Capítulo 7
-- Hiei's POV --
Apenas era consciente de la inquieta presencia de la chica del remo detrás de nosotros mientras Yusuke y yo aporreábamos la puerta. Habíamos estado horas así, y sabía que no servía para nada. Pero no podía darme por vencido.
Los youkos eran, por naturaleza, criaturas que amaban la libertad. Estar encerrado en una prisión del Reikai durante los próximos cien años mataría a Kurama. Moriría allí. Y por alguna razón, sólo esa idea... No podía soportarla.
"Yusuke," empezó Botan con voz queda, y el detective espiritual por fin paró un momento para girarse hacia la chica.
"Hiei, déjalo un segundo," dijo Yusuke, sin aliento. "Esto no nos está sirviendo de nada. Tal vez Botan tiene una idea."
Paré, también girándome para mirar a Botan, expectante.
Botan pareció aturullada, y dijo, "¿Esperáis que os ayude a entrar en la oficina de Koenma?"
Yusuke le dirigió una mirada siniestra, y dijo, "No sé,. ¿esperas que nos mantengamos al margen y dejemos que le pase esto a Kurama?"
La chica del remo bajó la mirada, al parecer, avergonzada por lo que iba a decir. "Mató a un humano, Yusuke. La ley del Reikai estipula claramente que cualquier demonio–"
"Así que todo esto es porque él es un demonio,. ¿no?" Preguntó Yusuke, después se señaló a sí mismo. "¿Pero si yo hubiese matado a un humano, al Reikai le parecería bien por que yo también soy humano? Eso no está bien, Botan, y tú lo sabes."
"¡Eso es diferente! Los humanos tienen sus propias maneras de tratar con los asesinos entre los de su propia especie. Pero cuando un demonio es el que comete el crimen, el Reikai se ve obligado a involucrarse. Si no protegemos a los humanos de los pocos demonios sanguinarios que logran entrar en el Ningenkai–"
"Kurama no es sanguinario..." Empecé, dando un paso hacia Botan amenazadoramente. Yusuke puso una mano delante de mí, pidiéndome silenciosamente que lo dejara, cosa que hice de mala gana, conformándome con una mirada amenazadora en dirección a Botan.
La chica retrocedió un paso, poseía suficiente inteligencia para parecer asustada, y dijo, "Sé que no es sanguinario, Hiei, pero lo fue una vez. Y... bueno, siempre supimos que podía ser un error permitirle que se quedara en el mundo humano."
"¡Nos estaba protegiendo!" Grité. "¡Y el zorro idiota ya se siente bastante culpable por lo que hizo sin que tú y medio Reikai le echéis más culpa!. ¡Morirá en la cárcel, maldita sea!"
Me detuve, sorprendido ante mi arrebato y preguntándome por la sensación de presión en mi pecho al expresar en voz alta mi preocupación por Kurama.
Mientras tanto, Yusuke se había ido de mi lado, por lo visto abandonando la idea de recibir ayuda de Botan, y estaba yendo de un lado para otro con impaciencia delante de la puerta de la oficina de Koenma. "Esto no puede estar pasando..."
De repente, la gran puerta se abrió haciendo que Yusuke se sobresaltara sorprendido. "¿Qué?" Pidió a la puerta, como si ésta pudiera contestar. "¿Ahora nos dejas pasar?. ¿Después de que hayamos parado de intentar entrar?"
La voz de Koenma salió de dentro su oficina, sonando inquieta. "Yusuke,. ¿vas a entrar o prefieres mantener una conversación con mi puerta?"
Con un suspiro, el detective espiritual se giró para mirarme. "¿Vienes?"
No contesté, como toda respuesta escogí por pasar delante de él resueltamente. Me detuve delante de la mesa de Koenma, Yusuke deteniéndose a mi lado segundos después. Quería golpear hasta hartarme a ese gobernante pequeño como una jarra de cerveza, pero eso no iba a ayudar a Kurama en nada a la larga, y tan sólo conseguiría que me pusieran en una celda con él.
Koenma nos observó con arrogancia, su expresión fue una de extremo enojo cuando dijo, "Tenéis suerte de que mi padre no esté."
"Ojalá estuviera," dijo Yusuke, con sonrisa de suficiencia. "Me gustaría tener unas palabras con él sobre algunas de su tontas leyes. ¿Puedes pedirme una cita?"
Un suspiro de cansancio salió de la garganta del pequeño príncipe, y se sentó pesadamente en la silla. "No estoy más contento con esto que vosotros,. ¿sabéis?" Dijo con voz queda.
"¡Entonces, suéltale!" Dijo Yusuke.
"¡Lo haría si pudiera!" Dijo Koenma con brusquedad. "Yo no hago las leyes, yo sólo castigo a quienes las infringen."
