"Para El Loco del Tarot, todos los caminos son su camino. Los recorre todos a la vez. No tiene objetivo, porque el objetivo es él".
-Alejandro Jodorowsky.
Prólogo.
Evangelio de Psicodelia.
Recargadas con ayuda de unos árboles, Kanon y Hiroko se miraban fijamente sin razón aparente.
—Has levantado bandera con mi hijo.
Y una vez más, el rubor estalló en el rostro de Kanon.
—¡¿Cómo puede decirme algo así de manera tan directa?! ¡Solo me tropecé con él y es todo, yo ya estoy enamorada de alguien para su información!
—No pequeña, admirar a ídols de nuestro hemisferio o un incluso cantantes de América no cuenta.
La paciencia de la joven estaba en su límite, no podía lidiar con esa mujer por lo que empezó a pensar en algo para deshacerse de ella.
¿Qué se le ocurrió para librarse? Fueron simples insultos infantiles.
—¡¿A-ah si?! ¡Pues sepa que por lo menos yo aún puedo sentir esas emociones, apuesto a que una vieja como usted lo único que quiere es pasar el día junto a sus cigarrillos!
Kanon no quería ser tan cortante, pero se sentía demasiado insultada al escuchar la mínima cosa sobre que pudiera desarrollar sentimientos por alguien que no fuera Leon.
Por parte de Hiroko, ella solamente dejo caer su cigarrillo y lo aplastó con la suela del zapato. Iba a jugar algo con lo que vaciló a Yasuhiro hace poco.
—Eso no es del todo cierto, mi hijo me ha invitado a conocer a un amigo suyo que por lo que escuché es un casanova, así que cualquier cosa podría ocurrir.
... ... ...
... ... ...
Mientras compraba unas cuantas bebidas para su madre y para disculparse con la chica con quien se tropezó, Hagakure Yasuhiro sintió que su espalda era invadida por una sensación fría mucho peor que un escalofrío común.
—... Otra perturbación, no me sentía así desde que esos aliens se llevaron mi hamburguesa.
... ... ...
... ... ...
Hiroko pudo ver como los ojos de Kanon se ponían en blanco y espuma empezaba a salir de su boca mientras se balanceaba tal y como haría una persona ebria, de cierta forma era caricaturesco.
—Chica, no te tomes las cosas tan literamente. Además, solo era una broma.
«Aunque si me gustaría conocer a ese chico, quisiera saber cómo ayudó mi hijo con ese dichoso manga», pensó Hiroko.
—¡Con esas cosas no se bromea, anciana!
—Vamos niña, ya te dije que no deberías tomarte tan enserio las cosas. A menos que... Seas una frustrada en el romance.
La saliva que Kanon pasaba por su garganta en ese momento quedó atorada, a la par sus cuerdas vocales se sintieron tensas y por inercia, la garganta le dolió.
Hiroko había tocado una fibra sensible en la chica y por peor para ella era que la mujer mayor tenía razón.
Tanto tiempo había pasado desde que él le puso esa condición absurda para una cita que era desalentador pero cierta parte de la mente de Kanon le decía que tenía sus motivos para haberle puesto tal condición.
De hecho, ella sabía que él esperaba que superara esos sentimientos confundidos que ella tenía hacía su persona. Tristemente para el beisbolista vio que aún al crecer, ella no lo superó.
—... No me digas que tengo razón y si eres una frustrada con el romance... —Hiroko dijo mientras mantenía los ojos cerrados.
—¡¿Y a usted que le importa?! ¡No por ser una adulta sabe lo que es el amor!
—Vaya, así que tienes el pensamiento de "los adultos no lo saben todo" —La mujer mayor se acercó lentamente a Kanon, sin saberlo estaba luciendo intimidante—. Tienes razón, aunque sea una adulta, no lo sé todo. No dudo que haya quienes digan que hasta soy un poco tonta... Sin embargo, hasta alguien como yo sabe lo que es el amor, cómo surge y sus diferentes tipos.
Inconscientemente, Kanon retrocedió al no encontrar cómo negar las palabras de Hiroko.
—Soy la madre de un niño sentimental, alguien que a primera vista puede ser torpe pero... hará lo posible por ayudar —dijo dándole la espalda, no quería que una adolescente viera la melancolía que sentía—. Le es difícil hacer amigos pero aunque la persona lo considere alguien desagradable, él lo considerara su amigo. Algunas de las cosas que hace son tontas pero al final admitiría que estaba mal... Esa es una forma de amor, el amor por la familia. El amor que una madre tiene por su hijo.
