Only Yours

N/A: Ya volví! Y perdonen el retrazo.

IX. How do I live now?

—Como?...Como pudo, COMO?...el me dijo que lo odiaba! – grito para si mismo – Me dijo que me amaba y... LO ODIO! LOS OIDIO A LOS DOS! – cerro los puños, solo para contener su rabia, mientras continuaba llorando.

Sollozaba desconsolado mientras continuaba caminando por las frías calles de Kanagawa. Había corrido kilómetros, nunca había avanzado tanto en tan poco tiempo o por lo menos eso había sentido, aunque ya estaba oscureciendo, y ahora no estaba seguro de donde estaba, pero continuaba caminando, sin rumbo fijo y abrazado a si mismo, intentando consolarse y calentarse con sus propios brazos.

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Hacia horas que estaba en su casa, no asistió al entrenamiento y esperaba al día siguiente una gran reprimenda por parte de su entrenador. Últimamente estaba descuidando no solo sus entrenamientos sino también sus estudios y todo había sido por la misma causa y aunque ya había cumplido la segunda fase de su plan y por lo tanto la mas importante, no se sentía bien, todo lo contrario, estaba preocupado por Rukawa y por alguna extraña razón también por el pelirrojo, al parecer su corazón se rebelo mas puro de lo que alguna vez creyó.

Cuando Rukawa lo dejo tirado en la terraza del edificio donde discutieron, sintió unas enormes ganas de llorar, jamás lo habían humillado tanto, o tal vez si, pero no lo había sentido de esa manera, nunca le fue muy bien con su padrastro pero sus maltratos nunca lo lastimaron tanto como los de Kaede. Aun humillado y dolido se levanto orgulloso y ante las miradas de todos los curiosos, bajó las escaleras con dignidad, con la barbilla en alto y sin mirar a nadie, ni siquiera a aquellos que lo admiraban por su belleza física y sus aptitudes para el basketball. Bajó solo y caminó hasta su casa donde al fin se derrumbo en su sillón sintiéndose no solo vació, humillado, sino también como un maldito que destruyo el corazón de un inocente que no merecía ser burlado.

Con Rukawa todo había sido diferente, deseo llamar su atención desde que lo conoció pero nunca tuvo éxito y ahora solo había logrado que lo odiara, por eso también quiso llorar por segunda vez en meses. No pudo, hacia tiempo que no podía llorar con facilidad, sentía que ya había llorado demasiado en el pasado y no quiso hacerlo más por que cuando lo hizo por primera vez en meses había sido por Rukawa. Respiro profundo y se levanto para darse una ducha, pero al mirarse desnudo frente al espejo, recordó ese golpe en su estomago, el cual recibió de la persona que amaba, lo toco con su mano, le dolió nuevamente, estaba solo, no tenia a nadie, ni siquiera a su madre pues esta vivía lejos de él y no tenían una buena relación, no desde que esta se casó de nuevo, pero no quería llorar y no lo hizo.

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—Por que lo hizo? Yo lo amaba... lo amo – continuo recorriendo la ciudad haciéndole preguntas al aire en voz baja, sin fijarse por donde caminaba hasta que choco con algo – Ah! – o con alguien.

Se fue hacia atrás, estuvo a punto de caer de no haber sido por los fuertes y largos brazos de la persona con la que él despistado pelirrojo choco, quien muy amablemente logro atraparlo en el aire y con facilidad lo levanto hasta tenerlo bien sujeto a su cuerpo de otra forma se habría golpeado su trasero cayendo estrepitosamente sobre el suelo.

—Estas bien Sakuragi? – el pelirrojo levanto su rostro hasta que el brillo de los lentes del amable transeúnte que caminaba en dirección contraria a la suya, le permitió reconocer con agrado, a la persona que con cierta preocupación lo protegía del frió.

—Megane Gigante, eres tú? – pregunto limpiando sus ojitos llorosos con sus puños, semejando a un pequeño, suspirando con profundidad.

