Capítulo LI


El rubio sintió un escalofrío recorrió su cuerpo al minuto en que esa serie de aullidos cruzaron el aire, apretó el brazo de su novio e inquirió:

–¡¿Qué fue eso?!

–No lo sé, pero viene de Hogsmeade.

–¿Ya habrán entrado en el pasadizo esos tres? –preguntó Draco con las facciones desencajadas por el miedo.

Harry se giró y echó a andar de regreso al pueblo, el rubio se le unió al instante, no se dieron cuenta en que momento ya corrían hacia su destino.

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Los hechizos de defensa y ataque que los magos y brujas usaban para detener o defenderse de los ataques violentos de los licántropos no se detenían y es que si bien las bestias eran golpeadas y aturdidas por las maldiciones, las resistían un poco, lo que dejaba sin muchas opciones a los defensores.

Dumbledore corrió por entre la calle principal viendo que ya no hubiera estudiantes y si los había, los instaba a que se refugiaran en las tiendas. El anciano mago llegó a tiempo de lanzar un bombarda en contra de uno de los monstruos que chasqueaba las mandíbulas a punto de morder a dos alumnas de tercer año.

El siniestro sonido de hueso rompiéndose se escuchó al caer el hombre lobo sobre las baldosas, momento que Albus llamó a las dos alumnas y las guió hasta uno de los negocios donde las hizo entrar, para volver y seguir buscando a sus apreciados estudiantes.

El hombre lobo había caído en una posición muy antinatural y eso fue el motivo del ruido de huesos sin embargo..., Albus ya caminaba a unos metros lejos del cuerpo, cuando un ruido igual de aterrador se oyó que hizo al mago voltear y con horror vio como los miembros del monstruo comenzaban a moverse.

Dumbledore había visto muchas cosas horribles durante su longeva vida, pero el cuerpo de ese lobo arrastrándose con las garras delanteras, pues las traseras se hallaban grotescamente en posición contraria a la natural y no le eran de ayuda. Pero los movimientos de las extremidades inferiores se encontraban totalmente ajenas al resto del cuerpo que deseaba llegar al mago a como diera lugar.

Albus levitó un barril que se encontraba cerca y lo envió en contra del Lycano. El barril se rompió sobre el lobo y Albus ya no se sorprendió de que esa acción no detuviera al agresor.

Albus bufó molesto antes de escuchar un aleteo y ver como el hombre lobo era alzado entre las poderosas garras de Marcus que lo partió por la mitad.

Marcus soltó el despojo y llamó con voz gutural.

–¡Albus los estamos reuniendo en el centro, allí se hallan mi padre y los otros! Hay algunos de tus alumnos.

–Voy para allá.

Marcus voló internándose entre las calles y Albus caminó veloz hasta el centro.

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Teresa se aventó sobre el lomo del lobo haciendo grandes surcos con sus garras, Clare se arrastró arañando las patas del mismo haciendo que el licántropo aullara de dolor y alzara el cuello al mismo tiempo, movimiento que el tercer lobo aprovechó y le arrancó la garganta de un mordisco. Al atacante lo redujeron a un cuerpo muerto uno más del reguero que dejaban ese trio a su paso.

William llegó hasta donde la esencia de sus hijas lo guiaron y vio con orgullo la matanza que sus tres descendientes tenían a su alrededor.

El primer Lycano llamó a esos tres y para buscar más de esas criaturas patéticas que ni siquiera pudieron cambiar del todo a la forma lupina.

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Lucius guiaba a una familia con un niño pequeño hasta la plaza, buscando que estos no fueran agredidos por los lycanos rebeldes y hambrientos, claro que el Malfoy iba custodiados por su lobo personal que no dejaba que los monstruos se acercaran a su esposo ni a dos metros de distancia.

El grupo llegó a su destino. Lucius fue hasta Alexander y Dumbledore –que ya se encontraba allí.

–Revisamos todo el lado donde está El Cabeza de Puerco, no encontramos más.

Remus gruñó y rodeó a la gente reunida en el lugar. Algunos se asustaron, pero ninguno pudo negar la enorme impresión de la figura erguida y poderosa del auténtico Lycano se distaba totalmente de los monstruos enjutos y hambrientos que merodeaban el pueblo.

