Epílogo a la Carta

I Wanna be...

—Ugh... Me siento mareado.

Los ojos de Naegi no podían enfocar al sujeto que se encontraba enfrente suyo.

Lo último que recordaba era sentirse terriblemente mareado, caer de su cama y que una sombra de verde oscuro se extendiera hasta donde estaba tumbado.

Sostuvo su cuello debido al dolor y levanto la mirada, Makoto deseó no haberlo hecho.

La misma sombra estaba en ese lugar junto a otras dos que no se movían, una de ellas tenía un parecido aterrador con Hajime.

Aquella que podía moverse no dijo ninguna palabra solamente señalo al cielo y horizonte, ambos teñidos por la noche tan alienígena del lugar.

Cielo de azul profundo, espirales blancas y púrpuras que danzaban alrededor de una grita plateada con bordes de azul resplandeciente y esmeralda opaco. El césped parecía una pintura sobre óleo al meserse con al viento.

Tanta era la fascinación y miedo de Naegi ante el paisaje que no sintió el tiempo que pasó observando así como la sombra que se colocó a su lado.

—He estado aquí por un buen tiempo, esperándolos a ustedes tres más que a nadie —hablo la sombra en una vos ronca y gastada—, es una pena que solo tú puertas moverte con libertad.

Naegi volvió a observar a las otra sombras inmóviles, ¿por qué una parecía Hajime? Y, ¿quién era la otra persona?

—... ¿Por qué me has traído aquí? ¿Quién eres? —cuestiono el estudiante afortunado.

—Je, je, todo a su tiempo, aunque no tiene sentido seguirte ocultando mi identidad. ¿Sabés? Esperaba conocerte atráves de la unidad viajera, lamentablemente no tengo contacto con él.

—«¿Se refiere a Monoegi?»

El cielo pareció reaccionar con a las palabras del hombre ya que las espirales se encogieron y pasaron a ser doradas junto a las frías estelas púrpuras que recorrían el cielo.

—Yo soy... —lentamente retiró la capucha que cubría su rostro—. Soy Makoto Naegi.

... ... ...

... ... ...

—«¡¿Qué está pasando?!»

Nada más caer la noche, un terrible dolor de cabeza azotó a Hinata Hajime. Era tan intenso que no lo resistió y cayó inconsciente.

Ahora estaba aquí, en algún campo desconocido con otras tres personas y solo dos de ellas podían moverse.

Un sentimiento de absoluta pena y tristeza se incrustó en el corazón de Hajime en el momento en que el hombre que hablaba con la silueta que tenía la figura de Naegi se quitó la capucha.

—«Nanami... Chicos... ¡¿Por qué rayos siento que les hice tan mal?!»

La única imágen mental que le quedaría grabada incluso cuando esto terminara sería la del característico pin de Chiaki en la palma de su mano y cubierto con sangre.

... ... ...

... ... ...

—«Encontrar la verdad en una ficción que es la realidad... Akamatsu-san, ¿qué se supone que significa eso?»

Shuichi se mantenía tranquilo y su atención en sus propios pensamientos, si podía escuchar a los otros tres sujetos ni ver sus gestos, entonces no tenía sentido concentrarse en ellos.

El detective era algo novato y escéptico, pero si estaba aquí era por un motivo. ¿Cuál era? Shuichi se determinó a conocerlo, de algo aprovecharía todo lo que su tío le enseñó respecto a investigaciones.

... ... ...

... ... ...

—¡¿Q-qué?!

Los ojos de Naegi casi salían de sus cuencas. No podía creerlo, el hombre frente a él era demasiado similar.

Mucho más mayor, con un cabello corto y gris que hacía a su característico ahoge parecer marchito. Igual una larga barba castaña caía por su mentón y mejillas.

—«Bueno, a papá le crece un poco y no se rasura los sábados... Aunque no deja de ser raro verme con barba...» —pensó Makoto, involuntariamente se llevó dos dedos al mentón. La sensación fantasma de una barba ahora estaba en su rostro.

