We are so young

Dos siluetas en un solitario paraje, rodeados de arenas, perdidos en sus pensamientos, victimas de un fantasma en común. Frente a frente, ninguno pestañeaba, mucho menos acertaba a percibir la sangre que comenzaba a secarse en sus uniformes. Los dos pertenecían a distintos ejércitos, el emblema bordado en sus trajes de batalla así lo revelaba, enemigos en una guerra que culminara horas atrás y que por primera vez en muchos años, se volvían a ver las caras.

El viento agito los cabellos de los dos comandantes, leales a su respectivo rey hasta el día de hoy en que, sublevándose a su enseñanza militar y al juramento hecho con sangre decidieran dar paso a los sentimientos en lugar de la razón. Por que un líder, dominado por sus emociones deja de ser objetivo y se convierte en un peligro, eso cualquiera lo sabe.

"No imagine encontrarte aquí…- la primera palabra salio de la persona que portaba un magnifico traje elaborado con las mejores telas que alguien de su posición podía pagar, un traje de batalla con bordados en azul y oro blanco sobre una tela negra que hacia resaltar el emblema de su señor, un dragón que recorría su espalda y un pentagrama que señalaba su rango-. He ordenado a Antonin Dolohov respetar la vida de tus soldados, nadie será atacado, no este día…"

"La misma orden he dado a Kingsley Shacklebolt pero creo que esta demás hacerlo.- el comandante del ejercito enemigo retiro su casco, el traje que portaba era rojo y un enorme fénix bordado en oro se extendía en su pecho, un medallón que colgaba de su cuello señalaba su rango.

El silencio se hizo presente una ves mas y aquellos dos enemigos se remontaron en su memoria a épocas mas felices, aquellas en donde el Dragón del Este, el poderoso reino de Seiryu vivía en armonía con el Fénix del Sur, el invencible reino de Suzaku.

Seiryu del Este, se encontraba rodeado de valles, ríos y enormes desfiladeros lo volvía un lugar inaccesible. Sus habitantes, en su mayoría hombres, eran educados desde temprana edad en las artes bélicas, para ellos, no existía mayor honor que morir en batalla, defendiendo a sus familias y honrando a su rey, descendiente de grandes soberanos que mantuvieron por generaciones la paz entre los reinos.

Suzaku del Sur, era una planicie, su formación militar no era tan rígida como la de sus vecinos del Este, los ríos y clima hacían que la agricultura fuera una de sus principales actividades. Grandes murallas rodeaban las tierras del reino y el castillo estaba erigido sobre una colina que le hacia aun mas imponente. Los reyes de aquellas tierras eran hombres sabios, estudiosos de las constelaciones, conocedores de la medicina y forjadores de nuevas teorías, era un reino pacifico pero no por eso dejaba de ser peligroso.

Uno en armas, otro en ciencia, ambos reinos crecían a pasos acelerados y las viejas costumbres, heredadas por generaciones, fueron olvidadas con el paso de los años. La mas cruel de todas dio inicio una noche en que la trompeta de Suzaku resonó en cada rincón del reino anunciando el nacimiento de un nuevo soberano y con ello, el usual miedo entre los habitantes, gente que salía de sus casas en dirección al templo mayor y elevaban sus rezos al dios Fénix para que la paz continuara.

Esa noche fría en el reino de Suzaku, el silencio de la noche era violentado con el llanto de un infante, el primer heredero del nuevo rey que, al tener a su primogénito entre brazos, fue rodeado por un sequito de ancianos, sacerdotes que durante noches consultaron a las estrellas para poder otorgar al infante un nombre digno, como el príncipe que era.

"La estrella Regulus ha hablado…- el infante fue depositado en una mesa y rodeado por los ancianos de entre los cuales sobresalía un hombre de larga barba que ungió al nuevo príncipe con un aceite especial-. A partir de hoy y aun después de tu muerte, el mundo te conocerá con el nombre de Harry, señor de Suzaku e hijo y representación mortal del Fénix celestial.

Dos sirvientes del castillo se acercaron al anciano, entregando un sello que previamente había sido purificado en aceites y expuesto al fuego que brotaba de una estatua que simbolizaba a Suzaku, el dios fénix. El infante rompió en sollozos cuando aquel objeto quemo la piel de su brazo, dejando por siempre el símbolo que señalaba su linaje. El fénix que solo la familia real portaba quedo a la vista de todos varios minutos después, la palidez de su piel contrastaba con una línea roja que formaba al ave en llamas.

"Mi hijo…- el pequeño volvió a los brazos de su padre-. ¿Puedes imaginarte la felicidad que agolpa mi pecho?.- un leve sollozo era todo lo que el bebe hacia en esos momentos-. Tan indefenso, no puedo imaginarme cuando por fin seas un hombre y estés en edad de ocupar el trono de nuestro reino…"

"Será un gran rey, tal como su padre, su abuelo y sus ancestros…-el mayor de los ancianos acaricio la frente del príncipe-. Ya vera usted, seré estricto maestro…"

"Temo informarle que no será tan fácil reclutarlo en las bibliotecas del palacio.- intervino una tercera persona que tras hacer una reverencia al rey, se acerco a observar a su nuevo señor.

"Dejo bajo tu cuidado a mi primogénito…- el rey entrego al infante-. Eres responsable de su instrucción y adiestramiento, recuerda que con tu vida me respondes".

"¿Dejara que un comandante desatienda sus labores y crié al príncipe heredero?.- exaltado, el anciano intento quitarle al infante.

"¿Qué problema hay con eso, Albus?.- rió el rey-. Sabes que en este reino, nadie mejor que el general de las tropas para educar a mi hijo…- el anciano frunció el cejo-. ¿Acaso no confías en la capacidad de mi guerrero mas leal?".

"No es eso, James…-el anciano se desprendió de sus ropas ceremoniales y sostuvo la mirada del comandante que sonreía con cierta altanería-. Nadie mas astuto que esta maleducada muchacha que ha olvidado sus lecciones y el respeto a su maestro.-los dos hombres mas jóvenes pusieron los ojos en blanco-. Te advierto que al mas mínimo error y me encargare personalmente de apalearte con mi bastón, Lune"

"Si, maestro…-la joven hizo una reverencia antes de marcharse con el niño entre sus brazos. Suzaku tenia a su primer heredero, un hermoso niño de cabellos negros.

Contrario al sentimiento de jubilo que embargaba a los habitantes del reino de Suzaku, su vecino del Este, el rey de Seiryu, se encontraba rodeado por los dirigentes de su ejercito, entre ellos un grupo de hombres cultos, en su mayoría nobles, que realizaban un pequeño experimento ante los ahí presentes.

Para nadie era desconocida la enemistad que existía entre los reyes de Suzaku y Seiryu, sin embargo, ninguno había mostrado interés en romper con la paz entre sus reinos, hasta esa noche, tras varios meses que precedieron al nacimiento del príncipe Harry. La esposa del rey James había muerto durante el parto de su primer hijo, la situación no habría llegado a más de no ser por que aquella mujer había sido la prima favorita del rey de Seiryu. El rey Severus jamás estuvo de acuerdo con la decisión que su padre había tomado, casar a Lily con el primogénito del rey de Suzaku era una locura, todos sabían que su salud era débil, el más mínimo esfuerzo podía provocarle la muerte.

