Prólogo
Will never be satisfied
08:12 AM.
En la típica fuente entre el edificio del Curso de Reserva y la zona principal de la academia, Hinata Hajime platicaba con Kazuichi Souda y Gundham Tanaka.
—Uuh... Con que Tsukimi-san se enfermo.
Souda lo puso al tanto de todo lo que acontecía el día anterior, obviamente omitió su juego de cartas contra Hagakure. ¿Por qué acabaron haciendo eso en primer lugar?
—Una pena, Sonia-san le llevó algo que Kimura-senpai le dio… Murmuraba cosas raras sobre que navegar en internet era una tortura o algo así.
Lo que había escuchado causó que Hinata quisiera hacer su parte también, pero ya tenía en mente que era demasiado tarde ya que sólo necesitaría reposo por el resto del día y mañana estaría como nueva. Aunque también había cierta alegría porque se recuperase rápido, era inevitable.
—Hinata-kun, ¿tienes algo en mente? Cham-P dice que tienes un gesto extraño —dijó Tanaka.
—Ah, jeje, no es nada. Pensaba un poco en que… Tsukimi-san tal vez debería comenzar a pensar en su propio bienestar...
—Con que también escuchaste los rumores... Me pregunto si será cierto —rara vez se le podía ver a Souda siendo tan serio. Era razonable, los rumores a los que se refería no eran cosa de juego.
Tenía que haber alguna verdad enredada en ellos, después de todo surgieron durante los 3 meses que Komaeda Nagito fue transferido al Curso de Reserva.
... ... ...
... ... ...
—¿Qué sugieres, Chiaki? ¿Deberíamos comprar caramelo ya hecho o quemar la azúcar nosotras mismas?
En la cafetería, Nanami Chiaki, Mioda Ibuki y Sonia Nevermind apuntaban todo lo que deberían comprar mañana para la idea que Sonia tuvo ayer; hacer manzanas acarameladas.
En un inicio, eran sólo Nanami y Sonia quienes comprarían las cosas, pero tras mencionar a cierto chico de la clase 78, Ibuki preguntó si podía unirseles.
—Creo que sería mejor quemar la azúcar… El caramelo de mercado no es tan bueno…
A ojos de Sonia y Mioda, Nanami parecía tener algo en mente.
Je, ya suponían que era y con quién tenía que ver.
—Pues ya esta, Ibuki sugiere que invitemos a Hajime-chan.
Toda la somnolencia que caía sobre Chiaki se esfumó y fué sustituida por sus ojos abiertos en sorpresa y un muy, pero muy leve rubor.
La idea tampoco le parecía mal a Sonia. Desde ayer tenía en duda sobre que pasaría si Naegi conociera a Hinata.
—«¿Podrían tener una pelea de espadas con sus cabellos?»
Parte 1
08:36 AM.
—¿Fukawa-san está bien? Se ve muy sonriente... —preguntó Mondo.
—Eck, y no esta mirando a Togami-dono, ¡alguien rompió la tela del espacio tiempo! —Hifumi estába espantado.
En la piscina, la mayoría de los miembros de la clase 78 se habían reunido aprovechando otro día casi libre.
De las 8:00 AM hasta las 12:30 PM, Koichi estaría ocupado en la reintegración de una alumna a la clase 76.
Según él, está alumna tuvo que pasar meses sin ir a clases debido a la naturaleza de su talento y como era útil en una situación "incómoda". También dijo que apartir de la 01:00 PM, se reunirían en el salón para decidir a un representante de clase.
Aoi estaba más que encanta, incluso en algún punto le pidió a Sakura que le ayudase a cargar al restó de las chicas hasta los vestidores para ahorrarse tiempo.
Con la excepción de Touko, Celeste, Junko y Mukuro, todas se cambiaron y entraron a la piscina.
