Capitulo 4: La Nieta de Myoga
Miroku toco la puerta con sutileza esperando que Inuyasha le abriera para despedirse de una vez e irse nuevamente a Tokio, pero no recibió respuesta lo que provoco que dejara escapar un suspiro de resignación…
- Inuyasha…- llamo con insistencia, pero nada. – Volveré a Tokio, me despido…- dejo frente a la puerta una especie de maleta. – Aquí te dejo algo de ropa…- dijo, pero nada. – Adiós.-
Se quedo quieto sumergido en sus pensamientos sin querer responderle a su amigo, le agradecía todo lo que hizo por el, pero no estaba de humor para hablar con nadie… así que en un pequeño susurro se despidió de el… pronto lo vería y sería entonces en ese día que le agradecería todo lo que ha hecho por el…
- ¡Volví ojii-san!- exclamo una voz alegre y femenina desde abajo que al llegar a los sensibles oídos del joven su cuerpo comenzó a temblar instantáneamente.
- Es ella…- pensó desesperado sin darse cuenta de que su cuerpo sudaba frío, la respiración se volvía dificultosa y su corazón latía rápidamente mientras su mente se llenaba de los recuerdos junto a Kikyo.
Abajo en la entrada a la casa, Myoga observo sonriente a su nieta que dejo en la entrada sus zapatos para luego voltearse a su abuelo y sonreírle…
- Ohayo ojii-chan.- lo saludo sosteniendo en sus manos su mochila oscura.
- Ohayo… Kagome…-
- Preparare la cena.- aviso dejando sobre el primer escalón de la escalera su mochila para dirigirse hacia a la cocina. - ¿Qué quieres de comer?-
- Hija… tenemos un invitado…- le dijo acercándose a ella que lo miro confundida. – Se llama Inuyasha.-
- Ahh… ahora entiendo el porque de esos zapatos en la puerta.- comento retomando su tarea de cocinar algo, ahora especial por el invitado. – Jeje… pensé que te habías comprado zapatos nuevos.-
Subió las escaleras llevando consigo la mochila para cambiarse el uniforme escolar, al subir la escalera se topo con la habitación que normalmente estaba vacía, pero ahora seguramente estaba el invitado del que le hablo su abuelo. Kagome era una como una miko… podía sentir presencias, auras, ver visiones y también era capaz de ver el alma de los muertos… y era justamente en estos momentos que podía sentir la presencia de alguien detrás de la puerta de esa habitación, pero… esta presencia era una existencia diferente…
Sacudió su cabeza esfumando aquellos pensamientos, seguramente era su imaginación, así que camino a su cuarto donde se coloco la ropa de sacerdotisa con la cual hacia sus deberes como miko… Salio de la casa con la escoba en manos y se acerco al Goshinboku, fijando sus ojos chocolates en el punto donde se decía que la miko clavo al hanyou…
- Desde pequeña he sentido algo extraño cuando estoy en este lugar… paz, tranquilidad…- pensó sin percatarse de la sonrisa que se dibujo en sus finos y rosados labios al recordar su niñez cuando el templo era visitado con mas frecuencia. – Espero que con mi esfuerzo… logre que este templo mejore y reciba la visita de mas personas…- pensó chocando las palmas de sus manos y cerrando sus ojos para comenzar a rezar como lo hacia sin fallar todos los días, bajo la suave brisa que soplaba con mas fuerza en ese lugar mientras el Goshinboku movía sus ramas que dejaban caer varias hojas secas a causa del otoño.
Inuyasha salio con cuidado de su cuarto acercándose al principio de las escaleras sin bajar para evitar cualquier accidente de ser visto…
- Anciano.- llamo desde donde estaba sin recibir respuesta. - ¡Anciano!- repitió con más fuerza.
- Etto, ah si¿Qué sucede Inuyasha?- respondió Myoga sonando algo turbado…
- Tengo que salir a comprar más ropa.- contesto sentándose en el primer escalón.
- No hay problema.- dijo el anciano…
- ¿Qué hay de la chica?- dijo. - ¿Dónde anda ella?- pregunto sonando preocupado.
- Etto… creo que…- se quedo callado sin saber que contestar. – Inuyasha, mi nieta es diferente… se que ella no te juzgara mal…- aseguro el anciano intentando apartar aquel temor que yacía en el chico.
- Eso pensé de Kikyo…- se levanto y camino a su cuarto dejando la puerta abierta para tomar un abrigo y una gorra que le pidió a Miroku por razones obvias…
Se coloco el abrigo dejando el cuello levantado ((xD así estilo Drácula)) manteniendo el cabello cubierto y se coloco una gorra para ocultar el resto de su cabello y también sus orejas… de los ojos no se preocupaba mucho… salió de su habitación manteniendo la cabeza baja y las manos dentro de sus bolsillos y bajo las escaleras donde se detuvo en la entrada…
- Voy a comprar algo… y buscare un trabajo…- dijo cerrando el puño temiendo a su suerte, sabía que por su forma de ser tal vez no podría encontrar un trabajo…
- Conozco un amigo…- comenzó Myoga acercándose a Inuyasha que se detuvo a mirarlo. -…que te puede dar un trabajo como repartidor de periódicos.- sonrió ante la impresión del joven.
