Prólogo

Dead Man's Clues

Natsumi daba vueltas alrededor de la fuente estaba muy impaciente.

Hajime hacía tiempo que se fue a las instalaciones principales de la academia, Sato se reuniría con Maiya —que al parecer tenía que hablar con el auxiliar de la casa de los sustos—, después la buscarían a ella, ¿entonces a quién esperaba?

—Llegaste temprano hermanita.

Un joven vestido con el uniforme de la academia—a excepción de la chaqueta—, cabello rubio, corto de estatura y múltiples pecas en el rostro apareció del camino que venía desde el edificio del Curso de Reserva.

—No, es que tardaste mucho, Fuyuhiko.

Natsumi se acercó una vez más a la fuente, de una de las bancas recogió un estuche largo de color verde.

Ella en si no le tenía mucho afecto a la persona que iría dirigido dicho estuche, pero era un encargo que ayudaría a su hermano así que no se pudo negar.

—¿E-era necesario que buscara esto toda la noche? Pekoyama y tú podrían estarlo buscando ahora mismo...

—Hmph, yo tengo que ayudar con el casino y Peko debía descansar, no quería que le pasará lo mismo que al grandulón.

Natsumi negó mentalmente, no quería ni saber que le ocurría ahora a Nekomaru.

—Como sea, aquí tienes... Lo que sea que Pekoyama vaya a usar en el torneo ese.

Al entregar el estuche, Natsumi pudo ver que Sato y Maiya junto a una mujer desconocida —de cabellera rosada y que sostenía un cigarro apagado—, ya se acercaban. Los harapos a los que la terapeuta se aferró desde más temprano ya no estaban así que deducía que todo salió al pie de la letra.

—¡Jaja, sabía que aquí estarías!

Natsumi contempló un llamativo peinado de tipo afro pero que también aparentaba rastas, lo reconocería en cualquier lugar.

—¡¡¡¿¿¿Tú???!!!

Parte 1

—¿Era necesario esto, Maiya?

Yasuke sostenía los harapos que un estudiante de la Clase 78 se esforzó en mostrarle.

Hasta hace poco estuvo tranquilo en el laboratorio, era su último refugio y ahora ya había sido profanado por ser sacado de ese lugar, la responsable era Gekkogōuhara Maiya.

En palabras de la terapeuta, Kuwata Leon le pidió ayuda para que encontrara a alguien que encajara con el disfraz de fantasma para la casa del terror, ella supo inmediatamente que Yasuke cumplía los requisitos para ello.

—Yasukeee~ Házlo por mi y tendrás una recompensa~

La otra organizadora de la casa también estaba allí, Enoshima Junko.

Junko tiró de la corbata de Matsuda acercándose demasiado, un ligero descuido y sus labios terminarían uniéndose. Aún estando en una situación tan comprometedora, el neurólogo se mantuvo inmutable.

—"¡Ains!" Si participo, ¿me dejarás tranquilo?

—Huuuuummm —Junko se llevó un dedo a la frente para aparentar tener máxima concentración—, nah, pero si te voy a dar una mejor recompensa —guiñó el ojo con eso último.

Yasuke sentía náuseas, de no ser porque Maiya estaba aquí ya le hubiera pagado algo a Leon para que sacará a Junko junto a la niña peliverde de ese lugar.

Debió de suponer que si el día le comenzó demasiado bien alguna tontería tendría que ocurrir.

—«Pero nada como vestirme de fantasma... Que asco de día»

Perdido en su autocompasión, Yasuke no sintió el momento en que alguien empezó a trepar por su espalda.

Al detectarlo, una abrumadora cantidad de escalofríos atacó a todo su sistema nervioso, incluso podría declarar que la temperatura del lugar descendió.

—Hehehe, ¡Matsuda-nii es un asustadizo!

Era Monaca quien trepó por su espalda. Solamente porque todavía era una infante era que Yasuke no presionó su espalda contra la pared, ahora el poco humor bueno que tenía se había mermado al 100%.

