Misao, una chica en apuros.
Acto 10
"El día después"
Misao despertó. Por lo visto se había quedado dormida viendo televisión, en el sofá. Abrió un ojo y sintió una suave caricia en el cabello.
Aoshi le sonreía desde su altura. De alguna manera se había acomodado bajo ella y le prestaba sus larguísimas piernas como almohada.
La joven, adormilada, no se acordaba de que horas antes se había revelado su identidad ante Aoshi. Se levantó de un salto y se llevó la mano a la visera de la gorra que no estaba en su sitio. Miró a Aoshi con preocupación y este se limitó a sonreírle y guiñarle un ojo. Entonces la tomó de una mano y la sentó junto a él.
- ¿ Te sientes bien ?... – le preguntó algo ronco. Tanto gritar en las horas anteriores le desgastó la garganta.
- Si… gracias… estoo… - Aoshi sonrió al notar que Misao estaba bastante confundida. - ¿Mi hermano ? -
- Él está arriba, terminando de ordenar la habitación. Y sacando tus cosas. -
Misao terminó de incorporarse.
- ¿Sigue enfadado, verdad? – Misao pensó que Aoshi queria echarla.
- No es eso, Misao, pero… eres una joven y necesitas tener tu propia habitación. Eres una más de esta familia, no una simple huésped. Mira… sobre… - a Aoshi le estaba costando hablar, pero reunió valor para empezar a disculparse.- … sobre eso de que yo te mantenía acá por ser un encargo de mi hermano… al principio fue asi. Pero después a ti y a tu hermano les tomé afecto… No quiero que se vayan… lamento todo lo que te dije antes. Estaba… estaba muy furioso por un par de cosas que me sucedieron en el trabajo y… bueno, me desquité contigo. Misao, estoy muy avergonzado. Realmente.-
Aoshi bajó la cabeza y apoyó las manos sobre sus piernas. Misao notó que estaba ruborizado, que su arrepentimiento era sincero.
Tenshi, apoyado contra la pared miraba la escena y le guiñó un ojo a Misao.
- Por favor… perdóname. Aunque no cambie nada de lo que he hecho, al menos puede ayudarnos a comenzar de nuevo… -
Misao dirigió su vista hacia el hombre de carne y hueso que tenía junto a ella, asombrada. Conocía a pocas personas capaces de pedir perdón mirando de frente, como ahora Aoshi lo hacía.
Tomó las manos varoniles y le sonrió.
- ¿ Te gusto?-
La pregunta tomó desprevenido a Aoshi. Y sin duda era mucho mejor ahora que la formulaba Misao vestida y siendo una mujer.
- Me gustas mucho. – reconoció el hombre.
Misao entonces le soltó las manos y se levantó.
- Vamos a preparar algo de comer… ¡ me muero de hambre ! Me parece una buena forma de empezar. -
Aoshi la observó alejarse y comprendió que estaba perdonado. Se levantó y fue a reunirse con ella a la cocina.
Kenshin terminaba de preparar la cama de Misao, lo que no era fácil por contar solo con un brazo sano. En cuanto a Misao, la extrañaría ahora que no estarían en la misma habitación, pero ella se mudaba al frente de su puerta, lo que no era tan malo, ni tan lejos.
Tenshi apareció.
- Hola, amigo. – saludó el fantasma.
- ¿Cómo van? – preguntó el pelirrojo.
- Todo marcha ahora sobre ruedas. Están en la cocina. -
Kenshin acomodó el cojín para su hermana, recordando la larga conversación que había tenido con Aoshi momentos atrás sobre Misao y todas las mentiras que inventaron con su hermana para justificar la presencia de Misato. Aoshi si bien se había mostrado muy enfadado con el asunto, al final tuvo que resignarse a que dos chicos lo habían engañado y de un modo bastante tonto. Aunque quizá la falta de atención de Aoshi estaba justificada por el duro golpe de perder a su hermano Tenshi y de pronto tener a su padre y hermana lejos de él. Aparte de las reacciones que le causaba Misato, que eran bastante intensas… en fin, que Kenshin terminó de arreglar la cama y pensó en bajar para comer algo. Tantas emociones en el mismo día le causaban hambre.
Porque esa tarde, en la residencia Kamiya, Misao había revelado su secreto. Y contra todo lo que esperaba, nadie se enojó.
Incluso, la señora madre de Aoshi le dijo:
- Ahora entiendo esa manía tuya de vestir de hombre, niña.-
Y es que bien dicen que más sabe el diablo por viejo que por diablo. La madre de Aoshi y la señora Saori no fueron engañadas por el disfraz de Misao aunque si logró engañar al resto de la comunidad. Pero ellas nada habían comentado, porque supusieron que era una excentricidad de ella.
Kaoru en cambio, pasó del enamoramiento a un estado de admiración a Misao por ser tan interesante como persona.