Celeste decía que ella estaba bien así Touko era terca a no quererse acercar al agua, como un gato. En cuanto a Mukuro y Junko, se negaron desde el inicio, todos suponían que ya se habían ido de la academia a alguna parte de la ciudad como suelen hacer incluso a mitad de una clase.
—Me gustaría aprender a hacer un clavado y parecer bala —Hagakure se perdía en esa fantasía.
Entre la plática de Aoi, Sayaka y Kyoko, los consejos sobre ejercicio que Sakura había empezado a discutir con Ishimaru y Chihiro y el debate de Makoto y Leon por ver quién debería tener la última silla de playa, Touko no pudo notar las gotas de agua que salpicaron en su dirección.
No sabía si estar fascinada o enojada con lo que pasó ayer mientras volvía a la academia en compañía de cierta chica, Naegi Komaru.
... ... ...
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Día anterior, 16:43 PM
—Fukawa-san, ¿cómo terminó en este lugar? Nunca escuché sobre que tuviera afición por los videojuegos.
—N-no lo recuerdo, y en todo caso l-los videojuegos no son algo de mi atención…
—Ahmm, ya veo —Komaru se dejó ver depresiva. A Touko no dejaba de parecerle curioso todas las expresiones que está chica podía tener.
Tras recuperarse del shock, Komaru la guío a una de las mesas que estaban a 5 metros de las máquinas de baile, posteriormente la chica Naegi le envío un mensaje a alguien y empezó a tratar de entablar conversación con la escritora. Claro, sin volver a mencionar un tema como el manga porque fué, al pesar de Komaru, la razón por la que venas saltaban en el rostro de Touko por el enojo.
Se estableció el objetivo de que si algún día volvían a verse, le haría ver a Fukawa que el manga era también parte de la literatura.
—Je, jejeje… —de la nada, la escritora se rió teniendo su pulgar izquierdo cerca de la boca —. «Uhm… Es muy diferente a él, e-eso es seguro» ¿S-sabes? Pareces ser muy a-apasionada en cuanto a tus hobbies.
Esto tomo desprevenida a Komaru porque ya se estaba haciendo a la idea de que no tendría nada más que hablar con la tímida escritora. Se preguntaba de dónde venía tal timidez y actitud antisocial así como algunos comentarios hirientes para alejar a las personas de su entorno, tristemente era muy pronto para que ella indagara en un tema así y no estaba segura de poseer las palabras correctas en ese momento.
El punto fue que su conversación tomo por tema todo lo que conllevaba escribir una historia (Komaru nunca le dijo que usaría sus consejos para el manga que soñaba con desarollar).
Podía ser curioso, perturbador y muchas cosas más el hecho de que Touko nunca hubiera tenido una experiencia amorosa y aún así escribiera una novela con un buen desarrollo y entendimiento de la palabra "romance".
Pasaron alrededor de una hora discutiendo antes de que Komaru recibiera otro mensaje.
[Makoto: ¿ya regrésate a casa? Si quieres, puedo llamarle a papá para que pasé por ti]
Le hubiera gustado decirle que se quedaría mas tiempo, pero era cierto. Ya quedaban pocas personas en el arcade y los anaranjados rayos el sol en su atardecer ya caían sobre todo.
Lo mismo se aplicaba a Fukawa, tenía dos kilómetros de caminata por delante hasta llegar a la academia y limitada cantidad de tiempo para "observar" a su "principe".
—Muh, me gustaría seguir hablando con contigo, Fukawa-san, es una pena que el tiempo se haya ido volando.
—S-si, una absoluta pena. E-es divertido introducir a alguien para que escriba algo interesante.
—«Aunque no yo escribiría cosas tan cursis, jeje»
De esa forma, Naegi Komaru y Fukawa Touko salieron del arcade en búsqueda de la parada de autobús que Komaru tomaría. Touko no le acompañaba porque quisiera o por cortesía, si no porque estaba en su camino de regreso a la academia.
—Supongo que aquí nos separamos, Fukawa-san.