"Sangre de Seiryu ha sido regada para traer al mundo a un hijo de Suzaku.- bramo el rey, secundado por sus leales hombres-. Ustedes que amaron a Lily tanto como yo lo hice, comprenden que esto no puede quedar impune…"

"Pelear contra Suzaku en estos momentos seria caótico para nuestro reino.- intervino el comandante del ejercito que se había retrasado a causa de sus nuevas obligaciones-. No solo para nuestra gente, sino también para usted, majestad".

"Por eso, necesitamos aprender la ciencia de Suzaku…- el rey le dio la espalda-. Prepararnos contra ellos puede llevar años y hasta que ese momento llegue, mantendremos las cosas en aparente calma…"

"Nosotros le seguiremos hasta el mismo infierno…- rezaron sus hombres antes de retirarse.

"Tu no, quiero que te quedes unos minutos mas.- Severus indico a su comandante que tomara asiento-. He escuchado que tus nuevas ocupaciones no te producen mucha alegría y quiero escucharlo de tu boca".

"Siempre agradeceré el honor que me ha brindado al servir a su familia, sin embargo…-sostuvo la peligrosa mirada del rey, sabia que su vida estaba en juego pero ya no había marcha atrás-. Le pido que deje al joven príncipe Marvolo bajo el cuidado de Lord Salazar"

"Como jefe de mis tropas, espero que tengas una buena excusa que explique el motivo de esta afrenta.-se sentó en el trono.

"Soy un militar, mi deber es cuidar de los habitantes y de mi rey.- se puso en pie solo para arrodillarse ante el soberano de Seiryu-. Se que mi decisión le toma por sorpresa pero considerando la situación que se avecina, lo mejor será que mi lugar sea a lado de las tropas…"

"Cualquiera moriría con el solo hecho de pensar en ofenderme…- exclamo el rey mientras jugaba con el filo de su espada-. Tu, has sido osado e imprudente, no solo me lo has dicho, sino que también, mis consejeros saben de tu decisión… deberías morir por ello".

"Lo se, mi señor…-no hizo el mas mínimo movimiento.

"Que sea la ultima vez que me insultas, Kassandra…-toco el hombro de su comandante y la joven se puso en pie-. No podrás huir por siempre a la responsabilidad de volverte maestro de alguno de mis hijos.- amenazo el rey-. ¿Has entendido?"

"Si…- una ultima reverencia y abandono la sala principal del castillo.

No llevaba muchos metros caminando cuando se topo con la figura del príncipe, un niño de 4 años que le miraba con frialdad y enojo. Tom Marvolo fue el nombre que los sabios habían elegido para ese niño y sus azules ojos eran aun más fríos que la estatua del dragón Seiryu que se encontraba en el templo del palacio. Kassandra hizo una breve reverencia antes de continuar con su camino, ese niño le desagradaba y no pudo evitar sonreír ante la idea de poder librarse de él.

"Mi amado hijo.-una mano sujeto al joven príncipe, su madre reclamaba el tiempo que le correspondía-. Cuéntame lo que has hecho este día…"

"Lo de siempre, madre…- sonrió, su apariencia amable conseguía engañar incluso a su padre, por eso odiaba tanto a esa estupida mujer que dirigía los ejércitos de Seiryu, ella era astuta e inteligente, por eso no se dejaba engañar como el resto-. Por cierto, te alegrara saber que a partir de mañana, Lord Salazar se encargara de instruirme…"

"¿De verdad?.- la joven madre lo abrazo con fuerza-. Cuanta felicidad me producen tus palabras Tom, jamás estuve de acuerdo con tu padre en la decisión de entregarte a esa mujer, nunca aceptare que el futuro rey de Seiryu este bajo el cuidado de alguien que prefirió las armas en vez de una familia".

"Si, madre…- el niño no oponía resistencia-. En el mundo existe un orden y por ello, cada uno debería aceptar su lugar"

"Si hijo, tu sangre es la mas pura que existe en los cuatro reinos, eres hijo del dios Seiryu, el gran dragón que recorre los cielos y que siempre ha bendecido nuestras tierras…-deposito un beso en la frente del niño-. Eres superior, eres especial, que nadie se atreva a decir lo contrario por que desatara una tormenta".

"¿De verdad, madre?.- el niño fue depositado en su cama-. ¿Es cierto que soy tan especial?"

"Si, hijo…-se recostó a su lado-. El sol sale cuando tu despiertas y se oculta entre las montañas cuando te molesta, la lluvia cae cuando lloras y los relámpagos surcan los cielos cuando desatas tu ira…"

"Yo no lloro…-susurro el infante.

"Pero llueve por que es tu deseo…- la madre prodigo un nuevo beso al infante-. Eres la representación mortal de Seiryu, la fuerza del dragón recorre tus venas mi hermoso niño, será mejor que descanses".

"Si, madre…-se dejo adormecer con el canto de la mujer.

Una cortina de lluvia recorrió los cuatro reinos, cayendo con intensidad sobre una extensión de tierras ubicadas en el centro de los cuatro reinos. Gente de Seiryu, Suzaku, Genbu y Byakko se daban cita en Nehelin, ciudad en donde la actividad comercial era dominante y también, en donde se encontraba ubicado el Tribunal de Paz, conformado con gente de los cuatro reinos.

La puerta de la taberna se abrió una vez mas y el comandante de Suzaku camino entre las mesas, cuidando que su magnifica capa no se manchara con la inmundicia de ese lugar. Detestaba tener que asistir a lugares así, caso contrario al de la persona que aguarda por el en la parte superior del establecimiento.

"Tan corriente como tu, será mejor que cambies el lugar de nuestras reuniones o nunca mas volverás a verme.- su comentario provoco la risa del ocupante de la mesa-. ¿Qué celebramos?"

"Mi libertad, el rey me ha librado de mis deberes…- sirvió un trago mas-. Puedes sentarte, la silla ha sido pulida solo para ti"

"No deberías tomar tanto…- Lune ocupo su lugar en esa mesa-. ¿No temes ser atacada, Kassandra?"

"No…- tomo de golpe su bebida-. La fama que nos precede nos hace intocables, nadie quiere enfrentarse al comandante de Seiryu por temor a morir…"

"Suficiente…- le quito el licor-. He conseguido que el rey me diera la noche libre y no pienso soportar los comentarios de un ebrio esta noche…"

"Tienes razón…- se acomodo en la silla-. Ha pasado mucho tiempo desde nuestro ultimo encuentro"

"Medio año, desde que se hizo la presentación del príncipe Harry a los reinos de Genbu, Byakko y Seiryu.- asintió Lune-. Me sorprende que te hayas librado del príncipe Marvolo¿sigue igual de detestable?"

"Cuidado con esa lengua, amiga…-una chispa de advertencia brillo en la mirada de Kassandra-. Hablas del príncipe de mi país y por ello, no puedo permitir que te refiera a el en esa forma… por muy molesto que sea"

"Me disculpo…- se cruzo de brazos.

