Disculpas: Lamento el comportamiento tan inmaduro y sin remedio que tuve en el cap. anterior ando muy mal de animo ;O; solo dos cosas en este frikin' mundo me ayudan: Amigos y los reviews... TOT Maldigo a la pubertad!

Ahora que termino de decir esto... les agradezco que hayan aparecido ;O; fueron 7 reviews! X0x me quede: O O...>x> y... me puse feliz xD Ejem... . . Aqui la inmadura de Kisa ((xD sorry es q en serio me arrepiento de lo del cap. anterior)) otra vez a hacerle la vida imposible a Inuyasha uxu pero que se le puede hacer? >x> Es largo X0x DIOS! Disculpen que sea largo... T0T pero culpen a Chris que no me permitio cortarlo ((o0ó ahi tienes Chris! xD)) No saludare porque una persona me puso un miedo o una inseguridad... Dakota Ikeda! Si te deje un review! En atraccion y ese de los angeles X0x waah lo olvide o.oU weno terminado esta pequea aclaracion... les doe gracias a todos y a leer ((asterisco + guion + asterisco + )) xDDD!


Capitulo 5: Visto y Despedido

Camino confundido produciendo un eco cada vez que sus pies desnudos tocaban el suelo frío, sus ojos dorados no lograban ver a través de esa oscuridad que venia acompañada de un brisa fría y escalofriante que lograba ponerlo nervioso.

- ¿Hola?- llamó sin recibir respuesta no había nadie en ese lugar oscuro, solo el…

Fijo su vista hacia el frente y salido de la nada un cuerpo bañado en sangre alumbrado por una luz sin origen yacía en el suelo frente a sus ojos, abiertos como platos de la impresión y el terror.

- ¿Dónde rayos estoy?- se pregunto perdiendo la calma respirando con rapidez, girando su cabeza hacia los lados buscando una forma de escapar.

- Fue tu culpa.- dijeron varias voces al unísono que parecían familiares pero a la vez irreconocibles…

- ¿Cómo?- se giro hacia atrás visualizando un grupo de personas que no pudo ver de inmediato, solo sus ojos brillaban y lo observaba juzgándolo de alguna forma.

- Fue tu culpa, Inuyasha.- dijo una voz que reconoció de inmediato…

- ¿E-Eh?- giro hacia al frente posando su mirada en el cadáver levantado frente a sus ojos aun cubierto en sangre, era una mujer de cabellos lisos y negros con ojos castaños y fríos que lo veían con culpa vestida con una camisola manchada con sangre. – Y-Yo… n-no quise…- dijo nervioso y perdiendo el control, sus ojos abiertos observando la imagen que conocía a la perfección retrocediendo lentamente…

- Fue tu culpa.- repitió el "juzgado" que previno la huída.

- Déjenme…- se agacho con las manos sobre sus oídos, suplicando porque todo terminara.

- Fue tu culpa.-

- Kikyo…- observo a la joven que lo miraba con indiferencia. -…no quise…-

- Inuyasha…- susurro con delicadeza y ahora observándolo con ternura, hasta que… - ¡No!- grito retrocediendo completamente desesperada. - ¡Tu no eres Inuyasha¡No lo eres!- agrego desesperada, con las manos sobre su rostro aterrado.

- C-Cálmate, onegai… no come…- se detuvo cuando de pronto, la joven cayo sobre su cuerpo, su rostro pálido, los ojos abiertos y aterrados aun manchada en sangre…

- ¡FUE TU CULPA!- repitió el "juzgado".

Se sentó repentinamente sobre su cama respirando entre cortado, sudando frío, temblando, su rostro pálido y su corazón latiendo locamente… había sido una pesadilla… pero…

- …fue peor…- susurro pasando su mano temblorosa por su cabeza. – Maldición.- haló su cabellera deseando arrancar el cabello aprisionado en sus manos, sentía tanta ira y ahora deseaba tanto quitarse la vida, pero la imagen de Naraku se mantenía presa en su mente con el objetivo de recordarse una y otra vez que debía de hacerles ver a todos esos malditos que lo humillaron que si podía superarse…

Retiro la sábana lisa y suave de su cuerpo y se levanto de la cama fijando su vista en el paisaje que se observaba a través de la ventana, un conjunto de árboles y a lo largo se podía ver una montaña… se acerco para quedarse un rato pensando, pero la silueta femenina que se paseaba entre la ropa tendida capto su atención…

- Es ella.- musito sorprendido, apenas varios rayos del sol alumbraban el frío ambiente y ella¿despierta?

