Capitulo 7: Buscando Trabajo
Despertó temprano en la mañana calida, estaba en la cocina, preparando un desayuno para tres y era que Inuyasha comía con ellos últimamente, aunque casi no hablaba ni los miraba, pero no podía esperar mucho, eso sí aun esperaba poder hablarle y entablar una conversación que desde ya hace días no se formaba, desde aquel incidente, pero tenia esperanzas. Suspiro resignada, dejando sobre la mesa un delicioso desayuno listo para ser disfrutado, sonrió a la vez que observaba la mesa lista.
- Espero que me diga si le gusta…- pensó preocupada, con ambos brazos tras su espalda sin retirar su vista de la mesa y borrando la sonrisa de su rostro de solo pensar que el se guardara las palabras solo para evitar herir sus sentimientos, el muchacho solo comía y se iba sin emitir palabras, esto la preocupaba mucho.
- Buenos días.- saludo el anciano, caminando con ayuda de su bastón lentamente a una de las sillas de la mesa donde tomo asiento.
- Buenos días.- repitió Kagome, ahora cambiando su semblante preocupado por una sonrisa.
Unas ligeras pisadas, provenientes del pasillo se escucharon haciéndola girar su cabeza inmediatamente, la puerta del comedor estaba abierta así que pudo toparse con la figura masculina que se detuvo frente a la entrada al comedor, observo a los presentes sin mover casi su cabeza, luego la miro a ella que le sonrió amigable, logrando incomodarlo por lo que miro al frente.
- Buenos dí…-
- No voy a desayunar.- interrumpió retomando su camino hacia la salida donde se coloco sus tenis, se levanto y salio rápidamente dejando atrás a una confundida Kagome, aun no se acostumbraba a todo esto, lo consideraba raro…
- Buenos días…- susurro herida, aun con la vista fija en donde se detuvo.
- Dale tiempo al tiempo, hija…- le dijo el anciano, mirándola y dibujando una sonrisa. -…aun no se acostumbra, pero ya veras… si el destino quiere que sean amigos, tarde o temprano terminaran como tal.- agrego señalando uno de los asientos vacíos.
- Si.- sonrió, era verdad lo que decía su abuelo… se acerco a una de las sillas vacías, se sentó y comenzó a comer.
Una chica que apenas conocía intentaba ser su amiga¡esto era raro! Tenía miedo de que bajo esa cara tonta que siempre ponía fuera alguien más que quisiera hacerle daño, además aun habían secretos en el que ella no conocía.
- Hará lo mismo que ella.- se deteniéndose a mitad de camino a unos pasos de las escaleras del templo, y con "ella" se refería a Kikyo.
Continuo su camino, bajando las escaleras, ahora dispuesto a olvidar el suceso anterior, estaba ya mas calmado y buscaría un trabajo. La imagen de su amigo, Miroku, llego a su mente, un recuerdo… cuando le advertía que estudiara, que seria por su bien y que en un futuro lo necesaria… pero no hizo caso y admitía que hizo mal, pero antes muerto que aceptarlo frente a él, de solo recordar a su amigo diciéndole "Te lo dije" se irritaba.
- Ya no se puede hacer nada…- se dijo dejando escapar un suspiro de sus labios, saco de su bolsillo un papel blanco, mal doblado que abrió y observo leyendo lo que escribió en el, se acerco a un teléfono publico localizado en una esquina no muy lejos del templo, lo tomo, introdujo monedas… haría una llamada…
Se sentó en su pupitre, donde acostumbraba tomar la clase de matemáticas, su "preferida", estaba cerca de la ventana que acostumbraban a dejar abierta, por lo que entraba una brisa fría que solo se podía apreciar en el ultimo piso de aquel edificio. Coloco sobre la mesa su mochila, saco el libro, libreta, lápiz, goma y… ¡Ay no! Se levanto de improviso, aun no llegaba el profesor, afortunadamente, pero llamo la atención de varios de sus compañeros que hablaban con los demás como acostumbraban hacerlo…
- ¿K-Kagome?- pregunto confundida la chica de cabello lacio corto y castaño frente a su escritorio.
