Prólogo

Wolf in the Blizzard

—«Desde entonces... Tengo esa pesadilla...»

En un espacio en blanco, Mukuro se encontraba sentada frente a ella misma pero vestida como Junko.

Ninguna se movia, nisiquiera parecían estar respirando, la única acción que sus cuerpos realizaban era... Dejar salir sangre por sus bocas.

—«Una sombra que toma la forma de Naegi-kun aparece... Me dice que descubra mis temores y... Y...»

Lanzas.

La secuencia de decenas de lanzas atravesando su cuerpo corre por la mente de Mukuro y todo en lo que consiste esa secuencia infunda el miedo en su alma.

Aquella silueta que empezó con la secuencia aparece nuevamente, extiende sus manos hasta ella pero no la alcanza. Al no poder alcanzarle, la silueta hace una pregunta.

—‹‹¿Por qué fallaste tanto?››

... ... ...

... ... ...

Ella finalmente abrió los ojos. La mano aplastó con fuerza su pecho tomando algo que era sostenido por una cadena decorativa alrededor de su cuello, era el pin que Naegi le había entregado aquel día.

Ese domingo, ocurrió algo imposible, de los ojos de Ikusaba Mukuro, la Soldado Definitiva y ex miembro del grupo de mercenarios Fenrir... Una lágrima se escapó.

Parte 1

Así como Sayaka era expectante de que este día llegara, también era temerosa.

Hoy era el domingo en el que se reuniría con su grupo para tratar el tema de la llamada que hizo con su manager el otro día. Debería de ser lenta y comentar paso por paso lo que tenía en mente por ya casi tres semanas.

Si los nervios le acababan traicionando, todo se podria venir abajo y era el miedo y ansiedad que su corazón junto a su mente cargaban en este momento.

—«No debo temer nada» —la imágen mental de él tanto en la actualidad como la primera vez que llamo su atención, es decir con aquella grulla, se quemó en su mente para darle la determinación necesaria—. «¡Siempre apuntar hacía adelante!»

Sus pasos se detuvieron gradualmente. Llegó, frente a ella estaba la sala donde su grupo se reunió por un motivo que ellas aún desconocían.

—Sayaka, te estábamos esperando —le habló una de las integrantes, más específicamente, Katayama Hanako.

Katayama guió a Maizono al interior del sala. Sentadas en el sofá estaban Nonaka Megumi y Seiki Shoko mientras que recargadas contra la pared se encontraban la manager del grupo y la última integrante, Tochikura Haruka.

—Maizono —Arai le llamó—, las chicas saben que están aquí por algo de absoluta urgencia, puedes ser tan directa como quieras.

—Eso está muy bien... R-realmente espero que-

—Que seamos comprensivas, ¿no es eso, Sayaka-chan? —Shoko miraba comprensivamente a Maizono conforme se acomodaba el flequillo de su azulado cabello.

Si lo que ella sentía podía llegar a sus compañeras, entonces todo habría valido la pena.

—He estado reflexionando sobre algo... —Sayaka miró al suelo con algo de pena, no era propio de ella—. "El fin de no justifica los medios", alguien me recordó esas palabras hace poco... L-lo que hemos hecho a otros grupos n-no valía la pena, ¡no podíamos encontrar una justificación a nuestros actos más que "es por nuestro sueño"! ¡Un sueño que transtornamos hasta volverlo egoísta!

Se rompió. Por casi tres semanas, Maizono Sayaka estuvo reteniendo estos sentimientos de angustia, enojo, frustración e incertidumbre que nacieron aquella tarde por causa de las palabras de Ikusaba Mukuro y Naegi Makoto.

La idol no quería que sus compañeras la viesen asi, quería que realmente pensaran sobre todo lo malo que habían hecho hasta hoy, no que lo tomaran a consideración por la lástima de ver a Sayaka rompiéndose sentimentalmente de esa forma.

Sin embargo... También era un alivio.

Desde hace días, Maizono se había sentido peor que antes. Todo empezó con un montón de líneas negras con un fondo gris que formaban figuras deformes seguidas de una estática que terminaba haciendo que despertara con dolor de cabeza. Si tuviera que ser comparado con algo, entonces los dibujos de un infante eran el ejemplo perfecto.

—Con que tú también... —Tochikura murmuró. Su respiración era lenta pero firme, algo tenía en mente.