Kagome aun vestía una camisa blanca con mangas que casi llegaban a sus codos y un cómodo pantalón de pijama de color azul cielo, la verdad le agradaba vestir de forma cómoda. Caminaba descalza sobre el frío cemento entre la ropa que tendió el día anterior asegurándose de que estuviera seca, pero no… aun estaban húmedas, bueno… excepto las que tendió un poco después del mediodía.

- Mejor será tomar la ropa seca.- se dijo recordando que últimamente estaba lloviendo en grandes cantidades…

Algo en su mente le decía que tenía un deber que debía de cumplir en estos mismos momentos, pero ¿Qué era…?

- ¡El trabajo!- exclamo acercándose a las bolsas llenas de la ropa que había comprado para revisarlas con precaución hasta decidirse por algo sencillo.

Kagome se acerco a una canasta de forma cilíndrica color turquesa que estaba al lado de uno de los postes y la tomo donde hecho con calma la ropa en lo que la hora para irse a la escuela se acercaba, no quería llegar muy temprano pues le temía a su escuela repleta de pandillas que con frecuencia molestaban a los demás… ella era un buen ejemplo…

- Espero que hoy no pase nada.- se dijo caminando hacia la entrada, pero se detuvo al ver una silueta casi conocida…

Inuyasha cerro la puerta y corrió hacia la salida sin percatarse de que fue visto… el suficiente tiempo para ser analizado por los ojos castaños de Kagome que los abrió sorprendida… solo logro ver su cabellera larga y plateada acompañadas por un par de pequeñas orejas…

- ¿Q-Qué…?- en un descuido la canasta se resbalo de sus manos, pero no le importo… se quedo un tiempo allí parada sin creer lo que sus ojos habían visto… - ¿Acaso por eso…?- se agacho sobre el suelo tomando la canasta entre sus manos, pero se quedo quieta aun pensando. Ese chico era extremadamente misterioso… en todos los aspectos, se levanto con la canasta en manos y camino al interior de la casa para cambiarse, pero en especial para hablar con su abuelo…

Le prestaron una bicicleta azul oscuro que estaba en perfectas condiciones, la observo en lo que esperaba por el paquete de periódicos recordando la bicicleta que tanto adoro cuando era un pequeño, pero de todo bonito recuerdo llegan las pesadillas como su hermano mayor que por envidia termino por averiarla a propósito aunque siempre alego que nunca lo hizo con malas intenciones.

- Aquí tienes.- dijo un compañero observándolo con una mirada que Inuyasha reconoció de inmediato.

- Arigato.- respondió secamente tomando el bolso simple y montando la bicicleta.

- El jefe dice que te recibirás tu pago diariamente.- dijo el hombre sin cambiar el tono de su voz observando de forma penetrante la cabeza volteada hacia el frente de Inuyasha.

- De acuerdo.- pedaleo lentamente hasta volver a tomarle el ritmo y perderse en la carretera no tan habitada por vehículos.

- Ja… engreído…- se volteo sonriendo maliciosamente sin quitar su vista del camino por donde se fue el chico. -…con esa apariencia no duraras mucho aquí…- susurro con asco y veneno riéndose de la que sería la suerte del joven, camino al interior del edificio para proseguir con su trabajo.

La imagen de ese tipo permanecía fresca en su mente mientras corría a toda velocidad de área en área ((no se si así funciona este trabajo, pero lo haré a mi manera ..UUUUU)), realmente las personas así les enfermaba…

- Maldición.- musito molesto y sin darse cuenta aumento la velocidad hacia su último destino, una escuela…

Mientras esto sucedía, Kagome se acerco a la cama de su abuelo que dormía con calma emitiendo leves ronquidos… se quedo observándolo dudando interrumpirlo, pero decidida a no perder mas su tiempo, aproximo su mano al hombro del anciano y lo sacudió levemente esperando que despertara, lo que no se hizo esperar…

- Ojii-san…- susurro observando la cara de confusión y desorientada que expresaba el anciano.

