Catty dono… mi niña, felicidades en tu cumpleaños. Discúlpame por no haberte saludado ese día… para resarcirme, este episodio va dedicado con todo mi corazón para ti. (Aunque ahora que lo pienso debería dedicarte uno más feliz¿no?)
Misao, una Chica en Apuros
Acto 14
Preludio de una Separación.
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Misao advirtió por el rabillo del ojo, la silueta de Kenjiro asomándose por la puerta. Asi que no tuvo muchas alternativas de acción.
Lo único que se le ocurrió fue… desplomarse.
Y así lo hizo.
Aoshi se asustó bastante. De tener a una pequeña fierecilla apasionada entre sus brazos, ahora tenía un cuerpo inerte que no se golpeó en el piso porque él alcanzó a sostenerla. Pero cuando Kenjiro entró a la habitación para auxiliar a Misao, Aoshi de pronto entendió de qué iba la cosa.
Tomó a Misao "inconsciente" y la depositó sobre la cama, mientras su mente buscaba excusas.
-¿Pero qué le pasa a este chico, Aoshi¿Por qué se ha desplomado asi?-
-No lo sé, padre…. Espero que no sea nada grave. Hace días que Misao me decía que no se sentía bien.- respondió el hombre mientras cubría a Misao con unas mantas y le tocaba la frente.
A Kenjiro en tanto se le iluminaron los ojos.
-No se sentía bien y así y todo… este chico, Aoshi, me ha enfrentado… -
Aoshi miró desconcertado a su padre.
-Este chico, Aoshi, es todo un hombre. Es más macho que cualquiera. Jajaja… y eso que nadie lo pensaría al ver lo delgado que es, pero, es muy fuerte. Aún me duele la quijada con el golpe que me dio.-
Aoshi sonrió nervioso y le dirigió una mirada a Misao. Una mirada que su padre captó.
-Misao ha trabajado mucho últimamente. Entre sus labores en casa, en la escuela y como mi chofer, no ha tenido tiempo para descansar. Lo mejor es que le dejemos dormir. Estoy seguro de que se repondrá.-
-Si, sin duda es un chico fuerte. Ojalá ese maricueca de Kenshin fuera más cómo él.-
-Padre, no puedes juzgar tan a la ligera a Kenshin. Hay cosas de él que tú no sabes.
-Bah, hijo… sé lo suficiente. Sé que prefiere estar en la cocina que en el garaje con Misao. Y que se la pasa en casa de la niña Kamiya, seguro que jugando a las muñecas porque, si él hiciera algo más "movido" como jugar fútbol, te aseguro que no estaría así de gordo.-
Aoshi meditó en las palabras de Kenjiro. Era cierto…. Kenshin había aumentado su peso. Pero había algo que Kenshin había hecho y que le aseguraría el respeto de su padre.
-Padre, pregúntale a Kenshin cómo se hizo esa cicatriz en el rostro.-
-¿Por qué tendría yo que hacerlo?-
-Sólo hazlo.- dijo Aoshi con autoridad. Kenjiro asintió.
Kenjiro salió de la habitación de Misao y entró a la de Kenshin. Cuando Misao percibió que el hombre ya no estaba con ellos, abrió un ojo y luego el otro.
Aoshi estaba de espaldas a Misao. Pero percibió que ella ya estaba "consciente"
-Eres increíble, Misao.- musitó.
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Kenshin vio a Kenjiro entrar en el cuarto y se encogió instintivamente. No se veía muy digno en un rincón allí, apoyado en la pared. El padre de Aoshi lo miró con cierto desdén.
-Dime, chico. ¿Cómo te hiciste esa cicatriz?-
Kenshin sólo bajó la cabeza.
-Dime, Kenshin. ¿Cómo te la hiciste?-
-No me acuerdo.- dijo el pelinegro mirando hacia el lado. – y si me viene a insultar, le digo que yo me voy a devolver a mi casa y así quedamos los dos contentos.-
-Pues no sería mala idea que regresaras.- dijo Kenjiro.- A ver si así se endurece tu carácter.-
Después de eso el hombre salió del lugar. Y Tenshi, que aún seguía junto a Kenshin, lo miraba sorprendido.
