Only Yours

Por Nian

Para Ran-k

II. Regrets, Reality.

Llego a su casa después de pedalear como loco y sin dormirse por mucho tiempo, tiempo que en realidad le parecio muy corto, pero había tomado una decisión, no iba a decirle nada al pelirrojo sobre su momento de estupidez, aunque no se iba a confiar tampoco y tan pronto viera al puercoespín, le aclararía que lo que había pasado entre ellos no había significado nada y que por lo tanto no tenia por que perjudicarlo en su relación con el pelirrojo. Lamentaba que no se le hubiera ocurrido antes, pero temía que si se entrevistaba con el puercoespín entonces este intentaría hacer algo mas para retenerlo y su sesión terminaría en una pelea a golpes hasta que uno de los dos ya no pudiera levantarse, cosa que tenia prohibida, por eso se fue, y decidió pensar en sus próximas acciones con la cabeza fría.

Llego hasta su habitación sin notar al pasar por la sala de estar, que en ella descansaba placidamente su hermana, mientras veía televisión, pero ella si lo vio y su apariencia daba mucho que desear, se preocupo y fue tras el. Lo observo sentarse en el borde de su cama pensativo y suspirando, lo cual le dio curiosidad, pero al pensar en que ese suspiro era dedicado al pelirrojo sonrió. Desde que supo que su hermano tenía un lindo novio pelirrojo, aun sabiendo que era con quien solía pelear todos los días, se alegro, para ella estaba claro que esa relación apache, no era más que un amor escondido que tarde o temprano se descubriría, y estaba orgullosa de que su hermano se hubiera encargado de ello. Por el contrario Kaede no se dio cuenta de que su hermana lo miraba con curiosidad, hasta que ella lo saco de sus pensamientos.

—Ya me dijo Mama que ganaste – sus padres solo se despidieron de Kaede cuando el juego termino y se fueron en su propio auto, sabían que posiblemente el equipo querría celebrar por eso lo dejaron solo, pero no fue así, Kaede había decidido celebrar solo en compañía de su novio formal y por eso le extraño a Kana verlo en su casa tan temprano.

—Kana, que haces aquí, cuando llegaste, no te vi... – se sorprendió enormemente al verla frente a el, con los brazos cruzados pero sonriente.

—Hace unos segundos, pero veo que algo te preocupa, puedo saber de que se trata, ya sabes que me gusta ayudar y no solo meterme en tus asuntos por diversión – se sentó sobre el buró que estaba al lado de la cama y observo minuciosamente el comportamiento de su hermano menor.

—Acabo de hacer algo estúpido – en un claro gesto de desesperación se restregó las manos en su cara larga, lo cual hizo que su hermana se preocupara más.

—Si, pues que raro, pero... es muy malo?

—Si, muy malo – suspiro sin poder mirarla, su hermana era 100 por ciento feminista, y las infidelidades para ella eran el peor error que un hombre podría cometer contra su pareja, sin importar que esta fuera hombre o mujer, estaba conciente de ello pero aun así sentía la gran necesidad de decirle lo que acababa de hacer a quien estuviera disponible.

—Y como que? – después de unos segundos de ver a su hermano tan intranquilo, pensó en lo peor, pero no quiso adelantarse a los acontecimientos, así que decidió escuchar a su hermano antes de adivinar – no mataste a alguien... verdad? – temía recibir una respuesta afirmativa.

—No, pero tal vez debí hacerlo, o tal vez me arrepentiré en el futuro por no haberlo hecho, Rayos! – se restregó la cabeza con sus manos, mas molesto cada segundo que pasaba consigo mismo.

—Kaede, me estas asustando, por favor dime que fue lo que hiciste...

—Estuve con alguien más...

—Estuviste, como que... OH! Por Dios, como que "estuviste" con alguien mas, con quien, por que, acaso no amas a Hanamichi, creí que era tu verdadero y único amor! – termino gritándole molesta y caminando de un lado para otro en su habitación.

