Capítulo LIV


Su espalda se resintió y se giró en el sillón buscando una mejor posición o por lo menos más cómoda. Severus gruñó al recordar que leyó sobre las molestias del embarazo, pero las consideró exageradas, nada más lejos de la verdad ahora que las sufría día con día. Y es que si hubiera creído en las experiencias que leyó ni de lejos hubiera buscado llevar a su hijo el mismo..., aunque no se arrepentía de su decisión habló con Sirius y los dos decidieron que solo tendrían dos hijos: Harry y el que venía.

El de ojos grises y Harry entraron a la sala en ese instante y vieron al pocionista con sendas sonrisas.

–¿Cómo les fue?

Sirius se adelantó y besó fugazmente en la boca a su esposo. Harry se acercó poco después y saludó al pocionista.

–Nos fue como esperábamos o mejor en mi opinión. –respondió el de ojos verdes. – Nuestros socios no solo aceptaron si no que harán los tramites en el país que nos dé la oportunidad de realizar la investigación, igualmente buscaran a los sujetos.

–Todo legal, verdad.

–Si Sev, todo legal por eso es que será una gran inversión. –aclaró el Black.

–Probablemente crean que exagero, pero sé que hay muchas posibilidades.

–Oh no, créeme Sev sabemos que no solo lo lograras si no que lo mejoraras.

–Estoy de acuerdo, por eso ya no te preocupes todo sobre tu nuevo proyecto de clonar órganos lo estaremos checando nosotros. Solo ocúpate de tu salud y la de mi hermano o hermana.

Severus asintió y es que no podía negar que su cuerpo en esos últimos días de gestación se sentía pesado, sin fuerza y muy redondo.

Severus se pensó un poco lo de su incomodidad del embarazo, porque esa noche recibieron la noticia de que el heredero de Marcus y Cissa estaba por nacer. Harry se adelantó a Escocia junto con los Malfoy, Severus y Sirius llegarían luego pues debían viajar en transporte muggle por seguridad de Severus.

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Una noche de luna menguante llegó al mundo Scorpius Mikhael Corvinus Black y que por una mirada de su padre, tío y abuelo fue reconocido por Alfa, el líder nato de todos los vampiros.

Un bebé de escasos cabello castaños con un línea de color rubio platino entre ellos. Marcus estaba muy orgulloso y lo demostró enviando un anuncio a todos los aquelarres del mundo. Ya era hora de que dejaran sus disputas entre ellos o contra los lobos pues William y él, al igual que sus descendientes estaban unidos y esperaba lo mismo de todos ellos o habría consecuencias para los que no obedecieran.

En la habitación con Narcissa dormida, Draco cargaba a su nuevo medio hermano mostrándoselo a Harry.

–Mira es una cosita regordeta y preciosa.

–Se parece mucho a sus papás.

–Sí, se nota que tiene rasgos de los dos.

–Espero que sea buen amigo de mi hermano o hermana.

–O estoy seguro que lo serán, solo hay que ver a ese trio. – Draco se refirió a las gemelas y a Lucian. – Son inseparables.

–Como tú y yo.

–Si..., aunque nuestra cercanía cambio, pero sigue siendo fuerte.

–Definitivamente.

Confirmó Harry y pasó un brazo sobre los hombros de su novio para atraerlo. Draco se soltó luego de unos minutos y caminó hasta la cuna cerca de la cama donde su madre estaba, para dejar al bebé en ella, ya que ambos dormían plácidamente.

El rubio caminó con sigiló y agarrando de la mano al de ojos verdes se dirigió a la puerta para dejar descansar a madre e hijo. Los jovencitos fueron a la gran sala donde ya se hallaban todos los demás celebrando. Marcus se bebió su copa de un trago y ya iba con su esposa e hijo, pero Alexander lo detuvo.

–Déjalos dormir, Grey los está cuidando.

–¿Grey...?

–Es el elfo elegido para cuidar de Scorpius. –informó Lucius.

