Only Yours

Por Nian

Para Ran

III. What to do?

Cuando Kana salio de la habitación de Kaede se tropezó con su hermano mayor, este la saludo cortés, con una gran sonrisa, pero sin esperar lo mismo de ella, y como lo pensó, esta solo lo miro con desprecio y posiblemente con ganas de ahorcarlo sin piedad.

—Hey! Kaede-chan... que haces aquí, creí que estarías festejando con tu lindo pelirrojo tu victoria, estuviste genial hermano, te felicito, jamás te había visto jugar de esa manera, valla que... si... – al fin noto que su joven hermano no lo había escuchado y para llamar a su atención apretó su brazo cuando este le paso por enfrente y ni siquiera lo miro – Kaede, que te sucede? – le hablo serio, muy en el fondo era un bueno tipo, solo mostraba su cara de conquistador al mundo pero con su joven hermano era diferente por que sentía que debía enseñarle algunas cosas, solo por ser el mayor.

—Eh?... Oh! Ken eres tu, que pasa? – pregunto fuera de orbita.

—Es lo que yo te pregunto, que es lo que pasa contigo, estas mas anormal de lo normal, je, je, si me lo dices no se lo diré a nadie, claro a menos que quieras lo contrario, je, je...

—Bueno... en realidad, si me gustaría tener tu opinión sobre lo que acabo de hacer, lo cual fue una completa estupidez... – nunca lo había visto así, siempre estaba seguro de su mismo, nunca parecía nervioso. Solo ahora, Ken comenzaba a creer que realmente su hermano era de carne y hueso y que en verdad amaba a su novio.

Nuevamente relato lo que le había sucedido algunas horas antes de su llegada a casa, su hermano lo escucho muy atento entendiendo el porque del comportamiento de su hermana y de su hermano, respectivamente, pero al igual que Kana, al recordar la anterior personalidad de su hermano y su actual situación decidió que lo mejor para el y su pelirrojo adorado, seria que Kaede se quedara callado, en resumen, que no le mencionara absolutamente nada a Hanamichi sobre su pequeña y delgada cana al aire.

—Y que piensas? – pregunto con mucha curiosidad aunque sabia de antemano lo que su hermano mayor le aconsejaría.

—No se lo digas, no es necesario, solo tienes que aprender a fingir que no pasa nada, aunque pensándolo bien no creo que te sea muy difícil, además no hace mucho que Hana-quiero decir "Sakuragi" te conoce, o si, no creo que pueda ver que le estas ocultando algo.

—Supongo que tienes razón, puedo fingir aunque por dentro me sienta como el peor de los hombres.

—Kaede no eres el peor de los hombres, eso lo sabes, y si quieres culpar a alguien, culpa al puercoespín, el fue quien inicio esto, además estoy seguro de que si a Sakuragi le sucediera algo como "esto" posiblemente haría lo mismo, a menos que no fuera un hombre y que no tuviera sangre en las venas.

—Hanamichi no es así, es decir, no es como los que conoces, al menos aun no, y aunque ya es activo sexualmente sigue siendo un niño y como tal reacciona ante cualquier situación complicada como la que yo pase, estoy seguro de que el jamás respondería a cualquier estimulo de la forma en la que tu o yo lo hacemos, no sin estar seguro de que lo hace por amor o con la persona indicada – la cara sorprendida de su hermano no le paso desapercibida – ¿Sabes cuanto tiempo me llevo el convencerlo de ir a la cama? – era obvio su asombro, aun así continuo hablando, tenia ganas.

—Dos semanas? – quiso adivinar atontado por la palabrería con mucho sentido que su hermano le propino.

—Cinco meses. Los últimos tres meses de rehabilitación fuimos novios, y nunca accedió a nada que comprometiera su reputación por una calentura como yo, y en los siguientes dos meses nos conocimos mejor de lo que te imaginas, sin tocarnos mas que las manos y los brazos, podría jurarte que jamás pasamos de los abrazos mas castos en esos cinco meses, aunque comenzó a utilizar mas su lengua a la hora de besar – Ese fue un pensamiento que después se arrepintió de confesar – Pero aun así era muy tímido, y aun lo es de vez en cuando. Ahora entiendes el porque de mi preocupación, el jamás podrá entender mi reacción, y creerá que lo hice por despecho o por alguna razón estúpida que tenga que ver con nada importante, y esa es mi mayor intranquilidad.

