Only Yours

Por Nian

IV. Yours and Mine.

Paso un buen rato recostado sobre el frío piso de los casilleros de Kaynan, hasta que se dio cuenta de que la escuela estaba totalmente vacía y comenzaba a oscurecer. No pudo levantarse tan pronto lo deseo, estaba adolorido, le apenaba aceptarlo pero el trato que recibió por parte de Rukawa no fue muy agradable y ni siquiera se había quedado hasta dejarlo satisfecho.

Simplemente el Rey del hielo al llegar su inminente orgasmo se levanto sin decir nada y se fue, abandonándolo a la mitad del acto, y horas después en la comodidad de su habitación, después de haber tomado una merecida ducha caliente, evaluaba su situación con el Super Rookie y al parecer no tenían un futuro, menos aun al no cruzar palabra alguna en su primer "encuentro".

Le gusto su espontaneidad y su forma apasionada de tomarlo, envidiaba cada segundo que el pelirrojo compartía con el, cada segundo que el no podía ni siquiera tenerlo cerca.

Suspiro en distintas ocasiones recordando aquel violento beso que lastimo sus labios y aquella descortés forma de tratarlo. Estaba adolorido y tenia marcas en sus caderas, las huellas de los rudos dedos de un basketbolista llamado Kaede Rukawa, pero estaba seguro de que si perseveraba en su conquista tendría éxito, por que siempre lo tenia cuando se lo proponía y esta no era la excepción, de eso estaba seguro.

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Después de cenar, aun hacia calor y sentados en el comedor de la pequeña cocina, tomaban jugo frío, mientras Hana le comentaba a Kaede que al día siguiente su madre probablemente llegaría a las 11 de la mañana.

—Eso significa que tendremos que aprovechar la noche – Hana miro de manera divertida la expresión de su novio al terminar la frase, le tenia ganas, además de que le había prometido horas antes que su visita seria excitante.

—Que pretendes Zorro? – alzo una ceja sonriente esperando una respuesta a su pregunta.

Súbitamente Rukawa beso al pelirrojo, de forma suave pero apasionada, completamente dispuesto a darle el mas grande de los placeres sin pensar mas en su error cometido horas antes, y del cual se arrepentía sinceramente. El pelirrojo se levanto de su silla, al igual que Kaede y juntos caminando sin ver, chocando con todo a su paso llegaron al fin a la habitación del Hanamichi, donde de inmediato el pelinegro recostó con suavidad a su amado monito.

Hanamichi no sabia que esperar, solo deseaba sentir el calor de su zorro en su piel, en su cuerpo y en su interior.

—Te amo – lo dijo sin pensarlo, solo por que así lo sentía y por que no le apenaba decirlo en la comodidad de su habitación, sobre su cama.

Se detuvo en su tarea, escucho esa frase de dos palabras que lo volvía loco de amor y placer, miro a su novio sonreírle tiernamente, acariciante y nuevamente se reprocho su comportamiento, aceptaba parte de la culpa, pero solo el sabia que lo que había hecho había sido por confusión, por el deseo de tener a la persona que ahora tenia bajo suyo en ese momento, era una excusa tonta, poco creíble, como habría podido conformarse con "eso" cuando tenia todo lo que deseaba a su disposición, solo un Idiota ciego lo haría, su hermana tenia razón, todos los hombres eran iguales, aunque el sabia que Hanamichi nunca le haría tal cosa.

—Yo también – acaricio el rostro sonrojado de Hanamichi con verdadera ternura, y lo beso suavemente, arrancándole un suspiro al separarse – Te amo tanto que me duele haberte... – algo lo hizo callarse, los labios de Hanamichi sobre los suyos no le permitieron sincerarse y ya no quiso hablar, solo correspondió a ese beso en el que su rojito amado le entregaba su corazón.

Beso su cuerpo entero tenían toda la noche por delante. En el proceso se desnudo a si mismo y a su koibito sin grandes dificultades, pues el solo usaba ese pantaloncillo de satín, el cual bajo con cuidado, sin prisa, deteniéndose en todo momento para admirar la hermosa figura que revelaba su completa desnudes.