—Bueno, será un gusto tener todavía más apoyo del novio de Enoshima-san —Leon le ofreció una mano a Yasuke, al fin algo mínimamente agradable—, aunque yo le decía que ya era suficiente con que fueras el auxiliar de nuestra casa de los sustos.

Yasuke tardó un poco en procesar lo que Leon había dicho. Al hacerlo, las venas de su cuello se remarcaron y todos sus músculos faciales se tensaron.

—Jeeeehhh, tú y yo vamos a tener una plática sería, ¡y ni creas que Ikusaba te va a salvar! —gritó mientras agarraba a Junko desde una de las coletas, tampoco era que ella estuviera haciendo forcejeo.

—Mas te vale soltarme —dijo poniéndose las gafas—, es malo para mi perfecto cuero cabelludo recibir tales tratos.

Gekkogōuhara se encogió en una esquina al ser espectadora del trato entre esos dos.

—Si que tienen un noviazgo complicado... —habló en voz alta sin darse cuenta, Junko y Yasuke acordaron con una mirada ignorar lo que dijo.

Parte 2

La hora finalmente llegó y las puertas de la academia fueron abiertas al público tras un mensaje del director.

La gente no paraba de hablar sobre lo pálido que se miraba, ¿tal vez el tener más color en su piel eran cosas de los filtros de T.V.? Era la suposición general.

Respecto a lo que ocurrió con tres personas hace poco, el personal de seguridad —sin Sakakura Juzo involucrado en el asunto— lo dejo pasar sin más, posiblemente era por el miedo que le tenían a la niña del gran moño verde moteado.

—"¡Cough!" ¡Ese degenerado! —dio un profundo sorbo a su bebida— ¡No se saldrá con la suya!

—"Sigh", Tenko-chan —la niña peliroja hincho los labios, era como un pato—, ya te dije que ese chico no hizo nada, se desubico porque las personas le movieron la gorra y solamente acabo acercándose, nada más.

—¡Pero Himiko-chan-!

La peliroja, que Chabashira llamó Himiko, se cruzó de brazos con su pie izquierdo golpeteando al suelo, era la señal de que esperaba a que Tenko dijese que desertaba.

—¡Huuhmm, sabes muy bien que eso es mi debilidad! —reclamó sosteniéndose ambos hombros, estaba exagerando sus gestos.

—Tampoco puedes desgastarte en esas tonterías —Himiko se acomodó un gorro de maga sobre la cabeza—, ¡tienes que mostrarle a todos en está academia lo maravilloso del Neo-Aikido!

—Eghhh... ¡Tienes razón, el torneo será a la 1 PM, no puedo perder el tiempo con degenerados y patéticos hombres!

—«Ni siquiera pienso que ese chico caería en la categoría» —pensó Himiko—. «Se veía muy pasivo, y más con su novia...»

... ... ...

... ... ...

—Finalmente estoy aquí.

Una joven que parecía rondar los 15 o 16 años se detuvo en medio del flujo de personas que se dirigía al interior de la academia.

Su platinado cabello atraía una buena cantidad de atención junto a sus ropas; vestía un vestido de tipo mucama Steampunk modificado para aparentar ser más tradicional, junto a eso tenía una diadema en la cabeza.

—No podía esperar más para entrar a este lugar, ahora que lo he hecho finalmente... ¡Puedo encontrar a un maestro digno! —clamó con orgullo a la par que sostenía un plumero como si fuese una katana o kunai.

Parte 3

—Uno, dos, tres... ¡Cu-cuatro!

Actualmente el aula de la clase 78 no tenía pupitre alguno en su interior, esto fue aprovechado por tres alumnos, aunque uno de ellos se molestó en pedir el permiso especial.

Perfectamente podrían estarlo haciendo en los vestidores para hombres, solamente que estos estaban ocupados por los trabajadores del gimnasio, al parecer estaban agregando complementos de emergencia en caso de que algún infortunio sucediera durante el torneo.

—Uff, bro, ya te lo dije, no me siento lo suficientemente listo para esto —dijo Ishimaru tras dejar caer unas pesas con discos de 50kg.

—Ehg, tú fuiste el insistente. Te dije que ahorres tu energía —comentó Mondo con un poco de fastidio.

