Prólogo

Greedy.

—S-si no es mucha molestia... ¿Cu-cuál es su relación co-co-con Otonashi-san? —cuestionó una muy asustada Mikan.

El gesto de Maki fue amenazante tras la pregunta de la enfermera, claro que ni ella ni la mujer mayor lo notaron.

—... Hace años, dirigía un orfanato junto a mi esposo.

—No me gus-gusta sacar conclusiones pero... Eso... ¿Quiere decir que Otonashi-san es una huérfana?

Bianchi asintió a la pregunta.

—Un fatídico día, el edificio se prendió en llamas y mi esposo se quedó dentro buscando sacar a todos los niños y niñas.

—N-no me diga...

—Jeje, tranquila jovencita, conseguimos poner a todos sanos y salvos, incluso tuvimos el apoyo de la gente que estaba por los alrededores ese día.

Mikan suspiró aliviada, agradecía que no era una historia trágica, era lo que menos deseaba escuchar en este, su "día más feliz".

—Sin embargo, aunque todos estaban bien, el edificio quedó en un estado deplorable. Con ayuda del gobierno, conseguimos un lugar temporal en donde instalarnos en lo que el edificio era reconstruido.

—Si todo esto fu-fue hace años, ¿por qué ahora busca a Otonashi-san? ¿Tiene que ver con la fa-familia que la adoptó?

El silencio se hizo entre las tres mujeres, la enfermera encojiendose cada vez más sobre si misma al sentir que hizo una pregunta que no debía.

—Ni Otonashi ni su hermana mayor fueron adoptadas, ellas desaparecieron el día que nos trasladamos.

Todas las piezas se rompieron y cayeron en su lugar dentro de la mente de Tsumiki Mikan.

—Fue una completa sorpresa cuando nos enteramos que reapareció —Maki volvió a su gesto y tono neutro una vez hablo—, así que desde hace tiempo estaba intentando convencer a mi abuela de venir y preguntarle a la persona que se relacionó con ella cuando el incidente ocurrió.

La cara de Tsumiki se oscureció.

Aquel fue un día muy feliz para ella y le molestaba mucho que solo lo relacionaran con el intento de asesinato crepuscular.

—Oto... Ryoko-chan no tuvo nada que ver con lo que paso ese día —levantó gradualmente la voz y el rostro, todo rastro de nervios se había ido—... Me habló de su vida, dijo que había alguien a quien extrañaba, alguien que era como una madre para ella durante el tiempo "que no tenía nada"...

Viendo que una lágrima traicionera se escapaba del ojo derecho de la señora Bianchi, Mikan no pudo evitar que lo mismo le pasara.

—Al parecer Ryoko-chan la sigue apreciando.

Maki estaba disgustada con el momento conmovedor así que simplemente cerró los ojos y tarareó algo en mente.

Por culpa de hacer eso, no fue consciente del chico cuyos finos lentes le daban un tono siniestro.

Parte 1

—Con que un amigo que quiere ser astronauta... Yo tengo un amigo que tiene montones de dinero pero lo han llegado a confundir con un vagabundo —rió incómodamente tras decir eso.

Hajime y Shuichi estaban a escasos metros del puesto de fotos, al parecer buscando a los amigos del detective novato.

—Por cierto, Saihara-kun... Cuando mencionas a tu amiga pianista tienes un gesto diferente, ¿acaso...?

Todo el cuerpo de Shuichi empezó a sudar por culpa de los nervios, de igual forma las palabras no podían salir de su garganta, incluso todo el ruido que hacía la gente en los alrededores pareció desaparecer del mundo.

—No e-es lo que p-piensa-sas...

—Eres muy malo mintiendo, además noté tu gesto porque también me ha pasado.

De nueva cuenta el ambiente se relajó entre los dos. Todo el sonido de la gente que pasaba regresó a Saihara.

—Hinata-kun... ¿Amas a alguien?

—No le veo el sentido a que lo niegue.

Sorprendido por el atrevimiento de su recién conocido, el detective novato reflexionó un poco sobre si mismo.

Disipó rápido esos pensamientos, primero necesitaba más detalles.

—¿Cómo lo puedes decir tan casualmente? Ehm, quiero decir... Supongo que para que puedas hacer algo así la debes de conocer desde hace años.

«Yo solo conozco a Kaede desde que tenía 12, hace unos dos años»

—Te equivocas, nos conocimos el año pasado. Es solo que... Gracias a ella cambié muchas cosas de mi vida —Hajime miró hacía el norte, es decir en donde se encontraba el escenario. Ella estaba ahí, hablando casualmente con Ibuki—. Hice grandes amigos, hemos pasado momentos inolvidables... Incluso este año conocí a más personas.