—Wow, a veces me parece que hablo con el Tío Hideoshi cuando lo hago contigo, eres mas sabio de lo que aparentas hermano, además de que nunca habías hablado tanto conmigo o con nadie que yo conozca desde que murió el abuelo, pero sigues siendo un chico de 16 años y por esa razón principalmente te dejas llevar por el momento, así que también puedes culpar a tu libido de adolescente por tu error.

—Maldito Libido de hombre, maldito Sendoh, maldita sea la infidelidad y todos sus derivados!

—Respira y trata de pensar en algo mas que la culpa, y piensa en todas las lagrimas que le ahorraras a tu monito. Solo tranquilízate y si llega a pasar algo – se acerco a el y lo miro a los ojos mas serio que nunca – Niégalo categóricamente, dile que no es cierto, niega todo y no te quiebres, no le dejes ver que puede dudar o que tu tienes dudas sobre lo que tanto miedo el tiene de comprobar. Solo niégalo y que no te importe si por tu mentira al día siguiente el mundo se acabará, me entendiste?

—Si.

—Tal vez, en el futuro te arrepentirás, pero se que realmente lo amas y que no lo quieres perder, así que si alguna vez llega a enterarse por cualquier razón, por lo menos estarás feliz de tenerlo contigo todo el tiempo posible, no crees?

—Si. Gracias hermano – le sonrió y salio de su casa directo a la de su novio, donde sabia que estaría completamente solo, como siempre que lo esperaba para cenar.

Las palabras dichas por sus hermanos mayores le daban vueltas en la cabeza, y al final estuvo de acuerdo con ambos, tenían razón, solo tendría problemas si le confesaba su estupidez a Hanamichi, así que se trago su orgullo de hombre perfecto y se acepto con sus defectos, dispuesto a aceptar las consecuencias de sus actos, pero en el futuro mas lejano posible.

Cuando llego a casa de Hanamichi como lo suponía, estaba solo, su madre hacia algunos meses se había casado por segunda vez pero su pelirrojo hijo había decidido quedarse en la casa donde fue feliz en su niñez y la señora Ukio lo acepto por que además aquel hombre con el que ahora vivía tenia demasiados hijos y todos vivían con el, así que ya no quería causarle mas problemas y por eso dejo a su niño solo, aunque lo llamaba casi todos los días por la tarde, solo para saber como estaba, además de que lo visitaba dos o tres veces al mes ya que vivía bastante lejos de donde su hijo y no podía gastar mucho dinero en viajes Express, ya que todo lo que ganaba, además de la pensión de su esposo era para los estudios y la manutención del joven Sakuragi.

Era una tarde calurosa, y cuando llego a la puerta, entro al verla abierta, le causo sorpresa encontrarla así, planeo preguntarle a su pelirrojo el porque de su imprudencia, acaso el muy torpe no sabia lo que podía pasarle, eso y todas las demás razones por las que Rukawa se preocupaba quedaron en el olvido cuando al caminar sigiloso hasta la cocina, lo encontró tarareando una dulce canción y moviendo las caderas de manera sensual.

Mi dulce niña na, na, na,

Tu me fascinas na, na, na

No usaba su camisa, tenia el torso desnudo para no sudar pues su pequeña casa no contaba con el servicio de aire acondicionado, y de espaldas a Ru, Hana bailaba y cantaba fingiendo que no sabia que su novio estaba reaccionando como siempre que lo encontraba así, mirándolo embobado.

Por tu sonrisa, por tu mirada... niña

Cantaba a sabiendas de que su zorro miraba hipnotizado la graciosa y sensual forma en que movía sus caderas o mejor dicho su redondo y prominente trasero, en forma circular.

Contigo niña, quiero pasar mis días...

