Prólogo
Never break the chain
—Uff... Ya está todo. Aquí tienes, Naegi-kun.
Hajime y Makoto se encontraban en las gradas de la pista de carreras.
Las manzanas acarameladas salieron bien y pudieron disfrutarlas... Hasta que la azúcar lleno de energía a Aoi y Ibuki que ahora competencia en una carrera "sónica".
—Chicos, ¿puedo quedarme aquí? "Sniff", Sonia-san también quiere competir —Souda llegó entre gimoteos.
Los chicos solo asintieron y el mecánico se sentó a su lado mientras hacía el esfuerzo para que su postre no se cayera.
—Entonces, Hinata-senpai-
—Por favor, puedes llamarme libremente Hajime.
—Uh... Hajime, ¿tiene tiempo que conoces a Nanami-senpai?
—Asi es. Las condiciones en las que nos conocimos fueron un poco... Peculiares. Pero —observo como se encontraba recostada en la primera grada—, no me arrepiento en lo absoluto.
Makoto y Kazuichi tenían que admitirlo, Hajime no era muy sutil.
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—Te dejo Chiaki, ¿me apoyaras?
—Por su puesto… Solo asegúrate de amarrar tus cintas.
Sonia se despidió de Chiaki y dio pasos agigantados que llevaban una velocidad tremenda. No era mentira decir que era difícil ver su sombra.
—Hmm… Los chicos parecen divertirse —comento observando como Souda, Naegi y Hinata habían formado un círculo y discutían sobre algo, más que en un debate serio parecía ser sobre algo que les divertía—, deberíamos haber invitado a Komaeda-kun... Quería discutir algo con Hajime... Supongo que ya lo habrán hablado.
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—... ¡¿Por qué Nagito propuso un centro de juegos basado en azar y apuestas?! ¡¿Qué no sabe sobre la Apostadora Definitiva de la Clase 78?! ¡Ella casi barre el suelo con nuestro impostor! —grito Souda a todo pulmón. Hasta Hinata y Makoto tuvieron que cubrirse los oídos.
—«Celes-san es famosa...» —tras pensar eso, algo vibró en el bolsillo de Naegi. Era las gafas que Monoegi le creó.
Poniéndoselas con discreción, un logo cuadrado aparecía en la esquina del cristal.
Era un mensaje de Monoegi.
Parte 1
—Con que suerte...
Celestia Ludenberg tenía algo en mente. Durante estás semanas de clase, había sido muy analítica tanto con Naegi Makoto así como Komaeda Nagito.
Aprender más de la teoría de la suerte era todo un goce para la Apostadora Definitiva.
—¿Qué dices, Ludenberg-san? Es una idea interesante.
Con Celestia, Nagito, Fuyuhiko y Peko se habían reunido en la cafetería.
Tenían que tratan un tema y era el de un puesto con juegos de azar, primero fue Komaeda quien se lo comentó a Fuyuhiko al que no le disgusto la idea, solo tenían que hablarlo con la persona experta en estos juegos.
Pekoyama solo estaba acompañando al chico Kuzuryu.
—¿Pretendes que sean apuestas con efectivo de por medio? No me quiero andar con niñerias.
—Por puesto, con efectivo.
La apostadora se llevó uno de sus dedos decorados con lo que parecía una garra de lámina a la barbilla. Podía ser interesante, no tenía porque negarlo.
—Por mi está bien, tenemos que ir con el Consejo Estudiantil entonces, ¿verdad?
—Correcto —respondió Peko—, ya analizarán propuestas en la reunión de representantes de clase.
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—Uju... Me sorprende el talento de está niña.
En el aula de manualidades, se encontraban Byakuya, Mahiru, Kyoko, Mitarai, Leon y Hifumi.
Este último leía una revista sobre algunas noticias de anime, manga y todo lo relacionado al tema
Los demás, cada quien había lo suyo, el único que prestaba algo de atención a Hifumi era Leon.
—¿Nunca te vas a cansar de leer eso...? Oye—el beisbolista consiguió captar un poco del segmento que el dibujante leía hace poco—, creo mi prima hablaba sobre esa niña, ¿no es Shirogane Tsumugi?