—Jaja, la unidad viajera te quitó el sentido de sorpresa ante la anormalidad, ¿verdad?

—Bueno, es un viajero del tiempo...

El Makoto viejo soltó una risa calmada. Lo único que anheló por quince años finalmente se cumplía.

—Como... ¿Cómo terminaste aquí? —Naegi se sentó en un borde que resaltaba entre el césped, le recordaba mucho a aquella vez que habló con un anciano en el parque, fue el mismo día en que su carta de admisión para la academia llegó.

—Creo que primero debería especificar lo que soy —suspiro resignado—. Hace 15 años, cuando Monoegi y Monoinata llegaron a tu tiempo... Necesitaban dejar algo atrás para el viaje... Jugar con el tiempo siempre traerá consecuencias y yo soy una.

Unos pasos se escucharon. Makoto volteó y observo a los otros días acercándose y tomando asiento en el borde, sus formas eran mucho más claras.

—Un Naegi Makoto de una línea posible en la que falle demasiado únido a los recuerdos que Monoegi y Monoinata cargaban... Es lo que el padre tiempo decidió que sería. Un simple despojo perdido en el tiempo.

—Fallaste... No lo entiendo, ¿en qué?

—Niño, no es "¿en qué?" Es, ¿a quien le fallé?

Una pesada atmósfera envolvió a los tres que llegaron por obra y gracia del viejo Makoto.

—Ellos confiaron en mi porque era Naegi Makoto, alguien optimista... La Esperanza Definitiva, es como Kyoko me llamaba —dijo mirando en su mano.

Brevemente Makoto notó el respaldor plateado. No era momento de sentirse avergonzando pero la idea de que este "él" estuvo casado con... Era muy irreal.

—Desde tu encuentro con Monoegi —continuo el viejo—, he tratado de hablar contigo. Colarme en tus sueños era lo más sencillo del mundo.

Eso explicaba el sueño de las tres siluetas y posiblemente su "enfermedad", tendría que preguntarle a su otro yo porqué se sentía de esa forma.

—Creia que abriendo grietas de las únicas pertenencias de los tres que recolecte hablaría con todos... Supongo que ya es un milagro que solo tu puedas moverte —se centro en el pecho de Makoto—, veo que ese milagro no duró mucho.

El afortunado intentó hablar, la palabras no salían de su boca.

—«¡Ahora sé como se sienten las estatuas!»

Un paisaje tranquilo y de abrazo frío era lo que mantenía la compostura de los chicos apesar de no tener libre movimiento.

—Esperaré verlos en otra ocasión... —dijo el viejo contemplando los extraños humos que salían de las gritas que hizo con la corbata, la capucha y gorra.

De nueva cuenta los chicos sentían dolor de cabeza y como los arrastraba a la oscuridad de la inconsciencia.

Tanto Shuichi y Hajime no sabían sobre que hablaba, unidades viajeras, sus intentos intentos de contacto y todo eso. Solamente estuvieron ahí por estarlo y se hubieran con ese sentir de no ser por las últimas palabras que el viejo Naegi Makoto les dedicó.

—Todos ustedes tienen la posibilidad en mano, la posibilidad de detener todo y vivir una vida siempre libre donde nadie se pierde... Asi que, ¿qué quieres ser? ¿Una esperanza, desesperación, o... Trascender ambas?

Palabras Finales

Ha sido un largo viaje, desde Septiembre del 2019 hasta Febrero de 2020. En ese tiempo, una etapa de este fic se ha completado

No tengo mucho que decir, es todo un gusto escribír esto y que ustedes lo disfruten.

También me gustaría aclarar una cosa y es respecto a los nombres originales: aunque algunos sean solo de complemento (como "Murakami" para Sato), otros tienen que ser 100% un inventados debido a que en el canon de Danganronpa nunca se menciona dicha nombre.

Solamente quería aclarar eso, así que muchas gracias a todos quienes han disfrutado de está historia hasta el día de hoy, espero verlos en la segunda etapa... Y las siguientes...

Yep, esto contará con más de dos etapas.

-Mr: Soul