-¿No hablarás en serio, verdad? Kenshin, tú no puedes… -
-Claro que puedo, Tenshi, y es la única solución. Misao por fin ha encontrado a un hombre bueno que la quiere y no puede estar libremente con él por procurarme este hogar a mí. Estoy seguro de que aunque Kenjiro supiera quien es ella, Aoshi de todas formas lucharía por su amor y quizá hasta podría llevársela con él. Pero como Misao me está protegiendo, una vez más se está equivocando de camino. Por eso, si me voy, si soy capaz de ser independiente, ella podrá estar tranquila.-
-Pero Kenshin… no pienses así. Aoshi también te quiere mucho. Además¿a dónde irías?-
-Regresaré a mi casa. Aún es mi casa después de todo.-
-Te recuerdo que la asistente social aún está tras de ti, Kenshin. Si te ve regresando solo, no tardará en meterte a un orfanato o centro de menores. Kenshin… allí nadie será amable contigo. Está bien, lo admito, mi padre es un soberano troglodita pero, mi madre, mi nana y mis hermanos te quieren mucho. Y además… debes reconocer que ya tienes algunos amigos en el barrio. Debes aprender que no puedes pasarte la vida huyendo sólo porque a una persona tú no le caes bien. Y además, si le dices a la niña Kamiya que te vas, le causarás una gran tristeza.-
-Kaoru.- musitó Kenshin.
-Al menos, por ella trata de quedarte. Kenshin, tú deberías haber notado que esa niña te cuenta todos su secretos sólo a ti. Casi no tiene amigas, sólo juega con los chicos y así y todo, es muy feliz. Nunca la he visto llorando. Y eso es porque te tiene a ti. Antes ella sufría mucho porque sentía que para ella no existían los amigos verdaderos, sólo los compañeros de juegos que no es lo mismo. Pero te conoció y te adora.-
Kenshin suspiró cansado.
-Tienes razón, Tenshi. Al menos debo tratar de soportar un poco más.-
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Ya había pasado un tiempo prudente, por lo que Aoshi acompañó a Kenshin al cirujano plástico. Éste examinó la piel de Kenshin y su cicatriz. Enseguida de tener los resultados, dio su diagnóstico.
-Miren, seré lo más sincero posible con ustedes… hay ciertos tipos de pieles que tienen una buena cicatrización y sobre las cuales se puede trabajar haciendo correcciones entre otras cosas. Pero hay otras pieles sobre las que no es posible hacer esos trabajos porque quedan con marcas permanentes. Tiene un problema de cicatrización y ese es el caso de Kenshin. Podemos intentar reconstruirte esa mejilla, pero te quedarán las marcas de las operaciones que por lo demás, deberán ser muchas a lo largo del tiempo. Aunque te pusiéramos un injerto de piel, se notaría el contorno. Lo que yo sugiero es un tratamiento para atenuar esa marca, en base a cremas y masajes y posiblemente una pequeña cirugía láser. Pero por lo demás, hasta ahí llega. Desde luego que puedes seguir consultando cirujanos, estás en todo tu derecho. Pero esta es la única solución que veo yo.-
En la sala de espera, no sólo Misao esperaba la salida de su hermano. También estaba Kaoru que después de todo se sentía en parte responsable por esa marca en el rostro hermoso de Kenshin.
El gordito salió cabizbajo con la carpeta de sus exámenes médicos en una mano y una receta médica. Aoshi tras él, con una mano en su hombro le daba apoyo moral.
-No te preocupes, Kenshin. Seguiremos consultando… por eso no te apures, sé que encontraremos una solución.-
Kenshin permanecía callado. Le daba mucha vergüenza la marca en su cara y por lo general la llevaba cubierta con una venda. Kaoru lo animó invitándole a jugar en su casa por la tarde. Misao lo abrazó y le decía que todo estaba bien y que era un precioso de todas maneras.
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Kenjiro estaba en su despacho cuando sintió llegar el auto de Aoshi. Se asomó a la ventana para mirarlos.
Setsuna salió a recibir al alborotado grupo. Misao se bajó primero del auto y le abrió la puerta a Aoshi y a los demás… pero, si le hubieran preguntado a Kenjiro, hubiera jurado que los ojos de su hijo brillaban al mirar al joven chofer.
Kenjiro se acomodó mejor las gafas que traía… seguro estaba viendo mal.
Desgraciadamente, Aoshi y los demás ya entraban a la casa con pasteles mientras Misao estacionaba el auto en el garaje.
La nana Saori enseguida se dispuso a poner sitios en la mesa para tomar el té con las golosinas y llamó al señor Kenjiro a comer. Éste se sentó a la cabecera de la mesa como siempre y más silencioso que de costumbre, comía su pastel mientras pensaba…
Había descuidado demasiado a su hijo.
No podía olvidar la cara que tenía Aoshi cuando le presentó a Misao por primera vez. Aunque en ese momento él no le había prestado mayor atención, ahora la cosa era diferente.
Aoshi se pasaba gran parte del día en compañía de Misao. Era su chofer y Aoshi se movilizaba bastante por la ciudad por cuestiones de trabajo. Pero en casa también pasaba gran parte de su día con él, conversando.