—Uhg... Si.
—¿Pasá algo? Parece que la idea no te hace mucha gracia.
Hifumi miró de derecha a izquierda, los demás seguían sin prestarles atención. Hecho eso, tomo a Leon de un brazo y lo acercó.
—No tengo nada contra ella, pero escuche unas cosas... Algo raras.
—¿Raras? ¿En que sentido? Conociendote...
—Oh vamos, ¡¿tan mala opinión tienes de mi?!
Togami los miró con irritación. Lo mejor era bajar un poco el tono.
—"Sigh", ya que. En muchos foros de internet se dijó que la famosa cosplayer juvenil, Shirogane Tsumugi, estuvo en el ojo de un detective aficionado y juvenil con el logro de haber resuelto un caso de homicidio.
Leon miró a Kirigiri para asegurarse de que no escuchase, ella seguía concentrada en lo que trataba de moldear con un poco de arcilla.
—¿Por qué estuvo en eso?
—¿Crees que yo tengo idea? El tema me perturbo así que no quise saber nada más de el —dijo limpiando sus gafas con un peculiar paño.
—Te comprendo un poco... ¿Por lo menos sabes el nombre del detective?
—Dicen que su nombre es Saihara Shuichi, no es alguien muy conocido.
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—La gente y sus rumores —Shuichi suspiro exasperado tras repasar un foro de internet.
Agarró su laptop decidió a entrar el chat de sus redes sociales y observar los amigos que estuvieran conectados.
—Oh, parece que si podré hacer videollamada con Akamatsu-san, Kaito-kun y Shirogane-san.
Parte 2
—¡Bro, ¿lo dices enserio?!
—Si, entraré a estás luchas extrañas, ¡hora de demostrar la valía de los Crazy Diamond!
Ishimaru, Mondo y Chihiro se encontraban a orillas de la piscina, cada uno de los tres levantado pesas afines al físico que poseían.
—Más te vale ser precavido, bro. Si no me veré en la triste necesidad de...
—Ya sé, ya sé, me darás una sanción y llamado de atención, ¿verdad? —Mondo miro como su mejor amigo asentía lentamente—, tú tranquilo, deberían regular las peleas para no causar destrucción o algo así. Y lo digo más por la Clase 77-B que por nosotros.
—Eehck... Owari-senpai y Nekomaru-senpai dan mucho miedo —temblo levemente.
—Ah, Fujisaki-san, ¿no había algo que me quieras contar?
Tanto Chihiro como Mondo se congelaron en sus lugares, Kiyotaka les había recordado lo que le escondían.
—Bro... Ese es un tema para otro día.
El motociclista poso disimuladamente su mano en el hombro de su amigo tratando de darle una señal, lamentablemente el no entendió.
—¡Okey, no hay problema! —mostro una gran sonrisa y su pulgar en señal de aprobación—, iré a los vestuarios, nos vemos en la cafetería.
Miraron como Ishimaru tomaba una toalla y comenzaba su camino.
Era más que un alivio el hecho de que el prefecto se retirará en ese mismo instante.
Una vez estuvieron seguros de que se fue, Mondo habló primero.
—Vaya, aún no comprendo porque solo me lo has contado a mi —comento con una mirada cargada de empatía para Chihiro.
—S-supongo que tarde o temprano alguien lo descubriría... No tenía sentido seguir negandolo.
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Mahiru y Sato no podían creer lo que estaban viendo, Hiyoko era espectadora de un documental sobre insectos.
—Mahiru-chan... ¿No fuiste tú la que dijiste que ella solía pisar hormigas y eso?
—S-supongo que si...
—Hey, tengo las malteadas.
Natsumi haciendo el esfuerzo por sostener tres vasos, era hábil en el intento.
Le dejo a las chicas la que les corresponda pero ni atención prestaron, seguían en el limbo de observar a Saionji y el documental.