La escritora estaba por dar un gesto de despedida habitual, agitar su mano y darse media vuelta en su dirección, por supuesto con más timidez.
—Hey, creo que deberias tener esto, consideralo un regalo.
En determinado momento, Komaru le mostró a Touko todos los boletos que había obtenido en el arcade. Se fue al mostrador y los intercambio por algo que desconocía hasta ese momento.
Lo que la joven Naegi pidió como premio era una pluma con la etiqueta de "60 Boletos", Touko recordaba que Komaru tenía cerca de 200 boletos así que no era una gran pérdida.
Mirando de reojo la pluma, la escritora se dio cuenta de porqué era tan especial.Era una serie especializada para escritura cursiva y con un largo tiempo de vida debido a sus cartuchos de tinta intercambiables. Junto a los cartuchos estaban múltiples puntas para definir la profundidad de la letra, solamente que esas puntas se debían conseguir por internet.
Fuera de eso...
—«¿A-acaso esto es lo que llaman… Gesto de amabilidad…? Es e-empalagoso»
... ... ...
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¿Por qué Fukawa Touko, una chica tan tímida y de aptitudes tan antisociales, con palabras dichas mayormente para alejar a las personas a su alrededor, tuvo tan buena tarde al pasarla junto a Naegi Komaru?
Tal vez era para sentirse bien consigo misma tras lo que había hecho su "otro yo". Ya sabía que los celos eran malos cuando "ella" aparecia, ¿pero ahora su paranoia era tan grande como para atacar a cualquiera que se acercara a su "principe"?
O puede que… Le agradara genuinamente.
Touko no tenía ni idea, pero se sentía bien perderse en esos recuerdos mientras observaba la pluma, olvidándose de toda la locura que sus compañeros causaban alrededor.
—¡Asahina-san, dame un momento!
Por su vista, pasó la escena de Naegi siendo tomado de la muñeca y arrojado a la piscina por la fuerza.
Parte 2
08:59 AM
—Creo que me entró agua en un oído…
Makoto fué de los primeros en irse de la piscina. Por supuesto que estaría encantado de quedarse más tiempo, pero la lucha con Leon por la silla le quitó mucha energía y todavía se le sumaba la carrera de nado a la que Aoi le retó sin razón alguna.
Ya se había cambiado en los vestuarios y dirigia a la cafetería para conseguir algo de comer, la carrera le abrió el apetito.
—Tss, Makoto-chan...
Al pasar frente a su aula, una voz le llamo desde el otro lado de la puerta.
Conocía esa voz, no podía evitar sonar fuerte y en una extraña armonía pese a intentar ser discreta.
—¿Mioda-senpai?
—Makotoo-chaaan, ayúdanos por favor.
Ibuki unió su mano con la de Naegi y lo jaló al interior del aula, ¿desde cuándo era tan fuerte, o Naegi era tan débil?
Ya dentro del aula, Ibuki estaba mirando sus alrededores como si fuera una alarma lista para asustar a quién quisiera entrar.
En el escritorio del profesor, Owari Akane estaba dormida mientras Pekoyama Peko, Komaeda Nagito y Nekomaru Nidai buscaban despertarla pero sin hacer tanto ruido como para llamar la atención de quiénes estában en el exterior.
—Ohm… Ibuki-senpai, ¿qué pasó aquí?
—¿Por el comienzo o cuando todo se salió de control?
—E-eh… ¿Ambos?
—¡Buaaah, Ibuki hizo que Makoto-chan se confundiera! ¡Ibuki ha ganado!
... ... ...
... ... ...
Hace 14 minutos.
—… ¿Por qué están aquí, ustedes dos? —preguntó Peko.
En el que se suponía era el salón de la clase 78, Nagito y Akane estában… ¿Cocinando? Era la única explicación razonable para el humo que provenía de la esquina.