Reparando diversos artefactos…
Incluso en la habitación de Misao.
Y ahora, mientras comían, mientras Misao contaba chistes divertidos como siempre, haciendo gala de su increíble ingenio, Aoshi lo miraba con total atención.
Casi con amor.
¿Acaso podía ser que su hijo…?
Aoshi no miraba de la misma manera a Kenshin… ni a su madre ni a su hermana.
- Claro que era un imbécil, por eso le fue como le fue en el examen de esta semana.- dijo Misao contando una historia cuando Kenjiro comentó:
-Sin duda tienes razón, Misao. Es una gran verdad. Y ahora, dime, hijo… ¿ya tienes
novia?-
Fue un segundo… fue una fracción de segundo en que la mirada de Aoshi buscó el rostro de Misao antes de decir:
-No aún.-
Claro que no. Aun no le había pedido noviazgo a Misao. Se le había olvidado entre tanto juego infantil que se había armado. Pero lo haría el fin de semana sin falta, cuando se llevara a Misao de paseo al cementerio.
En eso, Setsuna algo dijo sobre una chica maravillosa que conocía y que esperaba que si se decidía a quedarse para siempre en esa casa, también quisiera casarse con su hijo.
Misao sonrió. El futuro estaba lleno de dulces promesas.
Y Kenjiro en cambio… tenía una terrible duda.
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Aoshi miraba impresionado la oferta que le hacían.
El señor Takeda, sentado frente a él, le miraba severamente.
-Esta es la suma que ofrezco si la campaña publicitaria que usted me proponga es de mi agrado. He venido hasta aquí recomendado por la señora de Ueda. He intentado en diversas empresas publicitarias y ya estoy hasta la coronilla de las ideas incompetentes que me han dado para ofrecer mi producto.
Escuche, Shinomori… si me preguntan, yo diría que usted es demasiado joven pero no tengo más alternativa que confiar en usted. Si su idea me agrada, firmaremos contrato. Si no, me buscaré a otro proveedor de este servicio. Necesito que me tenga una propuesta la próxima semana. Y ahora, si me disculpa soy un hombre ocupado, asi que he de retirarme. De todos modos, mi secretaria se pondrá en contacto con usted.-
El señor Takeda se retiró, dejando a Aoshi tras su escritorio, sumido en sus pensamientos.
Sin duda la cantidad de dinero era impresionante… con ese dinero él podría comprar cómodamente una casa para llevarse a Misao y a Kenshin con él. Y luego pedirle a ella matrimonio.
Si, la idea le gustaba.
Pero… revisando los documentos que le servirían de guía en su trabajo, Aoshi se dio cuenta de que no sería algo tan fácil como esperaba.
Aoshi en su empresa sin duda era el jefe. Tenía algunos creativos más jóvenes, pero las ideas principales las tenía él. Cuando la idea era aprobada, empezaban la producción en base a los croquis, estrategias y conceptos que Aoshi dejaba listos, para hacer comerciales de televisión, afiches para las calles o gigantografías, dependiendo de la estrategia de publicidad.
Aoshi enseguida citó a una reunión urgente de su personal.
-Escuchen bien… dentro de una semana es posible firmar un contrato millonario que será muy provechoso para nuestra empresa. No sólo por el dinero que podría entrar, si no por el prestigio y la consiguiente prosperidad que nos podría traer. Este proyecto es personal, pero si funciona nos beneficiaremos todos. Por lo tanto, delegaré en ustedes las demás campañas que estamos atendiendo para dedicarme exclusivamente a él.-
Aoshi empezó a delegar sus trabajos para tener tiempo de realizar ese encargo en especial. Sus diseñadores le ofrecieron todo su apoyo y prometieron dar lo mejor de si para sacar adelante los proyectos más pequeños que él les encomendaba.
El hombre del traje negro regresó a su despacho y se dedicó a trabajar. Esa tarde le informaría a Misao que lo del paseo tendrían que posponerlo. Ahora él tenía la posibilidad, más cercana que nunca, de hacer algo por la mujer que tanto quería y de paso, se independizaría del todo de sus padres.
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Aoshi trabajaba con ahínco. La nana Saori nunca antes lo había visto así, tan concentrado. Aoshi llegaba del trabajo y después de comer algo, entraba a su cuarto de trabajo y se dedicaba a bocetear.
Apenas hablaba con Misao, aunque ella entendía lo de su proyecto importante. Misao a veces se escabullía cuando era tarde por la noche y se iba a leer al cuarto de trabajo de Aoshi. Y aunque ella no le decía nada, él agradecía profundamente su compañía… además, él no le había querido adelantar el fin al que destinaría el dinero para darle una sorpresa si todo salía bien.