Lo que Misao no contó a nadie fue sobre su alter ego: Misato.
- Estoy seguro de que ahora que las cosas se han aclarado, Misao descubrirá lo gentil que puede llegar a ser mi hermano.- dijo Tenshi, bastante contento. Por fin las cosas estaban en orden, con un retraso de dos meses, pero algo era algo.
El pelirrojo pensó un poco, rascándose la cabeza, antes de añadir:
- Misao a veces tiene un carácter difícil… y Aoshi es muy autoritario… ¿ eso es bueno? –
- No tiene importancia, Kenshin. Estoy seguro de que ahora se llevarán estupendamente. No creo que tengan problemas desde ahora.-
Kenshin sonrió.
- Eso espero. Misao a veces puede ser muy madura y otras… -
- Eres tú el que no conoce a mi hermano. Es un hombre calmo, muy serio… se llevarán bien. – dijo el fantasma muy convencido y de brazos cruzados.
Kenshin estaba pensando en esas cosas cuando Aoshi entró a la habitación con Misao del brazo. Y una bandeja de pequeños panes con rellenos deliciosos. Una tetera y tazas. A Kenshin se le hizo agua la boca y pensó en lo sabroso de los bocados. Pero Misao venía refunfuñando…
- Es temprano… además, dormí un poco en el sofá... No tengo sueño… -
- No me importa. Tú te acuestas ahora en esa cama y de ahí no te levantas hasta que salga el sol por la mañana. – dijo Aoshi.
- No soy una niña para que me diga qué hacer… tengo dieciocho años… -
-Tendrás dieciocho años, pero necesitas descansar. Asi que acuéstate y fin de la discusión. -
- Pero no quiero dormir aún… -
-Misao, acuéstate ya… Kenshin, dile a tu hermana que me haga caso de una condenada vez antes que yo mismo la desvista y la meta en esa cama. –
Ante la última frase de Aoshi y lo que implicaba dándole una interpretación menos inocente, la habitación quedó en silencio.
Y luego, una sonora carcajada. Reían los hermanos solo como los Makimashi podían hacerlo. Intensamente, a todo pulmón.
Aoshi se quedó de pie, sin saber como reaccionar. Finalmente alzó lo que le quedaba de voz.
- O te acuestas o le doy esta comida al perro de la calle.-
Enseguida, hasta Kenshin estaba metido en la cama con zapatos y todo… y pensando en lo mismo que Tenshi…
¿ Realmente todo saldría bien?
Porque aun había muchas cosas que Aoshi no conocía de Misao.
Y lo peor es que Tenshi menos.
Aoshi antes de acostarse a dormir, tuvo que recoger los restos del espejo que estaban en el suelo. La tela negra que antes lo cubría estaba rasgada y el hombre, tratando de no mirarse demasiado en los fragmentos, los metió en una bolsa y de ahí lo dejó en un tarro para la basura, afuera de la casa.
No se explicaba cómo se había caído ese espejo. Llevaba veinte años fijo en el mismo sitio… quizá la tela negra que él le había colocado era demasiado pesada y había gastado el conector entre espejo y pared.
A pesar de no tener demasiado sueño, Aoshi se puso el pijama y se metió en la cama, aspirando un suave y peculiar aroma… entonces recordó que Misao había estado recostada allí unos minutos después de caer por la escalera…
Tonto, tonto, tonto.
Para Aoshi no era fácil el admitir que si hubiera puesto más atención en Misao, hubiera descubierto enseguida que era una mujer. Aunque tampoco había que ser demasiado inteligente para darse cuenta de lo que había sucedido en realidad: Al llegar Misao, Aoshi no le prestó atención. Y después, al empezar a "enamorarse" de su chofer, Aoshi se reprimía mucho al mirarlo… por eso no notó un par de cosas que ahora para él eran evidentes.
Pero a pesar de ello y pensándolo mejor, Misao no era una chica convencional después de todo. De pronto Aoshi estaba intrigado y ansioso de conocer a la verdadera Misao. ¿Era ella la hermosa mujer que lo había obsesionado como Misato o era en el fondo una marimacho? Después de todo, al recordar cómo la había visto bebiendo con Kenshin un par de noches atrás… ni él en sus noches de juerga juveniles había bebido tanta cerveza en tan poco tiempo.
O la ocasión en que se había trenzado a golpes con unos tipos, defendiendo a su hermano. Aoshi recordó la impresión que le había causado ver las fuerzas y destrezas de su chofer a pesar de ser más pequeño que él en estatura y peso… ¡ a pesar de ser una mujer!... y ni hablar de los pocos golpes que le había logrado dar hacía unas horas… eran bastante potentes. Y eso no se aprendía de los libros, sino en la calle…
O sea que además, Misao había sido o era bastante peleadora o callejera.