—Concuerdo con Owada-kun, es necesario calentar los músculos pero desgastarse así... Es innecesario en este momento —Chihiro apenas y levantó la vista del PC frente a "ella".

El hecho de que Ishimaru accediera a participar en este torneo fue un shock para toda la clase 78. Ahí lo tenían, al estudiante más responsable y estricto, listo para participar en un evento que consistía en fuerza, agilidad inteligencia y velocidad. En pocas palabras, una pelea.

Era muy probable que Mondo lo hubiese persuadido de una alguna manera y que el prefecto se agarrara de los "huecos" en las normas estudiantiles, claro que personas como Byakuya, Kyoko, Celeste y Junko solo pensaban en que estaba demasiado entusiasmo como para notar sus contradicciones. No importaba de todas formas, era una forma de convivir con otros estudiantes.

—Bhuff, ¿saben qué? Tienen razón —contestó mientras se ponía una toalla en la nuca—, lo mejor será que me vaya a dar una ducha, ¡necesito estar presentable, igual tú bro! —su entusiasmo y pasión volvió a dispararse.

Tratando de contenerse, Ishimaru salió del salón rumbo a las regaderas de los dormitorios. Si la memoria no le fallaba, los maestros habían creado una ruta que era inaccesible para los visitantes del festejo.

—"Sigh", tiene que concentrarse, si le toca ir contra Nekomaru Nidai nada más iniciar, lo necesitará —Mondo se mostraba genuinamente preocupado—. Oh chico, tampoco he pensado en qué haré si tengo que enfrentar a alguien como Pekoyama Peko.

La única otra persona en el aula, Chihiro, no estaba escuchando a su amigo motociclista. Era algo descortés y nada acordé consigo, pero razonable considerando lo que tenía en mente.

—Ni hablar de Owari Akane, seguro piensa que mi peinado es comida y lo-

—Owada-kun —interrumpió bruscamente—, ¿ya le has...?

El motociclista supo al instante sobre qué estaba preguntando Chihiro.

—... No, no le he contado a mi bro ni a nadie que realmente eres un chico —cerró los ojos con cierto pesar, se sentía mal por tal cosa—. Eres tú quien necesita estar listo, y sé muy bien que puedes conseguirlo.

Ese día volvió a su mente. En el, Owada Mondo ganó un extremo respeto por Chihiro. El programador desconocía el secreto de Mondo, lo que aconteció aquella fatídica noche de una carrera de motos, pero quería estar seguro de una cosa.

Aprendería de él, aprendería de la fuerza y determinación que le mostró ese día, de esa forma podría seguir avanzando y quién sabe, puede que se llegara a perdonarse debido a aquel incidente.

... ... ...

... ... ...

Segunda semana de clases.

La tarde después de que el representante de clase fuera elegido, Chihiro decidió dirigirse a la entrada de los vestidores —tanto masculinos como femeninos— mientras seguía teniendo en mente el tema tratado con Kirigiri Jin, el proyecto Neo World.

—«Bien, no hay nadie cerca...» —pensó el programador, volteando la cabeza de un lado a otro.

Lo que Chihiro buscaba era una jersey deportiva masculina, obviamente la mantendría en secreto una vez la obtuviese.

¿Por qué tenía que ser tan furtivo? ¿Por qué no ir y pedir una? Después de todo, el director era consciente del sexo de Fujisaki. La respuesta a eso era que dichas jerseys se encontraban en el almacén del "nuevo edificio", por lo que era necesario pedirle al jefe de seguridad el acceso, y eso no era una opción.

Pero no todo estaba perdido. Después de ser desempacadas, alrededor de 15 de estás camisetas fueron enviadas a los vestidores y si sus cálculos no fallaban, solo 6 estarían siendo usadas.

—«...Ahora con cuidado»

"¡Creeekk!"

Al primer paso, el suelo chilló exageradamente, puede que se escuchara hasta la piscina.

Estando al pendiente por unos pocos minutos, nadie apareció en la vista de Chihiro.

—"Sigh", no llamó la atención de nadie.

—Fujisaki-san, ¿algo anda mal?