"Respondiendo a tu respuesta, te diré que si, a partir de mañana estará bajo el cuidado del consejero de la reina, Lord Salazar estará encantado de tener bajo su cuidado al futuro rey de Seiryu…- respondió con cierta indiferencia.

"La noticia te producirá mucha alegría¿cierto?.- Lune y Kassandra eran amigas desde la infancia, ambas habían sido criadas en Nehelin por deseos de sus padres y a la edad de 12 años tuvieron que regresar a sus respectivos países pero no por eso rompieron su amistad.

"Me produce paz, no lo niego…-se quedo pensativa-. También me hace pensar en retirarme dentro de algunos años y aislarme en la vieja hacienda de mis padres".

"Extraño…- Lune se rió ante la imagen del comandante de Seiryu, montado a caballo y cuidando algunas hortalizas-. Entonces cuando yo me retire iré a verte, solo para ver cuantas plantas se han secado bajo tus cuidados…"

"Olvidaba que Lune de Suzaku tiene mucho mas experiencia en plantas que yo…- sonrió antes de regresar al tema de celebración-. El príncipe tiene muchas cosas en la cabeza, alimentadas por su madre y como su maestro, vi demasiada maldad en él".

"El rey Severus no estará muy contento con tu decisión…- Lune frunció el cejo.

Para que una mujer tuviera el puesto de comandante, tenia que ser perfecta. El puesto era difícil y muy ambicionado, pero era aun más arduo conseguirlo cuando se trataba de Seiryu. Por eso, nadie en aquellas tierras se atrevía a intentar algo en contra del comandante del dios Dragón. La misma Lune temía a los prolongados silencios de su amiga y escucharle hablar de su retiro significaba peligro. Kassandra era alguien silencioso, observador y negarse a educar al futuro príncipe de Seiryu era una terrible afrenta al rey.

"El príncipe Harry será un gran pupilo…- Kassandra le saco de sus pensamientos-. La inteligencia brilla en sus ojos y vino a este mundo cuando la estrella del león estaba a punto extinguirse… entre el sumo sacerdote y tu, darán a Suzaku un magnifico Rey".

"Si, pese a su corta edad es evidente que debemos esperar grandes cosas de el…-asintió Lune.

"Hace unos momentos, escuche a algunos hombres de Suzaku brindar por las nuevas nupcias que contraerá tu señor…- alzo su copa vacía en señal de brindis-. ¿Quién ha sido la elegida por el viejo Dumbledore?"

"Una hija del soberano de Genbu, enviudo hace unos años, tal vez has oído hablar de ella.- Lune parecía emocionada en darle la noticia-. Lady Narcissa se caso con el comandante de las legiones, Lord Lucius murió en una de sus tantas expediciones, el matrimonio no tuvo hijos y suele visitarnos muy frecuentemente, adora a nuestro príncipe".

"Era amiga de Lady Lilian…-una sonrisa nostálgica apareció en sus labios ante el recuerdo de la bella mujer.

"Tu fuiste su guardián…- aquel era un tema doloroso-. El entonces príncipe Severus prescindió de tus servicios a cambio de que cuidaras de su amada prima…- Kassandra asintió-. Mi señor le amo desde el primer momento y aun después de su muerte jamás se ha olvidado de ella".

"Lo se…- respiro profundamente, tocar el tema aun resultaba difícil-. ¿Cómo te imaginas que será todo en 6 años?".

"Si se me permite vivir tanto, imagino que estaré bajo el abrazante sol cabalgando en compañía del príncipe…- ambas sonrieron ante la imagen-. Utilizare el bastón de nuestro maestro para corregirle la postura y después de varios días de enseñanza, sonreiré al verle montar con el porte que solo un rey puede hacerlo".

"Muy buen futuro…-se cruzo de brazos-. Probablemente no solo sea uno tu discípulo, tal vez en ese tiempo nazca otro hijo de Suzaku…- Lune hizo una expresión en el rostro, cuidar de dos niños era un trabajo extenuante, mucho mas que 30 días de batalla ininterrumpida.

"Bien, en ese caso, tu tendrás bajo tu cuidado a uno de los hijos de Seiryu-. Kassandra casi cae de la silla-. No podrás huir mas de tus obligaciones…"

"Ruego que para eso, aun falten muchos años…-se pusieron en pie, con una sonrisa en el rostro.

"El tiempo pasa volando, amiga…-se encaminaron hacia la salida-. Yo te diré lo que sucederá en tres años…- impregno su voz con cierto misticismo-. Entonces, una madrugada el silencio del castillo será roto por la voz de un nuevo ser que hará notar su existencia al mundo… -Kassandra comenzó a reír-. La servidumbre correrá por todos lados y solo gente allegada al soberano estará presente en sus aposentos…"

Un pequeño bulto será colocado en los brazos del soberano y nuevamente la estatua de Suzaku arderá en llamas, los sacerdotes entonaran coros y las ventanas principales del castillo se abrirán para dar paso al rey que con jubilo, mostrara a su pueblo el motivo de tanta alegría. Un niño de rubios cabellos, con el emblema del ave de fuego en su hombro será ovacionado y los habitantes de Suzaku gritaran su nombre.

"Te entrego a otro de mis hijos…- el rey deposito aquel pequeño trozo de carne en las manos de su comandante-. Hijo de Suzaku, porta el símbolo del ave inmortal en su piel pero en sus venas corre la fuerza de un dragón…-reparo en una pequeña figura que se frotaba los ojos, tanto ruido había despertado a su primogénito-. Ven conmigo, Harry… es hora de que conozcas a tu hermano…"

"Tengo sueño…- se quejo el pequeño antes de ser cargado en brazos-. ¿Quién es este?"

"Tu hermano…- rieron los adultos ahí presentes.

"¿Una sabana enrollada?.-un poco mas despierto, Harry se acerco con curiosidad al ovillo que su maestro tenia en brazos-. Vaya, el tiene cabello rubio…- descubrió entre la tela al bebe que bostezaba en esos momentos-. ¿Cómo se llama?"

"Draco…- James no cabía de felicidad-. Y como su hermano mayor, es tu responsabilidad cuidar que no se meta en tantos líos…"

"Esta bien…- se encogió de hombros y obligo a su padre a bajarlo. Tal vez tenía un hermano, pero no por eso iba a sacrificar sus horas de sueño.

Lune guardo silencio mientras arrullaba al nuevo príncipe. Aun recordaba aquella noche, tres años atrás, cuando en una taberna y a tono de broma, dijo a su amiga Kassandra que un hijo de Suzaku vendría al mundo… no pudo evitar palidecer… tal vez en 6 años…

El sonido insistente en su puerta despertaría al comandante de Seiryu. Con el cejo fruncido y semblante adusto se levantaría a ver quien se atrevía a molestarlo. Una nerviosa sirvienta le informaría que su presencia era necesaria en los aposentos del rey. Temiendo lo peor se colocaría la bata y con espada en la cintura correría hacia el lugar indicado.

"Te esperaba.- sacerdotes, nobles y militares se encontraban en aquel lugar, todos vestían igual de desaliñados.