De pronto Aoshi deseó conocer más de Misao y cada recuerdo de ella como chofer le habría más y más ventanas en una mente que se llenaba de preguntas. Aunque hasta el momento, ganaba más su visión de una Misao marimacho que una Misao femenina. Después de todo, las niñas femeninas no saben todo lo que hay que saber para arreglar un auto a la perfección… ¿ o si?
Para Aoshi era ahora muy importante saber qué tipo de mujer era Misao. Porque realmente él la consideraba muy seriamente en su futuro. Sin embargo, sin importar lo que sucediera después o lo que descubriera de esa chica que no fue más a la escuela debido a una amnesia parcial, había algo que ninguna verdad que conociera en lo sucesivo cambiaría.
Lo estupendamente bien que besaba Misao.
Por ahora, él colaboraría en que Misao se convirtiera en una mujer hecha y derecha, como debía de ser. Nada de andar por ahí paseándose vestida de chico. Nada de andar bebiendo ni andar golpeando al prójimo. Lo mejor sería que Misao terminara su educación... vería el modo de lograr que Misao nivelara sus estudios y luego…
Un momento.
- Estoy pensando demasiado y muy rápido. Como si Misao se fuera a quedar toda la vida aquí. Y solo son cuatro meses más… - dijo Aoshi ensimismado. Reflexionó un momento y agregó. – Pero tal vez, ella pudiera quedarse más tiempo… -
El hombre se terminó de acomodar bien para dormir y siguió en sus pensamientos, relajado ya. Cerró los ojos y musitó durmiéndose:
- Quizá ella pudiera quedarse toda la vida conmigo… -
Misao miraba fastidiada por la ventana.
La casa brillaba como un espejo, su habitación también… y ella, a media mañana estaba total y absolutamente…
Frustrada.
Kenshin estaba en cambio, disfrutando de sus vacaciones de invierno, en casa de la niña Kamiya, jugando video juegos. Pero Misao estaba que reventaba contra el cretino ese en el que posó sus ojos verdes.
Claro, porque en la mañana ella se levantó para llevarlo al trabajo como cada mañana, solo que Aoshi le prohibió volver a subir a su auto.
-Descansa hoy, Misao. Después de los golpes de ayer tu cuerpo necesita reposar. -
Misao había intentado replicar, pero él la besó, acallando cualquier protesta.
En seguida Aoshi subió a su auto y le dijo:
- Buscaré un nuevo chofer. -
Lo que desde luego, le cayó bastante mal a Misao. Ella necesitaba trabajar, sentir que se ganaba su dinero, que no era una mantenida por caridad. Si bien trató de calmarse diciéndose que Aoshi lo hacía por su bien para que descansara de la paliza del día anterior, empezaba a sentirse realmente enferma en la cama. Ella era una mujer de acción y si bien le gustaba a veces ovillar en su cama y no levantarse, en este día en especial ella quería sentirse útil.
Estaba aburriéndose de pensar. Lo mejor que podía hacer era buscar empleo. Pero tenía un problema serio… no tenía estudios. Claro, no había terminado su educación y no tenía para cuando hacerlo. De pronto se sintió mal y hasta inútil… ella era incapaz de darle orgullo a alguien.
La madre de Aoshi entró.
- Querida… necesito salir un momento. ¿ Puedes acompañarme? Desearía que condujeses el auto.-
Misao enseguida se puso al servicio de la mujer. Además, ella era tan cariñosa después de todo…
-Me cambio de ropa, señora, y la acompaño.- dijo Misao. Pero Setsuna hizo un ademán de que se quedara en su sitio.
- Misao, no es necesario que te cambies de atuendo… no me molesta que vayas asi como estás ahora. Aunque podrías arreglarte el cabello… es tan largo y hermoso. No le veo caso a que lo ocultes.-
Misao sonrió y luego de acomodarse el cabello como le sugirió la señora Setsuna subió al auto. Esa tarde irían a reunirse con algunas amigas de la señora.
Kaoru estaba vestida muy ligera de ropa. A pesar de que afuera había nieve y hacía un frío que hasta al más recio de los hombres calaría, ella estaba en polera y pantalones cortos.
Y el cabello tomado en una coleta alta.
Kenshin la observaba bailar sobre la alfombra blanca con dibujos de flechas y círculos. Kaoru, atenta, seguía las indicaciones de la pantalla del televisor al ritmo de la música y ganaba muchos puntos adicionales. Sus piernas apenas se veían de tan rápido que los movía. Yahiko, su primo, bailaba al lado de ella en otra alfombra, pero Kaoru le iba ganando en la competencia, aunque por muy poco.
- JAJAJAJAJA, SOY LA MEJOR…- vociferaba Kaoru con emoción al comprobar que una vez más le ganaba a Yahiko.
- Ganaste porque eres una bruja… ajajaja, y además fea.- le dijo el joven.
En ese momento entró Tomoe.