—¿Otra vez? ¿Cuántas veces su mente se va a la nada en una semana? «Bleeh, apuesto que Koizumi piensa en Hajime durante ese tiempo»
—E-eh, Hiyoko-chan, ¿quién te sugirió ver eso? —cuestiono Sato.
La bailarína enfocó su atención en las tres chicas.
—Hajime-n, ¡quiero decir, Hajime!
—«Estaba por decir Hajime-nii» —Mahiru encontraba divertidos los intento de Saionji por no mostrarse así.
—Uhm, me entregó esto. Dice que lo vió y parecía interesante.
—¿Y... Bien? ¿Entonces?
—... Tenía razón, el narrador es bueno en lo que hace —admitio derrotada y con pesadez. Se sentia culpable por todas esas veces que piso hormigas—, aunque es mucho menor que yo.
Justamente, el susodicho narrador apareció en pantalla.
Era un joven de largo cabello con tonalidades verdes oscuras, ojos teñidos en rojo que peculiarmente no parecían tener intensión para intimidar y estaba vestido con un traje azulado con las mangas arrancadas.
—《¡Espero que la hayan pasado bien, Gonta se despide de ustedes!》 —dijo como si su felicidad se pudiera transmitir por la pantalla y llegar a los demás, tal vez así eran las cosas.
... ... ...
... ... ...
—¿Un puesto de golosinas?
Como la mayoría de otros días, Seiko, Ando y Sonosuke estában en el aula de química.
—Esa chica, Sonia Nevermind, me dio la idea con lo que decía ayer sobre unas manzanas acarameladas.
—Hhumm... Ojalá pudiera ayudarte —Seiko hizo un gesto decepcionado.
—¿Qué tal si intentan hacer una golosina sin azúcar ni nada que pueda hacerte daño? Vamos, si ustedes dos están juntas, entonces es posible —Sonosuke nisiquiera abrió los ojos al decir eso, seguía saboreando uno de los dulces de Ando.
—Entonces sería posible...
Ruruka estaba feliz de ver a Seiko obviamente sonreía bajo esa mascarilla suya. Hace medio año, entiendo que no era necesario que alguien consumiera de sus dulces para mostrar la confianza.
Se sentía horrible por haber tenido esa creencia por años y arraigada a Seiko más que a nadie.
—«¿Por qué era tan tonta?»
... ... ...
... ... ...
—《¿No crees que es muy pronto? Está bien que quieras sacarlo de ti vida pero pensaba que-》
—Es mi oportunidad perfecta, no la desperdiciare.
Kyoko se encontraba en llamada con una amiga, ella también le había ayudado con casos y estaba metida en todos los asuntos que conllevaba el ser detective.
—Samidare-san... No quiero dudar, ¿me comprendes?
—《Lo hago, Kyoko-chan》
—«Y me sigue llamado así» —suspiró en derrota.
Parte 3
—¿Uh? ¿A dónde fue Makoto-chan?
Ibuki, Aoi y Sonia finalizaron su carrera. Las primeras dos seguían con energía pero lo dado por el caramelo ya se había esfumado.
—Tuvo que ir a su habitación, dijo que se sentía exhausto.
—¡¿Eeeeh?! ¡Eso no es justo, Naegi-kun dijo que gana, compraría donas para todos! —Asahina se quejó.
—Shhh, despertarás a Chiaki.
... ... ...
... ... ...
—¡¿Q-qué?! ¡¿Por qué hay dos de ustedes?!
Makoto finalmente llegó a su habitacion, vaya sorpresa se dio al descubrir un robot similar a Monoegi con la diferencia de estar más destrozado.
—Te dije que iba a ir por el otro, ¿por qué te sorprendes? —Monoegi se mostraba despreocupado mientras bebida una taza de aceite que le robó a Souda.
—N-nunca me dijiste nada...
—Si, lo que digas, yo recuerdo muy claramente habértelo dicho.
Naegi volvió a observar al otro viajero, se preguntaba qué le había pasado para acabar en tan mal estado.
—Oh por cierto, ten —el viajero le ofreció algo a Makoto—, es el pin que me habías pedido, finalmente lo terminé y de ya que estaba hice también otros dos, tu decides que hacer con ellos.