—N-nosotras... Deberíamos motivar los sueños de las demás tal y como aquellas idols que mirábamos en televisión lo hicieron, y en lugar de eso... —era ahora o nunca—. Tenemos que cambiar.

Silencio sepulcral se mantuvo en el aire junto a una atmósfera que, no un cuchillo, solamente una uña podría cortar con el más mínimo movimiento.

—Maizono... —Hanako se levantó, era un poco intimidantemente si se prestaba a atención al hecho de que tenía obviamente su mandíbula apretada, intentaba contener algo.

Sayaka retrocedió unos cuantos pasos al creer que Hanako estaba por darle una cachetada por lo que dijo. Fue todo lo contrario.

Algo cálido rodeó a Maizono... Era un abrazo.

—Al fin... "Sniff", alguien lo dijo...

—Tienes razón, lo que hemos hecho para mantenernos en la cima no tiene manera de justificarse —todo este tiempo que Haruka se había mantenido inmutable no era más que una máscara—, queríamos cumplir nuestro sueño y mantenernos juntas en el camino... Pero no debíamos dejarnos llevar por la ambición de la cruel industria musical.

—No olviden que yo también tengo la culpa —la manager del grupo sostenía un cigarrillo sin encender en los dedos de su mano derecha—. Cuando iniciamos a trabajar, me di cuenta de que querían ser como aquellas idols que les dieron motivación, querían que muchas más no se sintieran solas... Falle gravemente. Les dije que era su elección, pero en ningún momento trate de hacerlas entrar en razón sobre que contradecían, transtornaban y quebrantan las razones por las que se volvieron un grupo de idols, soy un fracaso como su manager.

—No, Arai-san... Le debemos a usted el que llegasemos a este momento —Shoko de igual manera se puso de pie, tomo a Arai de su brazo y la acercó con las demás. Hizo lo mismo con Haruka.

—Maizono-san, sabíamos que dirías esto —la integrante que menos hablaba, Megumi, tenía sus ojos llorosos y voz algo ronca—. T-tenia tiempo que no te veías bien, parecía q-que no te podías concentrar... Eres fuerte, tenías la facilidad de venir y reclamarnos, de echarnos en cara todos lo que hicimos contra grupos rivales por algo que rozaba la paranoia... Pero aguántaste, querías hablarlo con tranquilidad que nos pusiéramos de acuerdo... Y... Y aún así...

Una vez más, alguien rompió en llanto dentro de aquella sala.

Para algunas personas les llegaría a parecer una vista cursi, hasta ridícula debido a que llegaron a un entendimiento muy pronto... Justamente era eso lo que se necesitaba. Ni un intercambio de palabras extenso o una enorme pelea verbal, no era necesario debido a que siempre fueron conscientes de la necesidad de un cambio, lo de ese domingo no era más que el último empujón necesario.

—Tendremos que esforzarnos mucho más que antes... Así que seamos como en nuestro inicio —Maizono colocó su puño contra su corazón, sentía que una nueva flama se encendía—, superaremos todo juntas, haremos que la soledad se aparte y los sueños de aquellas niñas que son como nosotras se vean motivados... Tal vez así... Podamos compensar todos lo que rompimos en nuestro camino a la cima.

Parte 2

Kyoko estaba a un solo paso de entrar en la oficina de su padre.

En la llamada con una amiga, precisamente Samidare Yui, explicó que era ahora o nunca el momento en que debía de enfrentarse con ese hombre. Sacarlo de su vida era la única opción viable después de haberla abandonado para convertirse en director de está academia.

El único motivo por el que Kyoko acepto la invitación de asistir a clases rompiendo una parte el anonimato que la familia Kirigiri mantenía era el enfrentarle por ser el primero en muchos años en desonrrar al apellido y, dicho anteriormente, abandonarla junto a su abuelo.

—«No tienes porque estar nerviosa... Es hora de finiquitar esto» —se dijo a si misma.

Sin prisas llegó hasta la entrada a la oficina del director para encontrarse con que estaba ligeramente abierta.

Era una absoluta contradicción a lo que escucho: "el director tiene una reunión privada", es lo que Yukizome Chisa dijo.

—No estoy en tan malas condiciones como para no seguir supervisando el festival... Aunque déjame decirte que no me da buena espina el análisis tan raro que me realizó-

El nombre no salió de la boca de Jin debido a la gran inhalación que escucho tras su puerta.