"Mi señor…- Kassandra tardo algunos segundos en tranquilizarse, nadie corría peligro, era una reunión.

"La reina ha dado a luz…- una sonrisa se dibujo en el rostro del rey al tiempo que veía a su comandante sorprenderse con la noticia-. ¿Entiendes lo que eso significa?"

"Yo…-no tuvo tiempo a responder, un grupo de sacerdotes ingresaron y depositaron en las manos del rey a un recién nacido.

"Te harás cargo de su seguridad a partir de este día… de nadie mas…-la sonrisa del rey se ensancho antes de descubrir al infante y presentarlo a sus hombres mas leales-. Un nuevo día esta a punto de empezar y junto con el primer rayo del alba todos los habitantes de Seiryu honraran a una hija del Dragón Celestial…"

"¿Niña?.-exclamaron los ahí presentes justo al tiempo en que su soberano se dirigía hacia el balcón en donde la multitud aguardaba.

"Es la primera vez en toda la historia de nuestra gente que nace una princesa en Seiryu…-exclamo una de las ancianas del consejo.

"¿Qué nombre ha sido elegido para la pequeña?.- Kassandra tenía una opresión en el pecho.

"Nació bajo la protección de la constelación de Virgo.- explico la anciana-. Hermione fue el nombre que elegimos para ella…"

Kassandra se retiro y en el camino se topo con el primogénito de su señor. Marvolo había cumplido 10 años y entre sus profesores se hablaban maravillas del joven príncipe. Se ensalzaba su inteligencia, se honraba su prudencia, los sabios aplaudían la curiosidad del joven y reprendían la indiferencia con la que su maestra en armas veía los avances del joven.

"Príncipe Marvolo…- hizo una breve reverencia.

"He escuchado que ha nacido el hijo de mi madre…- el chiquillo sonrió, sin embargo no consiguió que el comandante respondiera a su gesto-. ¿Has ido a visitarle ya?"

"Si, alteza…-respondió-. La reina ha dado a luz una hermosa niña, ahora mismo iba a cambiar mis ropas…"

"Ya veo…-sonrió indiferente-. Una hija de Seiryu, algo extraño… tal vez deberíamos consultar al oráculo, podría ser indicio de que algo malo sucederá…"

"Si así fuera, el oráculo nos lo habría informado desde el momento de la concepción…-su enseñanza militar era algo provechoso en momentos de tensión como este.

"¿Te has enterado que mi mentor enfermo?.- Marvolo no perdía detalle del rostro de Kassandra-. Los médicos dicen que probablemente morirá y estaba pensado decirle a mi padre que nadie mejor que tu para ocupar ese lugar…"

"Me honra al tomarme en cuenta, excelencia…- hizo una nueva reverencia-. Sin embargo, creo poco probable que su padre acepte tal petición.- el rostro del niño se tenso y todo el odio que sentía por aquella mujer brillo en su mirada-. Se me ha encomendado ser mentor de la princesa…"

"¡El futuro rey de Seiryu exige tus servicios!.- grito Marvolo.

"Y yo atiendo a ellos…- se irguió-. Si su padre me encomienda a instruirlo, yo lo haré con gusto…- estaba punto de continuar con su camino pero Marvolo le cerro el paso-. ¿Ocurre algo, excelencia?"

"Tu, insolente, es mentira que aceptarías con gusto el tenerme bajo tu cuidado…-apretaba los puños con furia-. No permitiré una nueva humillación de tu parte¡nadie en Seiryu tiene ese derecho!"

"Príncipe…- Kassandra se arrodillo ante el infante y lo sujeto por los hombros-. He servido a Seiryu toda mi vida y por el dios Dragón que protege al reino, puedo jurarle que mi decisión no fue con ánimos de ofenderlo…-Marvolo le miro con sorpresa-. De mi no aprenderá nada de lo que usted quiere….- se puso en pie sin dejar de sostenerlo-. A su corta edad, usted tiene el reconocimiento de sus maestros…"

"Menos de uno.- se libero.

"¿De verdad necesita mi aprobación para saber que tan bueno es?.- sonrió Kassandra antes de continuar con su camino.

"Por supuesto que no…-susurro Marvolo.

..oo…..OO…..oo…..OO….oo…..OO…..oo….OO….oo…..

Detuvo el galope del caballo y con semblante molesto empuño su espada. Era la tercera vez en 15 años que debía emprender una búsqueda por tierra y su caballo no estaba en las mejores condiciones. Se maldijo mentalmente por haber hecho tan buen trabajo como maestra. Bajo del caballo y no pudo evitar fruncir el cejo, sus ropas de gala aun se mantenían intactas.

"Ya estas en problemas, será mejor que salgas por tu propia voluntad antes de que te metas en mas líos…- observaba detenidamente cada movimiento de las hojas-. No estoy jugando, tienes obligaciones que atender y tu padre quiere verte enseguida"

"No seas aguafiestas…- abandono su escondite entre los árboles, intentando sorprender con este movimiento a su maestra.

"¡Haces demasiado ruido!.- detuvo el golpe y mando por los suelos a su pupilo que frunció el cejo ante su evidente derrota-. Ponte en pie y volvamos al castillo, la reina esta a punto de la histeria y todo por culpa de tu necedad…"

"Tenia la ilusión de que este día Seiryu me concedería mi deseo…- resoplo la joven.

"El dios dragón tiene cosas mas importantes que hacer…- saco su pañuelo y comenzó a limpiar el rostro de la joven-. He traído tu vestido, los invitados no tardaran en llegar al castillo y el rey tiene la ilusión de presentarles a una princesa"

"No me regañe…- torció la boca y de mala gana quito la maleta que colgaba del caballo.

"Date prisa…- le ayudo a cambiar sus ropas.

"¿Han invitado a los reyes de las tierras vecinas?.- pregunto varios minutos después, mientras Kassandra buscaba alguna forma de que los cabellos de la princesa se acomodaran en un complicado peinado.

"A todos…- Kassandra consulto el enorme reloj que había en el templo a Seiryu. Tenía solo 10 minutos para volver al palacio y dar los últimos consejos a sus hombres. La seguridad de los invitados era primordial pero este día, todo giraba en torno a la joven Hermione, era su cumpleaños numero 15 y el pueblo de Seiryu estaba de fiesta.

"¿Crees que vengan?.- una tímida sonrisa apareció en su rostro.

"Si esta hablando de los hijos de Suzaku, le informo que llegaron hace 10 minutos…- arqueo la ceja-. Tiempo en el que uno de ellos no ha parado de preguntarme por usted…"

"¿De verdad?.- grito emocionada antes de colgarse del cuello de su maestra-. La ultima vez que lo vi, prometió darme un regalo esplendido para mi cumpleaños…"

"Tenemos que darnos prisa…- Kassandra monto al caballo y tendió su mano a Hermione para ayudarla a montar. Esa chiquilla había resultado el reto mas difícil de toda su carrera militar.