—No sé nada sobre ti y tú no sabes nada sobre mí, pero por culpa de tus gestos que otros jóvenes verían solo como "exageración" a tu personalidad, alguien más puede ver que se debe a lo confundida e inexperta que eres en el amor.
—¿Q-qué estás intentando... decir?
Antes de responder, Hiroko pudo ver a lo lejos a Yasuhiro que por alguna razón cargaba una gran y variada cantidad de latas.
Ella no necesito decir nada más, simplemente se dio media vuelta y retiró del lugar mientras encendía otro cigarrillo. Kanon quedó todavía más confundida sobre lo que la mujer mayor había hecho o le estaba por decir.
«No sabes diferenciar entre los tipos de amor, niña», dijo antes de mirar al cielo.
—Heh, ni siquiera yo sabía que tenía ese lado filosófico.
No pudo notarlo a tiempo por culpa de sus ojos cerrados, pero frente a ella había un chico de cabello castaño acostado en el césped como si hubiera caído inconsciente.
Por no verlo, terminó tropezando.
Parte 1
—Hombre, tengo que admitir que el nivel que programación de esa niña es increíble, ¡incluso puede leer y traducirlo a muchos idiomas!
Souda y Iruma seguían en el puesto de Yamada mientras que el susodicho había tenido que retirarse, el mecánico supuso que estaba recibiendo una llamada porque escuchó el tono de un celular.
Al ver eso, Iruma no perdió tiempo y le paso el manga que leía a K1-B0 para que este recopilara información y le dijera los secretos de porqué la trama era tan buena a la amante de la robótica y similares.
—¿Qué esperabas, Iruma-san? La programación de K1-B0 fue creada en base a una versión antigua de una inteligencia artificial que Fujisaki-san misma creó. Además si no me equivoco, fue depurada usando otro proyecto... Creo que era algo de realidad virtual...
Si bien era cierto que la inteligencia artificial del robot creado por Iruma y Souda estaba bastante avanzada, está seguía siendo anticuada en comparación a otras mismas creadas por Chihiro. Se debía mayormente a que tenía que seguir una serie de comandos para recolectar conocimiento a diferencia de otras.
—Quiero ver cuántos datos puedes recolectar con la pelea, servirán para mejorarte, je, je~
Kazuichi retrocedió levemente al notar el sonrojo que tenía Iruma y como miraba de arriba a abajo a K1-B0.
«Espero no tenga un fetiche que los robots...»
... ... ...
... ... ...
En el interior de la habitación para docentes, Sakakura Juzo se había reunido con Munakata y Chisa.
Como los amigos que eran, también querían disfrutar con poco del festival que se estaba organizando, pero antes de eso tenían que atender un asunto de suma importancia.
—Tienes que estar de broma —dijo Juzo mientras se agarraba el puente de la nariz—. Así que nuestro misterioso informante te tendió una trampa.
—El mencionó que era su paga después de señalar a Towa Monaca y al Grupo Towa en general.
—¿Y eso de que ha servido?
Kyosuke no dijo nada, solamente miró a Chisa y ella asintió para después pasarle una hoja con varias imágenes en blanco y negro.
Juzo la tomó y lo único que vio fue el rostro estresado de un hombre que miraba a su celular, al lado estaba la imagen del contenido en el celular.
Era un fondo de azul oscuro con púrpura con una serie de números y letras aleatorias escritas con una fuente de letra común y de color verde.
—Nuestro informante dijo haberle enviado esto a Towa Haiji, momentos después se metió en los servidores de la academia y de alguna forma obtuvo los archivos borrados sobre nuestros dos proyectos y uno más.
—¿Y cuáles eran? Ni siquiera a mí me has dicho... —dijo Chisa haciendo un puchero.
Munakata levantó tres dedos y conforme mencionaba un proyecto iba bajando uno
... ... ...
... ... ...
—Ju, ju. Vaya, hasta que se dignan en dejarme libre.
—Si, si. Lo que tu digas, ERROR¿
Dentro de la consciencia compartida de Monoegi y Monoinata, ambos despertaron al error causado por la destrucción de la Lista de Nombres en sus memorias.