—Me gustaría mas que me llamaras por mi nombre o mi apellido, pero sí, soy Yo, Toru Hanagata – le sonrió serio pero preocupado por el estado anímico de su ex rival – el Miope o Megane gigante.

—Hanagata... – Hanamichi sonrió triste con sus ojos rojos y suspirando de nuevo lo volvió a mirar con una nueva mueca de dolor.

—Ya estamos cerca del Otoño y tu no pareces estar muy abrigado – comento serio como siempre – Deberías ir a tu casa y abrigarte bien – aun lo tenia abrazado, tratando de mantenerlo caliente.

—Si, pero... – miro en todas direcciones, como niño perdido y como tal expreso su situación – No sé donde estoy... – un sollozo siguió a su lamento y nuevamente comenzó a llorar, cubriendo su rostro de inmediato, esperaba ocultar sus lagrimas pero las sacudidas que acompañaban su llanto no le permitían fingir.

—No te preocupes – froto sus brazos, consternado con el estado del pelirrojo – Si me dices donde vives tal vez yo pueda ayudarte a llegar – conmovido con el infantil Sakuragi que tenia abrazado a su pecho, decidió ayudarle sin dejar de acariciar sus fríos brazos y su espalda.

—Gra-cias – dijo entrecortado, pero al sentir que los brazos del alto ex – jugador de Shoyo lo rodeaban calidamente, se refugio en su pecho y no dejo de llorar abrazado a la cintura de Hanagata.

Hanagata no sabia que hacer, ni como consolar al pelirrojo que buscaba calor y no quería negárselo. Nunca había visto a Sakuragi tan triste y de alguna manera sentía que no podía dejarlo solo, así que intento llevarlo por lo menos a su propio departamento, el cual compartía solo con su mejor amigo y ahora pareja formal. Intento pensar en que hacer cuando Sakuragi dejara de llorar, pero estaba muy frió, así que se quito su propia chaqueta y la puso sobre los hombros del pelirrojo, para que este recuperara su calor.

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Al principio corrió, pero ahora caminaba intranquilo con las manos en sus bolsillos y con el alma en vilo. Camino por horas, buscando en sus lugares favoritos a su novio o ahora ex – novio, ni siquiera quería pensar en eso. No quería llorar, pero la opresión que sentía en el pecho era demasiado parecida al dolor, un dolor que al paso de los segundos se hacia cada vez mas intenso, aguijoneando su corazón.

Ya eran mas de las 6 de la tarde, ni Rukawa ni Hanamichi asistieron a su última clase y menos aun al entrenamiento, pero a ninguno de los dos parecía importarles pues ni siquiera lo recordaron y ahora estaban muy lejos uno del otro.

Rukawa estaba molesto con el mundo entero y con él mismo, pero solo después de buscar por horas su desesperación le hizo recordar a la única persona causante de su desgracia, así que por una rara casualidad busco a Hikoichi, de alguna manera le parecio útil conservar su numero telefónico, además de que no le costo nada obtenerlo, lo encontró en la agenda de Hanamichi y aunque le pregunto lleno de celos la razón por la que lo conservaba y este le contesto siempre intentando no tener una discusión, termino por llamarlo el mismo solo para asegurarse de que nada pasaba entre ellos, lo cual realmente era inimaginable y muy poco probable, pero gracias a ello recordaba el numero de aquel chico, solo por que también solía ser la fuente de información de Hanamichi.

Lo llamo y le pidió la dirección de Sendoh con amenazas, el chico lleno de miedo se la dio de inmediato, ese desgraciado pagaría de alguna manera sus fechorías, y dando por hecho que se encontraba en su casa se dirigió hacia allá lleno de furia y deseoso de desquitar su dolor con el principal causante de sus males.

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Con dificultad llego hasta su casa donde esperaba que el pelirrojo se calmara, pero sus lágrimas parecían no cesar, y no cesaron hasta que se quedo dormido en su sillón mas largo.

