Prólogo
Young and Restless
Eran las 8:49 AM, faltaban menos de 15 minutos para que todo iniciará, a las 9 AM sus esfuerzos darían frutos.
Se estuvieron preparando por semanas, incluso con el contratiempo del representante de la Clase 78 enfermo durante el antepenúltimo fin de semana no se detuvieron.
—Ya veo...
Soshun Murasame, el presidente del consejo estudiantil, repasaba todas las listas de puestos aprobados por los representantes de clase.
Dicha lista estaba compuesta de la siguiente manera:
-Puesto de dulces (Ruruka Ando, Kimura Seiko y como auxiliar, Sonia Nevermind).
-Mini casino (Celestia Ludenberg, Komaeda Nagito y Kuzuryu Fuyuhiko).
-Arcade (Nanami Chiaki, Mitarai Ryota, Tsumiki Mikan y como auxiliar especial, Hinata Hajime).
-Cabinas fotográficas y fotos de recuerdo (Koizumi Mahiru, Saionji Hiyoko y Pekoyama Peko).
-Casa de los sustos (Kuwata Leon, Enoshima Junko, Yasuhiro Hagakure, Yamada Hifumi y como auxiliar, Yasuke Matsuda).
Había muchos más puestos preparados para este día por los estudiantes de todas las clases, hasta los niños del Curso Junior tenían uno junto a otro dirigido por dos estudiantes del Curso de Reserva.
Pasando de los puestos se encontraban los eventos. Se podía escuchar la impaciencia de toda la gente en la entrada porque estos comenzaran.
Por ejemplo, el torneo organizado por el Gran Gozu. La idea de ver a Oogami Sakura, Owada Mondo, Owari Akane, Nekomaru Nidai, Pekoyama Peko, Kiyotaka Ishimaru, Izayoi Sonosuke y Ikusaba Mukuro enfrentarse en un duelo que podría aprueba sus habilidades definitivas despertaba las flamas de la emoción.
También estaba el concierto en el cual Maizono Sayaka y su grupo tendrían una presentación especial, posteriormente Mioda Ibuki se presentaría con un solo. En palabras de Mioda, algo le inspiro a escribir una nueva canción que debía compartir con la gente.
—Todo saldrá bien... ¿Pero por qué presiento que esos tres no van a salir ilesos? —comento con gracia ya que a la distancia observaba a Nagito, Hajime y Makoto corriendo como alma que lleva el diablo mientras su perseguidor ganaba ventaja, ¿quién se había colado?
... ... ...
... ... ...
8:36 AM
—Aaaah~ Me alegra mucho que me invitaras, Shuichi —la chica de rubios rizos daba hasta vueltas de la felicidad que sentía, estaba encantada de estar en ese lugar.
—Emh, mi tío quería venir pero al parecer consiguió una cita con una linda modelo así que me dio el dinero para pagar la entrada y yo tomé algo extra de mis ahorros por si queremos comprar algo.
—Hmm... Ojalá no fuéramos solo nosotros tres.
—Ya... Es una pena que Shirogane-san tuviera un trabajo hoy.
Parte 1
2do mes de clases, primera semana.
8:30 AM.
Era una ajetreada mañana en al Academia Pico de Esperanza.
Desde gente esperando tras la reja del muro, estudiantes yendo y viniendo para revisar que todo aquello en lo que cooperaron estaba en orden, las herramientas eléctricas que un grupo de contratistas usaba en el gimnasio para pulir los últimos detalles de la zona que protagonizaría el torneo y otro grupo similar que hacía revisión en el escenario.
Bajo las gradas de la pista de carreras, la camioneta de un pequeño equipo de transmitiria el evento estaba ubicada. Durante las dos semanas anteriores al evento, Jin recibió muchas solicitudes de canales de T.V. para que tener el permiso de hacer transmisión.
Al final, se llegó a un acuerdo con las noticias públicas más vistas en el país, solamente con ellos y nada más.
—Nanami-senpai, ¿quién se esta ocupando del brincolín? —pregunto Naegi. A pesar de pasarse un fin de semana enfermo, se repuso con rapidez y asistió a las reuniones para representantes de clase. En la antepenúltima, hizo la sugerencia de un brincolín para entretener a los infantes más pequeños que los padres traerían seguramente, todos acordaron con él.
—Hmm... Le dije a Hajime que lo ayudara a Owari-san... Pero a Hajime lo mire corriendo mientras gritaba "agua fría"...
Makoto no quería ni preguntar, asintió en silencio y le dio las gracias a Nanami por molestarse en decirle eso. La gamer no entendía que estaba mal.
