Only Yours

X. Healing.

Volvió a casa de Hanamichi por ultima vez, no lo encontró, el lugar estaba vació y no sabia donde mas buscarlo, se restregó una y otra vez la mano en su cabeza y cabellera con desesperación, intentando calmarse hasta que lo logro después de muchos intentos, mas que nada por que estaba preocupado, pero que mas podía hacer, no sabia y tampoco sabia a quien preguntarle.

Regresó a su casa, ya era muy tarde y al día siguiente debía asistir a clases, así que al fin decidió esperar para ver a Hana en la hora del entrenamiento del día siguiente.

La mañana llego y Rukawa ni siquiera tuvo que esperar a que sonara la alarma, no pudo dormir y se levantó solo con la ilusión de ver al pelirrojo, su ex novio.

Las horas pasaron lentas, tal vez demasiado, Rukawa intento dormir en cada una de sus clases pero tampoco pudo, solo podía distraer sus pensamientos dedicados al pelirrojo al poner atención en clase, y lo hizo o estaba seguro de que su desesperación le haría cometer un error. Se dedicó a escuchar y a ver y a entender además de escribir lo que se le dió la gana al fin.

Dieron las 3 PM, la ansiada hora del entrenamiento en el cual Rukawa deseaba desesperadamente encontrarse con Hanamichi y pedirle encarecidamente que le perdonara su gran error sin importar cuanto habría de rogarle, pero al igual que a los demás, su ausencia le sorprendió.

El pelirrojo no llegó. Uno de los integrantes del equipo le pregunto a Miyagi la razón de su ausencia, pero este solo dijo que lo único que sabia era que el numero 10 de Shohoku no volvería a la escuela por lo menos ese día, "Debió ir al hospital o algo así", agregó, pero Rukawa no se quedo conforme con esa razón, sabía la verdadera causa de su ausencia y estaba preocupado. Quiso buscar a Hanamichi pero cuando intento hacerlo su capitán se lo impidió y lo amenazó. Este no podía dejar sus entrenamientos, porque estaba siendo considerado como el próximo capitán.

Rukawa tuvo que quedarse aunque deseaba salir corriendo del maldito gimnasio y buscar a Hanamichi a donde fuera que se encontrara, pero se contuvo y soporto como un valiente 3 horas mas sin el.

Mas tarde se dirigió nuevamente a casa del pelirrojo, pero alguien importante en la vida de éste se interpuso en su camino con autoridad.

—No lo veras aun – le dijo serio.

—Que? – preguntó molesto.

—El no quiere, dale tiempo – sentencio Youhei con las manos en los bolsillos.

—Esto no es de tu incumbencia!

—No, pero el me pidió que te dijera esto.

—Que cosa?

—Que no quiere verte aun – repitió exasperado Mito.

—Pero... tenemos que hablar!

—No quiere verte aun... Lo harán cuando él este listo.

—Y cuanto tiempo se supone que debo esperar? – su mirada gritaba "Quiero verlo!"

—Solo sé que debes esperar a que él te busque.

—... No... Necesito verlo ahora! – se opuso dispuesto a pasar sobre su cadáver.

—Si das un paso mas en esa dirección, deberás atenerte a las consecuencias – de inmediato otros 3 chicos conocidos salieron del árbol y lo rodearon amenazantes.

—Esta bien– suspiró –tu ganas, no quiero mas problemas – observó el panorama, si peleaba con ellos estaba seguro de que solo tendría problemas con Hana, por eso decidió huir de una mediocre pelea, de cualquier forma el único que valía la pena era Mito y solo era uno.

—Fantástico! – Rukawa se fue y los demás dejaron escapar el aire contenido, sabían que fácilmente el zorro podría contra los 4 así que se alegraron cuando éste decidió no pelear.

Llego a su casa molesto, lanzo su bolso deportivo al suelo de su habitación y azoto la puerta. Obviamente no deseaba ver a nadie, no después de su fallida visita, solo se dejo caer en su cama molesto y deseando como nunca ver a su amado rojito.

No era fácil que los amigos de Hanamichi lo detuvieran pero no quiso desafiarlos, eso solo le traería más problemas y no deseaba hacerse la vida más difícil, era inútil de cualquier forma.

—Hana... – lo dijo en la oscuridad de su habitación y sin poderlo evitar recordó lo sucedido.