- Lo siento.- se disculpo, tomando nuevamente asiento y ocultando su rostro afligido entre sus brazos cruzados sobre su escritorio.
- ¿Qué sucede?- consulto la joven ahora preocupada y era que ella era una de las pocas amigas que Kagome tenía.
- Olvide mis lentes.- respondió. Acostumbraba usar lentes para captar todos los detalles de cosas que eran complicadas para entender, como lo era para ella la clase de matemáticas.
- ¿Otra vez?- sonrió divertida, ella era un caso perdido.
- Si.- contesto, levantando su cabeza y dejando al descubierto sus ojos con pequeñas gotas salinas reunidas en ellos, era una estúpida¿Por qué tenia que serlo¡Es por eso que causaba tantos problemas!
- Oye… no llores…- le pidió, posando una mano sobre el hombro de su amiga, no le gustaba que llorara, sabia que cuando eso sucedía era porque se sentía estúpida, al menos en la mayoría de las veces, pero según ella, Kagome no era nada estúpida.
¡Eso era a lo que se refería! Ahora estaba preocupado a su amiga, odiaba eso, pero no podía evitarlo y… Se vio interrumpida cuando sintió una mano, varonil, sobre su otro hombro, volteo la cabeza y fijo sus ojos aun llorosos en los castaños de Houjo que, a pesar de verse preocupado, le sonrió.
- Kagome, si quieres yo te ayudo.- le ofreció sin borrar la sonrisa de su rostro, que pareció hacerse mas grande ante esta propuesta, para el significaba una oportunidad para estar al lado de ella.
- ¡No, eso seria demasiado!- exclamo casi gritando y levantándose de su asiento, logrando asustar a sus dos amigos.
- No es molestia.- dijo reponiéndose del susto. – Me encantaría pasar tiempo a tu lado.- agrego sonriendo, observándola fijamente a los ojos, destellando de los suyos un brillo único y esperando que ella entendiera a lo que el se refería. Aunque era demasiado pedir, pues Kagome no comprendía las "indirectas", como solían llamarse, pero ella si las lograba notar.
- Pero…- aun mirando sus ojos, intentando comprender aquella mirada, aquel brillo que ella no lograba comprender, pero eso si, era diferente. Abrió su boca aun sin salir sus palabras, la respuesta a su propuesta, lo pensó un poco más, quiso rehusarse pero la mirada de Houjo prácticamente le suplicaba que aceptara… -…yo…-
- Buenos días, estudiantes.- saludo el profesor, entrando apresurado y¿Por qué no? Había llegado tarde y no solía hacerlo, luego de recibir la respuesta de sus estudiantes que lo saludaron con el típico "Buenos días, maestro." Coloco sobre el escritorio su maletín, el cual abrió rápidamente para comenzar la clase, pero antes observo a Houjo que permanecía parado, mirándolo de forma extraña. – Por favor, tome asiento, Akitoki.- le ordeno extrañado, colocándose sus lentes.
Kagome observo a un Houjo, que parecía estar molesto y lo estaba, el maestro llego en un momento inoportuno, un momento importante para el joven, este tomo asiento, saco sus materiales y presto atención aun molesto. Kagome lo imito, aun recordaba como la había mirado. El maestro observo, a través de sus lentes a su alumno, sabia que estaba molesto e igual se enfado, volteo hacia la pizarra negra decidiendo ignorar el acontecimiento y comenzó a escribir.
- Bien. Hoy les explicare…- dijo mientras escribía con su mano izquierda, usando el gis en la pizarra y con la otra se apoyaba con frecuencia en el escritorio para hojear el libro.
Lanzo al bote de papel doblado en forma de bola, estaba enojado, no encontró trabajo, mas bien no lo aceptaron, ya han de saber las razones¿no? Camino a través de la gente, algunos lo ignoraban, otros lo miraban curiosos y otros hacían comentarios típicos de su apariencia, buenos o malos. Iba camino al templo, no estaba lejos… otro día de ocio… y suspiro sin dejar de caminar.