... ... ...
... ... ...
—M-muchas gracias, Kuzuryu-kun...
El rostro de Hajime estaba rojo, su respiración era errática y hablaba muy torpemente. Algo calaba en su lengua.
—No entiendo, ¿cómo pudo darte una botella con rodajas de picante? Mas bien, ¿qué hacían rodajas de picante en una botella de agua?
Tratando de no ahogarse, Hajime respondido forzadamente haciendo la mejor suposición que su mente desviada podía hacer en el momento.
—Debe ser cosa de Saionji-san... ¡Estoy seguro, es su venganza por lo del kimono quemado!
—... "Sigh", tenías que decirlo.
... ... ...
... ... ...
De solo mirar a Hajime en la distancia, los escalofríos atacaban a Naegi sin parar.
En una plática que tuvo con Ibuki y Aoi un día después de recuperarse, su "compañera de banda" le contó con entusiasmo como la Clase 77-B trató de montar un asador dentro del aula resultando en la explosión de una pared, nuevamente, y otros daños colaterales.
—Supongo que me he acostumbrado a todo esto —dijo con una sonrisa.
El rol que Makoto se asignó para este día era el de supervisor, con eso tenía garantía de ayudar a quien lo necesitase para que todo fuera tal y como se tenía en mente.
Sus preocupaciones no trascendían eso, un poco raro considerando lo que le ocurrió aquel fin de semana que enfermo.
Visitó a otro él, un Naegi Makoto envejecido de algún tiempo en el que decía haber fallado más que nadie. Que la confianza fue depositada en el por ser la "Esperanza Definitiva".
Ese envejecido Makoto termino en algún lugar extraño, el del presente dedujo que se trataría de algún lugar fuera del tiempo o entre líneas temporales, se dijo a si mismo que debería dejar de consumir ciencia ficción por un tiempo.
—«¿Qué significa... Ser una Esperanza Definitiva...?» —pensó Naegi.
Las otras palabras de aquel Makoto no caerían en el olvido. No solo él, también los otros dos individuos desconocidos deberían de haberlas grabado en sus memorias.
—« '¿Una esperanza, desesperación, o... Trascender ambas?' Eso nos dijo al final...»
Sacudió su cabeza de un lado a otro, no era momento de pensar en estás cosas.
Ver a tanta gente ansiosa por esto era una completa maravilla, Naegi creía firmemente en que todos estaban orgullosos de contribuir en una parte.
Puede que algunos estuviera muy ansiosos.
—¡Saihara-kun! —grito alguien que esperaba tras la reja.
Un chico vestido con una gorra negra y un uniforme de cuerpo completo de color negro y rayas blancas brincó el muro como si nada.
—Un momento, no lo brincó... ¡¿Lo lanzaron?! —Naegi entró en pánico.
El chico aterrizó sano y salvo pero eso no era señal de que estaba a salvo así que se echó a correr. Curioso, la dirección que tomo era rumbo a donde Makoto se encontraba parado... Cosas de la suerte.
—¡W-wow, alto!
"¡Thump!".
Teniendo el miedo y adrenalina al borde, Saihara nisiquera notó al Estudiante Afortunado. Fue un choque algo doloroso.
—¡Chabashira-san, no es necesario! —suplico una adolescente algo pequeña para su edad, tenía llamativo cabello rojo.
—¡No escaparas degenerado hombre!
Para ignorancia de Naegi y Saihara, existía un tercer espectador dispuesto a tomar un papel en tan surrealista situación.
¿Por qué la camiseta y cabello de este espectador estaban empapados? Era mejor no saberlo.
—¡Aghh, ¿ahora qué rayos pasá?
Hajime se quejó debido a que la repentina conmoción rompió el esfuerzo mental que hacía para no llorar por culpa del picante.
Nada más mirar a los dos pobres chicos que no podían ponerse de pie, la mirada sanguinaria de la perseguidora que salto el muro se clavó en Hajime.
—¡Hinata-kun! —grito Nagito, en su pie derecho una manguera quedó enredada y al moverse acabó por tensarse—. ¡Más vale que corras! Usa ese ejercicio que dices hacer para llevarte a Naegi-san y... ¡Solo llévatelos!
Esa manguera tensada no fue coincidencia, sumada con la suerte de Komaeda fue el boleto a que Hajime tuviese tiempo suficientemente. "Chabashira", como aquella chica pelirroja le llamó, acabo tropezando
—¡¿Por qué pasa esto ahora mismo?! —no se podría decir si era el agua o sudor nervioso lo que empapaba a Hinata— ¡Vamos, ustedes dos!