Si el pelirrojo lo hubiera escuchado como sus hermanos tal vez lo habría perdonado, pero no lo hizo y Kaede lo entendió, por que querría Hanamichi escuchar detalladamente todo lo que hizo con Sendoh, tal vez solo seria una tortura para su sensible corazón, una humillación mas, una perdida de tiempo y un dolor aun mas insoportable.

Ahora ya no sabia bien que decirle, solo pensaba en pedirle perdón, en rogarle de rodillas y en hacer mil cosas para conseguir su amor de nuevo, tal vez hasta cantarle, cualquier cosa, pero "esperar"... era demasiado.

No deseaba "esperar" para volverlo a ver, no deseaba ser ignorado, no por Hana. El mundo le importaba un cacahuate, pero Hana era su todo y estar sin el era una real y terrible tortura. Era justamente eso lo que debía hacer, "esperar", no verlo, no tocarlo, no besarlo, no hablarle, no amarle... y por quien sabe cuanto tiempo.

Continuaba pensando en mil y una formas de pedirle perdón, de reconquistar a su adorable torpe y al cabo de algunas horas por fin el cansancio lo venció.


La mudanza fue rápida y en cuestión de un día, los Hanagata-Fujima se instalaron en casa de Sakuragi, no era muy grande su casa, pero los invitados tenían en donde dormir y juntos. La habitación de la señora Sanae les parecio mas de lo que esperaban, razón por la cual estaban muy contentos. Hanamichi les mostró lo amable y buen anfitrión que era, y ellos a cambio no le recordaban que ya no tenia novio.

A la señora Sanae no le molesto que su hijo tuviera compañía, todo lo contrario, le gustó saber que su hijo estuviera rodeado de estudiantes universitarios, unos chicos lindos, que parecían ser muy responsables y que de acuerdo a la descripción de Hanamichi eran muy agradables y maduros para su edad. La madre de Hanamichi quiso conocerlos y así lo hizo por teléfono. Toru le recordó un poco a Kaede pero ya tenia pareja, un chico muy inteligente y tenaz que estaba segura era el único que podía gobernar en el corazón del joven alto de lentes, de cualquier forma ella no supo que su niño ya había terminado con Kaede, así que dejo de imaginarlos juntos.


Dos días sin verlo le parecieron una eternidad, no contestaba sus llamadas – no pudo aguantarse las ganas de llamarlo, de por lo menos escuchar su voz, con eso se conformaría –, lo hizo muchas veces sin ninguna respuesta.

Intento volver a hablar con Mito, pero este solo le decía que no sabía nada y le aconsejaba ser paciente. "Paciencia?", "Paciente, Yo?", "Sí, claro! El día que los cerdos vuelen seré paciente, Ahora solo quiero verlo!" exigió, haciendo enfadar al mejor amigo de Hanamichi, obteniendo de él solo una negativa con una mueca amenazante, aunque claro que Rukawa jamás se dejaría amedrentar, al contrario, se impuso y estuvo a punto de pelear con aquel "aprendiz" de Judo, pero los demás llegaron a su encuentro, y detuvieron a Youhei con grandes esfuerzos y con las mejores razones. Ellos sabían lo que había sucedido entre Hanamichi y Rukawa, la razón de su separación y lo odiaban, los amigos de Hanamichi odiaban al zorro, y al igual que Youhei deseaban hacerlo pedazos, pero también estaban concientes de lo mucho que su pelirrojo amigo aun amaba al estúpido zorro y por eso razón no querían hacerle daño, solo por su muy querido amigo.

No pasaba nada y Rukawa solo desesperaba.


Habían pasado ya casi dos días en los que Hanamichi había pensado seriamente que hacer con su ex novio, al pensar en aquella palabra – novio – antepuesta por el prefijo "ex", se estremeció, ya tenían casi medio año juntos como pareja, pero ahora estaban separados, no, ese no era el termino correcto, la realidad era que ya no eran novios, el mismo le puso fin a su relación, lo sabia y eso le dolía, pero que otra cosa pudo haber hecho, Sendoh ya le había dicho "todo" y sinceramente no quería saber mas, el solo hecho de imaginar que su Kaede le había sido infiel con su peor enemigo lo volvía loco de odio hacia los dos, y no quería pensar en ellos juntos, era demasiado doloroso.

Dormía solo después de llorar como Magdalena la noche entera, les agradecía a Toru y Kenji su preocupación pero prefería estar solo, así que decidió irse de día de campo solo, todo el día siguiente.


Ya era domingo, tal vez las 5 de la tarde, y Kaede para variar, no tenia sueño, ni mucho menos algo importante que hacer, así que nuevamente se armo de valor y se dirigió a visitar a Hanamichi hasta su casa.