Las palabras de Hajime hicieron a Shuichi volver a su estado reflexivo.

Si tuviera un valor como el del chico con corbata verde, tal vez desde hace tiempo estaría en una relación de noviazgo con ella.

—Mantente tranquilo con estás cosas, todo se dará a su tiempo.

—Pero, ¿y si ella no siente lo mismo?

—... ¿Qué se le puede hacer? —dijo encogiéndose de hombros—. Nunca me ha pasado, pero sé que duele, también puede frustar. Pero si el aprecio que se le tiene a la persona es tan fuerte, entonces podrán mantener una amistad. Cuando menos te des cuenta, aquéllos sentimientos rechazados se han ido.

—Suena muy irreal...

—¿Le estás buscando lógica a las emociones humanas?

—Hey, soy un hombre de ciencia.

Hajime soltó una leve risa, posteriormente se acercó a Shuichi y puso una mano sobre su hombro.

—La ciencia no puede explicar todo, no busques lógica en las emociones humanas... Siempre varían.

Shuichi asintió.

En definitiva, hacer conocidos Hajime y Makoto podría ser lo mejor que la pasaría en el evento.

«Ahora que lo pienso...»

—¿Qué clase de consejos crees que Naegi-kun me daría?

Y con esa pregunta, la sabía y madura aura que Hajime tenía se disipó al instante.

—E-es mejor no hablar de eso... Makoto es algo "denso" .

—¿Denso? No lo parece, habló tan casualmente con esa chica atleta.

—Créeme, lo es. Aunque tampoco es como si lo pudiera culpar del todo, hay alguien en la clase 77-B que tiene un obvio enamoramiento con él, solo que ella tampoco se ha dado cuenta...

Shuichi llegó a sentir algo de pena por el estudiante afortunado.

Justo cuando estaba por preguntar quién era la estudiante de dicha clase que tenía un enamoramiento con Naegi, alguien le llamó.

—¡Hey, Shuichi! Hasta que te encontramos.

Un chico y una chica se estaban acercando desde los alrededores del gimnasio, que es donde Hajime y él estuvieron.

—Oh, Kaito, Kaede...

Nada más observar a su amiga pianista, un rubor llegó a los rostros de ambos.

A Kaede por recordar lo que Kaito gritó a los cuatro vientos y Shuichi por la plática con Hajime.

En cuanto a los otros dos jovenes, compartieron una mirada y una leve risita al ver la reacción del detective novato y la pianista.

... ... ...

... ... ...

—Sniff, yo quería ir con los demás... ¡Pero aún tengo tiempo!

Tsumugi lloró mientras salía de una sala de reuniones.

Agradecía que la reunión terminó más temprano de lo previsto, así podría reunirse con los demás a pesar de tener menos tiempo.

—Yo soy cosplayer, ¿por qué tengo que aportar al diseño de vestidos? —se masajeó la sien dejando en evidencia la frustración que sentía—. Y todo para que al final sean presentados por Enoshima Junko... Que desperdicio.

Parte 2

«Aahhh, maldita sea, ¡casi toco un tomacorriente»

Fukawa se mordió las uñas, el error que estuvó por cometer le asustó demasiado.

Queriendo alejarse de la multitud hasta que iniciaría el torneo, buscó el camino a los dormitorios. Tomando en cuenta que no era "ella misma" cuando Kizakura les dijo la forma en que podrían llevar, no se sabía la ruta así que terminó por perderse.

En algún punto llegó a la zona en donde hacían los preparativos para el escenario y casi toca un tomacorriente que ya tenía corriente eléctrica en el.

Con eso, se alejó corriendo hasta esconderse en la parte de atrás del casino.

«No tengo rastro de nadie, ¡maldición!», aumentó la rapidez con la que se mordía las uñas.

¿Quién la ayudaría? Ella misma primero pensó en su "Maestro", pero descartó la idea. Touko no tenía de idea de cómo, pero recientemente su obsesivo interés había disminuído.

Luego pensó en alguien como Chihiro, ella sin lugar a dudas le ayudaría. Para mala suerte, no tenía ni idea de dónde estaba.

—No quiero pedirle a-ayuda a Makoto... —murmuró con una voz casi inaudible.

Fukawa no le tenía odio al chico, es más, era casi al contrario, estaba a nada de considerarlo un amigo. Y por ser lo contrario era que se sentía incómoda.