La mesa de trabajo de Aoshi estaba llena de croquis, lápices de colores y tazas de café. Sin duda una semana no era suficiente para entregar un trabajo de tal envergadura con la preparación necesaria que asegurara su éxito. Cuando le quedaban cuatro días, Aoshi decidió que perdía demasiado tiempo viajando a la oficina, asi que optó por estar en casa.
Al fin del quinto día, con un Aoshi casi histérico… las ideas empezaron a fluir adecuadamente. Tanto mantener su mente activa en el proyecto estaba rindiendo sus frutos.
Preparó unos esquemas, hizo variados bocetos de ideas… láminas hechas a mano con una técnica impecable y luego se preparó para la presentación de éstas. Colocó papel transparente sobre las hojas limpias para asegurar que el dibujo no fuera corrompido por factores externos y estaba acabando de acomodar el trabajo en su mesa cuando escuchó una musiquilla proveniente de algún lugar de la casa.
Ahora, debía pasar al limpio las ideas sobre la estrategia a seguir para pasarlas al computador y generar una presentación digital.
Estaba tan estresado que comenzó a sentir dolor de cabeza…
Y sentía que la musiquilla lo estaba empezando a molestar.
Minutos después decidió salir de su cuarto, enfurecido, para acabar con ese ruido molesto.
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-Vamos, Kenshin… siii, es genial. Seguro que así ganaremos la competencia-
Kaoru estaba emocionada. Había logrado convencer a Kenshin para ser su pareja en una competencia local de "Dance Dance Revolution" y se la pasaban practicando para concursar. Dentro de dos semanas sería la competencia y Misao observaba maravillada a su hermano pasar y pasar niveles casi sin errores. Si lo comparaba al nivel que le enseñó días después de Año Nuevo con el que tenía ahora, el cambio era muy notorio.
Setsuna también miraba al joven moverse al son de la música mientras con una sonrisa, seguía tejiendo. Kenjiro, a su lado leyendo el periódico, mascullaba algo de los juegos para chicas, siendo acallado de inmediato por su esposa y por la mirada asesina que le dirigía Misao. Kenshin lo trataba de ignorar, concentrándose en las cosas buenas que tenía como su amiga Kaoru y su hermana Misaom además de la presencia de su amigo Tenshi.
Misao, en su papel de líder de grupo había insistido en que lo primordial para la competencia era nivelar a Kenshin con Kaoru, por lo tanto, lo habían tenido ensayando todas las tardes después de la escuela. Y como Aoshi ya no iba a la oficina, Misao tenía más tiempo de observar los progresos de su hermano y corregirlo.
Generalmente ensayaban en casa de los Kamiya, pero ese día los padres de Kaoru tuvieron que salir y el señor Kenjiro no vio problema en que ensayaran en su casa. El hombre debía reconocer que, aunque no estaba del todo de acuerdo con la forma de ser de Kenshin, se sentía muy acompañado por él y por la chica Kaoru, asi como Misao. Después de todo, eran la herencia que les había dejado su hijo Tenshi¿no?
Además, la música que salía del juego era muy similar a la que le gustaba a su hijo cuando estaba con vida, por lo tanto, en ese día, Kenjiro observaba a los jóvenes jugar en su salón con un feliz dejo de nostalgia, dentro de todo.
-Kenshin… ahora pasaremos al nivel más explosivo.- sugirió Misao, animando a su hermano a cambiar la música. –Si pasas este nivel, hermano, estarás listo para iniciar los ensayos de sincronización con Kaoru.-
-Estoy listo- anunció Kenshin, prestando atención a la pantalla del televisor. Kaoru mientras, hurgueteaba en una bolsa que le había pasado Yahiko, donde había otra alfombra de baile para conectarla al juego y ensayar con Kenshin. Si ganaban el primer premio, comprarían la colección completa del manga de Rurouni Kenshin, que encargarían especialmente al dueño de la comiquería que visitaba Kaoru. Después de todo, estaban los 28 tomos pero, cómo había salido hacía tiempo y era éxito de ventas, costaba encontrar los números. Si bien se decía que saldría pronto una cuarta reedición…
Pero Kaoru iría hasta la capital si era necesario para conseguir la historia en su totalidad.
Kenjiro observó al gordito mover sus pies sobre la alfombra de baile. Miró al cielo pensando.
-Aptitudes para la cocina y el baile. Más gay no puede ser, aunque… cuando mira a esa chica… vamos, que un gay no mira así a una chica… quizá me he equivocado con este joven…-
Enseguida llamó a Kaoru a su lado. Como Kenshin estaba bailando y Misao lo observaba, no se percataron de ello.