"¿Quién hace las leyes, entonces?" Pregunté, mi mente ya evocando diferentes métodos de tortura para esa desafortunada alma.
"Mi padre," contestó Koenma distraídamente, frotándose la sien y haciendo una mueca de dolor.
"¿Hay alguna manera de evitar esta ley en particular?"
Koenma levantó la cabeza, una expresión pensativa cruzó sus facciones. "Si hubiese había una amenaza adecuada, pero ya interrogué a Kurama. Estabas allí, Hiei. El mismo Kurama dijo que no hubo provocación. Perdió el control."
"Pero había algo diferente en ese tío, Nekura," empezó Yusuke, y yo asentí. "No tenía ni youki, ni reiki, pero me dio la sensación de que no era completamente humano, tampoco. Había algo..."
"Kurama no nos lo estaba contando todo," le dije a Koenma. "No nos contó todo a ninguno de nosotros."
"¿Por qué no?" Preguntó Yusuke.
"Está avergonzado," dijo Koenma simplemente. "Se sintió igual que con el incidente con Karasu. Una pérdida de control no encaja bien con un youko."
"Karasu..." Murmuré, recordando los sueños de Kurama. "Koenma,. ¿podemos hablar con Kurama?" Pregunté.
"¿Por qué?"
"A lo mejor estará dispuesto a decirnos algo más ahora."
Koenma se quedó en silencio, luego dijo, "Generalmente no está permitido, pero podría arreglarlo. Pero sólo una vez, así que será mejor que valga la pena."
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Caminamos con decisión por el largo pasillo, bordeado a ambos lados con pequeñas y sucias celdas. Yusuke iba mirando con nerviosismo mientras pasábamos por delante de los demonios de ceño fruncido que ocupaban las celdas. Nos miraban con un odio feroz, obviamente reconociendo a Yusuke como detective espiritual, y a mí como miembro de su equipo. Los ignoré.
Finalmente, llegamos a la celda de Kurama. Un oni estaba de pie delante de la puerta, un juego de llaves tintineando en sus manos, pero no podía ver dentro de ella aún.
"Tuvimos que darle una celda para él solo," dijo Koenma en voz baja desde su sitio a mi lado. "De lo contrario..."
Comprendí lo que quería decir, e inmediatamente sentí asco.
El oni se movió hacia un lado, la vieja puerta de barrotes se abrió con un ruidoso chirrido, y seguí a Yusuke dentro de la celda. Koenma se quedó fuera.
La celda era pequeña, lo bastante grande para una cama, y un pequeño espacio para andar al lado. No había ventanas, sólo los barrotes que daban al pasillo.
Kurama estaba tumbado en la cama, su pelo rojo extendido sobre una almohada blanda. Estaba cubierto de sellos, y le dirigí a Koenma una severa mirada desde dentro de la celda.
"Teníamos que hacerlo," respondió, entendiendo automáticamente mi enfado. "De lo contrario, podría escapar fácilmente."
Por supuesto que Youko Kurama podría escapar. Incluso cubierto con todos esos sellos, probablemente podría haber encontrado una salida. Si él quisiera.
Parecía estar dormido, y Yusuke tocó su hombro suavemente. Sus ojos esmeralda se abrieron lentamente, brillando, y nos sonrió con tristeza.
Mis ojos se ensancharon al mirarle. Sería estúpido negar su belleza. Era evidente, incluso para mí, y yo no era de los que negaban la evidencia. Pero,. ¿por qué mirarle hacía que mi corazón palpitase?
"¿De visita?" Preguntó débilmente, visiblemente aturdido, cortesía de los sellos. Después me miró a mí, y una verdadera sonrisa iluminó su cara, abandonando la tristeza que la otra había contenido.
"Hiei," dijo con voz queda, visiblemente sorprendido. "¿Qué estás tú haciendo aquí?"
"Baka," mascullé. "Hemos venido a encontrar un modo de sacarte de aquí. ¿Por qué no iba a estar aquí?"
Parecía inseguro, y estaba visiblemente siendo afectado por los sellos. "No pensé que te importaría."
Me quedé en silencio. ¿Por qué me importaba? Si fuese cualquier otra persona, con la excepción de Yukina, ni me estaría molestando.
"Hn. Yo no dije que me importara. No lo conviertas en algo que no es."
Kurama soltó una pequeña risita ahogada, un sonido débil que me hizo estremecerme. "Claro que no. Te he echado de menos, Hiei."
Oh sí. Los sellos definitivamente le estaban afectando.
"Sólo has estado aquí unos días, zorro." Es lo que había tardado Koenma en terminar el papeleo para hacer una visita.
"¿Unos días?" Preguntó, viéndose angustiado. "Ha... ha parecido mucho más tiempo."