—Disculpa, ¿qué dices sobre mi hermano?

La chica recién llegada creyó haber visto como el cabello de la escritora se crispo cuando le hizo la pregunta.

—¡A-alejat-! —al voltearse para empujar y irse corriendo una vez más, Fukawa contempló la apariencia de la chica.

Ojos de color avellana, un cabello verdoso y un característico pelo rebelde en el centro.

—... ¿Ko-Komaru?

... ... ...

... ... ...

—Juro que cuando lo vea le daré un buen golpe —se quejó Komaru mientras agitaba el puño.

Toda la familia Naegi había asistido al evento, eso incluía a los abuelos. Entraron normalmente junto al resto de personas, miraron por aquí y por allá, lo típico.

El único detalle surgió cuando el padre —Naegi Yasuo— observó como su hijo salía corriendo junto a otro joven, al parecer escapaban de una chica que se hacía notar por el gran moño verde que tenía.

Preocupada por el bienestar de su hijo, la madre —Naegi Mitsu— le pidió a Komaru que lo encontrara.

No es que le desagradara su hermano, es solo que la chica quería mirar todo lo que tenía el evento de manera tranquila y ahora tenía que ver en qué se había metido su desafortunado hermano mayor.

De tal forma, se mantuvo buscándolo hasta llegar a la zona del casino después de que una chica de piel morena y complexión atlética le dijera que lo llevó a ese lugar hace poco.

—Se fue, parecía exhausto —le respondió una chica con coletas en espiral y ropa de lolita gótica.

—¿Y viste a dónde se dirigía?

Komaru cayó en la trampa de Celes, pobre de ella.

—Te lo diré... Si me ganas en una partida de cartas.

Frunciendo el seño, la menor de los Naegi ignoró a la apostadora y dio una media vuelta para salir del lugar.

—Sé que quieres jugar una partida contra el representante de tu clase—Togami Shinobu le dijo a Celes, se encontraba ahí anotando todo los elementos que se usarían para premios—, pero te pediré amablemente que te abstengas de retar a cada persona que venga.

«A-asi solo asustara a la gente...», pensó cierta chica con heterocromia y un suéter de la popular mascota de un videojuego, al parecer era la ayudante de Shinobu.

Exhalando ruidosamente, Celes no fue tras una molesta Komaru.

Mientras tanto, la chica se había recargado contra la pared izquierda del casino. En si, la persona de Celes no era la fuente de una ola de escalofríos que le atacó nada más salir del ese lugar.

—Su ropa me daba miedo...

Con una mano en la nuca para aliviar la atención, Komaru se dispuso a continuar con la búsqueda. Dio marcha atrás cuando escuchó un murmuro en la parte trasera.

—No quiero pedirle a-ayuda a Makoto...

«... ¿Fukawa-san?», inmediatamente reconoció a la escritora.

Parte 3

—Lo siento, no sabía que hoy recibías tratamiento.

Jeje, tranquila, ya estoy bien

Habiéndo resuelto los destrozos de Owari y separándose de Asahina por la llamada importante que tenía que realizar, Sakura aprovechó al grupo de chicas que se había ido de la fuente para sentarse en las bancas aledañas y hablar tranquilamente.

—Lo sé, es solo que... No tenías porque tomar un riesgo de esa magnitud.

Es mi elección, quiero ver cómo te luces. Además, no estaré solo, el hospital me asignó un enfermero que me acompañara

—Kenichiro... Gracias —la artista marcial forzó, estaba realmente conmovida.

Más te vale dar lo mejor de ti de la mejor manera que sabes... Con honor

... ... ...

... ... ...

—Sniff, ¿por qué sin azúcar? ¿Es una mala broma de tu parte?

Lloriqueo Aoi al sacar una de las donas que venían en la bolsa que le entregó su hermano.

—¿Mala broma? Uhm... Tal vez si volvemos al puesto le pongan la azúcar, glaseado o lo que sea —respondió Yuta mientras se cruzaba de brazos.

—Te lo agradezco, de todas formas no tengo hambre...

Yuta miró a su hermana con un gesto extrañado, parecía desanimada.

—¿Te ocurre algo? Por favor, no te pongas así solo porque no participarás en las peleas.

Las palabras de su hermano menor no ayudaron en lo absoluto.

En un inicio, la nadadora estaba entusiasmada de participar y demostrar los frutos de sus esfuerzos no solo en el nado, a pesar de que le gustaba dedicarse a eso más que nada.