-Dime, niña… ¿tú sabes cómo se hizo la cicatriz en el rostro este Kenshin?-
El rostro de Kaoru se iluminó con una mirada de admiración al mirar al joven.
-Claro que si, señor Shinomori. Un día unos matones de la escuela nos atacaron a Kenshin y a mi. En realidad, querían golpearme porque siempre les fastidio sus estupideces en los recreos, asi que Kenshin me defendió.-
-¿Te defendió?- preguntó asombrado Kenjiro. Kenshin no era capaz de defenderse a él mismo e iba a defender a una niña.
-Si… bueno, no en el sentido estricto de la palabra. Kenshin no sabe pelear, pero… llamaba la atención de los otros sobre él para que lo golpearan y asi, ganar tiempo mientras alguien venía a ayudarnos. Había momentos en que yo pensaba que ya lo habían matado, pero él, cuando los chicos se me acercaban a mí, se levantaba y les decía cosas que los molestaran para que se olvidaran de mí. Por eso le rompieron un brazo y le rasgaron el rostro con un metal oxidado. Kenshin estuvo algunos días en el hospital reponiéndose de los golpes… Misao y Aoshi aparecieron para ayudarnos pero, yo pienso que Kenshin es todo un héroe.-
-¿Cómo va a ser un héroe si sólo pudo dejarse golpear?- acotó Kenjiro. -Héroes son Aoshi y Misao que los rescataron.-
-No, señor Shinomori. Porque ellos sabían pelear y defenderse y no hicieron nada del otro mundo. En cambio Kenshin… él no sabía pelear y estaba tan aterrado como yo. Pero a pesar de eso evitó que me golpearan. Si no fuera un héroe… si hubiera sido un cobarde, habría dejado que se desquitaran conmigo para salvarse él de todos los dolores que sentía.-
Kaoru regresó junto a su amigo para seguir viendo sus progresos y Kenjiro, bajando el periódico, se dedicaba a mirar a Kenshin con más interés.
Un héroe es el que a pesar de que tiene miedo, actúa por el bien de los demás, aún a pesar de su propio bienestar.
Sin duda se había equivocado con ese chico, después de todo.
Kenshin no era un hombre varonil, pero… era gentil, amable y estoico, además de humilde.
No, no era un hombre muy varonil pero… era un hombre honorable.
Y eso era más importante.
Kaoru y Misao, entusiasmadas por el baile de Kenshin, se movían al son de la música, siguiendo las instrucciones de la pantalla. Se reían bastante porque Kenshin alcanzaba el más alto nivel sin mayor dificultad.
-Cállense de una buena vez.- tronó una voz.
Aoshi entró enfurecido al lugar. No se lo pensó demasiado para acercarse al televisor y arrancar el enchufe, dejando la casa sin música.
-Oye, Aoshi… ¿por qué haces eso?- dijo Misao enfadándose por el importunismo de Aoshi. –¡Si querías silencio, podías habérnoslo dicho!-
-¡No necesito pedir silencio en mi casa porque se supone que en una casa en duelo, no debería haber música!-
Tenshi, que estaba mirando fascinado a sus amigos momentos atrás, ahora miraba preocupado a Aoshi.
- Aoshi.- empezó Misao tratando de dominarse.- han pasado bastante tiempo desde la muerte de Tenshi… y estoy seguro de que a él no le gustaría que lo recordaras con tristeza y silencio.-
-Hijo.- dijo la señora Setsuna en acuerdo con Misao.- Le debes una disculpa a estos chicos. Ellos sólo se divertían sanamente.-
-Pues por mí pueden ir a divertirse a la China. No quiero ruido en esta casa… váyanse a jugar al garaje.-
Misao enseguida se enfrentó a un Aoshi colapsado y furibundo.
-Olvídalo… hace mucho frío afuera. Si quieres silencio, le bajamos el volumen a la televisión, pero… necesitamos que Kenshin termine su entrenamiento y es precisa la música en esto.-
Kenshin y Kaoru, disimuladamente doblaban la alfombra de baile, hasta que Kenjiro les hizo una seña.
-Ustedes quédense quietos ahí. Esta es mi casa y yo decido lo que aquí se hace. Y nadie va a sacar a estos niños de aquí mientras no acaben de jugar. Así que tú, Kaoru, pon de nuevo el televisor y tú, Kenshin, coloca la alfombra esa en su lugar.
Kenshin miró emocionado al señor Kenjiro. ¿Lo estaba defendiendo?