El programador se paralizó, había alguien detrás de él.

Girando la cabeza, encontró que esa persona era Owada Mondo. Estuvo todo el tiempo dentro del vestidor, al parecer acomodando las pesas.

—E-ehh... Y-y-yo...

Mondo se le quedó mirando hasta comenzar a sentirse extrañado de algo que ocurrió hace nada.

—Un momento... ¿Cómo abriste la puerta? Las llaves de chicas no funcionan aquí ni viceversa...

El silencio de ultratumba y frío antártico se levantó en el ambiente entre ellos.

—... Yo... No soy el tipo más listo, pero puedo verlo —dijo Mondo, poniendo su mano en su hombro derecho—. Tranquilo, no le contaré a nadie...

Chihiro no encontró sentido alguno en tratar de negar la deducción del motociclista, cualquier persona con pensamiento lógico hubiera llegado al mismo entendimiento. Aunque también existía la posibilidad de que hubiera robado la llave de algún chico, pero se descartaba cuando todos sabían que Chihiro no sería capaz de un acto así.

—Owada-kun... Ehm, y-yo... —ignorando su propio pánico, Chihiro recobró la postura—. Me asusta, me asusta que alguien lo sepa... Pero también me alegro...

—¿Te alegra? —eso desconcertó a Mondo—. Mira, habrás tenido tus motivos para vestirte como chica y no revelarlo, al final uno siempre tiene sus motivos y si se siente cómodo con eso... No es necesario que se lo explique a los demas, mucho menos a m-

—Quiero ser fuerte.

El Motociclista Definitivo cortó sus palabras al instante. Fueron breves, pero muchos fragmentos de cierto evento pasaron por su mente tras las palabras de Chihiro. No sabía cómo responderle, era una situación en extremo imprevista e incómoda.

Con un ceño fruncido y ojos cerrados, Mondo dio la vuelta.

—Fujisaki-kun... ¿Por qué hacerte pasar por una chica? ¿Qué significa para ti ser "fuerte"?

—Esto... Las cosas eran difíciles, ser incluso más débil, aparentar ser tan frágil para todo aquel que estaba a tu alrededor...

—«Entonces esto está guiado al físico... Un momento...»

—Ya no podía más con eso —su cuerpo temblaba, este era su primer desahogo en mucho tiempo—, así que tomé la elección de fingir, de pretender. No sera hasta que sea tan fuerte como Oogami-san o tú que decida dejar esto atrás... Pe-pero me refiero a fuerza en la confianza propia —concluyó con una mirada transmisora de determinar.

El efecto de que Chihiro le considerase alguien "fuerte" era confuso para Mondo. Él no se consideraba algo así ni de chiste.

—«Solo es pretender una enorme mentira» —tratando de alejar los recuerdos de aquel fatídico día, Mondo eligió compartir algo con Chihiro, una enseñanza que le hacía mantener los pies en la tierra y algo tranquilo a pesar de la falsedad de su '"fuerza".

—Supongo que tengo un largo camino por recorrer, jeje.

—No, la verdad es que no —dijo Mondo, deshizo su extravagante pompadour al pasarse una mano por todo el cabello, después señalo la barra de pesas—. ¿Ves eso?

Chihiro asintió temerosamenrte.

—Eso no define la fuerza, solo la aparenta. Ahora lo sé, tú tienes otro tipo de fuerza —al decir eso, Mondo se atragantó un poco—, y eso vale más que tener músculos desarrollados, de destruir cosas con tus puños o cargar cosas muy pesadas.

—¿Soy...? ¿So-soy fuerte? No, no es así...

—¿Qué dices? Has llegado muy lejos. Sí, como ya dije, no conozco todos los detalles de lo que te ocurrió y no te los pediré, ehg... No quiero que tengas malos recuerdos en este momento —ya le estaba costando como proceder con sus palabras, este no era el fuerte de Mondo—. Pero el deseo que querer cambiar, de querer obtener la suficiente confianza en ti mismo te da una gran valía, una enorme fuerza como persona... Supongo que es el termino adecuado.