Sonrió. La princesa de Seiryu era algo más que un simple dolor de cabeza. Tenía gracia, era gentil, conocía de arte, ciencias y todas las tardes los habitantes la veían caminar por las calles de la ciudad. Sin embargo, la belleza de esa criatura era algo que en verdad llamaba la atención y era precisamente eso lo que Kassandra agradecía en sus oraciones al dios Seiryu. Hermione había sofocado los deseos de venganza que el rey Severus alimentara por años. Bastaba una simple sonrisa de la joven para que el viejo rey cumpliera cualquiera de sus caprichos y eso era suficiente para mantener la paz entre los reinos… tal era su poder que incluso el príncipe Marvolo sentía una autentica simpatía por ella.

"¡Hermano!.- en cuanto el caballo se detuvo, Hermione descendió y corrió a los brazos del príncipe Marvolo que esperaba por ellas.

"Le causas muchas molestias a Kassandra.- el comandante hizo una reverencia al príncipe antes de ingresar al castillo. Hermione estaba en buenas manos y la mujer tenía muchos asuntos que atender-. ¿Has intentado vencerle en batalla?"

"Si, pero no soy tan buena como tu…- sonrió y Marvolo no pudo evitar acariciar el rostro de su hermana. Su sonrisa era como un rayo de sol que calentaba su frió corazón-. ¿Algún día me enseñaras a pelear como tu lo haces?"

"No lo creo necesario…- la condujo hacia el salón principal-. Tu eres una princesa…"

"Seiryu es un país de grandes guerreros y no quiero deshonrar a nuestra familia…- le interrumpió Hermione lo que provoco la risa de su hermano.

"De acuerdo, tu ganas un punto…- deposito un beso en su frente-. Haré un espacio en mi agenda de actividades la próxima semana, hasta entonces, no te metas en problemas…"

"Si…- le observo cruzar las puertas. Ella debía esperar unos minutos más, tenía que ser escoltada por su padre y presentada ante aquella multitud. Aunque claro, eso no le impedía ver a los invitados.

Los reyes de Genbu y Byakko conversaban, pudo reconocer a varios nobles de Seiryu, frunció el cejo cuando su mirada se topo con la figura del príncipe de Byakko, un ser desagradable que le enviaba obsequios cada semana. También los principales sacerdotes de los cuatro reinos estaban presentes y el representante de Nehelin conversaba con su hermano. Las personas invitadas a su presentación eran gente sumamente importante pero a ella poco le importaba, con su miraba buscaba entre los invitados a los representantes de Suzaku.

"Es hora, hija…- la voz del rey le hizo brincar del susto-. ¿A quien espiabas en esta ocasión?"

"A nadie, padre…- deposito un beso en la mejilla del hombre.

"Bien, entonces dame tu mano y entremos al salón.- sonrió orgulloso, no existía mujer mas hermosa que su querida hija.

El anuncio del rey hizo que todos guardaran silencio. Las enormes puertas de madera con incrustaciones en oro y joyas fueron abiertas permitiendo al rey ingresar a aquella habitación adornada especialmente para la joven que le acompañaba. La sorpresa fue general, los invitados comprendieron al instante por que Seiryu rendía tantos honores a la joven princesa.

Uno a uno, los invitados presentaron sus obsequios a Hermione que haciendo acopio de todas sus fuerzas se mostraba amable. La joven estaba aburrida, jamás había sido de su agrado estar en fiesta de ese tipo, incluso rogó a su padre evitarle ese martirio y el viejo rey habría aceptado de no ser por la rotunda negativa de su madre.

"Eres la princesa de Seiryu…-le recordó con insistencia la reina.

"Los príncipes de Suzaku…- escucho a su hermano susurrar.

Su sonrisa se ensancho. Enfrente de ella se encontraban sus amigos de la infancia. Harry como príncipe heredero se conducía con mucha solemnidad y tras felicitarla fue sentado a un lado del príncipe Marvolo. Un leve asentimiento por parte de ambos en señal de saludo, era evidente la poca simpatía que sentía el uno por el otro.

"Felicidades, Hermione…- toda su atención fue capturada por el joven príncipe de Suzaku que junto con su obsequio entregaba un ramo de las mejores flores que crecían en el palacio del Sur y que ella acepto como el mas costoso de los obsequios.

"Muchas gracias…-un tenue color carmesí adorno sus mejillas, una reacción que fue percibida por su maestra que entre las sombras le vigilaba.

El aire le falto a Kassandra y se recargo contra el pilar, un súbito mareo, la palidez en su piel y el frió sudor que perlaba su frente alertaron a algunos de sus hombres que corrieron en su auxilio.

"Estoy bien, vuelvan a sus puestos…- intento normalizar su respiración. No mentía, con el paso de los minutos su respiración dejo de ser agitada y el rostro volvió a tener un semblante menos pálido.

-¿Qué había sido eso?-

Conocía a los dos príncipes de Suzaku desde niños. Era una tradición entre los reinos que los príncipes debían pasar tiempo juntos, una forma en que se pretendía relacionar los lazos de amistad que preservarían la paz en aquellos territorios. Sin embargo, aquellos esporádicos encuentros solo provocaron diversas rencillas entre los príncipes herederos de Suzaku y Seiryu. El príncipe Harry tenia gran estima por la princesa del reino del Este pero no por el Príncipe Marvolo que al ser cuatro años mas grande que el resto de los herederos evitaba a toda costa su compañía, incluso los miraba con desdén.

El príncipe Marvolo también detestaba con todas sus fuerzas al heredero de Suzaku, a su corta edad contaba con la simpatía de su pueblo, sacerdotes y militares, los tres elementos que volvían fuerte a una nación. A su corta edad, Marvolo conocía las leyes que regían la paz de los cuatro reinos y también los tratados que fueron heredados por generaciones.

Seiryu no había tenido jamás una princesa y por eso nunca se habían encontrado en la posición que ahora le quitaba el sueño al posesivo Príncipe. Al llegar a la edad de 15 años, los reyes y príncipes de Byakko, Genbu y Suzaku se reunirían en el castillo del Dragón para solicitar la mano de su preciada hermana.

Marvolo no podía permitir que alguien le quitara al rayo de luz que iluminaba sus días, sin importar que la ley así lo estableciera. Su padre compartía su sentir. Seiryu tenía una hija que no les sería arrebatada.

"¿Qué ha sido esa visión?.- sujeto su rostro, intentando controlar el dolor que le taladraba el cerebro. Los insistentes espasmos le obligaron a correr a sus habitaciones y cayo de rodillas sobre el altar a Seiryu que había mandado a construir.

Un escenario de sangre y las ondeantes banderas del dragón se perdían entre un mar de gente. ¿Suzaku los atacaba, eso era inaudito pero entre aquel ejercito se distinguía el carruaje del rey que conversaba con el comandante de sus tropas. Nehelin se encontraba reducido a cenizas.

"Responde a mi rezo, Seiryu…- con sus temblorosas manos acaricio la fría estatua de cristal azul-. ¿Ha sido una visión del futuro¿Por qué precisamente ahora¿por que justamente cuando el príncipe de Suzaku entrego flores del sagrado árbol de cerezo a tu hija?"