Kaoru, hija, con tu padre tenemos que salir. Si quieres puedes ir a quedarte esta noche donde Kenshin. La señora Setsuna ha dicho que no tiene inconvenientes.-
¡Genial¿Oíste, Kenshin? Podremos comer pizza y ver videos… o bailar en la alfombra… ¿Mamá, puedo llevar mi alfombra de baile… di que si, por favor, por favor, por favor?-
Tomoe no vio problema en negarle eso a Kaoru.
Arréglate mientras, hijita. Saldremos en media hora con tu padre.-
Yahiko empezó a recoger la alfombra de baile.
Tía, yo puedo acompañar a Kaoru y a Kenshin hasta la casa. Asi que si quiere irse enseguida, yo me hago cargo.-
Mejor asi, porque Kaoru tendría más tiempo de guardar sus cosas.-
Los padres de Kaoru estaban invitados a una fiesta en la casa de uno de los hermanos de Tomoe. Y quizá se quedaban un día más allí. El caso es que Kaoru no tenía muchas ganas de ver a sus primas que siempre la hacían sentir como el patito feo, porque ellas habían heredado la impresionante belleza de la familia de su madre y ella en cambio, la belleza discreta de la familia de Kojiro. Eso sin contar que le decían que era un marimacho.
Y en la última reunión familiar, Kaoru se había trenzado a golpes con una de las primas fastidiosas. Asi que si ella no quería ir, lo mejor era no presionarla.
El problema había sido encontrarle un lugar de estadía a Kaoru y la noche anterior, mientras Aoshi y Misao trataban de asesinarse mutuamente, la señora Setsuna había ofrecido su casa para la pequeña después del te y una buena conversación sobre temas diversos.
Kenshin y Kaoru salieron a la calle nevada mientras Tomoe cerraba la puerta de entrada con llave. En el auto, Kojiro era ayudado a acomodarse por Yahiko y la hermanita de Kaoru estaba instalada en el asiento trasero. Cuando todo estuvo listo, Tomoe partió en dirección opuesta a la casa Shinomori.
Kaoru iba con su bolsa y Yahiko portaba la alfombra de baile, conversando con Kenshin sobre las vacaciones y las tareas que le habían dejado para ese periodo.
Unas chicas en la calle, compañeras de escuela de Kaoru jugaban con una pelota, que fue a dar cerca de Kenshin. El joven se adelantó para recogerla y se agachó para hacerlo.
Y sintió como la parte trasera de sus pantalones se dividía haciendo ruido.
Claro, la tela no podía con la presión de su gordo trasero.
Kenshin se levantó ruborizado. Kaoru y Yahiko sólo lo miraban sin decir palabras. Pero las jóvenes no se quedaron calladas.
Jajajajajaja… se te rajó el pantalón porque estás muy gordo… -
Tu amigo parece una bola con el cabello rojo, Kaoru. ¡Hey, así nunca conseguirás novia. A las chicas no les gusta la grasa! -
Kenshin miraba compungido el suelo con la pelota en la mano. Kaoru se la arrebató y la lanzó con violencia a sus compañeras.
¡Cállense, cuarteto de idiotas! Con que sigan molestando a mi amigo les daré yo misma un puño a cada una.- Y para realzar su amenaza, Kaoru levantaba su mano antes las muchachas. – Vámonos, Kenshin.-
El pelirrojo siguió a Kaoru, sintiendo a sus espaldas la risa de las chicas que reanudaban su juego. Yahiko iba tras Kenshin, para que no se viera la rasgadura de su pantalón.
Huuuuuuuuuy, miren como defiende a su novio la señorita Machito. Son tal para cual. Una chica que parece niño y un chico que parece bola y que además tiene la cara marcada. Se complementan bastante bien.- dijo una voz sarcástica.
Kenshin solo deseó estar pronto en su casa.
Yahiko se despidió de su prima y su amigo y se retiró. Kenshin notó que estaba solo con Kaoru, quien estaba mascullando algo.
Son una tropa de antipáticas e imbéciles… no saben nada de ti.- decía la niña. Después de mirar la casa, agregó: -Oye, Kenshin ¿dónde voy a dormir yo?-
Hum… no lo sé… ayer Aoshi le dio la pieza en que ibas a dormir a Misao. Pero podrías dormir en la habitación conmigo. Hay dos camas. También hay un televisor… - dijo el chico dubitativo.
Esa idea es estupenda, Kenshin. Así podemos jugar toda la noche con la alfombra, comer pizza, ver películas. ¡Esta noche será nuestra noche!-
Kaoru aún en su entusiasmo, notó la expresión de Kenshin. Su amigo estaba triste por algo. Ella se le acercó.