Hanagata suspiro, Sakuragi seguía muy frió y la única forma en que se le ocurría calentarlo era con un baño tibio y un chocolate muy caliente, pero para eso tendría que despertar primero a su invitado. Le dio pena, lucia cansado y frágil, recordó haber escuchado que el pelirrojo aunque tenia una fama de peleonero y problemático, además de rudo y violento contra sus enemigos, también era emocional, expresivo y que lloraba cuando algo lo lastimaba sin importarle quien estuviera presente, o quien lo viera, era un espíritu libre que se expresaba de acuerdo a su estado de animo y por eso lo admiraba, por que Toru era contrario a el, por esa razón y otras mas, le costo mucho trabajo conquistar a Kenji, necesitó de mucho tiempo y esfuerzo pero al fin lo logro y ahora era feliz, sabía que lo único que lo pondría triste de verdad seria el perder al amor de su vida, y pensó que tal vez era eso lo que había hecho llorar tanto a Hanamichi.

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Toco con fuerza, azotando su puño contra la puerta de madera. El ruido hizo que el único habitante del pequeño departamento saliera de inmediato para abrir la puerta.

Tan pronto supo quien era sonrió, esperanzado en que la razón de su visita fuera de cortesía y con agrado, pero obviamente se equivocó.

Azotó la puerta cuando entro, su cara furiosa logro que la hermosa sonrisa que Sendoh le mostraba como bienvenida se borrara de inmediato.

—Rukawa? – deseaba que no pasara nada malo, que todo fuera mejor, pero la cara de su visitante le decía que no sería así.

—Arruinaste mi vida maldito! – se le acerco furioso en un largo paso, Sendoh solo retrocedió y respondió con miedo.

—Tú sabes por que...

—Por que eres un maldito egoísta, por eso! – golpeo el aire con uno de sus puños, la verdad es que deseaba destrozar la cara y el cuerpo de Akira Sendoh.

—No, no es cierto – se acerco un poco quitándose el miedo a ser golpeado – sabes que te amo... – se alejo nuevamente al ser mirado con odio, no deseaba eso, todo lo contrario.

—Pensé que había dejado claro que no existe NADA entre nosotros!

—Tal vez para ti no pero... – Akira le respondió con un nudo en la garganta – Para mí si – con la voz temblorosa dijo lo último.

—Te odio – se le acerco cada vez mas, hasta rodear con sus manos el blanco cuello de Sendoh sin que este lo evitara – No me importa lo que pienses – apretó un poco, ante la mirada triste del puercoespín – No me interesa lo que tengas que decir – masculló con verdadera rabia apretando cada vez mas sus manos alrededor del cuello de quien arruinó su vida – Y sinceramente no podría importarme menos lo que TU SIENTES POR MI.

—RU-KA-WA – lo dijo entrecortado, la fuerza con la que Kaede apretaba su cuello era cada vez mas y tenia miedo de morir asfixiado – por... favor... – con los ojos rojos y casi sin poder respirar le rogó con la mirada que lo soltara, y con sus manos intentaba quitarse las de Rukawa sin éxito pues sus fuerzas lo abandonaban.

Segundos después de verlo sufrir de asfixia, recordó que no era un asesino y lo soltó al ver que de los azules ojos del As de Ryonan gruesas lágrimas resbalaban por sus mejillas al cerrarse. Akira callo al suelo, tosiendo y respirando con dificultad.

—No sé que es lo que esperas – sin importarle mucho el estado de Sendoh le dio la espalda – Pero no obtendrás nada mas de mi... lo que paso entre nosotros fue un error de mi parte y de ti... no sé y no quiero saber – dio un paso dispuesto a irse, pero la rápida mano de Akira no le permitió irse.

—Es...espera por favor... – con una mano en su cuello y más lágrimas resbalando de sus ojos le rogó antes de que se fuera, logrando detenerlo un poco más.

—No me toques – se soltó bruscamente, no deseaba ningún contacto con su persona, no mas.

—Dame un oportunidad – desde el suelo, casi de rodillas y con los ojos mas acuosos que nunca le rogó aun con la esperanza de ser feliz con su amado Rukawa.