Nuevamente invadió su dulce boca con su lengua, entablando una deliciosa lucha de saliva en la que solo se rendían cuando el aire en sus pulmones se vaciaba por completo. Con suavidad el zorro acariciaba con vehemencia cada pliegue de la rosada piel del pelirrojo, maravillándose con sus suaves gemidos, y frotando su virilidad contra la de su amado novio, excitándolo al instante.

Contento con el resultado de sus caricias, comenzó a besar el cuello de su amado al notar que su aire se acababa, pero ya no volvió a su boca pues quería darle el mismo trato a su musculoso cuerpo, besarlo entero y darle placer al sexo de Hanamichi.

Llego lentamente a una de sus tetillas, la cual acaricio con su lengua suavemente hasta que se endureció, reacción que le indico que ya era hora de darle la misma atención a la otra bolita rosa y Hanamichi se mostraba deseoso de aquel mismo trato.

Bajo hasta el vientre de su amado donde como preámbulo beso cada pedacito de piel, hasta llegar al erguido miembro que exigía atención. Lo tomo con sus labios solo para succionarlo con fuerza, y prepararse para la siguiente fase de su plan de esa apasionada noche. Con su mano libre, le coloco el condón y se irguió un poco sentándose a horcajadas sobre la virilidad de su amado pelirrojo.

—Ah! Kaede... – Hana se levanto un poco al adivinar lo que su zorro estaba a punto de hacer.

Rukawa solo sonrió, intentando eliminar esa mueca de dolor en su rostro, mientras intentaba introducirse el duro miembro de su novio poco a poco, subiendo y bajando para hacerlo mas excitante. Hanamichi se levanto hasta quedar sentado y beso la boca de su zorro, inmerso en un enorme placer al sentir la estreches que lo envolvía con lentitud, hasta entrar totalmente en su amado zorro.

—Te... amo... – le hablaba en susurros mientras hacia sus movimientos cada vez mas rápidos, sosteniéndose de los hombros de Hanamichi para subir y bajar con facilidad, mientras el pelirrojo gemía quedito en su oído, las mismas palabras todo el tiempo.

—Kaede te amo, te amo... – repetía una y otra vez, con los ojos cerrados correspondiendo a los besos que su novio le proporcionaba con la misma entrega, y acariciándolo con la misma pasión.

Después de entrar por completo en el, y al quedarse unos segundos así, Hanamichi tomo el endurecido miembro de su amado zorro con una de sus manos, frotándolo con fuerza, la misma fuerza que empleo nuevamente para levantar sus caderas y tocar ese punto importante en el interior de Kaede haciéndolo temblar de placer, al entrar y salir de su cuerpo, al mismo tiempo que masajeaba su miembro con fuerza.

Encontraron el ritmo perfecto, hasta que un explosivo orgasmo los hizo gritar de placer al mismo tiempo, haciéndolos caer en la cama respirando con dificultad.

Una vez que su respiración se normalizo, Kaede separo sus cuerpos y aun recostado sobre su amado pelirrojo le parecio poco lo que acababan de hacer, así que nuevamente cubrió con el suyo el cuerpo de Hanamichi. Beso sus labios con dulzura al principio pero al paso de los segundos su pasión aumentaba así como sus caricias, y ese movimiento pélvico ondulatorio hacia que nuevamente sus miembros se frotaran, excitándose segundos después de su primer orgasmo.

Kaede deseaba sentirse nuevamente unido a su adorado novio, así que ya no quiso esperar ni pedir permiso, sencillamente beso con fuerza los dulces labios de su amado, listo y decidido a hacer el amor una vez mas esa noche.

Tomo un poco de lubricante e introdujo uno a uno sus dedos en el ano de Hanamichi hasta que estuvo listo para recibirlo, sin olvidarse de ponerse un condón para no lastimarlo al penetrarlo.

Entro suavemente en el cuerpo del pelirrojo sin tomar desapercibida aquella mueca de dolor en su monito rojo, pero al mismo tiempo una sonrisa confiada en su rostro sonrojado le hizo continuar introduciéndose en su cuerpo, disfrutando su estreches y sus caricias sobre su espalda.

El pelirrojo por su parte disfrutaba cada vez mas el rose del pene de su novio en su interior, el ritmo era creciente y entraba y salía cada vez con mas facilidad, haciendo su unión mas excitante y placentera.