—Fue un error, te lo puedo jurar, yo en realidad creí que era él, mi Hanamichi! – se escudo con su verdadera reacción, pero poco creíble.

—No entiendo y será mejor que me cuentes con lujo de detalle lo que sucedió, solo de esa forma sabré si debo creerte o no.

—Está bien, realmente creo que tú eres la mejor persona a quien puedo contárselo.

—Hazlo ya!

—Me quede en el gimnasio por que... – respiro profundo y con un gesto de angustia total se decidió a confesarse – Estaba muy cansado y quería descansar un poco, así que le dije a Hanamichi que se fuera con los demás, por que estaba hambriento, pero me quede dormido y solo me desperté cuando sentí "algo" sobre mi... "ya sabes que"... – no podía mirar a su hermana al contarle esas cosas.

—No, no se, explícame de que estas hablando Kaede! – pero ella buscaba su mirada.

—Estaba sentado, recargado sobre los casilleros, dormía placidamente hasta que sentí que "alguien" estaba jugando con mi... con mi "amiguito" – se cubría la cara con sus manos nervioso.

—Kaede habla claro, por que te es tan difícil?

—El maldito puercoespín! – apretó los puños – me despertó con su boca en mi... – miro hacia abajo, señalando su sexo con su mirada.

—Te dio sexo oral? – pregunto con propiedad, pero muy molesta.

—Si... – lo acepto avergonzado.

—Y... por que no te lo quitaste de encima? – pregunto indignada.

—Por que tenia los ojos cerrados y creí que era Hanamichi, y no lo note hasta que...

—Hasta que eyaculaste?

—Si, por que entonces abrí los ojos, pero después...

—Después que, le diste un golpe marca diablo y lo mandaste al infierno? – era lo lógico para ella.

—No – lo acepto avergonzado.

—NO, como que no? – estaba histérica, pero segundos después se tranquilizo.

—Aun estaba excitado, solo pensaba en Hanamichi, en tenerlo en mis brazos en ese momento, por que, bueno... minutos antes él mismo me había besado mientras dormía, pero solo con la intención de despertarme para después irse dejándome un poco...

—Excitado?

—Si... así que, después...

—Después que?

—Lo hice.

—Que?

—Lo... lo tome, pero lo hice molesto, en ese momento solo pensaba en Hana, en su cuerpo y en darle una lección al maldito pelos de punta, que se le ocurrió...

—KamiSama, acaso lo...

—SI, pero no pude evitarlo, además... yo solo deseaba castigarlo de alguna manera...

—Siendo rudo?

—Si, pero ahora no se que hacer...

—Eres un Idita, un imbécil, un infiel...

—No, eso no...

—Hum, como que no? si tuviste sexo con otro tipo!

—No lo soy por que todo el tiempo pensé en Hanamichi y solo fue sexo!

—Es lo mismo, si tu cuerpo es infiel, eres infiel al final! Y no te atrevas a contradecirme! – levanto su dedo en forma de amenaza contra su hermano.

—Lo se, lo se! y por eso me arrepiento pero no se que hacer ahora, no puedo volver en el tiempo y borrar lo que sucedió, y no puedo dejar de sentirme culpable!

—Por que lo eres!

—Si, tienes razón, lo se, lo soy y no estoy contento, pero que puedo hacer?

Kana se quedo pensando en las consecuencias que la sinceridad para con su adorado pelirrojo podrían traerle y si antes deseaba que este supiera todo y que no le perdonara a su hermano – su horrible infidelidad – ahora que lo veía bien, desesperado y desorientado, recordaba con tristeza lo monótona y poco feliz que era la vida de su hermano menor, recordó que desde que su abuelo murió pocas cosas lo hicieron sonreír, el era muy apegado a el y cuando se fue se llevo su sonrisa y este ya no pudo relacionarse verdaderamente con nadie mas hasta que Sakuragi llego a su vida, lo pensó de nuevo y aunque le dolía su orgullo de mujer feminista, decidió que lo mejor para su hermano y posiblemente para Sakuragi, era que viviera en la ignorancia total, como bien decían los viejos refranes, concordó al recordar que "la ignorancia es una bendición", aunque sabia que era tonto pensar que jamás se enteraría.