—Por que no lo entiendes? No siento nada por ti! – le grito mirándolo hacia abajo, pero sintió pena al ver que Sendoh bajaba la cara y sus lagrimas cayeron hasta el piso, el no supo cuanto le dolían sus palabras hasta que lo vio llorar – No deseo tener nada contigo – bajo el tono de su voz, porque sintió lastima – Ya déjame en paz! – nuevamente le hablo fuerte, desesperado, serio, mas que de costumbre.

—Pero... Yo te Amo! – esta vez si lo grito al levantar la cara.

—Pero YO NO!

—Entonces por que me tomaste aquel día? – pregunto con dolor, podía hablar a pesar de que lloraba desconsolado – Por que me aceptaste, por que me besaste? – su mirada estaba cargada de dudas, de dolor y amor.

—Porque estabas ahí! entiéndelo! me provocaste y Yo reaccione de la forma en que esperabas o no?... te tome, sí, pero no porque te amara o por que te deseara... tu ni siquiera me interesas... lo hice por que estabas ahí! Porque necesitaba desahogar mis deseos por la única persona que realmente amo... Esa persona no eres tu y nunca podrás serlo... – todo lo que decía era verdad, estaba siendo sincero.

—El ya te dejo, por que no me das una oportunidad a mi – se levanto al fin – Yo puedo hacerte feliz...estoy seguro de que si me das tiempo yo podría...

—Cállate, no digas nada mas... no creas que me voy a rendir, no me importa lo que tenga que hacer para que Hana vuelva conmigo... Amo a Hanamichi, lo amo desde siempre y estoy seguro de que puedo lograr que me perdone y que vuelva a mí.

—Pero el ya no quiere nada contigo.

—Pero aun me ama! Olvídate de mi Sendoh, haz tu vida con alguien mas, estoy seguro de que puedes tener a quien tu quieras, excepto a mi. Adiós.

—Kaede, Kaede! No te vayas por favor… - rogó nuevamente – déjame demostrarte de lo que soy capaz, estoy seguro de que me amaras – pidió desesperado – si tan solo me das una oportunidad...

—Que es lo que quieres? – pregunto molesto, lo tomo por los hombros con sus grandes mas y sin mas lo azoto contra la pared solo para después dirigir sus manos a las nalgas de Sendoh y apretarlas con fuerza.

—Espera! Así no! Mmh… – Rukawa lo alzo un poco solo para abrir sus piernas y posicionarse entre ellas de forma brusca, como siempre violento.

—Esto es lo que quieres? – froto su virilidad contra la de Sendoh con fuerza lastimándolo con su brusquedad, solo para después intentar besarlo haciéndole mucho daño en sus labios, solo frotándolos sin realmente besarlo, mordiéndolo al final – Te gusta, quieres mas? – Kaede termino por voltearlo contra la pared e intento bajar su pantalón y de hecho lo hizo.

—No, esto no, así no… por favor, tu no… tu no – entre lamentos y un doloroso llanto, comenzó a rogarle a Kaede que no lo lastimara más.

Rukawa lo soltó al fin, y Sendoh callo al Suelo, sollozando con mucho dolor, nada feliz con el trato recibido, más triste que nunca.

—Ya no me detengas o no sé de lo que seré capaz – mirando a la pared decidió marcharse para siempre.

—Lo siento Rukawa, lo siento Sakuragi – no supo por que lo dijo pero al escucharse se sintió peor.

Rukawa escucho, pero ya no volteo y se fue caminando rápidamente sin decir nada más.

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Conmovido con su situación lo llevo a su habitación, le quito la ropa y le puso una de sus pijamas más calientitas, para después arroparlo muy bien. Preparo el chocolate y después se dirigió nuevamente a su habitación para despertar al pelirrojo que ya parecía tener su vivo color nuevamente.

—Sakuragi despierta... – lo movió suavemente, hasta que con dificultad el pelirrojo fue abriendo sus ojos más rojos que nunca, pero luciendo mejor.

—Hanagata? – pregunto al enfocar su vista y se sentó en la cama al aceptar la taza que Toru le ofrecía amablemente.

—Estas mejor? – pregunto al verlo beber con cuidado un sorbo de su chocolate.

