Capítulo 9
-- Kurama's POV --
Abrí los ojos perezosamente, dándome cuenta de dónde me encontraba con visión borrosa y desenfocada. Todavía estaba apoyado contra la pared cerca de los barrotes de mi celda, pero Hiei no estaba. Debía haberse ido después de que me quedara dormido.
Intenté levantarme, y descubrí que no tenía la fuerza para hacerlo en ese momento. Maldiciendo silenciosamente los sellos que cubrían mi cuerpo, relajé mis fatigados músculos y me desplomé en la anterior posición. Mis ojos se cerraron lentamente, y sentí que me deslizaba de nuevo hacia el difuso mundo de los sueños en el que pasaba la mayoría del tiempo últimamente.
"Hermoso youko... Qué hermoso pequeño youko..."
Mis ojos se abrieron de golpe, una presión apareció en mi pecho al ser inundado por el miedo. Esa voz...
Lentamente, giré la cabeza y me esforcé en conseguir que mis ojos enfocaran la celda que había al otro lado del pasillo, delante de la mía. El demonio que ocupaba la celda me estaba observando con unos relucientes ojos azul claro. Unos ojos muy familiares. Pero ahí era donde la familiaridad terminaba.
El demonio tenía un largo y despeinado pelo rubio, la mayor parte del cual estaba recogido en una aflojada cola de caballo, aunque la mayor parte del pelo se había escapado de su sujeción y estaba enmarcando desordenadamente su cara. Habría parecido totalmente humano, excepto por dos pequeños cuernos sobresaliendo de la frente, y sus orejas bastante puntiagudas, las cuales estaban prácticamente ocultadas por su pelo.
Estaba estirado en la cama con despreocupación, evidentemente no sufriendo por los sellos como yo, aunque no parecía para nada racional. Sonrió, dejando ver unos dientes afilados y puntiagudos.
"Sí, él es un youko muy hermoso, todo disfrazadito de humano. ¿Por qué no te quitas la máscara, zorrito? Apuesto a que eres todavía más hermoso debajo."
En mi debilitado estado, su voz resonaba horriblemente, y acerqué las rodillas a mi pecho, conteniendo un quejido mientras buscaba mi youki, pero era incapaz de encontrarlo. Estaba indefenso. Igual que antes...
Se rió en voz baja, un sonido que envió escalofríos por toda mi espalda. "Tuvo un visitante ayer por la noche. El hermoso y pequeño youko tuvo un hermoso y pequeño demonio de fuego haciéndole compañía. Qué encantador. Qué repugnante y asquerosamente encantador."
Intenté levantarme otra vez, sólo para escaparme del sonido de su voz, pero tropecé y caí al suelo. Sentí un dolor punzante en mi rodilla al golpearme con el duro suelo de la celda, pero el dolor fue sordo y lejano. Parpadeé, tratando de aclarar mi visión difusa, y me esforcé en levantarme del suelo. Resbalé con algo húmedo, y caí una vez más. Miré hacia abajo y encontré sangre cubriendo el suelo que había debajo de mí. Eso era raro. ¿Quién estaba sangrando?
"Ahora recuerdo quién eres."
Miré hacia donde procedía la voz otra vez, el miedo aumentando en mi pecho.
"Lo había olvidado, pero ahora me acuerdo. Oh, sí. ¿Es humano o demonio? La peor clase de demonio. Todo una máscara... el pequeño Shuichi es sólo una máscara. Aunque una de hermosa. Me gusta. He cambiado de idea. No te quites la máscara. Nadie quiere ver el monstruo que hay debajo."
"Para..." mascullé con voz ronca, demasiado débil para hacer nada más.
Ante mis palabras, salió rápidamente de la cama, moviéndose para situarse delante de los barrotes de su celda. Unos brillantes ojos azules me observaban mientras se agarraba a los barrotes, y sonrió otra vez.
"¿Parar? Oh no, no pararé nunca. No hasta que estés muerto."
--------
-- Hiei's POV --
"¿Y bien?" Le exigí al pequeño semidiós sentado delante de mí. "¿Podemos soltarle ahora?"
Koenma suspiró con dramatismo, sus ojos descendieron. "Temía que algo así pasaría."
"¿Temías?. ¡Esto es bueno! Si tengo razón, entonces el alma desaparecida de Karasu demuestra que Kurama no mató sólo a un humano."
"No, Hiei," dijo Koenma con calma. "No lo es."
Le dirigí una mirada feroz, y dije con los dientes apretados, "¿Por qué no?"
"Porque si Karasu efectivamente poseyó o se fusionó con Nekura, entonces necesitaríamos el alma de Nekura como prueba de ello. Que el alma de Karasu no aparezca no demuestra que poseyera al chico."
"De acuerdo," dije. "Entonces cojamos el alma de Nekura. Botan la recogió justo después de encontrarnos a nosotros con el cuerpo,. ¿no?"
