Prólogo

Painted Black

—¿Querías darme solo esto, Jin?

En la oficina del director, Kirigiri Jin llamó rápidamente a Kazou Tengan para hacerle saber nueva información que ahora estaba en sus manos.

—Sí, ¿o acaso olvidaste que acordamos mantenernos informados lo mayor posible?

El ex director asintió lentamente, en el transcurso sus ojos descendieron para leer lo que estaba en el nuevo informe.

Sus cansados ojos se abrieron todo lo que pudieron en conjunto con que todos los poros de su cuerpo sudaron por la conmoción.

—Una semana... Tiene que ser un chiste, ¡¿una semana?!

Jin también parecía muy irritado, su mente no pensaba con claridad.

—Tenemos que prepararnos... ¿Pero cómo lo hacemos?

... ... ...

... ... ...

La gente seguía entrando por montones, y eso nada más en la última fila.

En esta, había una chica de chaqueta púrpura y falda genérica de color oscuro, lo normal, ¿verdad?

La chica destacaba por sus amenazantes ojos rojos, aunque eso no cuadraba con el hecho de que era guía de una mujer mayor.

—¿Está segura sobre esto?

—Maki-chan, dicen que ella la conoció... —el rostro de la mujer revelaba una gran preocupación y tristeza.

—Entiendo, entonces sigamos.

Parte 1

—Ikusaba-san... ¿Ikusaba-san?

Naegi llamó varias veces a su compañera, no tuvo éxito.

El afortunado se puso algo nervioso desde el momento en que Mukuro juntó su mano con la de él, ahora era más grave: estaba casi recargada contra todo su brazo y la cabeza casi tocaba el hombro de Naegi.

—«Hum, bueno, Ikusaba es una chica también, y Komaeda dijo... ¡¿Qué rayos estoy pensando?!»

Un montón de espirales aparecieron en los ojos de Makoto y el sonrojo de las mejillas se le extendió a todo el rostro.

¿Qué pensó para terminar así? Se imaginó dándole un abrazo a Mukuro.

—Uhm...

Mukuro lentamente salió del trance en el que estaba, la pobre estuvo por estallar cuando comprendió lo que hacía.

—Naegi-kun —dijo en tono extremadamente bajo—, ¿qué... S-se supone qu-que estaba haciendo?

Makoto no sabía si responderle o no, la repuesta podría ser una espada de doble filo.

—So-solamente me agarraste del brazo... Y te recargaste en mi hombro.

Ahora entendía lo que quería lograr, Mukuro quería alejarse corriendo de no ser porque estaba paralizada por la vergüenza, Makoto estaba igual.

—«M-me deje lle-llevar por esa fantasía... ¡¿Por qué quería que la gente nos viera como una pareja?!» —su exterior no lo mostraba, pero Ikusaba estaba llorando internamente.

Ella, la Soldado Definitiva. Que vivió todo tipo de campo de batalla, que podía armar y desarmar un arma tan fácilmente como respirar, se enfrentaba a una lucha para la que nunca fue preparada.

Una lucha con sus propios sentimientos.

—O-oh, ya veo. Lamento eso, Makoto- —se cubrió a toda velocidad la boca.

Su estadía en Fenrir no fue muy bonita, pero incluso en este tiempo hay algo que nunca olvido: usar honoríficos, ni siquiera con compañeros que veían del extranjero, ya fuesen de Europa, Norte América y/o Latinoamerica.

Solamente una persona era la excepción, su preciada hermana menor, y aún así se llegaba a sentir un poco rara.

Mientras la mente de Mukuro iba a un punto superior a la confusión, Makoto no encontró nada raro en sus palabras.

Es decir, eran compañeros hace solo dos meses, pero ya eran muy cercanos. Toda la Clase 78 era como una familia, ¿qué tendría de raro saltarse los honoríficos y hablarse de buena manera por sus nombres?

A pesar de que él creía eso, Ikusaba no parecía mejorar. El afortunado tenía que ayudar a su amiga.

—Realmente no paso nada, Mukuro —finalmente lo había dicho, y tenía su confiada y agradable sonrisa a la hora de decirlo.

Ikusaba sentía como el rubor de formaba en sus mejillas, se quería quedar un rato allí. No conforme con eso, su corazón también latía a toda velocidad a la par que conservaba una inusual paz.