—No, nunca estaré mejor – un sollozo acompaño su lamento y los deseos de llorar lo invadieron de nuevo.

—Me imagino que algo malo te sucedió, y no niego que me encantaría saber la razón de tu mal estar, pero si no deseas contarme espero que al menos te sea suficiente con mi... hombro, para llorar...

Hanamichi lo miro mas triste que nunca, pero conmovido con sus palabras, no tenia nada de malo que le contara su pena, y como Youhei no se encontraba cerca, decidió contarle a su nuevo amigo, sus problemas sin omitir detalles, ni sus lagrimas.

—Jamás me ha pasado y sinceramente espero que nunca me pase algo parecido – después de contarle lo sucedido hacia unas horas, Hanagata reflexionaba sobre su situación esperando jamás experimentarlo.

—Si, es horrible, por que no se que hacer ahora...

—Quieres perdonarlo? Quieres volver con el?

—No sé, pero creo que si, aunque aun siento que lo odio – mascullo molesto.

—Eso es bueno, es decir, he leído y visto en algunos programas, películas, libros y revistas, que para superar el rompimiento de una relación es necesario pasar por varias etapas y la segunda, de hecho, creo que es "eso" que tú sientes ahora, Odio – lo especifico.

—Pero Yo no quería terminar, aunque lo hice, YO le dije que nuestra relación se había terminado...

—Ya veo – puso su brazo sobre los hombros del mas joven y continuo reconfortándolo – Solo puedo decirte que el mundo no se acabo, que eres joven y que independientemente de si quieres perdonarlo o no, Esto también pasara...

—Pero me duele! – lo miro con múltiples lagrimas resbalando sobre sus rojas mejillas.

—Lo sé y lo siento, pero así te sentirás por un buen tiempo, así que te recomiendo que no te culpes por nada, y si quieres perdonar a Rukawa, hazlo, pero no por las razones equivocadas, eso te hará mas daño.

—Cuales serían las razones equivocadas, que quieres decir con eso? – secándose su fuente interminable de lagrimas pregunto con real interés.

—Las razones equivocadas pueden ser muchas, pero entre las mas importantes se encuentran la venganza, el odio, el deseo de hacerle pagar a tu pareja el dolor que te hizo pasar, el pagarle con la misma moneda, o el simple hecho de volver con el para recordarle de por vida el daño que te hizo, solo para hacerlo sentir mal todo el tiempo, siempre culpable de todo lo malo que suceda en su relación.

—No quiero eso.

—Lo sabía y por eso te mereces ir al cielo – rió feliz de hacerlo sentir mejor con sus tontas palabras.

—Al cielo?

—Si, por que eres una buena persona – le sonrió amable y alegre con los resultados de sus palabras.

—Gracias, seguramente tu también lo eres – lo miro por unos segundos, realmente agradecido, pero sin saber como corresponderle a su anfitrión.

Hanagata lo miro no solo conmovido, sino atraído de alguna manera al verlo así, sufriendo y totalmente vulnerable. Al sentirse así, recordó a su amado, y se sintió culpable pero se le ocurrió una forma de demostrarle a Sakuragi que aquella ocasión en la que Rukawa le fue infiel tuvo que ser provocada y de alguna manera este no pudo evitarlo por que las circunstancias y su forma de ser prácticamente lo obligaron a reaccionar de esa manera.

—Este tipo de situación, es decir, como la que vivimos en este preciso momento, puede resultar en una infidelidad de mi parte hacia mi novio y sabes porque?

—No. Por que? – se sorprendió enormemente por lo que Toru le dijo y por instinto se alejo de él.

—Por que al querer consolarte, Yo podría abrazarte, besarte, y después...

—Nooo, eso no, Yo no lo permitiría!

—Y "esa" seria la diferencia entre tú y Rukawa.

—A que te refieres?

—A tu forma de ser y por ende a tu forma de reaccionar. Para la mayoría de los

hombres, si no es que para todos, es muy difícil decir que no al sexo fácil.