-Kenshin tiene que entrenar, Aoshi, para ir a un concurso. Él no te ha molestado a ti cuando trabajabas, así que déjalo practicar tranquilo.- dijo Misao. –Incluso te ha ido a dejar cosas de comer a tu cuarto.-
-Pues entiendan ustedes que yo estoy trabajando en un proyecto que es MUCHO más importante que esto. Pero claro, pido calma en MI casa y todos se ponen en mi contra. Incluso tú, Misao.-
-¡Ya te he dicho que tú empezaste con tu comportamiento violento y sabes que odio que se metan con mi hermano!-
Esta vez Aoshi vio todo negro.
-Claro, tu hermano… ¡siempre todo es por tu condenado Kenshin¡CUANDO SE TRATA DE MÍ O DE ÉL, LO ESCOGES SIN DUDARLO Y YA ME TIENES HASTA LA SOBERANA CORONILLA CON ESO!-
-¡Qué demonios te pasa, Aoshi¡Sabes que Kenshin es muy importante para mí! Seguro que tú harías lo mismo por Tenshi o por Megumi-
Kenjiro estaba contrariado. Esta parecía más una pelea de amantes que de un par de hombres.
Aoshi se pasó la mano por los cabellos.
-No metas a Tenshi en esto, que ya está muerto y nada tiene que ver. Aunque sí, tienes razón… yo por mis hermanos haría casi cualquier cosa, pero tú te pasas de la raya. Siempre lo antepones a todo.-
-¡Oye, no le hables así a Misao!- dijo Kenshin esta vez, saltando al frente.
-Cállate tú, chico, que nadie te ha invitado a esta discusión.- lo enfrentó Aoshi.
Kenjiro y Setsuna ya tenían bastante. Asi que Kenjiro se puso de pie.
-Aoshi, repito que esta es MI casa y en Mi casa nadie hace callar a mis inquilinos. Mientras vivan todos ustedes aquí, se deben respeto. No comprendo por qué Misao debiera prestarte más atención a ti que a su hermano; de hecho, si yo estuviera en su lugar haría lo mismo. Y ahora vete de aquí y trata de calmarte y si más tarde quieres seguir discutiendo por tonterías, te estaremos esperando. Y tú, chico… sigue practicando, que espero que honres nuestra casa con el primer premio.- dijo dirigiéndose a Kenshin.
Acto seguido, Kenjiro se sentó, abrió su periódico y se olvidó que los demás existían.
Había que reconocer algo a Kenjiro… cuando no se comportaba como un homofóbico, sabía discutir razonablemente y hasta inspirar respeto, sin tener que irse a los golpes, a diferencia de Aoshi o incluso de Misao.
De pronto Kenshin pensó que le gustaría tener ese aire de autoridad algún día.
Pero Aoshi… solo quería estrangular a cinco personas…
-Escúchenme bien… ¡VÁYANSE TODOS AL CARAJO!- rugió Aoshi, antes de salir hecho una furia del lugar. Se dirigió a su despacho, recogió un par de papeles y tomando su computador portátil, salió de la casa dando un portazo.
Misao se sintió mal por Aoshi e hizo ademán de salir. Pero Setsuna la tomó de una mano.
-Déjalo solo, Misao. Mi hijo tiene un carácter especial y cuando se estresa es muy irascible. Esperemos que se calme solo; si hablas ahora con él, terminarán yéndose a los golpes.-
-Pero es que de todas maneras él estaba trabajando… quizá…-
Kenjiro volvió su vista a Misao como si le diera lo mismo.
-Chico, conocemos a Aoshi mejor que nadie. Después de todo somos sus padres. Y tiene ese genio explosivo que le ha significado perder a sus novias en algún momento… también sabemos que se le pasa solo, asi que sugiero que no te preocupes tanto por tu jefe y lo hagas por tu hermano.-
Luego de unos momentos, la música volvió a escucharse en casa de los Shinomori.
Sanosuke, por su parte, estaba atendiendo su bar cuando vio que Aoshi entraba con papeles y un noteboock, se instalaba en una mesa y le pedía un café.
Después, sólo se dedicó a teclear.
Cuando cerraron el local, Aoshi regresó a casa, pero, aunque Misao lo esperaba en el despacho para conversar o verle, él simplemente pasó de largo hacia su habitación.
Y ahí se quedó.
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Misao se instaló sobre un sillón, apoyando su espalda en uno de los brazos del mueble y las piernas sobre el otro. Le gustaba ese sillón… era muy cómodo.
No entendía el comportamiento de Aoshi… estaba bien, era un trabajo pero, antes, Aoshi también había tenido trabajo y jamás se había puesto así con ella y menos con Kenshin. Por eso, Misao estaba triste y preocupada.
Aunque la verdad, conocía de sobras el carácter explosivo de Aoshi. Si no, bastaba con recordar la pelea que tuvieron cuando él descubrió que en Misao se encontraba literalmente, la mujer de sus sueños.