Estudiaban tranquilamente en la cocina. Tenían un importante examen en dos días más, pero les gustaba prepararse desde días antes, para obtener las mejores calificaciones de todos los primeros semestres.

—Esto no es tan difícil – comento Toru besando suavemente el lóbulo derecho de su compañero de estudios ya que esa piel rosita, llamó mas su atención.

—Toru-kun, me haces cosquillas – se quejo sonriente.

—Mmm... Ya me aburrí – escondió su cara en el cuello de Kenji y este no pudo evitar temblar cuando el mas alto le beso el cuello, succionando un pedacito de piel.

—Ah... Toru... tenemos que estudiar – con los ojos cerrados disfrutaba en silencio de las caricias y besos que su novio le otorgaba tan cariñosamente.

—Aun tenemos dos días mas – le ronroneo al oído, y Kenji deseo desnudarse en la mesa de la cocina y dejar que Toru besara su cuerpo entero.

—Entonces... vamos a la cama – se permitió sugerir, después de aguantarse las ganas de desnudar a Toru cuando este le metió una mano en donde su espalda, perdía el nombre.

Llegaron riéndose entre tropezones a la cama de la señora Sanae, olvidándose de ello por completo, se desvistieron en segundos, hambrientos de un contacto mas intimo. Friccionando sus cuerpos obtenían un gran placer, besando sus labios y jugando con sus lenguas mientras exploraban sus bocas, acariciaban sus cuerpos deseosos deunirlos en un acto sexual lleno de amor.

Sus cuerpos rodaron de un lado a otro en la cama, hasta que el mas alto quedo arriba y el chico bajo el abrió las piernas, ondulando sus caderas para conseguir frotar sus miembros cada vez mas duros y listos para comenzar su primera ronda de amor.

Se había quitado los lentes desde hacia ya unos cuantos minutos, pero al buscar los aditamentos para hacer su unión menos dolorosa para Kenji, tuvo que ponérselos otra vez. Rápidamente encontró lo que ansioso necesitaba y nuevamente beso apasionadamente a su amor con lentitud pero exigiendo su cuerpo.

Kenji sonreía feliz de tener a su Toru con el, sabia que muchas arpías lo deseaban pero se había impuesto la meta de tenerlo para el y lo logro y ahora disfrutaba como nunca su amor, tan intenso y apasionado como siempre.

Hanagata beso su cuerpo entero, pero volvió a besar el blanco y suave vientre de su amor, deseoso de bajar y darle placer con su boca. Beso la punta de su sexo succionándola un poco, logrando que Kenji gimiera su nombre y abriera mas sus largas piernas, permitiéndole succionar con fuerza su henchido miembro, sacando mas gemidos de la dulce boca de su amado ex capitán.

—Toru Hanagata, hazlo ya! – le ordeno como siempre y este no tuvo otro remedio mas que obedecer, aunque no quería contradecir a su amado en esta ocasión, no tenia razón alguna.

Introdujo su pene en la calida cavidad que ahora lo esperaba dilatada al máximo, logrando entrar en el después de algunas suaves envestidas. Se quedo algunos segundos así, disfrutando del calor de sus cuerpos unidos, besando los suaves labios que lo recibían con amor.

—Te amo – dijo Toru, una y otra vez, mientras comenzaba a moverse lentamente dentro del cuerpo de su amado Kenji.

—Yo también... Ah! – gimió al sentirlo salir y entrar mas profundamente en su dilatado ano – Si!... Te amo!... Toru...

Toru continúo sus movimientos suavemente, gozando el placer de estar entre las piernas de su Kenji, amándolo como solo él sabía y podía.

Cada vez más rápido, ambos se movían, ambos se besaban y acariciaban pensando solo en satisfacer el hambre que sentían de sus cuerpos, hasta que ambos explotaron en un blanco orgasmo que los llenó de placer.


Ya no faltaba mucho para llegar a casa de su amado y aunque dudaba que su recibimiento fuera agradable, ya no había marcha atrás, solo tenia que tocar la puerta o bien abrirla a la fuerza y al fin ver a su torpe pelirrojo.

Mientras Kenji y Toru seguían unidos, Kaede se debatía entre abrir sin tocar o tocar para que no le abrieran. Se decidió por lo primero, sorprendiéndose enormemente al girar la perilla de la puerta principal con facilidad.