¿Por qué Naegi Makoto le hacía sentir de esta forma? ¿Era acaso porque fue la primera persona que le habló cuando entraron, la primera persona que le sonrió, la primera persona que... La trataba como una chica normal?

Durante un tiempo Mukuro mantuvo su vista fijamente en él, tras eso se dio cuenta de que debían seguir avanzando o perderían todo el tiempo, el torneo iniciaría y ni siquiera tendrían la chance de visitar algún puesto.

Aunque ignoraba el hecho de que todavía faltaban dos horas para que eso iniciara.

Justo cuando estaba por alejarse un poco de Naegi y reanudar la caminata, el afortunado le habló.

—Je... Iku-"¡Cough" —Naegi tosió bruscamente, volverle a llamar así sería un gran retroceso—, quiero decir, Mukuro, ¿qué te parece si después de ir al puesto de dulces vamos al mini casino? Se veía interesante.

La nueva propuesta repitió lo anterior: tomarla desprevenida.

—No... Me parece mala idea, Makoto —como muchas otras veces, sonrió sin darse cuenta, solo que está vez hizo algo por iniciativa propia.

Tomó la mano de Naegi.

... ... ...

... ... ...

—Esa marca...

La joven de cabello plateado y uniforme de sirvienta sacó una especie de enciclopedia, ¿dónde la tuvo guardada?

Estuvo pasando las hojas por un buen rato hasta encontrar lo que buscaba.

—Umhu, ¿con que Fenrir? Una soldado tan bien entrenada en todos los aspectos militares —miró nuevamente a donde estaba Mukuro—, pero se mira tan tímida alrededor de ese chico...

Tomando una profunda y larga respiración, la chica extendió su brazo al cielo y soliloquió, era su orgullo personal.

—Finalmente yo... —se inclinó para hacer una reverencia—. He encontrado a un amo.

Parte 2

—Ugh, no, por favor no. ¿Por qué no podía ser una prima más normal? No sé... Tal vez considerarse a si misma una hermana menor —se quejó Leon.

A la par con los mensajes que le envió a Makoto, a él le habían llegado alrededor de 10 con el de mismo remitente. Era su prima, Kanon Nakajima.

Desde niños, su prima tuvo una gran admiración y apego hacía él, las cosas se tornaron preocupantes cuando Leon notó que apesar de que crecieron, al parecer lo que ella sentía de niños solo fue creciendo.

El punto crítico habia sido hace mucho tiempo, cuando ella le insistía en que la llevara a tener una cita. El Beisbolista Definitivo se esforzó en tratar con un asunto de está magnitud, tenía que, después de todo el no aprobaba lo que... Los sentimientos de su prima implicaban.

Entonces, para librarse de hacerle daño, le dijo que si algún día conseguía batear una bola arrojada por él, entonces tendrían esa cita.

Leon estaba más que confiado en que Kanon nunca conseguiría aquello, pero aún era consciente de que tarde o temprano tendría que buscar la manera de acabar con todo esto, las cosas no podían permanecer así para siempre.

Era gracias a sus momentos durante niños que Leon pedía lo mejor para Kanon, que encontrarse la felicidad con alguien o en alguna vocación, ¿pero cómo conseguir eso sí ella seguía aferrada a unos sentimientos infantiles que crecieron hasta la actualidad?

—Alguien podría aconsejarme... ¿Quién puede hacerlo?

... ... ...

... ... ...

—Jajaja, no puedo creerlo, ¿enserio fue multado?

En unas sillas adyacentes al puesto de tickets de la casa de los sustos, Yasuhiro y Hiroko parecían estar hablando sobre algo que les hacía mucha gracia.

—Ehm, conducir a 115 kilómetros por hora no es bien visto, y que luego descubran que en tu expediente dice que no pagaste pensión aunque fuese unión libre tampoco... 6 meses en una celda no son suficientes.

Al parecer, Hiroko le decía a Yasuhiro sobre que hace poco fue buscada por un fiscal para atender un asunto que tenía que ver con su padre.

—No es como si fuéramos a necesitar su dinero de todas formas —reveló mientras jugaba con el alborotado cabello de su hijo.

Parte 3

—Kaede... ¡Lo puedo ver! ¡Ella es la ideal para mí!