¿ Te molesta lo que han dicho esas tontas? No debería. -
Es que… - Kenshin no sabía cómo preguntarle a su amiga lo que lo inquietaba.- … quizá tengan razón. En la escuela solo tú eres amiga mía. En mi clase ninguna chica me dirige la palabra. Tal vez en verdad a mi no… -
Cállate, Kenshin, no digas esas tonterías. Tú eres demasiada cosa para esas tontas que solo ven la parte externa. Si yo fuera más grande, sería tu novia. Eso te lo aseguro, porque eres demasiado buen amigo, contigo me divierto, eres lindo a pesar de esa marca en tu cara… lo eres para mí, que me defendiste. Yo tampoco soy del agrado de los chicos y tú, además de mis primos, has sido el único que me ha defendido. Y en dos ocasiones.- dijo la chica intentando animar a su amigo y lográndolo. El pelirrojo sonrió.
Mejor voy a cambiarme de pantalones. Dejaré tu bolsa en mi habitación mientras llega el señor Aoshi. – Kenshin se encaminó a la escalera y vio a Tenshi sonriéndole en la puerta de su habitación.
Tenshi miró hacia Kaoru, la chica de doce años y luego a Kenshin, alzando una ceja. (Desde luego que había oído todo.) Y de pronto se le ocurrió que por ahí iba a tener una buena historia que contar arriba en el cielo.
Aoshi no vio problema en que Kaoru se quedara en la habitación de Kenshin. Más al ver lo divertidos que estaban jugando con una extraña alfombra.
Después de todo, son sólo niños… - pensó el hombre antes de ir a la cocina en busca de comida.
Durante el día había extrañado a Misao en su auto… sin duda la prefería a ella mil veces como chofer. Aunque Aoshi conducía muy bien también, en el fondo le molestaba el tráfico de la ciudad y Misao para eso era bastante paciente.
De pronto pensó en que él trataba de "niño" a Kenshin que era tres años menor que su hermana… eso ponía a Misao en la categoría de niña también… por lo menos, para tener una relación seria y formal con ella. Le llevaba como diez años. Aoshi llamó a su madre al celular.
Hola hijo. Si, Misao está conmigo, vamos camino a casa, estamos por llegar.-
Bueno, Misao venía en camino. Podría hablar con ella… podría salir con ella y hablar. Podría salir, invitarla a bailar y luego a hablar.
Si, ese panorama le gustaba más.
Hizo algunas llamadas ciertos restoranes y luego fue a vestirse para la ocasión. Impaciente esperaba a que llegara Misao.
Al dar las siete, escuchó el automóvil de su madre aparcar en el garaje. Luego la señora Setsuna y Misao entraban por la cocina. Y ambas se quedaron boquiabiertas al contemplar a Aoshi vestido de negro, pero impecable y tan guapo que Misao pensó que era un pecado que un solo hombre tuviera tanto atractivo.
Hijo… qué guapo estás. ¿Vas a salir?- dijo Setsuna con los ojos brillantes. Su hijo resplandecía y ella intuía la causa.
Si. Voy a salir. Misao… vamos a comer.- dijo.
A Misao la tomó desprevenida totalmente. Miró a Aoshi nuevamente y se miró sus ropas, su abrigo gastado y sus botas.
¿Pretende que yo salga así¿Con usted?... ¿A dónde vamos? – Misao no podía creer que él la llevara a comer sin tener la cortesía de preguntarle primero.
Si quieres te arreglas aunque mal no te ves. Y sí, saldrás conmigo. Y vamos a comer algo, luego a bailar y después volveremos a casa. – dijo Aoshi. Luego, sin detenerse a perder el tiempo, agregó: - Tenemos reservación a las ocho, asi que tienes media hora para arreglarte. Yo ayudo a mi madre con las bolsas ¡Pero muévete!-
Misao se quedó un momento como pegada en el suelo. No podía creer que Aoshi… que Aoshi fuera tan autoritario. Aunque a decir verdad, se moría de hambre y quizá por esta vez no fuera tan malo. Corrió a su habitación.
Setsuna se volvió para mirar de frente a su hijo.
¿Qué te traes con Misao? Hace tiempo que te noto extraño.-
Aoshi recordó una frase que le repitiera su padre hasta el cansancio: "Si no puedes contarle lo que haces a tus padres, es que estás haciendo algo malo."
Misao me gusta, madre. Y pienso conocerla más. Eso es todo. -
La madre levantó una ceja. Suspiró y no dijo nada. Aoshi ya estaba grande para tomar sus decisiones.
Si necesitas consejo, ya sabes que me tienes, hijo. Y ahora ayúdame a bajar unas bolsas del auto, ya que mandaste a Misao a cambiarse ropa.-
Minutos después salió Misao vestida para la ocasión con ropa limpia y formal. No era ropa muy nueva, pero se veía bien y la abrigaba, que era lo que importaba. Pasó a despedirse de su hermano y a saludar a Kaoru antes de salir. Y después se fue con Aoshi.