El vampiro regresó al sillón sin dejar de sonreír.

–A veces olvidó que mi hijo sería mitad mago.

–Y yo. –Aceptó el primer hombre lobo– Pero sus elfinas de mis hijas me lo recuerdan lo cada vez que ellas las necesitan y Reggy y yo no podemos estar ahí, rasguños, consecuencias de travesuras o recados al igual que seguirlos incluso en esas batallas peligrosas; todo eso hermano, todo eso hacen los elfos por sus amitos.

–Y también cuidar de nuestras mascotas mimadas cuando no estamos. –acotó sonriente Harry.

–No cariño, mascotas mimadas solo tienes tú. –bromeó Severus.

–Muffin es mi bebé. –Se defendió el de ojos verdes.

La reunión no se alargó mucho, ya que todos estaban cansados y se retiraron a sus habitaciones.

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Las noticas viajaron alrededor del mundo y como Alexander se lo imaginó no todos aceptaron las órdenes sin oponerse y por eso el patriarca Corvinus ya tenía rodeados a los que creyó serían los inconformes, después de todos el título de Ancianos ahora significaba líderes de alguno aquelarre y nada más.

Entre los lobos, la noticia si bien los tomó desprevenidos por incluso saber que el primer hombre lobo estaba libre y en uso de todas sus facultades, sabían que representaba que era el Alfa de todos, pero al mismo tiempo les daba la oportunidad de dejar el anonimato o la vida a escondidas y cuidándose de los vampiros.

Lucian el primer Lycano estaba dividido en aceptar las órdenes o seguir con su plan de venganza en contra de Viktor.

Los informantes de Alexander lo mantuvieron informado y por eso tres días posteriormente de que Scorpius llegó al mundo, el Inmortal llamó a sus hijos a una reunión en su oficina.

El mayor esperó a que sus gemelos se sentaran y les entregó unas hojas. Los gemelos leyeron y se intercambiaron los informes –pues así eran de unidos– y velozmente terminaron.

–Viktor está durmiendo, Amelia es la que está a cargo en este siglo... Nunca me pareció intransigente.

–Y no lo es Marcus, pues aceptó tus órdenes y las está haciendo llegar a los aquelarres. –expuso Alexander.

–Pero te preocupa Kraven y su batalla con Lucian ¿no? –Cuestionó Marcus a su padre.

–Sí.

–Creo que ese primer Lycano debe recordar que si bien conservó su forma humana y fue el primero, para bien o para mal aún sigue siendo parte de mi manada y por ello está bajo mis órdenes. –exteriorizó William.

–Mucha agua ha pasado por el puente entre lycanos y vampiros, debido a esa historia de amor trágico. –acotó Alexander.

Marcus bufó, y William agitó la mano quitándole importancia.

–Si ese par hubieran estado destinados a estar juntos, nada los hubiera podido separar, tú lo sabes padre. –afirmó sin dudas Marcus.

–Ciertamente es de ese modo entre nuestra línea de sangre... –meditó el hombre mayor.

–Y ese par de cierto modo son de nuestra sangre. –opinó William. –En fin creo que nos hace falta un viaje, aprovechando las vacaciones de Teresa y Clare iremos a ver a Lucian..., podría invitar a los Malfoy para que el pequeño Lucian conozca a su tocayo.

–Esa es una buena idea. ¿Puedes enviar a más vigilantes con mis gentes? Quiero saber si hay algo de qué preocuparme o en lo que tenga que intervenir. –dijo Marcus viendo a su padre.

–Ya lo hice, porque yo tampoco quiero dejar a mi nuera y nieto recién nacido.

Los tres hombres se levantaron y buscaron a sus respectivas familias para informarles las noticias, Alexander fue el que les relató todo a los otros magos.