Kyoko tapó su boca y levemente la nariz con su mano derecha, vaya error el suyo.

—... No importa, ¿que decías?

Tuvo la suerte de que Jin al parecer tenía prisa con la llamada. Esto ya no era normal, por el tono causal Kyoko suponía que quién estaba del otro lado de línea debía ser Kizakura, ¿entonces por qué la prisa y seriedad?

Justo en este punto el pequeño rompecabezas comenzó a encajar.

Sobre el escritorio, Kyoko pudo observar... ¿Sangre?

—Si... Koichi, no dejes que Kyoko se entere, sé que no le importo en lo absoluto pero... No me sentiría bien involucrandola, igual si los alumnos se enteraran sobre mi condición —Jin se esforzó en decir eso, estar colocando un papel en la fosa nasal izquierda para evitar más sangrado rompía su concentración.

Lo que escucho a continuación rompió el gesto estoico de la detective junto a su calma y determinación. Retrocedió lentamente hasta alejarse de la puerta y estar en una parte del pasillo donde no podría ser vista.

—... Ve... ¿Veneno...? —ella no tenía una buena relación con su padre y apesar de ello, se sentía preocupada—. ¿Lo han envenenado levemente?

Parte 3

—Kyosuke, ¿era necesario que te pusieras a leer eso en este mismo instante?

En una piscina privada que fue rentada por Chisa, Munakata Kyosuke y ella quedaron para verse. Si uno le preguntaba porque solo lo invitó a él, Yukizome iba a mentir diciéndo que tenían que estar solo dos personas obligatoriamente.

—Estaba haciendo chequeo de lo que los representantes de clase deberán de revisar el próximo miércoles.

Chisa hundió su boca en el agua para que Munakata no escuchara lo que decía mientras hacía un puchero. Se supone que ya había entrado en los 20 pero seguía comportándose como cuando tenía 15.

—Heh, con que esas chicas problemáticas también han planeado algo —dijo cuando leyó los nombres de Ruruka Ando y Kimura Seiko.

Chisa trató de irse al fondo de la piscina, no le era muy agraciado recordar como se ganaron el que Munakata les llamase problemáticas. Por supuesto, ahora solo lo hacía como un juego.

... ... ...

... ... ...

Hace 5 meses. Día siguiente a los destrozos que Komaeda Nagito ocasionó en el Gimnasio.

—¿E-eh? ¿Ah? ¿P-por qué es mi culpa?

Eran pocas la personas presentes en el gimnasio, aún así eso no evitó que la atención de todos se viera atraída a lo que ocurría en el mismísimo centro.

Ruruka señalaba con todo su brazo derecho a Seiko como si fuese la culpable de cometer algún crimen.

Había algo que a Gekkogōuhara Maiya, parte de los presentes en ese momento, no le gustaba. Tenía que ver con toda esa cólera injustificada que Ando parecía llevar tiempo reteniendo.

Mientras tanto, la situación no era del agrado de Sonosuke. Desde el día en que fueron casi expulsados y tuvieron que alegar por Komaeda Nagito, notó que algo raro pasaba con su novia. Él no era ningún tonto, no seguiría las aptitudes ciegas que Ando tomaba y en ese momento descargaba contra Kimura Seiko.

Necesitaba un llamado de atención y él conocía a la persona perfecta, por consiguiente salió del gimnasio en su búsqueda.

—¡Por tu culpa, mi perfecta exposición falló! ¡Todo porque confiaste en ese niño raro que no habla más que de esperanza! ¡Que estupidez!

—F-fue... ¡Fue solo un accidente!

Ruruka tuvo un breve shock ante la agresividad de Kimura, que se bajase el cubrebocas fue el factor principal.

—¡Cállate de una buena vez! ¡Siempre supe que no eras confiable!

—¡¿Ah?! ¡¿Solo por no probar tus dulces?! ¡Sabés que tendría problemas de salud, idiota! —Kimura colocó su dedo en el pecho de Ando y la empujó—. ¡Esa era tu tonta razón para tratar de hacerme a un lado y utilizarme, ¿verdad?!

—Qu-... ¡¿Utilizarte?! ¡Aahgg, deja de decir incoherencias!

Las dos ya estaban al borde las lágrimas, querían arrojarse al suelo para que una saliera corriendo sin tener a mirar a la otra.