—Cuando pasábamos por la ventana, mi chaqueta se encendió por una explosión en el aula de química. Owari-san me dijo que rodará en el suelo… Entonces ella me pateó para "rodar más rápido" y si querer acabe aquí. La chaqueta se me cayó y termino en la esquina hasta consumirse… Si, eso fue lo que pasó
Nidai y Ibuki no apartaban su vista del humo. En cualquier momento podrían tener la idea de asar malvaviscos, bueno, sólo Nidai.
—Uhm… ¿No es este el salón del amigo de Mioda-san? —Komaeda retrocedió al mirar la estrellas en los ojos del músico, enserio, ¿era biológicamente posible eso?
—¡Yass! ¡Esta es el aula de Makoto-chan! —entonces, Mioda empezó a caminar entré las separaciones de los pupitres.
—He, desde el día que dijiste que practicabas junto a él me pregunté que clase de chico era —revelo Akane.
Parecía que Ibuki no iba a escuchar a nadie, estaba centrada en los pupitres y en encontrar cuál pertenecía a su kōhai.
—Mioda-san si que tiene una buena amistad con el chico —Nidai posiblemente se arrepentiría de sus palabras, activo un interruptor.
—¡Jaja, no sólo buena amistad! —grito el músico rompiendo el silencio que había en la habitación—. ¡Cuando Makoto-chan termine sus prácticas, Ibuki y él formarán una gran banda! ¡Miren, incluso he pensado en nuestra primera canción! —se acercó a Peko y le restregó una hoja pautada.
Cuando se emocionaba, no había quien la detuviese. Nisiquera ella misma podría detenerse por cuenta propia, ahora lo único que la calmaría sería dar un concierto en el aula de música con la persona más reciente en sus pensamientos.
Mientras la observaban, Akane no miró el humo blanco que se levantó a sus espaldas, parecía un fantasma. Al sentirse seco, como si una mano que trataba de materializarse rondará por los mechones de su cabello castaño, la joven Owari trató de mantener su compostura.
—«¡Q-que se alejé de mi!»
Ella nunca dejaría que supieran el único temor que creía albergaba su corazón.
La tensión en sus cuerdas vocales por querer gritar crecía con cada segundo así que realizó la única acción lógica para dejar de sentir a ese "fantasma"… Golpeó su cabeza contra el escritorio.
... ... ...
... ... ...
—Asi que estuvo inhalando humo todo el tiempo…
Ibuki le contó a Naegi lo que creía. Por lo menos Akane podría estar aliviada, nadie sospecharía de su unico miedo.
—No tengo idea de porque Mioda-san te llamo, pero ya que estás aquí, ¿podrías ayudarnos a llevarla a la cafetería? Apuesto a que el olor de la comida de Hanamura-kun la despertará al momento.
—«Un momento… Es cierto, ¿por qué Ibuki llamó a Makoto-chan?» —el músico intentaba convencer a su mente de que era por la ansiedad de tener un concierto de práctica pronto así como querer retarlo a otra carrera y jugar a las escondidas... ¿O acaso estaba buscando una excusa para tener algo de tiempo?—. «¡Buaaagh!» ¡Las emociones son muy raras para Ibuki!
Sin quererlo, acabó gritando sus pensamientos.
—¿Algo anda mal, Mioda-senpai? —preguntó Naegi tratando de cargar a Akane junto a Komaeda mientras Nekomaru los animaba y Peko parecía observarlos como si estuviera esperando que fallaran.
El Músico Definitivo ya no respondió, simplemente se puso a un lado de la puerta y la abrió para que sacarán a Owari.
Justamente, en el momento en que la dirigían a esa salida, una persona se escuchó venir desde el pasillo. Komaeda estaba por decirle a Naegi que le dejarán las cosas a Nekomaru, se quedó petrificado cuando vió lo que la Gimnasta hacía.