Era gracioso, pero, cuando ella conoció a Aoshi, le pareció un hombre en extremo serio y muy silencioso. Posiblemente se debía al duelo por su hermano, aunque Tenshi le había asegurado que así era Aoshi… con un genio impredecible y sumamente explosivo cuando se enfadaba.
¿Pero, hasta qué punto era insoportable? Kenjiro había comentado que Aoshi había perdido a sus novias por culpa de ese genio que se gastaba. ¿Era Aoshi un hombre peligroso?
Tal vez, simplemente estaba estresado. Ella misma lo había visto trabajar mucho casi sin dormir y sosteniéndose con café.
La joven se acercó a los bocetos que Aoshi tenía sobre la mesa de trabajo. Había algunos terminados. Otros aun sin acabar… había unos muy bonitos y otros llenos de garabatos que ella no comprendía del todo… aún no aprendía todos los kanjis que debía conocer para leer bien.
Bah, verdad que Aoshi había salido con su trabajo, seguramente a terminarlo por ahí. Asi que Misao se regodeó jugando con las bonitas láminas que tenía. Incluso, tomó algunos crayones y, como si fuera una niña pequeña, se puso a dibujar algunas ideas en base a las de Aoshi y a inventarse su propia visión de esa campaña publicitaria.
Cuando dieron las tres de la mañana, se retiró a su habitación y se durmió enseguida.
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Aoshi en cambio, a las seis de la mañana quedó satisfecho con su presentación digital. Guardó la información en un disco de respaldo y se entregó al merecido descanso. Durmió prácticamente todo el siguiente día. Se levantaba sólo para ir al baño, beber algo y luego, seguir durmiendo.
Como Kenshin no era rencoroso, a veces Aoshi despertaba y se encontraba con una taza de té sobre su mesa de noche, junto a algunas tostadas. Aoshi se prometió que si todo salía bien, le harían un buen regalo a Kenshin.
En realidad, no era Kenshin quien le dejaba esas viandas, si no Misao. Ella se sentaba en un rincón a observarlo dormir y luego se retiraba a terminar sus labores escolares.
El día anterior se había enojado tanto que ella temió que la delatara ante Kenjiro pero Aoshi se contuvo lo suficiente, aunque dijo cosas que sin duda se escucharon sospechosas.
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El día de la presentación, Aoshi se levantó temprano. Se bañó y se fue con tiempo a la empresa del señor Takeda para presentarle su proyecto. Antes de salir de la casa, pasó a su despacho por sus presentaciones en papel, que afortunadamente estaban donde él las había dejado.
Le entregó la carpeta con sus dibujos al señor Takeda, quien los repartió entre sus directivos para estudiarlos adecuadamente. Y mientras, Aoshi inició su presentación sobre la estrategia a seguir para promover el producto. Al finalizar, Takeda le entregó su carpeta y le dijo que lo llamarían más tarde.
Aoshi estaba muy confiado. Llegó a su oficina y sentándose en su escritorio, repasó su presentación digital. Aunque si había algo malo, ya no lo podría corregir, observó satisfecho su trabajo.
Eso, hasta que repasó su carpeta de dibujos…
Llenos de pequeños dibujos graciosos en los bordes, comentarios y bocaditos de esos de diálogos entre los personajes de la historieta que Misao se había inventado en torno a la imagen principal. Eso en todas las láminas…
¡MISAAAAAAAOOOOOOOO!
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Misao y Kenshin volvían de la escuela, junto a sus amigos: Kaoru, Soujiro, Sanosuke y Yahiko. Gracias a Sanosuke, Misao supo en qué había estado Aoshi después de irse de la casa.
Aoshi le había dado a Misao ese día libre, asi que aceptó ir con los chicos a jugar béisbol. Debía reconocer que aquella etapa de ir a la escuela y hacer cosas divertidas después se las había saltado, y ahora las disfrutaba sobremanera.
Se acercaban al campo de juego cuando los hermanos Makimashi distinguieron una figura familiar.
-¡Hannya!- gritaron a coro, antes de lanzarse hacia su amigo.
Hannya, quien había sido compañero de trabajo del padre de Misao y Kenshin, además de su mejor amigo, le había prometido antes de morir que en cuanto pudiera se haría cargo de sus hijos si se encontraban en problemas. Y si no, se aseguraría de que estuvieran bien.
Pero cuando vio a un chico delgado con una gorra y a un moreno con una venda en la cara, pensó que lo querían asaltar, asi que se dio la media vuelta y salió corriendo.
Al menos Misao le dio alcance.