Chisa, Kizakura y otros maestros se encontraban en el lugar, ¿por qué no habían interferido? Simple: sabían que esa persona que Sonosuke traería era el único que sabía como proceder en el conflicto de la farmacéutica y la confitera.

Lastimosamente, Maiya no podía leer las intensiones o lo que los demás esperaban.

[¡Aaalto! ¡Los golpes no resuelven nada!] —Gekkogōuhara hablaba por un monitor con el avatar de un conejo blanco que emulaba a una chica magica, dicho avatar había sido diseñado por Nanami Chiaki quien cedió el permiso a Maiya de utilizarlo.

—¡Vamos, ¿qué estás esperando?!

Ando se abalanzó sobre Seiko. La Farmacéutica Definitiva no se quedó atrás y le siguió.

Quedaron agarradas de su cabello mientras trataban de que alguna cayera primero, seria la descripción más común y cliché de una pelea de mujeres. Ninguna se iba a andar solo con eso.

Primero Seiko soltó una patada al estómago de Ando, Chisa casi corre a detenerlas pero Kizakura la agarro del hombro y negó con la cabeza. Ando casi pierde su enfoque, con el poco que le quedaba dirigió un cabezazo contra Kimura. Fue el comienzo del efecto domino.

Cayeron en dirección a Maiya terminando por estrellarse contra el monitor y desestabilizando a la terapeuta quien acabó cayéndose al suelo. Estaban por ponerse de pie y reanudar su pelea cuando "él" llego por fin

—¡Ustedes dos, ya fue suficiente!

Aparentando el drama, la puerta del gimnasio fue abierta estrepitosamente por Munakata Kyosuke seguido de Izayoi Sonosuke y Kirigiri Jin.

Munakata no estaba para nada felíz, y antes de que las implicadas pudieran decir algo, empezó a dar indicaciones de lo que ocurriría a continuación.

—Ruruka Ando, esperanos en la oficina del director. Discutiremos si debes ser penalizada así como tus problemas de confianza.

Ando observó a Sonosuke que ayuda a Maiya a ponerse de pie. Su novio no habló, con la mirada que le dio era suficiente, una mirada que decía"—no me disculpo, era lo necesario".

A la par, consiguió divisar las lágrimas en los ojos de la terapeuta, en Kimura y... ¿Las suyas?

No tenía argumentos para darse la opción de ir o no a la oficina, por lo que se levantó sin ánimo y empezó su camino.

Cuando ya estaba lo suficientemente lejos, las palabras de Kyosuke pasaron a Kimura.

—No te ordenaria lo mismo, pero le seguiste el juego y mira lo que hicieron —señalo el monitor roto—, ya sabes que hacer.

El pánico le invadía, era tanto que salió corriendo del lugar.

—... Gekkogōuhara-san, la academia te dará una indemnización por lo del monitor, es lo mínimo que podemos hacer para compensar esto y los servicios de terapia que ofreces para Murakami Sato —le informó Jin.

Maiya asintió muy lento, su mente seguía en la imagen de aquellas dos chicas destrozadas que hace nada salieron por la misma puerta que miraba.

—Munakata-san... ¿N-no hay nada que... Hacer por ellas?

La pregunta tomo desprevenido Kyosuke, ¿se estaba a ayudarlas aún cuando le lastimaron?

—... Gekkogōuhara-chan —Kizakura habló, la sonrisa que tenía le decía a Jin que se estaba creyendo un zorro astuto—, tu más que nadie puede ayudarlas.

... ... ...

... ... ...

—No me gusta recordar ese día... —Chisa hizo un leve puchero.

—Ni a mi, pero era parte del camino que debían de recorrer —dijo Kyosuke mientras calentaba sus músculos al lado de la piscina.

—Tienes razón, y ahora incluso proponen cosas juntas —los ojos de Yukizome brillaron por un momento, casi eran esmeraldas—, aunque... Ya que mencionas las propuestas...

—Si, lo sé. Uno de los representantes de clase enfermo, así que la fecha podría tener que aplazarse.

Parte 4

—¿Cómo ha estado Makoto-chan, Nagito?

El salón de música tenía bastante actividad hoy apesar de ser domingo.

Hajime se encontraba en una esquina junto a Chiaki practicando el triángulo, era curioso mirar a la Gamer Definitiva sin esa somnolencia habitual.

