Prólogo
Midnight Turnabout.
Naegi regresó en silencio a su lugar pero con su característica sonrisa grabada en el rostro, por suerte esta no era fingida como hace poco. Sonreía con sinceridad porque esperaba ver la pelea de Mukuro.
Para sorpresa del chico, pudo ver que algo era diferente a cuando se fue. Shuichi tenía el cabello bastante desordenado, estaba peinado hacía atrás lo que le daba un aspecto de pinchos a su cabello.
A Hajime, Makoto, Kaito, Chiaki y Sonia les recordaba a alguien.
—¿Eh? Saihara-kun, ¿qué le pasó a tu cabello?
—... Kaede estuvo jugando con mi cabello y gorra —dijo el joven detective mirando hacía otro lado por la vergüenza que sentía—, y lo sigue haciendo...
—Je, je, te pareces a Phoenix Wright —Hajime no se reservó el pensamiento sobre a quien le recordaba ese cabello.
—¿Quién?
—Ya sabes... Un abogado de América muy famoso... El Dios de la Ley le dicen por allá, o eso leí en internet... Zzzz... —Chiaki estaba haciendo un esfuerzo titánico para no dormirse. No es que las peleas no le emocionaran, era porque estaba cansada por haber estado corriendo junto a Mioda y algo más, pero era de anoche.
Los demás solo pudieron mirar como el rostro de la gamer se deslizaba hasta quedar apoyado en el hombro de Hajime.
«... Debería pedirle a Yukizome que no la deje desvelarse, pero cada que intento hacerlo, hace un puchero... Muy tierno»
Shuichi hubiera querido escuchar atentamente lo que dijo el chico que conoció hace poco, pero algo más estaba robando su atención.
... ... ...
... ... ...
«¿De dónde vienes...?»
Alguien estuvo mirando todo el tiempo a Makoto, cuando salió así como cuando regresó al gimnasio.
El chico ya le era ilegible de cierta manera pero este hecho en lugar de enojarle, le daba felicidad.
¿Quién sabe? Si movía correctamente las piezas, podría mostrarle la "maravillosa" forma en que miraba las cosas—vida en si— y tenerlo de su lado. Después de todo, tener a alguien como él sería todo un placer para ella, abriría la puerta a infinitas rutas que desesperadamente buscaría descubrir.
El mayor problema era el extremo optimismo del chico, pero ya se encargaría de eso de una forma o de otra. Y si no era por su propia mano, entonces lo derivado de sus acciones lo haría.
«Cada vez me llamas más la atención, Makoto», declaró Junko con una enorme sonrisa que pasó desapercibida para todos.
Bueno, casi todos. Hubo 5 personas que se dieron cuenta de la manera en que miraba al Estudiante Afortunado de la Clase 78.
Parte 1
Mukuro caminó hasta el lado norte del "ring" manteniéndose a 10 metros de su "oponente".
«Esto es extraño... Y en el mal sentido», dijo Mukuro contemplando de arriba a abajo la máquina con la que se enfrentaría. El diseño que tenía era llamativo y el ahoge en su cabeza no ayudaba a su concentración porque le recordaba a cierto chico bastante especial para ella.
Lo cierto era que ese ahoge era una antena y que era de esa forma porque Souda se había inspirado en el cabello Hajime, cosa que Iruma Miu desconocía apesar de haber trabajado en el robot.
No lo negaría, se sentía algo indignada. Creía que sería como enfrentarse a un medidor de fuerza y que con los resultados, se construiría una versión superior.
Su suposición inicial era totalmente errónea y lo descubriría de la mala manera.
Yukizome se puso de pie mitad del "ring" y al levantar el brazo derecho, un sepulcral silencio envolvió a todo el gimnasio.
Tanto Souda como Miu podían sentir el sudor descendiendo por sus frentes, no querían que todo el trabajo invertido fuera en vano.