Y luego, al reconocerlos, los tres se abrazaban emocionados.
Mientras caminaban hacia el parque de juegos, Misao le advirtió a Hannya que ella y Kenshin andaban disfrazados por motivos que le contaría más adelante y que mejor le hablara de él. Así, Hannya le dijo que estaba muy bien y que ahora podría empezar su propio taller mecánico.
-Ya superé mi crisis económica y ahora he estado reuniendo a los muchachos para revivir nuestro antiguo taller en esta ciudad. Pero… estuvimos meditando Misao… y nos falta alguien muy importante. Tú eres sin duda la persona más adecuada para tomar el lugar que tu padre dejó. Por eso te estaba buscando; para decirte, Misao, y Kenshin, que nosotros estaremos esperándolos. Ustedes saben tanto como nosotros de partes y piezas de motor…-
Kenshin enseguida rechazó la oferta.
-Me agrada el taller mecánico, realmente. Pero volvería con ustedes por hobbie. En verdad, tengo pensado estudiar otra cosa… me llama mucho la atención la Gastronomía. Me gustaría ser chef, por eso, si regresamos a estar con ustedes, yo lo haría solo por un tiempo.-
-Yo en cambio los extraño mucho, Hannya. En ese taller mecánico me sentía muy útil. Déjame tu dirección… consultaré con mi tutor para ver si puedo reintegrarme con ustedes, aunque no creo que se oponga a que yo tenga otro trabajo. Bueno… tal vez si se oponga. Lo que pasa es que estoy estudiando, Hannya. Por eso traigo este uniforme.-
Hannya la abrazó.
-¡Genial¡Ya verás lo contentos que se pondrán los muchachos cuando les diga que Misao ha vuelto a seguir el buen camino! Me alegro mucho por ti. Bueno, ahora les dejo, que debo ir a contactar con unos proveedores para comprar la nueva maquinaria que tendremos.-
Los amigos se despidieron amigablemente y enseguida, Kenshin y Misao volvieron con los demás para jugar béisbol. Kenshin, como siempre, trazó una estrategia perfecta que los demás siguieron al pie de la letra y junto a las jugadas magistrales de Misao, el talento de Sanosuke y el coraje de Kaoru, ganaron tranquilamente a los desafiantes de aquel día.
Misao se encaminó a casa a cambiarse el uniforme escolar. Como Kenshin pasaba ensayando donde Kaoru, había dejado una muda de ropa allá.
Cuando Misao entró a la casa, notó que estaba vacía. Asi que se dirigió corriendo hacia la escalera, cuando una mano la jaló hacia el interior del despacho.
Misao enseguida notó que se trataba de Aoshi. Le sonrió, en espera de la lluvia de besos que venían.
Pero al mirar en su cara, notó como el infierno ardía en los azules ojos de ese hombre. Por eso ambos no se percataron de que alguien más entraba a la casa…
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Fin acto 14.
Notas de autora al 26 de Julio de 2005.
Hola!
Mi estufa y yo seguimos en esta semana de "Especial de Vacaciones de Invierno". ¿O debería decir "Vacaciones de América Latina"? y ahora que lo pienso… si en Méjico están en verano, aquí en invierno… en qué estación están en Centroamérica? Porque, ahora meditando…. No creo que allá tengan Otoño¿verdad?. Blankaoru siempre fue muy mala en el ramo de Ciencias Naturales… T-Tu
Retomando. Sep, lo dicho en el fic "Prisionera". A Misao le quedan exactamente dos episodios más, igual que a Actuación sin Libreto; Tsukio-Hen, asi que próximamente tendremos una semana de finalizaciones. Aunque aún no estoy del todo segura… y viendo qué piensan ustedes, podría dedicarme a estas dos historias y acabarlas por ahí por finales de Agosto. Ahora, si no les gusta la idea, pues, terminarían a finales de Septiembre o inicios de Octubre.
Bueno, ya veremos como lo hago.
Ahora, si desean leer mi nuevo fanfic de Sailor Moon, es cosa de que se vayan a esa página mía dentro de Fanfiction y pinchen sobre la historia "La Mayor". Para mis amigas habituales que también han leído esa historia, les puedo decir que a pedido del público, tendrá una continuación… sólo que será en cuanto esté más desahogada de tiempo. T-T necesito estudiar… y lamento no poder contestar sus reviews ahora, pero ya saben... lo de la nueva regla. De todos modos, gracias a todas.
Little Mary-chan, Kirara26, GabyHyatt, Arashi Shinomori, Justary-san, Mary, Rian-Kyou, Misao Shinomori 12, Karura Himura, Sadness Queen, Alexandra Shinomori, Naoko L-K, Mikomi Shinomori.