Ajenos a los rezos del comandante de Seiryu, en el salón principal de castillo la fiesta continuaba y la música dio inicio. Acompañada de su hermano, Hermione observaba a las parejas que comenzaban a bailar en el centro de la pista. Los reyes de los cuatro reinos se habían retirado minutos atrás.

"¿Me permitiría esta pieza?.- Hermione sonrió al hombre que le tendía su mano.

"Por supuesto.- se puso en pie y caminaron hacia la pista-. Te ves bien con traje de gala, Harry"

"Me siento como un tonto, hubiera preferido venir con mi traje de batalla.- rió el príncipe heredero de Suzaku-. ¿Dónde te habías metido antes de la fiesta, Draco literalmente nos arrastro del palacio para poder conversar contigo"

"Intentaba vencer al comandante de Seiryu…-sonrió al tiempo en que Harry posaba su mano unos centímetros arriba de su cintura-. Obvio es que no lo conseguí y mañana tendré mi castigo por atreverme a tomar la espada de mi padre".

"No eres una princesa ordinaria…- ahora fue el turno de Harry para sonreír-. Con razón mi hermano te quiere tanto…"

"¿De verdad?.- un tenue color carmesí adorno sus mejillas y esta vez fue Marvolo quien lo vio.

Se mordió el labio hasta hacerlo sangrar. ¿Acaso su hermana estaba enamorada del príncipe heredero de Suzaku?. No, eso jamás iba a permitirlo. Ningún hijo de Suzaku tendría a su hermana, mejor dicho, nadie merecía ese honor.

"Lestrange…- susurro a uno de sus hombres de confianza.

"¿Mi señor?.- el hombre se acerco con discreción.

"Que los hombres ocupen sus posiciones y aguarden por mi señal…- una sonrisa se dibujo en su rostro.

Lune observaba aquella escena, como maestro de los dos príncipes de Suzaku era su obligación salvaguardar su seguridad. Desde hacia rato que no veía por ningún lado a Kassandra y eso le preocupaba. Un comandante solo abandonaba su posición por dos poderosos motivos, a petición del rey o por razones de salud…

"Probablemente ha acompañado al rey Severus…- pensó en voz alta provocando la curiosidad del joven príncipe de Suzaku-. ¿Ocurre algo, príncipe?"

"Estaba pensando en invitarte a bailar…- le guiño el ojo lo que provoco una asesina mirada por parte de su maestra, clara advertencia de "ni se te ocurra"-. Por favor, Harry ya ha bailado 2 piezas con Hermione y yo también quiero estar con ella…"

"Entonces acérquese y diga a su hermano que su turno ha terminado…- resoplo, los jóvenes de ahora no tenían respeto hacia sus superiores.

"Mi hermano no aceptara quedarse como un tonto frente a toda esta gente…- le ofreció su mano-. ¿Por favor?"

"Hablare seriamente con ustedes cuando estemos de vuelta en Suzaku…- exclamo molesta-. Mi trabajo se limita a cuidar de ustedes, instruirlos, el rey jamás menciono que también tenia que ser maestra de baile."

"Eso entra dentro de la instrucción…- una burlona sonrisa apareció en el rostro de Draco antes de colocar su mano uno centímetros arriba de la cintura del comandante de Suzaku, si bajaba la mano de ese perímetro su vida estaría en serio peligro.

"Silencio príncipe…- comenzaron a avanzar entre los invitados hasta que estuvieron cerca de la pareja en cuestión.

Harry sonrió a su hermano. A veces era tan infantil. Un rápido movimiento y cambiaron de parejas, algo que agradeció infinitamente el comandante que con una simple mirada obligo al príncipe heredero a devolverle a su mesa.

Hermione estaba feliz, tenia varios meses que por las diversas actividades de Draco no había tenido oportunidad de verle. Su cabello era un poco mas largo de lo que recordaba y su piel estaba un poco mas oscura debido al abrazante sol. Ser un príncipe era algo difícil, ella lo entendía muy bien al encontrarse en la misma situación.

"Este día será elegido el que tendrá el honor de compartir tu lecho…- susurro y el calido aliento provoco un nuevo sonrojo en el rostro de Hermione-. Mi hermano ha hablado por muchas noches con mi padre y logro convencerlo… al caer la noche, por fin podré decirle al mundo que mi corazón te pertenece".

"¿Me volveré tu prometida?.- había aguardado con paciencia muchos años el llegar a la edad de quince años.

"Si, Harry no tiene deseos de casarse aun y como un favor especial le ha pedido a mi padre que solicite tu mano para que puedas casarte conmigo…-sonrió una mirada de absoluta devoción apareció en su rostro-. El problema radica en si tu lo aceptaras¿quieres estar atada a un hombre que jamás será rey?"

"Yo solo quiero estar contigo…- un leve asentimiento por parte de la joven, la melodía había terminado y los reyes clamaban su atención.

Hermione corrió al encuentro de su padre que le recibió con un fuerte abrazo. Kassandra estaba de vuelta justo al tiempo en que Marvolo abandonaba el salón. Por la expresión en el rostro de su padre un contrato de futuro matrimonio había sido celebrado. Su hermana sería la esposa de alguno de aquellos insulsos príncipes que profanaban con su presencia el castillo de sus ancestros.

"Aunque las consecuencias sean una guerra…- tomo una ballesta y camino hacia la parte mas alta del salón, necesitaba una buena visión para realizar el letal disparo.

La gente aguardaba por el anuncio que el rey Severus estaba a punto de realizar. Los reyes se reunieron con sus respectivos hijos. Un gesto de victoria en el rostro del rey de Suzaku provoco la sonrisa de ambos príncipes. Su padre era un gran negociador y por el rostro de los reyes de Genbu y Byakko, el contrato estaba hecho.

"Este día en el que mi única hija llega a la edad de 15 años, los reyes de los países vecinos se han acercado a mi para solicitarla en matrimonio…- la reina abrazo a su hija-. Tras un acuerdo mutuo, Genbu y Byakko renunciaron a sus pretensiones…- su mirada centelleo cuando descubrió la sonriente expresión en el rostro del rey James-. Es un honor…- estas palabras salieron con dificultad de su boca-. Anunciar el compromiso entre mi preciosa hija y el príncipe heredero de Suzaku…"

La sorpresa fue general entre los ahí presentes pero no tan evidente como fue en el caso del príncipe Harry quien tras mirar a su hermano y a su amiga de infancia, centro toda su atención en su padre y un profundo odio brillo en su verde mirada.

"Tu prometiste que el compromiso matrimonial sería celebrado con mi hermano…- el rey sonrió ante la furia que su primogénito sentía en esos momentos.

"Lo se, pero después de ver a la hija de Seiryu tome la decisión de que una mujer tan bella merece portar la corona de mi reino…-Lune observaba con atención la escena. Harry estaba furioso, Draco estaba en shock y el rey James mostraba una cínica sonrisa que solo aumentaba la ira del príncipe heredero-. Tomar decisiones forma parte del puesto que caerá sobre tus hombros algún día, hijo… muchas de ellas decepcionaran a tus seres queridos pero ya después tendrás tiempo de disculparte con ellos".