Owari Akane se aferro a la espalda de Makoto quien tenía muchas dificultades para sostenerla. La chica había agarrado el ahoge de su cabello así como otros mechones y creía estar manejando dos palancas, ¿qué rayos pasaba por sus sueños? ¿Robots gigantes para hacer comida?
De no se por la ayuda de Pekoyama y Mioda, ambos hubieran caído al suelo y… Naegi ni quería pensar cuan embarazosa sería la situación.
De todas formas fue embarazosa por una cosa: la persona que venía por el pasillo.
Celestia Ludenberg apenas miró que había al fondo para quedarse congelada en su lugar y retroceder sin decir nada ni apartar la mirada. Cualquiera haría eso, no todos los días se podía ver a Naegi siendo usado como Mecha por una Gimnasta.
—"Sigh", tendré que darle una buena explicación a Celes-san.
Parte 3
09:32 AM.
—¿Estás seguro de que ella vive en está ciudad?
—1,000% seguro, muchos de los chicos de la Academia Definitiva vivían en esta misma ciudad. Mis datos dicen que sólo Momota Kaito, Gokkugahara Gonta y Yumeno Himiko se encuentran fuera de la ciudad o del pais.
Desde las 04:00 AM, Amalgama Beta y Monoegi abandonaron Towa City en la travesía para confirmar la existencia de una persona. La existencia de Akamatsu Kaede.
Su búsqueda comenzó en una pequeña zona residencial a 17 kilómetros de la academia. La zona contaba con un gran centro comercial y locales independientes a los alrededores. El centro comercial era el punto de referencia, en ese lugar una hermosa melodía resonaba por la entrada noroeste, cerca de una pequeña fuente de los deseos.
No querían que esto se alargará mucho tiempo por lo que les sería todo un milagro si la persona que tocaba tal melodía era a quien buscaban. Hubo un único contratiempo.
—¡¿No podías comprarte una gorra otro dia?!
Monoegi se hizo pasar por un niño pequeño y tardo 6 minutos comprando una gorra para si mismo. Amalgama Beta se preguntaba si era verdad que estaba en un mejor estado al suyo.
El otro viajero agarró a su compañero de las orejas y se llevó a toda prisa, estaban tan cerca pero tan lejos.
Conforme se acercaban, los comentarios de la audiencia se hacían más claros.
—Heh, es realmente buena.
—Y tiene sólo 12 años, ¿verdad?
—Jaja, la chica asistirá a la Academia Pico de Esperanza, ya lo veo venir.
Tomaron posición tras un pilar que sostenía una maceta, entonces la vieron.
Su distintivo cabello rubio pálido con un pin de notas musicales, solamente su abrigo y falsa con los mismos patrones estabam ausentes, pero sin duda era ella.
Vivía, existía.
Kaede Akamatsu era real, su bello y futuro talento definitivo también lo era, no todo pertenecía a la asquerosa mentira que Team Danganronpa trató de venderle al mundo.
Eso significaba que... Kirumi Tojo, Chabashira Tenko, Amami Rantaro,... Todos ellos eran reales, ahora los viajeros sabían donde estuvieron estos chicos antes de la catástrofe provocada por la Mente Maestra.
Tratando de procesar todo, quedaron cautivados por el sonido que provocaba con el piano. Traía tranquilidad, relación, paz... Pero también nostalgia.
—Que destino más injusto para ella...
—Para todos lo fue. Team Danganronpa arrojó a esos jóvenes a una red de putrefactas mentiras para satisfacer el deseo y morbo de unos cuantos.
Lo que Kaede transmitía al tocar el piano era una prueba, las cosas podían cambiar. Todo iba a salir bien.
La persona a la que recurrieron no estaría sola, su esperanza iba a traspasar barreras y convertirse en algo más. Una sensación que va más allá de la Desesperación, Esperanza, que rompe las barreras de un nublado futuro.
... ... ...
... ... ...
