que feliz:
–¿Es de lo que creo que están hablando?
–Probablemente. –respondió Severus.
–¡Oh sería genial ya poder ser hermano mayor!
Con esas buenas nuevas el grupo descansó un rato en el jardín antes de que la noche los obligara a entrar al castillo.
Harry iba a su habitación para ponerse ropa más cómoda para la cena, pero fue interceptado por Severus, quien lo guió a su cuarto. Ya dentro de este, el profesor fue hasta su mesa de centro y rebuscó dentro de su maletín.
–¿Qué pasa, papá?
Snape sacó un par de frascos con un líquido granate y un par de jeringuillas.
–Ya hice las pruebas. Y considero que es hora de que tu sangre y la de Alexander se reúnan, que la Inmortalidad haga su trabajo.
–¿Estás seguro que no le dará poder a ese pedazo de Tom?
Severus llamó al joven para que se sentara en un sillón y respondió:
–Soy buen científico y pocionista, pero ni yo puedo alimentar el alma o trabajar con ella. Esta inmortalidad es física; el poder manejarla es cuestión de tu fuerza de voluntad y tu cerebro. No te preocupes, Alexander te dará clases de meditación, relajación, yoga y todo lo que ha hecho él para no volverse un demente.
–Lo que ya es Tom y aún no es Inmortal.
–Claramente.
Severus descubrió el brazo de Harry y colocó los instrumentos para la transfusión.
–¿Y Paddy?
–No tarda en venir, todos me dejaron un momento a solas contigo... dijeron que era justo que yo fuera quien te diera la vida nueva.
Harry sonrió– Por ser mi padre.
Severus asintió sin decir palabra, más acarició el cabello desordenado del más joven hasta que se durmió. Luego de un tiempo el de ojos verdes despertó y al abrir los ojos notó a todos los de la familia reunidos en la habitación, sentados sobre los sillones en el suelo o cerca de él, pero no faltaba ni su nana elfina.
–¿Y esto?
Paddy se inclinó y revolvió la melena de su ahijado.
–Es como tu nacimiento, de nuevo. Y todos queríamos estar contigo.
El Potter se dejó consentir luego de que le quitaran las intravenosas e incluso no se quejó cuando lo levitaron a su cuarto para que cenará en cama.
Con el jovencito pelinegro atendido, el grupo lo dejó con su bandeja de comida y un novio muy dispuesto a acompañarlo y darle de cenar en la boca si era necesario.
En esas vacaciones de pascua hubo infinidad de cambios, pero todos para bien, inclusive hubo una nueva esperanza de vida y futuro para Harry.
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En un lugar de Irlanda, Tom también halló lo que buscaba, un nuevo recipiente y si bien era un Lycano muy débil casi llegando a humano, para el mago tenebroso era su boleto para hacer sus deseos realidad. Esa debilidad del lycano fue lo que le permitió poseer el cuerpo, ya que la natural resistencia a la magia de los descendiste más puros de William Corvinus se diluía con cada generación que se creaba, para Voldemort significaba un cuerpo fuerte que podía usar magia o por lo menos uno que resistiría más que el de otro mago o humano y que lo llevaría hasta poder recuperar a sus últimos Horrocruxes.
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Mil gracias a Xonya11, AnaM1707, blackladymoon, giulianacontesso y noona-kane.