Los adultos estaban un poco nerviosos, sin embargo, Alexander los tranquilizó al asegurarles que si bien había escaramuzas entre ambas razas no serían tan fuertes como para poner en peligro al mundo mágico y en el mundo muggle sus recursos y gente lo tenían todo vigilado y controlado.

Draco se encontraba muy interesado en hacer el viaje con William y familia, Harry igual, pero el moreno decidió no ir, pues no quería estar lejos si Severus daba luz en esos días, así que el día que el viaje inició se despidió de los demás y su novio en la mansión Malfoy.

De regreso a su casa, Sirius llevó a su familia dar una vuelta por Londres Mágico y luego a comer a un restaurant y pidió una mesa panorámica, pero privada para que no fueran molestados.

A la hora del postre discutieron nombres y Harry aportó el de Antares, por el que Severus se inclinó.

–Si debe llevar nombre de constelación ese es perfecto. Me gusta.

–A mí me encanta..., ¿pero si es niña? –se preguntó Sirius.

–Casiopea Eilen. –opinó Severus.

Los otros dos vieron al pocionista y estuvieron de acuerdo, Severus rara vez hablaba de su madre sin embargo, no por eso no pensaba en ella.

La puerta de la cabina privada se escuchó y eso les pareció raro a los comensales, pues aún no terminaban ni habían pedido la cuenta.

–Buenas noches. –saludó Kingsley. – Perdón por molestarlos los vi desde la acera y quise venir a saludarlos. Pues hace mucho que no se dejan ver.

El mago de color fue invitado por la familia a acompañarlos y tomar una copa para ponerse al día con las noticias y por eso se enteraron que Kingsley era Primer Ministro Interino, por una renuncia inesperada de Scrimgeur. Las felicitaciones de parte de los pelinegros no se dejaron esperar y opinaron que Kingsley debía postularse para ser Ministro permanente.

–Pero hay algunos con más trayectoria que yo, que podrían ser candidatos.

–Si lo dices por el jefe Robards yo considero que no es una buena opción, es de esos magos que obedece sin permitirse pensar un poco. –Expuso Sirius. – Piénsalo, por lo menos mi voto si lo tendrías.

–Y con eso el apoyo de la familia Black y la Potter de la Cámara de los Lores. –agregó Harry guiñando un ojo.

Severus dejó su plato limpio y vio al mago de color con insistencia y cuando este se removió nervioso en su asiento debido al escrutinio, dejó mostrar una sonrisa de lado al decir.

–Si cuenta de algo, no estarías mal como Ministro.

Kingsley pareció recobrar la compostura y la seguridad, pues estaba muy consciente de que Severus Snape no a cualquiera le diría eso.

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Las familias Corvinus y Malfoy arribaron la ciudad de su destino y para el sentido súper desarrollado de los lobos el lugar era... muy apestoso.

–¡¿Cómo puede vivir aquí una manada de lycanos?! –cuestionó Remus haciendo gestos.

Lucius vio el lugar y notó a los autos elegantes que llegaban por ellos.

–Vamos al hotel, esperemos que allí no esté tan mal. Por mi parte solo lamento lo oscura que es la ciudad.

–Opino lo mismo, Lucius. –dijo Regulus ya acercándose a una de las limusinas y subiendo en ella.

–¿O quiere ir esta noche de una vez a buscarlos?

Cuestionó Lucius en dirección al hombre lobo.

–No. Tenemos esta noche para descansar y mañana para conocer el lugar, espero que con luz y sol huela mejor o simplemente no huela.

El grupo no pudo estar más de acuerdo.

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Harry decidió visitar a los Weasley al recibir una carta de Hermione quien le informaba que iría a La Madriguera ese fin de semana. Y es que aunque pasara la noche con los pelirrojos no estaba tan lejos como para no estar de inmediato en su casa en caso de urgencia.

Molly recibió al moreno con alegría y lo guio al cuarto de Ron. La castaña todavía no llegaba, pero no tardaría mucho, de camino al cuarto la matriarca Weasley lo felicitó por exentar el último año.