—¿Hoy no fuiste a ver a tu amiga? —preguntó el adulto sentado en el sofá mientras leía el periódico.
—Tio... Me dijo que daría una sesión de piano en el centro comercial, no quería molestar...
El hombre alzó una ceja, no le convencía del todo el razonamiento de su sobrino.
—Lo que tú digas, Shuichi.
Parte 4
10:17 AM, a 6 kilómetros del centro comercial.
Ikusaba Mukuro y Enoshima Junko estaban de compras en la ciudad.
La gemela menor consideró que era muy aburrido esperar a las elecciones de está tarde, así que convenció a la soldado para ir de compras comunes y corrientes.
Ya tenían una enorme pila de bolsas que tristemente Mukuro debía llevar, se debatía internamente si estar encantada o sentirse mal.
—Aaah~, con que la porquería sigue en pie.
Al pasar frente a un pequeño edificio, Junko centro su fria mirada en él.
Parecía ser un edificio de varios pisos, unos dos. Atrás, se podía ver un enorme jardín repleto de pasto natural y juegos que encontrarias en un parque público, solamente en una versión más miniatura.
Un grupo de niños estaba en los juegos de ese jardín.
—Junko-chan, ¿qué es este lugar?
—Pst, hermana tonta. No me sorprende que tu cerebro de gelatina haya olvidado este lugar... Bah, ¿a quién engaño? Yo también me olvidaría de está basura.
Dejando confundida a su hermana mayor, la fashionista tomo una pose de maestra a la par que se colocó unas gafas. Y allí estaba, una de sus personalidades.
—Te sonará el incidente 0-497, teniendo lugar en 1997.
—Teniamos 4 años... —no era fatiga, era la supresión de esos recuerdos lo que hizo sentir mareada a Mukuro.
—Como recordarás mi lamentable hermana, debimos de residir en un orfanato hasta los 6 años... ¿Pero qué pasó cuando teníamos 4? —pese a ser azules, los ojos se Enoshima transmitían una nítida sensación—. Un devastador incendio destruyó ese ya olvidado orfanato, no cobró la vida de nadie... Lamentablemente—ahora estaba triste y con hongos sobre su cabeza.
—Pero si hubo desaparecidos...
—Ding, dong, acertaste, ¡éramos nosotras! ¡Pasamos un año tratando de sobrevivir en está mierda de mundo!—cruzo sus manos y sacó la lengua como un gesto para bandas de heavy metal —. ¡Esos idiotas no nos encontraron hasta que teníamos casi 5 años y nos refundieron en este horrible lugar!
Una mano fría, incolora, ¿monocromática? Estrujó el corazón de Mukuro mientras que otra muy semejante aplastaba su pecho.
No quería saber absolutamente nada de sus días antes de Fenrir, sus días antes de que ella y Junko fueran "algo", aunque ese algo fuese desesperación.
"Ellas nacieron sin esperanza por vivir. Cuando vivieron al mundo, las lágrimas que había en sus ojos eran de desesperación".
Mukuro quería saber si las palabras de su hermana eran reales, después de todo ella sentía repulsión contra esa sensación.
—«¿Junko-chan siempre fue así?»
Inconscientemente, Ikusaba tenía la primera pieza a la llave de ciertos recuerdos.
... ... ...
... ... ...
En el interior de ese mismo orfanato, una jovencita reposaba su cabeza sobre la mesa de la cocina.
Hasta hace poco estuvo pendiente de las dos chicas al otro lado de la calle y que observaban el edificio como si fuera alguna clase de prisión.
Al irse, la joven decidió quemar sus rostros en su mirada por si se volvían a pasar por aquí.
Ya estaba por regresar a lo que estaba haciendo antes de la vigilancia, sólo que alguien le pasó un vaso de agua.
—Maki-chan, deberías revisar a los niños —una anciana de gruesas gafas, baja estatura y expresión que irradiaba amabilidad y humildad paso al lado de la joven de ojos rojos.
