Romantic situations, although somewhat embarrassing
Ninguno de los dos pudo disimular que a partir de ese acercamiento comenzaron a pasar más tiempo juntos, incluso descubrieron cosas nuevas, entendieron que no sólo discutieron, sino también que disfrutaron de la compañía, que la denominación de "compañeros" o "amigos" no fue suficiente, ambos sintieron algo más especial el uno por el otro, ¿cuál era el sentimiento? Amor, sí, iban enamorándose, por su parte Druig nunca tuvo una relación romántica, así que estuvo nervioso, ¿qué tal si lo arruinó todo de repente? Las dudas no cesaron, pero, en esos momentos recordó que el contrario lo acompañaba, fueron a revisar una zona cercana, donde detectaron ataques a animales, sólo que los restos lucieron diferentes a los de una muerte natural o a causa de la edad, esto despertó la sospecha de las personas de la aldea, enseguida tomó la decisión de investigar, aunque Ikaris de inmediato se puso terco en acompañarlo, no quiso decirlo de forma tácita, sin embargo, le inquietó que algo malo pudiera sucederle al otro Eternal. Así continuaron indagando acerca de posibles pistas en los alrededores, no obstante, un Deviant emergió de la tierra, había permanecido oculto, la criatura no demoró en lanzar ataques por doquier, lo malo radicó en que uno de ellos tomó desprevenido a Druig, causando una herida en su abdomen, eso dolió, no era un experto en el área de combate, eso tampoco significó que peleó del asco, sólo que no era de sus puntos más destacables. El azabache al ver lo sucedido, lanzó rayos en distintas zonas de su oponente hasta que logró acorralarlo al sumergirlo en medio de piedras pesadas y clavándole árboles, dio el golpe final al darle de lleno sin parar en un lugar específico, acabando con su enemigo, lejos de celebrar, se apresuró a auxiliar al contrario, no dejó que realizará movimientos bruscos, cargándolo entre sus brazos, mientras emprendió vuelo de regreso al hogar del menor. Pronto ingresaron, acomodó a Druig encima de la cama, mientras comenzó a atender las heridas. Concentrado en lo que iba haciendo, unos minutos posteriores finalizó de atenderlo, nunca se sintió tan… preocupado por el bienestar de alguien más, cuando fue pareja de Sersi, lo admitió, sí, tendió a comportarse un tanto protector, pero, con él aumentó de nivel esa faceta, tal vez porque entendió que el contrario pudo defenderse, de acuerdo, pero, en algunas situaciones no podrá evitar los posibles daños que reciba el joven. En un afán de calmarse, unió sus labios con los adversos en un suave beso, tratando de expresarle que tuviese cuidado.
—Sé que no eres frágil, pero, ten precaución, ¿entendido? No quiero que los Deviant te tomen con la guardia baja.—no fue una orden, se trató de una petición, la cual esperaba que el otro pudiera seguir, debido a que no sabría que hacer si llega a lastimarse de gravedad. Sin previo aviso, lo abrazó, hundió su rostro en el hombro ajeno, donde apartó la tela de la camisa hasta que mordió la piel, dejando una marca de su acción. —que tentador sería hacerte gritar mi nombre…—si estos días pudo controlarse, evitando hacer algo indebido fue porque no deseó incomodarlo ni volver el ambiente tenso entre ellos, pero, llegó a una clase de límite. En sus conversaciones fue capaz de averiguar distintas expresiones del menor, como lució avergonzado, frustrado, triste, también emocionado, él adoraba leer, sumergirse en medio de las letras escritas en las páginas de sus historias favoritas, contemplar los paisajes nocturnos, en especial cuando la Luna Llena acaparaba el amplio firmamento durante las madrugadas.
—Tendré cuidado, ¿satisfecho? Sólo fue un pequeño descuido, subestime la velocidad de ese Deviant, no volverá a suceder.—pensó en agregar algo más a su contestación, pero, en cuanto recibió la mordida en su hombro soltó un pequeño jadeo de sus labios, tal acción lo estremeció, el contrario en los últimos días estuvo sorprendiéndolo en varias ocasiones, no fue desagradable, sin embargo, eso no dejó que fuese un tanto penoso la reacción que tuvo.—maldición, Ikaris... me muerdes, tienes tal atrevimiento y rematas con esa insinuación directa, que conveniente para ti que yo también desee lo mismo.—anhelaba establecer un vínculo con el azabache, uno que pudieran llevarlo a cabo en una habitación, dando rienda suelta a sus deseos ocultos, los que experimentaron el uno por el otro.