La señora Setsuna dormía cuando dieron las doce de la noche. Pero Kenshin y Kaoru, en la cocina, se preparaban unos refrigerios antes de volver a su noche ideal de juegos. Para darle emoción al asunto, lo hacían a oscuras, ayudados con la luz de unas linternas.
Calentaron pizza en el microondas y mientras Kaoru preparaba el postre, Kenshin se ocupaba de las bebidas y el termo con te caliente. Enseguida regresaron a la habitación. Ambos vestían sus pijamas para la ocasión: Kenshin uno de algodón azul y Kaoru uno amarillo, con el mismo modelo que el de Kenshin y con un estampado de zanahorias. Y sus pantuflas de conejo.
Subieron la escalera con sigilo y se encerraron nuevamente en el cuarto.
Kenshin puso una película en el reproductor de video. Pensó en comer… pero luego pensó en que estaba gordo. Asi que cuando Kaoru empezaba su tercer trozo de pizza mientras Michael Jordan en Space Jam intentaba entrenar al equipo del conejo Bugs, Kenshin ni siquiera había tocado la suya.
A ella no le gustaba que su amigo lo pasara mal. Asi que apartó su platito y le puso pause al video.
Oye Kenshin, dime… ¿de verdad te molestó lo de la tarde?-
Kenshin solo ocultó sus bellos ojos violeta con su fleco.
¿Sabes? Esa alfombra de baile es muy divertida y uno se cansa mucho jugando en ella. Estoy segura que te ayudaría si quieres bajar de peso… si la quieres, te la presto. -
El pelirrojo miró a Kaoru y sonrió. Era una niña maravillosa.
Gracias, Kaoru, eres la mejor.-
Ajá, lo sé, lo sé… y ahora, a comer pizza y a terminar esta película que está muy buena…-
Los chicos se acabaron la pizza, los jugos y algo de te. A las tres de la mañana les dio sueño asi que decidieron acostarse de una vez, después de jugar videojuegos un rato luego de la película.
Kaoru fue a meterse en su cama cuando vio algo que la espantó.
El termo con te estaba sobre su cama donde estaba la bandeja, dado vuelta.
Claro, mientras jugaban, se volcó sin que lo notaran. Y ahora sus sábanas y frazadas estaban mojadas.
Ay, no… ¿ qué hago ahora?... si duermo en la pieza de Misao? – preguntó Kaoru.
Hum… Misao dijo que volvería… y la señora Setsuna dijo que las demás habitaciones no puedo tocarlas porque una es de Tenshi y la otra es de una hija de ella.- respondió Kenshin. Después agregó: - Puedo hacerme una cama en el piso y tú duermes en la mía.-
O, no, de ninguna manera, Ken. Tú brazo aún está lastimado. Yo dormiré en el suelo.-
Olvídalo, Kaoru. Tú eres la invitada. Dormirás en mi cama y fin de la discusión.-
Pues en ese caso durmamos los dos en tu cama y asunto arreglado.- dijo Kaoru sencillamente.
Kenshin la miró de reojo.
¿No te molesta dormir conmigo?- Kenshin estaba extrañado.
No. ¿Por qué? Podemos contarnos historias de terror bajo las frazadas. – dijo la niña animosa. Kaoru no le veía problema, asi que Kenshin aceptó la idea y después de meter la ropa de cama de Kaoru en la lavadora, los chicos apagaron la luz de la pieza y se acostaron.
Se cubrieron hasta la cabeza y se sentaron en la cama, con una linterna encendida.
A las cuatro de la mañana, Kaoru tenía los pelitos de la nuca tan erizados por el miedo que le daban las historias de Kenshin que decidieron dormir de una buena vez. Porque debían aprovechar bien el día siguiente. Se divertirían mucho. Asi que se tendieron uno al lado del otro.
Fue rato después, cuando Kaoru dormía profundamente, que se acurrucó contra el cuerpo de Kenshin buscando más calor. Kenshin, que estaba acostado de espalda despertó un momento y después de pensarlo, pasó su brazo sano bajo el cuello de Kaoru. Y ella inconsciente aceptó la invitación de acercarse más.
Quizá no sea una chica del gusto de los demás, pero si del mío- pensó Kenshin antes de quedarse dormido.
Fin acto 10
Notas de autora.
Creo que hasta ahora, jamás me había costado tanto sacar un capítulo.
Bueno, ustedes juzgarán si valió la pena la espera de casi cinco meses más o menos. Pero al menos recuerden que jamás dejaré una historia inconclusa, salvo que me muera.
Tengo por ahí mi nueva historia de "La Fiera" a la que le estoy poniendo todas mis ganas y en la que espero su apoyo. Sobre ésta historia, lo que pasará en la velada entre Aoshi y Misao es algo que se verá en el próximo episodio. Después de todo… hasta que Kenshin y Kaoru se durmieron, ellos no habían llegado a la casa.