—NO debería serlo cuando se tiene pareja y se dice amarla! – alzo la voz molesto.

—En eso tienes razón, pero también existen otras circunstancias que pueden hacer que

todo se dé sin ninguna dificultad.

—Tu quieres que perdone al zorro apestoso verdad, por eso me dices todo esto... – lo

pensó mejor y dudo si realmente Kaede le decía la verdad – Tu crees que lo merece?

—Tal vez, pero no tan pronto, es decir, si el te decía la verdad, difícilmente podría

reincidir, pero si te mintió, nuevamente pasaras por lo mismo o por lo menos así me

gusta pensar que somos los humanos.

—Entonces para comprobar que realmente me ama tengo que perdonarlo y esperar a

que me sea infiel de nuevo?

—No, eso no fue lo que quise decir, no exactamente, solo se que si tu no recuperas la

confianza en el, jamás serás feliz aunque lo perdones, pero eso no significa que debas

esperar a que te sea infiel de nuevo solo para asegurarte de que te ama.

—Debo esperar.

—Si, debes esperar hasta que ya no te duela el recordar, por que solo entonces lo habrás

perdonado.

—Mientras puedo llorar? – nuevamente sus ojos se nublaron y se recargo en hombro

izquierdo del mayor.

—Claro que si, todo lo que quieras – lo abrazo suavemente, sonriente pero mas tranquilo por el bien estar del pelirrojo.

—Eres demasiado sabio para tu edad no crees? – pregunto limpiando su rostro al mirarlo nuevamente a los ojos.

—Que esperabas, soy dos años mayor que tu...chiquito – Hanagata lo miraba sonriente y amable, tan diferente a como era antes, que se desconocía a si mismo, pero solo con Kenji cambiaba su forma de ser y ahora sabia que ese pelirrojo también podía hacerlo actuar de forma inusual, nada fiel a su verdadera personalidad.

—Ja, ja, y eres mas alto... – rió sin poder o quererlo evitar, sabia que Toru solo estaba siendo amable pero se sentía bien en sus brazos y mejor con sus palabras.

—Y mas fuerte y mas inteligente y... – deseo continuar haciendo reír al pelirrojo pero este nuevamente se puso serio.

—Querrías ser mi hermano mayor? – pregunto el mas joven.

—Claro, porque no? Kenji también es muy sabio...

—El sustituto?

—Si, Kenji Fujima...y te aseguro que seria un buen hermano mayor, no tanto como Yo por que no es tan alto pero si es muy bueno ja, ja, si me escuchara ya me tendría en el suelo – Hanamichi seguía riendo, sintiéndose cada vez mejor por el momento, pero aun preocupado por su nueva situación.

—Lo sigues viendo?

—A Kenji, claro que si, de hecho vivimos juntos en este departamento, lo rentamos juntos y ya no somos solo amigos.

—No?

—No, somos novios.

—Oh! de verdad, él es tu novio!... me da gusto, se ven muy bien juntos... y lo quieres mucho?

—Si, cambio mi vida desde que lo conocí y no lo cambiaria por nada.

—Quisiera decir lo mismo...

Segundos después de consolar al pelirrojo entre comentarios graciosos y maduros, alguien abrió la puerta apresurado y después gritó.

—TORU! TORU! Me robaron!

Al escuchar el portazo, el chico de lentes salio de inmediato de donde placidamente descansaba al lado del pelirrojo.

—Que dijiste? – de inmediato salio y sin que Kenji se diera cuenta, Toru lo reviso por completo, solo para saber si estaba bien físicamente – Tu estas bien? – luego le preguntó.

—YO, si estoy bien, pero no me escuchaste, Me robaron, me quitaron el dinero para pagar la renta del departamento en cuanto salí del cajero automático y... que haremos ahora Toru? – pregunto preocupado y con la esperanza de una solución que resolviera su problemón.

—Bueno... pues... no sé... es decir, mi padre tuvo un problema con mi hermano menor y no podrá enviarme el dinero de cada mes, así que pensaba darte mis ahorros, pero ahora que ya no tendremos más que eso… pues… no se me ocurre nada...