- ¿Q-Qué… sucede?- pregunto girando la vista a los lados, sentándose sobre la cama.

- Te quiero preguntar sobre algo…- sacudió la cabeza con los ojos cerrados y luego poso su mirada castaña y preocupada en los ojos de su abuelo. -…mas bien sobre alguien.- se corrigió manteniendo un tono en su voz preocupado y serio.

- ¿De quien?- consulto Myoga ya sentado y mas orientado, ahora mirándola preocupado.

- ¿Quién es Inuyasha?- le pregunto posando su mano sobre las arrugadas de su abuelo, mirándolo ansiosa esperando una respuesta.

- ¿L-Lo viste?- pregunto sorprendido y no porque lo haya visto, sino porque no haya tomado la reacción que el y sobretodo, Inuyasha esperaron…

- Si.- respondió asintiendo levemente, abrazando la mano de su abuelo. – Onegai… ¿Por qué es el así?-

- Bueno…- trago saliva preguntándose por donde empezar, bajo la vista buscando una respuesta a su pregunta y luego de un tiempo después, fijo sus ojos en los de la niña que no dejaban de verlo ansiosa y abrió la boca listo para responder. -…Inuyasha es…-

El sol ya se había asomado por completo en la ciudad de Osaka, haciendo de la mañana una más cálida… se detuvo a unos pies de la escuela retirando el abrigo, lo amarro a su cintura usando las largas mangas y retomo su camino hacia la entrada donde detuvo la bicicleta con algo de incomodidad por las miradas que le lanzaron todos los presentes…

- Rayos.- pensó acomodando su bolso sobre su hombro y camino a través de la gente que se quedo estática murmullando cosas sin saber que estas eran alcanzadas por los oídos del joven… - Malditos.- se detuvo a mitad de camino girando repentinamente su cabeza hacia un grupo de jóvenes que murmullaba cosas sobre el, se burlaban de el…

Trago con dificultad y con ello las palabras hacia esos jóvenes que seguramente creían que sabían todo sobre la vida… ¡Bah! Que le debería de importar lo que piensan un par de jóvenes sin experiencias sobre la maldita vida, además debería de estar acostumbrado a este tipo de trato… pero…

- Oye… niño perro… ¿Acaso tuviste una madre perra y un padre lo suficientemente estúpido para tener sexo con ella¿O acaso solo quieres hacer ridiculeces con ese par de orejitas en tu cabeza?- le pregunto un chico "seriamente" desde la entrada sin temerle, se rió después que sus compañeros rieron ante este comentario que, obviamente, molesto a Inuyasha…

El volteo velozmente hacia el chico que chocaba la palma de su mano con otros jóvenes de su edad, dizque porque hizo "un buen chiste" que para nada era gracioso… se creía el grande haciéndose el gracioso del grupo… típico adolescente…

- ¿Qué no te enseñaron a no meterte con la familia de otros?- le pregunto Inuyasha aproximándose a grandes pasos ligeros hacia el chico que lo miro sin expresión levantando una ceja como preguntándose "¿Y ahora que le pasa a este?" - ¡Si tienes algún problema conmigo lo podemos resolver en la calle!- gruñó molesto y en poco tiempo el uniforme estaba aprisionado en las manos de Inuyasha cuyos ojos destellaban de la rabia.

- Oye… aleja tus asquerosas manos de mí…- le ordeno el chico mostrando "valentía" y mirando a Inuyasha de reojo y con asco…

- Si… no vale la pena tratar con niños inmaduros…- lo empujo haciéndolo caer sobre sus compañeros que previnieron una caída al suelo y se alejo fijando sus ojos hacia la entrada, estaba molesto y lo que mas quería era… huir…

Se acerco a una mujer que se encontraba en la entrada mirando preocupada a Inuyasha, presencio la escena asustada y estaba esperando que la situación pasara a mayores para intervenir o peor… para llamar a la policía de inmediato.

- Quiero dejarle un mandado a la escuela.- le dijo observándola, sin poder evitarlo, con enojo.