Por otro lado, Mukuro permanecía completamente estoica y concentrada en el agarre de sus manos. Si bien su fuerte no era la fuerza física, la agilidad y manejo de armas si lo eran, y era justo lo que necesitaría para confundir a la máquina hasta dejarla fuera de combate.
Todo se quedó congelado en el tiempo cuando el brazo de Chisa fue visto descender y pronunciar las palabras que iniciaron la flama de la lucha.
—¡Inicien!
Sin perder ningún segundo, Ikusaba se impulsó hacía adelante con la certeza de que lograría pasar inadvertidamente por el lado derecho de K1-B0 y cuando el robot creyera que estaba a sus espaldas, la soldado lo golpearía de frente.
—¡¿Khag...?!
Las cosas no resultaron ir muy bien.
Antes de llegar al lugar donde se encontraba quieto, el robot se inclinó hacía el frente y lanzó el puño derecho listo para impactar en el estómago de Mukuro por la propia velocidad de ella.
Forzando a detenerse, un terrible chillido se escuchó. El público podría jurar que Mukuro había dejado un rastro de dos líneas negras producto del caucho derretido de la suela de sus zapatos.
—¡Así se hace bebé! ¡Muéstrale a esa loba de lo que estás hecho! —clamó Iruma.
Sabiendo que sería una tontería el prestarle atención a las palabras de esa chica, Mukuro se concentró en lograr una contramedida efectiva contra su oponente.
Esta vez, no lo iba a subestimar.
Como la Soldado Definitiva, ella nunca había recibido herida alguna. Puede que algún golpe —de Enoshima más que nada— pero nunca alguno que pudiera dejarle cicatriz.
La mayor ventaja del robot estaba en sus metálicas manos. A pesar de que estaban cubiertas con alguna especie de hule, Mukuro no dudaba que un golpe de eso sería muy doloroso aún con la protección que cargaba, incluso existía la posibilidad de que el golpe creara una herida sangrante.
Entonces, su contra medida consistiría en que su oponente no pudiera acertar ni un golpe.
Mukuro se acercó una vez más a una increíble velocidad. Cuando vio que K1-B0 se preparaba para detenerle, ella lo hizo antes.
Los sistemas del robot estaban centrados en detenerse, más que nada por la enorme velocidad que llevaba en su propio intento de detener a Mukuro. Al estar enfocados en tal cosa, no podría golpear o defender a tiempo si se usaba correctamente la ventana de segundos que se había abierto.
Ikusaba usaría plenamente esa ventana.
Para los espectadores, parecía una suerte de ataque teledirigido. Era sorprendente que la soldado pudiera ser todavía más rápida, de hecho, hasta ella estaba sorprendida.
No es que dejara de hacer ejercicio una vez ingresó a la academia, de vez en cuando corría en la pista, golpeaba algún costal, levantaba pesas o competía contra Aoi en la piscina, pero en su opinión, estos eran ejercicios ligeros en comparación a su anterior rutina, también por eso era que la ligera angustia de que sus habilidades se oxidaran permanecía ahí.
La palma izquierda de la soldado finalmente impactó en el pecho del robot enviándolo hacía atrás con una cantidad considerable de fuerza. Las cosas no se iban a quedar así, decidió acercarse una vez más y aprovechar que llevaba puestos sus guantes de kevlar.
«¡Ahora o nunca!»
Cuando estaba por volver a estar frente a frente con K1-B0, Mukuro se agachó y hizo uso de su mano derecha para trazar un semi círculo con su cuerpo y terminar detrás del robot.
—Mala jugada, loba —dijo Iruma con una sonrisa amenazante.
Al ponerse detrás de K1-B0, la soldado fue sorprendida por el abrupto giro que realizó el robot.
—¡...!
En lugar de defenderse, Mukuro optó por golpear aún si su coordinación no era la que deseaba.
Sus puños colisionaron inevitablemente.
—¡Khg!