"Tal vez así sea, padre…- se irguió orgulloso y una fría sonrisa se formo en su rostro lo que borro la sonrisa del rey-. Pero mientras ese momento llegue, en mi mente quedara grabada la lección de que tu palabra no vale nada…- le dio la espalda y observo a su hermano-. Por la decisión de nuestro padre, yo he faltado a la promesa que te hice…-lo sujeto del hombro-. Asumo toda la responsabilidad y comprenderé a la perfección que nunca mas creas en mi…"

"¡Excelencia!.- dichas estas palabras el príncipe de Suzaku se abrió paso entre la multitud, tenia que salir lo antes posible, el ambiente lo asfixiaba y un malsano odio hacia su padre comenzaba a carcomer su noble corazón.

El grito del comandante de Suzaku fue callado por el sonido de una flecha que atravesó el salón y rozo la cabeza del príncipe Harry. Los gritos y la desesperación de los invitados no se hicieron esperar, una segunda flecha fue disparada hacia el príncipe que se encontraba de rodillas, el rostro cubierto con su mano y de la cual escurría un rojizo líquido que manchaba al fénix bordado en el pecho de su traje.

"¡Por Seiryu!.- Hermione cubrió su rostro ante la escena y junto con su madre fue resguardada por los soldados del reino.

Aquel segundo proyectil se abrió paso entre la tela, la piel y las costillas, el afilado metal perforo los pulmones y partió en dos el corazón de la victima que aun con vida, se desplomo sobre un cuerpo que por el peso perdió el equilibrio y se desplomo contra el frió suelo.

"¡Príncipe!.- Lune desenvaino su espada, estaban siendo atacados y con la enloquecida multitud que corría por salvar su vida era difícil localizar al causante de aquel atentado.

La sangre de Suzaku había sido derramada y a cierta distancia, los invitados observaban a un malherido príncipe sostener entre sus brazos el cuerpo agónico de su padre. En un momento de desesperación, el rey James se interpuso entre su hijo y la flecha.

"La llama de Suzaku se mantiene viva…-susurro el rey-. Mi muerte no puede quedar impune…-se aferro a las ropas de Harry manchándolas con su sangre-. Tienes que vengarme… Harry"

El rey murió en los brazos de su hijo. Aquello tenía que ser un mal sueño. Harry exigía despertarse, incorporarse de su cama en la habitación norte del castillo de Suzaku, cambiar sus ropas y bajar rápidamente al comedor principal en donde su padre estaría aguardando por él. Cumplir 21 años significaba que todas sus actividades debían ser vigiladas por el rey en persona, su padre sería ahora el maestro que le guiaría… aun debía aprender muchas cosas.

Tres disparos mas le sacaron de sus pensamientos, ninguno de ellos dio en su objetivo. Lune era el comandante de Suzaku, encargada de vigilar la seguridad de su rey y dar su vida a un precio muy alto si es que la situación lo ameritaba… el rey James estaba sin vida y no estaba dispuesta a que Suzaku perdiera a otro de sus hijos.

Un grupo de hombres encapuchados rodearon a los representantes del Fénix del sur. La situación era obvia, la dinastía de los reyes de Suzaku debía extinguirse esa noche. Lune se puso en guardia y Draco empuño por primera vez su espada. Su hermano estaba herido, la lesión en su frente no paraba de sangrar… de su padre no tenia que preocuparse, se encontraba ya junto a sus ancestros.

Kassandra por otra parte no entendía lo que pasaba. Los hombres a los que diera instrucciones durante días no se encontraban en sus posiciones, todo era un absoluto caos y sin detenerse a pensar empuño su espada y corrió hacia los desconocidos que rodeaban al grupo de Suzaku.

El golpe de las espadas y los cuerpos heridos o muertos que caían al suelo era el escenario de aquel cumpleaños numero 15 para la hija de Seiryu. Hermione lloraba con desesperación y buscaba por todos los medios librarse de los soldados y correr a lado del único hombre que temía perder. Los enemigos eran numerosos y aparte del comandante de Seiryu nadie mas ayudaba, todos los invitados se resguardaban tras los enormes pilares del castillo y rogaban por que la tragedia llegara a su fin.

"No se quedara así tu muerte, padre…-Harry se libero del pesado cuerpo del finado rey. Las flechas habían sido disparadas del segundo piso del salón y el responsable aun se encontraba ahí, podía jurarlo.

El rey Severus limpio el sudor que perlaba su frente. La única persona capaz de organizar aquella masacre era su hijo Marvolo, solo él tenía poder para controlar a los hombres del ejercito de Seiryu y conseguir que estos no estuvieran en los puestos que su comandante les había indicado. Su tonto hijo no fue capaz de controlar su odio hacia Suzaku y ahora no existía marcha atrás, el príncipe Harry se abría paso entre los hombres que le rodeaban, la vida del príncipe de Seiryu peligraba.

Tomo la ballesta que sostenía uno de los soldados que resguardaban a su mayor tesoro. El miedo estaba impreso en el rostro de su amada hija, lucía desprotegida e indefensa, su rostro bañado en llanto y ni aun así dejaba de ser hermosa. Tras dirigirle una fugaz sonrisa apunto con el arma al vástago de su Némesis, no tuvo tiempo de realizar el disparo pues la espada de Lune corto el viento y se clavo en el cuerpo del rey que murió al instante.

"¡Padre!.- Hermione rompió en nuevos sollozos y la espada de Kassandra cayo al suelo.

"Mi señor…- susurro el comandante de Seiryu que con vacilantes pasos se acerco al cuerpo sin vida del soberano.

Lune palideció, su espada había arrebatado la vida del rey Dragón para proteger al hombre que le fue confiado desde su nacimiento. Marvolo abandono su escondite tras ver caer a su padre y Genbu y Byakko abandonaron el castillo, la sangre de los soberanos mas poderosos de esas tierras había sido derramada.

"Esto no tenia que ser así…- Marvolo se acerco al cuerpo del rey Severus y cayo de rodillas ante el cuerpo sin vida. Hermione lloraba sobre el pecho de su padre y la reina se encontraba en el suelo, se había desmayado.

"Toma al rey, llévate a los hijos de Suzaku y abandonemos las tierras de Seiryu lo antes posible…- el anciano sacerdote saco a Lune del trance-. Los segundos son vitales y esta noche ha sido derramada la sangre con la que se escribirá la historia a partir de hoy…"

"Príncipe Harry…- Lune asintió y jalo del joven que ahora sería el nuevo rey de Suzaku.

"Si…- ninguno de los dos hijos de Suzaku comprendían que había pasado, es difícil asimilar tanta muerte.

Una fiera mirada detuvo al comandante de Suzaku. De pie, sosteniendo a la deshecha princesa de Seiryu, Kassandra miraba a su amiga de la infancia. Aquello jamás se lo perdonaría y los dos comandantes sabían que esta no sería la última vez que se verían las caras.

oo…..OO…..oo…..OO…..oo…..OO…..oo…..OO

Durante 10 noches, la angustia, el miedo y el odio fueron sentimientos que tuvieron en común los habitantes de los 4 reinos. Seiryu y Suzaku rindieron honores a sus reyes muertos, entre lágrimas y lamentos ascendieron a la corona de sus países Marvolo y Harry.