- Y-Yo me encargo.- menciono con temor la mujer.

Inuyasha solo prosiguió a tomar el paquete con ambas manos y extenderlos a las delgadas de la joven mujer que temblaba un poco temiendo que ese chico hiciera algo mas que aquello.

- Arigato.- musito posando debajo de sus brazos los periódicos.

- No hay problema.- se alejo manteniendo una pose firme, caminando por el gran camino de cemento, ahora ignorando aquellos comentarios que hacían los estudiantes, su rabia se centraba en aquel ignorante que le murmullaba a sus amigos… comentarios burlones sobre el…

Antes de salir del territorio escolar, se detuvo en la entrada donde el pequeño grupo hablaba y les dirigió una mirada llena de rabia y sin brillo alguno… que, aunque lo ocultaron bien, les helo hasta los sentidos sin darles oportunidad a los jóvenes, o al menos el que se burlo de Inuyasha, de responder aquella mirada con un "¿Qué?"

Se acerco a su bicicleta apoyada de la pared y se monto sobre ella sumergido en sus pensamientos que le recordaban una y otra vez el incidente que paso… arrepintiéndose de no haberle dado su merecido a ese niño, pero reconoció que pudo haberle causado problemas… aunque esto no le llegaba a importar… y sin darse cuenta ya estaba a varios metros alejado de la escuela…

Caminaba lentamente por la acera que dirigía a una escuela no muy lejos, sus ojos chocolates pegados en el suelo y aun pensando en la conversación que tuvo con su abuelo quien intento ser completamente sincero con ella, pero ella, sinceramente sentía que le omitió varias partes que ella no alcanzaba a imaginar. Según lo que le relato Myoga, Inuyasha nació así y ni siquiera los mismo doctores lograron entender aquellos rasgos sobresalientes en la composición de su cuerpo, agrego también que ha sido siempre humillado por muchas personas, un objeto de burla lo que lo ha vuelto desconfiado, además casi se convirtió en el blanco fácil de las drogas luego de la muerte de su madre si no hubiera conocido a su amigo, Miroku. Luego de aquello se mudo a vivir con la familia de sus amigos donde la gran amistad que tenían con su padre se termino de inmediato por razones que se rehusó a contar.

Su cabeza se golpeo con la espalda de un joven que estaba en la entrada de su colegio, levanto la mirada confundida y desorientada fijándola en los ojos del chico quien se volteo completamente hacia a ella molesto.

- Oye, cuidado por donde caminas, niñita.- le regaño cruzando sus brazos y enfatizando la palabra "niñita" para intimidarla…

- Gomen nasai.- se disculpo, hizo una reverencia esperando que el problema no pasara a mayores, conocía perfectamente a aquellos muchachos y por supuesto debía de tenerles miedo.

- No, no… una disculpa no es suficiente.- dijo sonriendo con malicia. - ¿No es así muchachos?- pregunto buscando el apoyo de sus amigos que asintieron la cabeza seguido por un "si".

- P-Pero…- levanto la mirada que expresaba temor, ahora con sus manos sobre su pecho intentando calmar su corazón que latía rápidamente.

- ¡Kagome!- grito una voz desde el interior patio de la escuela, llamando la atención de todos.

- Ho…Houjo…- murmuro débilmente, pero sintiendo sumo alivio en sus adentros, pero a la vez miedo a que le pasara algo a su amigo por estarla protegiendo.

- Déjenla.- le ordeno el chico, que camino hasta a ellos parándose frente a Kagome intentando con ello demostrarle a ellos y a ella misma que estaba dispuesto a defenderla.

- No es tu problema… así que esfúmate…- le dijo el muchacho acercándose a la figura masculina, observándola de reojo y luego lo empujo para intimidarlo a lo que los demás se rieron, asustando a Kagome.

- Si lo es.- enderezo su torso, acercando su cuerpo al muchacho desafiándolo con la mirada siendo imitado de inmediato y apagando las risas.