—No, no lo estoy… no permitiré que salgas herido de nuevo, si tengo que vigilarte con más detenimiento, lo haré.—desde que pudo recordar, siempre consideró importante proteger a los suyos, aunque en el caso del menor adquirió más relevancia, ya que se trataba de quien le interesaba tener como pareja, pero, en especial porque él era… todo lo que alguna vez anhelo.—la sutileza no es lo mío, creo que ya lo sabías, ¿no? Con que deseas lo mismo… tendrás que ser específico en lo que te gustaría que hiciera, Druig.—en un afán de verlo con otras expresiones, dirigió su diestra por debajo de las prendas superiores del otro, empezando a acariciar su abdomen, mientras sus labios iniciaron un recorrido en el cuello adverso, dejando besos húmedos a su paso, a la vez que su rodilla se metió entre la abertura de las piernas ajenas para dar comienzo a una fricción, que le robó más que suspiros al más joven de ambos.
Druig no negó que se sintió tan bien…pese a que varios asuntos rondaron por su cabeza esta mañana, el contrario era capaz de hacerlo olvidar sus inquietudes, preocupaciones de la aldea, temores de que esto pudiera terminar con resultados nada positivos, pero, dejó que él se fuera apoderando de su corazón, a estas alturas no pudo negarle la entrada, dejando al descubierto su alma, siendo el mismo. Un poco aturdido a causa de la cercanía que mantuvieron, agarró la camisa ajena hasta que unió sus labios con los adversos en un beso apasionado, cerrando sus ojos, disfrutando del contacto que siempre le otorgó esa sensación de seguridad, dándole la sensación de sentirse querido y protegido.—Serás un idiota, pero, te necesito… anhelo tu toque sobre mi piel, Ikaris.—pronunció, agarró una de las manos adversas en un suave agarre, contemplando la mirada ajena, con una sonrisa en sus facciones, colocó la mano en la zona de su pecho, justo en su corazón.—¿escuchas el sonido, ese ritmo acelerado? Es por ti, me voy enamorando de una forma tan profunda y abrasadora, quiero encontrarme entre tus brazos. Contigo puedo descubrir lo que en verdad es ser feliz, significas una oportunidad de conseguir lo que siempre busque y que en ti hoy encuentro.—no hay ningún rastro de duda en su contestación, dejó a un lado la razón y lógica, para escuchar a lo que dictaba su lado emocional, permitiéndose soñar con la ilusión de permanecer al lado suyo, dando acceso a que este sentimiento se apoderase de su ser, de imaginar los lindos momentos que pudieron compartir ambos a lo largo de sus existencias, superando las adversidades, pero, demostrándose ese amor mutuo a través de gestos llenos de afecto, uno incondicional y que iba cobrando fuerza conforme fue transcurriendo el tiempo.
Por su parte Ikaris sonrió leve al escucharlo, al parecer estuvieron en condiciones similares, si era sincero consigo mismo nunca imaginó que pudiese enamorarse de nuevo, después de lo que sucedió con Sersi, no creyó merecerse a nadie, sin embargo, las cosas sucedieron por algo… las circunstancias cambiaron, incluso su papel como fiel seguidor de las ordenes de Arishem no cobró relevancia en esos instantes, ¿cuál era el motivo? Lo que provocó la presencia de Druig, se sintió perdido durante siglos, vacío, sucumbiendo ante la soledad, alejado de sus compañeros, si no era un soldado, entonces, ¿qué más podría realizar? ¿cuál era su verdadero propósito? Recorrió distintas ciudades del planeta, aprendió un poco acerca de los humanos, dándoles el beneficio de la duda, aunque pronto observó como la búsqueda del poder fue la perdición de varios al querer obtener bienes materiales o en dado caso guiarse por el egoísmo. Presenció actos de crueldad, ¿pudieron considerarse seres humanos cuándo lastimaron a otros? ¿qué sintieron al arrebatarles la vida a inocentes? No entendió como Sersi y Druig vieron la bondad en ellos, no obstante, de repente apareció una clase de señal, un suceso cambió todo lo que pensaba. Un cariño indescriptible al ver que una madre entregó su último aliento con tal de proteger a sus hijos, un sacrificio en son de darles protección a sus retoños, pues, unos sujetos atacaron la vivienda de esa familia. No le costó trabajo derrotar a los delincuentes, no sintió culpa con asesinarlos, dejándolos agonizar a un ritmo lento, se tuvieron merecido ese sufrimiento, pero, a su parecer en ocasiones hay destinos peores que la muerte. Llevó a los menores a un lugar seguro, mientras pensó que hacer… hasta que optó en buscar a Druig, elección que fue la correcta. Desconozco lo que pueda suceder en un futuro y sé que tengo muchas fallas, pero, lo que si te prometo es que estaré contigo en medio de lo próspero y adverso porque te amo demasiado, Druig, estoy enamorado por completo de ti, quiero dejarte en claro que esto es real, expresándote lo profundo que son mis sentimientos.