Remus se acercó a su esposo y lamió la mejilla de este. El Malfoy sonrió y agarró la cabezota de su Lycano.

–No me quejo, pero prefiero tus besos con sabor a chocolate.

Eso aligeró el ambiente y Remus cambió siendo abrazado por Lucius enseguida. La pareja sintió a Regulus llegar hasta ellos:

–¿No vieron a Severus y Sirius?

–No, ellos irían a revisar la casa de los gritos. –Lucius se acercó al Black y susurró– Tomaron su forma inmortal.

–Vaya, eso me deja más tranquilo.

Como el Malfoy mayor lo dijo, el matrimonio Black revisaba las afueras de Hogsmeade y la casa de los gritos, aunque hubo uno que otro rezagado, buscando alimento no hubo posibles víctimas y eso fue lo mejor, pues Sirius desgarró a gusto y Severus solo vigiló la diversión de su esposo, claramente el lobo antes dejó que se alimentara su esposo y al no nato.

Después de terminar con su vigilancia, la pareja regresó hacia el pueblo, pero cambaron sus formas humanas para aplicarse un fregotego.

–Afortunadamente ellos no estaban por aquí.

–Veremos en la plaza.

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Los dos jovencitos arribaron a Hogsmeade y entraron por una de las calles que se notaba desierta.

–¡Vamos Draco hay que ir a Honeyducks!

El rubio le siguió el paso al moreno o eso pretendía, pues de pronto sintió un tirón en su brazo que lo hizo caer sobre su trasero y pronto percibir que era levantado con un impulso violento.

Una voz se escuchó cerca del oído de Draco y un escalofrío recorrió todo su cuerpo.

–Mira lo que me encontré, mi premio mayor y un extra para hacer pagar a los traidores de los Malfoy.

Para ese segundo, Harry ya se había girado y miraba con odio a su eterno enemigo.

–Eres Tom.

–Voldemort, muchacho no lo olvides.

El chico de ojos verdes sonrió despectivo al responder:

–Oh Tom todavía cargas con el estigma de tu sangre muggle.

El hombre lobo gruñó y acercó su hocico medio transformado a Draco, el rubio trató de girarse para no sentir el caliente y asqueroso aliento de Voldemort.

Harry rugió furioso:

–¡Suéltalo!

El mago oscuro rio y entre gruñidos colocó la garra en la garganta del rubio dispuesto a rasgarla.

–¡Avada Kedavra! –exclamó el Potter y sus ojos verdes se iluminaron por el otro tono verde de la maldición asesina. Tom arrojó a Draco a un lado sin cuidado alguno, argulloso de demostrarle a ese mocoso que la maldición asesina no lo afectaría, no en ese su nuevo cuerpo.

Harry vio cómo su enemigo era golpeado por el rayo verde y era lanzado hacia atrás. El de ojos verdes aprovechó y corrió hasta su novio que aún tosía en el suelo.

El moreno, levantó a Draco con todo cuidado y lo alejó unos pasos notando con alivio que su familia caminaba hacia ellos.

–Potter, Potter, Potter ¿cómo es que ya te quieres ir, si no hemos terminado?

Harry no era tan crédulo como Tom consideró, simplemente quería guiar a Draco fuera del peligro y cerca de los suyos era la mejor opción.

Potter echó un vistazo a los otros y notó que varios de ellos estaban sucios de polvo y sangre seca sin embargo, no era extraño si lucharon –se imaginó– contra lo que fue que llevó Riddle. Lucius marchó hasta ellos y recibió a su hijo para sostenerlo.

–Tranquilo, yo lo llevo.

–Sí.

Harry se giró y encaró al lobo en el que ya había cambiado Voldemort.

–Estoy listo Tom...

Subrayó el nombre muggle para molestar al otro.

–¡Avada Kedavra!

Lanzó el mago oscuro y dio en el blanco en el pecho de Harry. Draco gritó, pero Lucius lo calmó y lo alejó velozmente de allí temiendo que hiciera algo que arriesgara la situación. Al ver caer al jovencito, la risa maniaca y victoriosa de Tom se escuchó en la noche oscuro.