- Houjo… y-yo puedo defenderme sola… onegai vete…- le pidió Kagome tomando la larga manga oscura que vestía su brazo intentando con ello convencerlo de irse, ya que, realmente temía que a su amigo le pasara algo por estarla defenderla y si esto pasara no se lo perdonaría…

- No Kagome…- se negó hablando con seriedad sintiendo como el pequeño cuerpo se aferraba con mas fuerza a su brazo intentando convencerlo. -…haré lo que sea por protegerte…- le susurro sin mirarla, pero hablando con sinceridad y dulzura.

- Que cursi…- dijo fingiendo asco y luego rió junto a sus amigos, se giro hacia a estos. - ¡Bah! Aun me debes una Higurashi… igual tu Akitoki…- les recordó y camino hacia la escuela seguido por los chicos.

Houjo se mantuvo frente a Kagome observando a la pandilla irse, esperando que se alejaran lo suficiente y cuando sucedió volteo hacia la chica que permanecía cabizbaja, la miro sonriendo resignado, seguramente se estaba insultando o quejándose en sus adentros…

- Kagome…- susurro suavemente.

- N-No deberías… de hacer eso…- le reprocho débilmente, aun con las manos en su pecho…

- Lo hago porque quiero…- su sonrisa se esfumo cuando sintió unos… ¿sollozos? – ¿K-Kagome?... ¿Por qué lloras?- pregunto ahora preocupado, en realidad no le gustaba ver una chica llorando y menos a Kagome.

- Me siento tan estúpida… ni siquiera puedo defenderme… quisiera ser como otras personas que si lo logran hacer…- respondió, hablando con rencor hacia si misma, dejando caer sus brazos hacia los lados y cerrando los puños.

- Eso te hace única… además yo te quiero así.- le dijo Houjo tomando su mentón e impulsando su cabeza hacia arriba, obligándola a verlo y así pudo contemplar sus ojos llenos de pequeñas gotas, una que otra lagrima que caía, sus mejillas rosadas, pero sonriendo agradecida.

- Arigato.-

- No hay problema.- sonrió tristemente, pues sabia que esa joven que ahora tomaba su mano guiándolo hacia la escuela nunca lograría quererlo como el la quería a ella.

Las nubes se habían tornado un poco gris y la mañana que parecía ser soleada ahora estaba oscura por la gran cantidad de nubes que bloqueaban el sol. Inuyasha dirigió sus ojos dorados al cielo sospechando que llovería, luego poso sus ojos en el edificio donde trabajaba dejando frente a este la bicicleta prestada.

- Tengo un mal presentimiento.- se dijo mientras una fuerte y húmeda brisa jugaba con sus cabellos, los ordeno cuando el viento cesó y camino hacia el edificio, posando su vista en la entrada aun enojado…

Al entrar silenció a las personas que trabajaban y hablaban a la vez, fue observado por cada uno de ellos e Inuyasha casi pudo adivinar lo que pasaba por sus mentes, pero decidió no prestar atención e ir al grano, caminando hacia la puerta al final, donde estaba su jefe, pero antes de llegar sus ojos que examinaban a sus compañeros se posaron en aquel hombre, su compañero que le dejo la bicicleta, este lo veía casi sonriendo burlón pero conteniéndose y sus ojos dorados comenzaron a brillar por la ira que sentía, las ganas de darle su merecido a ese, pero se contuvo y retomo su camino hacia la oficina recordándose que no podía perder su control, pero… cuando se enojaba sus impulsos cegaban la razón…

Abrió la puerta sin tocar alarmando al hombre bien vestido y gordo que justamente colgaba el teléfono enojado, este lo miro molesto, se acomodo en su sillón apagando el cigarrillo que atrapaban sus dedos y lo observo posando ambas manos debajo de su mentón…

- Inuyasha, siéntate.- le pidió, sonando como una orden, intentando no sonar rudo.

- Si.- dijo el muchacho, sentándose en el sillón frente al escritorio y manteniéndose en silencio esperando que su jefe tomara la iniciativa.

El hombre se levanto de su silla y volteo hacia la pared indispuesto a darle la noticia al muchacho mientras lo observaba a los ojos, dejo escapar un suspiro y hablo…

- Llamaron de la escuela.- comenzó a relatar, las pequeñas orejas del chico se movieron al oír aquello y fijo sus ojos en su jefe, preocupado. – Me dieron una queja de ti, muchacho…- continuo e inclino la cabeza. -…casi golpeas a un estudiante y causaste pánico en la escuela.-

- Si… pero… ¡Ese estudiante…!- su sangre hirvió al recordar a ese mocoso y se levanto de improviso de la silla con los puños cerrados.