Kaede levanto un poco las caderas de Hanamichi para entrar mejor en su cuerpo y cuando lo tuvo totalmente empalado en su miembro, no desaprovecho la oportunidad de besarlo nuevamente, inclinándose sobre el, siendo correspondido con el mismo ardor y pasión en sus acciones.

Hanamichi estaba en las nubes, Kaede lo complacía hasta en los mas mínimos detalles, era muy hábil en el sexo y había aprendido mucho de el, y ahora que lo penetraba con tanta pasión disfrutaba cada segundo con los ojos cerrados, y abrazado a el, sintiendo cada rose, cada caricia y cada beso en su cuerpo, correspondiéndole y gimiendo loco de placer, gritando de vez en cuando su nombre y cuanto lo amaba.

—Ah!... ah... Te... amo Kae... de... – en ese momento abrió los ojos y observo el amor con el que su novio lo miraba, recordando su anterior comportamiento, entendiendo que aquel rey de hielo ya no existía para el, aun después de tantas peleas y discusiones termino conquistando su corazón y ahora no quería pensar en vivir sin el.

—Hana... te amo tanto... Oh! – silencioso como siempre, disfrutaba no solo la estreches de su amado, ni el placer que le daba satisfacerlo, sino también de sus palabras, de sus gestos, de sus caricias y de esa mirada acariciante que le entibiaba el corazón.

Ya no les faltaba mucho para llegar a la cúspide del placer, y solo para hacer su orgasmo mas explosivo, Kaede tomo el miembro de Hanamichi con una de sus manos y comenzó a masajearlo tan rápido como podía al mismo tiempo que lo penetraba cada vez mas rápido y profundo, hasta que el pelirrojo nuevamente se derramo violentamente en su mano, excitándose al máximo al envestirlo por ultima vez solo para explotar en su interior y caer totalmente exhausto sobre el pecho de Hanamichi.

Segundos después ambos yacían en la pequeña cama del pelirrojo, muy juntos, pero adormecidos.

—Estas cansado? – pregunto acariciando el pálido pecho de su zorro, recostado sobre su hombro.

—Nunca me había cansado tanto en solo un día – con los ojos cerrados y sin mirarlo le respondió aun con su brazo izquierdo rodeando los hombros del pelirrojo.

—Pues tienes 11 horas para dormir, mama llegara después de las 11 de la mañana, así que será mejor que te duermas ahora mismo, si no quieres que... Kaede... – al escuchar su respiración hacerse mas lenta y su abrazo menos fuerte, entendió que su pelinegro novio ya estaba dormido – Kaede... ya te dormiste?

—"..." – no recibió respuesta, pero decidió insistir.

—Kaede... – lo movió un poco, pero no abrió los ojos – Zorro feo, Zorro apesto, Zorro dormilón, cara de perr...Wahh!...

—Déjame dormir! – le grito y lo asusto.

—Ja, ja – un grito después de un escandalosa carcajada le hicieron sonreír al zorro dormilón.

—Do'hao.

—Je, je, perdón – se disculpo y nuevamente se acomodo sobre el pecho de su amado quien lo acogió sonriente sobre el, solo para dormir mas cómodo y soñar con angelitos iguales Kaede Rukawa.

Intentaba dormir en su solitario departamento, todavía no eran las 11 de la noche, pero no tenia sueño, solo podía pensar en visitar a Rukawa, en hablarle sobre lo que habían hecho por la tarde, y en que deseaba con ansiedad que se repitiera, pero en otro escenario. Uno en el que la comodidad y el romanticismo los rodeara además de la oscuridad de la noche.

Estaba decidido a visitarlo lo mas pronto posible, desafortunadamente no podría hacerlo hasta el lunes siguiente, lo cual significaba que no podría verlo en dos días mas, pues

todavía era viernes.

Después de algunas horas de dar vueltas en la cama, al fin el sueño lo invadió, un sueño hermoso en el que Rukawa correspondía al amor que el numero 7 de Ryonan le profesaba, siendo felices hasta el termino de sus días, siempre juntos.

TBC

N/A: Que les parecio, les gusto, bueno espero no haberme pasado de lemon, y que hayan notado el amor en el ambiente, además del lemon, que para mi es muy importante, je, je, espero que les haya gustado, y tal vez habrá un poco mas de esto en el siguiente capitulo ji, ji, ji, no estoy muy segura, hasta la próxima actualización!