Seguía con la misma apariencia como si fuera una amalgama de muchas personas, desde los ojos de múltiples colores hasta el cabello.
—¿Qué necesitan de mi?
—Eres una parte mal lograda de nuestro sistema, pero tienes algo que necesitamos en este momento.
—Je, somos de décadas en el futuro e incluso conseguimos viajar en el tiempo, pero unos daños y nuestro programa de decodificación universal se jode —dijo Monoinata mirando desde lejos—. ¿Estamos seguros de que el profesor Forte no nos creó con lo primero que tenía a la mano?
Tanto Monoegi como ERROR¿ decidieron no responder a esa pregunta.
—Entonces, ¿me llamaron para que les ayude a decodificar algo?
—Exactamente. Aunque dañados, los procesos que puedes realizar deberían ser de gran ayuda.
Una vez dijo eso, frente a ellos aparecieron una serie de números y letras que parecían generadas de manera aleatoria. En total, eran tres diferentes
[ TmVvLVdvcmxk ]
[ SzEtQjA= ]
[ THVjZXMgZGUgUmVjdWVyZG9z ]
—Al parecer, los archivos que son eliminados de los servidores de la academia son codificados en Base64 cuando pasan a la papelera o a ser simple cache. A lo que vi, la codificación cambia dependiendo del formato o encriptación del archivo.
—¿Cómo sabes eso?
—Es gracias al primero de todos que obtuve de los servidores.
Quitando los tres archivos encriptados, Monoegi mostró solamente uno que abarcaba mayor tamaño que los otros.
[.--. .-. -- -.-- . -.-. - -- / -.- .- -- .- -.- ..- .-. .- / .. --.. ..- .-. ..- .-.-.- ...- -- .-.. ..- -. - .- .-. .. -- / ... .. -. .- - .- / ... .- .-- .. -- . .-.-.- .-.-.]
—Hmm... Con que clave morse... Je, déjamelo a mí —dijo el error levantando un pulgar como señal de que estaba bien—. Si los tres trabajamos juntos, podremos decodificarlos y revelar lo que son.
Parte 2
—Hanamura-kun, me hieres al no ofrecerme algún postre.
—¿No dijiste tu mismo que te sabían mal por la medicina?
Cerca de la granja infantil que Gundham estaba llevando, Hanamura tenía una pequeña mesa llena de diferentes tipos de comida para quienes fueran saliendo de la granja.
Mientras ambos se centraban en sus respectivos lugares, Nagito había llegado diciendo que estaba buscando a Hajime, Fuyuhiko o Chiaki pero que no tenía ni el menor rastro de alguno.
—... Lo había olvidado.
—No soy un médico —Tanaka se apareció detrás del cocinero y el afortunado asustándolos un poco—, pero supongo que el sabor de medicamentos experimentales que mantienen estable tu condición no debe ser nada agradable.
Para los que hubiesen visto su suerte en acción, Komaeda Nagito era en extremo afortunado. ¿Suerte que te beneficiaba cuando tu querías? Mucha gente no creería en tal cosa y puede que incluso lo visualizaran como algún poder de ficción.
Nagito tenía este "poder" pero a un costo absurdo, y era el actuar aleatorio de su mala suerte. Esa misma mala suerte de cierta forma le daba balance a las cosas.
Sus amigos, es decir sus compañeros de la Clase 77-B, no pensaban mucho respecto al origen de la suerte de Nagito. Sonia algún tiempo trató de deducirlo hasta rendirse y llevar a la opinión mayoritaria de que nació con ella.
Lo cierto era que si fuera por la voluntad de Komaeda, él rechazaría la suerte de nacimiento que tenía.
Le dio una fortuna, pero a cambio de la vida de sus padres.
Y esa fortuna tenía también un costo, que era la vida del mismo Nagito a causa de dos enfermedades.
Demencia frontotemporal y Lynphoma.
La duración media de una persona con demencia frontotemporal es de dos años y Nagito ya había superado con creces esa expectativa, pero no es que fuera algo positivo.
En algunas ocasiones, su diverso divagar se debía a los daños que los diversos trastornos que conformaban a la demencia frontotemporal habían causado en sus lóbulos frontal y temporal al vivir tantos años con la enfermedad.
Como tal, no existía una cura por lo que esa enfermedad tenía los días de Nagito contados. Tarde o temprano, haría lo mismo que hizo con muchos que la padecieron, solo que ellos no pasaron del período de dos años.