Owada Mondo había descubierto por accidente el gran secreto de Fujisaki Chihiro, así como se enteró de que era considerado todo un ejemplo en cuanto a fuerza por una de las personas que apreció rápidamente en la academía.

Esa la imagen que buscaba mantener, que "pretendía" que perdurara a los ojos de todos, en especial de su pandilla.

"Pretendiendo pretender", era lo que había estado haciendo desde el fatídico día en que su hermano murió.

... ... ...

... ... ...

—«Maldita sea, has progresado bien, Chihiro»

Hace nada, el programador se mostraba con miedo ante la idea de contarle a alguien más. El motociclista fue tomado por sorpresa por lo que dijo tan solo pensarlo un poco.

—Es tiempo de que Ishimaru-kun lo sepa —fueron exactamente sus palabras.

Parte 4

Shuichi y Hajime no pudieron evitar lo que Akane acababa de hacer, solamente se quedaron ahí, con un brazo extendido sin posibilidad de jalar a Naegi hacía un lado.

—... D-debería ir yendo por Mikan-san —Hinata estaba en blanco, nada más que un pensamiento aleatorio era lo que tenía en mente—. «Espero no se harte de sanar a Naegi»

—... Hajimeme, ¿por qué estás tan pálido? —preguntó Akane, estaba recargada contra la puerta.

—«¡¿Por qué ese apodo?! ¡Creí que Mioda no les contaría, no después de que le dije cuál era la habitación de Naegi!»

—Owari-san —alguien de voz extremadamente grave le llamo—. ¡¡¡Aplastas mi pie!!!

Shuichi y Hajime retrocedieron ante tal grito, el segundo creyó haber visto a Shuichi con ganas de salir corriendo.

La persona que había puesto son pie entre la puerta y la pared era Nekomaru Nidai, el Entrenador Definitivo.

—Espera... ¡Entonces!-

Akane dejo de recargarse contra la puerta del gimnasio que por inercia empezó a regresar a su lugar, Hajime y Shuichi suspiraron con alivio.

Makoto estaba intacto, todo gracias al espacio que Nekomaru hizo al meter su pie en el poco espacio que hubiese quedado.

—Lo que no te hizo esa chica de moño verde estuvo por hacértelo la puerta —dijo Shuichi.

La responsable de todo esto no estaba ni prestando atención, preferiría irse ahora mismo a la pista de carreras y "calentar sus músculos".

—Nidai, ¡¿qué te parece una buena carrera?! —su entusiasmo subió en un instante.

—Jaja, no lo creo, lo mejor es reservar energías y calentar un poco antes del inicio del torneo, ¡estoy ansioso por enfrentar a Oogami-san!

—«Tiene mucha confianza en que llegara a ese punto... No se le puede culpar» —pensó Shuichi.

Algo empezó a sonar, era como una alarma o... Alerta de notificación.

Naegi —que aún se reponía de casi ser aplastado— checó su móvil, tenía cerca de 6 mensajes nuevos con muy pocos minutos de diferencia.

El remitente variaba, en algunos era Celes y en otros Leon, pero todos tenían un asunto en común.

[Necesito que revises esto] —era lo que ambos decían.

Otra doble alerta sonó, está vez Naegi quedó espantando por el contenido.

[¡Pero ya, por favor!] —el mensaje de Leon.

[Debe ser revisado ahora mismo, Makoto] —el de Celes.

Era una pena, pero tendría que dejar por el momento a Hajime y Shuichi. Aunque, ¿cómo iba a llegar tan rápido? Una idea le vino en a la mente al ver a cierta persona.

—¡O-Owari-senpai!

La atleta dejo de estarle rogando por una carrera a Nekomaru, ahora su atención estaba con el estudiante afortunado de la clase 78.

—«Vaya, no creí que fuera tan atrevido» —Hajime ya sabía lo que Naegi iba a pedirle a Akane.

—... ¿Me podrías llevar a donde los puestos? Tengo que llegar ya, y... Uhm, no soy tan rápido...

Hajime estaba por intervenir, usaría lo que Mahiru le enseño para convencer a Akane.

—Bah, ayudaste a Sonia el otro día, solamente por eso te regresaré el favor.