Kaito y Kaede seguían buscando a Shuichi, querían ir lo más pronto posible al puesto de dulces y ver qué podrían encontrar en ese lugar.

Por el momento, estaban descansando en una banca que hace poco estaba ocupada por una chica pelinegra. A Kaede le dio ternura la manera en la que se fue con un chico de cabello castaño, Kaito se empalago cuando vió que la chica le agarró la mano al chico.

—... ¿De qué hablas ahora?

Emocionado, el joven de curiosa barba señaló con los ojos a la dama que con solo mirar le robaba el corazón.

Cabello de un castaño muy oscuro, unos intimidantes ojos rojos que para Kaito se sentían como hermosos rubíes y una aparente amabilidad oculta, eso lo dedujo al mirar como ayudaba a la anciana que acompañaba.

—Asi que finalmente has caído en el amor, jeje —Kaede rió maquiavélicamente—. Solo espera a que le cuente a Shuichi y Tsumugi.

—Por supuesto, aunque solo tendrás el derecho de decirle esto a mi bro cuando te decidas confesar.

Kaede se apagó, no tenía como negarselo cuando el más que nadie conocía sus verdaderos sentimientos hacia el joven Saihara.

—Tu ganas...

—¡Noooo! ¡No me hagas esto! ¡Había apostado con Tsumugi a que tú y mi bro pronto serían pareja! —se quejó tirando su propia chaqueta al suelo—. ¡Kaede x Shuichi debe ser canon, maldita sea!

Lentamente la pianista se alejó del chico con sueños de ser astronauta, realmente era un berrinche muy vergonzoso.

Bueno, tampoco era tan malo como aquella vez en la que dijo en voz alta que él sería el padrino de la boda, o no tan malo como Kaede recordaba.

Parte 4

Sato, Natsumi, Maiya y Mahiru se reunieron tras lo de la fuente, solamente Natsumi había dicho en voz muy alta que no volvieran a mencionar nada relacionado a lo último que dijo Hiroko antes de irse con Yasuhiro.

—Koizumi-san, ¿estás bien? —preguntó Natsumi.

La joven Kuzuryu ya se sentía mucho mejor, pero las cosas no eran igual para la Fotógrafa Definitiva de la Clase 77-B.

Todas las chicas podían leer lo que estaba sintiendo, ya fuere porque la conocían muy bien o por haber pasado por algo similar.

—¿Ya sabías? Ella va a hacer hoy su movimiento.

La expresión de Natsumi se llenó de terror así como de una pronta resignación, a Sato le pasó igual. Esto era solo una cuestión de tiempo.

—Mahiru-chan —Maiya hacía el esfuerzo por encontrar cómo ayudarle—, uhm, bue-bueno-

—Gekko-chan —le llamó por el apodo que le dio—, no te preocupes, todo está bien.

La fotógrafa pronto tendría que ir a su puesto junto a Saionji, claro que antes de eso tendría que dejarle en claro al resto de sus amigas el cómo se sentía.

—Jeje, es extraño, muchos dicen que si pueden estar con esa persona, el solo hecho de que sean felices les da felicidad a ellos —mantenía una mano en su pecho que, dicho lo último, aumento el agarre—. Diría que es una mentira... No deja de ser doloroso y triste, n-no puedo pretender que no duele.

Ese chico le enseño demasiado sobre la comprensión, la paciencia. No lo negaría, su vida era mucho mejor desde que él estaba en ella.

Al enseñarle sobre compresión, entendió como entablar una conversación larga con su padre y hacerle ver lo mal que estaba, la paciencia fue lo siguente. Con esta, no presionó en el lento pero gran cambio que su papá llevó acabó el año pasado.

Al final de cuentas, era la sociedad tan exigente lo que hizo que se convirtiera en un despreocupado. Decía sentirse superado una y otra vez por las expectativas que cualquier trabajo ponía en su espalda, se sentía insignificante.

No trató de usarlo como excusa, entendio lo que estaba haciendo mal, se disculpó con su esposa e hija y asi inicio su cambio, todo porque su hija había ganado un gran amigo que le dio sutiles consejos para lidiar con un tema tan delicado.

—Podría pasarme todo un día diciendo las razones por las que me enamoré de él... Y eso haría más dolorosas las cosas.