Desconociendo de dónde provenía, una habitual ansiedad atacó a Asahina el día que le iba a decir a los organizadores de su participación.

Dicha ansiedad provenía de algo que la había atosigado por mucho tiempo desde que comenzó a practicar la natación: la inseguridad que tenía respecto a qué tan femenina era.

—... Si no participe en el torneo, fue porque me pregunté... "¿Eso es algo qué haría una chica?".

Yuta suspiró con exasperacion, se pusó de pie, tronó los dedos de ambas manos y hecho eso, golpeó con la palma izquierda a su hermana.

—¡Ouch! ¡¿Por qué fue eso?! —preguntó con dificultad, había una pequeñas lágrimas al borde de sus ojos.

—Respondeme algo, ¿Oogami-san es una chica? ¿La tal Ikusaba-san y Owari-san lo son?

—Bue-bueno... Lo son, pero ellas son especiales...

—Han hecho ejercicios como tú, nada más —se volvió a sentar, tenía una mirada de compresión dirigida a la nadadora—. Hacer ejercicio, que te gusten los deportes, la natación en tu caso... Ni de chiste quita lo femenina que amas ser.

—Solo lo dices porque eres mi familia... Mamá dijo algo así.

—"Sigh", ¿entonces porqué no le preguntas a una amiga o amigo? Alguien con honestidad ante todo...

Aoi podía suponer lo que Sakura le respondería, sus opciones eran limitadas.

«A menos que...»

—Co-conozco a alguien —un fuerte rubor apareció en sus mejillas y frente.

«¡¿Enserio estoy pensando en pregúntarle?!», pensó con un llanto interno.

Parte 4

—Ese niño echo las donas a la bolsa sin elegir un glaseado... —Ruruka tenía la mirada pérdida—. Oh bueno, será cuestión de tiempo para que vuelva.

Apoyándose en el mostrador, la mirada de la confitera se desvió hasta enfocarse en su amiga farmacéutica.

—Seiko, ¿por qué pareces tan acelerada?

Sorprendida por la mención a su nombre, Kimura se movió errática mente, en el transcurso hasta se aflojó el cubrebocas.

—Na-nada, no es nada —la sonrisa nerviosa que hizo solo puso más sospechas en Ruruka.

—¿Esperas a alguien? Me preguntó quién será, después de todo nuestro ayudante ya tiene tiempo que llegó...

En la parte de atrás del puesto, muchos utensilios de cocina metálicos hicieron ruido cuando la susodicha ayudante fue mencionada.

—Antes de que llegara si estaba esperando a Kotoko-chan —Seiko estaba algo resignada, no es como si tuviera prohibido esperar la visita de "él"—, y ah-ahora lo hago con alguien más, ¿tie-tiene eso algo de malo?

La actitud tan determinada de Kimura sorprendió a Ando, tenía tiempo de no verla así.

«Sea quién sea la persona... Debes tener muchas ganas de verla una vez más»

Antes de notar la sonrisa de la confitera, Kimura se distrajo por el ruido que los utensilios seguían haciendo en la parte trasera.

—¿Kotoko-chan tendrá problemas?

—"Sigh", iré a verla, espero no encuentre un desastre.

Con pereza, Ruruka se retiró del mostrador —tomando Seiko el puesto— y acto seguido se cambió el delantal decorativos a uno más apropiado.

Minutos pasaron hasta que el ruido cesó, pero Ruruka seguía sin volver y eso preocupaba a Seiko.

Al momento en que su barra de preocupación llegó al límite y estaba por ir a ver, dos personas llegaron.

A simple vista, podían ser perfectamente una pareja adolescente en una cita, por suerte la Farmacéutica Definitiva no se dejo llevar.

—Oh, Kimura-senpai.

Su plateado cabello pareció moverse de la alegría al escucharlo pronunciar su nombre.

—Ho-hola, Naegi-kun, Ikusaba-san.

... ... ...

... ... ...

—Me sorprende que vinieras a ayudar, pensaba que ibas a pasar todo el día con tu "hermana mayor".

Ando ayudaba a Kotoko a recojer un monto de cubiertos que se le había caído. Ese mismo monto estaba junto a una mezcla de glaseado, por suerte el contenedor de metal en donde estaba no se había dado vuelta al caer.

—Junko Onee-chan quería pasar el día con Matsuda-kun, así que mejor nos separamos —respondió la joven actriz a la par que dejaba una parte de los cubiertos en el lavabo.