Koenma siguió con la vista fija en su mesa.
Mis ojos se ensancharon. "¿No lo hizo?"
Por fin Koenma alzó la vista. "No, Hiei, no lo hizo. El alma de Nekura ya se había ido cuando Botan llegó allí."
"¡.¿Qué?.!. ¡.¿Y por qué no me lo has dicho antes?.!"
"Porque sabía que reaccionarías así."
Miré a Koenma enfurecido durante un momento, después empecé a pasearme por su oficina. "Tenemos que encontrar esa alma. Si en verdad se fusionó o absorbió la de Karasu, entonces puede que posea a otro y vaya detrás de Kurama otra vez."
Koenma estaba asintiendo, mirando al vacío pensativamente. "Y si podemos encontrar el alma, y examinarla, puede demostrar que Kurama es inocente."
Dejé de pasearme. "¿Cómo se examina una alma?"
El pequeño dios movió una mano distraídamente. "Es un proceso muy complicado, no lo entenderías. Tenemos que centrarnos en encontrar esa alma."
Me quedé en silencio el tiempo suficiente para mirar ferozmente a Koenma de nuevo antes de volver a mis paseos. "Tenemos que hablar con Kurama otra vez."
"¿Por qué?"
"Porque si Karasu realmente controla su alma, entonces lo primero que va a querer hacer es estar cerca de Kurama. Lo que significa que va a buscar un cuerpo que esté cerca de Kurama."
"Cierto. Así que tenemos que preguntarle a Kurama si se ha fijado en si hay alguien cerca de él que esté actuando de un modo extraño."
Asentí.
"Bien, parece que tendré que arreglar otra visita a la cárcel," dijo Koenma, suspirando. "Mi padre va a matarme."
Puse los ojos en blanco. "No se moleste, su Real Alteza," dije con sarcasmo. "Puedo entrar yo solo."
--------
"Hiei," dijo Kurama, sonriéndome con los ojos medio abiertos. "Has venido a verme otra vez. Esto sería mucho más divertido si yo no estuviera encerrado en una celda."
Sentí que mi cara se calentaba al oír sus palabras, preguntándome si había malinterpretado su significado. Sacudiendo la cabeza, intenté fingir que no le había escuchado.
"Mira, Kurama, tengo que preguntarte algo," dije en voz baja. "¿Te has fijado si alguien en la cárcel está comportándose diferente cerca de ti?. ¿Quizá un guardia o uno de los prisioneros?"
Sus ojos parecieron despejarse un poco cuando dijo, "¿Diferente cómo?"
"Sólo diferente."
Kurama pareció que estuviera a punto de decir algo, pero se detuvo cuando una sedosa voz sonó detrás de mí. "El pequeño demonio de fuego ha regresado para hacer otra visita. Es tan encantador por su parte de hacerle compañía a su zorro."
Me estremecí, y un pequeño quejido escapó de la garganta de Kurama, aunque no hubo ninguna otra reacción. Me di la vuelta, quedando de cara a la celda al otro lado de la de Kurama, y miré con odio al demonio rubio que la ocupaba.
"El pequeño demonio de fuego será mejor que se vaya. Sería una lástima que uno de los guardias le pillara aquí. Aunque quizá le gustaría compartir una celda con su zorro."
Fui a coger mi katana, pero la voz de Kurama me detuvo.
"No lo hagas, Hiei."
Me volví a girar hacia Kurama, y pregunté, "¿Te ha estado molestando?"
Hubo una discreta risa detrás de mí, y me di cuenta de que Kurama no me estaba mirando a mí, sino a algo por encima de mi hombro. Sacudió su cabeza con rotundidad, sus ojos esmeralda muy abiertos.
Suspirando, me volví a agachar. "Ahora tengo que irme, Kurama, pero volveré."
Agarró mi muñeca otra vez, y me asusté al ver el miedo en sus ojos. Me estaba agarrando tan fuerte que casi hice una mueca de dolor, pero mantuve mi expresión neutral.
"No me dejes, Hiei," susurró con urgencia. "Está más cerca de lo que crees. No me dejes con él."
Me estaba suplicando con sus ojos, y sentí romperse algo dentro de mí. Al diablo con Koenma y sus leyes. Iba a sacar a Kurama de aquí ahora mismo. Pero entonces oí un ruido por el pasillo, y me puse de pie rápidamente, dando un tirón con el brazo para que Kurama me soltara.
"Tengo que irme," susurré. "Lo siento. Volveré."
Y con eso, me fui.
¡Saludos! No, no me he confundido, soy consciente de que estoy publicando un día antes. Como estoy tan contenta de que os esté gustando tanto este fic (supera de largo el número de lecturas de "No me preguntes" y mira que era difícil n.n), os lo sirvo un día antes como regalito.
Que disfrutéis de las vacaciones de semana santa, tengáis los días que tengáis de fiesta n.n
¡Hasta la próxima actualización!