Salio con la mochila sostenida de sus hombros, junto a sus tres amigas entre ellas la que se sienta frente a ella en la clase de matemáticas, platicaban amenamente a la vez que caminaban a la salida, cuando fueron detenidas por la voz de Houjo.
- ¡Esperen!- les pidió corriendo hacia a ellas, todas giraron y lo saludaron, excepto Kagome que se limito a observarlo. – Kagome.- la miro seriamente, reponiéndose de su carrera. – No me has respondido.- le recordó, refiriéndose a la propuesta que le hizo en la clase ante de que el maestro interrumpiera.
- Houjo, yo…- iba a aceptar, pero…
- ¡Akitoki estamos esperando por ti!- le aviso un chico desde la puerta al colegio, había una junta de delegados, o sea, representantes de todas las clases y Houjo era el representante de la clase de Kagome y sus amigas.
Cerro con fuerza su puño y apretó la mandíbula¿Acaso todos se formaron para interrumpir a cada momento? Una pequeña venita palpitante, que demostraba su enojo apareció en su frente, miro a Kagome y le sonrió entre dientes…
- Me respondes luego¿si?- dijo entre dientes y camino, pisando con fuerza el suelo casi pateándolo para disipar su enojo, el chico lo esperaba cruzado de brazo. Levanto su brazo, lo movió de lado a lado despidiéndose del pequeño grupo.
- Kagome¿te gusta Houjo?- pregunto una de sus amigas, la de cabello corto y negro acompañado de una diadema roja que acostumbraba usar en su cabello, esperaba un si departe de su amiga, pero este nunca llego…
- ¡N-No!- respondió nerviosa, agitando los brazos hacia los lados, tomando un color rojo que cubrió todo su rostro.
- Lastima… se nota que te quiere mucho…- comento la ultima de cabello ondulado y marrón que pasaba un poco sus hombros, de ojos castaños que ahora miraban pensativa la escena de Houjo discutiendo con el chico, en especial al chico del que hablaban.
Kagome la imito, mirando a Houjo, insegura de que todo eso fuese verdad, pero últimamente el, que era como un hermano muy querido para ella, se comportaba extraño… ojala que las suposiciones de sus amigas fueran falsas y permanecieran simplemente eso… suposiciones…
Se despidió de sus amigas al llegar a la salida donde tomarían cada una su propio camino a la casa y corrió al templo. Las nubes cubrían casi todo el cielo y eran de color gris oscuro, la brisa estaba húmeda y fría, seguramente llovería muy pronto… solo esperaba llegar a la cada antes de que esto sucediera, pues olvido, también, su paraguas.
Cerro la puerta tras el, dejando en la entrada sus zapatos y camino a la cocina, buscando de inmediato algo de comer en la nevera. Sin encontrar nada, tomo un vaso de cristal limpio y lo lleno hasta la mitad de leche, coloco de nuevo el galón de leche dentro de la nevera, la cerró y se acerco a la mesa donde se sentó a descansar por la larga caminata. Cuando termino dejo el vaso cerca de los demás trastes sucios, los que se usaron en el desayuno, de tres solo uno tenia comida intacta sobre el, se concentro en ese, se lo preparo ella, el no quiso y lo rechazo. Se sentía como un verdadero malagradecido y sintió pena por haber rechazado la comida que ella preparo…
- Ya no se puede hacer nada…- giro su cuerpo hacia el pasillo, iría a dormir, pero se helo antes de llegar a salir cuando escucho la puerta abrir y cerrarse seguida por la voz femenina.
- Llegue.- se anuncio como acostumbraba hacerlo, solo que esta vez no lo grito con ánimos como solía hacerlo, su día no había sido del todo muy bueno… se sentó en el suelo para quitarse los zapatos y dejo estos en la entrada como se acostumbraba hacerlo.
Inuyasha se quedo estático sin saber que hacer, miles de pensamientos llegaron a su mente de inmediato, realmente no se acostumbraba, pero pudo notar por el tono de su voz que no tuvo un muy buen día, maldijo¿Desde cuando se daba cuenta de tales cosas? Ah, seguramente era por la voz tan chillona que tenia y…
- Konnichi wa… Inuyasha.- lo saludo ella dejando al lado de la mesa su mochila, le sonrió y este la miro.