Casi como en algún tipo raro de carrera, Hajime apoyo a Shuichi y Makoto en sus hombros y los tres hicieron el esfuerzo de sincronizarse para correr de ese lugar.
Todo eso ocurrió a las 8:48, un minuto después el presidente del consejo estudiantil tuvo la desgracia de mirar por la ventana y contemplar la huida de los tres jóvenes.
... ... ...
... ... ...
—... ¿A dónde habrá ido Shuichi? —se preguntó un chico de cabello algo púrpura que se estaba peinado en punta hacía arriba, otro rasgo llamativo era su poca barba y una chaqueta con estampado de estrellas.
—Kaito... Él se recargo contra el muro —Kaede se encontraba desanimada—, después no tengo idea de qué ocurrió pero empezó a discutir con una chica de gran moño verde... Acabó lanzado dentro de la academia y ahora lo están persiguiendo...
—¡Jajaja! Nisiquiera hemos entrado a mirar el evento y mi bro ya se esta metiendo en situaciones que le superan, un clásico.
Parte 2
—Lo veo, ¡si! ¡Puedo verlo! —Hagakure gritó emocionado mientras sostenía su nueva esfera de cristal—. Tienes que ser precavida, Celes-chi. Ya sabrás como es la suerte de Komaeda-senpai.
Donde se encontraban el mini casino, Hagakure leía la fortuna de Celestia.
La apostadora era escéptica hacía la clarividencia de Hagakure y su 30% de probabilidades. Aún así, decidió dejar que él leyese su fortuna y futuro por pura casualidad.
—Si solo me vas a decir lo que ya sé, mejor ve por ahí, apuesto a que estabas muy estresado por buscar a esa mujer —esas últimas palabras tenían lo necesario para causar incómodas a una persona normal, pero no al clarividente.
—Jaja, pues sí. Es mejor familiarizar a mi madre con los terrenos de la academia antes de que empiece su nuevo trabajo.
Los rojos ojos de Celeste se abrieron hasta el límite físicamente permitido, ahora se sentía un poco mal aunque no se disculpara. No de manera sincera
—Jo, no tenía ni idea —sus manos se colocaron contra su pecho—, de todas formas no importa. Te digo que ya sabía que necesitaría estrategia cuando mi partida con Komaeda Nagito llegara.
—Entonces, ¿para qué me llamaste?
—Hmph... Hay una suerte que me intriga todavía más. La suerte de Komaeda funciona de manera absoluta para él y parece mermar toda fortuna de los alrededores, muy predecible la verdad —la apostadora comenzó a jugar nerviosamente con los adornos de hierro en sus dedos—, y entonces está el otro... Una suerte que se puede tomar por mala pero tiene algo que... Que... Es fascinante enfrentarse a algo casi impredecible.
... ... ...
... ... ...
Sayaka escribía en una libreta con total tranquilidad, ¿cómo no estarlo en un día como este?
El concierto que su grupo daría tendría solo canciones ya publicadas, aunque ella hubiera gustado de tener algo nuevo.
Lo cierto era que aquello que escribía era una nueva canción inspirada por las palabras y relación que mantenía con cierta persona.
—Saya-chan, Sayaka-chan.
La idol se descubrió a si misma desconectada por concentrarse en la canción escribía, cuando Mioda picó su frente dos veces fue entonces cuando regresó.
—Oh, Mioda-senpai, ¿ha pasado algo?
—Ibuki te estuvo llamando por un buen rato para preguntarte lo que planeabas para hoy pero no le hacías caso —estaba un poco desanimada—, ¡ahora por alguna razón Ibuki quiere llevarse a Sayaka-chan para encontrar dulces antes de que todos se los acaben, en especial con el pay!
—¿E-encontrar dulces?
Mioda tomo unos momentos para para pensar en sus razones, pronto las recordó.
—¡Lo tengo! Ibuki miró como Hajime-chan se empezó a quejar por el picante que comió y pensó en lo negativo al picante, ¡o sea lo dulce! Aunque, ¿lo agridulce es lo negativo o intermedio o completamente separado? ¡Waaw, es muy confuso!
Maizono se estaba mareando, su senpai en la música hablaba muy rápido.
—«¿Cómo puede Naegi-kun mantener su ritmo?»
Desde la distancia, el resto de miembros que conformaban el grupo de Sayaka observaban con gracia la interacción de la Idol Definitiva con el Músico Definitivo.
Mioda Ibuki tenía la reputación de ser imperactiva, impredecible y alocada, era algo curioso ver el contraste que hacía al carácter calmado de Maizono en ese entonces.