Un brillo espontáneo apareció en los ojos de Naegi, se desvaneció cuando sintió a Akane agarrándolo de una pierna y subiéndolo a su espalda. En un parpadeo, ya yéndose a toda velocidad.

—¡Aaaaahh! «¡Es demasiado rápida

Mientras tanto, Shuichi y Hajime no sentían más que lástima por Makoto. Incluso Shuichi se quitó la gorra y se la llevo al pecho.

—... Ta-tambien tienes uno... —dijo Hajime al observar el rebelde pico en el cabello de Shuichi, un ahoge.

Parte 5

—¡Jaja! ¡Yamada-chi se irá hasta las nubes cuando vea mi propuesta! Pero antes de eso...

Hagakure sostenía una corta hoja de papel con diferentes apuntes, posiblemente cosas que había planeado para hoy.

—Geko... Ajá, Kizakura-sensei dijo que se llamaba Gekkogōuhara. Me sorprende que alguien menor a mi sea quien le de trabajo a mamá... Cósmico.

Sabiendo como era su madre, Hagakure supuso que entraría al campus principal por los terrenos del Curso de Reserva, que también estaban abiertos al público y albergaban parte de los puestos.

—Vamos de una buena veeee...

No tuvo que ir más allá de la fuente, su madre ya estaba ahí junto a Maiya. Se había ahorrado una caminata

—¡Jaja, sabía que aquí estarías!

... ... ...

... ... ...

Natsumi no tenía idea de cómo reaccionar. ¿Debía estar enojada, preocupada o simplemente tranquila y no debía importarle?

—No puede ser... ¿Ese es el que te tiene deudas contigo? —Fuyuhiko preguntó.

—Maestro, déjeme encargarme de él —dijo Peko tomando postura con su espada.

—Ya te dije que no me llames así, y no... Es asunto de mi hermana.

Hagakure ni siquiera notó a los Kuzuryu en el lugar, fue directamente a donde estaba su madre. Se ponía notar que Maiya estaba sorprendida, solamente había visto a Hiroko sonreír por hacerlo, pero la que ahora tenía era una sonrisa totalmente sincera.

No era más que una escena entre madre e hijo, simplemente eso.

—... «No lo voy a atosigar con lo de su deuda» —pensó Natsumi, no se debería llevar por sus impulsos, eso solamente le causó problemas en el pasado.

—Ah, eres Kuzuryu Natsumi, ¿verdad? —por fin, el clarividente la había notado.

Ella estaba por decir algo, lo que evitó que palabras salieran de su boca fue el extraño trozo de papel plastificado que apareció en manos de Hagakure.

—Tambien te buscaba a ti. Finalmente me puedo librar de que me ganes más reconcor, jaja.

Sato examinó el papel desde la distancia. Empezó a sudar en extremo al descubrir lo que era.

—Un... U-un... ¡¿Cheque?!

—... Hagakure, ¿de dónde sacaste tanto dinero? —preguntó Hiroko.

—Una que otra idea, ya sabes...

Lo que hacía sentir nervioso a Hagakure no era la procedencia del dinero, era lo que estuvo pensando hacer inicialmente para pagar solamente su deuda. Al final, su tonta idea inicial ni siquiera arrancó debido a que la persona que planeaba entregar a Natsumi y los suyos, enfermo ese día.

Sinceramente, sentía que le debía una disculpa a esa persona.

Después de eso, las cosas le salieron mejor. Sus ideas le dieron dinero suficiente para pagar su deuda, comprarle un nuevo automóvil a su madre e incluso podría remodelar su hogar, aunque eso significase perder su parte personal.

El clarividente siempre fue consciente de lo malo que es administrando dinero, no había porque negarlo. Lo que le llevo a conseguirlo era el cambio en todo, esto ya no era por él, era por la persona que tanto cariño le ofreció y tanto esfuerzo hizo para que saliera adelante, su madre.

—Je, claro. No te vuelvas a meter en estos problemas —Hiroko le revolvió un poco el cabello a Hagakure.

El aspecto estoico de Peko se debilitó, no podía evitar ser conmovida por las interacciones madre e hijo al igual que mirar mascotas adorables.