- Hola.- respondió simplemente, observándola aun sin moverse. – Lamento haber rechazado tu comida.- agrego y cerro ambos puños siéndole difícil tener que disculparse, pero presentía que no fue muy amable.
- No te preocupes.- ella sonrió sin mirarlo, echando a la basura el resto de la comida, al menos se disculpo… significaba que tenia buenos modales. – ¿Cómo te fue…?- volteo aun con la sonrisa dibujada en su rostro, pero se borro cuando no vio a nadie más, solo ella. ¿Cómo no se dio cuenta de que se había ido? Suspiro y continuó su rutina…
Subió con rapidez las escaleras, solo se disculpo y se fue, repito: No se acostumbraba a aquello. Suspiro acercándose a la puerta de su habitación, la abrió, entro y cerró. Se acerco a su cama y se acostó en ella, planeando no salir por un buen tiempo…
En la noche casi llegando las doce, estaba ella en la sala con el libro de matemáticas sobre la mesa, al igual que su libreta con un lápiz en manos y una goma al lado. Sus ojos les pesaban, tenia puesto sus lentes, el pelo suelto y vestida con un simple pijama, perdía la concentración mientras luchaba con el sueño… pero tenia que terminar la tarea, mas bien quería terminarla… pues mañana de seguro la olvidaría, lentamente su cabeza cayo sobre el su libreta, que estaba sobre el libro… y cayo dormirla allí, sobre sus brazos, cruzados…
Inuyasha bajo las escaleras pensando que tal vez ella no estaría allí, tenia hambre y no había bajado a comer en ningún momento como lo había planeado. Llego a la cocina y camino a la nevera, pero antes de abrirla una nota pegada a la nevera llamo su atención, que tenia su nombre en ella… estaba dirigida a el… tomo el papel color rosado y leyó las letras…
"Querido Inuyasha, te deje comida en el microonda. Pensé que tendrías hambre luego y te deje algo de comida, espero que no sea poco. Disfrútalo, atte.: Kagome"
Bajo su brazo, pensando en el rostro de ella¿tantas molestias se tomaba por el? Fijo su rostro en el pequeño microonda dentro del cajón abierto, lo abrió sin poder evitar abrir sus ojos de la impresión, había mas que suficiente para el… ¡esta vez no eran cinco onigiris! Cerró la puerta del aparato y lo hizo funcionar. Cuando termino de calentar los onigiris, tomo el plato de donde se llevo una bola de arroz a la boca… camino a la sala para sentarse y ver algo de televisión en lo que se terminaba su comida, pero para su sorpresa una silueta dormía en la mesa que estaba rodeada por varios sofás. Por un momento se quedo estático, pensando que estaba despierta, pero no… ella se mantuvo en su posición, respirando serena… se acerco mirándola de reojo.
- ¿Qué hace aquí?- se pregunto sin desquitar su mirada de ella, tan serena… sonrió y fijo sus ojos en el libro que reconoció de inmediato. – Matemáticas.- dijo sonriendo aun mas, esta era su clase favorita y la mas fácil… pero al parecer a ella le daba un poco mas de trabajo.
Decidió irse a su habitación, pero antes tomo una de las cobijas que casi ni usaba de su cuarto, bajo a la sala, la coloco sobre un sofá pequeño y dejo sobre la mesa el plato aun con onigiris. Se acerco a ella, la tomo delicada y cuidadosamente en sus brazos y la llevo al sofá más grande donde la dejo. Luego tomo la cobija y la cubrió con esta, a lo que ella de inmediato se acurruco en ella. Sonrió satisfecho, se sentó frente a la mesa y hojeo el libro, comiendo los onigiris…
- Konban wa… Kagome- murmuro…
Continuara...
xD Gracias x sus comentarios... la amistad es dificil de ganarse. No puedes llamar a alguien un amigo, asi porque si... hae que conocerlo primero nxnU xD Y bueno... ya para la proxima si habra mas acercamientos entre otras cosas, para este cap. escribi con la Inspi oxo Wi! xD Pero weno espero sus comentarios... y que sea tambien de su agrado, bye...