–Como me hubiera gustado que Ron hubiera imitado algo de eso...

–No se preocupe señora Weasley, Ron es feliz en Hogwarts y no quiere salir todavía. Yo tengo muchas cosas que hacer y este tiempo libre me permitirá hacerlo sin presiones.

–Me imagino Harry ¿Serás auror?

–No. Me haré cargo de las empresas de mis padres o por lo menos gran parte de lo que hace Sirius, con ayuda de Draco, además debo estar en la Cámara de los Lores de vez en cuando, ya que soy el único Potter, no puedo dejarle todo el trabajo a Sirius ya que él ahorita maneja el lugar de los Black y los Prince.

–¡Oh es cierto! No lo había pensado.

Harry sonrió. Ron abrió la puerta de su habitación y recibió a su amigo con grandes muestras de regocijo. Para cuando Hermione llegó, el par de jóvenes magos se encontraban en su mundo, afortunadamente la castaña dejó de lado su continua aprehensión y se unió a la diversión.

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No era delicado, no luego de vivir en una celda en ese castillo en ruinas por siglos y realmente bajó hasta esos túneles de alcantarillas, iba acompañado de Remus y el licántropo se notaba igual de incomodo que él.

Afortunadamente no tuvieron que internarse mucho, ya que el primer vigía ya traía a su líder hasta ellos. Raze vio al primer hombre lobo y su mirada suspicaz recorrió las dos figuras, el olfato siguió a la vista y hubo un segundo vistazo a Remus. William se rio y habló:

–¡Ni lo sueñes, ya está casado y con hijos! Pero sí... es un Omega, uno hecho por mí. Dile a Lucian que lo veo en mi hotel, le di la deferencia de venir hasta su guarida y no la agradeció.

Dijo ya sin diversión el pelirrojo girándose y saliendo del lugar. Remus iba a su lado muy agradecido de dejar ese lugar detrás.

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Severus se giró en la cama con ayuda de Naly, Sirius se terminaba de bañar luego de ayudarlo a él.

–Naly... dile a Sirius que se apresure, este niño o niña ya viene.

–Si amo.

–Y luego alista todo.

La elfina corrió al baño, avisó al Black y desapareció para llamar a los otros elfos de la casa. Sirius se reunió con su esposo que con calma le aplicó un hechizo de secado para el cabello y lo serenó.

–Las contracciones no son tan seguidas, hay tiempo.

–Naly ya traerá tus pociones.

Severus asintió y se acomodó, obviamente se había alistado con pociones para calmar el dolor, para la ansiedad y otras cosas, todas creadas por él mismo y sin ser dañinas para su no nato.

–Llamaré a Harry, se enojaría si no está aquí para el gran momento.

Aseguró el de ojos grises. Del mismo modo avisó a los otros.

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La noticia del próximo parto de Snape llegó diez minutos antes de que un botones les avisara que tenían visitas. William dio el permiso y se reunió con ellos en el salón de las suites compartidas.

Lucian se encontraba al frente de un grupo de tres lobos. William dio un pequeño vistazo y olfateó para determinar que a pesar de la baja estatura de Lucian era un alfa y los otros tres eran betas: Raze, Tayler y Pierce.

William se sentó en una de las butacas e invitó a los lycanos a imitarlo, estos lo hicieron.

–No tengo mucho tiempo, debo regresar a Londres y por eso debo ser directo. La orden de no violencia contra los vampiros es para todos mis descendientes, no me interesan viejos rencores.

–¿Nos pides que seamos de nuevo sus esclavo?

–No exageremos, ni siquiera tienen que ser amigos, simplemente ya no quiero combates.

–Es extraño que estés bien y de forma... humana ya dando órdenes.

–No es tan extraño, llevo años estando en posesión de mi fuerza y control de mi naturaleza.

–Raze dijo que...

–Sí, creé un Omega, mi esposo es otro de cierto modo.

–¿Planeas hacer más? –cuestionó Lucian muy interesado.