No lo dudó, simplemente entro sin invitación. Busco a Hanamichi en la sala yen la cocina, pero al dirigirse a su habitación, escucho murmullos y un nombre que llamo su atención.

—Ah!... si otra vez Hana...

"No" grito en su mente una y otra vez, dolido, desesperado, jamás creyó que su torpe le haría algo tan hiriente, jamás creyó que se vengaría pagándole con la misma moneda. No lo creía, no era posible. Se acerco un poco mas a la habitación de la señora Sanae, y pegó la oreja a la puerta, tal vez sus nervios lo traicionaron y le hicieron escuchar cosas que no existían.

Escucho una risita, seguida de un murmullo y después mas gemidos desconocidos. Desafortunadamente aquel llamado se repitió y loco de celos apretó los puños sin saber que hacer.

—Oh si, Hana... Hana... Hana...gata! – Kenji gemía el apellido de su amado mientras este le daba placer bajo las sabanas, sin saber que alguien tras la puerta los escuchaba.

El primer "Hana", lo paralizo, el segundo lo lleno de miedo y al tercero no lo soporto mas, y antes de escuchar la ultima parte que completaría el apellido de la persona a la que realmente llamaba quien gemía, tiro la puerta con su fuerza bruta y entro a una habitación que no le pertenencia.

La escena no lo dejo satisfecho, pues aunque era Kenji quien recostado gemía, había un bulto mas grande del que imaginó, sobre Fujima.

Cuando Hanagata escuchó la puerta abrirse, dejo lo que hacia asustado, pues su novio había encogido su cuerpo al intentar cubrir su cara.

—Hanamichi! – grito Rukawa al entrar, al ver solo a Fujima dudó de nuevo, pero quería estar seguro.

—Que rayos haces aquí Rukawa? – preguntó alarmado Toru al fin, salio de la cama, cubrió a Kenji con la sabana aunque este se escondía donde podía y se puso una bata para enfrentar al ex de Hanamichi.

—A... yo...yo... – no sabia que hacer, estaba avergonzado y no sabia que decir – Lo siento Fujima-san – bajo la cabeza y salio de la habitación de inmediato, mientras Toru se ajustaba la bata que encontró en el closet.

—Espera Imbécil – grito Toru y salio corriendo tras el zorro.

—Lo siento mucho, no debí entrar así – le dijo dándole la espalda.

—Y por que carajo lo hiciste?

—Me equivoque – le dio la cara a Hanagata y se inclino – cometí un error y por eso me disculpo – respetuosamente acepto su error.

—Últimamente cometes muchos errores no crees, Rukawa? – preguntó irónico Hanagata, intentando provocar al zorro.

—Que se supone que significa eso? – pregunto ofendido el zorro, el miope gigante no tenia derecho alguno a ofenderlo ni a reclamarle nada.

—Tu sabes a lo que me refiero con "eso" – se cruzó de brazos y le habló molesto.

Por su parte Rukawa ya estaba dispuesto a usar sus puños, solo Dios y Hanamichi tenían derecho a juzgarlo, por lo tanto el estúpido Miope no tenia razón alguna para demandarle nada.

Al llegar a su casa y ver que Hanagata discutía con Kaede, se preocupo bastante y se apresuró para estar con ellos.

—Que pasa aquí? – preguntó Hana.

—Que tu zorro cochino es un voyeur! – respondió alterado Toru.

—No es cierto – dijo ofendido Rukawa.

—No le digas tan feo – lo defendió Hanamichi, ganándose las miradas desconcertadas de los otros dos, cosa que hizo sonrojar al dulce pelirrojo ante ellos, ambos adivinaron que no conocía el significado de la palabra y pensándolo bien, no tenia porque.

—Es un voyeur, un pervertido! – lo señalo Toru, avergonzando a Kaede frente a Hanamichi y haciéndole entender con su segundo adjetivo a lo que realmente se refería.

—A, si, eso ya lo sabia – dijo riendo Hanamichi haciendo sonreír después de algunos segundos a sus acompañantes, bajándoles así su mal humor en segundos.

—Hana? – Kaede se le acerco – podemos hablar? – y después preguntó con un poco de confianza y mucha suavidad, pero temblando de nervios.

—Si! por favor – rogó Toru, para que al fin Hana se lo llevara de ahí.

—Esta bien – acepto sonriente el pelirrojo, aunque le habría encantado ver la situación que se dio minutos antes.

—Discúlpame por favor, Yo realmente creí que Hana estaba con alguien y no pude evitar entrar de esa manera – parecía muy arrepentido.