Fuyuhiko sonrió soltando un suspiro, volteó para preguntarle a Natsumi su opinión. Ojalá no hubiese visto eso.

Su hermana temblaba a la par que miraba el cheque, todo su rubio cabello caía en cascada cubriéndole el rostro pareciendo algo sacado de alguna película de terror.

Sato se alejaba lentamente, estaba igual de desconcertada que Fuyuhiko.

—«Ahora puedo... ¡Puedo!» ¡Tener una cita con Hajim-!

Natsumi se cubrió la boca a si misma, sus emociones le sobrepasaron.

Levemente, Sato escuchó lo que estaba por decir.

—«¿Eh...? Debe ser una cita de amigos, no puede ser lo otro... Si fuera así, no tendría sentido su apoyo a Nanami-san»

Hiroko —despreocupada de todo esto— fue la primera en hablar tras la escandalosa declaración incómoda e incompleta.

—Okey, deberíamos irnos, es mejor no pensar en que la señorita de las mejillas rojas casi dice el nombre del chico que le gusta.

Maiya, y el peluche de coneja blanca vestida de chica mágica que tenía en su espalda como mochila, temblaron en conjunto. Hiroko iba a ser una empleada muy buena.

Conclusión

Dream Lullaby

—Asi que...Celes quería que buscara a Komaeda-senpai y el paquete de fichas, luego Kuwata-kun me pidió que encontrara a Enoshima-san —Naegi cepillo su flequillo, se sentía cansado de estar yendo de un lado a otro con adrenalina al tope.

Tras irse, Akane cumplió y lo dejo en la zona de puestos, Makoto recordaría agradecerle plenamente al desocuparse.

Encontrar a Nagito sería tarea fácil, lo había visto antes de ser perseguido por la chica de gran moño verde. Pero Junko... Era otro caso. Podría estar en cualquier lugar.

—¿A quién le podría preguntar?

El mundo respondió a la pregunta de Makoto, la respuesta fue aquella chica sentada en una banca y sosteniendo un, ¿algodón de azúcar?

—¿Ikusaba-san?

Mukuro estuvo concentrada en su propia mente hasta escuchar la voz de Naegi, le dio un poco de pena que le viese sosteniendo el algodón.

—Hola, Naegi-kun... ¿Qué ocurre? Te veías despistado.

—Jeje, no era nada, solo buscaba a Enoshima-san. «Es como buscar una aguja en el pajar... Una aguja que se mueve de un lado a otro»

—¿Y eso por qué?

Makoto creyó haber escuchado un poco de hostilidad en la voz de Mukuro. Se deshizo de la idea, debían ser imaginaciones suyas.

—Kuwata-kun me dijo que despareció, quería solamente que se asegurara de algo en la casa de los sustos que montaron.

—«Tiene que estar planeando algo para pasar tiempo con Matsuda»

Naegi vio como el ánimo de Mukuro caía, no era buena disimulandolo.

—Ikusaba-san, ¿me ayudarías...? En el transcurso podemos recorrer esto juntos, incluso después de termine mis búsquedas...

Mukuro observó a Naegi, la sonrisa que tenía... Era idéntica, era la misma que había visto aquel día en que de hablaron por primera vez en la entrada de la academía. No era más que algo maravilloso.

—... Me encantaría, Naegi-kun.

... ... ...

... ... ...

—Tiene que ser una broma, ¿cómo no lo vi venir?

Junko, junto a Monaca y Kotoko, observaron de casualidad el momento en que Mukuro y Makoto se fueron juntos.

—Aaaawww~ la gran hermana Mukuro ha caído en el amor —los gestos de Kotoko eran empalagosos, demasiado para el gusto de Monaca.

—Ugh, tarde o temprano todos caen en eso, ¡hasta Junko-chan!

—Vamos, nada me impide sentir la desesperación de perseguir un amor no correspondido... ¿Verdad, Yasuke-kun? —dicho eso, sacó un pequeño muñeco del bolsillo que Kotoko cargaba.

—«¿Por qué parece un muñeco vudú?» —pensó Monaca.