- Pero… ¿No--?-
- No te preocupes… es un hombre rico que posee muchos negocios… además fue un gran amigo de tu padre.- le explico caminando pesadamente a la sala apoyándose de su bastón para sentarse sobre su sillón favorito. – Aquí esta su dirección…- extendió su brazo sosteniendo una tarjeta que Inuyasha se limito a observar por unos momentos sin saber si tomar…
- Gracias…- dijo tomando la tarjeta sin poder evitar dibujar una sonrisa en su rostro que expresaba la esperanza de poder realizar una vida aquí… en Osaka…
No hubo problemas al salir, ya que Kagome se encontraba en la parte trasera de la casa tendiendo la ropa que acababa de lavar… suspiro aliviado, al menos por un tiempo podría esconderse de la chica…
El sol se ponía sobre las montañas listo para darle paso a la noche… Inuyasha se detuvo frente a las escaleras que se dirigían al templo sosteniendo en sus manos par de bolsas donde habían algo de ropa que pudo comprar con el dinero que le presto Miroku… poso al final de los escalones su dorada mirada preocupado, temiendo que la nieta de Myoga lo viera… tomo la gorra y la bajo lo mas que pudo para evitar que se pudiera ver algo y oculto las garras de sus manos…
- Espero que no me vea…- susurro ya subiendo los escalones del templo…
Kagome barría las hojas que caían del Goshinboku y se esparcían por los alrededores del árbol, era algo difícil ya que el viento se encargaba de moverlas a su antojo cuando ya estaban acumuladas, acostumbraba a pensar mientras hacia sus deberes y justo cuando iba a dar una carrera tras el montón de hojas que se movieron hacia la dirección donde estaban las escaleras del templo se topo con la figura de Inuyasha a unos pasos lejos de ella…
Inuyasha se quedo estático al ser visto por la joven que parecía aun no caer en cuenta de quien era, casi no la podía ver gracias a la gorra que cubría la mitad de sus ojos solo podía ver las piernas de la joven que se quedaron inmóviles…
- ¿Eres Inuyasha?- pregunto tímidamente sin moverse manteniendo sobre su pecho una de sus manos mientras que con la otra sostenía la escoba.
No respondió y camino con grandes pasos y ligeros hacia la casa mientras su corazón latía a toda prisa, tenia miedo de que ella lo viera y sin darse cuenta ella se acerco tomando su abrigo desde la espalda para detenerlo.
- ¿Qué sucede?- consulto preocupada moviendo su cuerpo hacia un lado intentando ver sus ojos…
Maldijo en sus adentros cerrando con fuerza los puños de sus manos, giro rápidamente manteniendo la vista pegada en el suelo logrando su objetivo de zafarse del suave agarre…
- Déjame.- le dijo sin mirarla…
- Pero…- inclino un poco su cuerpo para mirarlo a los ojos a lo que el chico volteo su cabeza hacia otro lado cerrando los ojos.
- ¿Qué insistencia tiene con verme a los ojos?- se pregunto y volteo caminando rápidamente hacia la casa dejando atrás a una Kagome confundida.
Cerró la puerta dejando en el suelo sus zapatos, dejo escapar un suspiro aliviado, al menos hoy no fue visto por la chica… pero sabia que pronto quisiera o no ella lo vería…
- ¿Y bien?- pregunto Myoga refiriéndose al trabajo.
- Je…- rió Inuyasha sonriendo y olvidando el momento que paso hace un rato. – Me acepto…-
- Te felicito.- sonrió feliz por el joven que se acerco dejando sobre su hombro su mano.
- Gracias.- continúo su camino hacia las escaleras…
- ¿Vas a comer?- pregunto antes de que el joven posara su pie sobre un escalón. – Kagome cocina muy bien.- comento sonando orgulloso de su niña.
- No se…- respondió y retomo su camino sin importarle si comía o no… lo que tenia seguro era que debía de cambiarse el vendaje y dormir para levantarse temprano en la mañana que seria su primer día de trabajo…
Dentro de su cuarto iluminado por la bombilla en un rincón de la habitación se quedo sentado sobre su cama con una mano sobre su barriga como queriendo con esto mitigar el dolor que le causaba el hambre…
- Hubiera comido algo.- susurro, pero creía que era mejor no bajar por si ella lo veía…
En eso alguien toco la puerta con cuidado seguida por una voz femenina que preguntaba si podía pasar… era esa niña… ¿Por qué ella y no el anciano? Seguramente era porque estaba enfermo de la espalda. Se levanto acercándose silenciosamente a la puerta aproximando su oído…
- ¿Qué?-
- No lo vi en la cena… aquí le traje algo de comer.- contesto desde el otro lado sosteniendo un plato con cuatro onigiri ((Bolas de arroz)).
Dejo escapar un suspiro de resignación, no se podía negar a tal oferta así que abrió un poco la puerta sacando su mano abierta esperando el plato… Ella se lo entrego sonriendo, pero la verdad le extrañaba que el no se dejara ver…
- Disculpe.- se acerco a la puerta una vez el joven tenia en sus manos el plato… - ¿Por qué se oculta así?- le pregunto comenzando a arrepentirse de ser una entrometida.
- ¿Quién dijo que me ocultaba?- contesto en un tono molesto y manteniendo una mano pegada a la puerta en caso de que ella intentara abrirla completamente… ¿Por qué negarlo? Estaba nervioso y le daba pánico que ella lo viera.
- Gomen ne…- se disculpo bajando lentamente la vista y alejándose de la puerta. – No… no quise molestarlo…- agrego volteándose hacia las escaleras por donde bajo para terminar de limpiar la cocina e irse a dormir.
Cerró la puerta con llave sosteniendo el plato de porcelana en una de sus manos, se sentó en su cama observando los onigiri con detenimiento estaban bien hechos, parecía ser una experta… dibujó una sonrisa en sus labios sin notarlo y dirigiendo su dorada mirada hacia la ventana aproximo un onigiri a su boca…
P.D: Si acaso alguien lo lee... - -U ya le di entrada a los reviews anonimos...
Lucid K. Nightmare