Escribí esa última escena entre Kenshin y Kaoru al recordar que cuando yo tenía 15 años, a veces dormía con mi primo de 12 y nos contábamos historias divertidas hasta muy tarde. Me imagino que por ahora Kaoru ve en Kenshin a su hermano y Kenshin, bueno, quizá vería a Kaoru como su hermana si no fuera porque el pobrecito está en una edad difícil y su cuerpo a veces le juega malas pasadas. Pero se portará bien.
Y sobre Misao y Aoshi… ahora empezarán sus quebraderos de cabeza. Jejejeje. Con todo, esta historia aun no tiene final hasta por lo menos dos capítulos más. Asi que paciencia.
Reviews
SadnessQueen: Sep, lo de Aoshi ha sido bastante fuerte, porque ha de ser terrible eso de descubrir de pronto que te atraen los de tu mismo sexo. Por lo demás, las mujeres ven como algo más natural ver a sus amigas con cariño y mucho afecto pero los pobres hombres se complican un poco más con esas cosas debido a la presion del medio y al tener que demostrar que son machitos. Sobre tu lectura de Actuación… jejejej, que maratón te has pegado. Muchas gracias por leer mis historias.
Un besito y nos vemos en la próxima actualización.
Naoko Lizi Kinomoto: Ajajaj, ya ves que actualicé finalmente
Kitiara: Ya ves, actualizado.
Yume Fujimi: Gracias por el ofrecimiento de ayuda para lo de Inuyasha. De momento, aun no me inspira mucho, pero la veo de vez en cuando. Y es que la edad me está empezando a jugar en contra, porque tengo otras obligaciones y los intereses con el tiempo cambian aunque uno diga que no le pasará. Pero tranquila, que lo de Kenshin no tiene para cuando acabar. No recuerdo bien, pero creo que Inuyasha tiene 31 tomos, asi que en España debe estar por finalizar la serie manga. Yo al menos sigo juntando la mía de Kenshin (28) y me faltan seis tomos para completarla (Hoy me compré el tomo 22¡qué emoción, hace medio año que no me compraba uno!) Un beso y nos vemos. Por cierto, estupendos los artistas españoles. Amaral y Alejandro Sanz me gustan bastante.
Kaoru- Sakura: Por ahora le di más énfasis a la historia de Kenshin mientras preparo los conflictos que ahora tendrá que asumir Misao y Aoshi. Gracias por tu apoyo.
Angel Némesis: Sobre lo de Misao, sep, tienes razón. Ella es demasiado suertuda pues ha conocido a dos Aoshis. Y yo tampoco he conocido a uno que tenga la decencia de babear por mi T.T en fin, que me estoy desviando del tema.
No creas que se ha perdido la emoción, porque aun hay cosas que no saben de Misao y que… bueno… le van a traer más de algún problemilla. Asi que habrá sangre y emoción. Sobre el capítulo 8, yo también me emocioné mucho escribiendo la escena del beso… yo creo que en el fondo me gusta eso de que a Aoshi le atraiga Misao en todas sus formas y personalidades y eso me hace bien feliz. Y sobre la serie que me comentas (Jóvenes Rebeldes) hace años atrás me la contó una amiga y bueno, he de reconocer que estas historias de jóvenes travestidas me gustan bastante. Más si el prota se enamora de ellas.
Un beso. Nos leemos.
Sumire-chan: Jajaja, se ha arreglado, aunque parte del problema. Y no, el fic tiene para largo todavía, asi que no os preocupeis. Sobre Aoshi, desde luego que me replanteé el asunto de la pelea, pero me pareció que así evidenciaba la violencia que el sentía en su interior en muchos sentidos, como una analogía de lo apasionado que puede llegar a ser. Porque si él ha sido asi con Misao es porque no le es para nada indiferente. Pero a partir de ahora no le tocará ni un pelo. Y Misao tuvo suerte de machucarse un poco. Quizá vaya al médico en el futuro debido a alguna molestia, pero nada más. Y Kenshin, bueno, está en un punto que decidirá su historia a futuro. Y de hecho, con la alfombra de baile he introducido la trama argumental de lo que sería la segunda parte de Misao, porque la primera, en que Misao es un chico ha terminado en el capítulo anterior y ahora viene otra que te gustará mucho. Kenshin no se teñirá el pelo, pero irá al nutricionista e intentará seguir una dieta y ejercicios. Un beso.
M.S. Aráis Sumeragi: Ajajajaja, la actitud del Aoshi (alias Sushi según otro de mis fics) no ha dejado indiferente a nadie. Pero les juro a todas que si Aoshi hubiera sabido que era una mujer no le habría dado tan duro. Nos leemos pronto. Un beso.