La razón por la que se reunieron era que ambas tenían que estar al día con los últimos detalles del escenario, después de todo sus respectivos conciertos se darían sobre este.
—Mioda-senpai —su mareo ya se había ido—, ¿vamos entonces?
Ibuki se quedó quieta, si la Clase 77-B le viese, pediría el secreto para que se mantuviera así todo el tiempo.
En más de una ocasión hizo sugerencias de este tipo a sus compañeros y la mayoría de las veces fue rechazada. Chiaki, Impostor y Sonia llegaron a ser la excepción.
—E-eh... ¡Vamos, Ibuki no puede esperar! —tuvo una subida grandísima de energía.
Era diferentes, eso esta más que claro, pero su pasión por un sueño y afición que les llevó a destacar las hacían similares al igual que a muchos más en esa academia.
Comprendiendo esto, Sayaka ya no justificaba sus actos del pasado. Ibuki nunca perjudicó a nadie para seguir su pasión por la música, ahora la Idol admiraba eso más que nada.
... ... ...
... ... ...
Todo marchaba a la perfección en el puesto de dulces.
Curioso, de todos los puestos este fue el primero en estar listo. Ruruka y Kimura tenían planeado levantar el puesto con sus propias manos, vaya sorpresa fue que, al venir a primera hora, se encontraron con todo ya listo y a Sonosuke dormido sobre una mesa.
El herrero trabajó toda la noche para tener listo el puesto de su novia y amiga.
Actualmente, Ruruka había pedido ayuda a Nekomaru Nidai para que se llevase a Izayoi al dormitorio. Ya lo despertarían más tarde cuando todo iniciara.
—Seiko-chan, te miras... Distraída, ¿estás bien?
Kimura no se encontraba centrada en lo suyo y Ando no entendía que era. Al desarrollar todo lo que querían hacer hoy y un tipo de dulce que no afectase la salud de personas delicadas como la Farmacéutica Definitiva no hubieron discusiones ni problemas, hasta se la pasaron bien.
—Es raro, me siento muy bien... C-creo que solo estaba nostálgica, trabajamos juntas y salió bien...
Estaba recordando aquella vez, la última ocasión en la que habían trabajado juntas en algo grande.
Todo fue un desastre repleto de enojo, tristeza y muchas más emociones negativas. Y aún con todo eso, fue el primer paso para cambiar en la dirección de la cual la amistad de la confitería y la farmacéutica surgió.
—Así que lo estabas recordando... —Ruruka dejó de probar la paleta que sostenía—. ¿Te digo una cosa, Seiko-chan? A mí tampoco me gusta recordar la persona horrible que era.
El movimiento bajo la mascarilla demostraba la sorpresa de Kimura.
—No digo que ahora sea todo un ejemplo a seguir, sigo manipulando de vez en cuando... —admitió eso último con vergüenza—. Pero ustedes dos me ayudan a dejar eso atrás, así que no podría estar más agradecida por lo que pasó.
Ando inhaló profundamente en preparación para lo que estaba por decir.
—De esa manera pude conservar tu amistad y llegamos juntas hasta este momento.
Kimura se lo esperaba levemente, aún así esas palabra hicieron que formara una sonrisa bajo esa mascarilla de tela negra y incrustaciones plateadas.
—Aunque también, Seiko-chan. Cuando llegamos parecía que me querías decir algo... Me gustaría saber que era —Ando se cruzó de brazos, en su rostro no había más que curiosidad.
—Oh, eso... —Kimura jugó nerviosamente con sus manos—. Solo me gustaría invitar a Sonia-chan y Naegi-kun... Al final, ellos nos ayudaron a recuperar la receta que se te había perdido en la nube.
... ... ...
... ... ...
Los trabajadores que ahora descansaban en el gimnasio estaban orgullosos de su trabajo.
Cuando comenzaron, una chica de rebelde cabello castaño y exhuberante piel morena les decía a cada momento "¡Déjenme probar el lugar! ¡Si ni aguanta mis golpes, menos aguantará los de Nekomaru!".
Desde entonces, Akane golpeaba el suelo insaciablemente.
Al principio era divertido, solamente cuando sus puños empezaron a ponerse rojos fue cuando los trabajadores se empezaron a preocupar.
—¿Qué pasá aquí?
Dos personas cruzaron la entrada, una de ellas hacía gran cantidad de sombra.
Eran Oogami Sakura y Asahina Aoi, al parecer escucharon todo el alboroto que Akane causaba al golpear el área preparada para el "torneo".