Ya no tenía porque contenerse más.

Koizumi Mahiru rompió en lágrimas, también una muy pequeña sonrisa se formaba en su enrojecido rostro.

Sus corazón estaba roto incluso antes de siquiera tratar de confesarse, pero también se sentía libre.

... ... ...

... ... ...

Mikan hoy estaba de un humor tan bueno que hasta la Clase 77-B estaba espantada.

Era su día, lo que espero por tanto tiempo, finalmente lo haría.

El constante lamento que había sufrido las últimas semanas fue la llave que la armó del valor y la determinación para realizar algo que hasta hace un año creía imposible: una confesión.

Nunca se habría podido ver en este punto de no ser por él, compitiendo contra una de sus más preciadas amigas por el corazón de un chico... Aunque dicha amiga no tuviera ni la menor idea.

Con toda su ilusión a tope, Mikan preparaba lo necesario para ese momento. Lo principal era que fuera en la tarde de ese mismo día.

—Disculpe, joven.

Por ahora, la enfermera se estaba encargando de llevar unas cuantas utilerías que Saionji —haciendo el gran esfuerzo de ser amable–, le pidió para la cabina de fotos.

Ya estaba en el camino de regreso cuando dos personas se le acercaron, una mujer bastante mayor y una chica de oscuro cabello castaño e intimidades y afilados ojos rojos.

—¿S-sí? ¿En qu-que le puedo ayudar?

¿Por qué tartamudeaba? Mikan sabía que no se sentía nerviosa.

—Mucho gusto, soy Nicia Bianchi —se presentó la mujer mayor.

El que pareciera la clásica abuela bonachona de alguna serie o libro infantil le daba bastante tranquilidad y curiosidad a Mikan.

—Harukawa Maki... —la presentación y saludo de la joven fueron bastante secas. Parecía Incluso enojada.

—Quería preguntarle algo, Mikan-san —dijo Nicia—. Verá, yo administro un orfanato y... Euhm, estoy divagando. Iré al punto, ¿acaso usted conoció a Ota... Ehm...? ¿Cómo era, Maki?

—Otonashi —contestó Harukawa, la preocupación que ese nombre hacía recaer en aquella mujer mayor era lo que le tenía tan enojada—. Usted, Tsumiki Mikan-senpai, se encontró con Otonashi Ryoko, ¿no es asi?

—S-sí... Pe-pe-pero-

—Y lo hiciste tras el intento de asesinato contra la hija de los Kuzuryu, ¿correcto?

El mayor rumor alrededor de Tsumiki Mikan era ese, el haber conocidos a una persona tan peculiar el mismo día en que aquella tragedia casi ocurre.

Conclusión

Take Your Time

—¿Crees que Makoto cumpla su parte? —preguntó Monoinata.

—Tiene que, este pequeño pero misterioso gasto en soluciones salinas, sueros y cosas de ese estilo es demasiado misterioso como para dejarlo pasar.

—Egh, yo veo que tiene oportunidad para investigarlo durante o después del torneo.

Los dos viajeros de peculiar nombre espectaban gustosos el evento que hoy se estaba llevando acabo, es más, a ellos les encantaría ir un puesto de tiro al blanco.

—Lo dices como si fuera nada, prácticamente le dijimos que debe entrar a un lugar de ese calibre... ¿Enserio habrá pensado su respuesta o solo fue el impulso?

Palabras Finales.

Mucho gusto mis estimados lectores.

Primero que nada, espero se encuentren bien con la situación que se vive actualmente en todo el mundo. Es un tiempo difícil el que vivimos, pero será superado y vendrán cosas mejores.

Dicho eso... Bueno, no ha pasado mucho de mis últimas palabras finales, así que no hay mucho que comentar más allá de que se ha llegado a la segunda etapa titulada: Number.

No debería decir esto, pero es una etapa mucho más larga que la anterior. Quiero que está sea el gran antes y después.

Como siempre, muchas gracias por el gran apoyo que le dan a está historia. La verdad, en un inicio no esperaba recibir tanto.

Es todo lo que había que decir, espero hayan disfrutado el capítulo.

Se les aprecia.

Nota: Solo en caso de que les sea desconocido, Kanon aparece en la novela Ultra Despair Hagakure. Altamente recomendada.

-Mr:Soul