Mientras tanto en el escenario, Ibuki revisaba el cableado. No quería volver a electrocutarse por causa de que los hamters de Gundham los mordisquearon.

—Mikan-san lo ha revisado hace poco... Parece estar estable.

Nagito no aparentaba encontrarse tan bien como los demás quisieran.

La mente del estudiante afortunado de la Clase 77-B estaba ocupaba por lo que creyó detectar hace relativamente poco en los dormitorios.

No era un creyente de lo sobrenatural y tampoco consideraba tener una habilidad rara que le entregase una percepción inusual hacía las demás personas... Solamente era innegable el hecho de que esa misma intuición parecía disparar alertas con personas de intensiones dañinas.

Komaeda agarró el gusto de Hajime por llamarle "Percepción de Esperanza".

Veamos, ¿a qué viene hablar de está percepción? La respuesta se encontraba en esa persona que especto tras dejar a Tsukimi.

... ... ...

... ... ...

—No es solo su enfermedad, algo raro ya le pasaba a Tsukimi-san... —Nagito no necesito pensarlo mucho—. Es culpa es Hajime.

Ya estaba cerca de la salida cuando fue espectador de algo que superaba los estándares de rareza que estableció para su vida.

Era la Fashionista Definitiva de la Clase 78, no había nada de raro en ella... ¿Entonces qué era? La reacción de Nagito se debía a lo que sostenía.

Su mano izquierda cargaba con una bolsa pequeña repleta de un polvo morado. Ver eso no le daba buena espina y más desde la vez que casi acabo envenenado con amatoxina destilada durante una prueba de Kimura.

—«¿Qué rayos?»

Nagito no seria tan despistado como para seguir a Enoshima, así que a donde se dirigía con ese polvo iba a ser un misterio hasta para el.

—«Me duelen los pulmones... Es como si todo el oxígeno se hubiera agotado...» —lo que le pasaba no era indicador de nada bueno»

... ... ...

... ... ...

—«Hay algo que no me gusta en ti, Enoshima Junko...»

Conclusión

Deus Ex Machina

—Ehm... No me siento muy bien...

Naegi trató de ponerse en pie sin mucho éxito.

Era fin de semana, se suponía que estos dos días lo iba pasar en casa. Fue el sábado por la mañana cuando nisiquiera pudo salir de cama, las cosas empeoraron cuando intentó ir al pasillo donde acabó desmayandose.

Según le dijo Mikan, fueron Leon, Mondo y Komaeda quienes la llamaron para que lo revisara.

Ese mismo día recibió una visita de Seiko, terminando por dejarle un medicamento.

Ahora se estaban por cumplir dos días que pasaba en cama y no mostraba la mínima mejoría, lo peor era que Monoegi y Monoinata se habían apagado y no despertarían hasta el martes por lo que Makoto no podría contar con ellos para un diagnóstico.

¿Cómo es que todo empeoró de la nada? El jueves estaba tranquilamente pasando un día junto a Sonia, Souda, Aoi, Ibuki y dos posibles nuevos amigos, Hajime y Chiaki. Ahora mirarlo aquí, actualmente sin tener las fuerzas para ponerse de pie.

—... Sabía que esto podía... Empeorar mucho más...

Manchas púrpuras y azules aparecieron en la vista de Naegi, aparentaban salir del techo como una suerte de portal. De hecho, esa creencia no estaba tan alejada de la realidad.

—«¡¿Qué?!»

Su mente se despertó con el shock y la adrenalina posterior tras ser espectador de lo que en su techo apareció.

Era una mano humana cubierta por arrugas, en el dedo anular un anillo dorado con desgaste era visible.

La rotación de la tierra pareció golpear a Naegi de una forma imposible moviendo su visión erraticamente hasta que cayó al suelo. Las manchas púrpuras y azules ya no estaban en el techo, ahora estaban frente a el y parecían formar una puerta.

Aquella figura espectral apareció una vez más con la diferencia de que era su cuerpo completo. Casi todo su rostro estaba cubierto por una túnica de verde oscuro con la excepción de su barbilla dejando vista libre a sus labios resecos y larga barba canosa.

—En medio de este castigo, por lo menos debía tener oportunidad de hablar contigo...

La mente de Naegi Makoto se deslizó a la inconsciencia una vez más.