—No puede ser, nos van a sacar de aquí y patadas tal vez... Que podremos hacer?

—Vengan a vivir conmigo – una voz diferente a las que siempre se escuchaban en ese departamento se escucho de repente, sorprendiendo a Kenji enormemente y haciendo sonreír gratamente a Toru.

—Que, Sakuragi! – lo reconoció de inmediato – Que haces aquí?... y con una pijama de Toru... – molesto de inmediato comenzó a crear imágenes y idear situaciones en su cabecita llena de celos.

—Nada, yo solo estoy aquí por que Toru me ayudo – se imagino lo que Kenji debió pensar al verlo así y se precipito a aclararle la situación a su otro anfitrión.

—Te ayudó, porque, te paso algo?

—Su novio le fue infiel y el muy Idiota se lo confeso hace unas horas en presencia de aquel con él que lo engaño – para Toru todo era muy simple, y así lo explicó.

—Oh! – dio unos cuantos pasos y puso sus manos sobre los brazos del pelirrojo – Estas bien? – era real su consternación por el pelirrojo.

—Estoy mejor, no muy bien, pero estoy seguro de que esto también pasara – las ganas de llorar no dejaban de atacarlo constantemente, pero decía la verdad, ya estaba mejor.

—Si, claro que si, ya veras que si!

—Y que dicen, aceptan vivir conmigo, Yo vivo solo y tengo una habitación de sobra, pueden mudarse hoy mismo si lo desean... – la verdad era que no quería estar solo, y la compañía de Toru le agradó mucho, tanto que se acostumbró a sus brazos en segundos.

—Que dices Toru? – el aludido lo miro y al asentir Kenji, también accedió – Claro que si, Gracias Sakuragi – ambos le agradecieron y de inmediato hicieron planes para mudarse a casa de Hanamichi.

Las horas pasaron y por obvias razones Kenji y Toru decidieron mudarse al día siguiente, a lo cual Sakuragi accedió. Durmió en el departamento de sus nuevos amigos o por lo menos lo intento por que sus constantes recuerdos lastimaban su corazón, el pecho le dolía y aunque deseaba pensar en el futuro no podía dejar de llorar, siguió el consejo de Toru y continuo llorando, preguntándose como era posible que una persona que dice amar puede engañar, mentir, ser infiel y pedir perdón de una forma egoísta, lastimando con saña a la persona con la que lo engaño.

Tenia que admitirlo, Sendoh le dio lastima, claro que lo odiaba por provocar a Kaede pero era claro que el puercoespín sentía algo puro por Kaede y por eso se sentía mal por el, por que sabia que Kaede jamás podría corresponderle.

Al final recordó que todo se vería diferente al día siguiente y con esa idea se quedo dormido, esperando volver a ver a Kaede y a que su corazón sanara.

TBC...


N/A: Hola de nuevo, todavía se acuerdan de mi? UU, siento mucho la tardanza, realmente se me ha complicado un poco la vida y por muchas razones no he podido hacer mucho desde hace un mes, pero les agradezco mucho a:

Shadir(Elena): como siempre que haya leído el ultimo capitulo (el anterior).Tus comentarios siempre concisos me animan gracias.

Kaehana9: no te preocupes que la capa de ozono no tiene nada que ver je, je, gracias por todo.

Shingryu Inazuma: perdona la tardanza, realmente me encanta que te guste mi fic y espero que lo sigas leyendo, gracias.

sune: muchas gracias por tu confesión, espero cumplir tu deseo pronto, gracias por el apoyo.

akemi20: Muchas gracias por decir que es uno de los mejores fics que has leído me haces muy feliz, y muchas gracias por tus comentarios, créeme que ese es mi principal objetivo al escribir. Gracias por todo y muchos besotes akemi20.

Daphne: Hola, gracias por decir que mi fic esta bueno, pero no entiendo que quieres decir con "wecos", podrías explicármelo, y con respecto a la hombría, creo que tienes razón, espero hacerlos mas hombres para la próxima, hasta pronto!