—Esta bien – acepto molesto Hanagata – Solo espero que no se repita – agrego amenazante.

—En ese caso... – como siempre soberbio Rukawa agrego algo mas – Dile a Fujima que te llame por tu nombre o tu apellido completo.

—Como me llame mi novio... – respondió conteniendo su ira – en la cama no es de tu incumbencia, el puede llamarme como se le dé su real gana y tu no tienes ningún derecho a restringirlo, Me oíste Imbécil?

—Cálmate Idiota! – nuevamente bravío le contesto Rukawa.

—Hey! – se interpuso entre los dos – Esto ya se esta haciendo muy peligroso – primero miró al mas alto y le hablo con serenidad – Hanagata Toru, será mejor que atiendas a Fujima y que dejes a Rukawa en paz – Rukawa Kaede – despuésse dirigióal pelinegro, intentando no mirarlo a los ojos – Acompáñame al parque cerca de aquí.

—OK! – aceptaron los dos y ambos caminaron en direcciones opuestas.

Hanamichi exhalo mas tranquilo y siguió al zorro.

Caminaron en silencio por unos segundos hasta que a Hanamichi se le ocurrió romper el silencio con una inocente pregunta.

—Por que peleaban tu y Toru?

—Porque... – volteo a verlo mientras en su mente resonaba "Toru?" y la pregunta "Por que rayos lo llama Toru?" – porque entre a su habitación mientras ellos...

—Ellos que?

—Mientras ellos estaban "divirtiéndose"

—Y eso que tiene de malo?

—Que estaban teniendo sexo – al fin le aclaro la situación.

—Ah, ja, ja, ja, ya veo, je, je, por eso Toru te llamo "voyero" ja, ja – seguía riendo olvidándose de todo.

—No dijo "voyero"

—Vuyaro?

—No, dijo "voyeur"

—Eso dije.

—Doh'ao – dijo Rukawa y rió feliz de ver a su torpe nuevamente.

—Zorro feo – dijo y le enseño la lengua.

Segundos después ambos se detuvieron bajo la sombra de un árbol. En esta ocasión Rukawa fue quien rompió el silencio.

—Gracias por acceder a hablar conmigo.

—...Tenemos que hacerlo – de pronto un semblante triste se instaló en el rostro del pelirrojo provocando en el zorro la misma angustia – aunque no se por donde empezar.

—Perdóname – se apresuró Rukawa.

—No voy a volver contigo... aunque ya te perdoné – aun no lo podía mirar.

—Pero...

—Te quiero, aun te amo, pero no estoy bien – al fin lo miro dolido – y no quiero hacerte daño para sentirme mejor.

—Perdóname, lo siento mucho – se acerco lentamente rogándole como nunca su perdón – te prometo que...

—Si realmente me amas, debes esperar...

—Pero dijiste que ya me perdonaste, por que tenemos que esperar?... porque... ya me perdonaste... o no? – pregunto temeroso el zorro.

—Si... – lo miro un segundo y los recuerdos volvieron a el – No!... – muchas emociones y sentimientos lo invadieron de nuevo, reviviendo el mal momento – No lo sé!... Lo único que sé es que aun te odio por lo que... hiciste y no quiero volver contigo hasta que olvidarlo... me entiendes?

—Si – bajo la cabeza – Cuanto tiempo? – preguntó sin realmente esperar una respuesta concreta o exacta.

—No lo sé – alzo los hombros y nuevamente le dio la espalda.

—Una semana, Un mes? – "no mas por favor", pedía al cielo en su mente y con el corazón. Estaba seguro de que no lo podría soportar.

—No lo sé Rukawa.

—No me llames Rukawa... por favor – sonaba tan frío, que lo lastimaba.

—No tengo ganas de llamarte de otra forma! – grito molesto.

—Ok... entonces, "esto" es todo, supongo...

—Supones bien – quiso hacerse el duro, poniendo una cara llena de molestia y hasta mostrando un poco de odio, pero le era difícil fingir, porque lo único que deseaba era olvidar todo y estar en los brazos de su estúpido zorro.

—Se que estas molesto pero no crees que deberías hacer algo al respecto? – el pelinegro solo quería obtener una ultima reacción del pelirrojo y no encontró otra manera de obtenerla.

—De que hablas Zorro? – pregunto cansado el pelirrojo sin realmente entender.

—No quieres golpearme al menos? Desquitar tu ira, tu dolor... – pregunto dispuesto a todo – mostrando una dureza que lastimaba a Hanamichi.

