FIC
Historias de Albert y Candy
reto Cumpleaños 2021
Suspiros Robados
por Mayra Exitosa
Los besos fueron el comienzo de la excitación jamás imaginada, las caricias pasionales se enardecieron en ambos, a tal grado que fueron quedándose desnudos sin meditar que ella estaba comprometida y él ya lo sabía pero en esos momentos no le importaba nada como poseer su cuerpo tan excitado como se encontraba, por lo que la chimenea fue la única luz que les daba, mientras yacían ahí mismo en el estudio en la alfombra recostados jadeantes e intensos movimientos de apertura inicial que saborearon una y otra vez aun en el estado de embriaguez en el que las copas los pusieron en éxtasis general. Ingresar a su cuerpo y ser el primero no fue tanto como desear ser el único, ella lo arañaba y mordía con una pasión que ninguno de los dos se imaginaba despertar, para cuando finalizaban agotados se quedaban ahí mientras afuera llovía a raudales azotando fuertemente los cristales de los ventanales dándole más obscuridad a su atmosfera apasionada. Sentado en el sillón la ayudaba a cabalgarlo, para luego continuar recostados en la alfombra frente a la chimenea que les daba un poco del calor que afuera la lluvia helada no disminuía en nada la intención de continuar por más tiempo a solas sin desear finalizar.
La mañana era de asombro, ambos estaban completamente desnudos, despertaron y lo primero que vio es que nadie ingresara a donde ambos se encontraban, ella apenada se sentaba cubriéndose el rostro tratando de buscar sus prendas visualmente y no las veía, entre escenas que recordaba se vio a si misma lanzando sus prendas menores a la chimenea, por lo que solo traía el traje sastre que por suerte no había aventado también, vio la mancha de muestra de su virtud en la alfombra, y al girar a verlo él coincidía con su mirada fija en la misma parte que ella, le había arrebatado su virtud entre copas y habían yacido haciendo el amor como posesos durante horas de la noche y madrugada, con el frío bebieron y sin meditar se entregaron uno al otro, de inmediato se puso frente a ella en una rodilla y le pidió disculpas, al igual que sabía que estaba comprometida, él se haría responsable de ella, al no haberse prevenido de alguna situación.
Más ella no dejaba de cubrir su rostro apenada y comentaba que su prometido había sido elegido por su padre adoptivo, para que este llevara los negocios de él en un futuro. Por lo que un pintor no podría hacer lo que su padre deseaba y es probable que la rechazaran cuando se diera cuenta que ya no era una dama, sino que se había entregado a un hombre que acababa de conocer. - Tranquila, veré por ti y por los deseos de tu padre, por favor, no nos niegues lo que hicimos de lo cual ambos disfrutamos y lo sabes. - Si, lo sé y no me arrepiento, nunca había conocido a un hombre como tú, y de haberlo hecho antes, te juro que no estaría avergonzada de estar junto a ti, es solo que… mi padre adoptivo tenía tantos planes que había hecho a través de mí.
Con lo que le quedaba de ropa, se vistió y sin esperar a que él la llevara salía de su vida, tan rápido y veloz como había llegado. La tristeza invadía el lugar y él no podía creer todo lo que sentía por haberla poseído, pues sus imágenes de esa noche no salían de su cabeza, hasta que temía olvidarlas, por lo que en su estudio privado decidió pintar esas escenas, todas y cada una de las formas en que se entregaron esa noche.
Tiempo después Candy fue llamada a declarar y se le devolvió su dinero, Albert se encontraba ahí, vio como ella estaba muy seria y por los periódicos supo que no se casaría, ella había roto el compromiso y su padre se había ido a un hospital pues este contaba con una lesión en el corazón. Así sabiendo eso, fue a buscarla ahí en el nosocomio y se hallaba sentada afuera de la habitación, cuando llegó hasta ella, casi se arrojó a sus brazos sin meditarlo llorando y culpándose por la salud de su padre, más él la abrazaba y besaba su cabeza tratando de apoyarla en ese doloroso transe. Ella solo sabía de él que era un pintor, no que manejaba los negocios de la familia, su familiar Niel Legan había pagado una multa enorme por el robo del intelecto, más tenía prohibido vender hasta sus propias obras hasta pasado cinco años.
La partida del padre de Candy la dejaba a ella como heredera universal, más hubo algunos que deseaban quitarle la herencia, y ella estaba sola, sintiéndose apenada por no poder casarse con el hombre que le había elegido su padre, hasta que llegaron esos hombres junto a Albert, quienes la custodiaron en el sepelio donde él estuvo a su lado de manera formal e inseparable.
- Mi padre, me dijo que me amaba y que quería lo mejor para mí. Le pedí perdón por no casarme con Eugenio Lacones, se molestó mucho, porque sabía que me atacarían sus familiares con tal de quitarme lo que toda su vida trabajo. - Eres su heredera, no tienes por qué estar sola, mi gente podrá ayudarte, ellos son mis abogados que vienen a defenderte, así como mis administradores, que viene a apoyar para que los negocios de tu padre no decaigan por nada. Candy giro a ver su rostro ojeroso y un poco más delgado, habían pasado dos meses desde aquella noche en que se entregaron, ella con una sonrisa le dijo, - Me alegro de que vinieras, así no tenía que ir a buscarte. - Supongo que deseas la pintura del paisaje de Lakewood. - No, deseo tu apellido para nuestro hijo, estoy en espera. - ¡Por Dios!
De más esta decir que la pareja se casó y de aquella tristeza con la que su relación había comenzado, pronto se convertiría en alegría para todos. Albert se había enamorado de una huerfanita del orfanato aquel que se había quemado, solo que ignoraba que ella había sido adoptada dos días antes de ese evento, por lo que ella apreciaba mucho sus pinturas de aquel lugar que colmaba sus recuerdos felices de su niñez, su apreciación a la pintura fue precisamente porque en la colina había visto a joven pintar paisajes, y oculta en las ramas de los árboles, lo veía hacer sus bocetos, más nunca pudo ver el trabajo final, hasta esa noche en la que lo conoció.
Su hijo fue el fruto de amor de una noche intensa colmada de pasión, después de esa, hubo muchas más incluso en su embarazo, disfrutando no solo de sus etapas como futura madre, sino pintándola una y otra vez en cada fase de sus recuerdos, de sus ansias y si, también de su embarazo, pero la sección privada era solo para alentarlos a seguir amándose apasionadamente.
FIN
Gracias por el sincero apoyo para continuar escribiendo y sus amables comentarios, Dios las bendiga,
Un abrazo a la distancia
Mayra Exitosa