«...Pobre tipo, seguro Yoi-chan esta rezando por él, son muy amigos desde la fiesta que hicimos cuando pasamos a tercer año»

Parte 5

—¡Más te vale grabar la reacción de Hajimeme! ¡La necesito!

Alejadas del personal que le daba sus últimos detalles al escenario para el concierto que se daría en la noche, una ya no ajetreada Chiaki y Ibuki tenían una charla sobre algo muy privado para la gamer.

—Solo te la describiré, no importa que diga... Atesoraré en mis recuerdos la reacción que de —se llevó una mano a la zona superior del pecho, cerca de la clavícula. Hoy era un día muy especial para las emociones que tenía tiempo guardando.

Mioda no quitaba la mirada divertida que tenía aún cuando su amiga estaba tan nerviosa, si que era densa para leer algunos sentimientos.

—¿Con quién más has hablado, eh? ¡Tal vez alguien instalará una cámara en el lugar!

Perturbada porque Sonia —o Nagito— pudieran hacer algo así, la representante de la clase 77-B tomó la opción de cambiar el tema.

—¿Qué me dices tú, Mioda-san? ¿Cuándo darás el gran paso?

—¿Dar el gran paso?... ¡Oh, ya sé! ¿Te refieres a que saqué un álbum? ¿O otro álbum?

Chiaki miró con preocupación a su amiga amante de la música.

—Mioda-san... Todos en la clase, hasta Hajime, lo sabemos, hemos visto tus reacciones, tus gestos cuando nos dices como la pasaste con él, con tu voz se nota lo especial que es cada segundo que pasan juntos... Esta bien, puedes confiar en mí.

La Música Definitiva no comprendía tales palabras, ¿de quién estaba hablando? O más bien, ¿de qué?

«¿Apreciar cada segundo? Ehm, lo hago en mis prácticas con...»

Ya lo entendía.

Nunca fue su emoción base, tampoco la comprendía y no quería hacerlo, pero ella ahora lo sabía.

«Con qu-que así se siente... Uhm, es lindo», su mente trabajaba a toda velocidad, quería comprender el "cómo" de lo que sentía.

Gracias a un fuerte latido, casi como un "bum" que resonó en sus oídos, Mioda Ibuki entendió lo que sentía y antes no sabía que era.

Ella estaba enamorada.

... ... ...

... ... ...

Durante todo este tiempo, el pobre Kuwata estuvo rondando por donde no pudiera ser visto. Analizaba detenidamente cada opción de cómo debería actuar frente a Kanon.

Llegó un punto en que desconocía el lugar en que se encontraba, el único indicio que recibió fue cuando se tropezó con Maizono acompañada de su representante.

—Chico, ¿estás bien? —le preguntó Arai.

De su parte, Sayaka ayudó al beisbolista a ponerse de pie.

—Lo estoy, solo quiero meditar algo...

Dándole un vistazo a la idol, la mente de Leon fue iluminada finalmente.

Si no podía llegar a una solución respecto al tema de Kanon, ¿por qué no pedirle un consejo a una chica? Seguro que ella podría comprender a su prima.

—Maizono-san, ¿tienes tiempo está tarde? Me gustaría que me aconsejes en algo...

Tras pensarlo un poco, Sayaka asintió diciendo "si".

Sus planes no eran hasta la noche y después de la presentación de su grupo, así que no tenía problema alguno.

—Aunque si puedo preguntar... ¿Por qué hasta la tarde?

—Ah, es que si me lo dices ahora, el torneo me hará olvidarlo

Los rostros de Arai y Sayaka se oscurecieron.

Vaya forma de fastidiarlas, diciendo una tontería.

Conclusión

Shape.

Guardando y aprobando unas peticiones de último minuto, Munakata se estiró sobre su asiento.

—¿Por qué tenían que ponerte a cargo de esto? —cuestionó una irritada Chisa.

—Es mi culpa, no tenía idea de que ella iba a involucrar el proyecto que financio.

Diciendo eso, sostuvo una vez más la petición marcada como "Iruma".

—Entonces vámonos de una vez, quiero una cita...

—¿Hmm? ¿Dijiste algo?

—No, nada...

«Eres malditamente denso», fue el pensamiento venenoso de Yukizome.

... ... ...

... ... ...

Debido a que ya no llegaba nadie al puesto la entrada que cobraba la comisión para entrar el festival, Sakakura estaba concentrado.

Más específicamente, miraba en su celular una foto de Munakata, Chisa y él... Solo que Chisa estaba recortada.