—No me vengas con tonterías... - su voz se quebró, no quería llorar, no frente a Rukawa.

—Solo quiero saber si tienes algo mas que decir, algo que pueda acelerar tu proceso de sanación, de olvido, de recuperación!... Maldita sea, Hanamichi quiero algo mas que tu silencio y tu desprecio!... No vas a reclamarme nada!

—Ya lo hice – apenas pudo susurrar.

—Eso fue todo?

—Es que ya no quiero saber nada, no quiero pensar, no quiero recordar nada, no quiero verte!... me duele, me duele mucho y ya no quiero sentir eso que me hace desear...

—Que?... Matarme?

—Morir – sus lágrimas cayeron estrepitosas cubriendo las sonrojadas mejillas de Hanamichi.

—Lo siento, no era mi intención hacerte llorar... otra vez – pero al fin, sin esperarlo mas obtuvo la reacción que deseaba.

—Yo no era suficiente verdad? – Preguntó sin saber que necesitaba ese desahogo – Nunca te di lo suficiente, lo sabía – lo aseguró, obviamente equivocado – Sabía que algún día te cansarías de mi, que para ti un Torpe como yo no seria suficiente... – hablaba si dejar de derramar su agua salada.

—No, no digas eso, Eres todo para mi! – se acerco un poco, deseaba consolarlo, pero como puede el gestor de su dolor calmarlo sin sentir culpa.

—Y entonces, por que? – pregunto en un doloroso gemido.

—Porque soy un estúpido, un imbécil que no pudo esperar a verte, un bruto que cometió un error, solo fue un Error! – lo rodeo con sus brazos pero no pudo abrazarlo, Hanamichi se alejo.

—No te importó cometer un error que te costaría perder "todo" según tu? – Preguntó con ironía.

—Es que... al principio creí que eras tu... el me despertó con... – sus tontas excusas nuevamente le hicieron hablar titubeando.

—No quiero saber! – se tapo los oídos, pero Rukawa se lo impidió, y le obligo a mirarlo a los ojos, sin soltarlo.

—Y después quería que fueras tu...pero no estabas y..

—Ya cállate! – nuevamente se alejo, sintiéndose a salvo lejos y con sus oídos tapados, pero Rukawa seguía gritando.

—Nunca pensé en él! Pensé en ti todo el tiempo... Lo juro!

—Deja ya de mentirme Rukawa!

—Jamás te he mentido...

—Pero me ocultaste la verdad y al final es lo mismo.

—No quería hacerte daño.

—En ese caso debiste serme fiel.

—...Tienes razón y por eso te pido perdón. Perdóname Hanamichi... perdóname por favor! – estaba a punto de hincarse, pero el pelirrojo le dio la espalda con la intención de irse.

—Adiós.

—Pero...

—Ya no quiero verte... ya terminamos de hablar.

—Por favor... – lo detuvo con su mano en el hombro sin apretar demasiado, pero deteniéndolo con su cambio de actitud – al menos dime que no somos enemigos.

—Tampoco seremos amigos.

—Lo sé – se puso frente al pelirrojo, lo tomo por los hombros y sin que Hana se lo pudiera o quisiera impedir, lo beso apasionadamente como si fuera la ultima vez, segundos después Hanamichi correspondió a su beso con la misma intensidad hasta que el oxigeno se les terminó a ambos – No puedo decirte Adiós. Nunca – lo miro a los ojos, expresando sinceridad con su transparente mirada.

—Hasta pronto... entonces... – no pudo decir otra cosa, realmente deseaba que su corazón sanararápidamente para volver con su zorro y ser feliz olvidándose de todo lo malo, haciendo borrón y cuenta nueva.

—Hasta pronto Hanamichi – lo soltó antes de darle un ultimo apretón y al fin se retiro.

—Hanamichi no dijo nada, se quedo mirando al suelo, estaba seguro de que hacia lo correcto, necesitaba tiempo.

Agradecía que Kaede no se hubiera dado por vencido, y que le pidiera una oportunidad más, pero se alegraba más al saber que su zorro estaba dispuesto a esperar, y de que solo había pensado en el, estando con otro, no era un gran consuelo, pero, si era verdad... si Kaede no le mentía, tal vez su relaciónaún tenía futuro.


N/A: Hola de nuevo, ya se que me tarde otro mes para actualizar, pero es que no me llegaba la inspiración para algunas partes de este capi, espero que lo sigan leyendo y que no se hayan aburrido mucho, hasta muy pronto!