Ella no tenía porque negarlo, era doloroso. Gracias al kevlar no quedaría marca o hinchazón en su mano, pero eso no apartaba el hecho de que era un poco imprudente el golpear metal sin importar la fuerza o que estuviera cubierto de hule.
Puede que alguien como Sakura hubiera destrozado la mano de K1-B0 gracias a la gran fuerza que poseía, pero esa no era la cualidad de Mukuro, lo suyo era la agilidad y el aprovechamiento del terreno para llevar la pelea al mejor escenario posible.
«¡Tienes que estar bromeando!»
De nueva cuenta, los movimientos del robot la hicieron retroceder.
Dándose cuenta de lo frustrada que se sentía, Mukuro eligió buscar la manera de terminar de una buena vez. Además, no estaba sintiendo una verdadera emoción con esta pelea y eso era culpa de los movimientos tan automatizados de su oponente.
—¡Puedes hacerlo bebé! ¡Acabala!
Souda agradecía enormemente no haberse sentado junto a Miu.
«K1-B0 esta perdido», pensó el mecánico con una nube de pesimismo sobre si.
Midiendo uno a uno los movimientos de su oponente, Ikusaba estaba esperando a que lanzara su último golpe, ese sería el momento ideal para contraatacar.
Al momento en que el puño izquierdo de K1-B0 iba en dirección a impactar en el rostro de Mukuro, la soldado retrocedió con rapidez y acto seguido agarró firmemente el puño mientras saltaba formando una parabólica perfecta sobre el propio cuerpo del robot.
—¡... Agh!
En pocas palabras, forzó el brazo a retroceder. Para alguien de carne y hueso, hubiera significado una horrible fractura, pero para el robot solo fue un enorme jalón que superó con creces la fuerza que tenía para sostenerse y terminó siendo llevado por la parabólica creada por el cuerpo de la soldado.
La imagen dada se podría comparar a la de un trabajador de construcción levantando hasta el límite una maza o marro para clavar un estaca o algo en concreto o metal, claro, Mukuro lo estaba haciendo después de saltar detrás de K1-B0 lo que daba una escena mucho más intensa.
Un golpe seco bastó para que el silencio se hiciera presente en el gimnasio.
En la zona donde K1-B0 había sido estrellado, se pudo ver que varías astillas salieron volando de igual forma que un hueco aparecido.
Como último movimiento, K1-B0 aparentó hacer un corto circuito moviendo los brazos y cabeza de un lado a otro. No duró mucho, terminó apagándose totalmente en menos de 10 segundos.
—Agh, agh... —Mukuro trataba de controlar su acelerada respiración producto de la adrenalina que sintió al final.
—¡K1-B0 ha sido eliminado, Ikusaba Mukuro pasa a la siguiente ronda! —anunció Yukizome
Inmediatamente, el público vitoreó a un increíble volumen el triunfo de Mukuro. No tenía un reputación pública, pero el demostrar una fracción de las capacidades que la hicieron la Soldado Definitiva fue suficiente para ganarse al público.
Por supuesto, esto le era irrelevante. Solo necesitaba ver la reacción de una persona...
«Extraño... En el pasado, solo hubiera querido ver si Junko-chan estaba sorprendida con esto, pero ahora no me importa que tipo de reacción tenga»
Cada que tenía pensamientos similares, la parecía extraño en el buen sentido. Quería todavía más sobre esto, sobre el hecho de no seguir la corriente de las cosas macabras y locas que hacía su hermana. Claro que aún le tenía cariño, pero era ese mismo cariño el que le estaba ayudando a darse cuenta de lo mal que estaba Junko
Todo era culpa de una persona, y Mukuro no podía estar más agradecida al respecto.
Pensando en él, buscó con su mirada la zona en donde estaba sentado. Cuando lo pudo ver, solo necesitó darse cuenta de la emoción que el chico sentía por la victoria de la soldado para que una calidez invadiera su pecho.