—No le digas nada.

—Que?... pero pensé que...

—Si, pero ya lo reconsideré y realmente creo que para Hanamichi es mejor no saberlo y también para ti, siempre y cuando estés dispuesto a vivir con la culpa, aunque siendo hombre o lo que sea que seas ahora no te será difícil – movió la cabeza de forma negativa – Realmente creí que tu serias diferente a los demás pero ya veo que todos los malditos hombres son iguales, todos son infieles, egoístas, desconsiderados y no les importa cuanto daño hagan, solo les importa su maldito placer y bien estar, por eso los odio a todos!

—Ya por favor Kana, tranquilízate, no creo que Hanamichi sea como dices por el hecho de ser hombre, aunque ya he comprobado que Yo si, y no creas que no me duele admitirlo o que no me sentiré culpable, pero...

—Perdón, ya se que no eres malo, no del todo, pero ya no te veo como antes, lo siento hermano pero tu me conoces y sabes que desde ahora entre nosotros nada será igual, y aunque tratemos, para mi ya no eres el adolescente modelo que deseaba ser feliz con su único amor toda la vida.

—Lo siento, siento haber roto esa imagen que tú tenías de mí pero... haré todo lo posible por reivindicarme ante ti.

—Ya no importa, será mejor que te duches, tienes hambre, por lo que te escuche decir al parecer no has comido nada después del desayuno.

—Si, pero cenare en casa de Hanamichi, estoy seguro de que me esta esperando.

—Ok, te dejo – y salio de la habitación de su hermano desilusionada de los hombres una vez mas, no era la primera vez que sabia de las infidelidades de los hombres de su casa, aun de su abuelo tuvo pruebas de que le había sido infiel a la madre de su padre y su padre había seguido los pasos de su progenitor, así como su hermano mayor que aprovechaba cualquier ocasión para hacerlo con quien lo deseara, no tenia respeto por sus novias, y cada vez que Kana podía entrevistarse con alguna de ellas, les hablaba de todo lo malo que Ken había hecho, obviamente causando en ellas desconfianza e inestabilidad en las relaciones de su hermano y por ultimo el rompimiento total.

Podría decirse que odiaba a los hombres o por lo menos a todos aquellos que sabia habían sido infieles, y ahora no quería odiar a su hermano menor, y no por que su historia le hubiera convencido del todo, sino por que creía firmemente en el autocontrol que poseía su hermano y en lo responsable que era a sus 16 años, pero ahora solo intentaba creer que tenia remedio y que no volvería pasar, aunque no estaba convencida del todo.

Kaede seguía inmerso en sus pensamientos mientras se despojaba de su ropa nuevamente sudada, había pedaleado demasiado en muy poco tiempo y su cuerpo había transpirado de nuevo, pero no sentía nada, ni frío, ni calor, solo la preocupación de saberse descubierto ante Hanamichi. Suspiro de nuevo y se dio una ducha rápida y para sentir algo mas o para distraerse tal vez, abrió la perilla del agua fría, pero como lo esperaba no la sintió demasiado fría, se quedo un momento ahí, esperando que su pecho dejara de sentir esa fuerte opresión para salir de su casa y dirigirse a casa de su amado Koibito.

N/A: Prometo que muy pronto habrá lemon, espero que mucho ja, ja... agradezco infinitamente a todas las lindas chicas que se molestaron en escribir su opinión sobre mi ultimo fic, y gracias por seguir leyendo mis cositas... ahora si me despido y pues no leemos despuecito, bye!