Aclaración: Rurouni Kenshin no es mío, es del maestro Nobuhiro Watsuki.
Svó djup og blá, augun pin. (Tan profundo y azul, tus ojos.)
Capitulo 5: Vaticinios del pasado.
Hiko Seijuro se encontraba bebiendo. Una mezcla de sake y lágrimas. La ultima vez que el recordaba beber esa ponzoña, fue cuando su esposa le apago lentamente entre sus brazos, mientras el no podía mas que llorar por ello.
Ahora, la perdida podía ser mucho peor. Y todo por culpa de su autosuficiencia.
-yo de verdad deseaba salvarte… mi Kaoru-chan- y mas lagrimas caían…
ºººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººº
Kenshin corría velozmente, esquivando árboles, ramas y las lagrimas que ferozmente intentaban caer de sus ojos.
-Estúpido…. Estúpido, estúpido…¡¡¡¡, nadie te pidió que salvaras el Japón…. Nadie te pidió que mataras por esa causa…todo es mi culpa, otra vez….-y callo de rodillas, apretando fuertemente la hierba, intentando arrancar así su dolor y su culpa.
-espérame… solo un momento, y prometo que jamás te dejare- susurro mientras retomaba el camino a la cabaña de su maestro, el único conocedor del paradero de su Kaoru.
ºººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººº
Ya había tomado una decisión, le pediría disculpas. Un padre jamás entregaría a su protegida a un desconocido. Se levanto estrepitosamente de la silla, cual cayo peso muerto al tatami.
Caminaba decididamente hacia la puerta, cuando se escucho como golpeaban de ella casi desesperadamente.
-maestro¡¡¡…dígame por favor donde esta Kaoru…-la voz sonaba quebrada, casi como la de un niño suplicante.
-Shinta...- y abrió rápidamente la puerta. Vio la imagen de un deteriorado Shinta, una sombra del joven alegre con el que convivió. El joven se precipito sobre el maestro. Tomándolo de los hombros y mirándolo a los ojos lo interrogo.
-maldito… maldito seas ¡ no quieres verme con Kaoru cierto, pues déjame decirte que es inevitable nuestra unión. Ella nació para mi- sentencio firmemente, mientras sacudia a su maestro para que despertara de su sopor.
Lo ultimo que vio Hiko fue la imagen de su baka deshi corriendo nuevamente en dirección al pueblo, mientras el caía al suelo y se sumía en la desesperación. Ahora lo veía todo con absoluta claridad…
ºººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººº
Con que esta es la casa del maldito?- se pregunto el joven, mientras veía reflejada su mirada en la lustrosa katana y la envainaba en su cinto. De una poderosa patada derrumbo la puerta de la lujosa mansión.
Sirvientes, cocineros y niñas caían bajo su furiosa impaciencia, mientras la sangre de ellos le repugnaba nuevamente en su ropa y en su maldita katana. Solo por instinto se dirigió hacia el segundo piso, en donde se encontraba una majestuosa puerta occidental.
Sin ningún tipo de reparos abrió de ella, encontrándose la escena más macabra que podría haber visto alguna vez, en todo su tiempo como destajador.
Kaoru se encontraba inconciente, tirada en medio de la sala, sobre la alfombra como un pantano, húmeda de sangre- de tu sangre mi amor¡¡-. Desnuda…
Un hombre de pie a su lado, sostenía una daga de la cual caía un hilillo de sangre.
Todo era rojo en su visión… todo¡¡¡, rojo como la sangre.
Camino con la mano en la empuñadura de su espada, en dirección al hombre que de encontraba dándole la espalda y fuertemente, lo tomo del hombro haciéndolo girar.
El hombre rubio pareció sorprenderse, pero Kenshin quería más que su sorpresa. Quería su terror, sus suplicas, su llanto… su dolorosa muerte.
-nunca debiste tocarla… acaso eres tan estúpido para no saber que ella es la mujer de battousai?-le hablo lentamente, con voz ronca al oído. Ante esas palabras y tono de voz, el hombre pareció temblar, pero aun continuaba sin entender la situación.
Pero battousai no le dio tiempo para comprender. Dolorosamente despacio, fue introduciendo la katana en su vientre. Lo miraba con sus ámbares a los ojos…sonriendo.
Pero el otro hombre también sonreía. Cínicamente.
-y tu eres tan estúpido para no notar que ya no es tu mujer?…fue mía…hace momentos atrás. Y grito como una perra cuando lo hice.- el hombre cayo pesadamente en la alfombra, humedeciéndola aun más con sangre.
Battousai no espero más para soltar toda su furia. Descuartizó con ensañamiento el desfallecido, pero aun latente cuerpo del maldito que osó nombrar las palabras que no deseaba oír jamás.
Ella siempre seria suya.
Se dirigió hacia el débil cuerpo de su amada y cubriéndolo con una blanca sabana, lo tomo entre sus brazos y salio de la mansión con rumbo aun desconocido, mientras una frase del pasado se apodero de su mente…
No fue necesaria una respuesta, ni una mirada de parte de ella… solo aquel renovado beso que nos profesamos con kami por testigo que, desde ese día en adelante, solo viviría, mataría y sufriría por ti… en ese momento, yo aun no sabia ni me imaginaba cuan ciertas resultarían mis predicciones¡¡
Continuara….
ºººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººº
Hola a todas las chikas buena onda que se dan la paja (aburrimiento) de leer mi ff.
No se imaginan las ganas que tenia de matar a este bastardo… por fin me di el lujo.
Ahora… a los reviews:
Gabyhyatt: sip, pero alguna vez Hiko tenia que caerse ne?
Kaoru-luna: amigis, asi me gusta…las mujeres arriba¡¡
Cisne.negro: perrita¡¡viste que todo tiene su porque. (o si no como sigo el ff?)
Ghia-hikari: gracias por todo nena nos leemos en msn. (para variar ne?.)
DaniHimura-s1r4: no te preocupes loka claro que lo leere.
Ademas un besote especial para todas las Kazuko Rk, viva la mafia…