—Lo haré, abuela.
Su gafete se dejó ver, en el estaba escrito el nombre; Harukawa Maki.
Parte 5
La hora llegó, el momento en que la clase 78 de la Academia Pico de Esperanza decidiría a su representante.
Tras un gran de contratiempos, el día estaba aquí.
—¿Están listos? Sepan que deben elegir a una persona responsable, que sepa tolerar a los demás y sobre todo... Se asegure de mantener la armonia entre ustedes —clamo Kizakura con todo el orgullo que contenía. En toda su carrera trabajando al lado de Jin, creyó nunca llegar a este momento.
—¡Sensei, todos nos aseguramos de ese último punto! —Kiyotaka fue el primero en levantarse del pupitre.
Entre los alumnos, Byakuya y Junko transmitían una confianza bestial. Claro esta que a la segunda no le hacía tanta gracia la idea, pero si con eso hacia que el heredero Togami sintiera angustia y enojo, con gusto aceptaría.
Nadamás empezar, por supuesto que Mondo y Chihiro propusieron a Kiyotaka con emoción al tope.
—No creo que Ishimaru-dono sepa mantener la armonia con Togami-dono... —en las palabras de Hifumi estaba una verdad, aunque también era para evitar que el Prefecto lo regañara todavía con más intensidad cuando se ponía a leer mangas en clase.
—Jaja, pues ya hombre, yo me haré con el cargo.
Todos ignoraron a Hagakure.
¿Quién era el indicado? Sayaka, Kyoko y Mukuro sabían la respuesta, solamente que esperaban a que los demás cayeran en cuenta.
—¿Podemos descartar a risitos de oro y al gato de Cheesire? —Celeste le lanzó una indirecta a Byakuya y Junko.
—Si risitos lo consigue, no pasará mucho antes de que se le ocurra establecer un sistema de sirvientes —dijo Mondo.
El heredero mostró una expresión severa, no dejándome llevar por las provocaciones mientras que la fashionista mordía con frustración la corona que hace cuestión de segundos adornaba su cabeza
Entre tanto bullicio, una persona finalmente encontró a quien tenía que hacerse con el cargo de representante de la clase.
Era el ideal, después de todo, su altercado con Mondo la primera semana, sus constantes intervenciones cuando Touko soltaba insultos... Trataba que que todos se llevansen lo mejor posible apesar de sus diferencias.
Claro, era un hecho que no sólo él era quien hizo algo para que la clase fuera tan unida en apenas la segunda semana, pero era un engranaje fundamental para el clima de paz y amistad que les rodeaba.
—Uhm... ¿Qué hay de Naegi-kun?
Todos silenciaron ante la pregunta de Aoi.
—Con que te has dado cuenta... —Kirigiri se mantenía calmada y pensativa.
—Fuff, es un alivio saber que no soy la única que piensa en Naegi-kun como buena opción —confesó Sayaka.
¿Cómo se sentía el afortunado? Los nervios le hacían sudar en frío, no era un sensación muy bonita el sentir todas esas miradas clavas en él.
Byakuya ponía un esfuerzo titánico en no protestar, supo que iba a ser inútil desde el momento en que miro las expresión de los demás.
El resultado ya estaba decidido y sólo se necesito una mención.
Conclusión
My Life
Hora: 00:00
Día: 00
Un ferviente vendaval se desató llevándose la estela fría de la noche.
El hombre encapuchado observo desde su parcela repleta de hierba como las luces se encendían en todo el lugar siendo envueltas por la bruma del azulado cielo nocturno.
—Todos tendrán una parte por cumplir...
Regresando a un garage, el hombre miró la corbata verde y gorra negra en la parte superior del armario ubicado al fondo.
Bajandose la capucha, lo demarcado de su rostro y su larga barba con canas se hicieron presentes.
—¿Me habré sobrepasado con ese sueño? —se cuestionó a si mismo.