Lo único que tenía a la mano era una serie de medicamentos experimentales que tenían el propósito de mejorar su condición y extender por lo menos su expectativa de vida a los 23 años, eso sería todo un logro. No es como si él supiera si estaban teniendo efecto o no
Luego estaba la Lynphoma o tumor sólido hematológico, siendo que el que padecía era de tipo Hodgkin. Esta afecta a los nodos linfáticos, el bazo, la médula ósea y la glándula timo, causando desde un debilitamiento del sistema inmune hasta la fatiga y la perdida de peso siendo estos dos últimos los más notables.
Alguien muy especial, un gran amigo de él, le había convencido de someterse a tratamiento. No sobra decir que este amigo sabía sobre lo que Nagito padecía y que de cierta forma podría ser el origen de su suerte, como si el universo se la diera como compensación por sufrir estás enfermedades.
Justo como le dijo este amigo, había hecho citas con múltiples médicos y todos le dijeron lo mismo. Su Lynphoma estaba en una etapa en extremo avanzada, estaba al borde de la línea de no retorno. Al ser ese caso, tratamiento tenía que ser radioterapia y un autotransplante, después vendría el uso de medicamentos.
Así de compleja era la situación de Nagito.
—Como no tienes idea... —Le respondió a Gundham—. Pero no pierdo nada por intentarlo. Además, si desisto, ellos se enojaran conmigo.
Desde que tenía memoria, él estaba resignado a que más temprano que tarde esas enfermedades acabarían con su vida.
Nunca pensó que al entrar a la academia, conocería a dos personas que lo empujarían a intentarlo, a tratar de salir adelante.
Parte 3
Una tras una las cartas pasaban por la mano de la crupier hasta la de Makoto y la Celestia.
Estaban en la ronda número 15, quedaban solo 10 más.
Desde que aquella milagrosa carta con el número 10 había hecho que Makoto tuviera su primera ronda ganada, algo extraño y que tanto la apostadora como el afortunado no entendían ocurrió.
Ella tenía 3 partidas ganadas al momento en que Naegi ganó una, después de eso él Afortunado ganó otras dos, Celestia ganó ya siguiente y después de eso Makoto volvió a ganar.
Así fue sucesivamente. Si Celestia ganaba una, entonces Makoto ganaría la siguiente. Cuando Makoto ganara, entonces la próxima ronda sería de Celes.
«Tengo un catorce, si tomo las cartas correctas, llegaré a otro veintiuno», pensó Naegi.
Por mera casualidad, el afortunado dirigió la mirada a la apostadora, ella resultó tener una sonrisa confianza.
«... Te miras como un cachorro acorralado», Celes inclinó la cabeza al pensar eso sobre el chico.
Cada uno de los gestos y ademanes que hacía ponía mucho nervioso al chico. No solo a él, también a quienes lo estaban acompañan.
Para este punto, Mukuro ya no estaba disimulando su preocupación por Naegi ni en lo más mínimo. Se vio tentada a tomar la mano libre del chico pero ella misma se negó eso al pensar que sería solo para satisfacer sus propios sentimientos más que darle confianza a Naegi.
Lo mismo estaba pasando con Seiko y Kirumi, con la diferencia de que la sirvienta estaba lista para ofrecer servirle temporalmente a Celestia a cambio de la salvación de Makoto cuando perdiera. Si, ella no tenía mucha fé en que su "amo" ganaría el juego.
En cuestión de un parpadeo, era la ronda 20, quedaban 5 y cada uno llevaba 10 ganadas.
La tensión no era tan espesa que se podría contar con un cuchillo. No, la tensión en ese mini casino era como una roca sobre el pecho de todos los presentes, inclusive de Peko que al inicio creía no estar interesada.
—... No puedo ganar —murmuró el Estudiante Afortunado creyendo que nadie lo escuchó cuando Mukuro si lo hizo—. Y no tengo porque ganar...
La soldado no comprendía esa última línea.
Naegi no tenía porque vencer a Celestia, no era necesario.
Su verdadero oponente en este juego era la crupier, Togami Shinobu.
En pocas palabras, el verdadero obstáculo hacía la victoria era el mismo casino.
Y había algo más.
¿Realmente quería una victoria? Era lo que Kirumi, Kimura y Mukuro se preguntaban. Habían visto varias veces en que Naegi tuvo una buena mano y la desperdició sin razón aparente.