—Eres hermoso… te admitiré que antes de venir aquí, me sumergí en una oscuridad, siempre me pregunté porque defendías tanto a los humanos, querías protegerlos, pero, algunos asesinaron, saquearon pueblos, no les importó asesinar a niños, mujeres… pero, ya voy entendiendo porque decidiste creer en ellos, no todos tienden a tener un comportamiento destructivo, unos cuantos me demostraron que están dispuestos a cuidar a sus seres queridos. A pesar de que te sentías decepcionado de ver guerras, tanta sangre derramada a tu alrededor, tu esperanza no desapareció, tu cariño por ellos no se desvaneció. Posees un gran corazón, uno dispuesto a perdonar, Druig, esa es una de tus cualidades que más me ha cautivado de ti. Te has convertido en mi luz, Druig…—selló su respuesta al besarlo en los labios con suma suavidad, trasmitiéndole su afecto incondicional, mientras lo sujetó de la cintura hasta acercarlo lo suficiente; en un ágil movimiento lo colocó encima de su regazo, sonriendo de medio lado al ver la expresión de sorpresa del contrario.
El menor no demoró en sentirse un poco sorprendido de la posición actual en la que se encontraba, pero, no pudo dejar de sonreír después de la respuesta del azabache, sintiéndose más que conmovido, tanto que unas cuantas lágrimas de felicidad escaparon sin permiso de sus ojos.—Gracias por decirme cosas tan sublimes, cada una de ellas es sincera, sé que no podrías mentir al respecto, a pesar de lo que ha sucedido en estos siglos, nunca perdí la esperanza en la humanidad, tienes razón… no negaré que algunos son crueles, sanguinarios y egoístas, pero, como acabas de mencionar, también hay unos capaces de dar todo en son de proteger a su familia, un acto de amor inquebrantable, libre de condiciones. Confieso que no creí enamorarme, veía desde lejos como todos iban formando lazos, pensé que iba a encontrarme solo, de lo cual no me quejaba, pero, sí que soñaba con formar mi hogar en compañía de quienes me importaban. Cambiaste el panorama en cuestión de días, destruiste las barreras que construí para evitar el sufrimiento, sin embargo, he comprendido que el amor verdadero implica dolor, si tuve que pasar por experiencias difíciles… no tengo nada de que arrepentirme si hoy puedo estar junto a ti, Ikaris porque yo también te amo…—estando cerca comprendieron lo que conllevo el significado de un amor incondicional, uno que les otorgó una inmensa dicha, el ritmo de su corazón marcó un compás acelerado, la emoción comenzó a albergarlo, por lo que escondió su rostro en el pecho adverso, apreciando la grata calidez que emanó del cuerpo ajeno.
—No será fácil, habrá complicaciones, pero, estaremos bien, podremos sobrellevar la situación, ¿de acuerdo? No dejaré que vuelvan a lastimarte, ya sean Deviants o cualquiera que tenga el atrevimiento de dañarte, no lo permitiré. Igual, que no tengas ninguna duda de que cada día pienso volver a conquistarte porque esto que siento por ti perdurará toda la eternidad, tenlo por seguro, Druig.—depositó un beso en el dorso de la mano ajena, mientras sonrió con sumo cariño al ver las reacciones de pena que lucieron visibles a la vista de parte del otro Eternal, en serio que era tan lindo, ¿acaso no se percataba de ello? Estableciendo esa promesa, formalizaron su relación de pareja. A lo largo del día atendieron asuntos que quedaron inconclusos, en cuanto llegó la noche, se acostaron abrazados en la misma cama, cubriéndose con unas sábanas, Druig suspiró por la sensación reconfortante que le daba la compañía del contrario, en cambio Ikaris yació absorto en cada ocasión en la que sus miradas se cruzaron, perdiéndose en esos ojos tan bonitos de Druig. En cuestión de minutos quedaron dormidos, mañana sería otro día, uno en el probablemente recibirían una que otra sorpresa.