- No importa la razón… debiste contenerte.- interrumpió sonando molesto. – Un error en tu primer día de trabajo¿Qué pensabas?-

- Pero…-

- Lo siento.- volvió a interrumpir tomando unos segundos para culminar con las palabras definitivas. -…estas despedido…- dicho esto camino hacia la puerta, los ojos cerrados sintiendo lastima por ese chico, pero no parecía de confianza… lo mejor era despedirlo cuanto antes… salio dejando al joven dentro de la oficina, mientras este aceptaba lo que estaba sucediendo.

- …despedido… ja…- sonrió sarcásticamente, sus flequillos ocultando sus ojos y cerró con más fuerza sus puños. - ¿Acaso… acaso nunca podré entrar a la sociedad?- se pregunto, giro hacia la puerta la que abrió saliendo definitivamente de aquel lugar.

- Eres la primera persona que se va en su primer día…- dijo ese chico, ahora sonriendo maliciosamente. -…eso demuestra que eres nada y además¿Quién puede confiar en un fenómeno como tu?- continuo y comenzó a reír junto con otros hombres.

El resto de los trabajadores permanecieron callados observando la escena preocupados, temiendo que sucediera algo malo y tenían el derecho de estarlos, pues… Inuyasha era impulsivo cuando se enojaba.

- Eres un…- poso sus ojos dorados sin mover su cuerpo ni cabeza, había perdido completamente el brillo de sus ojos, solo su pupila se reflejaba con la forma de una línea negra en el centro de los ojos dorados. - ¡Te odio¿Crees que eres mejor que yo¡Seguramente querías esto desde un principio! Pero¿Crees que te daré el gusto¡NO!- pensaba y con cada pensamiento, su odio incrementaba, camino hacia a el sin quitar sus ojos del rostro burlón del hombre. - ¡Te demostrare quien soy!- pensó y en un rápido movimiento aprisiono entre una de sus manos el cuello del hombre.

- O-Oye¿Qué te sucede?- pregunto ahora, temiendo lo peor.

- ¡Te haré arrepentirte!- acerco su mano libre al rostro del tipo casi clavando sus garras en este y lentamente bajo su mano haciendo líneas rojas con sus dedos, liberando sangre de las heridas y arrancando gritos de su prisionero.

- ¡Cálmese!- se digno a gritar uno de ellos, esperando detenerlo. – No vale la pena… se meterá en más problemas.- agrego intentando hacer reaccionar a Inuyasha no por querer salvarlo de la prisión sino para evitar cualquier escándalo allí.

Se quedo callado sin mover su mano sintiendo como el hombre temblaba en su agarre, pensando y reflexionando. Tiempo después abrió la mano que aprisionaba su cuello dejando ir a ese hombre, lo miro, el brillo de vuelta, pero aun molesto.

- Eres una basura, no perderé mí tiempo en ti.- volteo a la dirección de la salida, casi sintiendo las miradas sobre su espalda… pero mantuvo la calma y la mirada al frente…

Finalmente afuera, la lluvia cayendo sobre su cabello que rápidamente se vio empapado, se quedo quieto pensando en alguna forma de matar el tiempo, aun sin deseos de ir al templo, ignoro la lluvia y camino sin rumbo alguno hacia la izquierda, la ropa ya mojaba por la fuerte lluvia que parecía querer llorar en su lugar…

Continuara...


. . Al final se me fue corriendo Inspi y me abandono ;O; Y... y... eso pasa muy a menudo en este fic! Me vuelve en la fucking noche cuando estoe durmiendo o-óUUUUUU TT-TT Pero weno... seguire porque el proximo capitulo si estara mejor se llamara: Quiero ser tu amiga ya deben de tener una idea de lo que mas o menos sera... oxo no se como decirlo... pero le pondre algo de... drama? . .UUUUU Ya mucho -x- me despido y dejen reviews maldetos ; ; O ó Ahora si... bye... TT TT Gracias! X0x