—Aaah, muchas gracias. Al fin se lo podré entregar a Enoshima-san. «¿Cómo voy a mantener a estos dos? ¿Debería conseguir un trabajo a medio tiempo? Un momento... Oh cierto, son robots»
Naegi estaba por salir de la habitación sumido en el tonto pensamiento que acababa de tener cuando otra persona cruzó por su mente.
—«Un pin extra... Puede que le guste»
Sin nada más, se fue así como llegó.
—¿Era necesario que le pusieras un sensor al pin? —Monoegi se quejaba de la extraña implementación que Monoinata hizo.
—Eh... Cincuenta cincuenta, el sensor nos dirá donde podemos encontrar chatarra y cables para repararnos y crear algo de equipamiento, ¿no te parece?
—Ugh, sigues con tu idea rara del James B*nd...
—¡Por supuesto!
... ... ...
... ... ...
—¿Alguna vez te has puesto esmalte de uñas?
Mukuro y Junko estaban en su habitación.
La soldado dibujaba algo en un cuaderno personal, nisiquiera Junko había visto alguna vez su contenido. Tenía un rubor en el rostro y se encontraba perdida en su dibujo, ¿qué era con exactitud?
Antes de tener oportunidad de regresar a lo suyo, Enoshima escucho que alguien tocaba la puerta.
—«Que molestos, a como sea Asahina o Mitarai les cierro la puerta en la cara»
Junko a regañadientes tuvo que abrirla.
—Ikusaba-san, Enoshima-san —les saludó formalmente.
—¿N-Naegi-kun? —Mukuro entró en pánico y escondió su cuaderno a una velocidad extraordinaria.
—¿Qué te trate por aquí, Naegi-chan?
—«¡¿Naegi-chan?!» Yo... Hhumm... Quería entregarles esto.
Makoto extendío su palma, en ella había tres pins que se asimilaban a Monoegi pero con una paleta de colores más suave.
—... Creía que olvidaste —confesó Junko con desconcierto, no estaba mintiendo.
—Para nada, incluso hay uno para Ikusaba-san.
Tenía que fastidiarlo de alguna manera, Junko no tendría diversión hasta hacerlo eso a Naegi y que su extraño razonamiento que el pasaba por "normal" entrara en juego. Seria todo un festín de improbabilidad.
—Ya oíste Muku-nee, acercate para que Makoto-chan te pueda poner ese pin.
—¿E-eh?
Agarrandola del brazo, Junko acercó a Mukuro con Makoto quien seguía en el marco de la puerta. La soldado parecía estar por estallar en vapor como una tetera.
—«Enoshima no debe tener malas intenciones... Además, esto no está tan mal» —se avergonzaba de si mismo por aferrarse a eso.
Makoto inhaló y exhaló con delicadeza, no había razón para sentir nervios y vergüenza.
Mientras tanto, Mukuro cerraba sus ojos con fuerza. Si miraba lo que estaba frente a ella sentía que seria deslumbrada por la luz de esos ojos.
—Yyy, listo.
La oscuridad se aparto de su vista y lo primero que vió fue a él dándole una sonrisa idéntica a cuando le habló por primera vez.
Conclusión
Stay Alive
—Je... Lo tengo.
El viejo hombre salió de su garage sosteniendo la gorra negra, la corbata verde y una capacuha con el logo de una máscara de gas.
—Indagacion... —dijo arrojándo la gorra hacía la luz de la luna.
Algo fracturó el espacio frente al hombre.
—Futuro... —arrojo la corbata.
Otra fractura, está era blanca con rojo.
—...Afortunada esperanza—le prendió fuego a la capucha, pero no se quemó.
Espirales blanquecinas comenzaron a danzar en ese cielo de un azul opaco, el atardecer solo hacia que la vista fuera más... Alienígena.
—Me va a costar un poco —el brazalete que yacia en su muñeca izquierda indicaba la fecha, los tres no estarían con él hasta el domingo—, pero lo sabrás... Necesito hablar contigo.