—¡O-Oogami-san! —una trabajadora fémina que fue la primera en notar la presencia de la nadadora y la artista marcial se les acercó—. U-usted podría... —señalo temblorosa hacía la Atleta
—"Sigh"...
Sakura exhaló en resignación y se dirigió a donde Akane, era consciente de que si la dejase más tiempo golpeando se iba a lastimar y no podría participar en las peleas.
—«Pensé que compartir está dona con Owari-senpai... Pero si hiciera eso le repondría la energía» —Asahina se sentía culpable, le duró poco al ver nuevamente a su dona de chocolate—. «Mejor lo haré antes del inicio»
Mientras Aoi devoraba aquel pan dulce, Sakura ya había llegado.
—¡Y toma esto otro! ¡No podrás resistir por mucho más tiempo, jajajaja!
Quienes estában en el gimnasio jurarían haber visto que los dientes de Akane se afilaron, sus uñas igual y unas orejas caninas de formaron con sus cabello, era como el lobo feroz del cuento de Caperucita Roja o los Tres Cerditos.
—¡Esto terminará con tu destinooo!
La artista marcial captó las intensiones de la atleta así que con su mano, agarró el puño de Akane por la muñeca.
—¡O-oye! ¡¿Qué haces?! ¡Estaba apunto de demostrar lo poco que aguanta esto!
—Rindete, ha sido diseñado de tal manera que aguante un enfrentamiento entre Estudiantes Definitivos de aptitudes físicas... Todo un desafío que debemos estar dispuestos a superar en el torneo.
La trabajadora con la que Aoi y Sakura hablaron en la entrada sollozo silenciosamente.
—«Se... ¡¿Se están tomando como reto destruirlo?!» "Sniff".
... ... ...
... ... ...
Kirigiri Jin observaba por la ventana de su oficina toda la gente reunida a las afueras y los estudiantes terminando lo suyo.
Le encantaría salir en ese mismo momento, solamente que primero necesitaba acabar con su "tratamiento".
En el brazo izquierdo de Jin, una inyección intravenosa conectada a una bolsa de suero era lo que se encontraba.
—Jaja, me es difícil de creer que le dieras permiso a esa psicótica de participar en las luchitas.
—"Sigh", no podía reusarme, no después de decir algo tan emotivo sobre su "Príncipe"... ¿A quién engaño? No le podía negar el permiso, no después de dárselo a aquella estudiante de akido.
—Ah, con que te refieres a Tenko-chan.
Parte 3
—¿Y-ya... Dejó de p-perseguirnos?
Shuichi, Hajime y Makoto cayeron exhaustos en la puerta exterior del gimnasio.
—Era como un gran demonio, extendiendo los hilos de su moño —el detective miraba hacía la nada, quedó muy traumatizado.
—«Me pregunto como afrontaría él todo el día tras día en este lugar» —Hajime le dirigió una sonrisa de pena—. «No... Mejor no quiero no pensarlo»
Naegi, que hasta el momento no había dicho nada, comenzó a escuchar pasos pesados dentro el gimnasio.
—¡Aaaaahgggg! ¡Necesito un saco de boxeo!
—Esa era... ¿Owari-san? —Hajime reconoció levemente aquella voz.
La puerta se abrió de lado a lado... Naegi estaba en el espacio entre la puerta y la pared.
Conclusión
Mr. Monokuma After Class
—Buuu, que cutre.
La iluminación de la habitación era tétrica, desde luces de azul muy oscuro hasta algunas rojas.
Dándole un vistazo completo al lugar, en el centro había una silla muy peculiar, cualquiera que le viese pensaría solo dos opciones; tortura o lavado cerebral.
La respuesta correcta no era ninguna, esa silla se usaría para ambas cosas y quién sabe cuanto más.
Recostado contra el respaldo de la silla, un endoesqueleto con la forma de un oso divido en dos partes, un ojo común y otro tipo franja, se encontraba. A los mismos de ese mismo endoesqueleto había dos máscaras, una que era la cabeza de ese mismo oso solo que pintada de negro y blanco, la otra era de marrón claro con diferentes colores junto a unos grandes ojos, se le podría comparar con un "Oni".
—Queeeeeee aburrido es todo esto, ¡quiero que empezar con mi magnífico plan de una buena vez, joder!
Quien se encontraba en el lugar pateaba erráticamente la pared como forma de desahogo, si se estaba lastimando era otro asunto.
—Primero los niños se van a ese evento tonto, luego también lo hace mi lamentable hermana mayor... —suspiro resignada, hoy no iba a ser su día—... Upu... Upupupu, esta bien, miremos que han hecho mis amados compañeros.