Por cinco noches, el entonces príncipe de Suzaku se encerró a piedra y lodo en el templo del fénix. No comió ni durmió durante ese tiempo y los gritos que profanaban la tranquilidad de ese recinto de mármol eran ahogados por una tormenta que dejaba caer toda su furia sobre las tierras del reino.

La madre de Draco estaba destrozada y el joven rubio no podía más que mirar desde su ventana el templo erigido al dios Suzaku. Nada de lo que pudiera decir podría calmar la ira de su hermano, Draco se sentía mal consigo mismo… le dolía la muerte de su padre pero no conseguía odiar a Seiryu, eso sería odiar a sus hijos y su corazón pertenecía a su única hija.

Al amanecer del sexto día y desde el mismo lugar, Draco vio las puertas del templo abrirse de par en par. Su hermano salía al mundo exterior, estaba sucio y la sangre seca en su rostro le daba un aspecto lúgubre. Trece pasos y el hijo de Suzaku estaba parado en la lluvia, el liquido recorría su cuerpo, lavaba la sangre de su rostro y dejo a la luz una cicatriz en forma trueno que le ayudaría a recordar por siempre la muerte de su padre.

"¡Hermano!.- Draco bajo atropelladamente las escaleras del palacio y corrió hacia Harry, lo abrazo con fuerza intentando cerciorarse de que no se trataba de una ilusión-. ¿Te encuentras bien?"

"Harry…- la respuesta jamás llego a oídos del rubio. Ayudada por una de sus doncellas, Lady Narcissa iba al encuentro de su otro hijo. El príncipe se aparto de su hermano y fue a los brazos de la mujer que le criara y amara como la madre que muriera al traerle a este mundo.

"No debe esforzarse…- la tomo en brazos y subió las escaleras-. Es malo para su salud…"

"Me lo han arrebatado, hijo…-Draco se mordió el labio, nuevamente los sentimientos de culpa le atormentaban-. Mi felicidad ha sido robada y solo rezo a Genbu y Suzaku para que pronto me lleven junto a tu padre…- la mujer acaricio el rostro del joven príncipe-. Te le pareces tanto…"

"Ten calma, madre…- la deposito en la cama y se sentó a su lado, tomando las pálidas manos entre las suyas y a las cuales deposito tiernos besos que calmaron la desesperación de Narcissa.

"El culpable debe pagar, hijo…- sollozo una vez mas Narcissa, llanto que Harry limpio con sus manos y que sirvió para humedecer sus labios.

"Lo se, madre…-Harry apoyo su frente contra la de Narcissa-. Y lo hará…- Draco que se encontraba apoyado contra el marco de la puerta palideció-. Seiryu atento contra mi vida y nos arrebato a mi padre…- estas palabras provocaron nuevos espasmos de llanto en la rubia-. Suzaku ha hablado conmigo y clama venganza por la muerte de su amado hijo…-se acomodo en la cama de la reina, Narcissa descanso su cabeza contra el pecho del príncipe que con sumo cariño acaricio sus largos cabellos, aguardando por que el sueño trajera un poco de paz a la mujer.

"¿Qué tienes en mente, hermano?.- pregunto Draco, titubeante, la oscuridad en la mirada de Harry no presagiaba nada bueno.

"Nada, Draco…- sonrió indiferente para después depositar un beso en los cabellos de la reina-. Pero te agradeceré que llames a Lune dentro de dos horas…-una expresión inocente en su rostro corroboro las sospechas del rubio-. Debo asearme, comer algo y rendir honores a nuestro padre…"

"¿Le dejaras descansar en Suzaku?.- Draco tenía sus dudas.

"No, ningún rey que gobernara nuestro país ha tenido tal destino…- se puso en pie y condujo a su hermano fuera de las habitaciones de la reina-. Recuerda que es parte de las ancestrales costumbres que nos fueron heredadas…- ironizo-. Le llevaremos a Nehelin".

"Dumbledore no esta de acuerdo con ello…- descendían los escalones del portentoso castillo-. Dijo que en vista a la situación en que nos encontramos, lo mejor era rendir honor a nuestro rey en las tierras del castillo".

"¡No me contradigas!.- bramo Harry-. Con la muerte de nuestro padre, yo ascendí al trono…-los sirvientes que se encontraban cerca huyeron despavoridos. El dolor en los ojos del ahora Rey de Suzaku eran una advertencia de peligro, un fuego verde que abrasaba todo aquello que se cruzara en su camino y ni siquiera Draco estaba eximido de esa ira-. Como rey, se hará mi voluntad, Dumbledore como consejero que es…- mordió su labio y un hilillo de sangre corrió por su piel.

"Le daré tu mensaje a Lune…- Draco se aparto de su hermano.

La lluvia inclemente mojo cada centímetro de su cuerpo. Las nubes impedían diferenciar entre el día y la noche, los truenos eran el único sonido que se escuchaba en las calles de Suzaku… suspiro… tal como lo imaginara, el hombre que abandono el templo del dios fénix no era su hermano. Los ojos de ese extraño eran fríos, su sonrisa desprovista de cualquier emoción, era la primera vez que imponía su voluntad y esto provoco que el rubio, dirigiera su mirada hacia el Este.

"Hermione…- susurro, deseando con todas sus fuerzas que la joven princesa nacida bajo la protección del dragón Seiryu se encontrara bien.

oo…..OO…..oo…..OO…..oo…..OO…..oo…..OO

Primera nota de la historia.

Tengo que decir que la decido con especial cariño a Monse, la idea surgió gracias a ella y también al grupo H.I.M. el titulo hace referencia a la canción causante y aclaro que salvo el titulo, no verán una sola letra de ella, solo me inspiró. Es una historia corta, en el primer capitulo pretendí explicar el motivo por el cual los amantes jamás podrán ser felices, el segundo capitulo se enfoca en explicar los intereses y cambios que habrá en los personajes, si el tercer capitulo se materializa como lo tengo planeado creo que el final no será muy grato aunque eso es evidente desde el inicio de la historia… dios, Shakespeare es mi Lord en este genero…

¿Confuso, no lo dudo, originalmente Harry y Hermione iban a ser hermanos pero eso le quita el drama y el sadismo con el cual se matiza el capitulo II¿poco creíble la situación, tampoco lo dudo, cuando hice los bandos tome una moneda y lo deje al azar, también mezcle un poco de mitología oriental, Genbu del Norte, Suzaku del Sur, Seiryu del Este y Byakko del Oeste, el rey celestial dividió al cielo en cuatro y cada cuadrante era controlado por un dios bestia… siempre me ha gustado el dragon de Seiryu y era mas que obvio que el fénix de Suzaku debía pertenecer a Harry… también me puse a jugar con otras cosas, -¡Monse, cumplí con mi promesa¿te acuerdas de lo que te ofrecí en nuestra ultima platica?- anyway, espero sea de su agrado y que al final me de tiempo para continuar con mi plan de trabajo.

Les doy la bienvenida a esta historia y ruego por finalizarla con éxito…

Oracle.