Este lugar ya le estaba consumiendo. Su espíritu de youko estaba moribundo. Aparté la mirada de él, apretando los puños.
Yusuke había permanecido callado durante todo nuestro intercambio, pero aprovechó ese momento para hablar. "Kurama," empezó. "Necesitamos que nos digas todo lo que puedas sobre Nekura."
La expresión de Kurama se ensombreció ante el nombre, y se dio la vuelta en la cama, quedando de cara a la pared. "Marchaos."
Yusuke le miró boquiabierto. "¡Estamos tratando de ayudarte!. ¿Es que no quieres salir de aquí?"
"Maté a un humano. Estoy cumpliendo mi condena."
"Cien años, Kurama,. ¡eso es mucho tiempo! Y nosotros sabemos que normalmente no habrías hecho algo así," dijo Yusuke.
"Ahí es donde os equivocáis." Kurama todavía nos daba la espalda, pero podíamos oír su voz muy bien, y los ojos de Yusuke se ensancharon sorprendidos. "Ésta es exactamente el tipo de cosa que normalmente haría. Viví de muertes y robos durante más de mil años. Incluso si lo que pasó con Nekura no fue culpa mía, todos los otros en mi pasado sí lo fueron. Cumpliré mi condena."
Esa opresión en mi pecho se estaba convirtiendo en un dolor sordo, haciéndose más agudo con cada palabra que él decía. En un impulso, mi mano se movió rápidamente y agarré su hombro, girándole para que me mirara. Traté de hablar, de decir algo que hiciera que este molesto e inexplicable dolor se marchara, pero sólo una palabra se escapó de mis labios.
"No..."
Los brillantes ojos verdes me miraron pasivamente, buscando algo. De repente, su expresión se suavizó, y asintió. Luego, antes de ni siquiera pudiera reaccionar, agarró mi capa y estiró hacia adelante. Sus labios estaban a centímetros de mi oreja, y me estremecí cuando sentí su cálido aliento en mi piel.
"Revisa las almas que fueron recogidas durante el torneo. Ésa es la respuesta."
Su voz era tan baja que casi no oí sus palabras, pero él ya me estaba apartando, ahora mirando a Yusuke. "Mi madre estará preocupada. Decidle que... estoy bien. Inventaos algo. Por favor."
Yusuke asintió, y sin más palabras, salimos de la celda. Pude sentir los ojos de Kurama en mi espalda todo el tiempo.
Nos reunimos con Koenma mientras esperábamos que el oni volviera a cerrar con llave la puerta de la celda, y el pequeño dios preguntó, sin mirarnos, "¿Averiguasteis algo útil?"
Yusuke me miró un instante. "Eso espero," dijo.
Permanecí en silencio mientras volvíamos por el vestíbulo, los gritos y las maldiciones de los otros prisioneros entrándome por una oreja y saliéndome por la otra. Yusuke estaba hablando tranquilamente con Koenma.
"¿Qué le digo a la madre de Kurama? Estará preocupada por él. No puedo creer que no haya pensado en ello antes."
"No te preocupes por eso. Todos los recuerdos de su hijo han sido borrados," dijo Koenma.
Alcé la vista de repente. "No se lo digas a Kurama."
"¿Por qué?" Preguntó Yusuke. "¿No se alegrará de saber que ella no está sentada en su casa, toda sola y preocupándose por él?"
"Su madre humana es lo único que le ata al mundo humano, y su moral. Si ella se ha olvidado de él, no verá ninguna razón para seguir viviendo en la pacífica forma de Shuichi. Y esta cárcel no le detendrá si decide escaparse."
"¿Por qué te importa?" Preguntó Yusuke, repitiendo la anterior pregunta de Kurama. "¿No habías querido siempre que Kurama volviera a ser lo que era?"
No contesté, y Yusuke finalmente dejó el tema, pero la pregunta seguía pesando en mi mente cuando salimos de la prisión.
Bueno, FanFiction empezó a ir mal y esto ha hecho que me retrase al publicar el nuevo capítulo. Y pensar que me maté a terminarlo para el día que tocaba... si lo llego a saber me lo tomo con más calma u.u
Esperaré con ganas vuestros comentarios y reacciones sobre este capítulo, a ver qué os ha parecido n.n
Muchísimas gracias a todas las personas que se prestaron a ayudarme con la palabra "wards", os estoy enormemente agradecida. Al final, y si me decís que se entiende bien, lo dejaré como "sellos".
Oh, y que se me olvidaba, muchas os preguntabais qué fue lo que le dijo Kurama al oído a Hiei. Bien... pues queda para la imaginación de cada una XDD Lo digo en serio, no es por ser mala, pero es que no se llega a saber.
Y bueno,. ¡hasta la próxima semana!