Al fin volteo a verlo y de inmediato se acerco a su adorado zorro con una dulce sonrisa, solo para recibirlo con un tierno beso corto en los labios. Siendo correspondido inmediatamente, enlazo con sus largos brazos el cuello de su hombre y lo llevo a la cocina entre besos y caricias.

—Tienes hambre? – le pregunto moviendo sus labios muy cerca de los de Rukawa.

—De ti, siempre – le hablo al oído, haciendo que la piel de su cuello se erizara sin poderlo evitar, pero sonriente resistió el deseo de hacer el amor en la cocina, por que además al igual que Kaede, todavía estaba hambriento.

El trayecto a casa fue largo, el autobús que los transporto a Kaynan, solo los llevo de regreso a Shohoku, así que cuando llego allá tuvo que retomar el camino hacia a su casa y solo después de eso, pudo por fin ponerse a cocinar algo decente para compartir una agradable y deliciosa cena con su novio.

—Yo me estoy muriendo de hambre! – declaro sonriente al soltarse del abrazo de su zorro, solo para disponer todo en orden para su deliciosa cena.

Rukawa solo suspiro para aliviar un poco su conciencia, pero parecía que el aire nunca le era suficiente para sentirse mejor, la culpa estaba presente en todo momento.

Se sentaron a la mesa, y mientras Hanamichi sonreía por algo que su imaginación le dibujaba en su mente, Kaede estaba perdido en sus pensamientos, sin realmente disfrutar de su primer bocado ni del siguiente.

—Podría perdonarte cualquier cosa si me la cantaras – sonrió con malicia, imaginándose a Kaede cantando, al mismo tiempo que bailaba como el grupo que cantaba su canción favorita del momento.

—Que, dijiste algo?

—Que si me cantaras esa canción, te perdonaría cualquier cosa.

—Cualquier cosa? – la recordó rápidamente – Te refieres a esa canción que cantabas cuando llegue?

—Sip – la conversación del pelirrojo no tenia sentido pero de alguna manera le daba esperanzas al zorro.

—Me perdonarías si olvidara nuestro primer aniversario?

—Sip, pero tendrías que cantármela en un lugar publico.

—Y si me olvidara de tu cumpleaños?

—También, pero tendrías que cantarla y bailar.

—Me perdonarías si... – se detuvo, quería decirlo pero sabia que lo mejor era quedarse callado – Si me quedara dormido después de hacer el amor?

—Quieres decir, inmediatamente después de hacerlo?

—Si.

—Umm... – torció a boca, eso ya le había pasado y no le gusto nada, pero lo pensó mejor y sonrió al responder – Si, también eso, creo que podría perdonarte cualquier cosa, je, je... pero tendría que ser un gran espectáculo, tal vez con bailarines a tu alrededor, una buena coreografía y mucha gente observándote, je, je...

—Tendrás que darme esa pista para aprender la canción – no le gusto la idea pero estaba dispuesto a intentarlo.

—Piensas hacer algo malo? Kitsune indecente... ja, ja... siguió riendo al ver el gesto de incomodidad que su zorro mostró al escucharlo burlarse de él.

Y así paso su deliciosa y poco romántica cena, entre bromas y besos de todos tipos. Tenían la noche para ellos solos, la madre de Hanamichi no llegaría de visita hasta el día siguiente, así que sin prisa alguna charlaban mientras limpiaban la cocina.

Lo único que Kaede deseaba era poder disimular la culpa reflejada en sus ojos, pero sabia que Hanamichi estaba ciego de amor por el, y que no veía mas allá de su siempre serio comportamiento, por eso estaba decidido a no decir nada, a guardarse su secreto bajo mil llaves y nunca hablar sobre lo que podría destruir su felicidad y por consecuencia su vida, sin tomar en cuenta que su felicidad no solo dependía de su silencio sino también del chico que pensaba todos los días en el, además del pelirrojo.

N/A: Bueno, en el próximo capi habrá lemon, espero terminarlo pronto, realmente espero que guste y que no sea demasiado lemon aunque no tengo un medidor jo, jo, bueno ya me despido, hasta luego!