Los personajes de Ranma 1/2 no me pertenecen, son obra de la gran Rumiko Takahashi. Escribo sin fines de lucro solamente con el fin de entretener.


Este drabble llegó a mi mente para obligarme a escribir algo que genere angustia/drama no sé si lo logré pero quedé feliz con el resultado, tampoco guarda relación con el reto.

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Esa noche cuando atravesó el umbral de nuestro hogar lo supe, no necesitaba darle más vueltas al asunto ni hacerme el desentendido porque la realidad me golpearía tan fuerte que necesitaría una reconstrucción de mi cuerpo y alma al caer en cuenta que nuestro matrimonio estaba acabado.

Se sorprendió al encontrarme apoyado sobre la isleta, con un vaso de agua en mis manos con las luces lo más tenues posible, casi tan apagadas como mi corazón.

—Me has asustado — colocó una mano nerviosa sobre su pecho buscando calmar aquellos fuertes latidos — perdona no avisé que llegaría tarde tuvimos una reunión de último momento.

—Claro, no hay problema — deposité el vaso en el fregadero y me volteé para volver a la cama — la cena se encuentra en el horno para calentar.

Ella titubeó al responder — gracias…ya cené.

Deslicé mis pasos hacia nuestra habitación, me cubrí con la sábana y cerré mis ojos tan fuerte para intentar conciliar el sueño buscando que mi mente deje de divagar y lograr quebrarme.

Al cabo de unos cuantos minutos ingresó en la habitación de manera sigilosa, se acostó a mi lado acercando su cuerpo hasta quedar pegado a mi espalda, su cabello ligeramente húmedo por la reciente ducha golpeó contra mi piel, deslizó sus manos a través de mi pecho envolviéndome en un abrazo depositó un beso en mi parte posterior con suma delicadeza pronunciando un "buenas noches" con una voz ahogada para luego reacomodarse en su lado dando paso a la brecha de hielo que nos separó aún más a partir de ese día.

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Conforme iban pasando los días, las semanas, los meses había recortado su cabello unas cuantas veces, su manera de vestir había cambiado, ahora su clóset contenía gran cantidad de vestidos y zapatos incluso su ropa interior había pasado de ser aquellos simples conjuntos de algodón a unos sensuales de encaje pero donde más podía percibirse su cambio era en el brillo de sus ojos, unos meses luego de nuestro casamiento el sutil brillo que los adornaba comenzó a opacarse hasta convertirse en una joya sin pulir y nunca supe qué hacer para sacar a relucir su brillo natural; pero en este momento sus ojos resplandecían tan brillante que si te acercas demasiado pueden quemarte y sus labios, ahora siempre cubiertos de bálsamo intentando disimular lo mucho que los utilizaba.

Me sentía impotente pero a la vez un imbécil por haberla descuidado tanto, mi carrera se interpuso en nuestro matrimonio y no supe cuánto iba a afectarnos hasta esa noche donde todo cambió.

Asistimos juntos a una cena en un importante hotel donde reclutaríamos alguna nueva celebridad para representar ya que la última con la que trabajamos terminó decantándose por tener un trato más personal conmigo y no con mi esposa.

Ella estaba utilizando ese vestido blanco que la hacía parecer un ángel cuando un colega nos presentó a nuestro posible representado, cuando nos encontramos él escaneó en toda su extensión a mi esposa, se detuvo algo más de tiempo en su inspección en sus ojos, labios incluso en sus pechos y torneadas piernas, ser consciente de su escaneo me encabronó pero al desplazar mi vista a la mujer que sostenía por la cintura mi rabia se transformó en tristeza y desolación, la sonrisa más hermosa del planeta iluminaba su rostro mientras se presentaba y mantenía una conversación con él.

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Una noche regresé tarde, bastante tarde de la oficina luego de algunos desencuentros con mi cuñada quien se encargaba del sector de finanzas y con mi esposa que insistía en separar nuestro equipo de mánager e ir cada uno por su cuenta, obviamente su hermana apostaría por ella a pesar que yo contaba con el apoyo de mi cuñado conocía muy bien el motivo de trasfondo de esa separación, él.

Atravesé la puerta y percibí que la casa estaba en penumbras, suspiré de camino hacia el comedor, esta sería otra de esas noches donde debería guardarme todas las palabras y el dolor cuando ella regresara, prefería seguir a su lado de esa miserable forma que no tenerla, sería un maldito egoísta. Encendí el interruptor y sobre la mesa hallé un papel doblado y a su lado una caja.

Mis manos temblaban y mis piernas se volvieron gelatina por lo que tomé asiento para evitar perder el equilibrio por completo, desdoblé el papel para leer.

"Shinnosuke lo siento, realmente no imaginas cuánto lo siento. Intenté por todos los medios no caer en la tentación pero lo hice, finalmente caí y no conforme con caer me enamoré irrevocablemente de ese hombre a quien le entregué no sólo mi cuerpo, sino también mi alma y corazón. Deseo encuentres la misma felicidad, siempre seremos buenos amigos. Por favor, haz entrega del acta de divorcio a Nabiki luego de firmar.

Akane"

Lágrimas corrieron por mi rostro al imaginar la felicidad de mi mujer, bueno ahora ex mujer, con el hombre que presionó el interruptor exacto para iluminarla, Ranma Saotome.