Más tarde le preguntaría la razón de su sonrojo.
... ... ...
... ... ...
—Hajime.
—¿Qué pasa Chiaki?
—¿Naegi-kun y Ikusaba-san son pareja?
—No... Pero si me preguntas, lo parecen. ¿Por qué preguntas?
—Es que lo veo muy emocionado porque ganó... Tal vez es porque le gustan las chicas con músculos.
—No entiendo la lógica detrás de eso.
Makoto había estado escuchando todo el tiempo pero decidió que lo mejor era quedarse callado.
Parte 2
—Concluido el espectacular enfrentamiento de la Soldado Definitiva y el Robot Definitivo, ¡damos paso al siguiente enfrentamiento!
Jin y Munakata se miraron entre si, tenían que admitir que Yukizome tenía habilidad como comentarista.
—¡Owada Mondo, el Motociclista Definitivo y líder de los Crazy Diamond contra Ishimaru Kiyotaka, el Prefecto Definitivo!
Originalmente, Chisa tenía planeado mencionar de quien era nieto Taka pero optó por omitirlo para no incomodar al joven.
—¡Vamos jefe!
—¡Usted es el mejor!
Los Crazy Diamond abarcaban una gran zona en las gradas, incluso sostenían una enorme pancarta en apoyo a su líder.
Para los alumnos de la Clase 78, esta iba a ser una pelea reñida. No porque Mondo y Kiyotaka fueran mejores amigos, si no por la fuerza.
Como líder de una pandilla, Owada tenía que mantenerse en forma para cuando un conflicto llegara al grado de agresiones físicas, aunque a él le disgustaban bastante.
Por el lado de Ishimaru, este mantenía una estricta rutina de ejercicio desde que entró en la que llamó "edad ideal", o eso le había contado a la clase. Era gracias a esa rutina que tenía una fuerza comparable a la Mondo.
Sin intercambiar palabras se colocaron en donde debían.
—¡Inicien!
—¡¡¡Wooooooooooo!!!
Chisa apenas levantó la mano cuando Ishimaru decidió cargar con todo contra su amigo.
Para sorpresa de muchos, Mondo no esquivó la embestida de Kiyotaka, si no que la recibió plenamente sabiendo que tenía la oportunidad de agarrarlo y lanzarlo al suelo de una buena vez.
Ishimaru impactó contra el estómago de Owada dejándolo sin aire por tan solo unos segundos y con su brazo derecho estaba tratando de que se resbalara y si eso no funcionaba, entonces lo empujaría.
Fue en ese momento que el motociclista se volvió consciente de que lo que pensó en un inicio no resultaría, lo mejor que pudo hacer fue usar su codo izquierda y golpear a Taka en un costado.
—¡Uhg...!
El golpe fue suficiente para detuviera el empuje pero logró recuperarse con rapidez.
Apenas levantó la cabeza cuando por mera suerte, esquivó un puñetazo.
Mondo lanzaba puñetazos a diestra y siniestra con tal rapidez que lo único que Kiyotaka podía hacer era esquivar a la espera de una oportunidad para poner en movimiento su siguiente estrategia.
La velocidad aumentaba a cada puñetazo, esto se había convertido en un juego de desgaste.
—¡Ja, ja, sabía yo que esto sería emocionante! —exclamó Taka teniendo una sonrisa que se podría decir que incitaba al reto.
—¡Y que lo digas bro, pero es tiempo de ponerse serios!
Para cuando el prefecto comprendió las palabras de su amigo fue demasiado tarde.
—¡Ack!
En lugar de dirigirse a su rostro, el puño derecho de Mondo se dirigió y golpeó el centro del abdomen de Ishimaru.
Como contraataque, Kiyotaka usó lo último de aire que le quedaba para impactar su rodilla izquierda en el estómago del motociclista. Tal fue la fuerza que Mondo terminó abriendo la boca, para alivió de Munakata, Kizakura, Chisa y Sakakura, fue saliva y no sangre lo que salió.