–Depende de lo que mi manada necesite, por lo que he podido saber, no hay muchas mujeres entre ustedes y notó que hay parejas ya ¿no?

–Sí. Con la guerra no queríamos hacer familias que nos fueran arrebatadas.

–Lo imagino Lucian, pero mi hermano y yo estamos a cargo y cualquiera que desee mayor poder, hiriendo a los otros conocerá nuestra fuerza. Por cierto hay alguien que quiere conocerte. –William se levantó y llamó... – ¡Lucian! –El niño de casi doce años salió corriendo y llegó hasta su tío, el pelirrojo lo agarró de los hombros y lo atrajo a su asiento. –Este es Lucian Malfoy Lupin el primer hijo nacido de un omega de mi línea de sangre. Al parecer a su papi le causó una gran impresión tu historia y que fueras el primer Lycano.

Los ojos color plata del niño brillaron con interés y el mayor se levantó y caminó hasta él hincándose para estar a su altura.

–Es un gusto conocer a mi tocayo.

Lucian mayor guiñó un ojo y el menor sonrió. Desde el pasillo dos pares de ojos seguían vigilantes todos los movimientos.

–Vengan acá niñas. –pidió el Corvinus.

Los espías salieron y saludaron con cortesía. Las miradas de los lycanos prácticamente brillaron con estrellas...

–¿Son...? –balbució Raze.

–Son mis hijas, lobas nacidas y... protectoras acérrimas de Lucian.

Bromeó el de ojos azules. Teresa miró al Lucian mayor y se colocó a lado del menor.

–Él es mío.

Las caras de asombro se plasmaron en todos los rostros adultos. William gruñó resignado.

–Si hijita ya lo dejaste claro, aunque me hubiera gustado saberlo un siglo más tarde.

Teresa no pareció ni remotamente arrepentida, Clare sonrió comprensiva y se colgó del cuello de su padre consolándolo. El cuarteto se despidió y William los guió fuera.

En el pasillo de la salida, Draco los chocó y las miradas de los lycanos se quedaron prendidas en el atractivo chico, pero de nuevo William informó.

–Draco es el otro hijo de Remus y novio del mago Inmortal más poderoso de este tiempo.

–Bueno... hay genes muy buenos en su línea de sangre... Alfa, tal vez haya una oportunidad con otro de sus descendientes. –cedió por fin Lucian.

–El destino no está escrito. –respondió el de ojos azules.

Lucian y su gente se fue estando más seguros de un futuro mejor. El grupo de William y Malfoy se retiraron esa misma tarde apresurados por conocer al nuevo Black.

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En la casa de los Black Snape Potter, todo fue lento sin embargo, Severus se hallaba tranquilo auxiliado por sus pociones y palabras de sus dos chicos. El equipo especializado de sanador y enfermeras esperaban fuera de la habitación solo entrando a revisar al pocionista dándole privacidad a la familia.

Sirius sorprendió a los otros pelinegros cantando una canción. Severus sonreía asombrado e incrédulo y Harry se unió al Black en los coros. Aunque un marinero borracho* no era un buen tema, Severus agradeció el concierto y el bebé también pues decidió que era hora de nacer luego de que la melodía concluyó, así que la cesárea comenzó.

Los barullos del resto de la familia arribando, hizo eco al primer llanto de... Casiopea Eilen, una preciosidad de piel blanca y ojos grises con mucho cabello negro y lustroso. Harry dejó que sus papás la tuvieran unos minutos antes de secuestrarla y no soltarla ni para mostrarla a los otros. En su opinión su hermanita era una belleza.

Con nuevos hermanos, Draco y Harry se resistieron estoicamente a hacer visitas a las escuelas de profesiones al comenzar las clases y los adultos cedieron para darles gusto... solo por esa ocasión.

...

*The Drunken Sailor. Canción popular irlandesa.

...


Muchísimas gracias AnaM1707.