Catty- Ishida: Tengo internet al menos hasta diciembre, asi que mejor me apuro con los fics para terminar este a tiempo. Aoshi es bastante despistado... supongo que en realidad es el precio de tratar de hacerse el tonto con sus sentimientos. Si hubiera mirado a Misao con más atención en vez de reprimirse, la hubiera descubierto. Aunque pobrecito, tampoco era tan fácil tomando en cuenta su posición. Y Misao no se va... todavía.
Un abrazote.
Misao shinomori-12: Aajajajajaja¿Mikio? Prometo considerarlo... es que ahora con el problemita que le iba a meter a Misao y Aoshi, no sé si me de la cabeza (más que mal tengo tres historias más y después de actuación sin Libreto quedé con un trauma... con decirte que mezclaba personajes de un fic en otro sin darme cuenta en esa época) sobre la trama, ahora cambia, asi que por ese lado no te preocupes, que no se queda pegada.
Laila: Bueno, eso dicen, que el número de reviews da fe de lo buena que pueda ser una historia. Espero al menos juntar unos quince de este episodio... o.O Ya me estoy poniendo ambiciosa. Gracias por tus opiniones y sobre Aoshi... su inteligencia ha sido puesta en duda por varias lectoras más... algo tendré que hacer para redimirlo. Nos leemos. Un abrazo.
Makimashi Misao (F.D.S.S: Jajajaja, sorry por haber tardado tanto.
Shezaeineko: Harto tardó, realmente. 8 capítulos no es para menos. Ahora deseo actualizar más seguido, asi que espero me disculpes por el retraso. Saludos para ti y besos
Justary-san: Hola, Kawai deshi. Sobre el fic de Kenshin seguirá después de éste, no te preocupes. A eso ponle la firma. Aunque este va para largo todavía…
Cristal-Darling: Sep, a la pobre Kaoru no la tenía en mucha estima el Aoshi al imaginar que ella era poseedora de los afectos de Misao. En este episodio hubo pocos besos, pero es que esos los reservo para el próximo.
El problema de la censura en el animé radica en las diferencias culturales al pensar que TODOS los dibujos animados son para niños. Afortunadamente en Chile contamos con el canal Chilevisión, que transmite animación sin cortes cuando puede, las series completas y a buen horario.
Ania-san: Aoshi ya no puede perder el tiempo, menos después de sacar cuentas y ver que le quedan 4 meses con Misao.
Mari: Hola! Aoshi… ajajajajajaja… me he convertido en su abogada defensora, aunque realmente se pasó de menso. Pero yo lo quiero y lo justifico, pobre… tenía el medio problema, dudaba de él y encima descubre que es ultraceloso. Qué bueno que a ustedes no les estén censurando Inuyasha. Según entiendo, y visto, Colombia al menos ni Chile censuran las series que doblan. El problema es cuando los derechos los compran los tipos estadounidenses que, sin ánimo de ofender a nadie, son bastante cerrados de mente para la animación y le meten tijera. Pasó con Inuyasha y Pókemon incluso, Intertrack de México también es bueno con la tijera. Recordemos Sailor Moon o Dragon Ball. Incluso Ranma… bueno, en fin, un beso, amiga.
Mer1: ajajaja, después de tanto al fin se enteró.
Gaby hyatt: Poder de deducción nulo. Y eso que en estricto rigor, es diseñador… (tiene una empresa de publicidad)
Pau: esto de internet es bueno hasta que te crakean y meten virus. Pero bueno, hay que continuar… ajajaa. Besos. Cuidate mucho.
Maec recargada: bien… tendré que ver el modo de seguir con la intensidad en los episodios que siguen… gracias por lo de Inuyasha, ya tengo otros ofrecimientos, aunque por ahora cuento con el apoyo de mi hermano pequeño. Y en Chilevisión están dando Chi-chan… ajajaj, que divertido que es. Y Bubllegum crisis 2040… espero que las puedas ver porque está todo bastante bueno. Un beso.
Karura Himura: lo de la chaqueta de tu papá… bueno, te diré que yo también tengo dos del mío que terminó cediéndomelas. Y hace poco un amigo mio me regaló… ¡Su chaqueta sin mangas! Y que yo orgullosamente usaba para ir a mi trabajo. Guaus… el problema es que mi autoestima quedó menoscabada porque… buaaaa… te confesaré mi trauma… dos chicas de unos 18 años me confundieron con un chico y hasta me tiraron piropos… Diox… es terrible… a mi me gustan los hombres y ellos no me piropean… buaaaaaaa…. Bueno, me lo merezco por los problemas en los que metí a Aoshi, pero no es justo… en fin, que ahora estoy teniendo más cuidado con lo que uso. Mientras ahora no se me aparezca un tipo disfrazado de mujer por el motivo que sea… pero esto demuestra que la realidad supera a la ficción.
Seguiré actualizando Tsukio- Hen. Un beso, y nos leemos.
Mayo 7, 2005