—Je... Ese fue un buen golpe —dijo mientras se sostenía el estómago. Los miembros de su pandilla podían sentir el dolor que ese golpe había dejado.
Mondo y Kiyotaka se miraron fijamente durante una cantidad considerable de tiempo, sabían el significado de las palabras que el motociclista acababa de pronunciar. Realmente habían sido muy imprudentes, sabían que muy pronto llegarían a un punto muerto.
Todo tenía que terminar en un solo golpe.
Puño derecho y izquierdo, no importaba realmente, lo único que importaba era que pusieran toda su fuerza en uno en estos.
Fueron acercándose a pasos normales hasta estar frente a frente, cosa que tenía a la multitud perpleja.
En un abrir y cerrar de ojos habían levantado sus puños y...
El sonido del impacto fue breve y tampoco muy fuerte, era carne y hueso golpeando más carne y hueso después de todo.
Solo uno de ellos cayó.
—Buena pelea, bro... —dijo Mondo que permanecía de pie pero con un hilo de líquido rojo bajando por su nariz.
... ... ...
... ... ...
Ya habían sido espectadores de una pelea impredecible con Mukuro, ahora atestiguaron una que hacía valer el honor de dos jóvenes y eso era suficiente para que la euforia se hiciera presente una vez más.
—Sabía yo que Owada-san ganaría, pero... Wow —dijo uno de los miembros de la pandilla, ninguno negaría que habían ganado cierto nivel de respeto por Ishimaru.
Por otro lado...
—Fue increíble...
Togami giró los ojos, le parecían ridículas las lágrimas de Leon. En cuanto a Chihiro, le sorprendía la reacción neutral que tenía.
—¿Hhm? ¿Qué con esa cara?
—Oh, no es nada... Solo que, Ishimaru-kun tenía una sonrisa cuando cayó.
Conclusión
Pesadilla que se vuelve realidad.
Saihara Ninsei miro a detalle los dibujos que retrataban a las únicas desaparecidas del incidente 0-497 o mejor conocido como el Incendio del Orfanato Flor de Cristal en 1997. Lo estaba haciendo mientras esperaba a que el metro llegara a la estación donde su cita le esperaba.
En aquella época, se podría decir que él aún se consideraba un detective novato. Hasta la actualidad, creía que hizo bien al no involucrarse ya que fue un caso que ni siquiera un detective Kirigiri o sus cercanos pudieron resolver.
«... Hphm, este caso hubiera prescrito si esa chica enfermera no hubiese dicho haber estado en contacto con Otonashi Ryoko antes del Intento de Asesinato Crepuscular. Pero aún si esta abierto... Me sorprende que Kirigiri Fuhito rechazara participar»
Una idea llegó a su mente.
Si bien Shuichi no era un detective establecido del todo por ser menor de edad, ya estaba viendo cosas como este caso, o por lo menos eso asumía su tío al recordar la carpeta que encontró en su habitación.
«No le vendría mal a su investigación que le agendara una cita en el orfanato»
... ... ...
... ... ...
En el momento en que Naegi regresó a su lugar, Shuichi se sintió extrañado.
El joven detective era muy sensible a las miradas que se posaban sobre él o aquellos que le rodeaban.
Un ejemplo era que desde que estaban hablando, no pudo evitar ver que cada cierto tiempo la chica, que escuchó por parte de Hajime se llamaba Nanami Chiaki, miraba al mismo Hajime cada que sonreía por alguna razón. Otra también eran las miradas que recibía por parte de Kaede y que le hacían sentir nervioso pero feliz, lo que también hacía sonreír a la pianista aficionada.
Este nivel de sensibilidad tampoco era del todo bueno, porque fue gracias a el que notó la mirada que Enoshima Junko había formado cuando se enfocó en Naegi Makoto.