Hacían bien que tener esa pregunta porque lo cierto es que el Estudiante Afortunado no buscaba tal cosa, su verdadero objetivo estaba un escalón más arriba.
Aunque lo que Naegi Makoto estaba buscando tenía un termino que solo aplicaba al ajedrez, él lo consideraba adecuado para lo que tenía en mente.
Y entonces, la ronda número 25 había llegado. Era el final.
¿Cómo derrotaría Naegi a la crupier o mejor dicho, al casino?
Las cartas que tenía formaron un terrible 20 así que tenía que sacar un 1 del mazo para conseguir el 21.
En cuanto a Celestia, sus cartas juntaban un 10 así aue agarró una que resultó ser un 5, tenía 15 en total.
«Las probabilidades me están jugando mal... Lo único que puedo hacer es aprovecharme de la reorganización errónea»
Durante las últimas dos derrotas, Naegi estuvo preparando el terreno para su estrategia.
Cada partida, el mazo de cartas debía ser reorganizado superficialmente. Las cartas usadas iban en la parte de arriba mientras que las que se entregaban eran de la parte inferior. Si él entregaba sus cartas en orden especifico, entonces todo debería de salir bien.
Pudo ver como Celeste miró al mazo, fue entonces que el tiempo pareció ir en cámara lenta.
Él hizo lo mismo como si quisiera sincronizar sus movimientos con los de la apostadora.
Al mismo tiempo agarraron cartas.
Naegi agarró una carta que había estado con Celes durante la última victoria de la misma, es por eso que sabía que carta debía de tomar para hacer un veintiuno.
Por eso se fiaba de que la que estaba dejado de la que ella tomó sería, literalmente, su carta de triunfo.
Si había algo que no pudo predecir, era que Celestia también completaría el 21 con una carta con el número 6 que él mismo uso en la anterior ronda.
Al mismo tiempo pusieron las cartas sobre la mesa y lo dijeron.
—Veintiuno.
—Veintiuno.
... ... ...
... ...
...
Nadie dijo algo.
Las cartas que Shinobu aún sostenía cayeron al suelo ante el shock.
El cuerpo de cada uno de los presentes estaba tembloroso, tanto porque no podían creerlo como por otras razones.
—Supongo que fue un Stale Mate, ¿no? —Le dijo mientras sonreía sinceramente.
—... Eso es... del ajedrez, Naegi...
... ... ...
... ... ...
—La libertad es dulce.
Makoto se acostó en el césped manteniendo su mirada fija en el azul cielo mientras se refrescaba la mente.
El ruido que Kirumi, Mukuro, Seiko y algunos más hacían en celebración por su victoria —aunque era empate— se seguía escuchando, cosa que no le desagradaba.
Al terminar la partida, se retiró rápidamente del casino debido a que su adolorida cabeza no podría soportar todo el ruido que vendría así como no quería ser bombardeado por las preguntas de Celestia.
Tuvo razón todo el tiempo porque nada más salió, las chicas iniciaron una ruidosa celebración.
Makoto juraría haber visto a Hajime y Shuichi corriendo al interior del casino, posiblemente por el nivel de ruido. Lo extraño fue que ya no los vio salir.
Para mitigar un poco lo que seguía escuchando, Naegi decidió acostarse boca abajo un breve momento.
—Hmm... Que fresco...
Estaba por darse nuevamente la vuelta cuando pudo escuchar como el césped era pisado y que el sonido se acercaba cada vez más.
Fue muy tarde para cuando sintió que un zapato chocó con su estómago y momentos después, algo o alguien cayó sobre él.
Conclusión.
Corona de Espinas.
—... ¿Qué crees que haces aquí? —preguntó Jin.
Kizakura y él habían escuchado por parte de Gozu sobre un civil preguntando por el director, así que de inmediato fueron a ver de qué se trataba.
Los dos se arrepentían.
—Hola, hijo.
—... No sé cómo tienes el descaro de llamarme así.
—Es porque... he venido a disculparme —Fuhito miró hacía el suelo.
—¿A qué estás jugando?
Su mirada era triste, cansada, todo los que alguien repleto de arrepentimientos podía tener.
—No creo que sea un juego el querer salvar a mi familia... Que podría lo único bueno que he hecho por ti, o que intentaré.