En el mundo intermedio Harry miró alrededor y notó las dos figuras que lo miraban con amor.

–Mamá... papá...

Los mencionados abrazaron al chico o lo que murió con la maldición de Tom.

–Seremos breves, pues no hay tiempo. Te amamos y estamos felices de ver que has tenido una vida maravillosa y una familia que te ama mucho. –dijo Lily.

–Inclusive no me molesta que Snivellus sea tu padre... tengo que resignarme.

–Lo siento, sé que me amaron tanto como para dar su vida por mí sin embargo, mis padres, tíos y abuelos... los amo y respeto un montón.

–Lo sabemos y estamos felices por eso. Ahora regresa... sabemos que no te veremos aquí en muchísimo tiempo, así que no nos olvides,.

Fue lo último que escuchó el de ojos verdes antes de despertar e incorporarse con ayuda de Severus y Sirius que ya estaban con él.

Voldemort rió hasta qué se dio cuenta que Harry era auxiliado para pararse y se veía muy vivo.

–¡¿Qué Dementores?!

El lobo Voldemort avanzó feroz hacia Harry, pero un autoritario grito lo detuvo:

–¡Detente mascota! –Tom sintió su cuerpo quedarse inmóvil– ¡Híncate! –William dejó al grupo y avanzó hacia el que fue un gran mago oscuro –Oh Tom que tonto fuiste, dejaste tu magia y la protección de esta por ser uno de mis... descendientes, lo que no investigaste fue que tengo total poderío sobre mi sangre, así esté tan diluida como para ser una gota.

William cambio y sin dilación una de sus garras cercenó la cabeza de Tom que rodó por el piso. El aullido del Corvinus surcó el aire nocturno y fue secundado por su manada.

Alexander vio la incredulidad plasmada en el rostro de Albus y explicó:

–Harry mató el pedazo de alma que quedaba en Tom, y este lo hizo con el que llevaba Harry, de ese modo dejó solo una cáscara en un cuerpo que no le pertenecía y que estaba bajo las ordenes de mi hijo.

–Definitivamente no creo que fuera esa su intención.

–Pues lo hizo.

–Persiguiendo ser más poderoso renunció a lo que lo hacía orgulloso y completo... su magia.

–Sí, fue tonto.

Las personas comenzaron a salir de las casas y comercios para revisar a sus familias y vecinos. La familia de los defensores igualmente se puso en camino de regreso a la posada, Marcus avanzó antes que todos, debía ver a su esposa y tranquilizarla.

Albus le pidió ayuda a Severus y Sirius para juntar a los alumnos que quedaban para llevarlos de regreso a Hogwarts.

Los tres niños infractores cuchichiaban con el primer Lycano y este bufó, pero los cargó a todos y corrió al colegio, sería fácil llegar antes a Hogwarts. William dudaba que Dumbledore no se hubiera percatado de ellos en el pueblo, pero no quiso poner nerviosos a los niños.

Harry era abrazado por Draco y con paso lento caminaban detrás de los otros. Dumbledore consideró que ambos jovencitos debían descansar cuanto antes y si era necesario quedarse en la posada con su familia.

Poco a poco Hogsmeade se fue calmando luego de que un grupo de aurores hizo su aparición, afortunadamente no hubo bajas, no de gente inocente, los cuerpos desperdigados de humanos desconocidos se revisarían, pero sus bocas con sangre y restos humano contaban una historia muy retorcida.

La investigación sería minuciosa o no dependiendo de lo que Scrimgeur considerara, pero Albus prometió que le daría la noticia de la muerte de Voldemort y con eso calmaría al Ministro.

En la posada los miembros de la familia tomaron un baño y cayeron en sus camas enseguida. Marcus y Narcissa esperaron a Severus, Sirius y William, pero luego de eso todos imitaron a los durmientes.

En un cuarto con camas gemelas Harry vio las facciones durmientes de Draco hasta quedarse dormido, por fin era libre y esa extraña profecía se cumplió de cierto modo.

...


Capitulo corto, pero importante. Ya casi llegamos al final de este fic.

Millones de gracias a giulianacontesso, blackladymoon y xonia11.